Feyre llevaba unas semanas preocupada. Y no solamente por todo el tema de su hermana con Azriel y Cassian. Había algo más que le rondaba la cabeza, y no se lo había dicho todavía a nadie. No quería preocupar a nadie sin motivo.
Desde la última vez que su hermana intentó escapar de la Corte, algo había cambiado. No sabía bien porqué, pero pudo sentir cuando ella abandonó la Corte Noche. Una sensación de tirantez, como si le arrancasen una parte de ella, fue lo más aproximado que había sentido. Y le había dolido.
Quiso achacarlo a su condición de Alta Lady de la Corte. Tal vez era algo que venía innato a su posición, aunque no podía saberlo puesto que no tenía una predecesora.
Era como si estuviese ligada a aquel lugar. Y debido a los últimos acontecimientos, la tirantez dentro de su familia, las peleas, la tensión, era como si ella estuviese sintiendo todo aquello en su interior.
Le estaba costando incluso comer, y se estaba levantando más tarde de lo normal porque a veces incluso el caminar le molestaba. Había momentos que sabía de alguna discusión por los dolores que le recorrían el cuerpo.
Y en ese momento lo sintió. Algo estaba ocurriendo. No sabía el qué, pero su cuerpo estaba reaccionando a ello. Le faltaba el aire. No perdió el conocimiento, pero cayó al suelo en el balcón, con la gasa del vestido flotando alrededor de ella. Sus ojos seguían abiertos, pero no era capaz de moverse. Le faltaban las fuerzas.
Feyre llevaba unas semanas preocupada. Y no solamente por todo el tema de su hermana con Azriel y Cassian. Había algo más que le rondaba la cabeza, y no se lo había dicho todavía a nadie. No quería preocupar a nadie sin motivo.
Desde la última vez que su hermana intentó escapar de la Corte, algo había cambiado. No sabía bien porqué, pero pudo sentir cuando ella abandonó la Corte Noche. Una sensación de tirantez, como si le arrancasen una parte de ella, fue lo más aproximado que había sentido. Y le había dolido.
Quiso achacarlo a su condición de Alta Lady de la Corte. Tal vez era algo que venía innato a su posición, aunque no podía saberlo puesto que no tenía una predecesora.
Era como si estuviese ligada a aquel lugar. Y debido a los últimos acontecimientos, la tirantez dentro de su familia, las peleas, la tensión, era como si ella estuviese sintiendo todo aquello en su interior.
Le estaba costando incluso comer, y se estaba levantando más tarde de lo normal porque a veces incluso el caminar le molestaba. Había momentos que sabía de alguna discusión por los dolores que le recorrían el cuerpo.
Y en ese momento lo sintió. Algo estaba ocurriendo. No sabía el qué, pero su cuerpo estaba reaccionando a ello. Le faltaba el aire. No perdió el conocimiento, pero cayó al suelo en el balcón, con la gasa del vestido flotando alrededor de ella. Sus ojos seguían abiertos, pero no era capaz de moverse. Le faltaban las fuerzas.