• 𝓛𝑎 𝑙𝑖𝑏𝑒𝑟𝑡𝑎𝑑 𝑒𝑠𝑝𝑖𝑛𝑎𝑑𝑎.
    Fandom ACOTAR
    Categoría Slice of Life
    — STARTER ABIERTO;

    Tamlin había decidido salir a pasear por los alrededores de la Corte Primavera solo ¿Cómo si no? Ya no estaba Lucien, ni Alis, ni tampoco... Feyre, menos aún Ianthe, era una bestia encerrada en su castillo obligada a tener solo la compañía de sus enseres, a veces, de lo aburrido que estaba se ponía a hablar con una tetera, o con un candelabro.

    Su paseo lo había llevado al riachuelo donde Nayades y Ninfas se bañaban, quedaban algunos meses para Calanmai pero ya sentía a las Ninfas acicalarse y mostrar sus mejores rostros. Sin poder evitarlo sonrió ante la mirada de una de ellas, y esta sonrió de vuelta.

    Tamlin colocó las manos a sus espaldas y siguió caminando, hacía tiempo que no había ataques de los boges, ni ningún suriel le daba por saco molestando a sus allegados, hacía tiempo que la soledad había traído paz. En su paseo, el Alto Lord de primavera llegó hasta un gran árbol donde dos faes alados estaban sentados en una de las ramas más gruesas y bajas de este, elegantemente, ambos faes, los cuales poseían un color de piel marrón como la madera de un fresno, hicieron una reverencia con una sonrisa.
    Tamlin siempre había cuidado de aquellos que vivían en aquellas tierras y los había defendido de los monstruos que les atacaban, lo malo es que la corte Primavera no era la más frugal de todas las cortes y pedía un diezmo cada cierto tiempo, aquel tema no le agradaba tanto a los faes, claro.

    El paseo del rubio fae se extendió hasta un jardín de rosas blancas, había crecido así de forma natural, nadie las había ideo a cuidar, ni tampoco las prestaba más atención que para disfrutar de ellas, Tamlin pensó en la belleza de lo caótico e inesperado, de hecho aquel pensamiento le hizo sonreir pensando que gracias al caos que había sufrido estaba libre de Amarantha, de Hybern, de Rhysand (Por el momento), que aunque estuviera solo... era libre, después de cincuenta años nadie podía doblegarlo en sus propias tierras, no había nadie que lo hiciera.

    La mano de Tamlin se extendió para cortar una rosa blanca y llevársela a la nariz para disfrutar del aroma, el aroma de la libertad con espinas y todo.
    — STARTER ABIERTO; Tamlin había decidido salir a pasear por los alrededores de la Corte Primavera solo ¿Cómo si no? Ya no estaba Lucien, ni Alis, ni tampoco... Feyre, menos aún Ianthe, era una bestia encerrada en su castillo obligada a tener solo la compañía de sus enseres, a veces, de lo aburrido que estaba se ponía a hablar con una tetera, o con un candelabro. Su paseo lo había llevado al riachuelo donde Nayades y Ninfas se bañaban, quedaban algunos meses para Calanmai pero ya sentía a las Ninfas acicalarse y mostrar sus mejores rostros. Sin poder evitarlo sonrió ante la mirada de una de ellas, y esta sonrió de vuelta. Tamlin colocó las manos a sus espaldas y siguió caminando, hacía tiempo que no había ataques de los boges, ni ningún suriel le daba por saco molestando a sus allegados, hacía tiempo que la soledad había traído paz. En su paseo, el Alto Lord de primavera llegó hasta un gran árbol donde dos faes alados estaban sentados en una de las ramas más gruesas y bajas de este, elegantemente, ambos faes, los cuales poseían un color de piel marrón como la madera de un fresno, hicieron una reverencia con una sonrisa. Tamlin siempre había cuidado de aquellos que vivían en aquellas tierras y los había defendido de los monstruos que les atacaban, lo malo es que la corte Primavera no era la más frugal de todas las cortes y pedía un diezmo cada cierto tiempo, aquel tema no le agradaba tanto a los faes, claro. El paseo del rubio fae se extendió hasta un jardín de rosas blancas, había crecido así de forma natural, nadie las había ideo a cuidar, ni tampoco las prestaba más atención que para disfrutar de ellas, Tamlin pensó en la belleza de lo caótico e inesperado, de hecho aquel pensamiento le hizo sonreir pensando que gracias al caos que había sufrido estaba libre de Amarantha, de Hybern, de Rhysand (Por el momento), que aunque estuviera solo... era libre, después de cincuenta años nadie podía doblegarlo en sus propias tierras, no había nadie que lo hiciera. La mano de Tamlin se extendió para cortar una rosa blanca y llevársela a la nariz para disfrutar del aroma, el aroma de la libertad con espinas y todo.
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  • Se limito a mirarse en el reflejo del cristal esperando que todos sus pensamientos caóticos no se sucitaran, una suplica silenciosa que nunca serian escuchada por nadie con dos dedos de frente. Lo hecho, hecho estaba y si el destino dictaba que su familia se desmoronase, intentaría poner todo de si para mantener todo en su lugar tanto como pudiera.

    — Ahora solo toca esperar y ver....

    Se dijo antes de apartarse e ir a su dormitorio sin ganas de dormir, solo de perderse un rato y quedar en absoluto silencio de todo lo que lo rodeaba.
    Se limito a mirarse en el reflejo del cristal esperando que todos sus pensamientos caóticos no se sucitaran, una suplica silenciosa que nunca serian escuchada por nadie con dos dedos de frente. Lo hecho, hecho estaba y si el destino dictaba que su familia se desmoronase, intentaría poner todo de si para mantener todo en su lugar tanto como pudiera. — Ahora solo toca esperar y ver.... Se dijo antes de apartarse e ir a su dormitorio sin ganas de dormir, solo de perderse un rato y quedar en absoluto silencio de todo lo que lo rodeaba.
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  • *En la puerta de su habitación puso el cartel "No molestar". Entró en éste había sido una tarde muy ajetreada, estaba totalmente sudada porque no había parado de bailar y de aprender pasos nuevos. Mientras que se estaba preparando el baño , bajó a la cocina y cogió una botella de vino y una copa, para subirla al baño.*

    -Hoy ha sido un día caótico...Pero me he divertido....aprendiendo y pasando el día con mis nuevas amigas....Las envidio un poco....

    Nuevamente entró en éste y cerró la puerta, apoyando su espalda en ésta. Sonrojándose, quería pensar un poco y poner sus ideas en orden. En la bañera echó sales de baño y gel a aroma de chocolate. Removiendo ésta con la mano mezclando el agua. *

    -Ya está como a mi me gusta.

    *Se dijo para ella misma mientras se desnudaba y dejaba caer sus prendas en el cesto de la ropa sucia. Metiéndose en el agua, tras servirse una copa de vino. Se acomodo en la bañera para pensar, además se puso algo de música relajante.*
    *En la puerta de su habitación puso el cartel "No molestar". Entró en éste había sido una tarde muy ajetreada, estaba totalmente sudada porque no había parado de bailar y de aprender pasos nuevos. Mientras que se estaba preparando el baño , bajó a la cocina y cogió una botella de vino y una copa, para subirla al baño.* -Hoy ha sido un día caótico...Pero me he divertido....aprendiendo y pasando el día con mis nuevas amigas....Las envidio un poco.... Nuevamente entró en éste y cerró la puerta, apoyando su espalda en ésta. Sonrojándose, quería pensar un poco y poner sus ideas en orden. En la bañera echó sales de baño y gel a aroma de chocolate. Removiendo ésta con la mano mezclando el agua. * -Ya está como a mi me gusta. *Se dijo para ella misma mientras se desnudaba y dejaba caer sus prendas en el cesto de la ropa sucia. Metiéndose en el agua, tras servirse una copa de vino. Se acomodo en la bañera para pensar, además se puso algo de música relajante.*
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  • -en una aldea abandonada , el pícaro caminaría por sus alrededores en busca de algo que saquear , se notaba el paso de los años en esta pero hoy estaba de buen animo-

    Probablemente no haya nada de utilidad por estos lares...

    -diría para si mismo , llegaría al centro del poblado y en una pequeña plaza encontraría un cadaver en descomposición colgado , tal vez en un intento de intimidación por parte de unos bandidos o quizás humillación por ser algún tipo de ladrón o incluso porque este estaba enfermo en un intento de mitigar la plaga , es algo que nunca sabría pero aun así eso lo amargo , se acercaría lentamente a examinarlo pero en un acto de piedad , cortaría la soga que mantenía suspendido al cadaver y lo miraría fríamente y con un resentimiento enorme este patearía el cadaver y diría bastante molesto-

    Maldito suertudo , tu pudiendo descansar en paz , en los fríos brazos de la muerte y en cambio , obligado a seguir viviendo sin quererlo por una maldición que no elegí tener , en este caótico mundo sin piedad , realmente te envidio...

    -suspiraría profundamente para ir en busca de una pala en alguna de las casa , encontraría una en un estado deplorable pero que importaba , lo importante es que cumpliera su utilidad y bajo el árbol empezaría excavar una tumba , la cual al terminar , arrojaría el cuerpo con rencor para lentamente taparlo y cuando finalizo , haría un pequeña cruz que enterraría en la tumba , para sencillamente irse lentamente de ese maldito pueblo-

    -en una aldea abandonada , el pícaro caminaría por sus alrededores en busca de algo que saquear , se notaba el paso de los años en esta pero hoy estaba de buen animo- Probablemente no haya nada de utilidad por estos lares... -diría para si mismo , llegaría al centro del poblado y en una pequeña plaza encontraría un cadaver en descomposición colgado , tal vez en un intento de intimidación por parte de unos bandidos o quizás humillación por ser algún tipo de ladrón o incluso porque este estaba enfermo en un intento de mitigar la plaga , es algo que nunca sabría pero aun así eso lo amargo , se acercaría lentamente a examinarlo pero en un acto de piedad , cortaría la soga que mantenía suspendido al cadaver y lo miraría fríamente y con un resentimiento enorme este patearía el cadaver y diría bastante molesto- Maldito suertudo , tu pudiendo descansar en paz , en los fríos brazos de la muerte y en cambio , obligado a seguir viviendo sin quererlo por una maldición que no elegí tener , en este caótico mundo sin piedad , realmente te envidio... -suspiraría profundamente para ir en busca de una pala en alguna de las casa , encontraría una en un estado deplorable pero que importaba , lo importante es que cumpliera su utilidad y bajo el árbol empezaría excavar una tumba , la cual al terminar , arrojaría el cuerpo con rencor para lentamente taparlo y cuando finalizo , haría un pequeña cruz que enterraría en la tumba , para sencillamente irse lentamente de ese maldito pueblo-
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  • El duodécimo día del Inkfest, Jeff The Killer decidió que era hora de cambiar las cosas. Hurgó entre los disfraces de una vieja tienda y encontró un traje que le hizo reírse entre dientes: un disfraz de demonio, completo con cuernos afilados y una capa negra. Parecía una elección perfecta para su estilo caótico.

    —Esto va a estar divertido —dijo, deslizándose en el traje sin pensarlo dos veces.

    Sin embargo, algo extraño ocurrió. Apenas terminó de ajustarse la capa, sintió una energía desconocida recorriendo su cuerpo. Corrió hacia un espejo y, para su horror, vio que no solo estaba transformándose... ¡sino que seguía viéndose como Jeff The Hugger! Su cabello estaba más suave, sus ojos más amables y, para colmo, la sonrisa demoníaca que debía tener era más una sonrisa amigable y encantadora.

    —¡¿Otra vez con esto?! —gritó, tocándose el rostro y mirando sus manos que se habían vuelto pequeñas garras inofensivas.

    Jeff estaba furioso. El disfraz, que debía convertirlo en una criatura aterradora, lo había vuelto una versión aún más adorable de Hugger. Sintió cómo el traje comenzaba a controlarlo, obligándolo a comportarse de forma más... amable.

    —¡MALDITO TRAJE! ¡NO VOY A SER MI PUTO PRIMO OTRA VEZ! —gritaba, intentando rasgarse la capa, pero todo lo que lograba era darle un aspecto aún más ridículo.

    A pesar de sus esfuerzos por recuperar su naturaleza asesina, el disfraz lo seguía poseyendo, empujándolo a hacer cosas que él jamás haría, como... ¡sonreírle a los vecinos!

    —¡Esto es una pesadilla! —refunfuñó mientras trataba de mantener su postura intimidante, pero su nueva apariencia y el disfraz lo traicionaban, dejándolo como una versión de pesadilla amigable que, para él, era peor que cualquier monstruo.

    #Inkfest DIA 12
    El duodécimo día del Inkfest, Jeff The Killer decidió que era hora de cambiar las cosas. Hurgó entre los disfraces de una vieja tienda y encontró un traje que le hizo reírse entre dientes: un disfraz de demonio, completo con cuernos afilados y una capa negra. Parecía una elección perfecta para su estilo caótico. —Esto va a estar divertido —dijo, deslizándose en el traje sin pensarlo dos veces. Sin embargo, algo extraño ocurrió. Apenas terminó de ajustarse la capa, sintió una energía desconocida recorriendo su cuerpo. Corrió hacia un espejo y, para su horror, vio que no solo estaba transformándose... ¡sino que seguía viéndose como Jeff The Hugger! Su cabello estaba más suave, sus ojos más amables y, para colmo, la sonrisa demoníaca que debía tener era más una sonrisa amigable y encantadora. —¡¿Otra vez con esto?! —gritó, tocándose el rostro y mirando sus manos que se habían vuelto pequeñas garras inofensivas. Jeff estaba furioso. El disfraz, que debía convertirlo en una criatura aterradora, lo había vuelto una versión aún más adorable de Hugger. Sintió cómo el traje comenzaba a controlarlo, obligándolo a comportarse de forma más... amable. —¡MALDITO TRAJE! ¡NO VOY A SER MI PUTO PRIMO OTRA VEZ! —gritaba, intentando rasgarse la capa, pero todo lo que lograba era darle un aspecto aún más ridículo. A pesar de sus esfuerzos por recuperar su naturaleza asesina, el disfraz lo seguía poseyendo, empujándolo a hacer cosas que él jamás haría, como... ¡sonreírle a los vecinos! —¡Esto es una pesadilla! —refunfuñó mientras trataba de mantener su postura intimidante, pero su nueva apariencia y el disfraz lo traicionaban, dejándolo como una versión de pesadilla amigable que, para él, era peor que cualquier monstruo. #Inkfest DIA 12
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  • —El País de las Maravillas estaba, como siempre, en su caótica gloria: flores que cantaban desafinadas, setas que crecían y encogían al ritmo de un viento inexistente, y árboles que parecían retorcerse con vida propia. Damon flotaba sobre todo este panorama, aburrido y juguetón, su mirada viajaba de un lado a otro en busca de algo… o de alguien.—

    "¿Dónde podría encontrar una Alicia…? Mi padre siempre dijo que las Alicias son agradables. Aunque claro, también dijo que sólo existe una".

    —Frunció el ceño, flotando boca abajo y girando en el aire con un gesto de desdén—.

    "¿Cómo puede haber solo una Alicia? ¡En un lugar donde nada tiene sentido, lo más lógico sería que hubiera muchas Alicias!"

    —Se detuvo y se cruzó de brazos, haciendo una mueca de impaciencia, pero claro, aquí todo tiene que ser complicado, ¿no? Mi querido padre, el Gato de Cheshire, hablaba maravillas de ella.—

    "Alicia es agradable"

    Decía, pero... ¿dónde está ahora? ¿Por qué no puedo simplemente invocar a una Alicia cuando la necesito?

    —Damon flotó hacia una rama retorcida y se sentó, balanceando sus piernas, claramente aburrido de no tener éxito en su búsqueda.—

    —Me pregunto si todas las Alicias son tan agradables o si solo esa Alicia era especial. Aunque, siendo sincero… ni siquiera sé cómo luce una Alicia. ¿Rubia? ¿Con un vestido azul? O tal vez usa algo más moderno ahora, algo con estilo. Rió entre dientes, imaginando a Alicia con diferentes atuendos extravagantes—.

    "Seguro que se pondría de moda en el País de las Maravillas".

    —Bajó de la rama, caminando sobre el aire como si fuera una acera invisible.—

    "Y aquí estoy, en busca de una Alicia que tal vez ni siquiera quiera ser encontrada. Pero mi padre dijo que ella siempre termina apareciendo cuando más se la necesita, ¿no? O tal vez… cuando menos la esperan".

    —Se rascó la cabeza, como si el concepto lo confundiera por un momento—.

    "¿Eso significa que si la busco no la encontraré? ¡Qué lío!"

    —Damon de repente se detuvo en seco, sus ojos brillando con una idea.—

    "¡Ah, ya sé! Si no puedo encontrarla, haré que ella me encuentre a mí".

    —Levantó las manos al aire, como si convocara algo místico—.

    "¡Oh, Alicia! ¡Si estás por ahí, ven hacia mí! Yo soy mucho más divertido que cualquier conejo blanco, ¡te lo prometo!"

    —El viento pareció susurrar en respuesta, y Damon, siempre alerta a las señales más sutiles del País de las Maravillas, alzó una ceja.—

    "¿Lo ven? ¡El País de las Maravillas nunca decepciona! Algo siempre está a punto de suceder... o al menos eso espero".

    —Rió con suavidad, haciéndose el misterioso—.

    "A veces me pregunto si Alicia se siente tan perdida aquí como nosotros. Aunque, ¿quién podría culparla? Este lugar es tan caótico que hasta yo me pierdo de vez en cuando."

    —Damon comenzó a flotar de nuevo, esta vez trazando círculos en el aire, y se encogió de hombros.—

    "En fin, si alguna Alicia aparece, ya le diré que la estuve buscando… aunque no sé exactamente para qué. Tal vez solo para confirmar si es tan agradable como dijo mi padre. O tal vez simplemente porque estoy aburrido y quiero ver qué tal se divierte una Alicia".

    —Hizo una pausa dramática y luego se rió, bajando el tono de su voz—.

    "Aunque, siendo sincero, lo más probable es que yo me divierta más con ella".

    —Con un último giro elegante en el aire, Damon desapareció entre las ramas, dejando su característica sonrisa flotando por unos instantes más.—
    —El País de las Maravillas estaba, como siempre, en su caótica gloria: flores que cantaban desafinadas, setas que crecían y encogían al ritmo de un viento inexistente, y árboles que parecían retorcerse con vida propia. Damon flotaba sobre todo este panorama, aburrido y juguetón, su mirada viajaba de un lado a otro en busca de algo… o de alguien.— "¿Dónde podría encontrar una Alicia…? Mi padre siempre dijo que las Alicias son agradables. Aunque claro, también dijo que sólo existe una". —Frunció el ceño, flotando boca abajo y girando en el aire con un gesto de desdén—. "¿Cómo puede haber solo una Alicia? ¡En un lugar donde nada tiene sentido, lo más lógico sería que hubiera muchas Alicias!" —Se detuvo y se cruzó de brazos, haciendo una mueca de impaciencia, pero claro, aquí todo tiene que ser complicado, ¿no? Mi querido padre, el Gato de Cheshire, hablaba maravillas de ella.— "Alicia es agradable" Decía, pero... ¿dónde está ahora? ¿Por qué no puedo simplemente invocar a una Alicia cuando la necesito? —Damon flotó hacia una rama retorcida y se sentó, balanceando sus piernas, claramente aburrido de no tener éxito en su búsqueda.— —Me pregunto si todas las Alicias son tan agradables o si solo esa Alicia era especial. Aunque, siendo sincero… ni siquiera sé cómo luce una Alicia. ¿Rubia? ¿Con un vestido azul? O tal vez usa algo más moderno ahora, algo con estilo. Rió entre dientes, imaginando a Alicia con diferentes atuendos extravagantes—. "Seguro que se pondría de moda en el País de las Maravillas". —Bajó de la rama, caminando sobre el aire como si fuera una acera invisible.— "Y aquí estoy, en busca de una Alicia que tal vez ni siquiera quiera ser encontrada. Pero mi padre dijo que ella siempre termina apareciendo cuando más se la necesita, ¿no? O tal vez… cuando menos la esperan". —Se rascó la cabeza, como si el concepto lo confundiera por un momento—. "¿Eso significa que si la busco no la encontraré? ¡Qué lío!" —Damon de repente se detuvo en seco, sus ojos brillando con una idea.— "¡Ah, ya sé! Si no puedo encontrarla, haré que ella me encuentre a mí". —Levantó las manos al aire, como si convocara algo místico—. "¡Oh, Alicia! ¡Si estás por ahí, ven hacia mí! Yo soy mucho más divertido que cualquier conejo blanco, ¡te lo prometo!" —El viento pareció susurrar en respuesta, y Damon, siempre alerta a las señales más sutiles del País de las Maravillas, alzó una ceja.— "¿Lo ven? ¡El País de las Maravillas nunca decepciona! Algo siempre está a punto de suceder... o al menos eso espero". —Rió con suavidad, haciéndose el misterioso—. "A veces me pregunto si Alicia se siente tan perdida aquí como nosotros. Aunque, ¿quién podría culparla? Este lugar es tan caótico que hasta yo me pierdo de vez en cuando." —Damon comenzó a flotar de nuevo, esta vez trazando círculos en el aire, y se encogió de hombros.— "En fin, si alguna Alicia aparece, ya le diré que la estuve buscando… aunque no sé exactamente para qué. Tal vez solo para confirmar si es tan agradable como dijo mi padre. O tal vez simplemente porque estoy aburrido y quiero ver qué tal se divierte una Alicia". —Hizo una pausa dramática y luego se rió, bajando el tono de su voz—. "Aunque, siendo sincero, lo más probable es que yo me divierta más con ella". —Con un último giro elegante en el aire, Damon desapareció entre las ramas, dejando su característica sonrisa flotando por unos instantes más.—
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  • En las sombras de la ciudad, mientras el bullicio de la vida nocturna sigue su curso, hay portales ocultos entre los rincones olvidados. Estos portales se manifiestan como glitches en la realidad, pequeñas fracturas en la normalidad que parpadean y distorsionan el espacio y el tiempo, abriendo brechas hacia las backrooms. Pueden aparecer en un callejón sin salida, tras la puerta en un edificio abandonado o, incluso, en el reflejo de un espejo roto. A simple vista, parecen aleatorios y caóticos, pero para aquellos que conocen los patrones, son predecibles y, en algunos casos, manipulables.

    #creepy #gore #demon #mature #backrooms
    En las sombras de la ciudad, mientras el bullicio de la vida nocturna sigue su curso, hay portales ocultos entre los rincones olvidados. Estos portales se manifiestan como glitches en la realidad, pequeñas fracturas en la normalidad que parpadean y distorsionan el espacio y el tiempo, abriendo brechas hacia las backrooms. Pueden aparecer en un callejón sin salida, tras la puerta en un edificio abandonado o, incluso, en el reflejo de un espejo roto. A simple vista, parecen aleatorios y caóticos, pero para aquellos que conocen los patrones, son predecibles y, en algunos casos, manipulables. #creepy #gore #demon #mature #backrooms
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  • —En una tarde grisácea, Damon Chessire se encontraba recostado despreocupadamente en una rama alta de un árbol retorcido, el tipo de árbol que parecería sacado de una pesadilla. El viento suave hacía susurrar las hojas negras, pero todo lo demás estaba en un inquietante silencio. Los cielos, cubiertos por nubes moradas y verdes, formaban un ambiente donde la lógica se distorsionaba. A pesar de ello, Damon estaba aburrido.—

    —Desaparecía y volvía a aparecer, dejando su sonrisa flotante por momentos antes de desvanecerla. Miraba a su alrededor con un bostezo exagerado, la mano apenas cubriendo su boca, sus ojos violáceos parpadeaban lentamente como si el tiempo mismo lo estuviera aburriendo.—

    "Qué mundito más soso, ¿no? Ni un loco con quien jugar hoy. Todo tan... en su sitio. ¡Qué fastidio!"

    —De repente, su sombra se movió por la rama, deslizándose como si tuviera vida propia, mientras él seguía mirando al vacío.—

    "Ni siquiera tú tienes ganas de hacer algo divertido, ¿verdad?"

    —le habló a su sombra, que le respondió moviéndose a la otra punta de la rama.—

    —Con un suspiro, Damon levitó ligeramente, quedando suspendido boca abajo mientras observaba el mundo desde otra perspectiva. Tal vez así todo cambiaría... Pero no, las cosas seguían igual de predecibles. Nada que desafiar, nadie a quien desconcertar.—

    "Ah, qué triste es ser uno de los únicos que aprecia lo absurdo en un mundo tan... limitadamente caótico."

    —Rodó los ojos, flotando de vuelta a la rama—

    "Tal vez debería aparecer en el camino de algún desafortunado..."

    —añadió con una sonrisa traviesa—

    "pero tampoco quiero esforzarme demasiado. Eso sí que sería serio, y ya sabes lo que pienso sobre la seriedad."

    —De pronto, hizo desaparecer sus piernas, dejando que solo su torso y cabeza quedaran visibles sobre la rama, flotando como un maniquí a medio desmaterializar. Jugaba con su propia existencia como si fuera un rompecabezas.—

    "Quizá lo que realmente me molesta es que hoy todo está demasiado... coherente."

    —Su sonrisa se hizo aún más amplia—.

    "No hay reto en eso, y sin reto, ¿qué somos sino piezas en un tablero donde las reglas ya están escritas?"

    —Suspiró de nuevo, mientras sus ojos violáceos brillaban con una chispa de anhelo por el caos—

    "Tal vez debería ir a saludar a la Reina Roja. Al menos ella sabe cómo mantener las cosas... interesantes."

    —Con un último bostezo, desapareció del todo, dejando en el aire solo una risita suave y su enigmática sonrisa flotante, que lentamente se desvaneció como una burla silenciosa al aburrimiento mismo.—
    —En una tarde grisácea, Damon Chessire se encontraba recostado despreocupadamente en una rama alta de un árbol retorcido, el tipo de árbol que parecería sacado de una pesadilla. El viento suave hacía susurrar las hojas negras, pero todo lo demás estaba en un inquietante silencio. Los cielos, cubiertos por nubes moradas y verdes, formaban un ambiente donde la lógica se distorsionaba. A pesar de ello, Damon estaba aburrido.— —Desaparecía y volvía a aparecer, dejando su sonrisa flotante por momentos antes de desvanecerla. Miraba a su alrededor con un bostezo exagerado, la mano apenas cubriendo su boca, sus ojos violáceos parpadeaban lentamente como si el tiempo mismo lo estuviera aburriendo.— "Qué mundito más soso, ¿no? Ni un loco con quien jugar hoy. Todo tan... en su sitio. ¡Qué fastidio!" —De repente, su sombra se movió por la rama, deslizándose como si tuviera vida propia, mientras él seguía mirando al vacío.— "Ni siquiera tú tienes ganas de hacer algo divertido, ¿verdad?" —le habló a su sombra, que le respondió moviéndose a la otra punta de la rama.— —Con un suspiro, Damon levitó ligeramente, quedando suspendido boca abajo mientras observaba el mundo desde otra perspectiva. Tal vez así todo cambiaría... Pero no, las cosas seguían igual de predecibles. Nada que desafiar, nadie a quien desconcertar.— "Ah, qué triste es ser uno de los únicos que aprecia lo absurdo en un mundo tan... limitadamente caótico." —Rodó los ojos, flotando de vuelta a la rama— "Tal vez debería aparecer en el camino de algún desafortunado..." —añadió con una sonrisa traviesa— "pero tampoco quiero esforzarme demasiado. Eso sí que sería serio, y ya sabes lo que pienso sobre la seriedad." —De pronto, hizo desaparecer sus piernas, dejando que solo su torso y cabeza quedaran visibles sobre la rama, flotando como un maniquí a medio desmaterializar. Jugaba con su propia existencia como si fuera un rompecabezas.— "Quizá lo que realmente me molesta es que hoy todo está demasiado... coherente." —Su sonrisa se hizo aún más amplia—. "No hay reto en eso, y sin reto, ¿qué somos sino piezas en un tablero donde las reglas ya están escritas?" —Suspiró de nuevo, mientras sus ojos violáceos brillaban con una chispa de anhelo por el caos— "Tal vez debería ir a saludar a la Reina Roja. Al menos ella sabe cómo mantener las cosas... interesantes." —Con un último bostezo, desapareció del todo, dejando en el aire solo una risita suave y su enigmática sonrisa flotante, que lentamente se desvaneció como una burla silenciosa al aburrimiento mismo.—
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    | "F por mis roles." Oigan, los quiero muchísimo. (?) Quiero explicarles por qué puse esa frase: No, no fue por ustedes, fue por mi misma, que he tenido unas semanas ultra pesadas y no he podido de pronto responder. En serio gracias por esperarme, los que lo hicieron.

    Mi besos de la doc y salud para todos... salud física, no de ebriedad. (?)

    Pd: Dejen de darse amor en diciembre, septiembre se vuelve caótico. (?)
    | "F por mis roles." Oigan, los quiero muchísimo. (?) Quiero explicarles por qué puse esa frase: No, no fue por ustedes, fue por mi misma, que he tenido unas semanas ultra pesadas y no he podido de pronto responder. En serio gracias por esperarme, los que lo hicieron. Mi besos de la doc y salud para todos... salud física, no de ebriedad. (?) Pd: Dejen de darse amor en diciembre, septiembre se vuelve caótico. (?)
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  • Mi luz arrastra una enorme sombra; mis alas, invisibles pero imponentes cadenas. Al fin, cada pedazo por más reluciente o roto, completan mi existencia. Ardiente, helada. Terrible, delicada. Maldita o agraciada... Ésta soy yo, nada cambiará eso. Yendo al paraíso o al infierno el calor de mis llamas al cristalino frío de mi alma siempre convertirá en el caótico incendio del averno. #AshrahMortalKombat
    Mi luz arrastra una enorme sombra; mis alas, invisibles pero imponentes cadenas. Al fin, cada pedazo por más reluciente o roto, completan mi existencia. Ardiente, helada. Terrible, delicada. Maldita o agraciada... Ésta soy yo, nada cambiará eso. Yendo al paraíso o al infierno el calor de mis llamas al cristalino frío de mi alma siempre convertirá en el caótico incendio del averno. #AshrahMortalKombat
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