Evento Canonico

𝕌𝕟 𝕕𝕚𝕒 𝕕𝕖𝕤𝕡𝕦𝕖𝕤 𝕕𝕖 𝕝𝕒 𝕕𝕖𝕞𝕒𝕟𝕕𝕒 𝕒 𝕄𝕣. 𝕀𝕟𝕔𝕣𝕖𝕚𝕓𝕝𝕖.

—Rick… —su voz resonó en la sala de conferencias de la ANS. Una sala en la que por el momento solo estaba presente El Agente Rick Dicker y Meta Man. Mientras el viejo permanecía sentado en su escritorio, el héroe se mantuvo frente a el. Con los brazos firmemente cruzados y el ceño fruncido, pues el tema a tratar en esta ocasión no era para nada delicado. Ya llevaban más de media hora en esa reunión y solo hubieron puras malas noticias.

—No podemos permitir que prohíban a los Supers. Sin nosotros allá afuera, ¿quién contendrá lo que el mundo no puede soportar? ¿Quién detendrá lo que nadie más está preparado para enfrentar? —su tono reflejaba preocupación profunda, una que no desaparecería hasta tener respuestas claras.

Rick, el veterano agente de la ANS, escuchó en silencio. Su mirada permanecía fija en Meta Man, pero su rostro se mantenía impasible, casi indiferente. Finalmente, dejó un archivo sobre la mesa frente a él.

—Escucha, hijo. Lo entiendo. Pero las cosas son complicadas. La opinión pública está en contra, los políticos han cedido, y yo solo soy un hombre perdido en una oficina llena de burócratas que solo ven números y daños colaterales. —dijo con calma mientras empujaba el sobre un poco más hacia el héroe, deslizandose este hasta el borde de la mesa.

En la portada podía leerse: *Programa de Reubicación de Supers – Top Secret*.

—¿Qué es esto? —su atención se fue al documento y, apenas pudo distinguir el título, lo tomó con un gesto casi instintivo. Cada fibra de su ser le decía que no quería abrirlo, que el contenido que aguardaba dentro representaba una derrota para los suyos. Y al mantenerse firme en no querer ver el contenido, hizo una pausa; con la que trataría de organizar sus pensamientos, y tras una respiración profunda volvió a hablar.

—Déjame liderar. Dame la autoridad para tomar las riendas. Permíteme organizar a los Supers, regular cada equipo, y demostrar que podemos controlarnos, ser útiles para la sociedad… —se acercó un poco más a la mesa, apoyando los puños contra ella con determinación. Su mirada se mantuvo fija en el viejo agente.

El silencio que siguió fue abrumador. Rick miró hacia la mesa, casi como si estuviera meditando cada palabra soltada por el héroe. Finalmente se levantó con morosidad, Recogiendo el expediente poco después y al final, caminó hacia la puerta. No obstante, antes de irse se giró ligeramente el rostro hacia Meta Man.

—Lo consideraré… —Y con esa única frase, la puerta se cerró tras de si, mientras Meta Man permanecía solo en la penumbra de la sala. ¿Ahora que le diría a sus compañeros?
Evento Canonico 𝕌𝕟 𝕕𝕚𝕒 𝕕𝕖𝕤𝕡𝕦𝕖𝕤 𝕕𝕖 𝕝𝕒 𝕕𝕖𝕞𝕒𝕟𝕕𝕒 𝕒 𝕄𝕣. 𝕀𝕟𝕔𝕣𝕖𝕚𝕓𝕝𝕖. —Rick… —su voz resonó en la sala de conferencias de la ANS. Una sala en la que por el momento solo estaba presente El Agente Rick Dicker y Meta Man. Mientras el viejo permanecía sentado en su escritorio, el héroe se mantuvo frente a el. Con los brazos firmemente cruzados y el ceño fruncido, pues el tema a tratar en esta ocasión no era para nada delicado. Ya llevaban más de media hora en esa reunión y solo hubieron puras malas noticias. —No podemos permitir que prohíban a los Supers. Sin nosotros allá afuera, ¿quién contendrá lo que el mundo no puede soportar? ¿Quién detendrá lo que nadie más está preparado para enfrentar? —su tono reflejaba preocupación profunda, una que no desaparecería hasta tener respuestas claras. Rick, el veterano agente de la ANS, escuchó en silencio. Su mirada permanecía fija en Meta Man, pero su rostro se mantenía impasible, casi indiferente. Finalmente, dejó un archivo sobre la mesa frente a él. —Escucha, hijo. Lo entiendo. Pero las cosas son complicadas. La opinión pública está en contra, los políticos han cedido, y yo solo soy un hombre perdido en una oficina llena de burócratas que solo ven números y daños colaterales. —dijo con calma mientras empujaba el sobre un poco más hacia el héroe, deslizandose este hasta el borde de la mesa. En la portada podía leerse: *Programa de Reubicación de Supers – Top Secret*. —¿Qué es esto? —su atención se fue al documento y, apenas pudo distinguir el título, lo tomó con un gesto casi instintivo. Cada fibra de su ser le decía que no quería abrirlo, que el contenido que aguardaba dentro representaba una derrota para los suyos. Y al mantenerse firme en no querer ver el contenido, hizo una pausa; con la que trataría de organizar sus pensamientos, y tras una respiración profunda volvió a hablar. —Déjame liderar. Dame la autoridad para tomar las riendas. Permíteme organizar a los Supers, regular cada equipo, y demostrar que podemos controlarnos, ser útiles para la sociedad… —se acercó un poco más a la mesa, apoyando los puños contra ella con determinación. Su mirada se mantuvo fija en el viejo agente. El silencio que siguió fue abrumador. Rick miró hacia la mesa, casi como si estuviera meditando cada palabra soltada por el héroe. Finalmente se levantó con morosidad, Recogiendo el expediente poco después y al final, caminó hacia la puerta. No obstante, antes de irse se giró ligeramente el rostro hacia Meta Man. —Lo consideraré… —Y con esa única frase, la puerta se cerró tras de si, mientras Meta Man permanecía solo en la penumbra de la sala. ¿Ahora que le diría a sus compañeros?
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