• Un étrange café.
    Fandom oc
    Categoría Otros
    ℂ𝐡𝐥𝐨𝑒 ⁖⁖

    Era de noche, la oscuridad era perfecta para que se cometieran los actos más atroces, para que los cazadores salieran por sus presas y para que estas se ocultaran.

    Algo así es lo que sucedía en este momento. El dragón había ido en caza de ciertas personas que cometieron un acto en contra de su cliente, uno cuya pena era la muerte.

    ¿Le importaba? No, sólo lo hacía por las joyas prometidas, unas que le habían gustado a Seryn su pequeña hermana, y sólo eso era necesario para que derramara sangre sin dudarlo.

    Se supone que sus objetivos eran los dueños de una cafetería en lo que sería su tierra natal, Francia. Así que decidió hacer una visita, claro, como cliente.

    Debía reconocer el terreno, ver cualquier posible salida de emergencia no contemplada, calcular la distancia de dicho sitio a cualquier punto donde pudieran usar vehículos y escaparse.

    Para eso servía esa noche, era de reconocimiento, y por ello es que decidió tomar asiento en una de las mesas que se encontraban fuera del sitio, como para poder hacer su análisis sin ser descubierto.

    Tampoco quería que su rostro fuese aprendido por dichos dueños, pues tenían fama de paranoicos por sus actos diarios, lo cual sería un problema para el futuro de la misión.

    Como cualquier cliente esperó a que se acercara un mozo para preguntar por su comanda, y entonces fue cuando pidió lo de siempre en esa clase de lugares.

    ── Un café negro, con doble carga y bien caliente. ──
    [Pandemonium.ft] Era de noche, la oscuridad era perfecta para que se cometieran los actos más atroces, para que los cazadores salieran por sus presas y para que estas se ocultaran. Algo así es lo que sucedía en este momento. El dragón había ido en caza de ciertas personas que cometieron un acto en contra de su cliente, uno cuya pena era la muerte. ¿Le importaba? No, sólo lo hacía por las joyas prometidas, unas que le habían gustado a Seryn su pequeña hermana, y sólo eso era necesario para que derramara sangre sin dudarlo. Se supone que sus objetivos eran los dueños de una cafetería en lo que sería su tierra natal, Francia. Así que decidió hacer una visita, claro, como cliente. Debía reconocer el terreno, ver cualquier posible salida de emergencia no contemplada, calcular la distancia de dicho sitio a cualquier punto donde pudieran usar vehículos y escaparse. Para eso servía esa noche, era de reconocimiento, y por ello es que decidió tomar asiento en una de las mesas que se encontraban fuera del sitio, como para poder hacer su análisis sin ser descubierto. Tampoco quería que su rostro fuese aprendido por dichos dueños, pues tenían fama de paranoicos por sus actos diarios, lo cual sería un problema para el futuro de la misión. Como cualquier cliente esperó a que se acercara un mozo para preguntar por su comanda, y entonces fue cuando pidió lo de siempre en esa clase de lugares. ── Un café negro, con doble carga y bien caliente. ──
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  • Chemins croisés.
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    Se trataba de una misión más, algo usual, ir y recuperar ciertas cosas que a su cliente le importaba.

    En esta ocasión, se trataba de piezas exóticas, obtenidos de seres como él, seres distintos a la raza humana.

    Si bien, hacía las cosas por dinero, en esta ocasión, lo hacía por gusto. Nada disfrutaba más que eliminar a cazadores de criaturas, pues eran sin duda de lo más desagradable para él, y le recordaban al incidente de sus padres.

    Sabía lo necesario, la ubicación del hangar donde planeaba transportar la "mercancía" a distintas partes del mundo, tenía que impedirlo, pues aquél magnate que contrató a la familia Feu, buscaba recuperar su preciada colección de criaturas marítimas.

    Había decidido volar para alcanzar las coordenadas más rápido, y solo estando a doscientos metros pudo vislumbrar aquél hangar entre el desierto.

    ── Allí vamos. ──

    Rath Bogard
    Se trataba de una misión más, algo usual, ir y recuperar ciertas cosas que a su cliente le importaba. En esta ocasión, se trataba de piezas exóticas, obtenidos de seres como él, seres distintos a la raza humana. Si bien, hacía las cosas por dinero, en esta ocasión, lo hacía por gusto. Nada disfrutaba más que eliminar a cazadores de criaturas, pues eran sin duda de lo más desagradable para él, y le recordaban al incidente de sus padres. Sabía lo necesario, la ubicación del hangar donde planeaba transportar la "mercancía" a distintas partes del mundo, tenía que impedirlo, pues aquél magnate que contrató a la familia Feu, buscaba recuperar su preciada colección de criaturas marítimas. Había decidido volar para alcanzar las coordenadas más rápido, y solo estando a doscientos metros pudo vislumbrar aquél hangar entre el desierto. ── Allí vamos. ── [rathbogard1]
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    Rex *voz grave, serena, cargada de juicio*

    Hermano… ¿alguna vez te has preguntado en qué momento los ángeles dejaron de servir a la Luz y comenzaron a adorarse a sí mismos?

    *Da unos pasos, las alas plegadas, la mirada firme.*

    Se dicen guardianes del orden, mensajeros de la voluntad divina… pero su corazón late al ritmo de la avaricia. No desean proteger el cielo, desean poseerlo.
    La codicia los cegó: primero quisieron autoridad, luego veneración… y ahora se creen dioses.

    *Aprieta el puño.*

    Olvidaron que el poder no se reclama, se sostiene con sacrificio.
    Ellos no crean… consumen. No guían… imponen.
    Y lo peor no es que se equivoquen, hermano…

    lo peor es que jamás admitirán su caída, porque para un ángel orgulloso, aceptar el error es peor que caer al abismo.

    *Suspira, con una media sonrisa amarga.*

    Tal vez por eso temen tanto a los demonios y a los humanos…
    porque en nuestra fragilidad aún existe algo que ellos perdieron hace siglos:
    conciencia.

    Recuérdalo bien, hermano…
    quien se proclama dios por codicia, ya ha firmado su propia ruina.
    Rex *voz grave, serena, cargada de juicio* Hermano… ¿alguna vez te has preguntado en qué momento los ángeles dejaron de servir a la Luz y comenzaron a adorarse a sí mismos? *Da unos pasos, las alas plegadas, la mirada firme.* Se dicen guardianes del orden, mensajeros de la voluntad divina… pero su corazón late al ritmo de la avaricia. No desean proteger el cielo, desean poseerlo. La codicia los cegó: primero quisieron autoridad, luego veneración… y ahora se creen dioses. *Aprieta el puño.* Olvidaron que el poder no se reclama, se sostiene con sacrificio. Ellos no crean… consumen. No guían… imponen. Y lo peor no es que se equivoquen, hermano… lo peor es que jamás admitirán su caída, porque para un ángel orgulloso, aceptar el error es peor que caer al abismo. *Suspira, con una media sonrisa amarga.* Tal vez por eso temen tanto a los demonios y a los humanos… porque en nuestra fragilidad aún existe algo que ellos perdieron hace siglos: conciencia. Recuérdalo bien, hermano… quien se proclama dios por codicia, ya ha firmado su propia ruina.
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    Perdí la respuesta del rol debido a un anuncio.
    No se diga mas, me voy a opera a ponerle ad blockers.

    Pdta.: Vean a chibi Reze mi amorcito ♡
    Perdí la respuesta del rol debido a un anuncio. No se diga mas, me voy a opera a ponerle ad blockers. Pdta.: Vean a chibi Reze mi amorcito ♡
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  • Siento el calor del sol, la música suave del tocadiscos... por primera vez en dias siento apetito.

    Hoy buscaré mi bastón, saldré a curiosear en las calles de Palermo, esperando disfrutar un poco de este país a pesar de que no lo pueda ver como los demás.
    Siento el calor del sol, la música suave del tocadiscos... por primera vez en dias siento apetito. Hoy buscaré mi bastón, saldré a curiosear en las calles de Palermo, esperando disfrutar un poco de este país a pesar de que no lo pueda ver como los demás.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Uss estará de viaje del 17 al 22 de Diciembre, por lo que pueden demorar las respuestas. Disculpen las molestias y gracias por la comprensión.
    Uss estará de viaje del 17 al 22 de Diciembre, por lo que pueden demorar las respuestas. Disculpen las molestias y gracias por la comprensión.
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  • Horas antes del inicio de aquel extraño evento, una tarde, Ekaterina se hallaba sola en el apartamento rentado por su amiga Shiori Novella quién había salido de urgencia hacia un lugar a hacer algo de suma importancia. Ekaterina se encontraba limpiando con ayuda de sus tentáculos, cuando se repente algo comenzó a tocar la puerta, los mismos tentáculos no dieron aviso de peligro, por lo que decidió esconderlos en su espalda, e ir a ver de quién se trata la persona que está tocando, por el rabillo de la puerta Ekaterina logra apreciar a una joven vestida de negro. En ese momento le entraron varias dudas, no sabía si abrirle creyendo que es amiga de Shiori, o algún vecino queriendo pedirle algo, sin embargo, al cabo de unos segundos tomó la iniciativa de abrir la puerta para recibirla.

    Nicole Thompson
    Horas antes del inicio de aquel extraño evento, una tarde, Ekaterina se hallaba sola en el apartamento rentado por su amiga [specter_copper_horse_768] quién había salido de urgencia hacia un lugar a hacer algo de suma importancia. Ekaterina se encontraba limpiando con ayuda de sus tentáculos, cuando se repente algo comenzó a tocar la puerta, los mismos tentáculos no dieron aviso de peligro, por lo que decidió esconderlos en su espalda, e ir a ver de quién se trata la persona que está tocando, por el rabillo de la puerta Ekaterina logra apreciar a una joven vestida de negro. En ese momento le entraron varias dudas, no sabía si abrirle creyendo que es amiga de Shiori, o algún vecino queriendo pedirle algo, sin embargo, al cabo de unos segundos tomó la iniciativa de abrir la puerta para recibirla. [nicole_goth]
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  • - El Emperador de china estaba camimado, por los largos pasillos del palacio la noche parecia muy tranquila mientras caminaba por alli-

    ¡Hao! , es muy silencioso esto y eso que es demaciado grande.
    - El Emperador de china estaba camimado, por los largos pasillos del palacio la noche parecia muy tranquila mientras caminaba por alli- ¡Hao! , es muy silencioso esto y eso que es demaciado grande.
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  • Escrito en las paredes
    Fandom Hellaverse/Hazbin Hotel
    Categoría Otros
    Habían pasado ya algunos días y el cruce de palabras o siquiera miradas entre el rey y quien más estuviera en el hotel era mínimo, por no decir inexistente.
    Era evidente que de nuevo sus pensamientos lo estaban consumiendo y, sumado a ello, evitaba especialmente a cierto molesto botones que parecía haberle dado al menos un poco de paz mientras tanto, pero el gusto era extraño.

    Mientras más pasaba hundido en su propia mente y menos en las discusiones, de nuevo los pensamientos intrusivos se iban acumulando y fue entonces cuando recordó aquellas palabras, como un eco distante, pero llegó a su cabeza la imagen distorsionada y su voz.

    Su canto... era verdad que podía expresar mucho con la voz y lo había dejado de hacer hace tanto tiempo que incluso le costaba, pero volvía entonces a recordar esa tarde, un par de minutos apenas, pero que dejaron huella.
    Tomando un respiro profundo, caminó hacia el ventanal, observando desde su torre la ciudad, oscura y poco apoco en ruinas, pero no siempre fue de esa manera.

    Pasando la mano por el cristal como si de limpiar la mugre se tratara, fue entonces que lo vio, un espejismo del pasado mostrando cada edificio en su antigua gloria, cuando recién construyó todo desde la nada misma, piedra por piedra, a mano, pues no tenía a Keekee como ahora formaba parte del hotel y menos mano de obra.
    Abriendo las puertas, caminó por el balcón, tomando aire y comenzando a cantar suavemente, apenas dejando que su voz fuera llevada con el viento pero, al paso de los compases, era cada vez más audible, con más sentimiento, extendiendo las alas para arrojarse al vacío y, al poco de tocar el suelo, volver a elevarse, dejando que una estela dorada proyectara la misma imagen que él veía en su cabeza a quien fuera capaz de distinguirlo.

    Los años no solo habían sido crueles con las construcciones, también con él que había dejado partes de sí en todo lo que ahora veían los pecadores con desprecio, como si no fuera más que escombro, sin saber que era el mismo Lucifer quien buscó erguir un infierno majestuoso en el cual recibir a todos los pecadores, darles un segundo hogar tras la muerte y perder todo lo que en vida conocían, pisoteándolo.

    https://www.youtube.com/watch?v=jJD-UIB60vs&list=RDjJD-UIB60vs&start_radio=1
    Habían pasado ya algunos días y el cruce de palabras o siquiera miradas entre el rey y quien más estuviera en el hotel era mínimo, por no decir inexistente. Era evidente que de nuevo sus pensamientos lo estaban consumiendo y, sumado a ello, evitaba especialmente a cierto molesto botones que parecía haberle dado al menos un poco de paz mientras tanto, pero el gusto era extraño. Mientras más pasaba hundido en su propia mente y menos en las discusiones, de nuevo los pensamientos intrusivos se iban acumulando y fue entonces cuando recordó aquellas palabras, como un eco distante, pero llegó a su cabeza la imagen distorsionada y su voz. Su canto... era verdad que podía expresar mucho con la voz y lo había dejado de hacer hace tanto tiempo que incluso le costaba, pero volvía entonces a recordar esa tarde, un par de minutos apenas, pero que dejaron huella. Tomando un respiro profundo, caminó hacia el ventanal, observando desde su torre la ciudad, oscura y poco apoco en ruinas, pero no siempre fue de esa manera. Pasando la mano por el cristal como si de limpiar la mugre se tratara, fue entonces que lo vio, un espejismo del pasado mostrando cada edificio en su antigua gloria, cuando recién construyó todo desde la nada misma, piedra por piedra, a mano, pues no tenía a Keekee como ahora formaba parte del hotel y menos mano de obra. Abriendo las puertas, caminó por el balcón, tomando aire y comenzando a cantar suavemente, apenas dejando que su voz fuera llevada con el viento pero, al paso de los compases, era cada vez más audible, con más sentimiento, extendiendo las alas para arrojarse al vacío y, al poco de tocar el suelo, volver a elevarse, dejando que una estela dorada proyectara la misma imagen que él veía en su cabeza a quien fuera capaz de distinguirlo. Los años no solo habían sido crueles con las construcciones, también con él que había dejado partes de sí en todo lo que ahora veían los pecadores con desprecio, como si no fuera más que escombro, sin saber que era el mismo Lucifer quien buscó erguir un infierno majestuoso en el cual recibir a todos los pecadores, darles un segundo hogar tras la muerte y perder todo lo que en vida conocían, pisoteándolo. https://www.youtube.com/watch?v=jJD-UIB60vs&list=RDjJD-UIB60vs&start_radio=1
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  • El bar, al igual que el hall del hotel, quedaron en absoluto silencio tras la partida de Lucifer. Sólo el tintinear de los hielos contra el vidrio del vaso era audible cuando él jugaba con el mismo entre sus manos.
    Aún sentado en el taburete de aquel bar tan desolado como el hotel, había su brazo libre en la barra y recargado su rostro en su mano mientras, distraídamente, observaba el licor a medio beber en el vaso. El líquido ondeaba en círculos paralelos a los movimientos que él hacía con el recipiente en su mano. Suspiró sin darse cuenta. Su mente divagando más allá del presente. Hacia el pasado, pero no uno muy lejano. Tan solo hacía unos minutos atrás ¿Quién sabía si menos?
    Sin embargo, pronto su mente terminó recordando la melodía de un violín. El canto angelical que acompañaba una suave melodía tocada a dueto por dos armoniosos instrumentos. Un brillo dorado que había acabado por iluminar el ambiente incluso más que cualquier luz que pudo alguna vez haber visto.

    — Mmm mmm... — Pronto se encontró a sí mismo tarareando, aunque tal vez no fue del todo consciente que lo hacía. Su sombra bajo sus pies, escurriéndose en la pared a su lado, observándolo con expresión confundida y ladeando la cabeza. Intentando verle a los ojos pero él no parecía notario. Su mirada en el licor que todavía hacía girar en su vaso mientras observaba sin mirar. Su mente divagando más allá.
    La sombra insistió, pasando a estar frente a él, incluso una mano agitó en sus narices pero, otra vez él no lo notó. O tal vez sí esta segunda vez pero no le importó. Apoyó el vaso en la barra y, sin levantarse, le dio la espalda para apoyarse sutilmente en la misma. Su mirada ahora perdida en el piano y sus oídos parecieron reproducir la suave melodía. Por un momento incluso sus ojos lo engañaron con la ilusión de la magia sucedida alrededor del instrumento.

    Apoyando un brazo en la barra y recargando su rostro en el piano, volvió a pensar en silencio.
    Volvió a recordar y, poco después, dejó escapar una suave risa silenciosa.

    — My radiant beam in the night
    I don't need no light to see you
    Shine
    It's your golden hour (oh)
    You slow down tiilime
    In your golden hour (oh) —

    Comenzó a tararear en voz baja de forma distraída con suave sonrisa.
    El bar, al igual que el hall del hotel, quedaron en absoluto silencio tras la partida de Lucifer. Sólo el tintinear de los hielos contra el vidrio del vaso era audible cuando él jugaba con el mismo entre sus manos. Aún sentado en el taburete de aquel bar tan desolado como el hotel, había su brazo libre en la barra y recargado su rostro en su mano mientras, distraídamente, observaba el licor a medio beber en el vaso. El líquido ondeaba en círculos paralelos a los movimientos que él hacía con el recipiente en su mano. Suspiró sin darse cuenta. Su mente divagando más allá del presente. Hacia el pasado, pero no uno muy lejano. Tan solo hacía unos minutos atrás ¿Quién sabía si menos? Sin embargo, pronto su mente terminó recordando la melodía de un violín. El canto angelical que acompañaba una suave melodía tocada a dueto por dos armoniosos instrumentos. Un brillo dorado que había acabado por iluminar el ambiente incluso más que cualquier luz que pudo alguna vez haber visto. — Mmm mmm... — Pronto se encontró a sí mismo tarareando, aunque tal vez no fue del todo consciente que lo hacía. Su sombra bajo sus pies, escurriéndose en la pared a su lado, observándolo con expresión confundida y ladeando la cabeza. Intentando verle a los ojos pero él no parecía notario. Su mirada en el licor que todavía hacía girar en su vaso mientras observaba sin mirar. Su mente divagando más allá. La sombra insistió, pasando a estar frente a él, incluso una mano agitó en sus narices pero, otra vez él no lo notó. O tal vez sí esta segunda vez pero no le importó. Apoyó el vaso en la barra y, sin levantarse, le dio la espalda para apoyarse sutilmente en la misma. Su mirada ahora perdida en el piano y sus oídos parecieron reproducir la suave melodía. Por un momento incluso sus ojos lo engañaron con la ilusión de la magia sucedida alrededor del instrumento. Apoyando un brazo en la barra y recargando su rostro en el piano, volvió a pensar en silencio. Volvió a recordar y, poco después, dejó escapar una suave risa silenciosa. — My radiant beam in the night I don't need no light to see you Shine It's your golden hour (oh) You slow down tiilime In your golden hour (oh) — Comenzó a tararear en voz baja de forma distraída con suave sonrisa.
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