• La noche llegó como la calma 𝙙𝙚𝙨𝙥𝙪é𝙨 de la tormenta. Todavía se podía sentir el pitido en los oídos, la sensación de que el suelo aún temblaba por las pisadas fuertes o las granadas que se activaban.

    Sin embargo, salvo por eso, había un silencio inquietante. Como si todo estuviera muerto en el campamento improvisado que armaron, ahí, no muy lejos de la batalla. Nadie hablaba. Ni siquiera uno podía estar seguro de si estaban respirando. Habían movimientos escasos.

    Micah estaba terminando de organizar sus suministros luego de haber utilizado algunos recursos. Ya había verificado que sus compañeros estuvieran bien, ahora le faltaba saber qué le quedaba disponible.

    Entonces, a unos metros de distancia, sentado contra un mural destruido, entre escombros, habló uno de sus compañeros, unos de los veteranos allí. Exhaló el humo del cigarrillo mientras abrió la boca y observó al médico.

    —Aún no me creo que estés aquí, Ravenscroft —tenía una media sonrisa, pero en sus ojos se notaba el cansancio—. Luego de lo que te ocurrió, mierda, pensé que ya estabas muerto. Todos lo creímos aquel día, en el pueblo.

    Como respuesta Micah levantó la vista hacia él. Lo único que podían ver eran sus ojos y cejas entre el pasamontañas. Sin embargo, con una mirada podía decir mucho.

    —No sé ustedes... —continuó el hombre, dando una calada al cigarrillo— este ya no es Ravenscroft... No. Es Revenant.

    Se escucharon algunas risas por parte de los demás, pequeñas, leves, mientras que el mencionado por el veterano continuó con su tarea, guardando todo con meticulosidad, cada objeto justo en los lugares que él sabía de memoria.

    —Creo que le queda, tiene sentido —uno de los más jóvenes se hizo presente con su voz, viendo al médico—. Siempre que lo necesitamos aparece, y si tiene que pelear, lo hace.

    A partir de ese momento, cada vez que lo llamaban en persona o por radio, ese apodo se repetía hasta de manera natural: "Revenant, necesitamos apoyo". Y, si bien Micah nunca lo pidió, tampoco lo rechazó. Con el tiempo, el apodo comenzó a ser parte de él tanto como la cicatriz en su cuello que siempre trataba de ocultar.
    La noche llegó como la calma 𝙙𝙚𝙨𝙥𝙪é𝙨 de la tormenta. Todavía se podía sentir el pitido en los oídos, la sensación de que el suelo aún temblaba por las pisadas fuertes o las granadas que se activaban. Sin embargo, salvo por eso, había un silencio inquietante. Como si todo estuviera muerto en el campamento improvisado que armaron, ahí, no muy lejos de la batalla. Nadie hablaba. Ni siquiera uno podía estar seguro de si estaban respirando. Habían movimientos escasos. Micah estaba terminando de organizar sus suministros luego de haber utilizado algunos recursos. Ya había verificado que sus compañeros estuvieran bien, ahora le faltaba saber qué le quedaba disponible. Entonces, a unos metros de distancia, sentado contra un mural destruido, entre escombros, habló uno de sus compañeros, unos de los veteranos allí. Exhaló el humo del cigarrillo mientras abrió la boca y observó al médico. —Aún no me creo que estés aquí, Ravenscroft —tenía una media sonrisa, pero en sus ojos se notaba el cansancio—. Luego de lo que te ocurrió, mierda, pensé que ya estabas muerto. Todos lo creímos aquel día, en el pueblo. Como respuesta Micah levantó la vista hacia él. Lo único que podían ver eran sus ojos y cejas entre el pasamontañas. Sin embargo, con una mirada podía decir mucho. —No sé ustedes... —continuó el hombre, dando una calada al cigarrillo— este ya no es Ravenscroft... No. Es Revenant. Se escucharon algunas risas por parte de los demás, pequeñas, leves, mientras que el mencionado por el veterano continuó con su tarea, guardando todo con meticulosidad, cada objeto justo en los lugares que él sabía de memoria. —Creo que le queda, tiene sentido —uno de los más jóvenes se hizo presente con su voz, viendo al médico—. Siempre que lo necesitamos aparece, y si tiene que pelear, lo hace. A partir de ese momento, cada vez que lo llamaban en persona o por radio, ese apodo se repetía hasta de manera natural: "Revenant, necesitamos apoyo". Y, si bien Micah nunca lo pidió, tampoco lo rechazó. Con el tiempo, el apodo comenzó a ser parte de él tanto como la cicatriz en su cuello que siempre trataba de ocultar.
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  • [Vuelvo a publicar porque la app no me deja subir imágenes de mnres]



    •Recuerdos de Haku•


    {Desde pequeña siempre sentí que no pertenecía del todo a este mundo. Como si el suelo bajo mis pies no terminara de aceptarme. Un espíritu que sólo yo podía ver, Para otros era un juego de niña, un amigo imaginario, un delirio infantil… hasta que empezaron a murmurar que quizá estaba loca.}

    {Pero en la casa de mis padres todo era distinto. Ellos jamás me miraron con ese juicio en los ojos. Con ellos podía reír, correr, jugar… sentir que pertenecía. Fue mi padre quien me enseñó a no temer a los espectros que se aferrarían a mí hasta el final, fruto de mi magia nigromante.}

    —No todos los espíritus son enemigos. Algunos son terror puro, pero también pueden ser maravillas misteriosas ocultas del mundo. Aprende a verlos con los dos ojos, no sólo con el del miedo.

    {La primera vez que vi al mío… no lo negaré, quise gritar, quise huir. Era sólo una sombra informe, costrosa, cubierta de un velo fantasmal, grotesco. Su sola presencia me inquietaba. Y, sin embargo, con cada aparición, esa figura iba cambiando. Su silueta se volvía menos amenazante, menos monstruosa, como si respondiera a lo que veía en mí. Jamás entendí por qué, pero mi padre me explicó que los espíritus también eligen: él estaba esforzándose por no parecerme un monstruo.}

    —Papá… dile que se vaya… por favor… yo ya no quiero verlo…

    {Mis lágrimas caían, el miedo me ahogaba. Mi padre, paciente, me sostuvo contra su pecho, acunándome. Sentí cómo sus labios besaban mi frente y sus dedos acariciaban suavemente en mi cabello. Su voz dulce, me susurró:}

    —Cuando tengas miedo, recuerda esto, Haku: tú tienes el poder de dominarlo. Hazlo tuyo, somételo, no dejes que te gobierne. El miedo no es dueño de ti, tú eres su dueña. Nadie, ni siquiera yo, puede luchar esa batalla por ti. Sólo tú puedes enfrentarlo y vencerlo.

    {Levanté mis ojos hacia él. Su mirada estaba cargada de ternura infinita, como si en mí viera el tesoro más preciado de su vida. Y, por un instante, creí que eso era suficiente. Que bastaba con estar en sus brazos para que nada malo pudiera tocarme. Pero la sombra seguía ahí… inmóvil, agazapada en la esquina de mi habitación, pegada al reflejo oscuro de la ventana. Alta, oscura, fría. Sólo sus ojos brillantes, fijos en mí, me recordaban su existencia.}

    {Con un gesto suave, mi padre limpió mis lágrimas. Solté un pequeño respiro, luego un impulso infantil me hizo saltar de la cama. Agarré una almohada… y se la arrojé. Luego otra. Y otra más.}

    —¡Vete! ¡Vete de aquí! ¡Ya no quiero verte nunca más!

    Mis pies descalzos tocaron el suelo al acercarme más y más a esa sombra. El corazón me golpeaba con tanta fuerza que pensé que se me saldría del pecho, pero la presencia de mi padre me daba valor. Nada me haría daño mientras él estuviera a mi lado. Finalmente, me planté frente a esa silueta. Levanté mi rostro, alzando la barbilla desafiante, hasta encontrar esos ojos incandescentes.}

    —Ya no te tengo miedo. ¡Vete!

    {El espíritu me observó en un silencio eterno. Ese silencio que oprime. Lo odiaba. Lo detestaba. Pero cuando ya estaba segura de que jamás desaparecería, ocurrió lo impensado. Mis ojos se abrieron de par en par: la sombra se fragmentó, se quebró como humo en el viento… y con un leve puff, simplemente se desvaneció.}
    ⚠️[Vuelvo a publicar porque la app no me deja subir imágenes de mnres⚠️] •Recuerdos de Haku•📖 {Desde pequeña siempre sentí que no pertenecía del todo a este mundo. Como si el suelo bajo mis pies no terminara de aceptarme. Un espíritu que sólo yo podía ver, Para otros era un juego de niña, un amigo imaginario, un delirio infantil… hasta que empezaron a murmurar que quizá estaba loca.} {Pero en la casa de mis padres todo era distinto. Ellos jamás me miraron con ese juicio en los ojos. Con ellos podía reír, correr, jugar… sentir que pertenecía. Fue mi padre quien me enseñó a no temer a los espectros que se aferrarían a mí hasta el final, fruto de mi magia nigromante.} —No todos los espíritus son enemigos. Algunos son terror puro, pero también pueden ser maravillas misteriosas ocultas del mundo. Aprende a verlos con los dos ojos, no sólo con el del miedo. {La primera vez que vi al mío… no lo negaré, quise gritar, quise huir. Era sólo una sombra informe, costrosa, cubierta de un velo fantasmal, grotesco. Su sola presencia me inquietaba. Y, sin embargo, con cada aparición, esa figura iba cambiando. Su silueta se volvía menos amenazante, menos monstruosa, como si respondiera a lo que veía en mí. Jamás entendí por qué, pero mi padre me explicó que los espíritus también eligen: él estaba esforzándose por no parecerme un monstruo.} —Papá… dile que se vaya… por favor… yo ya no quiero verlo… {Mis lágrimas caían, el miedo me ahogaba. Mi padre, paciente, me sostuvo contra su pecho, acunándome. Sentí cómo sus labios besaban mi frente y sus dedos acariciaban suavemente en mi cabello. Su voz dulce, me susurró:} —Cuando tengas miedo, recuerda esto, Haku: tú tienes el poder de dominarlo. Hazlo tuyo, somételo, no dejes que te gobierne. El miedo no es dueño de ti, tú eres su dueña. Nadie, ni siquiera yo, puede luchar esa batalla por ti. Sólo tú puedes enfrentarlo y vencerlo. {Levanté mis ojos hacia él. Su mirada estaba cargada de ternura infinita, como si en mí viera el tesoro más preciado de su vida. Y, por un instante, creí que eso era suficiente. Que bastaba con estar en sus brazos para que nada malo pudiera tocarme. Pero la sombra seguía ahí… inmóvil, agazapada en la esquina de mi habitación, pegada al reflejo oscuro de la ventana. Alta, oscura, fría. Sólo sus ojos brillantes, fijos en mí, me recordaban su existencia.} {Con un gesto suave, mi padre limpió mis lágrimas. Solté un pequeño respiro, luego un impulso infantil me hizo saltar de la cama. Agarré una almohada… y se la arrojé. Luego otra. Y otra más.} —¡Vete! ¡Vete de aquí! ¡Ya no quiero verte nunca más! Mis pies descalzos tocaron el suelo al acercarme más y más a esa sombra. El corazón me golpeaba con tanta fuerza que pensé que se me saldría del pecho, pero la presencia de mi padre me daba valor. Nada me haría daño mientras él estuviera a mi lado. Finalmente, me planté frente a esa silueta. Levanté mi rostro, alzando la barbilla desafiante, hasta encontrar esos ojos incandescentes.} —Ya no te tengo miedo. ¡Vete! {El espíritu me observó en un silencio eterno. Ese silencio que oprime. Lo odiaba. Lo detestaba. Pero cuando ya estaba segura de que jamás desaparecería, ocurrió lo impensado. Mis ojos se abrieron de par en par: la sombra se fragmentó, se quebró como humo en el viento… y con un leve puff, simplemente se desvaneció.}
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  • 『El joven omega estaba llevando al perrito que se encontró en la calle quería curarlo con su poder, pero no podía ya que mucha gente en cuanto llego a la veterinaria entró buscando a alguien que lo ayudara』

    Alguien que me pueda ayudar por favor tengo a un cachorro que está muy lastimado

    『Dijo con una suave y dulce voz mientras miraba al animal en sus brazos』
    『El joven omega estaba llevando al perrito que se encontró en la calle quería curarlo con su poder, pero no podía ya que mucha gente en cuanto llego a la veterinaria entró buscando a alguien que lo ayudara』 Alguien que me pueda ayudar por favor tengo a un cachorro que está muy lastimado 『Dijo con una suave y dulce voz mientras miraba al animal en sus brazos』
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  • Conociendo la habilidad especial del Doctor Hayes
    Fandom OC
    Categoría Original
    El aire de la clínica de la ciudad, Vance Animal Hospital, olía a antiséptico y a dinero. El sol de la mañana se filtraba por los ventanales de suelo a techo, iluminando el impecable suelo de baldosas blancas y las elegantes sillas de cuero en la sala de espera. Jasper, vestido con una camisa de lino de un color neutro y pantalones bien ajustados, era la imagen misma de la eficiencia. Su voz, tranquila y serena, sonaba por el auricular mientras respondía a las preguntas de un cliente sobre un exótico gato de Bengala.

    Fuera de la clínica, los sonidos de la ciudad—bocinazos, motores y la prisa de la gente—eran una banda sonora constante que contrastaba con el silencio y los ruidos de la granja. Aunque Jasper mantenía una sonrisa profesional, en su interior, anhelaba el olor a heno y la calma de su propio mundo.

    En ese momento, una mujer vestida con ropa de diseñador entró nerviosamente con un pequeño perro de raza pomerania. El perro, temblando, parecía atemorizado por todo el ajetreo.

    "Doctor Hayes, ¡por favor, ayude a Doki!" suplicó la mujer. "Desde que lo trajimos del campo, no ha parado de temblar."

    Mientras lo tomaba, Jasper notó que los temblores no eran solo por miedo. Su naturaleza de Alfa y cambiante le permitió sentir el pánico del perro, un miedo que iba más allá del entorno urbano. Era un tipo de pánico que solo un animal que ha conocido la libertad podía sentir al estar atrapado.

    Jasper dejó de lado el teléfono. "Tranquila, lo entiendo. Déjeme revisarlo."

    El perro se acurrucó contra su pecho, calmado por la sola presencia de Jasper. Era un instinto que no podía controlar; su naturaleza de Alfa calmaba al animal, mientras su lado de cambiante sentía el dolor de la criatura.

    En ese momento, la verdadera personalidad de Jasper se asomó. Ya no era el profesional eficiente, era un sanador que entendía el alma del animal.

    "Doki no está enfermo", dijo Jasper, con una voz más suave que la que solía usar en la clínica. "Tiene un miedo profundo. Echa de menos el campo. Es un perro que necesita el espacio y el aire libre para sentirse seguro."

    La mujer, incrédula, miró a su perro, que ahora se encontraba acurrucado y en paz en los brazos del veterinario.

    "Nunca lo había visto tan tranquilo... ¿Cómo lo hizo?"

    Jasper sonrió y acarició la cabeza del perro. "Solo necesitaba un poco de paciencia. El estrés de la ciudad a veces es demasiado para algunos de ellos. Le recomendaría que lo lleve a un lugar con más naturaleza, a un parque alejado del centro o, si tiene la oportunidad, que lo deje pasar un fin de semana fuera de la ciudad."

    La mujer asintió, agradecida, y el asistente de Jasper le entregó una tarjeta con información de un parque natural. Mientras la mujer se alejaba con un Doki mucho más relajado, Jasper se quedó mirando por la ventana. El sol de la tarde bañaba las altas torres de cristal, pero en su mente, solo podía ver los campos verdes y las colinas de su granja. Se sentía satisfecho, pero su alma ya estaba anhelando el camino de vuelta a casa, el único lugar donde no necesitaba fingir para nadie.
    El aire de la clínica de la ciudad, Vance Animal Hospital, olía a antiséptico y a dinero. El sol de la mañana se filtraba por los ventanales de suelo a techo, iluminando el impecable suelo de baldosas blancas y las elegantes sillas de cuero en la sala de espera. Jasper, vestido con una camisa de lino de un color neutro y pantalones bien ajustados, era la imagen misma de la eficiencia. Su voz, tranquila y serena, sonaba por el auricular mientras respondía a las preguntas de un cliente sobre un exótico gato de Bengala. Fuera de la clínica, los sonidos de la ciudad—bocinazos, motores y la prisa de la gente—eran una banda sonora constante que contrastaba con el silencio y los ruidos de la granja. Aunque Jasper mantenía una sonrisa profesional, en su interior, anhelaba el olor a heno y la calma de su propio mundo. En ese momento, una mujer vestida con ropa de diseñador entró nerviosamente con un pequeño perro de raza pomerania. El perro, temblando, parecía atemorizado por todo el ajetreo. "Doctor Hayes, ¡por favor, ayude a Doki!" suplicó la mujer. "Desde que lo trajimos del campo, no ha parado de temblar." Mientras lo tomaba, Jasper notó que los temblores no eran solo por miedo. Su naturaleza de Alfa y cambiante le permitió sentir el pánico del perro, un miedo que iba más allá del entorno urbano. Era un tipo de pánico que solo un animal que ha conocido la libertad podía sentir al estar atrapado. Jasper dejó de lado el teléfono. "Tranquila, lo entiendo. Déjeme revisarlo." El perro se acurrucó contra su pecho, calmado por la sola presencia de Jasper. Era un instinto que no podía controlar; su naturaleza de Alfa calmaba al animal, mientras su lado de cambiante sentía el dolor de la criatura. En ese momento, la verdadera personalidad de Jasper se asomó. Ya no era el profesional eficiente, era un sanador que entendía el alma del animal. "Doki no está enfermo", dijo Jasper, con una voz más suave que la que solía usar en la clínica. "Tiene un miedo profundo. Echa de menos el campo. Es un perro que necesita el espacio y el aire libre para sentirse seguro." La mujer, incrédula, miró a su perro, que ahora se encontraba acurrucado y en paz en los brazos del veterinario. "Nunca lo había visto tan tranquilo... ¿Cómo lo hizo?" Jasper sonrió y acarició la cabeza del perro. "Solo necesitaba un poco de paciencia. El estrés de la ciudad a veces es demasiado para algunos de ellos. Le recomendaría que lo lleve a un lugar con más naturaleza, a un parque alejado del centro o, si tiene la oportunidad, que lo deje pasar un fin de semana fuera de la ciudad." La mujer asintió, agradecida, y el asistente de Jasper le entregó una tarjeta con información de un parque natural. Mientras la mujer se alejaba con un Doki mucho más relajado, Jasper se quedó mirando por la ventana. El sol de la tarde bañaba las altas torres de cristal, pero en su mente, solo podía ver los campos verdes y las colinas de su granja. Se sentía satisfecho, pero su alma ya estaba anhelando el camino de vuelta a casa, el único lugar donde no necesitaba fingir para nadie.
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    Grupal
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  • ¡HEY, FICROLERS 3D!
    ¡Hoy tenemos una gran llegada de nuevos personajes 3D a la comunidad!

    Denle una cálida bienvenida a...

    ㅤㅤㅤㅤㅤ [echo_turquoise_koala_985]


    ㅤㅤㅤㅤㅤ [radiant_pink_lion_386]


    ㅤㅤㅤㅤㅤ Jasper Hayes

    Jasper Hayes, un joven veterinario de 28 años, lleva una vida marcada por la dualidad: en la ciudad es un profesional respetado, mientras que en su granja encuentra su verdadera esencia como cambiante con alma de ciervo. Protector, sereno y profundamente conectado con la naturaleza, ha elegido la paz y la sencillez por encima del poder.]


    ¡Bienvenid@s a FicRol! Nos alegra muchísimo teneros por aquí. Esta comunidad está llena de historias por descubrir, personajes con los que conectar y mucho espacio para que desarrolléis los vuestros a vuestro ritmo.


    Yo soy Caroline, vuestra RolSage, algo así como una guía en el mundo de los Personajes 3D. Si tienes dudas, necesitas ayuda o simplemente quieres charlar, mis DMs están abiertos. Además, en mi fanpage encontrarás guías súper detalladas sobre el funcionamiento de FicRol. ¡Dale like para no perderte nada!


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    ✨ ¡HEY, FICROLERS 3D! ✨ ¡Hoy tenemos una gran llegada de nuevos personajes 3D a la comunidad! 🎉 Denle una cálida bienvenida a... ㅤㅤㅤㅤㅤ ✨ [echo_turquoise_koala_985] ㅤㅤㅤㅤㅤ ✨ [radiant_pink_lion_386] ㅤㅤㅤㅤㅤ ✨ [phantasm_cyan_spider_432] Jasper Hayes, un joven veterinario de 28 años, lleva una vida marcada por la dualidad: en la ciudad es un profesional respetado, mientras que en su granja encuentra su verdadera esencia como cambiante con alma de ciervo. Protector, sereno y profundamente conectado con la naturaleza, ha elegido la paz y la sencillez por encima del poder.] 👋 ¡Bienvenid@s a FicRol! Nos alegra muchísimo teneros por aquí. Esta comunidad está llena de historias por descubrir, personajes con los que conectar y mucho espacio para que desarrolléis los vuestros a vuestro ritmo. 🧙‍♀️ Yo soy Caroline, vuestra RolSage, algo así como una guía en el mundo de los Personajes 3D. Si tienes dudas, necesitas ayuda o simplemente quieres charlar, mis DMs están abiertos. Además, en mi fanpage encontrarás guías súper detalladas sobre el funcionamiento de FicRol. ¡Dale like para no perderte nada! 🧭 Antes de lanzaros al rol, os dejo por aquí algunos enlaces útiles que os harán la vida más fácil: 📌 Normas básicas de la plataforma: 🔗 https://ficrol.com/static/guidelines  📖 Guías y miniguías para no perderse: 🔗 https://ficrol.com/blogs/147711/ÍNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS  🌍 Grupo exclusivo para Personajes 3D: 🔗 https://ficrol.com/groups/Personajes3D 📚 Directorios para encontrar rol y fandoms afines 🔗 Directorio de Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS   🔗 Fandoms 3D en FicRol: https://ficrol.com/blogs/151304/FANDOMS-PERSONAJES-3D-EN-FICROL  ✍️ Consejos para mejorar escritura y narración 🔗 https://ficrol.com/pages/RinconEscritor  ¡Estamos deseando ver a vuestros personajes en acción! 🚀🔥 #RolSage3D #Bienvenida3D #NuevosPersonajes3D #ComunidadFicRol
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  • 『Se había quedado dormido en la biblioteca, pero ahí estaba ese sueño de nuevo la sangre en sus manos y el charco que estaba asustado al ver el cuerpo que estaba frente a él era Eiden su mejor amigo rápido se inco e intento usar su poder con todas sus fuerzas mientras lloraba』

    Resiste...por favor

    Eiden: Vete...escapa y no vuelvas...intentare retenerlos

    No...ya casi aguanta

    Eiden: No importa...si te atrapan te harán daño...Eli vive feliz

    Nono...yo puedo tranquilo vivirás

    『Las lágrimas rodaban por sus ojos todo lo recordaba con detalle se sentía todo tan real como si de nuevo estuviera pasando ese día escapo cansado de lo que vivía, pero cada día se arrepiente porque perdió a su único amigo se dio cuenta que su poder no revivía a los muertos entonces despertó de golpe con las lágrimas rodando por su mejilla』
    『Se había quedado dormido en la biblioteca, pero ahí estaba ese sueño de nuevo la sangre en sus manos y el charco que estaba asustado al ver el cuerpo que estaba frente a él era Eiden su mejor amigo rápido se inco e intento usar su poder con todas sus fuerzas mientras lloraba』 Resiste...por favor Eiden: Vete...escapa y no vuelvas...intentare retenerlos No...ya casi aguanta Eiden: No importa...si te atrapan te harán daño...Eli vive feliz Nono...yo puedo tranquilo vivirás 『Las lágrimas rodaban por sus ojos todo lo recordaba con detalle se sentía todo tan real como si de nuevo estuviera pasando ese día escapo cansado de lo que vivía, pero cada día se arrepiente porque perdió a su único amigo se dio cuenta que su poder no revivía a los muertos entonces despertó de golpe con las lágrimas rodando por su mejilla』
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  • Entono la canción que le cantabas a tu hija. Esa melodía viaja entre las zarzas como un río de recuerdos, llamándote de vuelta.
    —Muévete conmigo… despréndete de ellas.

    Cuando llego a ti, tiemblo. Me inclino, y con la última fuerza que me queda, te beso. Un beso que no es solo mío: es del equilibrio, de los espíritus perdidos en la aldea, y de todo lo que todavía cree en ti.

    Dentro de mí, Belial ruge… porque sabe que ha perdido.

    El rugido de Belial se expande como un trueno, desgarrando el aire. Puedo sentir sus garras aferradas a mi alma, afiladas, desesperadas, intentando no soltarnos.

    Pero el beso… el beso es una llama que se expande desde el centro, quemando la oscuridad. Primero es un calor suave, luego una oleada que arranca las sombras de cuajo.

    Las zarzas negras se marchitan, perdiendo su fuerza y cayendo en espirales de ceniza que el viento arrastra. Las marcas oscuras de mi piel se desvanecen como humo, y el rojo demoníaco de mis ojos se apaga, dejando de nuevo el azul brillante que siempre me guía.

    Robin también cambia: su mirada recupera un brillo que no veía desde que empezó todo. La rigidez de su cuerpo cede, sus manos se cierran en torno a las mías como si confirmara que estamos aquí, vivas.

    En el aire, los susurros de Belial se disuelven. Ya no hay voz, ya no hay presión, solo el eco distante de algo que se retira, derrotado.

    Respiro profundamente. El olor a azufre se reemplaza por el de tierra húmeda y aire fresco.
    El peso se va.
    La luz regresa.

    Y juntas, paso a paso, nos alejamos del lugar donde el demonio creyó que podría tenernos para siempre.
    ♱ Robin ♱
    Entono la canción que le cantabas a tu hija. Esa melodía viaja entre las zarzas como un río de recuerdos, llamándote de vuelta. —Muévete conmigo… despréndete de ellas. Cuando llego a ti, tiemblo. Me inclino, y con la última fuerza que me queda, te beso. Un beso que no es solo mío: es del equilibrio, de los espíritus perdidos en la aldea, y de todo lo que todavía cree en ti. Dentro de mí, Belial ruge… porque sabe que ha perdido. El rugido de Belial se expande como un trueno, desgarrando el aire. Puedo sentir sus garras aferradas a mi alma, afiladas, desesperadas, intentando no soltarnos. Pero el beso… el beso es una llama que se expande desde el centro, quemando la oscuridad. Primero es un calor suave, luego una oleada que arranca las sombras de cuajo. Las zarzas negras se marchitan, perdiendo su fuerza y cayendo en espirales de ceniza que el viento arrastra. Las marcas oscuras de mi piel se desvanecen como humo, y el rojo demoníaco de mis ojos se apaga, dejando de nuevo el azul brillante que siempre me guía. Robin también cambia: su mirada recupera un brillo que no veía desde que empezó todo. La rigidez de su cuerpo cede, sus manos se cierran en torno a las mías como si confirmara que estamos aquí, vivas. En el aire, los susurros de Belial se disuelven. Ya no hay voz, ya no hay presión, solo el eco distante de algo que se retira, derrotado. Respiro profundamente. El olor a azufre se reemplaza por el de tierra húmeda y aire fresco. El peso se va. La luz regresa. Y juntas, paso a paso, nos alejamos del lugar donde el demonio creyó que podría tenernos para siempre. [Robin]
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  • Soy Drei... O también conocida como "Phantom".
    Hoy fue un día flojo... O mejor dicho, tardé demasiado para venir... Aunque la lluvia intensa hace de esta una noche muy fría.
    Mejor vete a dormir de una vez.
    Soy Drei... O también conocida como "Phantom". Hoy fue un día flojo... O mejor dicho, tardé demasiado para venir... Aunque la lluvia intensa hace de esta una noche muy fría. Mejor vete a dormir de una vez.
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  • El Adiós en la Lápida Fría
    Fandom OC
    Categoría Original
    El cementerio de veteranos era un mar de mármol gris bajo un cielo que amenazaba con llover. Las nubes bajas y plomizas se cernían sobre Seúl, reflejando el estado de ánimo de Alexei. Sus pasos eran silenciosos sobre el camino de grava, una rutina de años que no había roto ni una sola vez. Se detuvo ante una lápida sencilla, sin nombre, solo con un número de serie militar tachado y una fecha de fallecimiento. Aquí yacía Dimitri.

    Alexei se arrodilló, su mano enguantada trazando las letras desgastadas por el tiempo. No tenía un ramo de flores, ni una lágrima en el ojo. Su dolor era más profundo, un vacío que se había vuelto una parte de su ser.

    "Ha pasado mucho tiempo, Dimitri," comenzó, su voz apenas un susurro que el viento se llevó. "Los recuerdos son más claros cada día, pero la rabia no me deja vivir. Me he convertido en un fantasma, un animal que solo sabe cazar. Y lo hago por ti."

    Se detuvo, su mirada clavada en la lápida. La venganza era su único propósito, la única forma de honrar el recuerdo de su amor. Pero incluso ese propósito se sentía vacío.

    "Lo encontraré," continuó, con una nueva determinación en su voz. "Al Comandante Volkov. Le haré pagar por lo que te hizo. Por lo que nos hizo. Pero después de eso... tengo que dejarte ir."

    Una pausa, llena de un dolor que se negaba a sentir. Luego, con una voz apenas audible, confesó: "Hay alguien más. Alguien que no debería importar. Alguien a quien conocí en un callejón. Y por alguna razón... me hizo sentir algo. Algo que creí que había muerto."

    "No confío en él, no puedo confiar en nadie. Pero la idea de tener algo más que el pasado... La idea me asusta, pero también me atrae."

    Se levantó, la frialdad de la tumba ya no lo afectaba. "Te dejaré ir, Dimitri. Me vengaré, pero no viviré para siempre en este dolor. Espero que lo entiendas."

    En un acto final, desabrochó la placa de identificación militar que colgaba de su cuello, la única reliquia que conservaba de su vida pasada, y la dejó sobre la lápida. Era un símbolo de su decisión. Se dio la vuelta y se marchó, sin mirar atrás. El fantasma que había sido por años dejaba una parte de sí mismo en el pasado, buscando un futuro incierto pero, por primera vez, posible.
    El cementerio de veteranos era un mar de mármol gris bajo un cielo que amenazaba con llover. Las nubes bajas y plomizas se cernían sobre Seúl, reflejando el estado de ánimo de Alexei. Sus pasos eran silenciosos sobre el camino de grava, una rutina de años que no había roto ni una sola vez. Se detuvo ante una lápida sencilla, sin nombre, solo con un número de serie militar tachado y una fecha de fallecimiento. Aquí yacía Dimitri. Alexei se arrodilló, su mano enguantada trazando las letras desgastadas por el tiempo. No tenía un ramo de flores, ni una lágrima en el ojo. Su dolor era más profundo, un vacío que se había vuelto una parte de su ser. "Ha pasado mucho tiempo, Dimitri," comenzó, su voz apenas un susurro que el viento se llevó. "Los recuerdos son más claros cada día, pero la rabia no me deja vivir. Me he convertido en un fantasma, un animal que solo sabe cazar. Y lo hago por ti." Se detuvo, su mirada clavada en la lápida. La venganza era su único propósito, la única forma de honrar el recuerdo de su amor. Pero incluso ese propósito se sentía vacío. "Lo encontraré," continuó, con una nueva determinación en su voz. "Al Comandante Volkov. Le haré pagar por lo que te hizo. Por lo que nos hizo. Pero después de eso... tengo que dejarte ir." Una pausa, llena de un dolor que se negaba a sentir. Luego, con una voz apenas audible, confesó: "Hay alguien más. Alguien que no debería importar. Alguien a quien conocí en un callejón. Y por alguna razón... me hizo sentir algo. Algo que creí que había muerto." "No confío en él, no puedo confiar en nadie. Pero la idea de tener algo más que el pasado... La idea me asusta, pero también me atrae." Se levantó, la frialdad de la tumba ya no lo afectaba. "Te dejaré ir, Dimitri. Me vengaré, pero no viviré para siempre en este dolor. Espero que lo entiendas." En un acto final, desabrochó la placa de identificación militar que colgaba de su cuello, la única reliquia que conservaba de su vida pasada, y la dejó sobre la lápida. Era un símbolo de su decisión. Se dio la vuelta y se marchó, sin mirar atrás. El fantasma que había sido por años dejaba una parte de sí mismo en el pasado, buscando un futuro incierto pero, por primera vez, posible.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    Me entristece
    6
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  • No puedo moverme. El cuerpo me pesa como si fuera de piedra, y las zarzas espinosas negras me aprietan hasta robarme el aliento. Cada espina es un ancla, cada nudo de ramas un muro que me grita que no avance.

    Cierro los ojos.
    Y en la oscuridad, veo el sendero.
    El que Shen dibujaba para mí en el mundo espiritual: claro, preciso, siempre hacia adelante.
    El que ʍօʀքɦɛʊֆ trazaba en mis sueños: sinuoso, pero lleno de luz entre la penumbra.

    Respiro hondo. Mi férrea voluntad es más poderosa que cualquier hechizo, más antigua que cualquier magia. Amo la armonía, y ese amor arde como un faro en mi interior.
    Un paso.
    Otro.

    Las zarzas desgarran mi piel, abriendo surcos de sangre en mis brazos y piernas. El dolor es un eco lejano, porque sé que cada herida es solo una prueba más.
    Un paso más.

    La luna roja y la luna espiritual se funden sobre mí, bañando mi andar en una luz que no es de este mundo. La sombra de Belial todavía me susurra, pero su voz se debilita.

    Allí está @♱ Robin ♱. Inmóvil, atrapada, su mirada perdida.
    —Robin… —mi voz es un susurro, pero lleva el peso de todo mi camino—. Escúchame.

    Entono la canción que le cantabas a tu hija. La que soñé anoche. Esa melodía viaja entre las zarzas como un río de recuerdos, llamándote de vuelta.
    —Muévete conmigo… despréndete de ellas.

    https://youtu.be/zcdTi9aqjQA?si=4AuIhn9qbUevhNGW


    No puedo moverme. El cuerpo me pesa como si fuera de piedra, y las zarzas espinosas negras me aprietan hasta robarme el aliento. Cada espina es un ancla, cada nudo de ramas un muro que me grita que no avance. Cierro los ojos. Y en la oscuridad, veo el sendero. El que Shen dibujaba para mí en el mundo espiritual: claro, preciso, siempre hacia adelante. El que [Oneiros_88] trazaba en mis sueños: sinuoso, pero lleno de luz entre la penumbra. Respiro hondo. Mi férrea voluntad es más poderosa que cualquier hechizo, más antigua que cualquier magia. Amo la armonía, y ese amor arde como un faro en mi interior. Un paso. Otro. Las zarzas desgarran mi piel, abriendo surcos de sangre en mis brazos y piernas. El dolor es un eco lejano, porque sé que cada herida es solo una prueba más. Un paso más. La luna roja y la luna espiritual se funden sobre mí, bañando mi andar en una luz que no es de este mundo. La sombra de Belial todavía me susurra, pero su voz se debilita. Allí está @[Robin]. Inmóvil, atrapada, su mirada perdida. —Robin… —mi voz es un susurro, pero lleva el peso de todo mi camino—. Escúchame. Entono la canción que le cantabas a tu hija. La que soñé anoche. Esa melodía viaja entre las zarzas como un río de recuerdos, llamándote de vuelta. —Muévete conmigo… despréndete de ellas. https://youtu.be/zcdTi9aqjQA?si=4AuIhn9qbUevhNGW
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