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    { Dos putas veces perdí la ficha porque es complicado agregarla en un artículo con diseños y demas, pero ya, la dejo aqui y luego en pc la pulo}

    Alexei "El Carcelero"

    Nombre Completo: Alexei o era Boris? Tal vez Mikhail ...o era Yuri?
    Edad: Entre 35 y 39 años
    Nacionalidad: Ruso

    Altura: 2.10m
    Complexión: Extremadamente musculoso, con un cuerpo marcado por cicatrices y tatuajes que cubren de negro sus brazos

    Cicatriz distintiva: Un tajo profundo que atraviesa su ojo derecho

    Voz: Grave y áspera, con un acento ruso imponente



    ---
    De la Calle a la Cárcel, y Luego a la Vigilancia Policial

    Nacido en las frías y sucias calles de Moscú, Alexei es hijo de una prostituta que nunca quiso un hijo, pero tampoco se molestó en deshacerse de él. Creció sin conocer el cariño ni la seguridad, sobreviviendo entre mendigos, criminales y asesinos. Aprendió desde niño que la violencia era el único lenguaje que la calle respetaba, y se convirtió en un depredador entre ratas.

    A los 10 años cometió su primer asesinato, destrozando el cráneo de un hombre con un ladrillo junto a su banda de criminales de la misma edad. Desde entonces, su reputación solo creció. A los 16, ya era conocido en los bajos mundos como un monstruo imparable, un verdugo sin dios ni moral. No luchaba por dinero ni poder, sino por instinto y placer.

    A los 18, fue capturado tras una masacre que dejó casi una docena de hombres desmembrados en un almacén. La policía tardó días en encontrar todos los restos. Fue sentenciado a cadena perpetua, pero la cárcel no pudo domarlo. Dentro, se convirtió en una leyenda viviente, alguien que ni los guardias ni los reclusos se atrevían a desafiar.

    Sin embargo, después de años en prisión, le ofrecieron una salida: trabajar con la policía bajo vigilancia extrema. No por buena conducta, sino porque su brutalidad era útil. Ahora, Alexei es una especie de arma secreta para casos imposibles. Lo llaman cuando necesitan un monstruo que cace a otros monstruos.



    怋Con los enemigos: No tiene piedad. No deja sobrevivientes a menos que sea necesario.
    No usa armas a menos que lo obliguen. Prefiere matar con sus manos, sintiendo la carne y los huesos romperse.
    Su presencia basta para paralizar a la mayoría. El miedo es su herramienta favorita.
    Es impredecible. Puede estar en calma y al segundo siguiente arrancarte la tráquea.


    怋Con sus aliados:
    Aunque es aterrador, con sus amigos es sociable y hasta bromista.
    Tiene un humor negro y sarcástico, disfruta de historias perturbadoras y juega con la incomodidad de los demás.
    No traiciona ni perdona la traición. Su lealtad es absoluta, pero una sola traición basta para condenarte.
    Puede ser protector, aunque su forma de demostrar cariño puede parecer amenazante para los demás.

    ---

    Frases Típicas

    "Cuando un animal siente miedo, se orina. Tú mi amigo, ya apestas."

    "Puedes rezar. No servirá de nada, pero adelante, lo respeto."

    "Si fueras mi amigo, solo te rompería un par de huesos. Pero no lo eres."

    "El infierno no es suficiente castigo para algunos. Yo me aseguro de que sufran más aquí."

    ---

    Vigilado por la policía: No confían en él, pero lo necesitan. Lleva dos dispositivos de rastreo, uno obvio en la cabeza y otro cerca del corazón.

    Temido por criminales y mafias: Muchas organizaciones quisieran verlo muerto, pero nadie se atreve.

    Considerado un demonio urbano: Hay rumores de que ni siquiera es humano, sino una bestia disfrazada de hombre.

    Pocos amigos, pero leales: Son los únicos que han visto su lado más humano… o algo parecido.

    Alexei no es un héroe ni un villano, es una fuerza de la naturaleza. Su existencia es una paradoja: un monstruo que caza monstruos, un asesino vigilado por la ley, un demonio que, en sus propios términos, ha encontrado una retorcida forma de redención.

    { Dos putas veces perdí la ficha porque es complicado agregarla en un artículo con diseños y demas, pero ya, la dejo aqui y luego en pc la pulo} Alexei "El Carcelero" Nombre Completo: Alexei o era Boris? Tal vez Mikhail ...o era Yuri? Edad: Entre 35 y 39 años Nacionalidad: Ruso Altura: 2.10m Complexión: Extremadamente musculoso, con un cuerpo marcado por cicatrices y tatuajes que cubren de negro sus brazos Cicatriz distintiva: Un tajo profundo que atraviesa su ojo derecho Voz: Grave y áspera, con un acento ruso imponente --- De la Calle a la Cárcel, y Luego a la Vigilancia Policial Nacido en las frías y sucias calles de Moscú, Alexei es hijo de una prostituta que nunca quiso un hijo, pero tampoco se molestó en deshacerse de él. Creció sin conocer el cariño ni la seguridad, sobreviviendo entre mendigos, criminales y asesinos. Aprendió desde niño que la violencia era el único lenguaje que la calle respetaba, y se convirtió en un depredador entre ratas. A los 10 años cometió su primer asesinato, destrozando el cráneo de un hombre con un ladrillo junto a su banda de criminales de la misma edad. Desde entonces, su reputación solo creció. A los 16, ya era conocido en los bajos mundos como un monstruo imparable, un verdugo sin dios ni moral. No luchaba por dinero ni poder, sino por instinto y placer. A los 18, fue capturado tras una masacre que dejó casi una docena de hombres desmembrados en un almacén. La policía tardó días en encontrar todos los restos. Fue sentenciado a cadena perpetua, pero la cárcel no pudo domarlo. Dentro, se convirtió en una leyenda viviente, alguien que ni los guardias ni los reclusos se atrevían a desafiar. Sin embargo, después de años en prisión, le ofrecieron una salida: trabajar con la policía bajo vigilancia extrema. No por buena conducta, sino porque su brutalidad era útil. Ahora, Alexei es una especie de arma secreta para casos imposibles. Lo llaman cuando necesitan un monstruo que cace a otros monstruos. 怋Con los enemigos: No tiene piedad. No deja sobrevivientes a menos que sea necesario. No usa armas a menos que lo obliguen. Prefiere matar con sus manos, sintiendo la carne y los huesos romperse. Su presencia basta para paralizar a la mayoría. El miedo es su herramienta favorita. Es impredecible. Puede estar en calma y al segundo siguiente arrancarte la tráquea. 怋Con sus aliados: Aunque es aterrador, con sus amigos es sociable y hasta bromista. Tiene un humor negro y sarcástico, disfruta de historias perturbadoras y juega con la incomodidad de los demás. No traiciona ni perdona la traición. Su lealtad es absoluta, pero una sola traición basta para condenarte. Puede ser protector, aunque su forma de demostrar cariño puede parecer amenazante para los demás. --- Frases Típicas "Cuando un animal siente miedo, se orina. Tú mi amigo, ya apestas." "Puedes rezar. No servirá de nada, pero adelante, lo respeto." "Si fueras mi amigo, solo te rompería un par de huesos. Pero no lo eres." "El infierno no es suficiente castigo para algunos. Yo me aseguro de que sufran más aquí." --- Vigilado por la policía: No confían en él, pero lo necesitan. Lleva dos dispositivos de rastreo, uno obvio en la cabeza y otro cerca del corazón. Temido por criminales y mafias: Muchas organizaciones quisieran verlo muerto, pero nadie se atreve. Considerado un demonio urbano: Hay rumores de que ni siquiera es humano, sino una bestia disfrazada de hombre. Pocos amigos, pero leales: Son los únicos que han visto su lado más humano… o algo parecido. Alexei no es un héroe ni un villano, es una fuerza de la naturaleza. Su existencia es una paradoja: un monstruo que caza monstruos, un asesino vigilado por la ley, un demonio que, en sus propios términos, ha encontrado una retorcida forma de redención.
    Me endiabla
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  • #MonoRol | La metamorfosis de la inocencia Pt. 02

    Las alarmas de los vehículos policiales que sonaban al fondo de sus pensamientos, se escuchaban como un eco sordo. Los pasos de los oficiales recorrían la escena sobre el piso de madera cubierto de sangre, y las voces de las conversaciones se escuchaban lejanas, como si su mente intentara apagar el ruido. Una pequeña Illyiv de siete años estaba sentada sobre una silla de madera, sus pies no tocaban el suelo. Estaba cubierta por una manta que una oficial le había ofrecido, intentando brindarle algo de consuelo en medio de la situación.

    La escena era desoladora. Su madre, quien había sido asesinada a golpes por su padrastro, yacía sobre el piso frío. Los oficiales y autoridades analizaban la escena, tomando notas y fotografiando cada detalle. Su padrastro había huido, y la única prueba era el testimonio de la pequeña niña de cabello blanco, quien una hora antes había realizado una llamada al servicio de emergencia.

    —Mi padrastro ha matado a mi madre... —había dicho Illyiv a través del teléfono, con una voz tan plana como el agua estancada, fría, vacía, y carente de emociones.

    Ahora, Illyiv observaba la escena como si fuera una extraña en su propio cuerpo. No hubo lágrimas, ni gritos, ni siquiera un temblor en su voz. Era como si una parte de sí misma hubiera muerto hacía mucho tiempo. Los años de abuso la habían convertido en eso, una observadora fría y distante de su propia vida.

    Una trabajadora social, que había sido llamada para hacerse cargo de la niña, se acercó a Illyiv. Colocó unos zapatos en sus pies pequeños y le dijo que era momento de que se fueran, con una voz que intentaba ser amable y comprensiva. La pequeña Illyiv, con la mirada perdida en la distancia, solo podía sentir un vacío abrumador.

    —Vamos, cariño. Es hora de irnos —dijo la trabajadora social, tomando la mano de Illyiv con suavidad—. Pronto todo estará bien.

    Illyiv no respondió, su mirada perdida en algún punto del suelo. La mujer la guió hacia un carro, abriendo la puerta trasera y ayudándola a subir. Mientras el vehículo se alejaba de la escena, Ia pequeña miró por la ventana, viendo cómo las luces de las patrullas se desvanecían en la distancia.

    La trabajadora social la llevó a un centro de acogida temporal, un lugar donde los niños en situaciones de emergencia eran llevados hasta que se pudiera encontrar una solución más permanente. El edificio tenía paredes grises y habitaciones austeras. Illyiv fue llevada a una pequeña habitación con una cama y una mesita de noche.

    —Aquí estarás segura por ahora —dijo la trabajadora social, intentando sonreír—. Si necesitas algo, solo tienes que pedirlo.

    Illyiv asintió ligeramente, pero no dijo nada. Se sentó en la cama, abrazando la manta que aún llevaba consigo. Sabía que las palabras de la trabajadora social eran una mentira piadosa. Nada estaría bien. No ahora, no nunca. Pero en ese momento, no tenía la energía para pensar en el futuro. Solo podía concentrarse en el presente, y en la confusión que la envolvía.

    Mientras la noche caía, Illyiv se acurrucó en la cama, cerrando los ojos y deseando que lo que había dicho esa mujer fuera cierto; que todo pronto estuviera bien. Pero sabía que no era así. Esta era su nueva realidad, y tendría que encontrar la manera de sobrevivir en ella.

    El centro de acogida temporal fue solo eso, temporal. Unos días más tarde, Illyiv fue trasladada a un orfanato en un pueblo cercano, donde tendría una estadía más "permanente", o al menos hasta que alguien decidiera adoptarla, si es que eso llegaba a suceder.

    La pequeña de cabello blanco y ojos vacíos, ahora en el orfanato, estaba sentada en una pequeña sala de terapia, con paredes decoradas con dibujos infantiles y juguetes brillantes que la rodeaban y parecían burlarse de ella. El lugar había sido diseñado para ser acogedor, pero para Illyiv resultaba frío y ajeno. Frente a ella, una psicóloga infantil la observaba con una mirada comprensiva. Sobre la mesa, había un dibujo que Illyiv había hecho a petición de la psicóloga: una casa solitaria sin puertas ni ventanas, rayada con un lápiz negro.

    La psicóloga, sentía un nudo en el estómago mientras miraba a la pequeña niña frente a ella. Sabía que debía manejar la situación con delicadeza, pero cada respuesta de Illyiv le rompía un poco más el corazón.

    —Illyiv, ¿tu padrastro te llegó a maltratar de alguna forma? ¿También te pegaba? —preguntó la psicóloga con suavidad, tratando de mantener su voz calmada, mientras permanecía atenta ante cualquier señal de dolor o miedo en sus ojos.

    —No —respondió Illyiv, su voz vacía y carente de emociones—. Mi padrastro nunca me pegó.

    La doctora asintió, tomando notas, sintiendo una mezcla de alivio y preocupación, siendo consciente de que cada detalle era importante para reconstruir el rompecabezas de su trauma.

    —¿No te hizo daño de ninguna otra forma? —insistió, esperando obtener más información.

    —No. Solo le pegaba a mi madre, no a mí.

    La psicóloga frunció el ceño ligeramente, mirando las cicatrices de quemaduras que cubrían la piel de Illyiv, que iban desde su espalda y se extendían hasta llegar hacia parte sus hombros. Aquellas marcas parecían formar el mapa de un territorio devastado por el fuego.

    —Entonces, ¿quién te hizo esas quemaduras en la espalda? —preguntó, con un nudo en la garganta.

    —Mi madre —dijo Illyiv, con la misma voz vacía—. Era un castigo.

    La doctora intentó mantener la calma, aunque su corazón latía con fuerza.

    —¿Por qué te castigaba de esa manera?

    —Me castigaba cuando me equivocaba en mis pasos de ballet, cuando me cansaba, cuando me quejaba por no querer practicar, o simplemente cuando era débil...

    La psicóloga tragó saliva y respiró hondo, tratando de procesar la información. Sentía una profunda tristeza por la niña que tenía frente a ella.

    —¿Nunca se lo contaste a nadie? ¿Por qué no se lo contaste a amigos o algún maestro? ¿Nunca intentaste pedir ayuda?

    —No tengo amigos. Mi madre no me dejaba salir de casa, y no iba al instituto.

    —Entonces, ¿no has recibido ningún tipo de educación?

    —Mis clases eran particulares... en casa.

    —¿Nunca le contaste a tu profesora particular sobre lo que hacía tu madre?

    —Mi madre siempre estaba presente en mis clases. No quería que nadie me metiera ideas en la cabeza o me malinfluyera.

    La doctora asintió lentamente, sintiendo una mezcla de impotencia, frustración y compasión.

    —¿Tu padrastro sabía lo que te hacía tu madre? ¿Cómo era tu relación con él?

    —Nunca estaba en casa. No sabía que me quemaba, pero tampoco le importaba. Decía que yo no era su hija.

    La psicóloga tomó notas, su corazón pesado con la carga de la historia de Illyiv. Sabía que el camino hacia la recuperación sería largo y difícil, pero estaba decidida a ayudar a la niña a encontrar algo de paz en medio de su tormento.

    —Illyiv, ¿cómo te sientes ahora? —preguntó la psicóloga, intentando conectar con la niña.

    —No lo sé —respondió Illyiv, su voz aún carente de emoción—. No me gusta este lugar —se limitó a decir.

    —¿Hay algo que te haga sentir mejor? —insistió la psicóloga, buscando una chispa de esperanza.

    Illyiv pensó por un momento.

    —Me gusta bailar...

    La mujer sonrió ligeramente, viendo una pequeña chispa de interés en los ojos de Illyiv.

    —Eso es bueno. Bailar puede ser una forma de expresar tus sentimientos y encontrar un poco de paz...

    Illyiv no respondió, parecía atrapada en su propio mundo, pero la psicóloga sentía que había encontrado un pequeño punto de conexión. Ella estaba dispuesta a acompañarla en cada paso del proceso, genuinamente interesada en ayudar a la pequeña. Sin embargo, para ese momento aquella mujer desconocía que el destino no le permitiría ayudarla, y es que la vida muchas veces puede ser cruel e impredecible.
    #MonoRol | La metamorfosis de la inocencia Pt. 02 Las alarmas de los vehículos policiales que sonaban al fondo de sus pensamientos, se escuchaban como un eco sordo. Los pasos de los oficiales recorrían la escena sobre el piso de madera cubierto de sangre, y las voces de las conversaciones se escuchaban lejanas, como si su mente intentara apagar el ruido. Una pequeña Illyiv de siete años estaba sentada sobre una silla de madera, sus pies no tocaban el suelo. Estaba cubierta por una manta que una oficial le había ofrecido, intentando brindarle algo de consuelo en medio de la situación. La escena era desoladora. Su madre, quien había sido asesinada a golpes por su padrastro, yacía sobre el piso frío. Los oficiales y autoridades analizaban la escena, tomando notas y fotografiando cada detalle. Su padrastro había huido, y la única prueba era el testimonio de la pequeña niña de cabello blanco, quien una hora antes había realizado una llamada al servicio de emergencia. —Mi padrastro ha matado a mi madre... —había dicho Illyiv a través del teléfono, con una voz tan plana como el agua estancada, fría, vacía, y carente de emociones. Ahora, Illyiv observaba la escena como si fuera una extraña en su propio cuerpo. No hubo lágrimas, ni gritos, ni siquiera un temblor en su voz. Era como si una parte de sí misma hubiera muerto hacía mucho tiempo. Los años de abuso la habían convertido en eso, una observadora fría y distante de su propia vida. Una trabajadora social, que había sido llamada para hacerse cargo de la niña, se acercó a Illyiv. Colocó unos zapatos en sus pies pequeños y le dijo que era momento de que se fueran, con una voz que intentaba ser amable y comprensiva. La pequeña Illyiv, con la mirada perdida en la distancia, solo podía sentir un vacío abrumador. —Vamos, cariño. Es hora de irnos —dijo la trabajadora social, tomando la mano de Illyiv con suavidad—. Pronto todo estará bien. Illyiv no respondió, su mirada perdida en algún punto del suelo. La mujer la guió hacia un carro, abriendo la puerta trasera y ayudándola a subir. Mientras el vehículo se alejaba de la escena, Ia pequeña miró por la ventana, viendo cómo las luces de las patrullas se desvanecían en la distancia. La trabajadora social la llevó a un centro de acogida temporal, un lugar donde los niños en situaciones de emergencia eran llevados hasta que se pudiera encontrar una solución más permanente. El edificio tenía paredes grises y habitaciones austeras. Illyiv fue llevada a una pequeña habitación con una cama y una mesita de noche. —Aquí estarás segura por ahora —dijo la trabajadora social, intentando sonreír—. Si necesitas algo, solo tienes que pedirlo. Illyiv asintió ligeramente, pero no dijo nada. Se sentó en la cama, abrazando la manta que aún llevaba consigo. Sabía que las palabras de la trabajadora social eran una mentira piadosa. Nada estaría bien. No ahora, no nunca. Pero en ese momento, no tenía la energía para pensar en el futuro. Solo podía concentrarse en el presente, y en la confusión que la envolvía. Mientras la noche caía, Illyiv se acurrucó en la cama, cerrando los ojos y deseando que lo que había dicho esa mujer fuera cierto; que todo pronto estuviera bien. Pero sabía que no era así. Esta era su nueva realidad, y tendría que encontrar la manera de sobrevivir en ella. El centro de acogida temporal fue solo eso, temporal. Unos días más tarde, Illyiv fue trasladada a un orfanato en un pueblo cercano, donde tendría una estadía más "permanente", o al menos hasta que alguien decidiera adoptarla, si es que eso llegaba a suceder. La pequeña de cabello blanco y ojos vacíos, ahora en el orfanato, estaba sentada en una pequeña sala de terapia, con paredes decoradas con dibujos infantiles y juguetes brillantes que la rodeaban y parecían burlarse de ella. El lugar había sido diseñado para ser acogedor, pero para Illyiv resultaba frío y ajeno. Frente a ella, una psicóloga infantil la observaba con una mirada comprensiva. Sobre la mesa, había un dibujo que Illyiv había hecho a petición de la psicóloga: una casa solitaria sin puertas ni ventanas, rayada con un lápiz negro. La psicóloga, sentía un nudo en el estómago mientras miraba a la pequeña niña frente a ella. Sabía que debía manejar la situación con delicadeza, pero cada respuesta de Illyiv le rompía un poco más el corazón. —Illyiv, ¿tu padrastro te llegó a maltratar de alguna forma? ¿También te pegaba? —preguntó la psicóloga con suavidad, tratando de mantener su voz calmada, mientras permanecía atenta ante cualquier señal de dolor o miedo en sus ojos. —No —respondió Illyiv, su voz vacía y carente de emociones—. Mi padrastro nunca me pegó. La doctora asintió, tomando notas, sintiendo una mezcla de alivio y preocupación, siendo consciente de que cada detalle era importante para reconstruir el rompecabezas de su trauma. —¿No te hizo daño de ninguna otra forma? —insistió, esperando obtener más información. —No. Solo le pegaba a mi madre, no a mí. La psicóloga frunció el ceño ligeramente, mirando las cicatrices de quemaduras que cubrían la piel de Illyiv, que iban desde su espalda y se extendían hasta llegar hacia parte sus hombros. Aquellas marcas parecían formar el mapa de un territorio devastado por el fuego. —Entonces, ¿quién te hizo esas quemaduras en la espalda? —preguntó, con un nudo en la garganta. —Mi madre —dijo Illyiv, con la misma voz vacía—. Era un castigo. La doctora intentó mantener la calma, aunque su corazón latía con fuerza. —¿Por qué te castigaba de esa manera? —Me castigaba cuando me equivocaba en mis pasos de ballet, cuando me cansaba, cuando me quejaba por no querer practicar, o simplemente cuando era débil... La psicóloga tragó saliva y respiró hondo, tratando de procesar la información. Sentía una profunda tristeza por la niña que tenía frente a ella. —¿Nunca se lo contaste a nadie? ¿Por qué no se lo contaste a amigos o algún maestro? ¿Nunca intentaste pedir ayuda? —No tengo amigos. Mi madre no me dejaba salir de casa, y no iba al instituto. —Entonces, ¿no has recibido ningún tipo de educación? —Mis clases eran particulares... en casa. —¿Nunca le contaste a tu profesora particular sobre lo que hacía tu madre? —Mi madre siempre estaba presente en mis clases. No quería que nadie me metiera ideas en la cabeza o me malinfluyera. La doctora asintió lentamente, sintiendo una mezcla de impotencia, frustración y compasión. —¿Tu padrastro sabía lo que te hacía tu madre? ¿Cómo era tu relación con él? —Nunca estaba en casa. No sabía que me quemaba, pero tampoco le importaba. Decía que yo no era su hija. La psicóloga tomó notas, su corazón pesado con la carga de la historia de Illyiv. Sabía que el camino hacia la recuperación sería largo y difícil, pero estaba decidida a ayudar a la niña a encontrar algo de paz en medio de su tormento. —Illyiv, ¿cómo te sientes ahora? —preguntó la psicóloga, intentando conectar con la niña. —No lo sé —respondió Illyiv, su voz aún carente de emoción—. No me gusta este lugar —se limitó a decir. —¿Hay algo que te haga sentir mejor? —insistió la psicóloga, buscando una chispa de esperanza. Illyiv pensó por un momento. —Me gusta bailar... La mujer sonrió ligeramente, viendo una pequeña chispa de interés en los ojos de Illyiv. —Eso es bueno. Bailar puede ser una forma de expresar tus sentimientos y encontrar un poco de paz... Illyiv no respondió, parecía atrapada en su propio mundo, pero la psicóloga sentía que había encontrado un pequeño punto de conexión. Ella estaba dispuesta a acompañarla en cada paso del proceso, genuinamente interesada en ayudar a la pequeña. Sin embargo, para ese momento aquella mujer desconocía que el destino no le permitiría ayudarla, y es que la vida muchas veces puede ser cruel e impredecible.
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  • #MonoRol

    š™‹š˜¼š™š˜¼š™‰š™Šš™“ š™‡š™Šš™Žš™ š™š™„š™‡š™€š™Ž
    ...
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    š‚š”ššš©š­šžš« šˆ

    El joven albino, había alcanzado sus dieciocho primaveras. En su pecho, el corazón latía con una mezcla de emoción y temor, pues se encontraba en su primer día en la academia policial de Rumanía, un lugar que prometía forjar su destino como un buen hombre pese a lo que hizo en el orfanato.

    Alrededor de él, desfilaban rostros juveniles, muchachos y muchachas que no paraban de charlar o reir.

    Caminando entre los demás, con la vista baja, se sentía como un navegante en un océano de ansiedades, donde cada ola amenazaba con devorarlo.

    El eco del timbre rompió aquel mar de sensaciones, anunciando el momento de agruparse en filas.

    Con un suspiro que intentaba calmar su agitado ser, se unió a sus compañeros para cantar el himno nacional.

    De pronto, como si de un proyectil se tratase, una bola de papel choco contra su rostro, justo allí donde el tapabocas cubría su albina piel.

    Con un estruendo sordo, el papel se estrelló contra él, lanzado desde la mano de un jovencito burlesco.

    La risa pícaramente contenida del provocador se extendía y llegaba a sus oídos.

    El joven albino bajó la mirada, atrapado entre la humillación y el deber. Sin poder evitarlo, un ardor siseante invadió su corazón.

    :Ø: Se está burlando de ti y con ello todo mundo se burla de ti, se ríen a tus espaldas y creeme que si los ves, te darás cuenta de lo que te digo. ¡Devuélvele lo que te hizo!

    Aquel alto joven apretó sus puños, sintiendo cómo la rabia e indignación hervían hasta la punta de sus dedos.

    Sin poder contenerse, se agachó, recogió la bola de papel y, al identificar al provocador, la lanzó de vuelta con toda la fuerza que su frustración le permitió.

    La bola surcó el aire como una flecha impaciente, impactando con tal intensidad en el rostro del otro joven que este retrocedió, sorprendido y dolorido.

    Pero no hubo triunfo en aquel gesto, solo una breve chispa de revancha seguida por el control de la autoridad.

    Un maestro, con mirada severa y ceño fruncido, tomó a Dorian por las orejas.

    "¡Esto no es forma de comportarse en esta academia!"

    Reprendió. La voz del maestro resonó en Dorian y así fue como la vida le dió la bienvenida en su nueva etapa.
    #MonoRol š™‹š˜¼š™š˜¼š™‰š™Šš™“ š™‡š™Šš™Žš™ š™š™„š™‡š™€š™Ž ... š‹šš š€šœššššžš¦š¢šš š‚š”ššš©š­šžš« šˆ El joven albino, había alcanzado sus dieciocho primaveras. En su pecho, el corazón latía con una mezcla de emoción y temor, pues se encontraba en su primer día en la academia policial de Rumanía, un lugar que prometía forjar su destino como un buen hombre pese a lo que hizo en el orfanato. Alrededor de él, desfilaban rostros juveniles, muchachos y muchachas que no paraban de charlar o reir. Caminando entre los demás, con la vista baja, se sentía como un navegante en un océano de ansiedades, donde cada ola amenazaba con devorarlo. El eco del timbre rompió aquel mar de sensaciones, anunciando el momento de agruparse en filas. Con un suspiro que intentaba calmar su agitado ser, se unió a sus compañeros para cantar el himno nacional. De pronto, como si de un proyectil se tratase, una bola de papel choco contra su rostro, justo allí donde el tapabocas cubría su albina piel. Con un estruendo sordo, el papel se estrelló contra él, lanzado desde la mano de un jovencito burlesco. La risa pícaramente contenida del provocador se extendía y llegaba a sus oídos. El joven albino bajó la mirada, atrapado entre la humillación y el deber. Sin poder evitarlo, un ardor siseante invadió su corazón. :Ø: Se está burlando de ti y con ello todo mundo se burla de ti, se ríen a tus espaldas y creeme que si los ves, te darás cuenta de lo que te digo. ¡Devuélvele lo que te hizo! Aquel alto joven apretó sus puños, sintiendo cómo la rabia e indignación hervían hasta la punta de sus dedos. Sin poder contenerse, se agachó, recogió la bola de papel y, al identificar al provocador, la lanzó de vuelta con toda la fuerza que su frustración le permitió. La bola surcó el aire como una flecha impaciente, impactando con tal intensidad en el rostro del otro joven que este retrocedió, sorprendido y dolorido. Pero no hubo triunfo en aquel gesto, solo una breve chispa de revancha seguida por el control de la autoridad. Un maestro, con mirada severa y ceño fruncido, tomó a Dorian por las orejas. "¡Esto no es forma de comportarse en esta academia!" Reprendió. La voz del maestro resonó en Dorian y así fue como la vida le dió la bienvenida en su nueva etapa.
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  • #Monorol

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    āž¤ En otras noticias tenemos el Trágico Incidente en la Mansión Vorágine.

    En un evento que ha conmocionado a la comunidad, la Mansión Vorágine, un conocido orfanato caritativo que llevaba operando más de 12 años, ha sido escenario de uno de los episodios más tristes de su historia. Las fuerzas policiales rumanas ingresaron al establecimiento y encontraron numerosos cadáveres de los trabajadores. Lo más extraño de todo era que los pequeños afirmaron no haber visto ni oído nada, pero según testimonios de los vecinos, se escucharon tiroteos y explosiones durante el incidente.

    Hasta el momento, las autoridades están trabajando arduamente para esclarecer los hechos y encontrar respuestas a esta trágica situación. En una sorprendente revelación, el dueño del orfanato, el doctor Joseph Schmidt, quien lideraba está organización caritativa, no ha sido localizado. La policía está investigando tanto su desaparición como el trágico suceso ocurrido en la mansión.

    . . .
    #Monorol š™‹š˜¼š™š˜¼š™‰š™Šš™“ š™‡š™Šš™Žš™ š™š™„š™‡š™€š™Ž ... šæš‘Ž š‘‰š‘œš‘Ÿš‘Žš‘”š‘–š‘›š‘’ šæš‘Žš‘ š‘” š¶ā„Žš‘Žš‘š‘”š‘’š‘Ÿ āž¤ En otras noticias tenemos el Trágico Incidente en la Mansión Vorágine. En un evento que ha conmocionado a la comunidad, la Mansión Vorágine, un conocido orfanato caritativo que llevaba operando más de 12 años, ha sido escenario de uno de los episodios más tristes de su historia. Las fuerzas policiales rumanas ingresaron al establecimiento y encontraron numerosos cadáveres de los trabajadores. Lo más extraño de todo era que los pequeños afirmaron no haber visto ni oído nada, pero según testimonios de los vecinos, se escucharon tiroteos y explosiones durante el incidente. Hasta el momento, las autoridades están trabajando arduamente para esclarecer los hechos y encontrar respuestas a esta trágica situación. En una sorprendente revelación, el dueño del orfanato, el doctor Joseph Schmidt, quien lideraba está organización caritativa, no ha sido localizado. La policía está investigando tanto su desaparición como el trágico suceso ocurrido en la mansión. . . .
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  • Es impresionante lo que la gente tira a la basura, de seguro habia una rama policial dedicada expresamente a investigar ese tipo de cosas, porque se pueden saber muchas cosas sobre alguien, solo revisando sus desperdicios.
    Jipy lo sabe muy bien, porque esta en una misión.
    Le robó un chaleco refractario a uno de los oficiales de transito mientras bebian café y se fue directo a la zona de containers de basura, correspondiente a un edificio de departamentos pequeño. Queria saber si los inquilinos eran gentes robables y para eso, con guantes que tambien le robó al oficial, se dedicó a hurgar con sumo cuidado los desperdicios.
    Nada fuera de lo normal: envoltorios de galletas baratas, basura orgánica fresca, mas plastico, latas, un feto, frituras resecas y cajas de pizza. Nope, ese no era un buen área para meterse, parecia que ahí habia poco dinero, a juzgar por la cantidad de envoltorios de comida chatarra y las pocas sobras de comida rancia, no se comía bien ahi y no se desperdiciaba porque no alcanzaba. Ademas no encontró basura de electrodomesticos rotos o partes plasticas de vehiculos, asi que no hay dinero para enseres domésticos. Sí encontró muchos móviles rotos o discontinuados, demasiados para un container y un edificio, señal de que tal vez ahi habia droga.
    Estaba por retirarse cuando encontró un acompañante, un michi.
    Jean lo observa y sonríe, tiene un collsr con placa y un lindo pelaje, está gordito y parece muy confiado.
    —¿Y tu a que vienes? ¿También vienes a abortar? -
    Le mira entre las patas, ve dos coquitos.
    —Ah bueno, descuida, si eres padre puedes abortar en cualquier momento a tus michijos, no importa si son grandes.-
    El gato se habia acercado, buscando compañía humana.

    Estaba por irse, pero ver al michi ahí le dió inseguridad. Se notaba que no era de por ahí ¿Sería de algún lugar aledaño?
    Tenia placa, pero no queria arriesgarse a llamar a un desonocido en ese callejón, asi que se llevó al gato a su depto ocupado clandestinamente, y en la tranquilidad de su hogar, decidió marcar al número. No habia nombre ni direccion, solo un teléfono.

    //Libreee para quien quiera responder~
    Es impresionante lo que la gente tira a la basura, de seguro habia una rama policial dedicada expresamente a investigar ese tipo de cosas, porque se pueden saber muchas cosas sobre alguien, solo revisando sus desperdicios. Jipy lo sabe muy bien, porque esta en una misión. Le robó un chaleco refractario a uno de los oficiales de transito mientras bebian café y se fue directo a la zona de containers de basura, correspondiente a un edificio de departamentos pequeño. Queria saber si los inquilinos eran gentes robables y para eso, con guantes que tambien le robó al oficial, se dedicó a hurgar con sumo cuidado los desperdicios. Nada fuera de lo normal: envoltorios de galletas baratas, basura orgánica fresca, mas plastico, latas, un feto, frituras resecas y cajas de pizza. Nope, ese no era un buen área para meterse, parecia que ahí habia poco dinero, a juzgar por la cantidad de envoltorios de comida chatarra y las pocas sobras de comida rancia, no se comía bien ahi y no se desperdiciaba porque no alcanzaba. Ademas no encontró basura de electrodomesticos rotos o partes plasticas de vehiculos, asi que no hay dinero para enseres domésticos. Sí encontró muchos móviles rotos o discontinuados, demasiados para un container y un edificio, señal de que tal vez ahi habia droga. Estaba por retirarse cuando encontró un acompañante, un michi. Jean lo observa y sonríe, tiene un collsr con placa y un lindo pelaje, está gordito y parece muy confiado. —¿Y tu a que vienes? ¿También vienes a abortar? - Le mira entre las patas, ve dos coquitos. —Ah bueno, descuida, si eres padre puedes abortar en cualquier momento a tus michijos, no importa si son grandes.- El gato se habia acercado, buscando compañía humana. Estaba por irse, pero ver al michi ahí le dió inseguridad. Se notaba que no era de por ahí ¿Sería de algún lugar aledaño? Tenia placa, pero no queria arriesgarse a llamar a un desonocido en ese callejón, asi que se llevó al gato a su depto ocupado clandestinamente, y en la tranquilidad de su hogar, decidió marcar al número. No habia nombre ni direccion, solo un teléfono. //Libreee para quien quiera responder~
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  • - Aš‘ í qš‘¢e... š‘”eš‘›eš‘šoš‘  š‘¢n aš‘”aš‘žuš‘’ š‘‘e vš‘Žmš‘iš‘Ÿo qš‘¢e nš‘œ š‘“uš‘’ š‘rš‘œvš‘œcš‘Ždš‘œ š‘oš‘Ÿ š‘¢n vš‘Žmš‘iš‘Ÿo y... š‘¢n tš‘–pš‘œ š‘Ÿeš‘Žnš‘–mš‘Ždš‘œ š‘eš‘Ÿo nš‘œ š‘’s uš‘› š‘§oš‘šbš‘–e... -Dean alzó sus cejas mirando a Sam con cierta incredulidad. Después se presionó el puente de la nariz mientras asentía.

    Hope rio dándole un suave apretón en el brazo antes de alargar la mano para tomar el informe policial del primer caso.

    -Vš‘Žmš‘œs, š‘ eš‘”uš‘Ÿo qš‘¢e nš‘œ š‘’s lš‘œ š‘šáš‘  š‘Ÿaš‘Ÿo qš‘¢e hš‘Žs vš‘–sš‘”o eš‘› š‘”u vš‘–dš‘Ž... Lš‘Ž š‘£eš‘Ÿdš‘Žd, š‘’s qš‘¢e sš‘– š‘™o pš‘–eš‘›sš‘Žs pš‘¢eš‘‘e sš‘’r hš‘Žsš‘”a dš‘–vš‘’rš‘”iš‘‘o -comentó mientras repasaba el informe con sus ojos azules centrados en cada linea de aquellas páginas. Luego al darse cuenta de lo mal que sonó, alzó la mirada y miró a ambos hermanos, primero a uno y luego a otro- š‘†i... š‘œbš‘£iš‘Žmš‘œs lš‘Žs vš‘–cš‘”iš‘šaš‘  š‘šoš‘Ÿtš‘Žlš‘’s, š‘lš‘Žrš‘œ -repuso.

    慤慤慤慤慤慤慤慤慤慤慤 Dean Winchester

    慤慤慤慤慤 #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    - Aš‘ í qš‘¢e... š‘”eš‘›eš‘šoš‘  š‘¢n aš‘”aš‘žuš‘’ š‘‘e vš‘Žmš‘iš‘Ÿo qš‘¢e nš‘œ š‘“uš‘’ š‘rš‘œvš‘œcš‘Ždš‘œ š‘oš‘Ÿ š‘¢n vš‘Žmš‘iš‘Ÿo y... š‘¢n tš‘–pš‘œ š‘Ÿeš‘Žnš‘–mš‘Ždš‘œ š‘eš‘Ÿo nš‘œ š‘’s uš‘› š‘§oš‘šbš‘–e... -Dean alzó sus cejas mirando a Sam con cierta incredulidad. Después se presionó el puente de la nariz mientras asentía. Hope rio dándole un suave apretón en el brazo antes de alargar la mano para tomar el informe policial del primer caso. -Vš‘Žmš‘œs, š‘ eš‘”uš‘Ÿo qš‘¢e nš‘œ š‘’s lš‘œ š‘šáš‘  š‘Ÿaš‘Ÿo qš‘¢e hš‘Žs vš‘–sš‘”o eš‘› š‘”u vš‘–dš‘Ž... Lš‘Ž š‘£eš‘Ÿdš‘Žd, š‘’s qš‘¢e sš‘– š‘™o pš‘–eš‘›sš‘Žs pš‘¢eš‘‘e sš‘’r hš‘Žsš‘”a dš‘–vš‘’rš‘”iš‘‘o -comentó mientras repasaba el informe con sus ojos azules centrados en cada linea de aquellas páginas. Luego al darse cuenta de lo mal que sonó, alzó la mirada y miró a ambos hermanos, primero a uno y luego a otro- š‘†i... š‘œbš‘£iš‘Žmš‘œs lš‘Žs vš‘–cš‘”iš‘šaš‘  š‘šoš‘Ÿtš‘Žlš‘’s, š‘lš‘Žrš‘œ -repuso. 慤慤慤慤慤慤慤慤慤慤慤 [BxbyDriv3r] 慤慤慤慤慤 #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • Sombras en los Muelles
    Fandom Original
    CategorĆ­a Original
    Santiago dejó escapar una risa suave mientras observaba a Jane moverse con esa precisión felina, casi desafiante. El ambiente en los muelles estaba cargado de esa atmósfera pesada, impregnada de sal y óxido. La humedad se aferraba a cada superficie, mientras el crujido de las tablas viejas bajo sus pies marcaba un eco débil entre los barcos abandonados. Las cintas policiales ondeaban con la brisa nocturna, como advertencias olvidadas, y el olor a agua estancada lo envolvía.

    —Si querías llevarme a un lugar a solas, no tenías que inventar todo esto —

    comentó Santiago, en tono burlón, queriendo provocarla un poco, su sonrisa maliciosa asomándose por el rabillo de sus

    El silencio del lugar se hacía más profundo, solo interrumpido por el murmullo lejano de las olas y el eco distante de sus pasos. Santiago echó un vistazo alrededor, como si apreciara la ironía de la situación

    —Esto casi parece sacado de una película mala —

    continuó, sin dejar de observar cada rincón

    —. Un cadáver en los muelles, cámaras que capturan un tipo que se parece a mí, y ahora tú y yo, juntos, buscando pistas—

    Con una mirada juguetona, dio un par de pasos hacia la oscuridad, donde sabía que nadie los vería. Sin más preámbulo, su cuerpo empezó a cambiar. Sus rasgos se volvieron más afilados, sus ojos más oscuros, su piel adoptó un brillo fantasmal, y la energía que lo rodeaba se tornó opresiva. Solo su cabello blanco permaneció inalterado, brillando bajo la luz de la luna. Al transformarse en su forma demoniaca, la tensión en su cuerpo

    —Así estamos más cómodos... ¿no crees? —

    dijo en un tono grave, sus ojos brillando con ese toque travieso, mientras esperaba su reacción

    //Rol Privado con Jane Doe
    Santiago dejó escapar una risa suave mientras observaba a Jane moverse con esa precisión felina, casi desafiante. El ambiente en los muelles estaba cargado de esa atmósfera pesada, impregnada de sal y óxido. La humedad se aferraba a cada superficie, mientras el crujido de las tablas viejas bajo sus pies marcaba un eco débil entre los barcos abandonados. Las cintas policiales ondeaban con la brisa nocturna, como advertencias olvidadas, y el olor a agua estancada lo envolvía. —Si querías llevarme a un lugar a solas, no tenías que inventar todo esto — comentó Santiago, en tono burlón, queriendo provocarla un poco, su sonrisa maliciosa asomándose por el rabillo de sus El silencio del lugar se hacía más profundo, solo interrumpido por el murmullo lejano de las olas y el eco distante de sus pasos. Santiago echó un vistazo alrededor, como si apreciara la ironía de la situación —Esto casi parece sacado de una película mala — continuó, sin dejar de observar cada rincón —. Un cadáver en los muelles, cámaras que capturan un tipo que se parece a mí, y ahora tú y yo, juntos, buscando pistas— Con una mirada juguetona, dio un par de pasos hacia la oscuridad, donde sabía que nadie los vería. Sin más preámbulo, su cuerpo empezó a cambiar. Sus rasgos se volvieron más afilados, sus ojos más oscuros, su piel adoptó un brillo fantasmal, y la energía que lo rodeaba se tornó opresiva. Solo su cabello blanco permaneció inalterado, brillando bajo la luz de la luna. Al transformarse en su forma demoniaca, la tensión en su cuerpo —Así estamos más cómodos... ¿no crees? — dijo en un tono grave, sus ojos brillando con ese toque travieso, mientras esperaba su reacción //Rol Privado con [spark_lime_hippo_384]
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  • «Alto ahí, estás cometiendo un delito. El delito de interrumpirme mientras me como una dona.»

    Alguien quiso jugar al estereotipo policial.
    «Alto ahí, estás cometiendo un delito. El delito de interrumpirme mientras me como una dona.» Alguien quiso jugar al estereotipo policial.
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  • ā”€ā”€ā”€ā”€ā”€ā”€ā”€ ā²’ā²›ā³Øā²Ÿ ā²¢ā²šā³– → ā²˜ā²‡ā²…ā²• ā²¦ā²ā²Ÿā²™ā²£ā³½ā²Ÿā²›

    42 años ā”€ Detective Senior

    Mark Thompson es un detective con más de veinte años de experiencia en las fuerzas policiales, poseedor de una personalidad pragmática y un carácter duro.

    Con una estatura imponente y una mirada aguda, Mark siempre ha sido conocido por su enfoque directo y sin rodeos. Durante la mayor parte de su carrera, fue un escéptico empedernido, confiando solo en los hechos y en lo que podía ver con sus propios ojos. Sin embargo, un caso misterioso hace 15 años, que desafió toda lógica, cambió su perspectiva para siempre, abriendo su mente a lo inexplicable. Desde entonces, aunque sigue siendo un hombre de pruebas y evidencia, ha aprendido a aceptar que hay cosas que escapan a la comprensión humana.

    Esta mezcla de escepticismo residual y nueva apertura lo hace un aliado invaluable en los casos más inusuales.

    #PNJ #CazadoresDeMisterios
    ā”€ā”€ā”€ā”€ā”€ā”€ā”€ ā²’ā²›ā³Øā²Ÿ ā²¢ā²šā³– → ā²˜ā²‡ā²…ā²• ā²¦ā²ā²Ÿā²™ā²£ā³½ā²Ÿā²› 42 años ā”€ Detective Senior Mark Thompson es un detective con más de veinte años de experiencia en las fuerzas policiales, poseedor de una personalidad pragmática y un carácter duro. Con una estatura imponente y una mirada aguda, Mark siempre ha sido conocido por su enfoque directo y sin rodeos. Durante la mayor parte de su carrera, fue un escéptico empedernido, confiando solo en los hechos y en lo que podía ver con sus propios ojos. Sin embargo, un caso misterioso hace 15 años, que desafió toda lógica, cambió su perspectiva para siempre, abriendo su mente a lo inexplicable. Desde entonces, aunque sigue siendo un hombre de pruebas y evidencia, ha aprendido a aceptar que hay cosas que escapan a la comprensión humana. Esta mezcla de escepticismo residual y nueva apertura lo hace un aliado invaluable en los casos más inusuales. #PNJ #CazadoresDeMisterios
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    Fandom Supernatural / The Vampire Diaries
    CategorĆ­a Drama
    慤慤
    慤慤慤慤 "...šiš£iš¬tšž šŖušž šžsš­aš«íššs ašŖuš¢Ģ."
    慤慤慤慤 ā§½ š’š“š€š‘š“š„š‘ Iš•
    慤慤慤慤 Ė¹ Dean Winchester

    慤
    š™¼ššŠšš”ššŠšššš˜, š™ŗššŠšš—ššœššŠššœ
    šŸøšŸø:šŸ¹šŸ» šš™.šš–


    Gary Trevit corría por Jefferson Street. La bruma de su aliento entrecortado nublaba ligeramente su vista con cada acelerada exhalación. De tanto en tanto miraba por encima de su hombro, como quien quiere cerciorarse de que está a salvo. Había corrido sin detenerse desde McRoberts Street, huyendo como alma que lleva el diablo, con el único propósito de salvar su vida.


    Había dejado su Ford Ranger aparcada en el desangelado y desvencijado cruce de N. Water Street. Casi podía ver el color rojo del capó del vehículo reflejando la luz mortecina de una farola solitaria en mitad de aquel camino perdido de la mano de Dios.


    Al llegar a su camioneta y echar la vista atrás sobre su hombro descubrió que estaba solo en mitad de la noche, nadie iba tras él, absolutamente nadie… De forma nerviosa rebuscó en los bolsillos de su cazadora pasando por encima del zippo y las cerillas y del arrugado recibo del motel de Lebanon donde se había alojado aquella noche pasada.


    Entró en su vehículo y casi sintió alivio. Pero no se detuvo allí. Sacó su revolver de la cartuchera y con la mano diestra rebuscó en la guantera en busca de su caja de balas matabrujas. Contó con los dedos y fue capaz de llegar hasta diez antes de coger cinco de ellas en su mano. Abrió el tambor del arma y comenzó a meter las balas en sus respectivos lugares. Y hubiera terminado rapido, Trevit estaba acostumbrado a aquello. Había trabajado en las condiciones más indeseables. Un poco de oscuridad no era nada para él. Era capaz de cargar cualquier arma con los ojos cerrados. Pero…


    Sintió una opresión en el pecho y tosió. La luna delantera se llenó de sangre esputada. Gary miró el espectáculo horrorizado. Tosió de nuevo llenando estaba vez de sangre sus manos y el volante.

    -Hijas de… -soltó el arma y comenzó a rebuscar en cada recoveco de la camioneta, en cada compartimento, en cada escondrijo… Pero la falta de aire, la tos incontrolada y la excesiva perdida de sangre provocaron que Gary Trevit sucumbiera en cuestión de segundos.


    Fue Lollis Staunton quien descubrió el cadáver a la mañana siguiente y horrorizada llamó al sheriff de Lebanon ya que era el pueblo más cercano. Una hora después, un pequeño y arcaico cordón policial se había montado en torno al coche de Gary Trevit. Walter Cordero analizaba rápidamente la escena del crimen. Aquello no tenia sentido. Ninguna clase de sentido. Y Walter sabia a qué se debía aquella percepción suya. En esa muerte no había nada de normal.


    >> A las ocho de la mañana el teléfono de Jody Mills comenzaba a sonar de forma incesante. Y en cuanto escuchó las palabras “esto es raro de cojones” supo a quien tenia que llamar.


    Por lo que a las ocho y cuarto de la mañana era el teléfono de Dean Winchester el que estaba sonando desde su mesilla de noche. La vibración insistente provocó que Hope abriera los ojos mosqueada y, al ver que Dean dormía como un bendito a pierna suelta, la tríbrida arrugó la nariz. Ahuecó la sábana y se movió colocando su cuerpo por encima del de Dean, despertándole en el proceso de estirarse a coger el móvil. Miró el identificador de llamadas y al reacomodarse en la cama le colocó el móvil a Dean en el pecho desnudo.


    -Es Jody -anunció mientras el móvil vibraba contra la piel desnuda de Dean- Quizás ha muerto alguien.

    Habían pasado aproximadamente dos meses desde que Hope Mikaelson había decidido establecer su residencia habitual en el dormitorio de Dean en un pacto que habían resuelto con helado de chocolate, sexo y un extraño maratón de Scooby Doo. La combinación mas rara del mundo. Y aun asi.. funcionaba.


    A esas alturas, Hope conocía bastante acerca del circulo familiar de Dean, sus amigos, los que seguían vivos, los que estaban muertos y los que habían venido de ese otro universo paralelo. Había ampliado su conocimiento acerca de criaturas mágicas y tambien ella había puesto los propios al servicio del bunker: seres a los que se había enfrentado, diferentes mitologías, pociones…


    Castiel ya casi se fiaba de ella y Jack estaba entusiasmado con la tríbrida. A fin de cuentas los dos eran únicos en su especie y el joven parecía haber encontrado en Hope un alma raramente afín.


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    慤慤 慤慤慤慤 "...šiš£iš¬tšž šŖušž šžsš­aš«íššs ašŖuš¢Ģ." 慤慤慤慤 ā§½ š’š“š€š‘š“š„š‘ Iš• 慤慤慤慤 Ė¹ [BxbyDriv3r] 慤 š™¼ššŠšš”ššŠšššš˜, š™ŗššŠšš—ššœššŠššœ šŸøšŸø:šŸ¹šŸ» šš™.šš– Gary Trevit corría por Jefferson Street. La bruma de su aliento entrecortado nublaba ligeramente su vista con cada acelerada exhalación. De tanto en tanto miraba por encima de su hombro, como quien quiere cerciorarse de que está a salvo. Había corrido sin detenerse desde McRoberts Street, huyendo como alma que lleva el diablo, con el único propósito de salvar su vida. Había dejado su Ford Ranger aparcada en el desangelado y desvencijado cruce de N. Water Street. Casi podía ver el color rojo del capó del vehículo reflejando la luz mortecina de una farola solitaria en mitad de aquel camino perdido de la mano de Dios. Al llegar a su camioneta y echar la vista atrás sobre su hombro descubrió que estaba solo en mitad de la noche, nadie iba tras él, absolutamente nadie… De forma nerviosa rebuscó en los bolsillos de su cazadora pasando por encima del zippo y las cerillas y del arrugado recibo del motel de Lebanon donde se había alojado aquella noche pasada. Entró en su vehículo y casi sintió alivio. Pero no se detuvo allí. Sacó su revolver de la cartuchera y con la mano diestra rebuscó en la guantera en busca de su caja de balas matabrujas. Contó con los dedos y fue capaz de llegar hasta diez antes de coger cinco de ellas en su mano. Abrió el tambor del arma y comenzó a meter las balas en sus respectivos lugares. Y hubiera terminado rapido, Trevit estaba acostumbrado a aquello. Había trabajado en las condiciones más indeseables. Un poco de oscuridad no era nada para él. Era capaz de cargar cualquier arma con los ojos cerrados. Pero… Sintió una opresión en el pecho y tosió. La luna delantera se llenó de sangre esputada. Gary miró el espectáculo horrorizado. Tosió de nuevo llenando estaba vez de sangre sus manos y el volante. -Hijas de… -soltó el arma y comenzó a rebuscar en cada recoveco de la camioneta, en cada compartimento, en cada escondrijo… Pero la falta de aire, la tos incontrolada y la excesiva perdida de sangre provocaron que Gary Trevit sucumbiera en cuestión de segundos. Fue Lollis Staunton quien descubrió el cadáver a la mañana siguiente y horrorizada llamó al sheriff de Lebanon ya que era el pueblo más cercano. Una hora después, un pequeño y arcaico cordón policial se había montado en torno al coche de Gary Trevit. Walter Cordero analizaba rápidamente la escena del crimen. Aquello no tenia sentido. Ninguna clase de sentido. Y Walter sabia a qué se debía aquella percepción suya. En esa muerte no había nada de normal. >> A las ocho de la mañana el teléfono de Jody Mills comenzaba a sonar de forma incesante. Y en cuanto escuchó las palabras “esto es raro de cojones” supo a quien tenia que llamar. Por lo que a las ocho y cuarto de la mañana era el teléfono de Dean Winchester el que estaba sonando desde su mesilla de noche. La vibración insistente provocó que Hope abriera los ojos mosqueada y, al ver que Dean dormía como un bendito a pierna suelta, la tríbrida arrugó la nariz. Ahuecó la sábana y se movió colocando su cuerpo por encima del de Dean, despertándole en el proceso de estirarse a coger el móvil. Miró el identificador de llamadas y al reacomodarse en la cama le colocó el móvil a Dean en el pecho desnudo. -Es Jody -anunció mientras el móvil vibraba contra la piel desnuda de Dean- Quizás ha muerto alguien. Habían pasado aproximadamente dos meses desde que Hope Mikaelson había decidido establecer su residencia habitual en el dormitorio de Dean en un pacto que habían resuelto con helado de chocolate, sexo y un extraño maratón de Scooby Doo. La combinación mas rara del mundo. Y aun asi.. funcionaba. A esas alturas, Hope conocía bastante acerca del circulo familiar de Dean, sus amigos, los que seguían vivos, los que estaban muertos y los que habían venido de ese otro universo paralelo. Había ampliado su conocimiento acerca de criaturas mágicas y tambien ella había puesto los propios al servicio del bunker: seres a los que se había enfrentado, diferentes mitologías, pociones… Castiel ya casi se fiaba de ella y Jack estaba entusiasmado con la tríbrida. A fin de cuentas los dos eran únicos en su especie y el joven parecía haber encontrado en Hope un alma raramente afín. #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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