• Alexa recordaba a la perfección las historias que su abuela le contaba cuando era niña cada vez que visitaba su casa, le resultaba imposible separarse de ella. Su abuela era una mujer hermosa, con cabello platinado y ojos de un azul profundo. Siempre, antes de dormir, le relataba las leyendas de su pueblo. Para los humanos, quizá eran simples cuentos de hadas; otros podrían pensar que eran fantasías, mitos o leyendas. Pero para la gente de Alexa, esas historias eran el pilar de todo lo que creían. Su abuela le hablaba de los dioses, pero sus favoritas siempre eran las leyendas sobre la diosa de la luna.

    En el pueblo, la conocían como la guardiana de las escrituras sagradas, y sus padres siempre decían que era la mejor sanadora de la aldea. Alexa, en ese entonces, no comprendía la posición social de su familia ni sabía que formaban parte de la nobleza del reino fae. Para ella, su abuela era simplemente la mujer más divertida e inteligente del mundo. Aunque solo era una niña de cuatro o cinco años, con el tiempo entendió que aquellas palabras no eran simples historias para dormir, cada palabra cobró significado y se reveló como una verdad indiscutible.

    Cuando su abuela hablaba, parecía recitar las historias directamente de un libro que llevaba en su mente. En alguna ocasión, Alexa visitó la biblioteca de su hogar, llena de libros en miles de idiomas, de diferentes culturas, todos hablando sobre los mismos dioses, aunque con diferentes nombres. Aún recordaba la historia favorita de su abuela, que también se convirtió en su preferida. La primera vez que se la contó fue cuando Alexa llegó llorando a casa porque unos niños, hijos de otros nobles, le dijeron que su cabello blanco y su piel pálida eran horribles. Alexa, desesperada, suplicó a su abuela que cambiara su cabello, que ya no quería tenerlo blanco, la mujer la sentó en su regazo, acariciando su cabello con ternura. Con una voz llena de amor, le explicó que su apariencia era una bendición de la madre luna, tomó un libro de portada azul con grabados plateados, cuyas ilustraciones parecían mágicas, como si las fases lunares y la silueta de una bella mujer se movieran. El libro, claramente viejo y valioso, estaba lleno de notas, recortes, dibujos e imágenes. En sus primeras páginas, estaba escrita una historia sobre la creación del mundo. Su abuela comenzó a leer:

    "Verás, mi niña, al principio todo era vacío, pero de repente surgió la luz, la vida, la creación. Sin embargo, todo debe tener equilibrio, así que junto a ellos nació la oscuridad, la muerte y la destrucción. Hermanos de una misma energía, se convirtieron en seres de infinito poder. Juntos, crearon cada cosa que existe en el mundo: el cielo, nacido de la luz y la oscuridad; la tierra, el mar, los animales, todos creados por la vida y destinados a la muerte cuando llegara su momento. Los años pasaron, y nuevas deidades nacieron, uniéndose al resto. El cielo tuvo tres hijos a quienes les dieron sus propias tareas: el sol, la luna y las estrellas. Selene, hija del cielo y diosa de la luna, encargada de velar por las noches, vio cómo los humanos comenzaron a rendirle culto y los bendijo con habilidades mágicas, naciendo así las hadas y elfos de luna. Un día, al descender a la tierra y ver que carecían de guía y protección, decidió darles una parte de ella, enviando a sus hijos con la misión de guiar, proteger y cuidar al pueblo de la luna. Con habilidades superiores, de cabello platinado, ojos azules y piel blanca como la nieve, eran inconfundibles entre otros seguidores de la luna. Como todos los hijos de dioses, se unieron a mortales, dando lugar al linaje de la luna. Pero solo algunos fueron bendecidos con las habilidades y características físicas de la diosa; a estos se les llamó hijos de la luna. Algunos creen que los dioses unen las almas de unos pocos elegidos para encontrarse en la tierra. No era de extrañar que siempre dos hijos de la luna terminaran enamorados, enviados del cielo y elegidos por la madre luna para estar juntos, con un amor inquebrantable y puro, capaz de vencer cualquier adversidad."

    Al terminar la historia, Alexa quedó fascinada. Su abuela, entonces, la miró con seriedad y le dijo con firmeza: "Jamás reniegues de tu aspecto, cariño. Es una bendición. Nuestra madre te eligió como una digna hija suya y te bendijo con habilidades inigualables. Viniste a este mundo con un propósito, una misión, y quién sabe, tal vez también te eligió un compañero."

    Esa historia se la repitió tantas veces que Alexa comenzó a anhelar descubrir cuál sería la misión que la madre luna tenía reservada para ella. Jamás pensó que dicha misión la llevaría a la mayor batalla que los siete reinos habían presenciado jamás, y que el hombre al que tendría que enfrentarse sería, nada más y nada menos, que el compañero que la luna había elegido para ella.

    Alexa recordaba a la perfección las historias que su abuela le contaba cuando era niña cada vez que visitaba su casa, le resultaba imposible separarse de ella. Su abuela era una mujer hermosa, con cabello platinado y ojos de un azul profundo. Siempre, antes de dormir, le relataba las leyendas de su pueblo. Para los humanos, quizá eran simples cuentos de hadas; otros podrían pensar que eran fantasías, mitos o leyendas. Pero para la gente de Alexa, esas historias eran el pilar de todo lo que creían. Su abuela le hablaba de los dioses, pero sus favoritas siempre eran las leyendas sobre la diosa de la luna. En el pueblo, la conocían como la guardiana de las escrituras sagradas, y sus padres siempre decían que era la mejor sanadora de la aldea. Alexa, en ese entonces, no comprendía la posición social de su familia ni sabía que formaban parte de la nobleza del reino fae. Para ella, su abuela era simplemente la mujer más divertida e inteligente del mundo. Aunque solo era una niña de cuatro o cinco años, con el tiempo entendió que aquellas palabras no eran simples historias para dormir, cada palabra cobró significado y se reveló como una verdad indiscutible. Cuando su abuela hablaba, parecía recitar las historias directamente de un libro que llevaba en su mente. En alguna ocasión, Alexa visitó la biblioteca de su hogar, llena de libros en miles de idiomas, de diferentes culturas, todos hablando sobre los mismos dioses, aunque con diferentes nombres. Aún recordaba la historia favorita de su abuela, que también se convirtió en su preferida. La primera vez que se la contó fue cuando Alexa llegó llorando a casa porque unos niños, hijos de otros nobles, le dijeron que su cabello blanco y su piel pálida eran horribles. Alexa, desesperada, suplicó a su abuela que cambiara su cabello, que ya no quería tenerlo blanco, la mujer la sentó en su regazo, acariciando su cabello con ternura. Con una voz llena de amor, le explicó que su apariencia era una bendición de la madre luna, tomó un libro de portada azul con grabados plateados, cuyas ilustraciones parecían mágicas, como si las fases lunares y la silueta de una bella mujer se movieran. El libro, claramente viejo y valioso, estaba lleno de notas, recortes, dibujos e imágenes. En sus primeras páginas, estaba escrita una historia sobre la creación del mundo. Su abuela comenzó a leer: "Verás, mi niña, al principio todo era vacío, pero de repente surgió la luz, la vida, la creación. Sin embargo, todo debe tener equilibrio, así que junto a ellos nació la oscuridad, la muerte y la destrucción. Hermanos de una misma energía, se convirtieron en seres de infinito poder. Juntos, crearon cada cosa que existe en el mundo: el cielo, nacido de la luz y la oscuridad; la tierra, el mar, los animales, todos creados por la vida y destinados a la muerte cuando llegara su momento. Los años pasaron, y nuevas deidades nacieron, uniéndose al resto. El cielo tuvo tres hijos a quienes les dieron sus propias tareas: el sol, la luna y las estrellas. Selene, hija del cielo y diosa de la luna, encargada de velar por las noches, vio cómo los humanos comenzaron a rendirle culto y los bendijo con habilidades mágicas, naciendo así las hadas y elfos de luna. Un día, al descender a la tierra y ver que carecían de guía y protección, decidió darles una parte de ella, enviando a sus hijos con la misión de guiar, proteger y cuidar al pueblo de la luna. Con habilidades superiores, de cabello platinado, ojos azules y piel blanca como la nieve, eran inconfundibles entre otros seguidores de la luna. Como todos los hijos de dioses, se unieron a mortales, dando lugar al linaje de la luna. Pero solo algunos fueron bendecidos con las habilidades y características físicas de la diosa; a estos se les llamó hijos de la luna. Algunos creen que los dioses unen las almas de unos pocos elegidos para encontrarse en la tierra. No era de extrañar que siempre dos hijos de la luna terminaran enamorados, enviados del cielo y elegidos por la madre luna para estar juntos, con un amor inquebrantable y puro, capaz de vencer cualquier adversidad." Al terminar la historia, Alexa quedó fascinada. Su abuela, entonces, la miró con seriedad y le dijo con firmeza: "Jamás reniegues de tu aspecto, cariño. Es una bendición. Nuestra madre te eligió como una digna hija suya y te bendijo con habilidades inigualables. Viniste a este mundo con un propósito, una misión, y quién sabe, tal vez también te eligió un compañero." Esa historia se la repitió tantas veces que Alexa comenzó a anhelar descubrir cuál sería la misión que la madre luna tenía reservada para ella. Jamás pensó que dicha misión la llevaría a la mayor batalla que los siete reinos habían presenciado jamás, y que el hombre al que tendría que enfrentarse sería, nada más y nada menos, que el compañero que la luna había elegido para ella.
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  • Yae acostumbre a no dormir, aunque los elfos no necesitamos dormir..

    *Se fue a caminar por la calles vacías, aprovechando el silencio de la noche.*
    Yae acostumbre a no dormir, aunque los elfos no necesitamos dormir.. *Se fue a caminar por la calles vacías, aprovechando el silencio de la noche.*
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  • Era ya entrada la tarde, el sol se había ocultado dejando paso a la calma de la noche, el sonido calmado del bosque rodeaba a Adriana quien para variar había salido a hurtadillas del palacio sin escolta, aun cuando su hermano lo había prohibido por su seguridad.

    Dentro de la joven rubia siempre había vivido una extraña fuerza vital que la mantenía conectada a la naturaleza, no todos lo podían sentir, sin embargo su necesidad por estar rodeada de animales o plantas antes que de humanos o elfos eran la clara muestra del extraño poder de Adriana.

    La joven camino por el sendero del bosque cercano al castillo, no se alejaría demasiado tampoco era temeraria, se atrevía a decir que era algo miedosa, con suavidad descalzo sus pies llegando al lugar que ella ansiaba encontrar. Un enorme sauce llorón que caía en una cortina de hojas al rededor de su tronco.

    Aquel árbol era ancestral y un símbolo del reino pues había sobrevivido aun tras el ataque de los elfos oscuros al castillo años atrás e inexplicablemente Adriana siempre había sentido una extraña y fuerte conexión con aquel árbol, como si sus vidas estuvieran entretejidas.

    Se adentro en aquel pequeño recinto de naturaleza, solo las hojas del árbol cayendo con suavidad siendo llevadas por el viento, camino por el suave césped hasta llegar al tronco del árbol donde se dejo caer suavemente cerrando los ojos para relajarse sin ser consiente que la inocente magia de la joven elfo de tierra atraería a las luciérnagas cercanas que revolotearon a s alrededor disfrutando de la pureza de la magia de la joven.

    Era ya entrada la tarde, el sol se había ocultado dejando paso a la calma de la noche, el sonido calmado del bosque rodeaba a Adriana quien para variar había salido a hurtadillas del palacio sin escolta, aun cuando su hermano lo había prohibido por su seguridad. Dentro de la joven rubia siempre había vivido una extraña fuerza vital que la mantenía conectada a la naturaleza, no todos lo podían sentir, sin embargo su necesidad por estar rodeada de animales o plantas antes que de humanos o elfos eran la clara muestra del extraño poder de Adriana. La joven camino por el sendero del bosque cercano al castillo, no se alejaría demasiado tampoco era temeraria, se atrevía a decir que era algo miedosa, con suavidad descalzo sus pies llegando al lugar que ella ansiaba encontrar. Un enorme sauce llorón que caía en una cortina de hojas al rededor de su tronco. Aquel árbol era ancestral y un símbolo del reino pues había sobrevivido aun tras el ataque de los elfos oscuros al castillo años atrás e inexplicablemente Adriana siempre había sentido una extraña y fuerte conexión con aquel árbol, como si sus vidas estuvieran entretejidas. Se adentro en aquel pequeño recinto de naturaleza, solo las hojas del árbol cayendo con suavidad siendo llevadas por el viento, camino por el suave césped hasta llegar al tronco del árbol donde se dejo caer suavemente cerrando los ojos para relajarse sin ser consiente que la inocente magia de la joven elfo de tierra atraería a las luciérnagas cercanas que revolotearon a s alrededor disfrutando de la pureza de la magia de la joven.
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  • Que extraño, Ilnara no esta ¿acaso se habrá escapado con uno de los elfos extraños que conoció en la reunión hace unos días?

    Ugh, que desagradable imaginar que se fue con uno de esos estirados.
    Que extraño, Ilnara no esta ¿acaso se habrá escapado con uno de los elfos extraños que conoció en la reunión hace unos días? Ugh, que desagradable imaginar que se fue con uno de esos estirados.
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  • Por primera vez en muchos años hoy por fin recibí una invitación a reunirme con otros elfos, hablar del futuro, posibles guerras, conflictos e inversiones.
    Ahora que tengo aliados se me ha considerado.★

    Creo que me veo bonita, me siento bonita ♥
    Por primera vez en muchos años hoy por fin recibí una invitación a reunirme con otros elfos, hablar del futuro, posibles guerras, conflictos e inversiones. Ahora que tengo aliados se me ha considerado.★ Creo que me veo bonita, me siento bonita ♥
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  • -Por favor ten cuidado amor mío...

    Dijo con los ojos ligeramente vidriosos, era la primera ves desde que se conocen que se separarían tantos días, el le había dicho que solo seria una semana a mas tardar, sin embargo su cuñada a escondidas le confeso que podrían ser incluso 12 o 16 días, acomodo en el brazo aquel brazalete que ella le había tejido con su propio cabello tras haberse vuelto novios, lo apretó bien y le añadió un pequeño dije de botella que su hermano le había ayudado a conseguir el cual relleno con diferente plantas esperando que el amuleto lo protegiera, además los demás elfos lo reconocerían como que el joven tenia una pareja.

    -Quiero que vuelvas en una pieza, tan cual donde esta todo, sin un rasguño... Entendido?


    ||Despedida antes del viaje con Alexa

    Daniel Selene
    -Por favor ten cuidado amor mío... Dijo con los ojos ligeramente vidriosos, era la primera ves desde que se conocen que se separarían tantos días, el le había dicho que solo seria una semana a mas tardar, sin embargo su cuñada a escondidas le confeso que podrían ser incluso 12 o 16 días, acomodo en el brazo aquel brazalete que ella le había tejido con su propio cabello tras haberse vuelto novios, lo apretó bien y le añadió un pequeño dije de botella que su hermano le había ayudado a conseguir el cual relleno con diferente plantas esperando que el amuleto lo protegiera, además los demás elfos lo reconocerían como que el joven tenia una pareja. -Quiero que vuelvas en una pieza, tan cual donde esta todo, sin un rasguño... Entendido? ||Despedida antes del viaje con Alexa [hijo_de_la_luna]
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  • ~{Los Hilos Del Destino}~

    En el mundo moderno, Apolo, conocido como Alex Delos, sigue su labor como visionario y guía, equilibrando tecnología y arte en su empresa llamada Helios Innovations. Sin embargo, el destino tiene otros planes para él. Las Moiras, las diosas del destino, han comenzado a intervenir en los hilos de su vida, tejiendo una trama que pondrá a prueba su poder y su voluntad.


    El Encuentro Inesperado

    Todo comienza cuando Apolo empieza a tener visiones fragmentadas de un futuro incierto. En sus sueños, ve a las Moiras—Cloto, Láquesis y Átropos—sentadas en torno a un telar cósmico. Cada noche, las visiones se vuelven más claras: las Moiras están manipulando los hilos de su destino, intentando alterar su camino.

    Una noche, mientras medita en el Templo de la Luz en Delos, Apolo siente una presencia poderosa. Las sombras se alargan y las tres diosas aparecen ante él.

    Cloto: “Apolo, tus acciones en el mundo de los mortales han perturbado el equilibrio del destino.”

    Láquesis: “Has desafiado los designios escritos, alterando el curso de la humanidad con tu luz y tu conocimiento.”

    Átropos: “Ahora, debemos intervenir para asegurarnos de que el equilibrio sea restaurado.”

    El Dilema del Destino

    Apolo, desafiante, les responde que su misión siempre ha sido iluminar a la humanidad, no dictar su destino. Sin embargo, las Moiras advierten que sus intervenciones están alterando el tejido del tiempo, creando posibilidades que no deberían existir. Le ofrecen un ultimátum: renunciar a su influencia en el mundo mortal o enfrentar las consecuencias de un destino impredecible.

    Apolo, determinado a proteger a la humanidad y su legado, decide enfrentarse a las Moiras. Sabe que no puede cambiar el destino directamente, pero sí puede influir en cómo se desarrolla.

    La Búsqueda de los Hilos Perdidos

    Para desafiar a las Moiras, Apolo debe encontrar tres hilos dorados ocultos en diferentes rincones del mundo, cada uno representando una parte esencial de su ser: su pasado, su presente, y su futuro. Con la ayuda de sus aliados en Helios Innovations, comienza una búsqueda que lo llevará a lugares antiguos, llenos de secretos olvidados.

    Cada hilo está protegido por pruebas que desafían sus convicciones:
    • El Hilo del Pasado: En el santuario de Delfos, Apolo enfrenta visiones de sus errores y pérdidas, incluidas las sombras de sus amores pasados. Debe aceptarlos para recuperar el hilo.
    • El Hilo del Presente: En la ciudad de Atenas, debe resolver un enigma que involucra la conexión entre la tecnología y la naturaleza, demostrando que puede equilibrar ambos mundos sin destruir el destino.
    • El Hilo del Futuro: En una cueva oculta en Creta, Apolo confronta una visión de un mundo sin su luz, donde la oscuridad domina. Para reclamar el hilo, debe reafirmar su propósito y su fe en la humanidad.

    El Confrontación Final

    Con los tres hilos dorados en su poder, Apolo regresa a Delos para enfrentar a las Moiras. Las diosas están impresionadas por su determinación, pero no convencidas. Le ofrecen una última prueba: entrelazar los hilos en el telar cósmico sin romper el equilibrio del destino.

    Apolo, guiado por su sabiduría y su amor por los mortales, teje cuidadosamente los hilos, creando un patrón que permite tanto la libertad como la inevitabilidad del destino. Al finalizar, las Moiras lo observan en silencio, antes de otorgarle su bendición.

    Cloto: “Has demostrado que incluso el destino puede ser moldeado sin romperse.”

    Láquesis: “Tu luz puede coexistir con los designios escritos.”

    Átropos: “Continúa tu camino, Apolo, pero recuerda siempre que el destino es un lienzo frágil.”

    El Nuevo Amanecer

    Con la aprobación de las Moiras, Apolo retoma su vida en la Tierra, más consciente de la delicada danza entre el destino y la libre voluntad. Helios Innovations florece como un faro de inspiración, y Apolo, como Alex Delos, sigue guiando a la humanidad con su luz, sabiendo que su lugar en el telar del destino está seguro, al menos por ahora.

    ~{Los Hilos Del Destino}~ En el mundo moderno, Apolo, conocido como Alex Delos, sigue su labor como visionario y guía, equilibrando tecnología y arte en su empresa llamada Helios Innovations. Sin embargo, el destino tiene otros planes para él. Las Moiras, las diosas del destino, han comenzado a intervenir en los hilos de su vida, tejiendo una trama que pondrá a prueba su poder y su voluntad. El Encuentro Inesperado Todo comienza cuando Apolo empieza a tener visiones fragmentadas de un futuro incierto. En sus sueños, ve a las Moiras—Cloto, Láquesis y Átropos—sentadas en torno a un telar cósmico. Cada noche, las visiones se vuelven más claras: las Moiras están manipulando los hilos de su destino, intentando alterar su camino. Una noche, mientras medita en el Templo de la Luz en Delos, Apolo siente una presencia poderosa. Las sombras se alargan y las tres diosas aparecen ante él. Cloto: “Apolo, tus acciones en el mundo de los mortales han perturbado el equilibrio del destino.” Láquesis: “Has desafiado los designios escritos, alterando el curso de la humanidad con tu luz y tu conocimiento.” Átropos: “Ahora, debemos intervenir para asegurarnos de que el equilibrio sea restaurado.” El Dilema del Destino Apolo, desafiante, les responde que su misión siempre ha sido iluminar a la humanidad, no dictar su destino. Sin embargo, las Moiras advierten que sus intervenciones están alterando el tejido del tiempo, creando posibilidades que no deberían existir. Le ofrecen un ultimátum: renunciar a su influencia en el mundo mortal o enfrentar las consecuencias de un destino impredecible. Apolo, determinado a proteger a la humanidad y su legado, decide enfrentarse a las Moiras. Sabe que no puede cambiar el destino directamente, pero sí puede influir en cómo se desarrolla. La Búsqueda de los Hilos Perdidos Para desafiar a las Moiras, Apolo debe encontrar tres hilos dorados ocultos en diferentes rincones del mundo, cada uno representando una parte esencial de su ser: su pasado, su presente, y su futuro. Con la ayuda de sus aliados en Helios Innovations, comienza una búsqueda que lo llevará a lugares antiguos, llenos de secretos olvidados. Cada hilo está protegido por pruebas que desafían sus convicciones: • El Hilo del Pasado: En el santuario de Delfos, Apolo enfrenta visiones de sus errores y pérdidas, incluidas las sombras de sus amores pasados. Debe aceptarlos para recuperar el hilo. • El Hilo del Presente: En la ciudad de Atenas, debe resolver un enigma que involucra la conexión entre la tecnología y la naturaleza, demostrando que puede equilibrar ambos mundos sin destruir el destino. • El Hilo del Futuro: En una cueva oculta en Creta, Apolo confronta una visión de un mundo sin su luz, donde la oscuridad domina. Para reclamar el hilo, debe reafirmar su propósito y su fe en la humanidad. El Confrontación Final Con los tres hilos dorados en su poder, Apolo regresa a Delos para enfrentar a las Moiras. Las diosas están impresionadas por su determinación, pero no convencidas. Le ofrecen una última prueba: entrelazar los hilos en el telar cósmico sin romper el equilibrio del destino. Apolo, guiado por su sabiduría y su amor por los mortales, teje cuidadosamente los hilos, creando un patrón que permite tanto la libertad como la inevitabilidad del destino. Al finalizar, las Moiras lo observan en silencio, antes de otorgarle su bendición. Cloto: “Has demostrado que incluso el destino puede ser moldeado sin romperse.” Láquesis: “Tu luz puede coexistir con los designios escritos.” Átropos: “Continúa tu camino, Apolo, pero recuerda siempre que el destino es un lienzo frágil.” El Nuevo Amanecer Con la aprobación de las Moiras, Apolo retoma su vida en la Tierra, más consciente de la delicada danza entre el destino y la libre voluntad. Helios Innovations florece como un faro de inspiración, y Apolo, como Alex Delos, sigue guiando a la humanidad con su luz, sabiendo que su lugar en el telar del destino está seguro, al menos por ahora.
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  • — Que curiosa la separación de razas primarias... Humanos, elfos, demonios y angeles. Los elfon y humanos se pueden reproducir entre si, pero no con los demonios o angeles. Por otro lado los angeles y demonios se pueden reproducir entre si tambien.

    Tal ves se deba a que los demonios originalmente eran angeles que cayeron del cielo y que los elfos antes eran humanos que con su tiempo la sobrexposición a la magia los hizo evolucionar distinto
    — Que curiosa la separación de razas primarias... Humanos, elfos, demonios y angeles. Los elfon y humanos se pueden reproducir entre si, pero no con los demonios o angeles. Por otro lado los angeles y demonios se pueden reproducir entre si tambien. Tal ves se deba a que los demonios originalmente eran angeles que cayeron del cielo y que los elfos antes eran humanos que con su tiempo la sobrexposición a la magia los hizo evolucionar distinto
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  • * Está de paseo muy cerca de Delfos, donde los mortales veían ruinas, ella y cualquier dios griego, veía el templo dedicado a Apolo Al acercarse, ve emocionada a su hermano*

    ¡Apolo, hermano! ¿Qué tal estás?
    * Está de paseo muy cerca de Delfos, donde los mortales veían ruinas, ella y cualquier dios griego, veía el templo dedicado a [ApoloDiosGriego] Al acercarse, ve emocionada a su hermano* ¡Apolo, hermano! ¿Qué tal estás?
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    - Feliz navidad a todos, ojala esten como yo, tomando apenas ni comience la fiesta y comiendo unas galletitas para disfrutar esta hermosa noche. Al respecto como estoy vestida, voy vestida de elfo porque santa tiene pequeños elfos para ayudarlo en la navidad.

    Espero aue disfruten su velada ¡salud!
    - levanta muy alto su copa para después tragarse su contenido como si fuera agua -
    - Feliz navidad a todos, ojala esten como yo, tomando apenas ni comience la fiesta y comiendo unas galletitas para disfrutar esta hermosa noche. Al respecto como estoy vestida, voy vestida de elfo porque santa tiene pequeños elfos para ayudarlo en la navidad. Espero aue disfruten su velada ¡salud! - levanta muy alto su copa para después tragarse su contenido como si fuera agua -
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