• Purpurea Remedios

    Silente mar de tintineos celestinos. Riego el jardín de marionetas de tela de carne, de seda; en mí residen, en mayor poniente, tormenta de socorro, tus níveos espejismos.

    Álgido precio de piedras preciosas, tus pies de tórrido fuego de escarcha. Tiendo a la ternura de mis ayeres de océanos de amarronada tinta; es tu tierna estampa, la crudeza de la noche. Un zootropo en el que extravío a tu pecera de mis coloridas plumas.

    Ay de mí, que no, que no, que no te vuelcas al centro de mi ombligo, en el que emprenden el vuelo un dodecaedro de gaviotas.

    Entrecejo de plumíferas estelas, nupcial destello de los vivos; no conviven, si no en los juegos del hambre; permuta de su alimento. Son las piedras preciosas de tus ojos, las que llenan sus estómagos, esófagos de creación, de tus génesis de gargantas.

    Sollozos, sororidad nuestra halada virgen, nuestra magnánima, nuestros cálices. Tuyos, edenes nuestros. Maremotos de orgullo, pienso de trigo. Tersa espuma de mar de hojalata. Una piel enviudada por el reguero de tus iridiscentes besos.

    Te pienso.
    Te venero.
    Mi hielo de verano.
    Mi purpureo remedio.
    El azul de tus rosas.
    Verde olivo de tus uvas.
    Tiempo al tiempo. Cambio al cambio.

    Son tus mañanas; incienso de aromas de año nuevo.
    Purpurea Remedios Silente mar de tintineos celestinos. Riego el jardín de marionetas de tela de carne, de seda; en mí residen, en mayor poniente, tormenta de socorro, tus níveos espejismos. Álgido precio de piedras preciosas, tus pies de tórrido fuego de escarcha. Tiendo a la ternura de mis ayeres de océanos de amarronada tinta; es tu tierna estampa, la crudeza de la noche. Un zootropo en el que extravío a tu pecera de mis coloridas plumas. Ay de mí, que no, que no, que no te vuelcas al centro de mi ombligo, en el que emprenden el vuelo un dodecaedro de gaviotas. Entrecejo de plumíferas estelas, nupcial destello de los vivos; no conviven, si no en los juegos del hambre; permuta de su alimento. Son las piedras preciosas de tus ojos, las que llenan sus estómagos, esófagos de creación, de tus génesis de gargantas. Sollozos, sororidad nuestra halada virgen, nuestra magnánima, nuestros cálices. Tuyos, edenes nuestros. Maremotos de orgullo, pienso de trigo. Tersa espuma de mar de hojalata. Una piel enviudada por el reguero de tus iridiscentes besos. Te pienso. Te venero. Mi hielo de verano. Mi purpureo remedio. El azul de tus rosas. Verde olivo de tus uvas. Tiempo al tiempo. Cambio al cambio. Son tus mañanas; incienso de aromas de año nuevo.
    0 turnos 0 maullidos 246 vistas
  • Cuando recibió la noticia de una nueva secta siendo vista en las catacumbas, poco o nada hizo al respecto, en definitiva iban a ser solo novatos jugando con fuerzas que no conocían, después de todo ese "algo" que estaba siendo desarrollado en las catacumbas no podía ser de gran nivel, cualquier aventurero de grado 2 ó 3 podía matarlo y llevarse una bolsa de oro o si tenia suerte platinos.

    ¿Haría algo? No bajo el uniforme, claro está.
    Aceptó el rango de "Director" de Seguridad Mágica porque no tuvo opción, él es un asesino, perdonado por el Rey, pero al fin y al cabo, un asesino que se había justificado en usar las fuerzas oscuras para salvar el reino.
    Si esa era o no la verdad... el secreto solo lo tenía él y el Rey.

    En la oscuridad, sin velas o los grandes candelabros de la biblioteca encendidos, Cedric modificaba a su gusto lo que parecía ser una zona de la ciudad, o al menos la escultura en miniatura, pensando con detenimiento algo que lo tenía desde hace unos días con cierta duda.

    ¿Es digno de socializar con usuarios de magia blanca?
    Él, que extrajo la sangre de los cadáveres de sus aliados para invocar un demonio.

    Él que dio la carne de los heroes para que las creaturas tuvieran cuerpos que habitar y soldados con los cuales atacar al enemigo.

    Él, que incluso entrego su propio cuerpo para ser la marioneta de Kostchtchie. Lo mejor era seguir con su trabajo como Director hasta que el Rey muera.

    ¿y lo demás? Solo el tiempo lo dirá.
    Cuando recibió la noticia de una nueva secta siendo vista en las catacumbas, poco o nada hizo al respecto, en definitiva iban a ser solo novatos jugando con fuerzas que no conocían, después de todo ese "algo" que estaba siendo desarrollado en las catacumbas no podía ser de gran nivel, cualquier aventurero de grado 2 ó 3 podía matarlo y llevarse una bolsa de oro o si tenia suerte platinos. ¿Haría algo? No bajo el uniforme, claro está. Aceptó el rango de "Director" de Seguridad Mágica porque no tuvo opción, él es un asesino, perdonado por el Rey, pero al fin y al cabo, un asesino que se había justificado en usar las fuerzas oscuras para salvar el reino. Si esa era o no la verdad... el secreto solo lo tenía él y el Rey. En la oscuridad, sin velas o los grandes candelabros de la biblioteca encendidos, Cedric modificaba a su gusto lo que parecía ser una zona de la ciudad, o al menos la escultura en miniatura, pensando con detenimiento algo que lo tenía desde hace unos días con cierta duda. ¿Es digno de socializar con usuarios de magia blanca? Él, que extrajo la sangre de los cadáveres de sus aliados para invocar un demonio. Él que dio la carne de los heroes para que las creaturas tuvieran cuerpos que habitar y soldados con los cuales atacar al enemigo. Él, que incluso entrego su propio cuerpo para ser la marioneta de Kostchtchie. Lo mejor era seguir con su trabajo como Director hasta que el Rey muera. ¿y lo demás? Solo el tiempo lo dirá.
    Me shockea
    Me gusta
    Me encocora
    4
    8 turnos 0 maullidos 528 vistas
  • Huesos rotos, músculos desgarrados, armadura agrietada, pero victorioso, vivo y lúcido luego de sobrepasar aquella experiencia, luchando y cazando esa monstruosa larva que ha crecido en años, oculto bajo los túneles de un viejo refugio, el daño de Hert-101 ha sido cazado, solo falta reclamar un merecido trofeo.

    No obstante, hasta el tenno se encuentra agotado, sin mucha energía para poder salir del cuerpo de su marioneta de acero, mucho menos para curarlo con el arcano que requiere energía del tenno, por mientras, solo queda reposar sobre el cuerpo sin vida de su presa infestada.

    "Este luchó hasta el final." Piensa el tenno desde la seguridad de la cabina de transferencia, sin embargo, su cuerpo tiene todas las mismas heridas y fracturas que sufrió su cuerpo, parte del trato para tener la obediencia de Chroma, si van a luchar como uno, van a sufrir igual.

    El tenno esperará recuperar primero su energía, curarse con la energía del vacío y posteriormente repetir el acto con su Warframe, claramente están vulnerables y un sitio oscuro, húmedo y poco agradable para la vista y olfato.
    Huesos rotos, músculos desgarrados, armadura agrietada, pero victorioso, vivo y lúcido luego de sobrepasar aquella experiencia, luchando y cazando esa monstruosa larva que ha crecido en años, oculto bajo los túneles de un viejo refugio, el daño de Hert-101 ha sido cazado, solo falta reclamar un merecido trofeo. No obstante, hasta el tenno se encuentra agotado, sin mucha energía para poder salir del cuerpo de su marioneta de acero, mucho menos para curarlo con el arcano que requiere energía del tenno, por mientras, solo queda reposar sobre el cuerpo sin vida de su presa infestada. "Este luchó hasta el final." Piensa el tenno desde la seguridad de la cabina de transferencia, sin embargo, su cuerpo tiene todas las mismas heridas y fracturas que sufrió su cuerpo, parte del trato para tener la obediencia de Chroma, si van a luchar como uno, van a sufrir igual. El tenno esperará recuperar primero su energía, curarse con la energía del vacío y posteriormente repetir el acto con su Warframe, claramente están vulnerables y un sitio oscuro, húmedo y poco agradable para la vista y olfato.
    Me gusta
    1
    0 turnos 0 maullidos 372 vistas

  • #RolLibre

    𓎭 𝗛𝗢𝗟𝗬 𝗖𝗥𝗢𝗪𝗡.

    ‹ From father to son, and from son to father.
    I live only for the crown, and I will die for her. ›



    Su padre, el rey de Solaris, había convocado una audiencia a la cual, tuvo que asistir de inmediato. Y mientras permanecía inclinado, sus latidos iban rápido y algo anormal. No recordaba si había algo que no había hecho de acuerdo a sus órdenes, pero el silencio por parte de la otra persona lo mataba de nervios, aunque no era un cobarde y siempre había sido sobresaliente, pero cuando estaba frente suyo podía sentir la diferencia de poder.

    — Después de que rechazaste a esa sucia princesa elfa, pensé que ya estás en edad de casarte.

    Sus ojos se abrieron de sorpresa y levantó su vista para objetar, pero la mirada fría del rey le hizo detenerse y sólo se mordió los labios.

    — Como veo que no estás interesado en nadie Importante aún, entonces te facilitaré el trabajo. Empezaré a buscar candidatas, recuerda que es necesario asegurar la descendencia de los Griffiths para mantener el legado.

    Cabizbajo, apretó sus puños mientras volvía a hablar casi en voz baja.

    — Como ordene, majestad.

    Después de eso fue despedido y se alejó mientras apresuraba el paso cada vez más hasta llegar a las afueras del palacio. Caminó tan rápido que terminó agitado y sus pasos lo habían llevado al bosque que pocas veces visitaba. Estaba molesto, así que su puño no tardó en estrellarse contra la madera de un árbol, una y otra vez. Hasta que sus guantes se rompieron y su mano empezó a sangrar.

    No lo soportaba, su vida era controlada plenamente y se sentía como una marioneta. ¿Cómo podría liberarse de su dominio? ¿Quizás muriendo? Lo estaba considerando como opción. Por ahora, sólo se dejó caer en el suelo, sentado al lado de un arroyo mientras observaba el agua correr libremente y los peces nadar y más allá su reflejo, un reflejo que empezaba a odiar.
    #RolLibre 𓎭 𝗛𝗢𝗟𝗬 𝗖𝗥𝗢𝗪𝗡. ‹ From father to son, and from son to father. I live only for the crown, and I will die for her. › Su padre, el rey de Solaris, había convocado una audiencia a la cual, tuvo que asistir de inmediato. Y mientras permanecía inclinado, sus latidos iban rápido y algo anormal. No recordaba si había algo que no había hecho de acuerdo a sus órdenes, pero el silencio por parte de la otra persona lo mataba de nervios, aunque no era un cobarde y siempre había sido sobresaliente, pero cuando estaba frente suyo podía sentir la diferencia de poder. — Después de que rechazaste a esa sucia princesa elfa, pensé que ya estás en edad de casarte. Sus ojos se abrieron de sorpresa y levantó su vista para objetar, pero la mirada fría del rey le hizo detenerse y sólo se mordió los labios. — Como veo que no estás interesado en nadie Importante aún, entonces te facilitaré el trabajo. Empezaré a buscar candidatas, recuerda que es necesario asegurar la descendencia de los Griffiths para mantener el legado. Cabizbajo, apretó sus puños mientras volvía a hablar casi en voz baja. — Como ordene, majestad. Después de eso fue despedido y se alejó mientras apresuraba el paso cada vez más hasta llegar a las afueras del palacio. Caminó tan rápido que terminó agitado y sus pasos lo habían llevado al bosque que pocas veces visitaba. Estaba molesto, así que su puño no tardó en estrellarse contra la madera de un árbol, una y otra vez. Hasta que sus guantes se rompieron y su mano empezó a sangrar. No lo soportaba, su vida era controlada plenamente y se sentía como una marioneta. ¿Cómo podría liberarse de su dominio? ¿Quizás muriendo? Lo estaba considerando como opción. Por ahora, sólo se dejó caer en el suelo, sentado al lado de un arroyo mientras observaba el agua correr libremente y los peces nadar y más allá su reflejo, un reflejo que empezaba a odiar.
    Me gusta
    2
    5 turnos 0 maullidos 330 vistas
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    //Mensaje el User:

    La negligencia, ese ladrón silencioso de corazones, es la chispa que enciende la llama de la separación.

    No es justo que entregues tu alma y no recibas ni una chispa a cambio. No es justo que te desgastes en un mar de esfuerzos solo para encontrar migajas en la orilla. No es justo que te manipulen como una marioneta sin voluntad.

    Todos somos tesoros invaluables y merecemos estar en relaciones donde se nos aprecie y valore. Mi mensaje final es este:

    Valoren, queridos hijos... Porque cuando el tesoro se pierda, solo quedarán lágrimas.

    (Gazú Forever )
    //Mensaje el User: La negligencia, ese ladrón silencioso de corazones, es la chispa que enciende la llama de la separación. No es justo que entregues tu alma y no recibas ni una chispa a cambio. No es justo que te desgastes en un mar de esfuerzos solo para encontrar migajas en la orilla. No es justo que te manipulen como una marioneta sin voluntad. Todos somos tesoros invaluables y merecemos estar en relaciones donde se nos aprecie y valore. Mi mensaje final es este: Valoren, queridos hijos... Porque cuando el tesoro se pierda, solo quedarán lágrimas. ❤️ (Gazú Forever )
    Me entristece
    4
    0 comentarios 0 compartidos 373 vistas
  • El Comienzo de Todo – El Despertar de Jade Green
    Categoría Otros
    Desde que era niña, Jade siempre supo que su vida no sería como la de los demás. En los primeros años de su existencia, vivió en el convento, escondida entre las sombras de las monjas, protegida del mundo exterior por los muros de piedra que la mantenían alejada de quienes la buscaban. No entendía del todo por qué, pero sentía que algo oscuro la acechaba. Algo que no podía escapar, aunque ni su madre ni las monjas hablaran al respecto.

    Recuerdo los días grises y fríos, el canto monótono de las monjas que, a pesar de ser cálido, nunca lograba calmar la sensación constante de inquietud que me embargaba. Sabía que no era una niña común. Había algo en mí, algo que me hacía diferente. A veces, en mis sueños, veía ojos enormes, profundos como el mar. Aquellos ojos eran los mismos que sentía en mi interior. La conexión que no comprendía, la fuerza ancestral que me pertenecía y que, sin quererlo, me arrastraba.

    Era mi madre quien me sacó de allí. La misma mujer que siempre había sido una sombra distante, a veces cálida, a veces fría, pero siempre con un aire de autoridad que parecía rodearla. Esa mujer, la que hablaba en susurros con el viento, que nunca dejaba de estudiar los antiguos textos y las viejas escrituras de la Hermandad del Kraken, fue quien me sacó del convento, de mi protección, de mi escondite. Y lo hizo con una sonrisa que nunca pude descifrar, una sonrisa que llevaba consigo una carga de tristeza y aceptación.

    Al principio, no entendí lo que sucedía. No entendí por qué estaba siendo entregada a aquellos que me miraban como si fuera algo más que una niña, como si fuera una pieza de un rompecabezas al que le faltaba su lugar. Lo comprendí cuando ya era demasiado tarde, cuando mi madre, la mujer que debería haberme protegido, me entregó sin remordimientos a una organización con oscuros fines. La Hermandad del Kraken. ¿Cómo podría ella? ¿Cómo pudo venderme? ¿Por qué me entregó a aquellos que querían usarme como un simple instrumento?

    Me sentí perdida, atrapada en una red de mentiras y manipulaciones. De repente, todo lo que había conocido, todo lo que pensaba que era real, se desmoronó ante mis ojos. A medida que pasaban los años, comencé a entender que mi madre no era simplemente una madre. Era una sacerdotisa, una mujer que había consagrado su vida a un propósito más grande que ella misma. Y ese propósito no me incluía como su hija, sino como un medio para un fin: el despertar del Kraken.

    Mi madre nunca me habló directamente de la Hermandad, ni de lo que se esperaba de mí. Pero yo sabía que, en algún lugar profundo de mi ser, algo se despertaba. Mi vínculo con el Kraken no era un simple destino. Era un llamado que siempre había estado latente, esperando el momento adecuado para salir a la luz.

    Las voces que escuchaba en mis sueños, los ecos de los mares y las olas que parecían hablarme, todo encajaba en un puzzle que me aterraba. El Kraken, ese monstruo primordial, no solo era un mito. Era real. Y yo era la pieza clave para desatarlo.

    Me encontraba en medio de dos mundos. La bondad de Gazú, mi padre adoptivo, el hombre que me dio amor cuando mi madre me abandonó, y el oscuro destino que la Hermandad había trazado para mí. Gazú me ofreció protección, un refugio del caos que me rodeaba, pero el peso de lo que estaba en juego, el destino que me perseguía, me alejaba de él. Mi amor por él era la única ancla que me mantenía a flote, pero ni él ni yo sabíamos lo que se avecinaba.

    Recuerdo las noches solitarias, mirando al horizonte, buscando respuestas que nunca llegaban. Mis poderes, esas habilidades que no entendía del todo, comenzaban a crecer dentro de mí. No era solo una niña común. Había algo en mis venas, algo que me conectaba con las aguas del océano, con el monstruo que se escondía en las profundidades.

    Y ahora, al mirar las olas chocando contra la costa, entendí que no podía escapar de esto. El Kraken ya estaba despertando, y yo no podía ignorarlo. No podía evitarlo. Mi destino estaba sellado, marcado por la sangre de mi madre, por la conexión que no podía cortar. El Kraken me llamaba, y yo tenía que decidir qué hacer con ese poder.

    Me he pasado toda la vida huyendo de lo que soy, pero ahora no puedo seguir corriendo. El futuro está frente a mí, y aunque mi corazón me grite que no debo seguir el camino de la Hermandad, sé que algo más grande que yo ya ha comenzado. Y quizás, por primera vez, pueda elegir qué hacer con el poder que corre por mis venas.

    Sabía que no podía huir para siempre. El Kraken había comenzado a despertar, y su destino estaba intrínsecamente ligado a ese monstruo del abismo. Pero, a medida que la tormenta arremetía alrededor de ella, Jade entendió que no sería solo un instrumento para los fines de la Hermandad. Ella tendría que decidir por sí misma qué hacer con el poder que le otorgaba su sangre y su linaje.

    En ese momento, Jade tomó una decisión.

    "No seré su marioneta", susurró con determinación. "El Kraken no me controlará. Lo despertaré, pero será a mi manera."

    Con un último vistazo a las olas embravecidas, Jade dio un paso atrás, alejándose del borde. El destino no la había elegido, ni la Hermandad, ni el Kraken. Sería ella quien decidiría su futuro, aunque eso significara desafiar a la misma organización que la había creado y, posiblemente, a la fuerza de los mares.

    La lucha por su libertad comenzaba esa noche.
    Desde que era niña, Jade siempre supo que su vida no sería como la de los demás. En los primeros años de su existencia, vivió en el convento, escondida entre las sombras de las monjas, protegida del mundo exterior por los muros de piedra que la mantenían alejada de quienes la buscaban. No entendía del todo por qué, pero sentía que algo oscuro la acechaba. Algo que no podía escapar, aunque ni su madre ni las monjas hablaran al respecto. Recuerdo los días grises y fríos, el canto monótono de las monjas que, a pesar de ser cálido, nunca lograba calmar la sensación constante de inquietud que me embargaba. Sabía que no era una niña común. Había algo en mí, algo que me hacía diferente. A veces, en mis sueños, veía ojos enormes, profundos como el mar. Aquellos ojos eran los mismos que sentía en mi interior. La conexión que no comprendía, la fuerza ancestral que me pertenecía y que, sin quererlo, me arrastraba. Era mi madre quien me sacó de allí. La misma mujer que siempre había sido una sombra distante, a veces cálida, a veces fría, pero siempre con un aire de autoridad que parecía rodearla. Esa mujer, la que hablaba en susurros con el viento, que nunca dejaba de estudiar los antiguos textos y las viejas escrituras de la Hermandad del Kraken, fue quien me sacó del convento, de mi protección, de mi escondite. Y lo hizo con una sonrisa que nunca pude descifrar, una sonrisa que llevaba consigo una carga de tristeza y aceptación. Al principio, no entendí lo que sucedía. No entendí por qué estaba siendo entregada a aquellos que me miraban como si fuera algo más que una niña, como si fuera una pieza de un rompecabezas al que le faltaba su lugar. Lo comprendí cuando ya era demasiado tarde, cuando mi madre, la mujer que debería haberme protegido, me entregó sin remordimientos a una organización con oscuros fines. La Hermandad del Kraken. ¿Cómo podría ella? ¿Cómo pudo venderme? ¿Por qué me entregó a aquellos que querían usarme como un simple instrumento? Me sentí perdida, atrapada en una red de mentiras y manipulaciones. De repente, todo lo que había conocido, todo lo que pensaba que era real, se desmoronó ante mis ojos. A medida que pasaban los años, comencé a entender que mi madre no era simplemente una madre. Era una sacerdotisa, una mujer que había consagrado su vida a un propósito más grande que ella misma. Y ese propósito no me incluía como su hija, sino como un medio para un fin: el despertar del Kraken. Mi madre nunca me habló directamente de la Hermandad, ni de lo que se esperaba de mí. Pero yo sabía que, en algún lugar profundo de mi ser, algo se despertaba. Mi vínculo con el Kraken no era un simple destino. Era un llamado que siempre había estado latente, esperando el momento adecuado para salir a la luz. Las voces que escuchaba en mis sueños, los ecos de los mares y las olas que parecían hablarme, todo encajaba en un puzzle que me aterraba. El Kraken, ese monstruo primordial, no solo era un mito. Era real. Y yo era la pieza clave para desatarlo. Me encontraba en medio de dos mundos. La bondad de Gazú, mi padre adoptivo, el hombre que me dio amor cuando mi madre me abandonó, y el oscuro destino que la Hermandad había trazado para mí. Gazú me ofreció protección, un refugio del caos que me rodeaba, pero el peso de lo que estaba en juego, el destino que me perseguía, me alejaba de él. Mi amor por él era la única ancla que me mantenía a flote, pero ni él ni yo sabíamos lo que se avecinaba. Recuerdo las noches solitarias, mirando al horizonte, buscando respuestas que nunca llegaban. Mis poderes, esas habilidades que no entendía del todo, comenzaban a crecer dentro de mí. No era solo una niña común. Había algo en mis venas, algo que me conectaba con las aguas del océano, con el monstruo que se escondía en las profundidades. Y ahora, al mirar las olas chocando contra la costa, entendí que no podía escapar de esto. El Kraken ya estaba despertando, y yo no podía ignorarlo. No podía evitarlo. Mi destino estaba sellado, marcado por la sangre de mi madre, por la conexión que no podía cortar. El Kraken me llamaba, y yo tenía que decidir qué hacer con ese poder. Me he pasado toda la vida huyendo de lo que soy, pero ahora no puedo seguir corriendo. El futuro está frente a mí, y aunque mi corazón me grite que no debo seguir el camino de la Hermandad, sé que algo más grande que yo ya ha comenzado. Y quizás, por primera vez, pueda elegir qué hacer con el poder que corre por mis venas. Sabía que no podía huir para siempre. El Kraken había comenzado a despertar, y su destino estaba intrínsecamente ligado a ese monstruo del abismo. Pero, a medida que la tormenta arremetía alrededor de ella, Jade entendió que no sería solo un instrumento para los fines de la Hermandad. Ella tendría que decidir por sí misma qué hacer con el poder que le otorgaba su sangre y su linaje. En ese momento, Jade tomó una decisión. "No seré su marioneta", susurró con determinación. "El Kraken no me controlará. Lo despertaré, pero será a mi manera." Con un último vistazo a las olas embravecidas, Jade dio un paso atrás, alejándose del borde. El destino no la había elegido, ni la Hermandad, ni el Kraken. Sería ella quien decidiría su futuro, aunque eso significara desafiar a la misma organización que la había creado y, posiblemente, a la fuerza de los mares. La lucha por su libertad comenzaba esa noche.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    20
    Estado
    Disponible
    Me encocora
    Me gusta
    7
    0 turnos 0 maullidos 1461 vistas
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    //Entra roleando


    *tienes una falda muy corta y una blusa haciendo que se remarquen tus pechos. una noche que estabas caminando por la calle cuando abriste tu puerta ves un montón de tentáculos se jalan hacia el sótano tú intentas escapar de sus tentáculos pero antes de que puedes hacer algo el hipnotiza haciendo que quedes quieta*tentáculos: creo que tengo mi marioneta en mis manos*dice con un tono burlón y coqueto*
    //Entra roleando *tienes una falda muy corta y una blusa haciendo que se remarquen tus pechos. una noche que estabas caminando por la calle cuando abriste tu puerta ves un montón de tentáculos se jalan hacia el sótano tú intentas escapar de sus tentáculos pero antes de que puedes hacer algo el hipnotiza haciendo que quedes quieta*tentáculos: creo que tengo mi marioneta en mis manos*dice con un tono burlón y coqueto*
    Me gusta
    1
    0 comentarios 0 compartidos 284 vistas
  • Memoria 001

    Valor. Honor. Prestigio.
    Alguna vez, hace mucho tiempo, esas eran las cualidades que el título de Príncipe heredero significaban para él. Donde quiera que su hermano mayor caminara, los ojos de las personas le seguían inmediatamente, parecían polillas atraídas por los faroles de media noche, dispuestas morir en las llamas si así lo deseaba. Li Jie era completa perfección, un chico que realmente había nacido para ser príncipe heredero y que, desde el momento en que vistiera las túnicas representativas, parecía ser la elección más amada de los dioses.

    Ming Wei siempre le había mirado con admiración. En sus ojos, a diferencia de sus demás hermanos de padre, jamás se notaba la avaricia y la codicia de ese título, siempre era la admiración y la devoción quienes permeaban sus ojos y su voz al hablar con Li Jie sobre el futuro. Su hermano era diligente, visionario y dedicado completamente a sus labores como príncipe heredero; era fuerte, era bravo y era valiente, digno de portar en su uniforme el emblema del dragón de tres garras o el valiente león del clan Qiang. Sin duda, parecía que las prendas de habían confeccionado exclusivamente para él.

    La primera vez que Ming estuvo delante de la túnica, tras largos meses de luto por la muerte del príncipe heredero, sintió que no la merecía. A pesar de que esa hubiese sido la última voluntad de su hermano, en su agonizante lecho de muerte, no se sentía con la capacidad de afrontar un desafío de esa magnitud. No cuando sentía que estaba rodeado de lobos hambrientos dispuestos a saltarle encima para destazarlo, pero detrás de todos ellos estaba el peor: Ese tigre viejo que le observaba con intención de ser el primero, además del único, de abalanzarse sobre de él para arrancarle el cuello.

    Desde el primer instante que se colocó las túnicas, Ming Wei sintió que la magia de su infancia se había perdido. Las palabras de antaño ya no tenían el mismo significado, ya no sentía que le mirasen por voluntad propia como a su hermano, creía que todos los ojos estaban puestos sobre de él para asegurarse de estar ahí en el momento que pisara un madero y cayera al abismo. Porque sus pasos eran capaces de acelerar las lenguas en Shangqiu, pues un centenar de rumores salían a la luz cada vez que se ganaba el favor del rey.

    No fue hasta que levantó la cabeza, comprendiendo la importancia de su posición y su prevalencia en ella, que las palabras volvieron a cambiar en su mente. Se había dejado aplastar tanto tiempo por su propia inseguridad, que se había convertido en una marioneta más de la Reina Madre y de los ministros, era un príncipe heredero cuya cabeza estaba debajo de una espada que pendía de un hilo.

    Respeto. Autoridad. Poder.
    El príncipe heredero tenía derecho a todo. Podía hacer lo que deseara acorde a las reglas del Clan y del Rey, podía poner de cabeza el palacio o los salones si lo deseaba, podía levantar su voz por encima de las demás y solo callar cuando el rey hablara. Si tenía tanta libertad, entonces, ¿por qué iba a dejarse vencer? ¿Por qué tenía que agacharse ante los demás si él estaba por encima de todos? Mientras que él viviera en esa posición, su cabeza y la de sus hermanos menores se mantendría en su lugar, su madre seguiría recibiendo tratamiento para la rotura en su corazón y, también, se aseguraría de encontrar al culpable de la muerte de Li Jie para vengarse.

    Desde ese día, la vida de Ming Wei había cambiado. Sus pensamientos, sus ideologías, sus sentimientos y su naturaleza se comenzaron a encaminar para lograr sus objetivos, para hacer sus pasos sonar y, así, recordarles a todos en Shangqiu porqué había sido elegido él de entre todos los príncipes para suceder al anterior.

    Memoria 001
    Memoria 001 Valor. Honor. Prestigio. Alguna vez, hace mucho tiempo, esas eran las cualidades que el título de Príncipe heredero significaban para él. Donde quiera que su hermano mayor caminara, los ojos de las personas le seguían inmediatamente, parecían polillas atraídas por los faroles de media noche, dispuestas morir en las llamas si así lo deseaba. Li Jie era completa perfección, un chico que realmente había nacido para ser príncipe heredero y que, desde el momento en que vistiera las túnicas representativas, parecía ser la elección más amada de los dioses. Ming Wei siempre le había mirado con admiración. En sus ojos, a diferencia de sus demás hermanos de padre, jamás se notaba la avaricia y la codicia de ese título, siempre era la admiración y la devoción quienes permeaban sus ojos y su voz al hablar con Li Jie sobre el futuro. Su hermano era diligente, visionario y dedicado completamente a sus labores como príncipe heredero; era fuerte, era bravo y era valiente, digno de portar en su uniforme el emblema del dragón de tres garras o el valiente león del clan Qiang. Sin duda, parecía que las prendas de habían confeccionado exclusivamente para él. La primera vez que Ming estuvo delante de la túnica, tras largos meses de luto por la muerte del príncipe heredero, sintió que no la merecía. A pesar de que esa hubiese sido la última voluntad de su hermano, en su agonizante lecho de muerte, no se sentía con la capacidad de afrontar un desafío de esa magnitud. No cuando sentía que estaba rodeado de lobos hambrientos dispuestos a saltarle encima para destazarlo, pero detrás de todos ellos estaba el peor: Ese tigre viejo que le observaba con intención de ser el primero, además del único, de abalanzarse sobre de él para arrancarle el cuello. Desde el primer instante que se colocó las túnicas, Ming Wei sintió que la magia de su infancia se había perdido. Las palabras de antaño ya no tenían el mismo significado, ya no sentía que le mirasen por voluntad propia como a su hermano, creía que todos los ojos estaban puestos sobre de él para asegurarse de estar ahí en el momento que pisara un madero y cayera al abismo. Porque sus pasos eran capaces de acelerar las lenguas en Shangqiu, pues un centenar de rumores salían a la luz cada vez que se ganaba el favor del rey. No fue hasta que levantó la cabeza, comprendiendo la importancia de su posición y su prevalencia en ella, que las palabras volvieron a cambiar en su mente. Se había dejado aplastar tanto tiempo por su propia inseguridad, que se había convertido en una marioneta más de la Reina Madre y de los ministros, era un príncipe heredero cuya cabeza estaba debajo de una espada que pendía de un hilo. Respeto. Autoridad. Poder. El príncipe heredero tenía derecho a todo. Podía hacer lo que deseara acorde a las reglas del Clan y del Rey, podía poner de cabeza el palacio o los salones si lo deseaba, podía levantar su voz por encima de las demás y solo callar cuando el rey hablara. Si tenía tanta libertad, entonces, ¿por qué iba a dejarse vencer? ¿Por qué tenía que agacharse ante los demás si él estaba por encima de todos? Mientras que él viviera en esa posición, su cabeza y la de sus hermanos menores se mantendría en su lugar, su madre seguiría recibiendo tratamiento para la rotura en su corazón y, también, se aseguraría de encontrar al culpable de la muerte de Li Jie para vengarse. Desde ese día, la vida de Ming Wei había cambiado. Sus pensamientos, sus ideologías, sus sentimientos y su naturaleza se comenzaron a encaminar para lograr sus objetivos, para hacer sus pasos sonar y, así, recordarles a todos en Shangqiu porqué había sido elegido él de entre todos los príncipes para suceder al anterior. Memoria 001
    Me encocora
    Me gusta
    3
    0 turnos 0 maullidos 730 vistas
  • ℌ𝔦𝔡𝔢 𝔞𝔫𝔡 𝔖𝔢𝔢𝔨 (c/Calamitus)
    Categoría Acción
    ㅤCurioso rumor circulaba de boca en boca estos últimos días, moviéndose entre susurros deformados del bajo mundo dónde las atrocidades más grandes se mostraban orgullosas, pero por debajo de la mesa, las palabras que hablaban de él se movían con cautela, como si mencionarlo estuviera prohibido, como si el que lo supiera estuviera condenado.

    ㅤPor los bosques cercanos los no muertos por la noche merodeaban, almas que no encontraban su descanso se alimentaban de aquellos que temían a lo que en la oscuridad acechaba. Marionetas fúnebres y almas que se deslizaban llenas con resentimiento dejando una estela de aroma fétido a su paso, listos para abalanzarse contra el primer desafortunado que perdía los pasos a casa, así habían sido los últimos cien años, tierra de muertos que los dioses no deseaban tocar, pues era mejor tenerlos allí que dispersar fantasmas y espíritus a una ciudad que había perdido la habilidad de lidiar con ellos en los últimos dos milenios.

    ㅤPero los rumores no iban de las criaturas nocturnas que allí eran olvidadas, iba más bien de lo que se había descubierto hace poco tiempo, aquello que nadie sabía desde hace cuánto había estado sucediendo, pero sin duda cuando las cosas se dieron a conocer, más de un cuerpo tembló en su lugar.

    ㅤ¿Cómo podría explicarlo?¿Quién podría explicarlo? Las voces que llegaban eran bajas y temblorosas, pero lo que Lixue había escuchado era algo parecido a un mito, pues las palabras no eran claras pero rezaban sobre cómo aquello que habitaba en las penumbras eran aterrorizados por algo más grande, más peligroso que la propia muerte. Todas las historias iniciaban con el relato de un joven extranjero, que perdido en altas horas de la madrugada decidió usar el bosque como su atajo, escéptico de las leyendas, no creía en fantasmas, pero a medio camino algo lo interceptó, espíritus furiosos que se atravesaron en su camino, decapitados y descorazonados, fantasmas que parecieron morir en formas horribles querían unir al muchacho a aquel desafortunado grupo, pero tal como aparecieron, tal se desvanecieron, el joven suspiró aliviado, pero aquel aliento fue devuelto y contenido en su pecho junto con cada latido de su corazón… Aquí es dónde la historia varía y las voces se desaniman.

    ㅤAlgunos dicen que el joven salió de aquel bosque gritando aterrado, diciendo que había una criatura de cinco metros que quiso devorarlo, otros dicen que fue arrojado de entre los árboles y que entre las oscuridad de aquel lugar unos ojos rojos los observaban desde unos respetables tres metros. Muchos especulan de que se trata, ¿un demonio?¿Una criatura mágica?¿un hombre lobo? Sea lo que sea, ahora estaba en los musitos de todos, esa criatura que era capaz de espantar a aquellos que no tienen miedo, de ahuyentar la muerte y atravesar la oscuridad.

    ㅤTodos querían saber qué era pero nadie se atrevía a entrar a aquel lugar.

    ㅤO casi nadie.

    ㅤEn aquel bajo lugar, una figura parecía no pertenecer a aquel mundo. Una joven de cabello negro recogido en un peinado de corona poseía un aspecto fino y delicado, con una tez blanquecina que contrastaba elegante con el abanico negro en su mano. Parecía una muñeca de porcelana ajena a todo lo que ocurría a su alrededor. Pero aunque su vista no se levantaba de la copa de vino tinto, escuchaba con atención cada palabra, cada detalle, sonriendo en sus adentros.

    ㅤLixue… o debería decir, Yingzi, era una reconocida cazadora del mercado negro (no un mercado negro común, por supuesto, ella estaba aún más bajo de que eso) esperando con paciencia la llegada de un cliente, pero aunque se aproximaba un trabajo que dejaría una de sus mayores ganancias, no podía no pensar en la revelación que ante sus oídos ahora se develaba. ¿A qué criatura estarán haciendo referencia todos los cazafortunas de aquel espantoso lugar?

    ㅤFinalmente, al frente suyo, un hombre vestido de negro con ojos agraviados se presentó llegando por parte de Lixue, quién se suponia era su socio. El trabajo era sencillo, pero coincidentemente le llevaría al bosque de pesadilla, el pago sería doble ya que nadie dentro del negocio deseaba inmiscuir sus asuntos en aquel lugar, pero como Lixue pregaba con tanta facilidad, si el precio es justo, no hay tarea que no se pueda llevar a cabo y por supuesto, ahora tenía una excusa para adentrarse en lo profundo, fingiendo que tenía una asunto pendiente además de la curiosidad por aquella bestia.

    ㅤYingzi sonrió y tomó el pago asegurando que esa misma noche iniciaría su labor, levantándose despreocupada de la mesa, saludó y se retiró dejando aquel par de ojos, ahora atónitos detrás. No solo era la curiosidad la que le impulsaba a adelantar el plazo, saber que algo grande le esperaba en las sombras, algo que representaba un posible gran ingreso en su futuro provocaba que se mordiera el labio ante la impaciencia y expectativa.

    ㅤSolo eran cuarenta minutos hasta las afueras, y en todo ese tiempo el camino pareció alargarse hasta la eternidad, lograba divisar los árboles a lo lejos pero parecía nunca llegar a ellos.

    ㅤFinalmente, el aire pesaba y aquella sensación quería absorberla hasta lo más profundo, hasta el corazón de aquel lugar. Los vehículos no llegaban hasta allí, los hombres pasaban kilómetros lejos de aquella zona, pero LiXue había aprendido la discreción y aunque el espíritu de aquel zorro era de utilidad, pues poder adoptar otra forma era una ventaja en sus negocios, aún se colocó una máscara de zorro que cubría la mayor parte de su rostro.

    ㅤEl vestido no era el adecuado ni el usual para la ocasión, aún así creía que no sería molestia aunque al adentrarse algunas ramas se atoraran en la inflada falda.

    ㅤEl silencio reinaba en el lugar, para nada lo habitual según lo que recordaba, los lamentos que en cada ocasión rondaban por el lugar esta vez se hacían notables gracias a su ausencia, el olor de las ánimas tampoco se infiltraba por su desarrollado olfato que podría distinguir a una persona en un kilómetro. Sin dudas algo había cambiado, pero lejos de alterarle, robó de sus labios una sonrisa, ¿En serio los muertos se ocultaban por miedo a algo más grande?

    ㅤEn silencio y con agilidad trepó a un árbol quedando a lo que lucian aproximadamente tres metros de altura, la visión mejoraba pero aún así su objetivo no estaba a la vista, y esa otra cosa tampoco; aunque si lo pensaba bien, no sabía ni siquiera como se veía.

    ㅤCon un talismán de contención en una mano, arrojó una cerilla encendida al suelo antes de materializar una daga mediana en su diestra libre. El suelo debajo empezaba a arder, la llama inicial era especial, alimentado con la energía de un núcleo de fuego era el cebo perfecto para las criaturas hambrientas de calor espiritual, o en su defecto, lo que sea que habitara ese lugar tendría que apresurarse si no deseaba que su hogar se redujera a cenizas. Sea cuál sea, LiXue miraba hacía abajo, con su figura oculta en las sombras, esperando con paciencia y expectativa el desarrollo de esta noche.

    Yan Zhan Xie
    ㅤCurioso rumor circulaba de boca en boca estos últimos días, moviéndose entre susurros deformados del bajo mundo dónde las atrocidades más grandes se mostraban orgullosas, pero por debajo de la mesa, las palabras que hablaban de él se movían con cautela, como si mencionarlo estuviera prohibido, como si el que lo supiera estuviera condenado. ㅤPor los bosques cercanos los no muertos por la noche merodeaban, almas que no encontraban su descanso se alimentaban de aquellos que temían a lo que en la oscuridad acechaba. Marionetas fúnebres y almas que se deslizaban llenas con resentimiento dejando una estela de aroma fétido a su paso, listos para abalanzarse contra el primer desafortunado que perdía los pasos a casa, así habían sido los últimos cien años, tierra de muertos que los dioses no deseaban tocar, pues era mejor tenerlos allí que dispersar fantasmas y espíritus a una ciudad que había perdido la habilidad de lidiar con ellos en los últimos dos milenios. ㅤPero los rumores no iban de las criaturas nocturnas que allí eran olvidadas, iba más bien de lo que se había descubierto hace poco tiempo, aquello que nadie sabía desde hace cuánto había estado sucediendo, pero sin duda cuando las cosas se dieron a conocer, más de un cuerpo tembló en su lugar. ㅤ¿Cómo podría explicarlo?¿Quién podría explicarlo? Las voces que llegaban eran bajas y temblorosas, pero lo que Lixue había escuchado era algo parecido a un mito, pues las palabras no eran claras pero rezaban sobre cómo aquello que habitaba en las penumbras eran aterrorizados por algo más grande, más peligroso que la propia muerte. Todas las historias iniciaban con el relato de un joven extranjero, que perdido en altas horas de la madrugada decidió usar el bosque como su atajo, escéptico de las leyendas, no creía en fantasmas, pero a medio camino algo lo interceptó, espíritus furiosos que se atravesaron en su camino, decapitados y descorazonados, fantasmas que parecieron morir en formas horribles querían unir al muchacho a aquel desafortunado grupo, pero tal como aparecieron, tal se desvanecieron, el joven suspiró aliviado, pero aquel aliento fue devuelto y contenido en su pecho junto con cada latido de su corazón… Aquí es dónde la historia varía y las voces se desaniman. ㅤAlgunos dicen que el joven salió de aquel bosque gritando aterrado, diciendo que había una criatura de cinco metros que quiso devorarlo, otros dicen que fue arrojado de entre los árboles y que entre las oscuridad de aquel lugar unos ojos rojos los observaban desde unos respetables tres metros. Muchos especulan de que se trata, ¿un demonio?¿Una criatura mágica?¿un hombre lobo? Sea lo que sea, ahora estaba en los musitos de todos, esa criatura que era capaz de espantar a aquellos que no tienen miedo, de ahuyentar la muerte y atravesar la oscuridad. ㅤTodos querían saber qué era pero nadie se atrevía a entrar a aquel lugar. ㅤO casi nadie. ㅤEn aquel bajo lugar, una figura parecía no pertenecer a aquel mundo. Una joven de cabello negro recogido en un peinado de corona poseía un aspecto fino y delicado, con una tez blanquecina que contrastaba elegante con el abanico negro en su mano. Parecía una muñeca de porcelana ajena a todo lo que ocurría a su alrededor. Pero aunque su vista no se levantaba de la copa de vino tinto, escuchaba con atención cada palabra, cada detalle, sonriendo en sus adentros. ㅤLixue… o debería decir, Yingzi, era una reconocida cazadora del mercado negro (no un mercado negro común, por supuesto, ella estaba aún más bajo de que eso) esperando con paciencia la llegada de un cliente, pero aunque se aproximaba un trabajo que dejaría una de sus mayores ganancias, no podía no pensar en la revelación que ante sus oídos ahora se develaba. ¿A qué criatura estarán haciendo referencia todos los cazafortunas de aquel espantoso lugar? ㅤFinalmente, al frente suyo, un hombre vestido de negro con ojos agraviados se presentó llegando por parte de Lixue, quién se suponia era su socio. El trabajo era sencillo, pero coincidentemente le llevaría al bosque de pesadilla, el pago sería doble ya que nadie dentro del negocio deseaba inmiscuir sus asuntos en aquel lugar, pero como Lixue pregaba con tanta facilidad, si el precio es justo, no hay tarea que no se pueda llevar a cabo y por supuesto, ahora tenía una excusa para adentrarse en lo profundo, fingiendo que tenía una asunto pendiente además de la curiosidad por aquella bestia. ㅤYingzi sonrió y tomó el pago asegurando que esa misma noche iniciaría su labor, levantándose despreocupada de la mesa, saludó y se retiró dejando aquel par de ojos, ahora atónitos detrás. No solo era la curiosidad la que le impulsaba a adelantar el plazo, saber que algo grande le esperaba en las sombras, algo que representaba un posible gran ingreso en su futuro provocaba que se mordiera el labio ante la impaciencia y expectativa. ㅤSolo eran cuarenta minutos hasta las afueras, y en todo ese tiempo el camino pareció alargarse hasta la eternidad, lograba divisar los árboles a lo lejos pero parecía nunca llegar a ellos. ㅤFinalmente, el aire pesaba y aquella sensación quería absorberla hasta lo más profundo, hasta el corazón de aquel lugar. Los vehículos no llegaban hasta allí, los hombres pasaban kilómetros lejos de aquella zona, pero LiXue había aprendido la discreción y aunque el espíritu de aquel zorro era de utilidad, pues poder adoptar otra forma era una ventaja en sus negocios, aún se colocó una máscara de zorro que cubría la mayor parte de su rostro. ㅤEl vestido no era el adecuado ni el usual para la ocasión, aún así creía que no sería molestia aunque al adentrarse algunas ramas se atoraran en la inflada falda. ㅤEl silencio reinaba en el lugar, para nada lo habitual según lo que recordaba, los lamentos que en cada ocasión rondaban por el lugar esta vez se hacían notables gracias a su ausencia, el olor de las ánimas tampoco se infiltraba por su desarrollado olfato que podría distinguir a una persona en un kilómetro. Sin dudas algo había cambiado, pero lejos de alterarle, robó de sus labios una sonrisa, ¿En serio los muertos se ocultaban por miedo a algo más grande? ㅤEn silencio y con agilidad trepó a un árbol quedando a lo que lucian aproximadamente tres metros de altura, la visión mejoraba pero aún así su objetivo no estaba a la vista, y esa otra cosa tampoco; aunque si lo pensaba bien, no sabía ni siquiera como se veía. ㅤCon un talismán de contención en una mano, arrojó una cerilla encendida al suelo antes de materializar una daga mediana en su diestra libre. El suelo debajo empezaba a arder, la llama inicial era especial, alimentado con la energía de un núcleo de fuego era el cebo perfecto para las criaturas hambrientas de calor espiritual, o en su defecto, lo que sea que habitara ese lugar tendría que apresurarse si no deseaba que su hogar se redujera a cenizas. Sea cuál sea, LiXue miraba hacía abajo, con su figura oculta en las sombras, esperando con paciencia y expectativa el desarrollo de esta noche. [legend_malachite_lobster_769]
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    3
    0 turnos 0 maullidos 1360 vistas
  • Lo mejor de este lugar es cómo nadie me molesta o me interroga.
    Es como si todos fueran marionetas y solo yo una persona real. —
    Lo mejor de este lugar es cómo nadie me molesta o me interroga. Es como si todos fueran marionetas y solo yo una persona real. —
    Me gusta
    1
    0 turnos 0 maullidos 245 vistas
Ver más resultados
Patrocinados