• 𝑾𝒉𝒂𝒕 𝒂𝒓𝒆 𝒘𝒆 𝒔𝒖𝒑𝒑𝒐𝒔𝒆𝒅 𝒕𝒐 𝒅𝒐?
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    Categoría Drama
    Todo parecía que se fuese a desmoronar. Aquella vida, aquel mundo por el que habían luchado. O al menos era la impresión que Feyre tenía.
    Desde que su hermana le comentó la naturaleza de la reciente relación con Azriel, ni siquiera era capaz de mirar a Cassian a la cara. No le correspondía decir nada, al menos de primeras, o eso quería pensar. Pero no le gustaba cargar con un secreto de tal magnitud.

    No se le había escapado la expresión de 𝐑𝐡𝐲𝐬𝐚𝐧𝐝 y no sabía bien cómo abordarle. Sabía que seguramente se sentía dolido por el desconocimiento, y también porque eran sus hermanos.
    Con una copa en la mano, se escaqueó de aquel baile, saliendo al balcón para poder ver Velaris iluminada.
    Todo parecía que se fuese a desmoronar. Aquella vida, aquel mundo por el que habían luchado. O al menos era la impresión que Feyre tenía. Desde que su hermana le comentó la naturaleza de la reciente relación con Azriel, ni siquiera era capaz de mirar a Cassian a la cara. No le correspondía decir nada, al menos de primeras, o eso quería pensar. Pero no le gustaba cargar con un secreto de tal magnitud. No se le había escapado la expresión de [High.Lord] y no sabía bien cómo abordarle. Sabía que seguramente se sentía dolido por el desconocimiento, y también porque eran sus hermanos. Con una copa en la mano, se escaqueó de aquel baile, saliendo al balcón para poder ver Velaris iluminada.
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  • -sera mejor que te comportes querida, recuerda, este no es tu territorio, y mientras el orfanato siga en pie, nunca lo sera- Bloom abrio la puerta de la biblioteca en la cual se encontraba estudiando su alumno -Andromeda, el es mi alumno Junior Phantomhive, Junior, ella es andromeda, fue mi maestra hace algunos años- los tacones de la dama resonaron en el suelo de madera -asi que tu eres el nuevo alumno de Bloom, un humano, no me sorprende, pero me alegra que Bloom siga con las buenas constumbres- apesar de que su rostro era apenas visible notaste como sonreia alegre -Bloom me llamo ya que hoy sere yo quien imparta tu clase, pues vas a aprender sobre magia espacial, no unicamente astros y planetas, si no sobre el espacio en si- la vestimenta de la dama empezo a intercalar sus colores rojos, blanco y negro causando una distorcion en el espacio, cuando se detuvo los 3 se ecnontraban en un campo de ceped purpura y cielo rojo -no confundas esto con teletransportacion o translocacion, lo que acabas de prescenciar se llama grieta, una distorcion espacial que s eusa para moverse de una dimension a otra, tu maetsra estara aqui para que no te sientas inseguro, pero espero que estes abierto a aprender de mis conocimientos-
    -sera mejor que te comportes querida, recuerda, este no es tu territorio, y mientras el orfanato siga en pie, nunca lo sera- Bloom abrio la puerta de la biblioteca en la cual se encontraba estudiando su alumno -Andromeda, el es mi alumno [littl3gr3y], Junior, ella es andromeda, fue mi maestra hace algunos años- los tacones de la dama resonaron en el suelo de madera -asi que tu eres el nuevo alumno de Bloom, un humano, no me sorprende, pero me alegra que Bloom siga con las buenas constumbres- apesar de que su rostro era apenas visible notaste como sonreia alegre -Bloom me llamo ya que hoy sere yo quien imparta tu clase, pues vas a aprender sobre magia espacial, no unicamente astros y planetas, si no sobre el espacio en si- la vestimenta de la dama empezo a intercalar sus colores rojos, blanco y negro causando una distorcion en el espacio, cuando se detuvo los 3 se ecnontraban en un campo de ceped purpura y cielo rojo -no confundas esto con teletransportacion o translocacion, lo que acabas de prescenciar se llama grieta, una distorcion espacial que s eusa para moverse de una dimension a otra, tu maetsra estara aqui para que no te sientas inseguro, pero espero que estes abierto a aprender de mis conocimientos-
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  • —La delgada y esbelta chica era ls definición de mimada, Aegon solía pedir hermosos vestidos y joyas a la chica misteriosa siendo solo de su propio conocimiento de quién se trataba en realidad, provocando la envidia de todas las mujeres de la corte y de sus hijas jóvenes quiénes buscaban la atención del príncipe.-
    —La delgada y esbelta chica era ls definición de mimada, Aegon solía pedir hermosos vestidos y joyas a la chica misteriosa siendo solo de su propio conocimiento de quién se trataba en realidad, provocando la envidia de todas las mujeres de la corte y de sus hijas jóvenes quiénes buscaban la atención del príncipe.-
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  • ¿Es posible burlar a la muerte?

    Para Kazuo, esto era algo innato. Había burlado a la muerte por más de 1,200 año. Pero ahora la cuenta regresiva se sentía más cerca que nunca. En un acto de amor, Kazuo vinculó su alma a la de Elizabeth. El día en que ella dé su último suspiro, él la acompañará.

    Aunque morir por amor suene muy romántico, Kazuo tenía la certeza de que volvería a reencarnar siendo quien es. Pero... ¿podría vivir una nueva vida sin ella? ¿Cómo sabría si ella se reencarnaría? ¿Y él, recordaría algo?

    Eran demasiados cabos sueltos, demasiada incertidumbre que el zorro no estaba dispuesto a asumir. Había dedicado sus últimas semanas a buscar información en libros, documentos y escritos de cualquier tipo que pudieran darle pistas sobre algo, algún hilo del que poder tirar.

    Algunos textos hablaban de un lugar más allá de Kyoto, un lugar en ruinas tan, o incluso más, antiguo que él. Decidió salir en la noche, solo... Probablemente recibiría una reprimenda, pero iba a ser un viaje de ida y vuelta en la misma noche; casi tendría que ir como un espíritu, en su forma de zorro, a través del bosque. Llevar a alguien con él haría imposible alcanzar esa velocidad.

    Llegó a aquellas ruinas, un amasijo de escombros cubiertos por la densidad del bosque, pero que emanaban un aura especial. Aquel sitio había sido antaño un lugar sagrado de extrema importancia. Seguramente, había sido destruido antes de la unificación de Japón; de ahí su estado.

    En una de las paredes había runas, símbolos y kanjis más antiguos que él mismo. Eran pocos los conocimientos que escapaban al saber del zorro, pero aquello era algo más grande que él: un conocimiento arcano. Decidió anotar todos los símbolos, memorizarlos e intentar encajar un significado con otro. Después de varias horas de recopilación, decidió marcharse de esas ruinas. No sabía si había encontrado el hilo que buscaba, pero al menos ya tenía más de lo que había podido averiguar hasta ahora.
    ¿Es posible burlar a la muerte? Para Kazuo, esto era algo innato. Había burlado a la muerte por más de 1,200 año. Pero ahora la cuenta regresiva se sentía más cerca que nunca. En un acto de amor, Kazuo vinculó su alma a la de Elizabeth. El día en que ella dé su último suspiro, él la acompañará. Aunque morir por amor suene muy romántico, Kazuo tenía la certeza de que volvería a reencarnar siendo quien es. Pero... ¿podría vivir una nueva vida sin ella? ¿Cómo sabría si ella se reencarnaría? ¿Y él, recordaría algo? Eran demasiados cabos sueltos, demasiada incertidumbre que el zorro no estaba dispuesto a asumir. Había dedicado sus últimas semanas a buscar información en libros, documentos y escritos de cualquier tipo que pudieran darle pistas sobre algo, algún hilo del que poder tirar. Algunos textos hablaban de un lugar más allá de Kyoto, un lugar en ruinas tan, o incluso más, antiguo que él. Decidió salir en la noche, solo... Probablemente recibiría una reprimenda, pero iba a ser un viaje de ida y vuelta en la misma noche; casi tendría que ir como un espíritu, en su forma de zorro, a través del bosque. Llevar a alguien con él haría imposible alcanzar esa velocidad. Llegó a aquellas ruinas, un amasijo de escombros cubiertos por la densidad del bosque, pero que emanaban un aura especial. Aquel sitio había sido antaño un lugar sagrado de extrema importancia. Seguramente, había sido destruido antes de la unificación de Japón; de ahí su estado. En una de las paredes había runas, símbolos y kanjis más antiguos que él mismo. Eran pocos los conocimientos que escapaban al saber del zorro, pero aquello era algo más grande que él: un conocimiento arcano. Decidió anotar todos los símbolos, memorizarlos e intentar encajar un significado con otro. Después de varias horas de recopilación, decidió marcharse de esas ruinas. No sabía si había encontrado el hilo que buscaba, pero al menos ya tenía más de lo que había podido averiguar hasta ahora.
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  • #BitchLife #SupernaturalLife

    Encontró el libro por pura casualidad mientras exploraba el bar de Tolek movido por el ocio y una confianza quizá excesiva.

    Fue hasta el fondo del establecimiento, atraído por el polvo y el olor a madera añeja que emanaba de una pequeña puerta entreabierta cerca del almacén. Al abrirla, se topó con una habitación olvidada, más una especie de trastero que otra cosa, lleno de cajas, viejas botellas y objetos abandonados.

    Sobre una estantería cubierta de telarañas, lo encontró. Sintió una vibración extraña. La encuadernación, de cuero oscuro y algo desgastado, le llamó la atención de inmediato. Al sostenerlo en sus manos, un cosquilleo recorrió sus dedos, como si el libro temblara con energía propia. Sin dudarlo, se lo llevó, pensando que, aunque fuera difícil, le vendría bien un poco de conocimiento sobre lo paranormal.
    #BitchLife #SupernaturalLife Encontró el libro por pura casualidad mientras exploraba el bar de Tolek movido por el ocio y una confianza quizá excesiva. Fue hasta el fondo del establecimiento, atraído por el polvo y el olor a madera añeja que emanaba de una pequeña puerta entreabierta cerca del almacén. Al abrirla, se topó con una habitación olvidada, más una especie de trastero que otra cosa, lleno de cajas, viejas botellas y objetos abandonados. Sobre una estantería cubierta de telarañas, lo encontró. Sintió una vibración extraña. La encuadernación, de cuero oscuro y algo desgastado, le llamó la atención de inmediato. Al sostenerlo en sus manos, un cosquilleo recorrió sus dedos, como si el libro temblara con energía propia. Sin dudarlo, se lo llevó, pensando que, aunque fuera difícil, le vendría bien un poco de conocimiento sobre lo paranormal.
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  • ——— PRESAGIO

    El sol comienza a descender tras las copas de los árboles y el bosque se llena de un frio húmedo que trae consigo el aromas de la tierra y la madera recién partida, resina de pino y sudor.

    Khan, con brazos firmes y curtidos, acomoda la última carga de leña en la parte trasera de su vieja camioneta. El vehículo, un modelo robusto pero desgastado por los años, es un fiel compañero que ha soportado las exigencias de su vida en la montaña.

    Se inclina para recoger unas ramas dispersas, cuando una vibración profunda en el aire lo hace detenerse. No es el sonido común de un animal ni el crujido habitual de las ramas al romperse. Es más bien un susurro grave, un eco que resuena en el suelo y le pone alerta.

    Al levantar la vista, lo ve.

    Un oso emerge de entre los árboles, de un tamaño que sobrepasa lo normal para los de la región. Su pelaje es espeso y oscuro, con un aspecto desordenado. Sus ojos, fijos y brillantes, destellan con una intensidad inusual. Khan ha compartido estos bosques con osos durante mucho tiempo y sabe que su sola presencia basta para ahuyentarlos. Los animales sienten que no es un humano cualquiera, que hay algo en él que pertenece a una naturaleza más antigua y peligrosa, pero este oso, sin embargo, no retrocede, su postura es desafiante y cada paso que da parece acercarlo con una intención que parece racional.

    Khan frunce el ceño, sin retroceder, manteniéndose firme frente a la criatura.

    — ¿Qué te trae aquí, oso?

    Adelanta un pesado paso que hace temblar el suelo ligeramente, pero el oso apenas se inmuta. En lugar de retroceder, gruñe, mostrando los colmillos y avanzando con una mirada penetrante, como si lo estudiara, como si buscara algo dentro de él. Khan sabe que este encuentro no es casual, los osos no actúan así. Percibe en el animal una conciencia que no pertenece al reino común de las bestias.

    La inquietud aparece y crece en su interior. La naturaleza de Khan lo hace especialmente sensible a las anomalías, y cada fibra de su ser le advierte que este oso es una señal de algo, un presagio. Pero, por más que intenta descifrarlo, el mensaje se le escapa, como un murmullo en la penumbra.

    Avanza un paso más, su voz grave y baja resonando en el silencio del bosque.

    — No eres uno de los míos, ni uno de los tuyos —dice, sintiendo cómo la situación escapa de su entendimiento. Entonces gruñe, un gruñido bajo, un sonido casi imperceptible para el oído humano, que lleva una carga de poder que vibra en el aire. Es el lenguaje antiguo de su verdadera esencia, un eco del fuego ancestral que habita en él.

    Por un instante, el oso parece dudar, sus ojos mostrando algo que podría ser reconocimiento. Pero la duda desaparece tan pronto como aparece, y el animal sigue avanzando, decidido.
    ——— PRESAGIO El sol comienza a descender tras las copas de los árboles y el bosque se llena de un frio húmedo que trae consigo el aromas de la tierra y la madera recién partida, resina de pino y sudor. Khan, con brazos firmes y curtidos, acomoda la última carga de leña en la parte trasera de su vieja camioneta. El vehículo, un modelo robusto pero desgastado por los años, es un fiel compañero que ha soportado las exigencias de su vida en la montaña. Se inclina para recoger unas ramas dispersas, cuando una vibración profunda en el aire lo hace detenerse. No es el sonido común de un animal ni el crujido habitual de las ramas al romperse. Es más bien un susurro grave, un eco que resuena en el suelo y le pone alerta. Al levantar la vista, lo ve. Un oso emerge de entre los árboles, de un tamaño que sobrepasa lo normal para los de la región. Su pelaje es espeso y oscuro, con un aspecto desordenado. Sus ojos, fijos y brillantes, destellan con una intensidad inusual. Khan ha compartido estos bosques con osos durante mucho tiempo y sabe que su sola presencia basta para ahuyentarlos. Los animales sienten que no es un humano cualquiera, que hay algo en él que pertenece a una naturaleza más antigua y peligrosa, pero este oso, sin embargo, no retrocede, su postura es desafiante y cada paso que da parece acercarlo con una intención que parece racional. Khan frunce el ceño, sin retroceder, manteniéndose firme frente a la criatura. — ¿Qué te trae aquí, oso? Adelanta un pesado paso que hace temblar el suelo ligeramente, pero el oso apenas se inmuta. En lugar de retroceder, gruñe, mostrando los colmillos y avanzando con una mirada penetrante, como si lo estudiara, como si buscara algo dentro de él. Khan sabe que este encuentro no es casual, los osos no actúan así. Percibe en el animal una conciencia que no pertenece al reino común de las bestias. La inquietud aparece y crece en su interior. La naturaleza de Khan lo hace especialmente sensible a las anomalías, y cada fibra de su ser le advierte que este oso es una señal de algo, un presagio. Pero, por más que intenta descifrarlo, el mensaje se le escapa, como un murmullo en la penumbra. Avanza un paso más, su voz grave y baja resonando en el silencio del bosque. — No eres uno de los míos, ni uno de los tuyos —dice, sintiendo cómo la situación escapa de su entendimiento. Entonces gruñe, un gruñido bajo, un sonido casi imperceptible para el oído humano, que lleva una carga de poder que vibra en el aire. Es el lenguaje antiguo de su verdadera esencia, un eco del fuego ancestral que habita en él. Por un instante, el oso parece dudar, sus ojos mostrando algo que podría ser reconocimiento. Pero la duda desaparece tan pronto como aparece, y el animal sigue avanzando, decidido.
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  • Luz serpenteante, sombras nebulosas.
    Textos impíos, estudios incesantes.
    Leve luz de luna lograba alcanzar a iluminar una pequeña parte de una página del pesado ejemplar postrado sobre la barra dentro de un viejo establecimiento.

    Línea a línea, párrafo tras párrafo.

    Absurdo.

    Un vaso de licor aguardaba del otro lado sobre la barra.

    Poderío. Cuidado.

    Se hallaba un libro abierto encima del gran tomo, dando el privilegio a su lectora de poder descifrar y saber los conocimientos que guardaban estas profanas escrituras. Un poco más a un lado, un cuaderno de bolsillo, también abierto, recibiendo solo la pulpa de esos jugosos saberes.

    Sensatez. Secreto.

    Con su índice y pulgar extinguió la llama de la vela que la acompañaba e iluminaba su alrededor, después de tomar lo que quedaba del vaso y recoger sus pertenencias. Salió del local. Sin tener que soltar alguna cosa, se las arregló para buscar las llaves en alguno de los bolsillos de su vestido y asegurarse de que la tienda, quedara bien cerrada.

    Dio la vuelta y subió las escaleras hacia su apartamento, dirigiéndose directamente a su habitación, para guardar los libros y sus apuntes en un lugar seguro. Fue a la cocina dónde encontró la botella de licor abierta. Se sirvió otro trago. Lo tomó. La sensación cálida recorrió su garganta. Volteó hacia el espejo. Círculos oscuros rodeaban sus ojos, pupilas dilatadas, respiración desigual.

    Miró la hora, faltaban más que unas cuantas horas para el siguiente día.

    Entró a su cuarto de baño y se quitó la ropa, de una dejó que el agua fresca de la ducha impactara sobre su rostro, y de ahí, el resto de su cuerpo, mismo que fue despojado de cualquier remanente de tensión ocasionado por la ardua sección de estudio ejecutada hace un rato. El aroma floral de los productos de higiene impregnó en el ambiente. Envolvió su cabello con una toalla después de colocarse la bata de baño. Dio una cepillada rápida a sus dientes.

    Sobre la cama yacían unos cuantos objetos, regalos que recibió por parte de algunos allegados. Se sentó a un lado mientras los miraba, una sonrisa de lado naturalmente se formó en su rostro.

    "Feliz cumpleaños" decía un sobre con letra manuscrita. No se atrevía a abrirlo, sabía de quien venía. Sacar la carta sería como abrir deliberadamente la caja de pandora.

    Se vistió con un conjunto para dormir y se acostó, sin sueño, volteó hacia su guardarropa deseando tener alguna excusa para levantarse para cambiarse completamente de ropa y hacer reventar con una gran fiesta excesiva y también pecaminosa, este intento de apartamento.

    Los tragos de licor comenzaban a hacer efecto, su visión se nubló por un segundo. Se levantó de la cama y caminó a la sala de estar, descolgó el teléfono de casa y marcó a su amigo.

    Charles Grey
    Luz serpenteante, sombras nebulosas. Textos impíos, estudios incesantes. Leve luz de luna lograba alcanzar a iluminar una pequeña parte de una página del pesado ejemplar postrado sobre la barra dentro de un viejo establecimiento. Línea a línea, párrafo tras párrafo. Absurdo. Un vaso de licor aguardaba del otro lado sobre la barra. Poderío. Cuidado. Se hallaba un libro abierto encima del gran tomo, dando el privilegio a su lectora de poder descifrar y saber los conocimientos que guardaban estas profanas escrituras. Un poco más a un lado, un cuaderno de bolsillo, también abierto, recibiendo solo la pulpa de esos jugosos saberes. Sensatez. Secreto. Con su índice y pulgar extinguió la llama de la vela que la acompañaba e iluminaba su alrededor, después de tomar lo que quedaba del vaso y recoger sus pertenencias. Salió del local. Sin tener que soltar alguna cosa, se las arregló para buscar las llaves en alguno de los bolsillos de su vestido y asegurarse de que la tienda, quedara bien cerrada. Dio la vuelta y subió las escaleras hacia su apartamento, dirigiéndose directamente a su habitación, para guardar los libros y sus apuntes en un lugar seguro. Fue a la cocina dónde encontró la botella de licor abierta. Se sirvió otro trago. Lo tomó. La sensación cálida recorrió su garganta. Volteó hacia el espejo. Círculos oscuros rodeaban sus ojos, pupilas dilatadas, respiración desigual. Miró la hora, faltaban más que unas cuantas horas para el siguiente día. Entró a su cuarto de baño y se quitó la ropa, de una dejó que el agua fresca de la ducha impactara sobre su rostro, y de ahí, el resto de su cuerpo, mismo que fue despojado de cualquier remanente de tensión ocasionado por la ardua sección de estudio ejecutada hace un rato. El aroma floral de los productos de higiene impregnó en el ambiente. Envolvió su cabello con una toalla después de colocarse la bata de baño. Dio una cepillada rápida a sus dientes. Sobre la cama yacían unos cuantos objetos, regalos que recibió por parte de algunos allegados. Se sentó a un lado mientras los miraba, una sonrisa de lado naturalmente se formó en su rostro. "Feliz cumpleaños" decía un sobre con letra manuscrita. No se atrevía a abrirlo, sabía de quien venía. Sacar la carta sería como abrir deliberadamente la caja de pandora. Se vistió con un conjunto para dormir y se acostó, sin sueño, volteó hacia su guardarropa deseando tener alguna excusa para levantarse para cambiarse completamente de ropa y hacer reventar con una gran fiesta excesiva y también pecaminosa, este intento de apartamento. Los tragos de licor comenzaban a hacer efecto, su visión se nubló por un segundo. Se levantó de la cama y caminó a la sala de estar, descolgó el teléfono de casa y marcó a su amigo. [EarlGrey]
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  • James caminaba por las calles oscuras de Nueva York, las luces de la ciudad reflejándose en los charcos de agua sucia mientras la lluvia fina caía sobre su sombrero cowboy. Sus pasos resonaban solitarios en las aceras desiertas. Estaba sumido en sus pensamientos, cuando una figura apareció de entre las sombras, deteniéndolo en seco.

    Era una mujer, alta, de porte elegante. No se veía amenazante, pero desde el primer instante algo en ella lo hizo estremecerse. Había algo en esos ojos fríos y profundos... Y en la rosa que le ofrecía.

    Había algo que ponía en alerta a la parte humana de James. Sin pensarlo, dio un paso atrás, sintiendo un frío recorrerle la espalda. La humanidad en él gritaba advertencias, le instaba a marcharse. Había algo terriblemente mal en esta mujer, una oscuridad que pulsaba desde el centro de su ser, envolviéndola como un manto invisible, pero fue entonces cuando el wendigo dentro de él punzó en su interior.

    El olor. No el perfume floral de la rosa, sino un aroma sutil, de muerte y descomposición que sólo su parte bestial podía percibir. Aquella mujer no era simplemente una amenaza; era algo más. El wendigo la reconocía como a un igual, un emisario de la muerte, alguien que caminaba en el mismo delgado hilo entre lo vivo y lo muerto.

    James alargó lentamente la mano, sus dedos tomando el tallo con tanta delicadeza como precaución. La fragancia de la flor llenaba el aire, pero lo sintió artificial, como la mujer misma. No obstante, el wendigo en él rugía de reconocimiento. Sabía que esa flor no era un símbolo de amor o ternura, sino un mensaje, un preludio de algo más oscuro.

    ─ ¿Quién eres? ─preguntó, su voz grave y controlada, aunque sentía una lucha interna por mantener la calma. El wendigo empujaba, queriendo dominar la situación, mientras su lado humano lo instaba a correr, a alejarse de aquello que claramente traía consigo una amenaza, pero no había sobrevivido más de doscientos años cuerdo sin ser capaz de dominarse... Y al monstruo en su interior.

    Viorica Tepes 𝕯𝖗𝖆𝖈𝖚𝖑𝖆
    James caminaba por las calles oscuras de Nueva York, las luces de la ciudad reflejándose en los charcos de agua sucia mientras la lluvia fina caía sobre su sombrero cowboy. Sus pasos resonaban solitarios en las aceras desiertas. Estaba sumido en sus pensamientos, cuando una figura apareció de entre las sombras, deteniéndolo en seco. Era una mujer, alta, de porte elegante. No se veía amenazante, pero desde el primer instante algo en ella lo hizo estremecerse. Había algo en esos ojos fríos y profundos... Y en la rosa que le ofrecía. Había algo que ponía en alerta a la parte humana de James. Sin pensarlo, dio un paso atrás, sintiendo un frío recorrerle la espalda. La humanidad en él gritaba advertencias, le instaba a marcharse. Había algo terriblemente mal en esta mujer, una oscuridad que pulsaba desde el centro de su ser, envolviéndola como un manto invisible, pero fue entonces cuando el wendigo dentro de él punzó en su interior. El olor. No el perfume floral de la rosa, sino un aroma sutil, de muerte y descomposición que sólo su parte bestial podía percibir. Aquella mujer no era simplemente una amenaza; era algo más. El wendigo la reconocía como a un igual, un emisario de la muerte, alguien que caminaba en el mismo delgado hilo entre lo vivo y lo muerto. James alargó lentamente la mano, sus dedos tomando el tallo con tanta delicadeza como precaución. La fragancia de la flor llenaba el aire, pero lo sintió artificial, como la mujer misma. No obstante, el wendigo en él rugía de reconocimiento. Sabía que esa flor no era un símbolo de amor o ternura, sino un mensaje, un preludio de algo más oscuro. ─ ¿Quién eres? ─preguntó, su voz grave y controlada, aunque sentía una lucha interna por mantener la calma. El wendigo empujaba, queriendo dominar la situación, mientras su lado humano lo instaba a correr, a alejarse de aquello que claramente traía consigo una amenaza, pero no había sobrevivido más de doscientos años cuerdo sin ser capaz de dominarse... Y al monstruo en su interior. [vittoriaomorte226543]
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  • El odio, la muerte, la enemistad... todo eso son simples obstáculos en mi camino, ruidos insignificantes que no afectan mi voluntad. A lo largo de los años, he sido despreciado, temido, y perseguido. He enfrentado a enemigos que buscaban mi fin, y aun así, aquí estoy, más fuerte y más determinado que nunca.

    Mi fidelidad no pertenece a nadie más que a mí mismo y a mis ideales. Otros buscan aprobación, reconocimiento, una conexión con el mundo. Yo no necesito nada de eso. Mi propósito es claro, mi ambición no conoce límites, y mi lealtad es inquebrantable… porque se dirige solo a una causa.....
    El odio, la muerte, la enemistad... todo eso son simples obstáculos en mi camino, ruidos insignificantes que no afectan mi voluntad. A lo largo de los años, he sido despreciado, temido, y perseguido. He enfrentado a enemigos que buscaban mi fin, y aun así, aquí estoy, más fuerte y más determinado que nunca. Mi fidelidad no pertenece a nadie más que a mí mismo y a mis ideales. Otros buscan aprobación, reconocimiento, una conexión con el mundo. Yo no necesito nada de eso. Mi propósito es claro, mi ambición no conoce límites, y mi lealtad es inquebrantable… porque se dirige solo a una causa.....
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Hace un rato me hicieron una pregunta interesante sobre MI Lucifer y vamos a responder, quizá esto luego lo cuelgue en la fanpage para que lo revisen cuando gusten, pero va:

    Q. ¿Cuáles son los poderes de Lucifer?, ¿conservó los poderes que tenía como ángel o los perdió?, ¿adquirió algo nuevo?

    A. Lucifer como ángel tenía poderes tales como la sanación, conocimiento del pasado y el futuro entre otros, que eran más bien dones que le habían sido otorgados por su padre y creador, sin embargo, al ser desterrado, uno de los primeros "poderes" que adquirió fue el de crear fuego. Ese fuego lo puede crear de manera física, es decir, con sus manos, de las cuales empiezan a emerger pequeñas flamas que van creciendo a su voluntad, o puede crearlas simplemente con el poder de su mente, lo que nos lleva a su siguiente habilidad, como ángel, tenía prohibido manipular la mente de los seres humanos o de cualquier otro ser, pero, nuevamente, al perder "la gracia", ahora puede no sólo manipular la mente humana sino que es capaz de insertar pensamientos, crear recuerdos, borrarlos, en fin, puede controlar la mente de cualquier ser.
    Es capaz de causar daño físico con sólo mirar, es parte del poder "psíquico" que posee, podría arrancar una cabeza sin mover un solo dedo. Puede resuscitar pero a diferencia de lo que logran hacer los ángeles, cuando Lucifer revive a un muerto, este resurge en el estado de putrefacción que se encuentre, básicamente zombi, por decirlo de alguna manera. Puede adoptar la forma que desee, sus favoritas (esto ya lo mencioné antes) son la de un cuervo negro de ojos rojos o un gato negro de ojos rojos pero básicamente puede tomar la forma que desee. En fin, si quieren saber algo más, pregunten.
    Hace un rato me hicieron una pregunta interesante sobre MI Lucifer y vamos a responder, quizá esto luego lo cuelgue en la fanpage para que lo revisen cuando gusten, pero va: Q. ¿Cuáles son los poderes de Lucifer?, ¿conservó los poderes que tenía como ángel o los perdió?, ¿adquirió algo nuevo? A. Lucifer como ángel tenía poderes tales como la sanación, conocimiento del pasado y el futuro entre otros, que eran más bien dones que le habían sido otorgados por su padre y creador, sin embargo, al ser desterrado, uno de los primeros "poderes" que adquirió fue el de crear fuego. Ese fuego lo puede crear de manera física, es decir, con sus manos, de las cuales empiezan a emerger pequeñas flamas que van creciendo a su voluntad, o puede crearlas simplemente con el poder de su mente, lo que nos lleva a su siguiente habilidad, como ángel, tenía prohibido manipular la mente de los seres humanos o de cualquier otro ser, pero, nuevamente, al perder "la gracia", ahora puede no sólo manipular la mente humana sino que es capaz de insertar pensamientos, crear recuerdos, borrarlos, en fin, puede controlar la mente de cualquier ser. Es capaz de causar daño físico con sólo mirar, es parte del poder "psíquico" que posee, podría arrancar una cabeza sin mover un solo dedo. Puede resuscitar pero a diferencia de lo que logran hacer los ángeles, cuando Lucifer revive a un muerto, este resurge en el estado de putrefacción que se encuentre, básicamente zombi, por decirlo de alguna manera. Puede adoptar la forma que desee, sus favoritas (esto ya lo mencioné antes) son la de un cuervo negro de ojos rojos o un gato negro de ojos rojos pero básicamente puede tomar la forma que desee. En fin, si quieren saber algo más, pregunten.
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