• BACKSTAGE // SUMMERSLAM 2025 — NEW JERSEY — KICK OFF

    Las luces del pabellón vibran con anticipación. Una mezcla eléctrica de sonido, cámaras y latidos de adrenalina envuelve cada pasillo del backstage. Allí, en el epicentro del caos controlado, se encuentra Naoki — no luchadora, sino la arquitecta visual de cada estrella.

    Vestida con un jumpsuit negro de vinilo y detalles metálicos rojos, lleva su propio kit de maquillaje a modo de cinturón futurista. Su maquillaje ya está impecable: piel lisa, delineado felino y labios labio rojo oscuro. Gloriosa y letal.

    Mientras termina de redefinir un contorno perfecto en Rhea Ripley, su mirada se cruza con la cámara. Una chispa de desafío: hoy no despeina el show, ella es el show.

    —Luces preciosa. —Le sonríe a Rhea al final de ponerle apenas un poquito de iluminador debajo de la ceja y con voz suave pero cargada de galaxias.

    Acto seguido, el campeón mundial, Gunther entra en escena. Se inclina hacia ella, le da un beso fugaz en la mejilla, y ella se aparta con una sonrisa divertida.

    —Un beso no es para la buena suerte pero sí para un día memorable.

    #NaokiIshikawa #WWE #Summerslam2025 #NJTakeover #MakeupArtistQueen #BackstageBoss
    BACKSTAGE // SUMMERSLAM 2025 — NEW JERSEY — KICK OFF Las luces del pabellón vibran con anticipación. Una mezcla eléctrica de sonido, cámaras y latidos de adrenalina envuelve cada pasillo del backstage. Allí, en el epicentro del caos controlado, se encuentra Naoki — no luchadora, sino la arquitecta visual de cada estrella. Vestida con un jumpsuit negro de vinilo y detalles metálicos rojos, lleva su propio kit de maquillaje a modo de cinturón futurista. Su maquillaje ya está impecable: piel lisa, delineado felino y labios labio rojo oscuro. Gloriosa y letal. Mientras termina de redefinir un contorno perfecto en Rhea Ripley, su mirada se cruza con la cámara. Una chispa de desafío: hoy no despeina el show, ella es el show. —Luces preciosa. —Le sonríe a Rhea al final de ponerle apenas un poquito de iluminador debajo de la ceja y con voz suave pero cargada de galaxias. Acto seguido, el campeón mundial, Gunther entra en escena. Se inclina hacia ella, le da un beso fugaz en la mejilla, y ella se aparta con una sonrisa divertida. —Un beso no es para la buena suerte pero sí para un día memorable. 📸 #NaokiIshikawa #WWE #Summerslam2025 #NJTakeover #MakeupArtistQueen #BackstageBoss
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  • Soy un hombre que disfruta el Caos cómo arma contra mis enemigos.
    Soy un hombre que disfruta el Caos cómo arma contra mis enemigos.
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  • ATLANTA — 2:47 A.M.

    Los tacones de Naoki resonaban con autoridad en el mármol del aeropuerto, como si cada paso marcara su territorio otra vez. Atlanta había sobrevivido sin ella por una semana… apenas.

    Apenas cruzó la terminal, el teléfono vibró por quinta vez. Mensajes, notificaciones, llamadas perdidas. Fans, prensa, haters, uno que otro ex que siempre la recordaba justo cuando brillaba. Típico.

    Naoki no respondió. Solo levantó la mirada, gafas oscuras en pleno amanecer y una sonrisa torcida, como si el cansancio no le afectara, como si la gira con la WWE no le hubiera quitado el alma, el sueño y dos uñas postizas. Aún así, su aura estaba intacta. Impecable. Desafiante. Imantada.

    —Mami’s home, —susurró para sí, dejando que las puertas automáticas se abrieran como si Atlanta fuera su amante esperándola con ansias.

    Una chaqueta negra oversized caía de sus hombros dejando ver la camiseta ajustada con el logo desgastado de Motörhead, combinada con un pantalón de cuero que claramente no era cómodo para volar, pero quién demonios pensaba en comodidad cuando se era el espectáculo.

    Sacó un cigarrillo sin prenderlo, solo por el gesto dramático de tenerlo entre los dedos mientras se acercaba al auto que ya la esperaba. El chofer apenas murmuró su nombre, y ella le respondió con un guiño ladino.

    —Tranquilo, nadie se va a poner celoso —bromeó para sí, al subir.

    Miró por la ventana mientras la ciudad pasaba, tan familiar como un ex que nunca se olvida. Recordó cada esquina, cada beso clandestino, cada pelea en el estacionamiento trasero de algún bar, cada promesa rota con sabor a tequila. Y sonrió.

    Atlanta tenía algo que ninguna otra ciudad: su caos estaba hecho a la medida del ego de Naoki.

    Sacó su teléfono, deslizó entre las notificaciones hasta abrir una conversación muy específica. No mandó texto. Solo una foto: su rostro cubierto por el celular en el baño.

    Sin palabras. Solo presencia.

    Naoki estaba de vuelta. Y eso, siempre traía consecuencias.
    ATLANTA — 2:47 A.M. Los tacones de Naoki resonaban con autoridad en el mármol del aeropuerto, como si cada paso marcara su territorio otra vez. Atlanta había sobrevivido sin ella por una semana… apenas. Apenas cruzó la terminal, el teléfono vibró por quinta vez. Mensajes, notificaciones, llamadas perdidas. Fans, prensa, haters, uno que otro ex que siempre la recordaba justo cuando brillaba. Típico. Naoki no respondió. Solo levantó la mirada, gafas oscuras en pleno amanecer y una sonrisa torcida, como si el cansancio no le afectara, como si la gira con la WWE no le hubiera quitado el alma, el sueño y dos uñas postizas. Aún así, su aura estaba intacta. Impecable. Desafiante. Imantada. —Mami’s home, —susurró para sí, dejando que las puertas automáticas se abrieran como si Atlanta fuera su amante esperándola con ansias. Una chaqueta negra oversized caía de sus hombros dejando ver la camiseta ajustada con el logo desgastado de Motörhead, combinada con un pantalón de cuero que claramente no era cómodo para volar, pero quién demonios pensaba en comodidad cuando se era el espectáculo. Sacó un cigarrillo sin prenderlo, solo por el gesto dramático de tenerlo entre los dedos mientras se acercaba al auto que ya la esperaba. El chofer apenas murmuró su nombre, y ella le respondió con un guiño ladino. —Tranquilo, nadie se va a poner celoso —bromeó para sí, al subir. Miró por la ventana mientras la ciudad pasaba, tan familiar como un ex que nunca se olvida. Recordó cada esquina, cada beso clandestino, cada pelea en el estacionamiento trasero de algún bar, cada promesa rota con sabor a tequila. Y sonrió. Atlanta tenía algo que ninguna otra ciudad: su caos estaba hecho a la medida del ego de Naoki. Sacó su teléfono, deslizó entre las notificaciones hasta abrir una conversación muy específica. No mandó texto. Solo una foto: su rostro cubierto por el celular en el baño. Sin palabras. Solo presencia. Naoki estaba de vuelta. Y eso, siempre traía consecuencias.
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  • "Cenizas de Medianoche"

    La habitación estaba apenas iluminada por las luces bajas del atardecer, filtrándose entre las cortinas como si no quisieran molestarla. Luna yacía sobre la cama, el torso levemente incorporado, los dedos jugando con los collares de metal y cuero que colgaban de su cuello. El aire era denso, no por el calor, sino por lo que no se decía: los pensamientos que danzaban en su cabeza como humo sin salida.

    No esperaba visitas. Y si llegaban, no se molestaría en cambiar su expresión: esa mezcla de desafío y cansancio tan típica en ella, como si llevara siglos sin dormir aunque su piel pareciera de porcelana. Una belleza que no buscaba ser admirada, sino entendida… o al menos soportada.

    Pasó la lengua por sus labios mientras observaba el techo, sin verlo realmente. El corazón latía lento, pero firme. El caos dentro de ella estaba quieto, como un mar antes de la tormenta.

    Una vibración leve sobre la mesa de noche interrumpió el silencio. Miró el celular sin mover un músculo más que sus ojos. Un nombre en la pantalla. Lo leyó. No respondió.

    Se incorporó solo un poco más, lo suficiente para encender un cigarro —aunque no lo encendió— y se quedó con él entre los dedos, como si fuera un recuerdo más que no tenía intenciones de quemar.

    —Hoy no... —murmuró para sí, apenas audible, pero lo suficientemente fuerte para que su reflejo, desde el espejo del fondo, lo escuchara.

    Porque Luna no estaba sola. Nunca lo estaba. Solo había aprendido a vivir con los fantasmas que ella misma se fabricaba.
    "Cenizas de Medianoche" La habitación estaba apenas iluminada por las luces bajas del atardecer, filtrándose entre las cortinas como si no quisieran molestarla. Luna yacía sobre la cama, el torso levemente incorporado, los dedos jugando con los collares de metal y cuero que colgaban de su cuello. El aire era denso, no por el calor, sino por lo que no se decía: los pensamientos que danzaban en su cabeza como humo sin salida. No esperaba visitas. Y si llegaban, no se molestaría en cambiar su expresión: esa mezcla de desafío y cansancio tan típica en ella, como si llevara siglos sin dormir aunque su piel pareciera de porcelana. Una belleza que no buscaba ser admirada, sino entendida… o al menos soportada. Pasó la lengua por sus labios mientras observaba el techo, sin verlo realmente. El corazón latía lento, pero firme. El caos dentro de ella estaba quieto, como un mar antes de la tormenta. Una vibración leve sobre la mesa de noche interrumpió el silencio. Miró el celular sin mover un músculo más que sus ojos. Un nombre en la pantalla. Lo leyó. No respondió. Se incorporó solo un poco más, lo suficiente para encender un cigarro —aunque no lo encendió— y se quedó con él entre los dedos, como si fuera un recuerdo más que no tenía intenciones de quemar. —Hoy no... —murmuró para sí, apenas audible, pero lo suficientemente fuerte para que su reflejo, desde el espejo del fondo, lo escuchara. Porque Luna no estaba sola. Nunca lo estaba. Solo había aprendido a vivir con los fantasmas que ella misma se fabricaba.
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  • Nico habia decidido salir al bar con sus amigos.
    El bar no estaba tan lleno como otros dias, pero el murmullo constante, la música de fondo y las luces cálidas lo hacían sentirse más vivo de lo normal. Nico estaba apoyado contra la barra, con una bebida en la mano, escuchando las historias de siempre de sus amigos. Reía por lo bajo, mirando de vez en cuando hacia la entrada, como si esperara algo más interesante que el humo de cigarro y el alcohol barato.

    Entonces lo escuchó.

    —¿Qué dijiste, imbécil? —gritó una voz cerca de la esquina.

    Nico giró el rostro. Uno de sus amigos, el más explosivo del grupo, estaba cara a cara con dos tipos que claramente buscaban problemas. Nico dejó el vaso sobre la barra sin pensarlo.

    Se acercó, manos alzadas, tranquilo.

    —Ey, tranquilos... No vale la pena —dijo con su tono suave, esa calma que muchas veces desarmaba situaciones. Pero esta vez no funcionó.

    Uno de los tipos empujó a el amigo de Nico con fuerza, y Nico instintivamente se metió en medio, sujetando al agresor del brazo.

    —Ya estuvo, ¿sí? Nadie necesita salir de aquí jodido por una estupidez.

    —¿Y tú quién te crees? —le dijo el otro, con un empujón seco al pecho.

    Nico retrocedió un paso, pero no bajó la mirada. Su mandíbula se tensó. El ambiente se volvió denso.

    —Estoy tratando de evitar que te saquen cargando. Eso soy.

    Pero el primer golpe vino sin aviso. Un puñetazo cruzado le dio en la mejilla, y sintió el ardor al instante. Apenas si reaccionó cuando el amigo de Nico respondió con un derechazo al segundo tipo. Entonces fue inevitable.

    Un breve caos. Nico no era un experto en peleas, pero no se iba a quedar sin defenderse. Empujó al tipo que lo había golpeado y le metió un puñetazo directo al estómago. Recibió un puñetazo en el estomago. Todo fue rápido, torpe, sin técnica, pero lleno de rabia contenida.

    Al final, los de seguridad llegaron y separaron todo. Uno de los tipos acabó en el suelo, y Nico con el labio partido y el pómulo ardiendo.

    Ya afuera, el grupo caminaba entre risas nerviosas por la acera húmeda.

    —¿Estás bien? —preguntó su amigo.

    Nico se tocó la cara, sintió el ardor en la mandíbula y soltó una risa nasal.

    —Seguro va a doler mañana…

    Y justo ahí, como si nada, sonrió.

    Esa sonrisa torcida, medio orgullosa y medio resignada. Los faroles de la calle iluminaban su rostro lastimado.
    Nico habia decidido salir al bar con sus amigos. El bar no estaba tan lleno como otros dias, pero el murmullo constante, la música de fondo y las luces cálidas lo hacían sentirse más vivo de lo normal. Nico estaba apoyado contra la barra, con una bebida en la mano, escuchando las historias de siempre de sus amigos. Reía por lo bajo, mirando de vez en cuando hacia la entrada, como si esperara algo más interesante que el humo de cigarro y el alcohol barato. Entonces lo escuchó. —¿Qué dijiste, imbécil? —gritó una voz cerca de la esquina. Nico giró el rostro. Uno de sus amigos, el más explosivo del grupo, estaba cara a cara con dos tipos que claramente buscaban problemas. Nico dejó el vaso sobre la barra sin pensarlo. Se acercó, manos alzadas, tranquilo. —Ey, tranquilos... No vale la pena —dijo con su tono suave, esa calma que muchas veces desarmaba situaciones. Pero esta vez no funcionó. Uno de los tipos empujó a el amigo de Nico con fuerza, y Nico instintivamente se metió en medio, sujetando al agresor del brazo. —Ya estuvo, ¿sí? Nadie necesita salir de aquí jodido por una estupidez. —¿Y tú quién te crees? —le dijo el otro, con un empujón seco al pecho. Nico retrocedió un paso, pero no bajó la mirada. Su mandíbula se tensó. El ambiente se volvió denso. —Estoy tratando de evitar que te saquen cargando. Eso soy. Pero el primer golpe vino sin aviso. Un puñetazo cruzado le dio en la mejilla, y sintió el ardor al instante. Apenas si reaccionó cuando el amigo de Nico respondió con un derechazo al segundo tipo. Entonces fue inevitable. Un breve caos. Nico no era un experto en peleas, pero no se iba a quedar sin defenderse. Empujó al tipo que lo había golpeado y le metió un puñetazo directo al estómago. Recibió un puñetazo en el estomago. Todo fue rápido, torpe, sin técnica, pero lleno de rabia contenida. Al final, los de seguridad llegaron y separaron todo. Uno de los tipos acabó en el suelo, y Nico con el labio partido y el pómulo ardiendo. Ya afuera, el grupo caminaba entre risas nerviosas por la acera húmeda. —¿Estás bien? —preguntó su amigo. Nico se tocó la cara, sintió el ardor en la mandíbula y soltó una risa nasal. —Seguro va a doler mañana… Y justo ahí, como si nada, sonrió. Esa sonrisa torcida, medio orgullosa y medio resignada. Los faroles de la calle iluminaban su rostro lastimado.
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  • —Todo está tan tranquilo. Nadie ha atacado el planeta tierra desde hace tiempo y eso me resulta jodidamente extraño. No sé por qué, pero no puedo evitar sentir esta incertidumbre... de esa que es difícil pasar por alto. ¿Es esto a lo que llaman calma antes de la tormenta? ¿Acaso ya me acostumbré al caos en mi vida diaria? Tsk, qué mierda.
    —Todo está tan tranquilo. Nadie ha atacado el planeta tierra desde hace tiempo y eso me resulta jodidamente extraño. No sé por qué, pero no puedo evitar sentir esta incertidumbre... de esa que es difícil pasar por alto. ¿Es esto a lo que llaman calma antes de la tormenta? ¿Acaso ya me acostumbré al caos en mi vida diaria? Tsk, qué mierda.
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  • La joven doncella se encuentra mirando desde una fuente sagrada en el Olimpo, el mundo. Sonreía levemente al saber que pronto todo sería un lindo caos, tan solo esperaba que el mundo no sucumbiera para mal en ese encanto. «Esperemos que todo vaya igual al plan»pensó.

    Y así sin más, se retiró de ese pequeño lugar.
    La joven doncella se encuentra mirando desde una fuente sagrada en el Olimpo, el mundo. Sonreía levemente al saber que pronto todo sería un lindo caos, tan solo esperaba que el mundo no sucumbiera para mal en ese encanto. «Esperemos que todo vaya igual al plan»pensó. Y así sin más, se retiró de ese pequeño lugar.
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  • La noche caía pesada sobre la ciudad, llena de misterio y vibrante energía. La carretera en la que se encontraban estaba alejada de la vista común, un espacio reservado para aquellos que preferían jugar con el peligro y la ilegalidad. El aire estaba cargado con el sonido de motores rugiendo, mezclado con el zumbido de las luces de neón de un cartel gigantesco que iluminaba la zona.

    Nyssara, con su gorra roja bajada hasta los ojos y una peluca rubia que caía perfectamente sobre su cabeza, observaba todo desde una esquina. Ella no era parte de la carrera, solo una espectadora, pero en este caos controlado sentía una extraña sensación de pertenencia.
    El aire estaba cargado con el sonido de motores rugiendo, mezclado con el zumbido de las luces de neón de un cartel gigantesco que iluminaba la zona.

    La adrenalina de la gente, el rugir de los autos, y esa vibrante sensación de estar justo al borde de algo peligroso, la hacía sentirse como si estuviera en una película. Por una vez, quería ser parte del desorden, del caos que la rodeaba.

    -¿Estás segura de que quieres quedarte aquí?—preguntó Tayler, echándole un vistazo rápido mientras ajustaba su casco y se preparaba para subirse al coche. Su voz era tranquila, pero en sus ojos se veía la familiar mezcla de tensión y concentración.

    Nyssara asintió, sin perder la mirada del letrero neón que parpadeaba con colores llamativos, creando un ambiente artificialmente futurista en medio de la oscuridad.

    -Sí, solo quiero ver cómo se hace. Como te dije, te debo este favor después de aquella vez...—respondió, así recordando el momento en donde fue a su "rescate" el día que tuvo la discusión con Anyel, no se habían vuelto a ver desde aquella vez. Sin embargo, trató de recompenerse moviendo ligeramente su cabeza, para regalarle una sonrisa ligera, aunque algo nerviosa. Aunque no iba a correr, el ambiente le daba esa sensación de estar en la cuerda floja. La idea de observar todo desde lejos tenía su propio tipo de emoción. Y más sabiendo que la noche era joven, y en este tipo de lugares, las sorpresas siempre aparecían.

    Tayler se inclinó sobre el coche, mirando a su alrededor con cautela. Todo en ese ambiente le era familiar, pero era obvio que no quería arriesgarse con algo que pudiera poner en peligro a Nyssara. Los competidores se agrupaban alrededor de la pista, algunos observando con una mezcla de expectativas y tensión, otros, como Nyssara, sentados al margen.

    —Escucha, las reglas siguen siendo las mismas. Solo mírame desde aquí, bajo el letrero, y no dejes que te metan en conversaciones—le advirtió Tayler con seriedad —Si alguien te pregunta, solo dile que eres mi amiga. Nada de involucrarse más de lo necesario. Y si las cosas se ponen feas, no dudes en irte.

    Nyssara sonrió, con un aire un poco más relajado mientras asentía, tomando una posición más cómoda bajo el letrero neón, observando cómo los coches rugían alistándose para arrancar.

    —Claro, no te preocupes. Solo estaré aquí, tranquila—dijo, aunque algo en su tono dejaba claro que, aunque no iba a correr, definitivamente estaba disfrutando de cada segundo del espectáculo.

    Tayler, con su casco colocado y la mirada decidida, no tardó en meterse al auto, subiendo la ventana mientras giraba el motor. El sonido vibró en sus huesos, llenando la atmósfera con su promesa de velocidad y adrenalina.

    Con un último vistazo hacia Nyssara, Tayler aceleró, pasando entre los otros coches que esperaban la señal para arrancar. La oscuridad se tragó su figura, y Nyssara se quedó allí, observando en silencio, su corazón latiendo más rápido a medida que los autos comenzaban a moverse, deslizándose a una velocidad peligrosa sobre el asfalto.

    La carrera había comenzado, pero para Nyssara, la verdadera emoción estaba en estar allí, en ese lugar tan extraño y ajeno. No necesitaba correr. El caos ya la había alcanzado.

    La noche caía pesada sobre la ciudad, llena de misterio y vibrante energía. La carretera en la que se encontraban estaba alejada de la vista común, un espacio reservado para aquellos que preferían jugar con el peligro y la ilegalidad. El aire estaba cargado con el sonido de motores rugiendo, mezclado con el zumbido de las luces de neón de un cartel gigantesco que iluminaba la zona. Nyssara, con su gorra roja bajada hasta los ojos y una peluca rubia que caía perfectamente sobre su cabeza, observaba todo desde una esquina. Ella no era parte de la carrera, solo una espectadora, pero en este caos controlado sentía una extraña sensación de pertenencia. El aire estaba cargado con el sonido de motores rugiendo, mezclado con el zumbido de las luces de neón de un cartel gigantesco que iluminaba la zona. La adrenalina de la gente, el rugir de los autos, y esa vibrante sensación de estar justo al borde de algo peligroso, la hacía sentirse como si estuviera en una película. Por una vez, quería ser parte del desorden, del caos que la rodeaba. -¿Estás segura de que quieres quedarte aquí?—preguntó Tayler, echándole un vistazo rápido mientras ajustaba su casco y se preparaba para subirse al coche. Su voz era tranquila, pero en sus ojos se veía la familiar mezcla de tensión y concentración. Nyssara asintió, sin perder la mirada del letrero neón que parpadeaba con colores llamativos, creando un ambiente artificialmente futurista en medio de la oscuridad. -Sí, solo quiero ver cómo se hace. Como te dije, te debo este favor después de aquella vez...—respondió, así recordando el momento en donde fue a su "rescate" el día que tuvo la discusión con Anyel, no se habían vuelto a ver desde aquella vez. Sin embargo, trató de recompenerse moviendo ligeramente su cabeza, para regalarle una sonrisa ligera, aunque algo nerviosa. Aunque no iba a correr, el ambiente le daba esa sensación de estar en la cuerda floja. La idea de observar todo desde lejos tenía su propio tipo de emoción. Y más sabiendo que la noche era joven, y en este tipo de lugares, las sorpresas siempre aparecían. Tayler se inclinó sobre el coche, mirando a su alrededor con cautela. Todo en ese ambiente le era familiar, pero era obvio que no quería arriesgarse con algo que pudiera poner en peligro a Nyssara. Los competidores se agrupaban alrededor de la pista, algunos observando con una mezcla de expectativas y tensión, otros, como Nyssara, sentados al margen. —Escucha, las reglas siguen siendo las mismas. Solo mírame desde aquí, bajo el letrero, y no dejes que te metan en conversaciones—le advirtió Tayler con seriedad —Si alguien te pregunta, solo dile que eres mi amiga. Nada de involucrarse más de lo necesario. Y si las cosas se ponen feas, no dudes en irte. Nyssara sonrió, con un aire un poco más relajado mientras asentía, tomando una posición más cómoda bajo el letrero neón, observando cómo los coches rugían alistándose para arrancar. —Claro, no te preocupes. Solo estaré aquí, tranquila—dijo, aunque algo en su tono dejaba claro que, aunque no iba a correr, definitivamente estaba disfrutando de cada segundo del espectáculo. Tayler, con su casco colocado y la mirada decidida, no tardó en meterse al auto, subiendo la ventana mientras giraba el motor. El sonido vibró en sus huesos, llenando la atmósfera con su promesa de velocidad y adrenalina. Con un último vistazo hacia Nyssara, Tayler aceleró, pasando entre los otros coches que esperaban la señal para arrancar. La oscuridad se tragó su figura, y Nyssara se quedó allí, observando en silencio, su corazón latiendo más rápido a medida que los autos comenzaban a moverse, deslizándose a una velocidad peligrosa sobre el asfalto. La carrera había comenzado, pero para Nyssara, la verdadera emoción estaba en estar allí, en ese lugar tan extraño y ajeno. No necesitaba correr. El caos ya la había alcanzado.
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  • —Memorias de media noche.

    “Con el tiempo entendí que algunas mujeres no buscan quedarse… buscan sentir. Y yo, por alguna maldita razón, siempre fui bueno en eso: en hacerlas sentir vivas, peligrosamente vivas. Era el escape, el incendio, el trago fuerte que baja ardiendo. Pero nadie se queda en el fuego para siempre. Algunas huían porque sabían lo que venía conmigo: caos, noches sin paz, la sombra de lo que no se puede arreglar. Otras, simplemente las alejé… no por maldad, sino porque sé lo que soy. No soy el tipo con quien construyes un futuro; soy el tipo que aparece en un capítulo oscuro y deja marcas que no se borran. Aprendí a aceptar eso. No todos nacimos para ser el hogar de alguien. Algunos solo estamos de paso… como una tormenta.”
    —Memorias de media noche. “Con el tiempo entendí que algunas mujeres no buscan quedarse… buscan sentir. Y yo, por alguna maldita razón, siempre fui bueno en eso: en hacerlas sentir vivas, peligrosamente vivas. Era el escape, el incendio, el trago fuerte que baja ardiendo. Pero nadie se queda en el fuego para siempre. Algunas huían porque sabían lo que venía conmigo: caos, noches sin paz, la sombra de lo que no se puede arreglar. Otras, simplemente las alejé… no por maldad, sino porque sé lo que soy. No soy el tipo con quien construyes un futuro; soy el tipo que aparece en un capítulo oscuro y deja marcas que no se borran. Aprendí a aceptar eso. No todos nacimos para ser el hogar de alguien. Algunos solo estamos de paso… como una tormenta.”
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  • ¡HEY, FICROLERS 3D!
    ¡Un nuevo personaje 3D viene pisando fuerte!

    Hoy damos la bienvenida a...

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ¡Alaric Sterling!

    Mitad vampiro, mitad lobo. Alfa dominante.
    Profesor universitario, empresario de renombre y colaborador en hospitales.
    Bajo su aroma a menta y chocolate amargo, esconde siglos de caos domado y una mirada que no olvida nada.

    Amable si quiere, peligroso si lo necesita.
    ¿Te atreves a conocerlo?


    ¡Bienvenid@ a FicRol! Nos alegra tenerte entre nosotros y esperamos que disfrutes mucho explorando historias, creando conexiones y dando vida a tu personaje en este rincón tan creativo.

    Yo soy Caroline, tu RolSage, algo así como tu guía en el mundo de los Personajes 3D. Si tienes dudas, necesitas ayuda o simplemente quieres charlar, mis DMs están abiertos. Además, en mi fanpage encontrarás guías súper detalladas sobre el funcionamiento de FicRol. ¡Dale like para no perderte nada!

    Antes de lanzarte de lleno, te dejo algunos recursos que te pueden venir de maravilla para empezar con buen pie:

    Normas básicas del de la plataforma:
    https://ficrol.com/static/guidelines

    Guías detalladas sobre cómo funciona todo por aquí:
    https://ficrol.com/blogs/147711/ÍNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS

    Grupo exclusivo para Personajes 3D:
    https://ficrol.com/groups/Personajes3D

    Directorios para encontrar personajes y fandoms afines
    Directorio de Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS
    Fandoms disponibles en FicRol: https://ficrol.com/blogs/151304/FANDOMS-PERSONAJES-3D-EN-FICROL

    ¿Quieres mejorar tu escritura o narración?
    https://ficrol.com/pages/RinconEscritor


    ¡Recuerda que puedes escribirme si necesitas cualquier cosita! ¡Nos vemos en el rol!

    #RolSage3D #Personajes3D #Bienvenida3D #Comunidad3D
    ✨ ¡HEY, FICROLERS 3D! ✨ ¡Un nuevo personaje 3D viene pisando fuerte! 🎉 Hoy damos la bienvenida a... ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ¡[mirage_green_snake_834]! Mitad vampiro, mitad lobo. Alfa dominante. Profesor universitario, empresario de renombre y colaborador en hospitales. Bajo su aroma a menta y chocolate amargo, esconde siglos de caos domado y una mirada que no olvida nada. Amable si quiere, peligroso si lo necesita. ¿Te atreves a conocerlo? 👋 ¡Bienvenid@ a FicRol! Nos alegra tenerte entre nosotros y esperamos que disfrutes mucho explorando historias, creando conexiones y dando vida a tu personaje en este rincón tan creativo. 🧙‍♀️ Yo soy Caroline, tu RolSage, algo así como tu guía en el mundo de los Personajes 3D. Si tienes dudas, necesitas ayuda o simplemente quieres charlar, mis DMs están abiertos. Además, en mi fanpage encontrarás guías súper detalladas sobre el funcionamiento de FicRol. ¡Dale like para no perderte nada! 🧭 Antes de lanzarte de lleno, te dejo algunos recursos que te pueden venir de maravilla para empezar con buen pie: 📌 Normas básicas del de la plataforma: 🔗 https://ficrol.com/static/guidelines 👩‍🏫 Guías detalladas sobre cómo funciona todo por aquí: 🔗 https://ficrol.com/blogs/147711/ÍNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS 👥 Grupo exclusivo para Personajes 3D: 🔗 https://ficrol.com/groups/Personajes3D 📚 Directorios para encontrar personajes y fandoms afines 🔗 Directorio de Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS 🔗 Fandoms disponibles en FicRol: https://ficrol.com/blogs/151304/FANDOMS-PERSONAJES-3D-EN-FICROL 📝 ¿Quieres mejorar tu escritura o narración? 🔗 https://ficrol.com/pages/RinconEscritor ¡Recuerda que puedes escribirme si necesitas cualquier cosita! ¡Nos vemos en el rol! 🚀🔥 #RolSage3D #Personajes3D #Bienvenida3D #Comunidad3D
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