• – ¡Groar!

    Cayo en una trampa demasiada obvia, una trampa para oso, usualmente su cuerpo lo soportaría más que bien sin mayores daños que los superficiales, sin embargo, fue magnetizado y eso está drenando su energía, sin ella no escudos, alientos ni protecciones elementales.

    Rompe la trampa con sus garras, sin embargo, se tardó demasiado en reaccionar y debe moverse lo más pronto posible, sea quien sea que lo puso, quería cazar un Warframe.
    – ¡Groar! Cayo en una trampa demasiada obvia, una trampa para oso, usualmente su cuerpo lo soportaría más que bien sin mayores daños que los superficiales, sin embargo, fue magnetizado y eso está drenando su energía, sin ella no escudos, alientos ni protecciones elementales. Rompe la trampa con sus garras, sin embargo, se tardó demasiado en reaccionar y debe moverse lo más pronto posible, sea quien sea que lo puso, quería cazar un Warframe.
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  • El mago Yukine empuja la pesada puerta de madera del bar. Al entrar, una mezcla de luces tenues y sombras danzantes lo envuelven. El aire está cargado de una mezcla de aromas: hierbas exóticas, pociones burbujeantes y el inconfundible olor a magia antigua.
    El bar está lleno de seres mitológicos de todo tipo. En una esquina, un grupo de elfos discute animadamente sobre la última moda en arcos encantados. Cerca de la barra, un centauro sorbe una bebida espumosa mientras conversa con una sirena que ha encontrado un asiento en un tanque de agua especialmente diseñado para ella. En una mesa central, un dragón en forma humana lanza dados mágicos en un juego de azar con un gnomo y un troll.
    Yukine avanza con paso seguro, su capa ondeando ligeramente detrás de él. Sus ojos brillan con una luz azulada, reflejo de su poder interior. Se acerca a la barra, donde el barman, un duende de aspecto astuto, le sonríe.

    “¿Qué te trae por aquí, mago?”

    pregunta el duende mientras limpia un vaso con un trapo que parece tener vida propia.

    “He venido en busca de información,”

    responde Yukine, su voz resonando con autoridad.

    “Dicen que aquí se puede encontrar a los más sabios y a los más astutos de todos los reinos.”

    El duende asiente, sus ojos brillando con curiosidad.

    “Has venido al lugar correcto. Pero aquí, la información tiene un precio.”

    Yukine sonríe levemente, sacando una pequeña bolsa de su capa y dejándola sobre la barra. El tintineo de las monedas de oro resuena en el bar, atrayendo la atención de varios de los presentes.

    “Entonces, empecemos,”

    dice Yukine, preparándose para desentrañar los secretos que lo han llevado hasta este lugar.
    El duende toma la bolsa de monedas y la guarda rápidamente en un bolsillo de su chaleco.

    “Muy bien, mago Yukine. ¿Qué es lo que deseas saber?”

    Yukine se inclina ligeramente hacia adelante, su voz baja pero firme.

    “Estoy buscando información sobre un antiguo artefacto, el Orbe de Eterna Luz. Se dice que tiene el poder de restaurar el equilibrio entre los reinos.”

    El duende frunce el ceño, sus ojos brillando con una mezcla de interés y preocupación.

    “El Orbe de Eterna Luz… No es un objeto común. Muchos lo han buscado, pero pocos han regresado.”

    Desde una mesa cercana, una figura encapuchada se levanta y se acerca a la barra.

    “He oído hablar de ese artefacto,”

    dice la figura, revelando un rostro parcialmente cubierto por cicatrices.

    “Soy Lidica, una exploradora de tierras lejanas. He visto mapas y escuchado leyendas sobre el Orbe.”

    Yukine la observa con atención.

    “¿Estás dispuesta a compartir lo que sabes?”

    Lidica asiente lentamente.

    “A cambio de tu ayuda en una misión que tengo pendiente. Necesito recuperar un cristal de poder de las ruinas de un antiguo templo. Es un lugar peligroso, pero con tus habilidades, podríamos tener éxito.”

    Yukine considera la propuesta por un momento antes de asentir.

    “De acuerdo. Te ayudaré con tu misión, y a cambio, tú me guiarás hacia el Orbe de Eterna Luz.”

    El duende sonríe, satisfecho con el acuerdo.

    “Parece que tenemos un trato. Pero tened cuidado, ambos. Este bar está lleno de oídos curiosos y no todos son de fiar.”

    Con el pacto sellado, Yukine y Lidica se preparan para partir hacia su peligrosa aventura, sabiendo que el destino de los reinos podría depender de su éxito.
    Yukine y Lidica abandonan el bar “El Caldero Místico” y se adentran en la noche, sus pasos resonando en las calles empedradas. La luna llena ilumina su camino mientras se dirigen hacia las ruinas del antiguo templo donde se encuentra el cristal de poder que Lidica necesita recuperar.

    “El templo está a unos días de viaje desde aquí,”

    explica Lidica mientras caminan.

    “Está rodeado de un bosque encantado, lleno de criaturas mágicas y trampas antiguas. Tendremos que estar en guardia en todo momento.”

    Yukine asiente, su mirada fija en el horizonte.

    “Estoy preparado. Cuéntame más sobre este cristal de poder.”

    Lidica suspira, recordando las historias que había escuchado desde niña.

    “El Cristal de la Aurora es un artefacto antiguo que perteneció a mis ancestros. Se dice que tiene la capacidad de amplificar la magia de su portador, pero también puede ser peligroso si cae en las manos equivocadas. Mi familia ha estado buscándolo durante generaciones, y creo que finalmente estoy cerca de encontrarlo.”

    A medida que avanzan, el paisaje cambia gradualmente de la ciudad a un denso bosque. Los árboles altos y retorcidos parecen susurrar secretos antiguos, y la luz de la luna apenas penetra el espeso follaje.

    “Debemos acampar aquí por la noche,”

    sugiere Lidica, señalando un claro en el bosque.

    “Es mejor no adentrarse en el templo sin descansar primero.”

    Yukine asiente y comienza a preparar un pequeño campamento. Mientras encienden una fogata, Lidica saca un mapa antiguo y lo extiende sobre el suelo.

    “Este es el templo,”

    dice, señalando una estructura en el centro del mapa.

    “Hay varias entradas, pero la mayoría están protegidas por trampas mágicas. Con tu ayuda, creo que podemos desactivarlas y llegar al cristal.”

    Yukine estudia el mapa con atención.

    “Mañana al amanecer, nos dirigiremos al templo. Debemos estar preparados para cualquier cosa.”

    Con el plan trazado, ambos se acomodan junto a la fogata, sus pensamientos llenos de la misión que les espera. La noche avanza lentamente, y el bosque parece cobrar vida con los sonidos de criaturas nocturnas y el susurro del viento entre los árboles.
    El amancer y la salida del sol es el indicio que un nuevo día a iniciado, Yukine y Lidica se despiertan y preparan algo de desayuno, dan una segunda revisada al pan trasado con anterioridad y desmontan el campamento hecho, recogiendo las lonas y apagando la totalidad del fuego restante usando magia de agua, poniéndose en marcha una vez mas.
    Mientras Yukine y Lidica avanzan por el bosque encantado, una sensación de que son observados los invade, poniéndolos algo tensos y expectantes, de repente y entre los arbustos una criatura emerge, poniendo a Yukine y Lidica en alerta, Yukine por instinto acumulo mana en ambas manos preparándose para el combate mientras Lidica desenvaina su espada y se ponen posición defensiva.

    “¿Quiénes sois y qué buscáis en mi bosque?”

    pregunta el Leshy, su voz resonando como un eco entre los árboles.
    Yukine a ver a la criatura disipa su mana y hace un gesto a Lidica para que enfunde su arma, Yukine da un paso adelante, mostrando respeto.

    “Somos viajeros en busca de un antiguo templo. No queremos causar daño a tu bosque.”

    El Leshy los observa detenidamente antes de asentir lentamente.

    "Te conozco mago eres aquel que fue elegido como mediador, La elemental de tierra nos dijo de tu elección y pronto encuentro"

    el Leshy asintió y les señalo en dirección al sur

    “El templo que buscáis está protegido por antiguos encantamientos. Si prometéis no dañar el bosque, os guiaré hasta allí.”

    Lidica y Yukine asienten, agradecidos por la ayuda del Leshy. Con su guía, avanzan más profundamente en el bosque, sabiendo que han ganado un poderoso aliado en su búsqueda al menos de manera temporal.
    Una vez llegaron a la entrada del templo el Leshy se paro nuevamente frente a ellos

    "eh cumplido mi parte del trato mediador, espero cumplas la tuya"

    luego de estas palabras el leshy desaparecio entre el musgo del suelo, Yukine y Lidica se miraron el uno al otro y asintieron con decisión y entraron al templo.
    El interior del antiguo templo es un lugar impresionante y lleno de misterio. Al entrar, Yukine y Lidica se encuentran en un vasto salón principal, iluminado por la luz tenue que se filtra a través de las grietas en el techo de piedra. Las paredes están cubiertas de intrincados grabados y frescos que representan escenas de antiguas leyendas y batallas épicas.
    Altas columnas de piedra, decoradas con runas y símbolos antiguos, se alinean a lo largo del salón. Algunas de estas columnas están parcialmente cubiertas de musgo y enredaderas, mostrando el paso del tiempo
    A lo largo de las paredes, hay estatuas de antiguos guardianes del templo, figuras imponentes con expresiones severas y armas en mano. Estas estatuas parecen vigilar a los intrusos con ojos de piedra En el centro del salón, hay un gran altar de mármol, adornado con gemas y metales preciosos. Sobre el altar, hay un pedestal vacío donde alguna vez estuvo el Cristal de poder
    Desde el salón principal, varios pasadizos oscuros se extienden hacia las profundidades del templo. Estos pasadizos están llenos de trampas y desafíos, diseñados para proteger los secretos del templo El techo del salón está decorado con un mosaico de colores brillantes que representa el cielo nocturno y las constelaciones. Este mosaico parece brillar con una luz propia, añadiendo un aire mágico al lugar
    El suelo está hecho de grandes losas de piedra, algunas de las cuales están grabadas con patrones geométricos y símbolos mágicos. A medida que caminan, Yukine y Lidica pueden sentir una energía antigua emanando del suelo
    El ambiente dentro del templo es solemne y reverente, con un silencio que solo es roto por el eco de sus pasos. Cada rincón del lugar parece estar impregnado de historia y magia, Yukine y Lidica saben que deben proceder con cautela.
    Mientras Yukine y Lyria avanzan hacia el altar central, una perturbación mágica se siente en el aire. Las runas en las columnas comienzan a brillar intensamente y el suelo tiembla bajo sus pies.
    Yukine siente la energía mágica acumulándose y sabe que algo está a punto de suceder. Alza su bastón y murmura un conjuro de protección.

    "Lidica, prepárate. Algo se aproxima."

    Lidica desenvaina sus dagas, las hojas brillando con runas de fuego y hielo. Se coloca en posición defensiva junto a Yukine.

    "Estoy lista. Lo que sea que venga, lo enfrentaremos juntos."

    Las estatuas de los guardianes a lo largo del salón empiezan a moverse, desprendiéndose del polvo y el musgo. Sus ojos de piedra brillan con una luz roja y sus armas relucen bajo la luz del templo. Con pasos pesados, avanzan hacia los intrusos, levantando sus espadas y lanzas.
    El primer guardián levanta su espada y lanza un golpe poderoso hacia Yukine. Yukine levanta su mano justo a tiempo, bloqueando el ataque con un escudo de energía mágica. El impacto resuena a través del templo, pero Yukine se mantiene firme.
    Otro guardián se abalanza hacia Lyria con una lanza. Lidica esquiva ágilmente el ataque, rodando hacia un lado y contraatacando con una de sus dagas. La hoja encantada deja una cicatriz ardiente en el brazo de piedra del guardián.
    Un tercer guardián intenta sorprender a Yukine por detrás, pero Yukine está preparado. Gira rápidamente y lanza un hechizo de viento, empujando al guardián hacia atrás y haciéndolo chocar contra una columna.
    Yukine y Lidica se coordinan perfectamente, luchando espalda con espalda. Yukine lanza hechizos de fuego y hielo, debilitando a los guardianes mientras Lidica utiliza su agilidad para esquivar y golpear con precisión.
    El combate continúa, con los guardianes atacando implacablemente y Yukine y Lidica defendiendo cada golpe con destreza y magia. El templo retumba con el sonido de la batalla, y ambos saben que deben mantenerse enfocados si quieren salir victoriosos.
    El combate se vuelve más frenético cuando Yukine decide utilizar una combinación de hechizos más avanzada. Alza su mano y, con un movimiento rápido, lanza un hechizo de cadena de relámpagos. La cadena de relámpagos salta de un guardián a otro, chisporroteando y dejando marcas de quemaduras en sus superficies de piedra. Los guardianes retroceden momentáneamente, dándoles a Yukine y Lidica un respiro para reagruparse.
    Lidica aprovecha el momento para lanzar una de sus pociones explosivas a los pies del guardián más cercano. La explosión resulta en un destello cegador seguido de una onda de choque que desestabiliza la estructura del guardián. Con una agilidad impresionante, Lyria se desliza bajo el guardián tambaleante y clava su daga en las articulaciones de piedra, causándole un daño crítico.
    A pesar de estar envuelto en llamas, el guardián lanza un ataque feroz hacia Yukine. Yukine levanta su escudo de energía justo a tiempo, pero el impacto lo hace retroceder unos pasos. El escudo parpadea, mostrando signos de desgaste.
    El guardián herido en la pierna intenta golpear a Lidica con su lanza. Lidica esquiva con agilidad, pero el guardián la sigue de cerca, lanzando una serie de ataques rápidos. Lyria bloquea algunos con sus dagas, pero uno de los golpes logra rozarle el brazo, causando un corte superficial.
    Un tercer guardián, habiendo chocado contra la columna, se reincorpora y lanza un ataque desde la distancia. Alza su mano y una ráfaga de energía oscura se dirige hacia Yukine y Lidica. Yukine desvía la energía con su mano, pero siente la fuerza del impacto.
    Viendo la oportunidad, Yukine decide recurrir a su hechizo de lanza de hielo, creando una lanza hecha de hielo puro y lanzándola con precisión hacia el corazón de piedra del segundo guardián. La lanza penetra la piedra con un sonido agudo, y el guardián se desploma en una nube de polvo.
    Lidica, con su agilidad intacta, hace uso de su habilidad "Golpe Sombrío". Se desvanece momentáneamente en una sombra y reaparece detrás del último guardián, donde clava sus dos dagas encantadas en su espalda. Las runas de fuego y hielo se activan simultáneamente, causando una explosión elemental que destruye al guardián desde dentro.
    El silencio vuelve al templo, interrumpido solo por los ecos de la batalla que aún resuenan en las paredes. Yukine y Lidica, respirando con dificultad, se miran y asienten, sabiendo que han superado una prueba importante.
    Una vez derrotados los guardianes, el altar que antes estaba vacio ahora resuena, vibra y se ilumina por momentos, Lidica se pone de pie y observa anonadada como de este emerge lo que ha estado buscando durante anos.
    una luz suave y resplandeciente. Lidica da un paso adelante, sus ojos llenos de asombro y reverencia.

    "Lo hemos encontrado,"

    susurra, extendiendo una mano hacia el cristal.

    "por fin lo he encontrado, luego de siglos de busqueda, he cumplido la mision de mi familia y ahora yo y mis desendientes debemos continuar la custodia y proteccion de el cristal ."

    Yukine se acerca a su lado, su energía mágica resonando con la del cristal sorprendido por este hecho deja salir su aura magica haciendo que resuene con mayor intensidad con el cristal Con una profunda respiración, extiende sus manos hacia el Cristal . La luz del cristal se intensifica y un cálido resplandor envuelve a Yukine. La energía empieza a fluir desde el cristal hacia él, recorriendo su cuerpo como un río de pura magia. Sus ojos brillan con un azul intenso mientras siente cómo su propia magia se fusiona con la del cristal.
    De repente, una figura comienza a formarse frente a ellos, emergiendo de la luz del cristal. Es una entidad de luz pura, con forma humanoide, pero sus rasgos son etéreos y cambiantes, como si estuviera hecha del mismo resplandor del cristal.

    "Yukine,"

    dice la entidad con una voz que resuena como un coro de ecos armoniosos,

    "yo soy el Guardián del Cristal, una manifestación de su esencia."

    Yukine, todavía envuelto en la energía del cristal, inclina la cabeza en señal de respeto.

    "¿Por qué me ha elegido el cristal? ¿Por qué me otorga sus poderes?"

    La entidad de luz se acerca, su presencia irradiando calidez y serenidad.

    "El Cristal posee un gran poder, uno que puede restaurar el equilibrio o causar destrucción, dependiendo de las intenciones de su portador. Te ha elegido a ti porque eres tu quien fue escogido por lo elementales como mediador."

    Lidica observa la escena con reverencia, sus ojos llenos de asombro.

    "¿Qué debemos hacer ahora?"

    pregunta ella.
    La entidad sonríe suavemente.

    "El trabajo de tu familia, el cual desempeño por siglos hoy se ha cumplido, su salvaguarda era fundamental para que hoy el cristal pudiera entregar sus poderes al mediador."

    "Yukine, ahora que has absorbido los poderes del cristal, te has convertido en su guardián. Debes utilizar este poder para cerrar las brechas que amenazan los reinos y restaurar el equilibrio. Pero recuerda, con gran poder viene una gran responsabilidad."

    Yukine asiente, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros, pero también una sensación de propósito y claridad.

    "Lo haré. Protegeré el equilibrio"

    La luz que forma la entidad comienza a desvanecerse, pero su voz permanece clara.

    "El Cristal ha confiado en ti, Yukine. Usa su poder con sabiduría y valentía. El destino de los reinos está ahora en tus manos."

    Con esas palabras, la entidad desaparece, dejando a Yukine y Lidica en la sala central del templo. La luz del cristal se integra completamente en Yukine, y él siente una nueva fuerza y conexión con la magia del mundo.
    El mago Yukine empuja la pesada puerta de madera del bar. Al entrar, una mezcla de luces tenues y sombras danzantes lo envuelven. El aire está cargado de una mezcla de aromas: hierbas exóticas, pociones burbujeantes y el inconfundible olor a magia antigua. El bar está lleno de seres mitológicos de todo tipo. En una esquina, un grupo de elfos discute animadamente sobre la última moda en arcos encantados. Cerca de la barra, un centauro sorbe una bebida espumosa mientras conversa con una sirena que ha encontrado un asiento en un tanque de agua especialmente diseñado para ella. En una mesa central, un dragón en forma humana lanza dados mágicos en un juego de azar con un gnomo y un troll. Yukine avanza con paso seguro, su capa ondeando ligeramente detrás de él. Sus ojos brillan con una luz azulada, reflejo de su poder interior. Se acerca a la barra, donde el barman, un duende de aspecto astuto, le sonríe. “¿Qué te trae por aquí, mago?” pregunta el duende mientras limpia un vaso con un trapo que parece tener vida propia. “He venido en busca de información,” responde Yukine, su voz resonando con autoridad. “Dicen que aquí se puede encontrar a los más sabios y a los más astutos de todos los reinos.” El duende asiente, sus ojos brillando con curiosidad. “Has venido al lugar correcto. Pero aquí, la información tiene un precio.” Yukine sonríe levemente, sacando una pequeña bolsa de su capa y dejándola sobre la barra. El tintineo de las monedas de oro resuena en el bar, atrayendo la atención de varios de los presentes. “Entonces, empecemos,” dice Yukine, preparándose para desentrañar los secretos que lo han llevado hasta este lugar. El duende toma la bolsa de monedas y la guarda rápidamente en un bolsillo de su chaleco. “Muy bien, mago Yukine. ¿Qué es lo que deseas saber?” Yukine se inclina ligeramente hacia adelante, su voz baja pero firme. “Estoy buscando información sobre un antiguo artefacto, el Orbe de Eterna Luz. Se dice que tiene el poder de restaurar el equilibrio entre los reinos.” El duende frunce el ceño, sus ojos brillando con una mezcla de interés y preocupación. “El Orbe de Eterna Luz… No es un objeto común. Muchos lo han buscado, pero pocos han regresado.” Desde una mesa cercana, una figura encapuchada se levanta y se acerca a la barra. “He oído hablar de ese artefacto,” dice la figura, revelando un rostro parcialmente cubierto por cicatrices. “Soy Lidica, una exploradora de tierras lejanas. He visto mapas y escuchado leyendas sobre el Orbe.” Yukine la observa con atención. “¿Estás dispuesta a compartir lo que sabes?” Lidica asiente lentamente. “A cambio de tu ayuda en una misión que tengo pendiente. Necesito recuperar un cristal de poder de las ruinas de un antiguo templo. Es un lugar peligroso, pero con tus habilidades, podríamos tener éxito.” Yukine considera la propuesta por un momento antes de asentir. “De acuerdo. Te ayudaré con tu misión, y a cambio, tú me guiarás hacia el Orbe de Eterna Luz.” El duende sonríe, satisfecho con el acuerdo. “Parece que tenemos un trato. Pero tened cuidado, ambos. Este bar está lleno de oídos curiosos y no todos son de fiar.” Con el pacto sellado, Yukine y Lidica se preparan para partir hacia su peligrosa aventura, sabiendo que el destino de los reinos podría depender de su éxito. Yukine y Lidica abandonan el bar “El Caldero Místico” y se adentran en la noche, sus pasos resonando en las calles empedradas. La luna llena ilumina su camino mientras se dirigen hacia las ruinas del antiguo templo donde se encuentra el cristal de poder que Lidica necesita recuperar. “El templo está a unos días de viaje desde aquí,” explica Lidica mientras caminan. “Está rodeado de un bosque encantado, lleno de criaturas mágicas y trampas antiguas. Tendremos que estar en guardia en todo momento.” Yukine asiente, su mirada fija en el horizonte. “Estoy preparado. Cuéntame más sobre este cristal de poder.” Lidica suspira, recordando las historias que había escuchado desde niña. “El Cristal de la Aurora es un artefacto antiguo que perteneció a mis ancestros. Se dice que tiene la capacidad de amplificar la magia de su portador, pero también puede ser peligroso si cae en las manos equivocadas. Mi familia ha estado buscándolo durante generaciones, y creo que finalmente estoy cerca de encontrarlo.” A medida que avanzan, el paisaje cambia gradualmente de la ciudad a un denso bosque. Los árboles altos y retorcidos parecen susurrar secretos antiguos, y la luz de la luna apenas penetra el espeso follaje. “Debemos acampar aquí por la noche,” sugiere Lidica, señalando un claro en el bosque. “Es mejor no adentrarse en el templo sin descansar primero.” Yukine asiente y comienza a preparar un pequeño campamento. Mientras encienden una fogata, Lidica saca un mapa antiguo y lo extiende sobre el suelo. “Este es el templo,” dice, señalando una estructura en el centro del mapa. “Hay varias entradas, pero la mayoría están protegidas por trampas mágicas. Con tu ayuda, creo que podemos desactivarlas y llegar al cristal.” Yukine estudia el mapa con atención. “Mañana al amanecer, nos dirigiremos al templo. Debemos estar preparados para cualquier cosa.” Con el plan trazado, ambos se acomodan junto a la fogata, sus pensamientos llenos de la misión que les espera. La noche avanza lentamente, y el bosque parece cobrar vida con los sonidos de criaturas nocturnas y el susurro del viento entre los árboles. El amancer y la salida del sol es el indicio que un nuevo día a iniciado, Yukine y Lidica se despiertan y preparan algo de desayuno, dan una segunda revisada al pan trasado con anterioridad y desmontan el campamento hecho, recogiendo las lonas y apagando la totalidad del fuego restante usando magia de agua, poniéndose en marcha una vez mas. Mientras Yukine y Lidica avanzan por el bosque encantado, una sensación de que son observados los invade, poniéndolos algo tensos y expectantes, de repente y entre los arbustos una criatura emerge, poniendo a Yukine y Lidica en alerta, Yukine por instinto acumulo mana en ambas manos preparándose para el combate mientras Lidica desenvaina su espada y se ponen posición defensiva. “¿Quiénes sois y qué buscáis en mi bosque?” pregunta el Leshy, su voz resonando como un eco entre los árboles. Yukine a ver a la criatura disipa su mana y hace un gesto a Lidica para que enfunde su arma, Yukine da un paso adelante, mostrando respeto. “Somos viajeros en busca de un antiguo templo. No queremos causar daño a tu bosque.” El Leshy los observa detenidamente antes de asentir lentamente. "Te conozco mago eres aquel que fue elegido como mediador, La elemental de tierra nos dijo de tu elección y pronto encuentro" el Leshy asintió y les señalo en dirección al sur “El templo que buscáis está protegido por antiguos encantamientos. Si prometéis no dañar el bosque, os guiaré hasta allí.” Lidica y Yukine asienten, agradecidos por la ayuda del Leshy. Con su guía, avanzan más profundamente en el bosque, sabiendo que han ganado un poderoso aliado en su búsqueda al menos de manera temporal. Una vez llegaron a la entrada del templo el Leshy se paro nuevamente frente a ellos "eh cumplido mi parte del trato mediador, espero cumplas la tuya" luego de estas palabras el leshy desaparecio entre el musgo del suelo, Yukine y Lidica se miraron el uno al otro y asintieron con decisión y entraron al templo. El interior del antiguo templo es un lugar impresionante y lleno de misterio. Al entrar, Yukine y Lidica se encuentran en un vasto salón principal, iluminado por la luz tenue que se filtra a través de las grietas en el techo de piedra. Las paredes están cubiertas de intrincados grabados y frescos que representan escenas de antiguas leyendas y batallas épicas. Altas columnas de piedra, decoradas con runas y símbolos antiguos, se alinean a lo largo del salón. Algunas de estas columnas están parcialmente cubiertas de musgo y enredaderas, mostrando el paso del tiempo A lo largo de las paredes, hay estatuas de antiguos guardianes del templo, figuras imponentes con expresiones severas y armas en mano. Estas estatuas parecen vigilar a los intrusos con ojos de piedra En el centro del salón, hay un gran altar de mármol, adornado con gemas y metales preciosos. Sobre el altar, hay un pedestal vacío donde alguna vez estuvo el Cristal de poder Desde el salón principal, varios pasadizos oscuros se extienden hacia las profundidades del templo. Estos pasadizos están llenos de trampas y desafíos, diseñados para proteger los secretos del templo El techo del salón está decorado con un mosaico de colores brillantes que representa el cielo nocturno y las constelaciones. Este mosaico parece brillar con una luz propia, añadiendo un aire mágico al lugar El suelo está hecho de grandes losas de piedra, algunas de las cuales están grabadas con patrones geométricos y símbolos mágicos. A medida que caminan, Yukine y Lidica pueden sentir una energía antigua emanando del suelo El ambiente dentro del templo es solemne y reverente, con un silencio que solo es roto por el eco de sus pasos. Cada rincón del lugar parece estar impregnado de historia y magia, Yukine y Lidica saben que deben proceder con cautela. Mientras Yukine y Lyria avanzan hacia el altar central, una perturbación mágica se siente en el aire. Las runas en las columnas comienzan a brillar intensamente y el suelo tiembla bajo sus pies. Yukine siente la energía mágica acumulándose y sabe que algo está a punto de suceder. Alza su bastón y murmura un conjuro de protección. "Lidica, prepárate. Algo se aproxima." Lidica desenvaina sus dagas, las hojas brillando con runas de fuego y hielo. Se coloca en posición defensiva junto a Yukine. "Estoy lista. Lo que sea que venga, lo enfrentaremos juntos." Las estatuas de los guardianes a lo largo del salón empiezan a moverse, desprendiéndose del polvo y el musgo. Sus ojos de piedra brillan con una luz roja y sus armas relucen bajo la luz del templo. Con pasos pesados, avanzan hacia los intrusos, levantando sus espadas y lanzas. El primer guardián levanta su espada y lanza un golpe poderoso hacia Yukine. Yukine levanta su mano justo a tiempo, bloqueando el ataque con un escudo de energía mágica. El impacto resuena a través del templo, pero Yukine se mantiene firme. Otro guardián se abalanza hacia Lyria con una lanza. Lidica esquiva ágilmente el ataque, rodando hacia un lado y contraatacando con una de sus dagas. La hoja encantada deja una cicatriz ardiente en el brazo de piedra del guardián. Un tercer guardián intenta sorprender a Yukine por detrás, pero Yukine está preparado. Gira rápidamente y lanza un hechizo de viento, empujando al guardián hacia atrás y haciéndolo chocar contra una columna. Yukine y Lidica se coordinan perfectamente, luchando espalda con espalda. Yukine lanza hechizos de fuego y hielo, debilitando a los guardianes mientras Lidica utiliza su agilidad para esquivar y golpear con precisión. El combate continúa, con los guardianes atacando implacablemente y Yukine y Lidica defendiendo cada golpe con destreza y magia. El templo retumba con el sonido de la batalla, y ambos saben que deben mantenerse enfocados si quieren salir victoriosos. El combate se vuelve más frenético cuando Yukine decide utilizar una combinación de hechizos más avanzada. Alza su mano y, con un movimiento rápido, lanza un hechizo de cadena de relámpagos. La cadena de relámpagos salta de un guardián a otro, chisporroteando y dejando marcas de quemaduras en sus superficies de piedra. Los guardianes retroceden momentáneamente, dándoles a Yukine y Lidica un respiro para reagruparse. Lidica aprovecha el momento para lanzar una de sus pociones explosivas a los pies del guardián más cercano. La explosión resulta en un destello cegador seguido de una onda de choque que desestabiliza la estructura del guardián. Con una agilidad impresionante, Lyria se desliza bajo el guardián tambaleante y clava su daga en las articulaciones de piedra, causándole un daño crítico. A pesar de estar envuelto en llamas, el guardián lanza un ataque feroz hacia Yukine. Yukine levanta su escudo de energía justo a tiempo, pero el impacto lo hace retroceder unos pasos. El escudo parpadea, mostrando signos de desgaste. El guardián herido en la pierna intenta golpear a Lidica con su lanza. Lidica esquiva con agilidad, pero el guardián la sigue de cerca, lanzando una serie de ataques rápidos. Lyria bloquea algunos con sus dagas, pero uno de los golpes logra rozarle el brazo, causando un corte superficial. Un tercer guardián, habiendo chocado contra la columna, se reincorpora y lanza un ataque desde la distancia. Alza su mano y una ráfaga de energía oscura se dirige hacia Yukine y Lidica. Yukine desvía la energía con su mano, pero siente la fuerza del impacto. Viendo la oportunidad, Yukine decide recurrir a su hechizo de lanza de hielo, creando una lanza hecha de hielo puro y lanzándola con precisión hacia el corazón de piedra del segundo guardián. La lanza penetra la piedra con un sonido agudo, y el guardián se desploma en una nube de polvo. Lidica, con su agilidad intacta, hace uso de su habilidad "Golpe Sombrío". Se desvanece momentáneamente en una sombra y reaparece detrás del último guardián, donde clava sus dos dagas encantadas en su espalda. Las runas de fuego y hielo se activan simultáneamente, causando una explosión elemental que destruye al guardián desde dentro. El silencio vuelve al templo, interrumpido solo por los ecos de la batalla que aún resuenan en las paredes. Yukine y Lidica, respirando con dificultad, se miran y asienten, sabiendo que han superado una prueba importante. Una vez derrotados los guardianes, el altar que antes estaba vacio ahora resuena, vibra y se ilumina por momentos, Lidica se pone de pie y observa anonadada como de este emerge lo que ha estado buscando durante anos. una luz suave y resplandeciente. Lidica da un paso adelante, sus ojos llenos de asombro y reverencia. "Lo hemos encontrado," susurra, extendiendo una mano hacia el cristal. "por fin lo he encontrado, luego de siglos de busqueda, he cumplido la mision de mi familia y ahora yo y mis desendientes debemos continuar la custodia y proteccion de el cristal ." Yukine se acerca a su lado, su energía mágica resonando con la del cristal sorprendido por este hecho deja salir su aura magica haciendo que resuene con mayor intensidad con el cristal Con una profunda respiración, extiende sus manos hacia el Cristal . La luz del cristal se intensifica y un cálido resplandor envuelve a Yukine. La energía empieza a fluir desde el cristal hacia él, recorriendo su cuerpo como un río de pura magia. Sus ojos brillan con un azul intenso mientras siente cómo su propia magia se fusiona con la del cristal. De repente, una figura comienza a formarse frente a ellos, emergiendo de la luz del cristal. Es una entidad de luz pura, con forma humanoide, pero sus rasgos son etéreos y cambiantes, como si estuviera hecha del mismo resplandor del cristal. "Yukine," dice la entidad con una voz que resuena como un coro de ecos armoniosos, "yo soy el Guardián del Cristal, una manifestación de su esencia." Yukine, todavía envuelto en la energía del cristal, inclina la cabeza en señal de respeto. "¿Por qué me ha elegido el cristal? ¿Por qué me otorga sus poderes?" La entidad de luz se acerca, su presencia irradiando calidez y serenidad. "El Cristal posee un gran poder, uno que puede restaurar el equilibrio o causar destrucción, dependiendo de las intenciones de su portador. Te ha elegido a ti porque eres tu quien fue escogido por lo elementales como mediador." Lidica observa la escena con reverencia, sus ojos llenos de asombro. "¿Qué debemos hacer ahora?" pregunta ella. La entidad sonríe suavemente. "El trabajo de tu familia, el cual desempeño por siglos hoy se ha cumplido, su salvaguarda era fundamental para que hoy el cristal pudiera entregar sus poderes al mediador." "Yukine, ahora que has absorbido los poderes del cristal, te has convertido en su guardián. Debes utilizar este poder para cerrar las brechas que amenazan los reinos y restaurar el equilibrio. Pero recuerda, con gran poder viene una gran responsabilidad." Yukine asiente, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros, pero también una sensación de propósito y claridad. "Lo haré. Protegeré el equilibrio" La luz que forma la entidad comienza a desvanecerse, pero su voz permanece clara. "El Cristal ha confiado en ti, Yukine. Usa su poder con sabiduría y valentía. El destino de los reinos está ahora en tus manos." Con esas palabras, la entidad desaparece, dejando a Yukine y Lidica en la sala central del templo. La luz del cristal se integra completamente en Yukine, y él siente una nueva fuerza y conexión con la magia del mundo.
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  • -anda con heridas mortales en el cuerpo pero aún así lo fuerzan a buscar activamente una forma de sanar a wangji cuando otros podrían hacerlo mejor que el.
    Ajusto los lentes y cerro el décimo libro que llevaba leyendo en la noche
    ¿Avance?
    Ninguno, no encuentra nada que ya no conozca sobre las gemas pero tampoco encuentra algo sobre los malditos elementales, son tan poco conocidos como aquel Dios de Dioses -

    Aveces desearía ser un perro ordinario.... Todo sería tan simple mover la cola y fingir que mi amo me importa.... No suena difícil
    -anda con heridas mortales en el cuerpo pero aún así lo fuerzan a buscar activamente una forma de sanar a wangji cuando otros podrían hacerlo mejor que el. Ajusto los lentes y cerro el décimo libro que llevaba leyendo en la noche ¿Avance? Ninguno, no encuentra nada que ya no conozca sobre las gemas pero tampoco encuentra algo sobre los malditos elementales, son tan poco conocidos como aquel Dios de Dioses - Aveces desearía ser un perro ordinario.... Todo sería tan simple mover la cola y fingir que mi amo me importa.... No suena difícil
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  • En un bosque antiguo y profundo, donde los árboles parecen susurrar secretos ancestrales, el mediador avanzaba con cautela. Sus pasos resonaban sobre las hojas crujientes. La luz del sol apenas penetraba el dosel espeso, creando un mosaico de sombras en el suelo.

    Yukine había escuchado rumores sobre una criatura mítica que habitaba este bosque. Los aldeanos hablaban de un ser con plumas de fuego y ojos que brillaban como estrellas. Algunos decían que era un guardián, mientras que otros afirmaban que era un mensajero de los dioses.

    El mago se detuvo junto a un arroyo cristalino. El agua murmuraba melodías antiguas mientras serpenteadas entre las piedras. Allí, en la penumbra, vio una figura majestuosa: un fénix. Sus plumas eran de un rojo intenso, y sus ojos dorados parecían contener la sabiduría de los siglos.

    No esperaba encontrar a la criatura tan pronto y de manera tan inesperada, avanzo hacia esta con precaución, pero esta le vio y fijo su mirada en el joven y le dejo avanzar lo suficiente hacia esta.

    Yukine se arrodilló ante la criatura. “¿Eres tú el guardián de este bosque?” preguntó con reverencia.

    El fénix extendió sus alas y emitió un canto melodioso. “Soy Aeliana”, dijo su voz resonante. “No soy un guardián ni un mensajero. Soy la esencia misma de este lugar. Protejo su equilibrio y su magia.”

    "Se quien eres, has sido elegido como Mediador, la representación terrenal de nosotros los elementales, tu existencia es vital para nosotros y para el mundo, por eso mediador tengo una petición para ti"

    El mago sintió una oleada de asombro. “¿Qué deseas de mí un ser elemental?”

    La criatura se inclinó hacia él. “El bosque está en peligro. Las sombras se extienden, y la magia se debilita. Necesito tu ayuda, mediador. Debes encontrar el corazón del bosque y reavivar su esencia.”

    Yukine asintió. “Lo haré, noble Aeliana. Pero, ¿cómo puedo encontrar el corazón del bosque?”

    El fénix extendió una garra y dejó caer una hoja dorada en la palma del mago. “Sigue el río hasta su origen. Allí encontrarás una cueva oculta. En su interior, hallarás el corazón, una piedra luminosa que late al ritmo del mundo.”

    Yukine se puso en pie, sosteniendo la hoja dorada con reverencia. “Gracias, Aeliana. No fallaré.”

    Con un último canto, el fénix se elevó en el aire y desapareció entre las ramas. Yukine se adentró en el bosque, su corazón lleno de determinación. La búsqueda del corazón del bosque.
    En un bosque antiguo y profundo, donde los árboles parecen susurrar secretos ancestrales, el mediador avanzaba con cautela. Sus pasos resonaban sobre las hojas crujientes. La luz del sol apenas penetraba el dosel espeso, creando un mosaico de sombras en el suelo. Yukine había escuchado rumores sobre una criatura mítica que habitaba este bosque. Los aldeanos hablaban de un ser con plumas de fuego y ojos que brillaban como estrellas. Algunos decían que era un guardián, mientras que otros afirmaban que era un mensajero de los dioses. El mago se detuvo junto a un arroyo cristalino. El agua murmuraba melodías antiguas mientras serpenteadas entre las piedras. Allí, en la penumbra, vio una figura majestuosa: un fénix. Sus plumas eran de un rojo intenso, y sus ojos dorados parecían contener la sabiduría de los siglos. No esperaba encontrar a la criatura tan pronto y de manera tan inesperada, avanzo hacia esta con precaución, pero esta le vio y fijo su mirada en el joven y le dejo avanzar lo suficiente hacia esta. Yukine se arrodilló ante la criatura. “¿Eres tú el guardián de este bosque?” preguntó con reverencia. El fénix extendió sus alas y emitió un canto melodioso. “Soy Aeliana”, dijo su voz resonante. “No soy un guardián ni un mensajero. Soy la esencia misma de este lugar. Protejo su equilibrio y su magia.” "Se quien eres, has sido elegido como Mediador, la representación terrenal de nosotros los elementales, tu existencia es vital para nosotros y para el mundo, por eso mediador tengo una petición para ti" El mago sintió una oleada de asombro. “¿Qué deseas de mí un ser elemental?” La criatura se inclinó hacia él. “El bosque está en peligro. Las sombras se extienden, y la magia se debilita. Necesito tu ayuda, mediador. Debes encontrar el corazón del bosque y reavivar su esencia.” Yukine asintió. “Lo haré, noble Aeliana. Pero, ¿cómo puedo encontrar el corazón del bosque?” El fénix extendió una garra y dejó caer una hoja dorada en la palma del mago. “Sigue el río hasta su origen. Allí encontrarás una cueva oculta. En su interior, hallarás el corazón, una piedra luminosa que late al ritmo del mundo.” Yukine se puso en pie, sosteniendo la hoja dorada con reverencia. “Gracias, Aeliana. No fallaré.” Con un último canto, el fénix se elevó en el aire y desapareció entre las ramas. Yukine se adentró en el bosque, su corazón lleno de determinación. La búsqueda del corazón del bosque.
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  • Había llegado el momento que Yukine había esperado, la asignación de su primera misión como mediador.
    Luego de superar y aceptar la decisión de las deidades elementales sobre su elección y una reconfortante charla con su amiga y amor secreto quien hoy por sus grandes virtudes se había convertido en la Gran Sabia;
    La misión era simple en el texto ir a uno de los pueblos vecinos en donde se estaban presentando extrañas desapaciokes de personas y había una alta emanación de de magia, lo que según informaciónes dadas alguien estaba haciendo sacrificios humanos para invocar algo.
    Después de algunaa horas de camino llegó al pueblo, si primera impresión fue en ambiente pesado y nefasto, la emanación de magia deterioro visiblemente el entorno e incluso el ánimo de las personas; Yukine no podía evitar sentir rabia ante tal acto atroz, atravesó el mercado y otras cosas siguiendo el rastro magico hasta las afueras en una zona boscosa.....
    Había llegado el momento que Yukine había esperado, la asignación de su primera misión como mediador. Luego de superar y aceptar la decisión de las deidades elementales sobre su elección y una reconfortante charla con su amiga y amor secreto quien hoy por sus grandes virtudes se había convertido en la Gran Sabia; La misión era simple en el texto ir a uno de los pueblos vecinos en donde se estaban presentando extrañas desapaciokes de personas y había una alta emanación de de magia, lo que según informaciónes dadas alguien estaba haciendo sacrificios humanos para invocar algo. Después de algunaa horas de camino llegó al pueblo, si primera impresión fue en ambiente pesado y nefasto, la emanación de magia deterioro visiblemente el entorno e incluso el ánimo de las personas; Yukine no podía evitar sentir rabia ante tal acto atroz, atravesó el mercado y otras cosas siguiendo el rastro magico hasta las afueras en una zona boscosa.....
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  • La gente infravalora muy seguido la magia que manipula la música, considerándola un simple truco barato para entretener a las masas ¿Que fuerza podría tener una magia que manipula las melodías?, consideran que solo las magias elementales primordiales como las del fuego o el agua son dignas de destacarse. Aquel prodigio dotado con aquella magia no pensó así, fue más allá que nadie y entendió la esencia de su magia y su valor. La música siempre ha sido añorada y venerada por cualquier entidad pensante, siendo una fuerza incomprendida pero deseada. Atravesando el corazón de cualquiera dotándole de la más dulce de las inspiraciones o la más amarga de las desesperaciones.


    Ningún ser vivo escapa de su poderío, todos poseen un ritmo único y danzan conforme a el. La música es el estimulo perfecto ¿Que ser vivo es capaz de vivir carente de estímulos?, el aburrimiento es un pecado imperdonable que nadie perdona. Una fuerza tan valiosa y el es capaz de controlarla a su antojo. El poder muchas veces no viene en la funda esperada.


    El es el maestro de ceremonia que gobierna sobre las melodías, sus adversarios son el publico que escucharan su melodía. Un omninoso estruendo, un requiem que anuncia el fin de sus vidas.
    La gente infravalora muy seguido la magia que manipula la música, considerándola un simple truco barato para entretener a las masas ¿Que fuerza podría tener una magia que manipula las melodías?, consideran que solo las magias elementales primordiales como las del fuego o el agua son dignas de destacarse. Aquel prodigio dotado con aquella magia no pensó así, fue más allá que nadie y entendió la esencia de su magia y su valor. La música siempre ha sido añorada y venerada por cualquier entidad pensante, siendo una fuerza incomprendida pero deseada. Atravesando el corazón de cualquiera dotándole de la más dulce de las inspiraciones o la más amarga de las desesperaciones. Ningún ser vivo escapa de su poderío, todos poseen un ritmo único y danzan conforme a el. La música es el estimulo perfecto ¿Que ser vivo es capaz de vivir carente de estímulos?, el aburrimiento es un pecado imperdonable que nadie perdona. Una fuerza tan valiosa y el es capaz de controlarla a su antojo. El poder muchas veces no viene en la funda esperada. El es el maestro de ceremonia que gobierna sobre las melodías, sus adversarios son el publico que escucharan su melodía. Un omninoso estruendo, un requiem que anuncia el fin de sus vidas.
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  • El camino hacia la venganza
    Categoría Aventura
    -Todos cometemos errores, algunos pequeños... desde lo más simples que tienen la posibilidad de un remedio, y a su vez otros grandes o fatales; sin embargo desde aquel día, el error más grave de Cham Cham, cargado de inocencia y promovido por el orgullo, fué el más grande y terrible de todos. Su misión era cuidar de la Piedra de Palenque, un artefacto único y muy poderoso manteniendose en estricto resguardo dentro del templo del aire. No obstante, ella tomó secretamente la poderosa reliquia de su pueblo natal para probar su eficacia cómo guerrera, al enfrentarse con un ser elemental de la naturaleza mexica, cuyo fin fué demostrarle su gran poder, sin embargo éste se lo arrebató por mera maldad al conocer el potente poder y magia que posee. Prontamente, la culpa no se hizo a esperar y llegando a ella, pues la honra de su familia iba en picada, la desdicha de su pueblo es latente y la ira de los dioses es peor que la muerte, su pueblo podía caer en una verdadera desgracia. Entonces, pensando en las posibles y terribles consecuencias a causa de su "ineptitud e incapacidad de cumplir una orden", la joven establece un viaje de búsqueda con su chimpancé mascota "Paku Paku" con el objetivo de encontrar el artefacto.-

    -Durante aquel viaje, grandes y bellos bosques se acoplan a la lejanía de las tierras de aquel sitio; la belleza natural es exorbitante por la presencia de la exótica naturaleza y densos árboles que hacen de cobertura a las benditas tierras de Dioses antiguos e imperios que les rinden culto. En aquellas fechas, la primavera había llegado apenas dando su mayor folklor, criaturas de toda índole y espíritus elementales rondan en las cercanías, el cántico de las aves se escuchaba en todo su esplendor y al unísono. Para entonces, la veloz presencia de Cham Cham rompió con el canto de las criaturas y el silencio que domina en los rincones.-

    - Ante el brillo de los rayos del sol, la fisionomía de la joven guerrera le daba una edad aparente a los dieciséis años, de exótica vestimenta que presume al peligroso felino oriundo de aquellas tierras: El jaguar, el depredador más temible y maestro de la caza que todos los animales le temen. Armada de un largo bumerang fabricado con oro y obsidiana, gauntlets y botas fabricados con piel del jaguar, Cham Cham paulatinamente se adentra entre ese mar de árboles, mientras su larga y abundante cabellera se ilumina con el peculiar brillo de tono jade en representación de la tierra y grandes valles de la Diosa Tonantzin. Entretanto, la joven guerrera corría a gran velocidad entre las gruesas ramas invadidas por el musgo, mientras sus piernas y brazos son lo suficientemente fuertes y ágiles para dicha maniobra que sólo un malabarista con gran experiencia es capaz de hacer desafiando a la muerte y al peligro. Fue entonces que, de un instante a otro, se detuvo en seco.-

    —Madre Tonantzin ¿podré llegar a mi destino? -Alzó su vista a la lejanía de aquel mar de verdes y robustos árboles-
    —Padre Huitzilopochtli, padre de la guerra infinita, guíame al sendero de la victoria, ésta guerrera jaguar afronta una misión peligrosa, Quetzalcóatl, nuestro más apreciado y benévolo padre del viento, no me abandones. -Cerró por breves instantes sus orbes, cuando sintió una presencia de cerca.-
    —¡Paku Paku! ¿Has visto al duende cerca? ¿puedes sentirlo? -Cuestionó al pequeño mono que trae consigo, siendo un buen amigo y compañero de lucha que nunca le abandona, debía llegar al fondo del asunto y conocer otros sitios más allá de lo que conoce, sin imaginar que había llegado bastante lejos y casi a las provincias de una ciudad urbanizada, lo que actualmente conocemos.-
    -Todos cometemos errores, algunos pequeños... desde lo más simples que tienen la posibilidad de un remedio, y a su vez otros grandes o fatales; sin embargo desde aquel día, el error más grave de Cham Cham, cargado de inocencia y promovido por el orgullo, fué el más grande y terrible de todos. Su misión era cuidar de la Piedra de Palenque, un artefacto único y muy poderoso manteniendose en estricto resguardo dentro del templo del aire. No obstante, ella tomó secretamente la poderosa reliquia de su pueblo natal para probar su eficacia cómo guerrera, al enfrentarse con un ser elemental de la naturaleza mexica, cuyo fin fué demostrarle su gran poder, sin embargo éste se lo arrebató por mera maldad al conocer el potente poder y magia que posee. Prontamente, la culpa no se hizo a esperar y llegando a ella, pues la honra de su familia iba en picada, la desdicha de su pueblo es latente y la ira de los dioses es peor que la muerte, su pueblo podía caer en una verdadera desgracia. Entonces, pensando en las posibles y terribles consecuencias a causa de su "ineptitud e incapacidad de cumplir una orden", la joven establece un viaje de búsqueda con su chimpancé mascota "Paku Paku" con el objetivo de encontrar el artefacto.- -Durante aquel viaje, grandes y bellos bosques se acoplan a la lejanía de las tierras de aquel sitio; la belleza natural es exorbitante por la presencia de la exótica naturaleza y densos árboles que hacen de cobertura a las benditas tierras de Dioses antiguos e imperios que les rinden culto. En aquellas fechas, la primavera había llegado apenas dando su mayor folklor, criaturas de toda índole y espíritus elementales rondan en las cercanías, el cántico de las aves se escuchaba en todo su esplendor y al unísono. Para entonces, la veloz presencia de Cham Cham rompió con el canto de las criaturas y el silencio que domina en los rincones.- - Ante el brillo de los rayos del sol, la fisionomía de la joven guerrera le daba una edad aparente a los dieciséis años, de exótica vestimenta que presume al peligroso felino oriundo de aquellas tierras: El jaguar, el depredador más temible y maestro de la caza que todos los animales le temen. Armada de un largo bumerang fabricado con oro y obsidiana, gauntlets y botas fabricados con piel del jaguar, Cham Cham paulatinamente se adentra entre ese mar de árboles, mientras su larga y abundante cabellera se ilumina con el peculiar brillo de tono jade en representación de la tierra y grandes valles de la Diosa Tonantzin. Entretanto, la joven guerrera corría a gran velocidad entre las gruesas ramas invadidas por el musgo, mientras sus piernas y brazos son lo suficientemente fuertes y ágiles para dicha maniobra que sólo un malabarista con gran experiencia es capaz de hacer desafiando a la muerte y al peligro. Fue entonces que, de un instante a otro, se detuvo en seco.- —Madre Tonantzin ¿podré llegar a mi destino? -Alzó su vista a la lejanía de aquel mar de verdes y robustos árboles- —Padre Huitzilopochtli, padre de la guerra infinita, guíame al sendero de la victoria, ésta guerrera jaguar afronta una misión peligrosa, Quetzalcóatl, nuestro más apreciado y benévolo padre del viento, no me abandones. -Cerró por breves instantes sus orbes, cuando sintió una presencia de cerca.- —¡Paku Paku! ¿Has visto al duende cerca? ¿puedes sentirlo? -Cuestionó al pequeño mono que trae consigo, siendo un buen amigo y compañero de lucha que nunca le abandona, debía llegar al fondo del asunto y conocer otros sitios más allá de lo que conoce, sin imaginar que había llegado bastante lejos y casi a las provincias de una ciudad urbanizada, lo que actualmente conocemos.-
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    80
    Estado
    Disponible
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    Me shockea
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  • ༒𝓐𝓷𝓷 𝓦𝓲𝓽𝓬𝓱𝓮𝓻.

    El mundo no está preparado todavía para entender la filosofía de las ciencias ocultas: deja primero que se aseguren de que existen seres en un mundo invisible, ya sean 《espiritus》 de los muertos o Elementales; y que existen poderes escondidos en el hombre, capaces de hacer de él un Dios en la Tierra.
    ༒𝓐𝓷𝓷 𝓦𝓲𝓽𝓬𝓱𝓮𝓻. El mundo no está preparado todavía para entender la filosofía de las ciencias ocultas: deja primero que se aseguren de que existen seres en un mundo invisible, ya sean 《espiritus》 de los muertos o Elementales; y que existen poderes escondidos en el hombre, capaces de hacer de él un Dios en la Tierra.
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