• Un fin de semana en las Vegas
    Fandom Oc
    Categoría Original

    Arribé desde las aguas italianas con un destino claro y tentador: la gran superpotencia estadounidense. Mi objetivo no era otro que sumergirme por completo en el desenfreno y el brillo de la ciudad del placer y los pecados… Las Vegas.

    Después de aterrizar pasadas las 7:30 p.m., tomé un taxi directo al Strip. En menos de una hora ya estaba instalado en un lujoso hotel, con una habitación amplia, impecable, y una vista que prometía más de lo que el día podía darme. Pero para mí, la noche apenas comenzaba.

    8:45 p.m.
    Salí del hotel con paso firme y decidido, empujado por el hambre… y por algo más. Una inquietud que no venía del estómago, sino de más profundo. Elegí un restaurante elegante sin pensarlo demasiado: un risotto de mariscos y una copa de vino tinto que me supo más a preludio que a comida real.

    Fue entonces cuando la vi.

    La entrada del casino. Discreta. Casi privada. Como si no necesitara anunciarse, como si supiera que quien pertenece… siempre la encontrará.

    Pagada la cuenta, me dirigí sin dudar hacia esa puerta de doble hoja iluminada por luces suaves y doradas. Y al cruzarla…

    El interior me golpeó como un perfume antiguo: fichas deslizando sobre tapetes verdes, risas contenidas, suspiros, tragos caros, máquinas sonando como promesas rotas, y la luz tenue de los neones rebotando en las paredes de terciopelo.

    Todo rugía dentro de mí.

    Un ruido interno que no se calmaba con comida, ni con vino, ni con descanso.
    Era un fuego antiguo, uno que había aprendido a apagar con disciplina durante el día…
    Pero que por las noches —y más aún en una ciudad como esta— ardía sin pedir permiso.

    **—Aquí no soy un simple profesor —**pensé mientras mis dedos acariciaban el borde de una ficha olvidada en la barra del salón.
    —Aquí no soy el hombre que enseña historia en un aula aburrida, ni el que pasa desapercibido en el supermercado.
    Aquí puedo ser quien realmente soy.

    Un apostador elegante.
    Un seductor sin corbata.
    Un hombre al borde, buscando ese momento exacto entre perderlo todo… o ganarse a sí mismo.

    Tomé asiento en una mesa de blackjack. Mis dedos temblaban apenas mientras soltaba los billetes y pedía fichas. No por miedo. Sino por ansias.

    Una leve sonrisa apareció en mis labios cuando el crupier me miró por primera vez.

    —Sólo una mano, ¿verdad? —susurré.
    Mentí.
    Arribé desde las aguas italianas con un destino claro y tentador: la gran superpotencia estadounidense. Mi objetivo no era otro que sumergirme por completo en el desenfreno y el brillo de la ciudad del placer y los pecados… Las Vegas. Después de aterrizar pasadas las 7:30 p.m., tomé un taxi directo al Strip. En menos de una hora ya estaba instalado en un lujoso hotel, con una habitación amplia, impecable, y una vista que prometía más de lo que el día podía darme. Pero para mí, la noche apenas comenzaba. 8:45 p.m. Salí del hotel con paso firme y decidido, empujado por el hambre… y por algo más. Una inquietud que no venía del estómago, sino de más profundo. Elegí un restaurante elegante sin pensarlo demasiado: un risotto de mariscos y una copa de vino tinto que me supo más a preludio que a comida real. Fue entonces cuando la vi. La entrada del casino. Discreta. Casi privada. Como si no necesitara anunciarse, como si supiera que quien pertenece… siempre la encontrará. Pagada la cuenta, me dirigí sin dudar hacia esa puerta de doble hoja iluminada por luces suaves y doradas. Y al cruzarla… El interior me golpeó como un perfume antiguo: fichas deslizando sobre tapetes verdes, risas contenidas, suspiros, tragos caros, máquinas sonando como promesas rotas, y la luz tenue de los neones rebotando en las paredes de terciopelo. Todo rugía dentro de mí. Un ruido interno que no se calmaba con comida, ni con vino, ni con descanso. Era un fuego antiguo, uno que había aprendido a apagar con disciplina durante el día… Pero que por las noches —y más aún en una ciudad como esta— ardía sin pedir permiso. **—Aquí no soy un simple profesor —**pensé mientras mis dedos acariciaban el borde de una ficha olvidada en la barra del salón. —Aquí no soy el hombre que enseña historia en un aula aburrida, ni el que pasa desapercibido en el supermercado. Aquí puedo ser quien realmente soy. Un apostador elegante. Un seductor sin corbata. Un hombre al borde, buscando ese momento exacto entre perderlo todo… o ganarse a sí mismo. Tomé asiento en una mesa de blackjack. Mis dedos temblaban apenas mientras soltaba los billetes y pedía fichas. No por miedo. Sino por ansias. Una leve sonrisa apareció en mis labios cuando el crupier me miró por primera vez. —Sólo una mano, ¿verdad? —susurré. Mentí.
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  • Brief hace una pompita con su chicle hasta que ¡Pop! Le estalla en los labios y tiene que taparse la cara para sacar la lengua y tratar de devolver el chicle al interior de su boca.
    Brief hace una pompita con su chicle hasta que ¡Pop! Le estalla en los labios y tiene que taparse la cara para sacar la lengua y tratar de devolver el chicle al interior de su boca.
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  • Desperte ,despues de mantenerme dormido por varios dias ,estaba cansado ,porque? donde estaba alastor? mis hijos?..vergil...? que acaba de pasar ,me sentia molestio y con un gran vacio ,ahora no sabia donde buscar ,era como empezar desde el inicio .

    -Que carajo....que paso?...que tanto cambio
    Desperte ,despues de mantenerme dormido por varios dias ,estaba cansado ,porque? donde estaba alastor? mis hijos?..vergil...? que acaba de pasar ,me sentia molestio y con un gran vacio ,ahora no sabia donde buscar ,era como empezar desde el inicio . -Que carajo....que paso?...que tanto cambio
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Batalla de Titanas: Tio Klarus vs Lalatina Darkness

    Escenario: La Arena del Eclipse Carmesí
    Un coliseo antiguo iluminado por una luna roja que baña todo con una luz siniestra. Las gradas están llenas de criaturas mágicas, nobles, y aventureros, expectantes ante un choque entre fuerza bruta, magia ancestral y determinación temeraria. Cada paso en la arena hace retumbar el suelo, cada suspiro es contención de poder.

    Combatientes:
    Tio Klarus (Arifureta: From Commonplace to World’s Strongest)
    ❁ Raza: Dragón Antiguo

    𝄊 𝅑Habilidades:

    ❁ Transformación en dragón: Aumenta su fuerza, velocidad y defensa a niveles abismales.
    ❁ Magia de aliento: Un aliento dracónico que arrasa todo a su paso.
    ❁ Poder físico masivo: Incluso en forma humana, posee una fuerza descomunal.
    ❁ Manipulación mágica: Puede usar barreras, encantamientos y hechizos de gran escala.
    ❁ Psicología perversa: Disfruta de la dominación, lo que puede perturbar a oponentes más débiles mentalmente.

    Darkness (Lalatina Dustiness Ford - KonoSuba)
    ❄ Raza: Humana
    ❄ Clase: Cruzada (Tank)

    ✟Habilidades ༄:
    🝍 Defensa absoluta: Capaz de resistir ataques mágicos y físicos con su armadura y determinación.
    🝍 Resistencia sobrehumana: Puede continuar luchando incluso con heridas graves.
    🝍 Sacrificio por el equipo: Su afán masoquista la lleva a lanzarse al peligro sin miedo.
    🝍 Fuerza física alta: Aunque poco precisa, sus ataques son potentes cuando aciertan.
    🝍 Voluntad inquebrantable: Se mantiene en pie ante el dolor más extremo.

    El Choque
    La arena tiembla cuando Tio desciende en su forma humana, imponente y confiada. Darkness, sin miedo y con mirada desafiante, alza su espada torpemente, sabiendo que resistir es su especialidad.

    Primer ataque: Tio desata un aliento mágico directo hacia Darkness. La cruzada lo recibe de frente, gritando con un extraño entusiasmo, pero permanece en pie. Su armadura humea, pero su voluntad es aún más ardiente.

    Segundo movimiento: Darkness contraataca con una carga poderosa… y falla el golpe, como era de esperarse. Tio ríe, divertida, pero comienza a frustrarse cuando la caballera simplemente no cae.

    Intercambio de poder: Tio se transforma en su forma dracónica. El coliseo enmudece. Lanza una descarga mágica masiva que fractura el suelo. Darkness cae de rodillas… pero se levanta, riendo y pidiendo más. Su cuerpo tiembla, pero su espíritu brilla.

    Resultado Final:
    Tio Klarus tiene la superioridad mágica, táctica y física, pero Darkness es como una muro imbatible de carne y voluntad. En una batalla directa a muerte, Tio ganaría, especialmente si se enfoca en destruir el terreno o emplear su magia con precisión.

    Pero en una pelea de resistencia y espíritu, Darkness nunca se rendiría, y eso podría desconcertar o agotar mentalmente a Tio.

    Ganadora: Tio Klarus (por poder bruto y versatilidad mágica).

    Mención especial: Darkness, por ser imposible de quebrar y resistir hasta lo inhumano.
    🏆 Batalla de Titanas: Tio Klarus vs Lalatina Darkness 🛡️🔥 🏟️ Escenario: La Arena del Eclipse Carmesí Un coliseo antiguo iluminado por una luna roja que baña todo con una luz siniestra. Las gradas están llenas de criaturas mágicas, nobles, y aventureros, expectantes ante un choque entre fuerza bruta, magia ancestral y determinación temeraria. Cada paso en la arena hace retumbar el suelo, cada suspiro es contención de poder. ⚔️ Combatientes: 🐉 Tio Klarus (Arifureta: From Commonplace to World’s Strongest) ❁ Raza: Dragón Antiguo 𝄊 𝅑Habilidades: ❁ Transformación en dragón: Aumenta su fuerza, velocidad y defensa a niveles abismales. ❁ Magia de aliento: Un aliento dracónico que arrasa todo a su paso. ❁ Poder físico masivo: Incluso en forma humana, posee una fuerza descomunal. ❁ Manipulación mágica: Puede usar barreras, encantamientos y hechizos de gran escala. ❁ Psicología perversa: Disfruta de la dominación, lo que puede perturbar a oponentes más débiles mentalmente. 🛡️ Darkness (Lalatina Dustiness Ford - KonoSuba) ❄ Raza: Humana ❄ Clase: Cruzada (Tank) ✟Habilidades ༄: 🝍 Defensa absoluta: Capaz de resistir ataques mágicos y físicos con su armadura y determinación. 🝍 Resistencia sobrehumana: Puede continuar luchando incluso con heridas graves. 🝍 Sacrificio por el equipo: Su afán masoquista la lleva a lanzarse al peligro sin miedo. 🝍 Fuerza física alta: Aunque poco precisa, sus ataques son potentes cuando aciertan. 🝍 Voluntad inquebrantable: Se mantiene en pie ante el dolor más extremo. 💥 El Choque La arena tiembla cuando Tio desciende en su forma humana, imponente y confiada. Darkness, sin miedo y con mirada desafiante, alza su espada torpemente, sabiendo que resistir es su especialidad. Primer ataque: Tio desata un aliento mágico directo hacia Darkness. La cruzada lo recibe de frente, gritando con un extraño entusiasmo, pero permanece en pie. Su armadura humea, pero su voluntad es aún más ardiente. Segundo movimiento: Darkness contraataca con una carga poderosa… y falla el golpe, como era de esperarse. Tio ríe, divertida, pero comienza a frustrarse cuando la caballera simplemente no cae. Intercambio de poder: Tio se transforma en su forma dracónica. El coliseo enmudece. Lanza una descarga mágica masiva que fractura el suelo. Darkness cae de rodillas… pero se levanta, riendo y pidiendo más. Su cuerpo tiembla, pero su espíritu brilla. 🏁 Resultado Final: Tio Klarus tiene la superioridad mágica, táctica y física, pero Darkness es como una muro imbatible de carne y voluntad. En una batalla directa a muerte, Tio ganaría, especialmente si se enfoca en destruir el terreno o emplear su magia con precisión. Pero en una pelea de resistencia y espíritu, Darkness nunca se rendiría, y eso podría desconcertar o agotar mentalmente a Tio. 🟩 Ganadora: Tio Klarus (por poder bruto y versatilidad mágica). 🟨 Mención especial: Darkness, por ser imposible de quebrar y resistir hasta lo inhumano.
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  • Zhan después de tantos cambios de cuerpos, decidió descansar de eso y estar como un fantasma en forma de dragón oscuro. Flota por la casa atravesado paredes.+++
    Zhan después de tantos cambios de cuerpos, decidió descansar de eso y estar como un fantasma en forma de dragón oscuro. Flota por la casa atravesado paredes.+++
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  • ¿Con qué vendes pociones de desamor? Bueno entonces dame 10 y quédate con el cambio.
    ¿Con qué vendes pociones de desamor? Bueno entonces dame 10 y quédate con el cambio.
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  • El Refugio del Eco...

    Una taberna oculta entre calles que nadie recuerda cómo encontró. No tiene letrero, solo una puerta vieja que cruje como si llorara.

    Lia empujó la puerta con cuidado. El aire, denso y tibio, estaba cargado de suspiros y canciones rotas. En las esquinas, almas silenciosas contemplaban sus copas como si en ellas flotaran recuerdos que aún dolían. Un hombre cantaba con voz quebrada, y cada nota parecía arrancada de una herida abierta.

    A paso lento, Lia se acercó al mostrador, donde un cantinero esperaba con la paciencia de quien ya lo ha escuchado todo.

    —¿Sirven algo para los que ya no sienten nada? —preguntó, con la voz apenas audible.

    El cantinero la miró con una sonrisa tenue y asintió con la cabeza.

    —Tenemos lágrimas en hielo o silencio en copa. Pero si buscas paz… eso lo sirven al fondo, junto al espejo que no refleja - Lia se sentó en uno de los taburetes gastados. A su lado, alguien murmuró un nombre. No supo si era el suyo o el de quien lo había dejado atrás.

    "No vine a olvidar… solo a recordar sin que duela tanto" pensó en voz baja, mientras el murmullo del lugar la envolvía como un eco de la noche.

    https://youtu.be/KtlgYxa6BMU?si=w1v3IzMiXLgn9mVj
    El Refugio del Eco... Una taberna oculta entre calles que nadie recuerda cómo encontró. No tiene letrero, solo una puerta vieja que cruje como si llorara. Lia empujó la puerta con cuidado. El aire, denso y tibio, estaba cargado de suspiros y canciones rotas. En las esquinas, almas silenciosas contemplaban sus copas como si en ellas flotaran recuerdos que aún dolían. Un hombre cantaba con voz quebrada, y cada nota parecía arrancada de una herida abierta. A paso lento, Lia se acercó al mostrador, donde un cantinero esperaba con la paciencia de quien ya lo ha escuchado todo. —¿Sirven algo para los que ya no sienten nada? —preguntó, con la voz apenas audible. El cantinero la miró con una sonrisa tenue y asintió con la cabeza. —Tenemos lágrimas en hielo o silencio en copa. Pero si buscas paz… eso lo sirven al fondo, junto al espejo que no refleja - Lia se sentó en uno de los taburetes gastados. A su lado, alguien murmuró un nombre. No supo si era el suyo o el de quien lo había dejado atrás. "No vine a olvidar… solo a recordar sin que duela tanto" pensó en voz baja, mientras el murmullo del lugar la envolvía como un eco de la noche. https://youtu.be/KtlgYxa6BMU?si=w1v3IzMiXLgn9mVj
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  • [22:48 h | Ostia – Zona industrial abandonada | Encargo simple]

    Salí de casa de Angela para hacer un encargo como de costumbre.
    Llevo botas negras, la Glock silenciada pegada al costado y un cuchillo en la bota derecha. A las 22:33 el primer hombre cae con un tiro limpio a la garganta. Al segundo lo dejo sin aire, golpe seco al esternón y rodillazo al cuello. Me limpio las manos en su camiseta.

    Miro el reloj. A las 22:41 ya estoy saliendo.

    Cruzo el pasillo entre cajas cuando noto algo raro. Levanto el arma y giro.

    Nada.

    Avanzo y luego se escucha un chasquido metálico.

    Y entonces algo me cubre la cara.

    Tela y gas. Reacción inmediata: aguanto el aire y doy un codazo. Siento un puñetazo seco en el estómago por lo que me doblo. Trato de girarme, pero me agarran fuerte. Escucho su voz justo antes de perder el equilibrio.

    —Ahora vas a saber lo que es no tener el control, bambina.

    Intento gritar pero no me sale. Todo se pone borroso y el corazón me late a cien. Escucho cajas caer, mis botas arrastrarse, la tela del pasamontañas. Luego nada.



    [??? | Lugar desconocido | Hora indeterminada]

    Me despierto con las muñecas atadas a una silla. Metal frío y sangre en el labio. Una herida en la ceja que me molesta.

    No hay ventanas.

    Solo él de pie y fumando.

    —¿Ves? Hasta tú te despistas.
    —No por mucho tiempo —le escupo.

    Se acerca y me da una bofetada fuerte. No me duele tanto como me enciende por dentro.

    —¿Sabes por qué lo hago así? Porque sé que no te da miedo morir.
    Pero sí te jode fallar y que te atrapen. Que alguien te vea débil.

    Le mantengo la mirada. Aunque se me cae un hilo de sangre por la comisura.

    —Tienes razón —digo despacio—.
    Pero más me va a joder cuando te mate.

    Se ríe y se gira. Apara el cigarro en el suelo y sale.

    Y yo me quedo allí. Calculando. Sintiendo cómo las marcas en las muñecas empiezan a abrirse.
    Y quizás con algo de miedo por primera vez por no tener a quien me salve.

    [22:48 h | Ostia – Zona industrial abandonada | Encargo simple] Salí de casa de Angela para hacer un encargo como de costumbre. Llevo botas negras, la Glock silenciada pegada al costado y un cuchillo en la bota derecha. A las 22:33 el primer hombre cae con un tiro limpio a la garganta. Al segundo lo dejo sin aire, golpe seco al esternón y rodillazo al cuello. Me limpio las manos en su camiseta. Miro el reloj. A las 22:41 ya estoy saliendo. Cruzo el pasillo entre cajas cuando noto algo raro. Levanto el arma y giro. Nada. Avanzo y luego se escucha un chasquido metálico. Y entonces algo me cubre la cara. Tela y gas. Reacción inmediata: aguanto el aire y doy un codazo. Siento un puñetazo seco en el estómago por lo que me doblo. Trato de girarme, pero me agarran fuerte. Escucho su voz justo antes de perder el equilibrio. —Ahora vas a saber lo que es no tener el control, bambina. Intento gritar pero no me sale. Todo se pone borroso y el corazón me late a cien. Escucho cajas caer, mis botas arrastrarse, la tela del pasamontañas. Luego nada. ⸻ [??? | Lugar desconocido | Hora indeterminada] Me despierto con las muñecas atadas a una silla. Metal frío y sangre en el labio. Una herida en la ceja que me molesta. No hay ventanas. Solo él de pie y fumando. —¿Ves? Hasta tú te despistas. —No por mucho tiempo —le escupo. Se acerca y me da una bofetada fuerte. No me duele tanto como me enciende por dentro. —¿Sabes por qué lo hago así? Porque sé que no te da miedo morir. Pero sí te jode fallar y que te atrapen. Que alguien te vea débil. Le mantengo la mirada. Aunque se me cae un hilo de sangre por la comisura. —Tienes razón —digo despacio—. Pero más me va a joder cuando te mate. Se ríe y se gira. Apara el cigarro en el suelo y sale. Y yo me quedo allí. Calculando. Sintiendo cómo las marcas en las muñecas empiezan a abrirse. Y quizás con algo de miedo por primera vez por no tener a quien me salve.
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  • —La habitación estaba sumida en una penumbra casi absoluta, apenas iluminada por la tenue luz que se filtraba a través de las cortinas pesadas. Ángela, vestida con una delicada pero provocativa lencería negra que contrastaba con su piel pálida, se recostaba con una calma inquietante sobre la cama, sus ojos fijos en la puerta. Cada músculo de su cuerpo estaba tenso, preparado para el momento exacto. El silencio se hacía pesado, solo roto por el leve tic-tac del reloj en la pared.-

    -Cuando la puerta se abrió lentamente, Ángela no se movió, pero sus dedos se cerraron con firmeza alrededor del frío metal de la pistola oculta bajo la sábana. El hombre entró, confiado, sin sospechar la trampa que le esperaba. Su mirada se posó en ella, una sonrisa arrogante asomó en sus labios, pero antes de que pudiera reaccionar, un disparo seco resonó en la habitación. La bala encontró su blanco con precisión mortal.-

    -Ángela se levantó con una gracia letal, observando cómo el cuerpo caía sin vida al suelo. Su respiración era pausada, controlada, como si acabara de completar una rutina más que un acto de violencia. Sin una palabra, recogió la pistola, la limpió con un pañuelo y se desvaneció en la oscuridad, dejando tras de sí un silencio aún más profundo que antes.-
    —La habitación estaba sumida en una penumbra casi absoluta, apenas iluminada por la tenue luz que se filtraba a través de las cortinas pesadas. Ángela, vestida con una delicada pero provocativa lencería negra que contrastaba con su piel pálida, se recostaba con una calma inquietante sobre la cama, sus ojos fijos en la puerta. Cada músculo de su cuerpo estaba tenso, preparado para el momento exacto. El silencio se hacía pesado, solo roto por el leve tic-tac del reloj en la pared.- -Cuando la puerta se abrió lentamente, Ángela no se movió, pero sus dedos se cerraron con firmeza alrededor del frío metal de la pistola oculta bajo la sábana. El hombre entró, confiado, sin sospechar la trampa que le esperaba. Su mirada se posó en ella, una sonrisa arrogante asomó en sus labios, pero antes de que pudiera reaccionar, un disparo seco resonó en la habitación. La bala encontró su blanco con precisión mortal.- -Ángela se levantó con una gracia letal, observando cómo el cuerpo caía sin vida al suelo. Su respiración era pausada, controlada, como si acabara de completar una rutina más que un acto de violencia. Sin una palabra, recogió la pistola, la limpió con un pañuelo y se desvaneció en la oscuridad, dejando tras de sí un silencio aún más profundo que antes.-
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  • Pronto, las llamadas de atención comenzaron.
    Cada vez eran menos vistas en las oficinas, ya los rumores de su relación eran obvios, las habían visto de la mano, del brazo y besarse en público.

    ¿El peor detalle?
    Estaban arruinando los planes morbosos de muchos investigadores y "compañeros"

    La posibilidad de salir con alguna de ellas en misión, volverse su salvador ahora eran de completo cero.

    Y peor aún, estaban pisando los talones correctos.
    Lo que Val no veía, Minerva lo encontraba.
    Tenían una pista muy solida, realista y sobre todo...estaban por seguirla sin decirle a nadie.

    Una pescadería que estaba reportando más desperdicio de vísceras que lo que compraba de pescados.

    Pero no solo eso, la pescadería entregaba atunes de tamaño soberbio a varios hoteles premium y a su vez, recolectaban después los desechos de atún que recibían.

    Todo indicaba....que no eran solo desechos de atún....
    Si no una carnicería humana disfrazada de hotel.

    ─ Am...─ casi se le salía decirle amor en público. ─ 𝐌𝐢𝐧𝐞𝐫𝐯𝐚 𝐑𝐞𝐟𝐨𝐱 . ¿Sucede algo? ─ preguntó al verla ensimismada de aquel imponente edificio y no era para menos.

    Si era cierto que habían visto a su hermana por ultima vez en la zona, la misma zona donde habían desaparecido otras.... era obvio que iban a entrar a una zona no solo peligrosa... sino....de vida o muerte.
    Pronto, las llamadas de atención comenzaron. Cada vez eran menos vistas en las oficinas, ya los rumores de su relación eran obvios, las habían visto de la mano, del brazo y besarse en público. ¿El peor detalle? Estaban arruinando los planes morbosos de muchos investigadores y "compañeros" La posibilidad de salir con alguna de ellas en misión, volverse su salvador ahora eran de completo cero. Y peor aún, estaban pisando los talones correctos. Lo que Val no veía, Minerva lo encontraba. Tenían una pista muy solida, realista y sobre todo...estaban por seguirla sin decirle a nadie. Una pescadería que estaba reportando más desperdicio de vísceras que lo que compraba de pescados. Pero no solo eso, la pescadería entregaba atunes de tamaño soberbio a varios hoteles premium y a su vez, recolectaban después los desechos de atún que recibían. Todo indicaba....que no eran solo desechos de atún.... Si no una carnicería humana disfrazada de hotel. ─ Am...─ casi se le salía decirle amor en público. ─ [No_signal] . ¿Sucede algo? ─ preguntó al verla ensimismada de aquel imponente edificio y no era para menos. Si era cierto que habían visto a su hermana por ultima vez en la zona, la misma zona donde habían desaparecido otras.... era obvio que iban a entrar a una zona no solo peligrosa... sino....de vida o muerte.
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