• —Le manda un Whatsapp a su chica favorita ᴍᴀʟʟᴏʀʏ ɢʀᴇᴇɴᴇ , prefería ser prudente y no llamarla por si estaba en la biblioteca o en medio de clase.

    : Fiesta esta noche en Andromeda. Disfrázate, que la noche promete.

    … además, quiero verte… distinta. Menos… estudiosa
    —Le manda un Whatsapp a su chica favorita [Mallory_10] , prefería ser prudente y no llamarla por si estaba en la biblioteca o en medio de clase. 📲: Fiesta esta noche en Andromeda. Disfrázate, que la noche promete. … además, quiero verte… distinta. Menos… estudiosa 🌚
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  • "El día que conocí a la más hermosa diosa que mis ojos pudieron ver, me cautivó en cuerpo y alma. Pacte mi alma en un acuerdo de devoción hacia ella...Comenzando así nuestro idilio sin fin."

    -Nunca había sentido algo así,la vida me mantuvo siempre en "paz" y asi en lugar de olvidarte yo,te fui queriendo mucho más.
    Lo supe en el momento en que te vi,quererte iba a dolerme de verdad. Pero volví a mirarte y comprendí: iría contigo hasta el final.-

    M.F
    "El día que conocí a la más hermosa diosa que mis ojos pudieron ver, me cautivó en cuerpo y alma. Pacte mi alma en un acuerdo de devoción hacia ella...Comenzando así nuestro idilio sin fin." -Nunca había sentido algo así,la vida me mantuvo siempre en "paz" y asi en lugar de olvidarte yo,te fui queriendo mucho más. Lo supe en el momento en que te vi,quererte iba a dolerme de verdad. Pero volví a mirarte y comprendí: iría contigo hasta el final.- M.F🤍
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  • La aproximación de las doncellas de hierro, ya perdidas ante las ofrendas que punzan por invocarla, antes de lo esperado, arropan la magnificada ingenuidad de mi principescas musas. Sesgo con el cincel los roces descarados de los astros en sus ojos y abrazo la vastedad de sus setecientas extremidades. Pulso la primera cuerda y, él o ella o ellos, retocan mis hebras con la nieve del atardecer y amanecer que hacen el Amor como uno, como nadas y ahora, frente a mí presencia. Entrecejos de los orbes que habitan. Los orbes que derribo cada vez que me levanto, cegado por el alcohol que no abandona el inmaculado semblante de mi existencia.

    Vierto el contenido de la botella dentro de nueve bocas; relamo con mis trece lenguas el líquido amarillento con aroma a zanahoria recién horneada, y, visto el sabor con el picor de un nuevo ingrediente con el que nutro lo poco que me queda de alimento. He existido en este espacio por siglos; aguardo su llegada desde mi nacimiento. Es momento del despertar de sus tonadas, pero, para mi mala suerte, ellos aún no despiertan. No han madurado; para mí no. Su duermevela ahorca a mis augurios y los venera, en sí mismos, con silbidos del averno que trago como un parajillo en vilo raso.

    Mis dedos pulsan las cuerdas de sus divinidades, esas que caen del firmamento de vigilia acuosa, esa desde la que el espectro de la música manifiesta sus abismos. El todo resuena con ilusiones de voluntades; insisten con enterrarme con la vida que eligieron para mí. Desde el principio, desde el fin.

    Su carne pastosa es una crudeza del olvido que ellos mismos parieron, esos imperios que extraviaron, como un crío pierde, al nacer, su inevitable cordón umbilical. La voz de sus huesos modula música. La voz de sus huesos modula música. La voz de sus huesos modula música. Escucho la música con el terror unificado a la dulzura de lo sagrado de su perpetua inocencia. Apuro el cruce de mis dedos, y descruzo sus entrañas con las pinzas y el cincel con el que escribo, sobre sus pieles de mármol, pintado de esperanzas. Para mí, retienen lo endiosado de sus entes en la lumbre de las palabras que no habitan en mí.

    Convidan una venia ante el altar; con el que arrojo de un puñado de sal y de monedas. Presencian mi danza sin escrúpulos, mi cintura, mi vientre se agita. Se agita, se agita, se agita ante la majestad de los antiguos. La distancia no es un problema. No persiste la distancia entre nuestras fronteras. Somos uno mismo, porque, para mí, soy su principal protagonista. La piel que cuelga desde los monolitos en los que colgué a mi tribu, me insta a parlar con la armonía de una benevolente tragedia. Soy un pañuelo de lágrimas. Soy un pañuelo de lágrimas. Soy un pañuelo de lágrimas. Mis lágrimas bañan con transparencia a todas sus monstruosidades.

    Ellos viven. Ellos me llaman. Ellos no envidian otras vidas. Son uno conmigo.
    Ellos viven. Ellos me llaman. Ellos no envidian otras vidas. Son uno conmigo.
    Ellos viven. Ellos me llaman. Ellos no envidian otras vidas. Son uno conmigo.
    Ellos viven. Ellos me llaman. Ellos no envidian otras vidas. Son uno conmigo.
    Ellos viven. Ellos me llaman. Ellos no envidian otras vidas. Son uno conmigo.

    Soy su hijo. El Elegido. El Profeta. El Loco. Soy una Rosa del Desierto que crece, para siempre de los siempre agradecido, en los mismísimos abismos que perduran desde lo sombreado de sus deseos. En cada una de mis encarnaciones riego la concentración de mis simientes sobre las superficies fértiles, en las que siembro de vez en vez, de vez en vez, de vez en vez, las virtudes que requieren. Ellos son mis sueños y mis pesadillas hechos regalo. El despertar de sus corazones cabalga ya, asomado en lo más álgido como preseas; derrama diversos riachuelos ante sus candores y dunas; promueven el cambio.

    Pulso sus huesos; renazco en la música. Percibo la sinfonía del ramaje de sus corazones. Los insólitos parlan con ecos de ensordecedores silencios. Revisten mi existencia con sus susurros de alba risueña, sus siseos de mar de acuarelas; su ternura nocturna me estremece. Ellos son sólo bestias de cuentos de hadas, mucho tiempo atrás despierta con la ópera de una música prohibida. Conocidos como instrumentos de inescrupulosas bestias. Mis niños. Mi orgulloso edén. Mis hijos. Mis Conquistadores de los Para Siempre.

    Predico una oración.
    Ellos transmiten una endiosada respuesta.
    Predico una oración.
    No perdura mi voz.
    Predico una oración.
    Ellos transmiten una endiosada respuesta.
    Predico una oración.
    No perdura mi voz.
    Predico una oración.

    Todos ellos son un espectáculo desgraciado de existencia; a través de ellos el todo y la nada misma se marchita con ilustre presciencia e historia de etéreos amores, y, renace en una aún colorida dolencia edificada, como otro pensamiento, como otro astro. Como otro yo. El veneno de un yoísmo que se pierde, en una herida de lo más profundo de un misterio. Un enigma de primigenia majestad. Ellos y tan sólo ellos son producto de memorias de deslucidas víctimas de una guerra santa. Esa perforada en la imaginación del alevoso Destino.
    La aproximación de las doncellas de hierro, ya perdidas ante las ofrendas que punzan por invocarla, antes de lo esperado, arropan la magnificada ingenuidad de mi principescas musas. Sesgo con el cincel los roces descarados de los astros en sus ojos y abrazo la vastedad de sus setecientas extremidades. Pulso la primera cuerda y, él o ella o ellos, retocan mis hebras con la nieve del atardecer y amanecer que hacen el Amor como uno, como nadas y ahora, frente a mí presencia. Entrecejos de los orbes que habitan. Los orbes que derribo cada vez que me levanto, cegado por el alcohol que no abandona el inmaculado semblante de mi existencia. Vierto el contenido de la botella dentro de nueve bocas; relamo con mis trece lenguas el líquido amarillento con aroma a zanahoria recién horneada, y, visto el sabor con el picor de un nuevo ingrediente con el que nutro lo poco que me queda de alimento. He existido en este espacio por siglos; aguardo su llegada desde mi nacimiento. Es momento del despertar de sus tonadas, pero, para mi mala suerte, ellos aún no despiertan. No han madurado; para mí no. Su duermevela ahorca a mis augurios y los venera, en sí mismos, con silbidos del averno que trago como un parajillo en vilo raso. Mis dedos pulsan las cuerdas de sus divinidades, esas que caen del firmamento de vigilia acuosa, esa desde la que el espectro de la música manifiesta sus abismos. El todo resuena con ilusiones de voluntades; insisten con enterrarme con la vida que eligieron para mí. Desde el principio, desde el fin. Su carne pastosa es una crudeza del olvido que ellos mismos parieron, esos imperios que extraviaron, como un crío pierde, al nacer, su inevitable cordón umbilical. La voz de sus huesos modula música. La voz de sus huesos modula música. La voz de sus huesos modula música. Escucho la música con el terror unificado a la dulzura de lo sagrado de su perpetua inocencia. Apuro el cruce de mis dedos, y descruzo sus entrañas con las pinzas y el cincel con el que escribo, sobre sus pieles de mármol, pintado de esperanzas. Para mí, retienen lo endiosado de sus entes en la lumbre de las palabras que no habitan en mí. Convidan una venia ante el altar; con el que arrojo de un puñado de sal y de monedas. Presencian mi danza sin escrúpulos, mi cintura, mi vientre se agita. Se agita, se agita, se agita ante la majestad de los antiguos. La distancia no es un problema. No persiste la distancia entre nuestras fronteras. Somos uno mismo, porque, para mí, soy su principal protagonista. La piel que cuelga desde los monolitos en los que colgué a mi tribu, me insta a parlar con la armonía de una benevolente tragedia. Soy un pañuelo de lágrimas. Soy un pañuelo de lágrimas. Soy un pañuelo de lágrimas. Mis lágrimas bañan con transparencia a todas sus monstruosidades. Ellos viven. Ellos me llaman. Ellos no envidian otras vidas. Son uno conmigo. Ellos viven. Ellos me llaman. Ellos no envidian otras vidas. Son uno conmigo. Ellos viven. Ellos me llaman. Ellos no envidian otras vidas. Son uno conmigo. Ellos viven. Ellos me llaman. Ellos no envidian otras vidas. Son uno conmigo. Ellos viven. Ellos me llaman. Ellos no envidian otras vidas. Son uno conmigo. Soy su hijo. El Elegido. El Profeta. El Loco. Soy una Rosa del Desierto que crece, para siempre de los siempre agradecido, en los mismísimos abismos que perduran desde lo sombreado de sus deseos. En cada una de mis encarnaciones riego la concentración de mis simientes sobre las superficies fértiles, en las que siembro de vez en vez, de vez en vez, de vez en vez, las virtudes que requieren. Ellos son mis sueños y mis pesadillas hechos regalo. El despertar de sus corazones cabalga ya, asomado en lo más álgido como preseas; derrama diversos riachuelos ante sus candores y dunas; promueven el cambio. Pulso sus huesos; renazco en la música. Percibo la sinfonía del ramaje de sus corazones. Los insólitos parlan con ecos de ensordecedores silencios. Revisten mi existencia con sus susurros de alba risueña, sus siseos de mar de acuarelas; su ternura nocturna me estremece. Ellos son sólo bestias de cuentos de hadas, mucho tiempo atrás despierta con la ópera de una música prohibida. Conocidos como instrumentos de inescrupulosas bestias. Mis niños. Mi orgulloso edén. Mis hijos. Mis Conquistadores de los Para Siempre. Predico una oración. Ellos transmiten una endiosada respuesta. Predico una oración. No perdura mi voz. Predico una oración. Ellos transmiten una endiosada respuesta. Predico una oración. No perdura mi voz. Predico una oración. Todos ellos son un espectáculo desgraciado de existencia; a través de ellos el todo y la nada misma se marchita con ilustre presciencia e historia de etéreos amores, y, renace en una aún colorida dolencia edificada, como otro pensamiento, como otro astro. Como otro yo. El veneno de un yoísmo que se pierde, en una herida de lo más profundo de un misterio. Un enigma de primigenia majestad. Ellos y tan sólo ellos son producto de memorias de deslucidas víctimas de una guerra santa. Esa perforada en la imaginación del alevoso Destino.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Zeus, de pie sobre una colina en la Tierra, sentía la brisa nocturna comenzando a envolverlo. De repente, el aire se volvió más denso, y la oscuridad pareció profundizarse. Las estrellas parecieron desaparecer por un momento.

    Nix llegó emergiendo de las sombras como si formara parte de ellas. Su silueta, majestuosa y silenciosa, se detuvo frente a él. Zeus, sin inmutarse, esbozó una leve sonrisa.

    —Siempre sabes cómo hacer una entrada—

    Dijo, con la voz grave pero calmada, mirando a la diosa de la noche.
    Zeus, de pie sobre una colina en la Tierra, sentía la brisa nocturna comenzando a envolverlo. De repente, el aire se volvió más denso, y la oscuridad pareció profundizarse. Las estrellas parecieron desaparecer por un momento. Nix llegó emergiendo de las sombras como si formara parte de ellas. Su silueta, majestuosa y silenciosa, se detuvo frente a él. Zeus, sin inmutarse, esbozó una leve sonrisa. —Siempre sabes cómo hacer una entrada— Dijo, con la voz grave pero calmada, mirando a la diosa de la noche.
    𝑆𝑖 𝑒𝑠 𝑟𝑒𝑎𝑙𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑛𝑒𝑐𝑒𝑠𝑎𝑟𝑖𝑜, 𝑙𝑜 ℎ𝑎𝑟𝑒́.

    𝑴𝒆 𝒑𝒓𝒆𝒔𝒆𝒏𝒕𝒐.

    𝑺𝒐𝒚 𝒍𝒂 𝒅𝒊𝒐𝒔𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒏𝒐𝒄𝒉𝒆, 𝒏𝒂𝒄𝒊𝒅𝒂 𝒅𝒆𝒍 𝑪𝒂𝒐𝒔.
    𝑴𝒆 𝒆𝒏𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒓𝒐 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝑻𝒂́𝒓𝒕𝒂𝒓𝒐.

    𝑺𝒐𝒚 𝒍𝒂 𝒎𝒂𝒅𝒓𝒆 𝑴𝒐𝒓𝒐, 𝑲𝒆𝒓, 𝑻𝒉𝒂𝒏𝒂𝒕𝒐𝒔, 𝑯𝒊𝒑𝒏𝒐 𝒚....
    𝑪𝒓𝒆𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒚𝒂 𝒆𝒏𝒕𝒊𝒆𝒏𝒅𝒆𝒔. 𝑺𝒐𝒚 𝒖𝒏𝒂 𝒎𝒖𝒋𝒆𝒓 𝒎𝒖𝒚 𝒐𝒄𝒖𝒑𝒂𝒅𝒂 𝒚 𝑬́𝒓𝒆𝒃𝒐 𝒆𝒔 𝒆𝒍 𝒖́𝒏𝒊𝒄𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒉𝒂 𝒄𝒐𝒏𝒔𝒆𝒈𝒖𝒊𝒅𝒐 𝒕𝒆𝒏𝒆𝒓 𝒎𝒊 𝒂𝒕𝒆𝒏𝒄𝒊𝒐́𝒏.

    𝑻𝒆𝒎𝒊𝒅𝒂 𝒑𝒐𝒓 𝒂𝒍𝒈𝒖𝒏𝒐𝒔, 𝒂𝒅𝒐𝒓𝒂𝒅𝒂 𝒑𝒐𝒓 𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔.
    𝑵𝒐 𝒔𝒐𝒚 𝒖𝒏 "𝒎𝒂𝒍", 𝒔𝒐𝒚 𝒏𝒆𝒄𝒆𝒔𝒂𝒓𝒊𝒂 𝒚 𝒆𝒔 𝒕𝒐𝒅𝒐.

    𝑬𝒍 𝒓𝒖𝒎𝒐𝒓 𝒅𝒊𝒄𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒊𝒏𝒄𝒍𝒖𝒔𝒐 𝒁𝒆𝒖𝒔 𝒎𝒆 𝒕𝒆𝒎𝒆 𝒚 𝒄𝒊𝒆𝒓𝒕𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆, 𝒏𝒐 𝒉𝒂𝒚 𝒏𝒂𝒅𝒂 𝒎𝒂́𝒔 𝒕𝒆𝒓𝒓𝒐𝒓𝒊𝒇𝒊𝒄𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒍 𝒑𝒐𝒅𝒆𝒓 𝒅𝒆 𝒖𝒏𝒂 𝒎𝒂𝒅𝒓𝒆 𝒑𝒓𝒐𝒕𝒆𝒈𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒂 𝒔𝒖𝒔 𝒉𝒊𝒋𝒐𝒔.
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  • ... Queria evitar este dia pero bueno ... tendre aue hablar con la diosa del caos y actual gobernante del infierno .... * respira pesaso * .
    ... Queria evitar este dia pero bueno ... tendre aue hablar con la diosa del caos y actual gobernante del infierno .... * respira pesaso * .
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  • Soy más odiosa de lo que creí
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  • Qué como supe que me gustaban las chicas? Fue gracioso... Estaba en una piscina pública y había mucha gente, llegó un tipo como de mi edad en un bañador muy ... Revelador? Y se puso frente a mí, pero lo único en lo que tenía mis ojos era en la chica que estaba saliendo de la piscina luciendo como una diosa griega de la belleza (?), quedé boquiabierta mientras mi cara se ponía roja al notar sus pezones marcados en la fina tela de su traje de baño... Las hormonas son caóticas. Jajaja, pero lo peor fue cuando me descubrió mirándola y me enseñó su dedo medio... Y hasta ahí llegó mi primer Crush. Jajaja
    Qué como supe que me gustaban las chicas? Fue gracioso... Estaba en una piscina pública y había mucha gente, llegó un tipo como de mi edad en un bañador muy ... Revelador? Y se puso frente a mí, pero lo único en lo que tenía mis ojos era en la chica que estaba saliendo de la piscina luciendo como una diosa griega de la belleza (?), quedé boquiabierta mientras mi cara se ponía roja al notar sus pezones marcados en la fina tela de su traje de baño... Las hormonas son caóticas. Jajaja, pero lo peor fue cuando me descubrió mirándola y me enseñó su dedo medio... Y hasta ahí llegó mi primer Crush. Jajaja
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  • ¿Qué estás mirando? ─Musitó con melodiosa voz mientras jugaba por instinto con aquella bebida que pidiera, momentos atrás. Parecía algo impaciente ante el recién llegado, no le gustaba mucho esperar así que soltó un suspiró y se le quedó viendo.─ #AshrahMortalKombat
    ¿Qué estás mirando? ─Musitó con melodiosa voz mientras jugaba por instinto con aquella bebida que pidiera, momentos atrás. Parecía algo impaciente ante el recién llegado, no le gustaba mucho esperar así que soltó un suspiró y se le quedó viendo.─ #AshrahMortalKombat
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    - Como Diosa herrera, Marika se encontraba en una encrucijada al ser propuesta por el semidiós Radhang para unirse a él en la creación de un nuevo reino a través de una campaña de conquista. Con sus habilidades forjando armas y armaduras, Marika se convirtió en la consejera de Radhang, garantizando que su ejército estuviera preparado para enfrentar cualquier desafío que se presentara en su camino hacia la dominación.

    Con su destreza y conocimientos en la forja de armas mágicas y poderosas, Marika se convirtió en una pieza fundamental en la construcción y fortalecimiento del nuevo reino que ayudando a forjar. Su dedicación y compromiso con la causa le permitieron ser una aliada invaluable en la batalla, asegurando que las tropas de Radhang estuvieran equipadas con las mejores armas y protecciones posibles.

    Actualmente estaba trabajando en un nuevo tipo de armadura para la infantería del ejercito. Ya casi terminaba el diseño solo aplicaba los detalles finales-
    - Como Diosa herrera, Marika se encontraba en una encrucijada al ser propuesta por el semidiós Radhang para unirse a él en la creación de un nuevo reino a través de una campaña de conquista. Con sus habilidades forjando armas y armaduras, Marika se convirtió en la consejera de Radhang, garantizando que su ejército estuviera preparado para enfrentar cualquier desafío que se presentara en su camino hacia la dominación. Con su destreza y conocimientos en la forja de armas mágicas y poderosas, Marika se convirtió en una pieza fundamental en la construcción y fortalecimiento del nuevo reino que ayudando a forjar. Su dedicación y compromiso con la causa le permitieron ser una aliada invaluable en la batalla, asegurando que las tropas de Radhang estuvieran equipadas con las mejores armas y protecciones posibles. Actualmente estaba trabajando en un nuevo tipo de armadura para la infantería del ejercito. Ya casi terminaba el diseño solo aplicaba los detalles finales-
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  • Reina Marika La Eterna

    Hmmm...Entonces existen más deidades exteriores que han otorgado su bendición a otras tierras...y eso implica que de igual forma existen dioses en tal lugar.

    ◇El hombre observaba un dibujo de aquella diosa crucificada en lo que debía representar el anillo del orden. De igual forma, observaba algunos retratos de lo que debían ser sus descendientes◇

    ¿Pelirrojos?...eso es una coincidencia extraña...Y todos semi dioses...

    ◇Un portal se abría ante él mostrando desde el aire las tierras intermedias◇
    [nebula_purple_crow_461] Hmmm...Entonces existen más deidades exteriores que han otorgado su bendición a otras tierras...y eso implica que de igual forma existen dioses en tal lugar. ◇El hombre observaba un dibujo de aquella diosa crucificada en lo que debía representar el anillo del orden. De igual forma, observaba algunos retratos de lo que debían ser sus descendientes◇ ¿Pelirrojos?...eso es una coincidencia extraña...Y todos semi dioses... ◇Un portal se abría ante él mostrando desde el aire las tierras intermedias◇
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