• El mago Yukine empuja la pesada puerta de madera del bar. Al entrar, una mezcla de luces tenues y sombras danzantes lo envuelven. El aire está cargado de una mezcla de aromas: hierbas exóticas, pociones burbujeantes y el inconfundible olor a magia antigua.
    El bar está lleno de seres mitológicos de todo tipo. En una esquina, un grupo de elfos discute animadamente sobre la última moda en arcos encantados. Cerca de la barra, un centauro sorbe una bebida espumosa mientras conversa con una sirena que ha encontrado un asiento en un tanque de agua especialmente diseñado para ella. En una mesa central, un dragón en forma humana lanza dados mágicos en un juego de azar con un gnomo y un troll.
    Yukine avanza con paso seguro, su capa ondeando ligeramente detrás de él. Sus ojos brillan con una luz azulada, reflejo de su poder interior. Se acerca a la barra, donde el barman, un duende de aspecto astuto, le sonríe.

    “¿Qué te trae por aquí, mago?”

    pregunta el duende mientras limpia un vaso con un trapo que parece tener vida propia.

    “He venido en busca de información,”

    responde Yukine, su voz resonando con autoridad.

    “Dicen que aquí se puede encontrar a los más sabios y a los más astutos de todos los reinos.”

    El duende asiente, sus ojos brillando con curiosidad.

    “Has venido al lugar correcto. Pero aquí, la información tiene un precio.”

    Yukine sonríe levemente, sacando una pequeña bolsa de su capa y dejándola sobre la barra. El tintineo de las monedas de oro resuena en el bar, atrayendo la atención de varios de los presentes.

    “Entonces, empecemos,”

    dice Yukine, preparándose para desentrañar los secretos que lo han llevado hasta este lugar.
    El duende toma la bolsa de monedas y la guarda rápidamente en un bolsillo de su chaleco.

    “Muy bien, mago Yukine. ¿Qué es lo que deseas saber?”

    Yukine se inclina ligeramente hacia adelante, su voz baja pero firme.

    “Estoy buscando información sobre un antiguo artefacto, el Orbe de Eterna Luz. Se dice que tiene el poder de restaurar el equilibrio entre los reinos.”

    El duende frunce el ceño, sus ojos brillando con una mezcla de interés y preocupación.

    “El Orbe de Eterna Luz… No es un objeto común. Muchos lo han buscado, pero pocos han regresado.”

    Desde una mesa cercana, una figura encapuchada se levanta y se acerca a la barra.

    “He oído hablar de ese artefacto,”

    dice la figura, revelando un rostro parcialmente cubierto por cicatrices.

    “Soy Lidica, una exploradora de tierras lejanas. He visto mapas y escuchado leyendas sobre el Orbe.”

    Yukine la observa con atención.

    “¿Estás dispuesta a compartir lo que sabes?”

    Lidica asiente lentamente.

    “A cambio de tu ayuda en una misión que tengo pendiente. Necesito recuperar un cristal de poder de las ruinas de un antiguo templo. Es un lugar peligroso, pero con tus habilidades, podríamos tener éxito.”

    Yukine considera la propuesta por un momento antes de asentir.

    “De acuerdo. Te ayudaré con tu misión, y a cambio, tú me guiarás hacia el Orbe de Eterna Luz.”

    El duende sonríe, satisfecho con el acuerdo.

    “Parece que tenemos un trato. Pero tened cuidado, ambos. Este bar está lleno de oídos curiosos y no todos son de fiar.”

    Con el pacto sellado, Yukine y Lidica se preparan para partir hacia su peligrosa aventura, sabiendo que el destino de los reinos podría depender de su éxito.
    Yukine y Lidica abandonan el bar “El Caldero Místico” y se adentran en la noche, sus pasos resonando en las calles empedradas. La luna llena ilumina su camino mientras se dirigen hacia las ruinas del antiguo templo donde se encuentra el cristal de poder que Lidica necesita recuperar.

    “El templo está a unos días de viaje desde aquí,”

    explica Lidica mientras caminan.

    “Está rodeado de un bosque encantado, lleno de criaturas mágicas y trampas antiguas. Tendremos que estar en guardia en todo momento.”

    Yukine asiente, su mirada fija en el horizonte.

    “Estoy preparado. Cuéntame más sobre este cristal de poder.”

    Lidica suspira, recordando las historias que había escuchado desde niña.

    “El Cristal de la Aurora es un artefacto antiguo que perteneció a mis ancestros. Se dice que tiene la capacidad de amplificar la magia de su portador, pero también puede ser peligroso si cae en las manos equivocadas. Mi familia ha estado buscándolo durante generaciones, y creo que finalmente estoy cerca de encontrarlo.”

    A medida que avanzan, el paisaje cambia gradualmente de la ciudad a un denso bosque. Los árboles altos y retorcidos parecen susurrar secretos antiguos, y la luz de la luna apenas penetra el espeso follaje.

    “Debemos acampar aquí por la noche,”

    sugiere Lidica, señalando un claro en el bosque.

    “Es mejor no adentrarse en el templo sin descansar primero.”

    Yukine asiente y comienza a preparar un pequeño campamento. Mientras encienden una fogata, Lidica saca un mapa antiguo y lo extiende sobre el suelo.

    “Este es el templo,”

    dice, señalando una estructura en el centro del mapa.

    “Hay varias entradas, pero la mayoría están protegidas por trampas mágicas. Con tu ayuda, creo que podemos desactivarlas y llegar al cristal.”

    Yukine estudia el mapa con atención.

    “Mañana al amanecer, nos dirigiremos al templo. Debemos estar preparados para cualquier cosa.”

    Con el plan trazado, ambos se acomodan junto a la fogata, sus pensamientos llenos de la misión que les espera. La noche avanza lentamente, y el bosque parece cobrar vida con los sonidos de criaturas nocturnas y el susurro del viento entre los árboles.
    El amancer y la salida del sol es el indicio que un nuevo día a iniciado, Yukine y Lidica se despiertan y preparan algo de desayuno, dan una segunda revisada al pan trasado con anterioridad y desmontan el campamento hecho, recogiendo las lonas y apagando la totalidad del fuego restante usando magia de agua, poniéndose en marcha una vez mas.
    Mientras Yukine y Lidica avanzan por el bosque encantado, una sensación de que son observados los invade, poniéndolos algo tensos y expectantes, de repente y entre los arbustos una criatura emerge, poniendo a Yukine y Lidica en alerta, Yukine por instinto acumulo mana en ambas manos preparándose para el combate mientras Lidica desenvaina su espada y se ponen posición defensiva.

    “¿Quiénes sois y qué buscáis en mi bosque?”

    pregunta el Leshy, su voz resonando como un eco entre los árboles.
    Yukine a ver a la criatura disipa su mana y hace un gesto a Lidica para que enfunde su arma, Yukine da un paso adelante, mostrando respeto.

    “Somos viajeros en busca de un antiguo templo. No queremos causar daño a tu bosque.”

    El Leshy los observa detenidamente antes de asentir lentamente.

    "Te conozco mago eres aquel que fue elegido como mediador, La elemental de tierra nos dijo de tu elección y pronto encuentro"

    el Leshy asintió y les señalo en dirección al sur

    “El templo que buscáis está protegido por antiguos encantamientos. Si prometéis no dañar el bosque, os guiaré hasta allí.”

    Lidica y Yukine asienten, agradecidos por la ayuda del Leshy. Con su guía, avanzan más profundamente en el bosque, sabiendo que han ganado un poderoso aliado en su búsqueda al menos de manera temporal.
    Una vez llegaron a la entrada del templo el Leshy se paro nuevamente frente a ellos

    "eh cumplido mi parte del trato mediador, espero cumplas la tuya"

    luego de estas palabras el leshy desaparecio entre el musgo del suelo, Yukine y Lidica se miraron el uno al otro y asintieron con decisión y entraron al templo.
    El interior del antiguo templo es un lugar impresionante y lleno de misterio. Al entrar, Yukine y Lidica se encuentran en un vasto salón principal, iluminado por la luz tenue que se filtra a través de las grietas en el techo de piedra. Las paredes están cubiertas de intrincados grabados y frescos que representan escenas de antiguas leyendas y batallas épicas.
    Altas columnas de piedra, decoradas con runas y símbolos antiguos, se alinean a lo largo del salón. Algunas de estas columnas están parcialmente cubiertas de musgo y enredaderas, mostrando el paso del tiempo
    A lo largo de las paredes, hay estatuas de antiguos guardianes del templo, figuras imponentes con expresiones severas y armas en mano. Estas estatuas parecen vigilar a los intrusos con ojos de piedra En el centro del salón, hay un gran altar de mármol, adornado con gemas y metales preciosos. Sobre el altar, hay un pedestal vacío donde alguna vez estuvo el Cristal de poder
    Desde el salón principal, varios pasadizos oscuros se extienden hacia las profundidades del templo. Estos pasadizos están llenos de trampas y desafíos, diseñados para proteger los secretos del templo El techo del salón está decorado con un mosaico de colores brillantes que representa el cielo nocturno y las constelaciones. Este mosaico parece brillar con una luz propia, añadiendo un aire mágico al lugar
    El suelo está hecho de grandes losas de piedra, algunas de las cuales están grabadas con patrones geométricos y símbolos mágicos. A medida que caminan, Yukine y Lidica pueden sentir una energía antigua emanando del suelo
    El ambiente dentro del templo es solemne y reverente, con un silencio que solo es roto por el eco de sus pasos. Cada rincón del lugar parece estar impregnado de historia y magia, Yukine y Lidica saben que deben proceder con cautela.
    Mientras Yukine y Lyria avanzan hacia el altar central, una perturbación mágica se siente en el aire. Las runas en las columnas comienzan a brillar intensamente y el suelo tiembla bajo sus pies.
    Yukine siente la energía mágica acumulándose y sabe que algo está a punto de suceder. Alza su bastón y murmura un conjuro de protección.

    "Lidica, prepárate. Algo se aproxima."

    Lidica desenvaina sus dagas, las hojas brillando con runas de fuego y hielo. Se coloca en posición defensiva junto a Yukine.

    "Estoy lista. Lo que sea que venga, lo enfrentaremos juntos."

    Las estatuas de los guardianes a lo largo del salón empiezan a moverse, desprendiéndose del polvo y el musgo. Sus ojos de piedra brillan con una luz roja y sus armas relucen bajo la luz del templo. Con pasos pesados, avanzan hacia los intrusos, levantando sus espadas y lanzas.
    El primer guardián levanta su espada y lanza un golpe poderoso hacia Yukine. Yukine levanta su mano justo a tiempo, bloqueando el ataque con un escudo de energía mágica. El impacto resuena a través del templo, pero Yukine se mantiene firme.
    Otro guardián se abalanza hacia Lyria con una lanza. Lidica esquiva ágilmente el ataque, rodando hacia un lado y contraatacando con una de sus dagas. La hoja encantada deja una cicatriz ardiente en el brazo de piedra del guardián.
    Un tercer guardián intenta sorprender a Yukine por detrás, pero Yukine está preparado. Gira rápidamente y lanza un hechizo de viento, empujando al guardián hacia atrás y haciéndolo chocar contra una columna.
    Yukine y Lidica se coordinan perfectamente, luchando espalda con espalda. Yukine lanza hechizos de fuego y hielo, debilitando a los guardianes mientras Lidica utiliza su agilidad para esquivar y golpear con precisión.
    El combate continúa, con los guardianes atacando implacablemente y Yukine y Lidica defendiendo cada golpe con destreza y magia. El templo retumba con el sonido de la batalla, y ambos saben que deben mantenerse enfocados si quieren salir victoriosos.
    El combate se vuelve más frenético cuando Yukine decide utilizar una combinación de hechizos más avanzada. Alza su mano y, con un movimiento rápido, lanza un hechizo de cadena de relámpagos. La cadena de relámpagos salta de un guardián a otro, chisporroteando y dejando marcas de quemaduras en sus superficies de piedra. Los guardianes retroceden momentáneamente, dándoles a Yukine y Lidica un respiro para reagruparse.
    Lidica aprovecha el momento para lanzar una de sus pociones explosivas a los pies del guardián más cercano. La explosión resulta en un destello cegador seguido de una onda de choque que desestabiliza la estructura del guardián. Con una agilidad impresionante, Lyria se desliza bajo el guardián tambaleante y clava su daga en las articulaciones de piedra, causándole un daño crítico.
    A pesar de estar envuelto en llamas, el guardián lanza un ataque feroz hacia Yukine. Yukine levanta su escudo de energía justo a tiempo, pero el impacto lo hace retroceder unos pasos. El escudo parpadea, mostrando signos de desgaste.
    El guardián herido en la pierna intenta golpear a Lidica con su lanza. Lidica esquiva con agilidad, pero el guardián la sigue de cerca, lanzando una serie de ataques rápidos. Lyria bloquea algunos con sus dagas, pero uno de los golpes logra rozarle el brazo, causando un corte superficial.
    Un tercer guardián, habiendo chocado contra la columna, se reincorpora y lanza un ataque desde la distancia. Alza su mano y una ráfaga de energía oscura se dirige hacia Yukine y Lidica. Yukine desvía la energía con su mano, pero siente la fuerza del impacto.
    Viendo la oportunidad, Yukine decide recurrir a su hechizo de lanza de hielo, creando una lanza hecha de hielo puro y lanzándola con precisión hacia el corazón de piedra del segundo guardián. La lanza penetra la piedra con un sonido agudo, y el guardián se desploma en una nube de polvo.
    Lidica, con su agilidad intacta, hace uso de su habilidad "Golpe Sombrío". Se desvanece momentáneamente en una sombra y reaparece detrás del último guardián, donde clava sus dos dagas encantadas en su espalda. Las runas de fuego y hielo se activan simultáneamente, causando una explosión elemental que destruye al guardián desde dentro.
    El silencio vuelve al templo, interrumpido solo por los ecos de la batalla que aún resuenan en las paredes. Yukine y Lidica, respirando con dificultad, se miran y asienten, sabiendo que han superado una prueba importante.
    Una vez derrotados los guardianes, el altar que antes estaba vacio ahora resuena, vibra y se ilumina por momentos, Lidica se pone de pie y observa anonadada como de este emerge lo que ha estado buscando durante anos.
    una luz suave y resplandeciente. Lidica da un paso adelante, sus ojos llenos de asombro y reverencia.

    "Lo hemos encontrado,"

    susurra, extendiendo una mano hacia el cristal.

    "por fin lo he encontrado, luego de siglos de busqueda, he cumplido la mision de mi familia y ahora yo y mis desendientes debemos continuar la custodia y proteccion de el cristal ."

    Yukine se acerca a su lado, su energía mágica resonando con la del cristal sorprendido por este hecho deja salir su aura magica haciendo que resuene con mayor intensidad con el cristal Con una profunda respiración, extiende sus manos hacia el Cristal . La luz del cristal se intensifica y un cálido resplandor envuelve a Yukine. La energía empieza a fluir desde el cristal hacia él, recorriendo su cuerpo como un río de pura magia. Sus ojos brillan con un azul intenso mientras siente cómo su propia magia se fusiona con la del cristal.
    De repente, una figura comienza a formarse frente a ellos, emergiendo de la luz del cristal. Es una entidad de luz pura, con forma humanoide, pero sus rasgos son etéreos y cambiantes, como si estuviera hecha del mismo resplandor del cristal.

    "Yukine,"

    dice la entidad con una voz que resuena como un coro de ecos armoniosos,

    "yo soy el Guardián del Cristal, una manifestación de su esencia."

    Yukine, todavía envuelto en la energía del cristal, inclina la cabeza en señal de respeto.

    "¿Por qué me ha elegido el cristal? ¿Por qué me otorga sus poderes?"

    La entidad de luz se acerca, su presencia irradiando calidez y serenidad.

    "El Cristal posee un gran poder, uno que puede restaurar el equilibrio o causar destrucción, dependiendo de las intenciones de su portador. Te ha elegido a ti porque eres tu quien fue escogido por lo elementales como mediador."

    Lidica observa la escena con reverencia, sus ojos llenos de asombro.

    "¿Qué debemos hacer ahora?"

    pregunta ella.
    La entidad sonríe suavemente.

    "El trabajo de tu familia, el cual desempeño por siglos hoy se ha cumplido, su salvaguarda era fundamental para que hoy el cristal pudiera entregar sus poderes al mediador."

    "Yukine, ahora que has absorbido los poderes del cristal, te has convertido en su guardián. Debes utilizar este poder para cerrar las brechas que amenazan los reinos y restaurar el equilibrio. Pero recuerda, con gran poder viene una gran responsabilidad."

    Yukine asiente, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros, pero también una sensación de propósito y claridad.

    "Lo haré. Protegeré el equilibrio"

    La luz que forma la entidad comienza a desvanecerse, pero su voz permanece clara.

    "El Cristal ha confiado en ti, Yukine. Usa su poder con sabiduría y valentía. El destino de los reinos está ahora en tus manos."

    Con esas palabras, la entidad desaparece, dejando a Yukine y Lidica en la sala central del templo. La luz del cristal se integra completamente en Yukine, y él siente una nueva fuerza y conexión con la magia del mundo.
    El mago Yukine empuja la pesada puerta de madera del bar. Al entrar, una mezcla de luces tenues y sombras danzantes lo envuelven. El aire está cargado de una mezcla de aromas: hierbas exóticas, pociones burbujeantes y el inconfundible olor a magia antigua. El bar está lleno de seres mitológicos de todo tipo. En una esquina, un grupo de elfos discute animadamente sobre la última moda en arcos encantados. Cerca de la barra, un centauro sorbe una bebida espumosa mientras conversa con una sirena que ha encontrado un asiento en un tanque de agua especialmente diseñado para ella. En una mesa central, un dragón en forma humana lanza dados mágicos en un juego de azar con un gnomo y un troll. Yukine avanza con paso seguro, su capa ondeando ligeramente detrás de él. Sus ojos brillan con una luz azulada, reflejo de su poder interior. Se acerca a la barra, donde el barman, un duende de aspecto astuto, le sonríe. “¿Qué te trae por aquí, mago?” pregunta el duende mientras limpia un vaso con un trapo que parece tener vida propia. “He venido en busca de información,” responde Yukine, su voz resonando con autoridad. “Dicen que aquí se puede encontrar a los más sabios y a los más astutos de todos los reinos.” El duende asiente, sus ojos brillando con curiosidad. “Has venido al lugar correcto. Pero aquí, la información tiene un precio.” Yukine sonríe levemente, sacando una pequeña bolsa de su capa y dejándola sobre la barra. El tintineo de las monedas de oro resuena en el bar, atrayendo la atención de varios de los presentes. “Entonces, empecemos,” dice Yukine, preparándose para desentrañar los secretos que lo han llevado hasta este lugar. El duende toma la bolsa de monedas y la guarda rápidamente en un bolsillo de su chaleco. “Muy bien, mago Yukine. ¿Qué es lo que deseas saber?” Yukine se inclina ligeramente hacia adelante, su voz baja pero firme. “Estoy buscando información sobre un antiguo artefacto, el Orbe de Eterna Luz. Se dice que tiene el poder de restaurar el equilibrio entre los reinos.” El duende frunce el ceño, sus ojos brillando con una mezcla de interés y preocupación. “El Orbe de Eterna Luz… No es un objeto común. Muchos lo han buscado, pero pocos han regresado.” Desde una mesa cercana, una figura encapuchada se levanta y se acerca a la barra. “He oído hablar de ese artefacto,” dice la figura, revelando un rostro parcialmente cubierto por cicatrices. “Soy Lidica, una exploradora de tierras lejanas. He visto mapas y escuchado leyendas sobre el Orbe.” Yukine la observa con atención. “¿Estás dispuesta a compartir lo que sabes?” Lidica asiente lentamente. “A cambio de tu ayuda en una misión que tengo pendiente. Necesito recuperar un cristal de poder de las ruinas de un antiguo templo. Es un lugar peligroso, pero con tus habilidades, podríamos tener éxito.” Yukine considera la propuesta por un momento antes de asentir. “De acuerdo. Te ayudaré con tu misión, y a cambio, tú me guiarás hacia el Orbe de Eterna Luz.” El duende sonríe, satisfecho con el acuerdo. “Parece que tenemos un trato. Pero tened cuidado, ambos. Este bar está lleno de oídos curiosos y no todos son de fiar.” Con el pacto sellado, Yukine y Lidica se preparan para partir hacia su peligrosa aventura, sabiendo que el destino de los reinos podría depender de su éxito. Yukine y Lidica abandonan el bar “El Caldero Místico” y se adentran en la noche, sus pasos resonando en las calles empedradas. La luna llena ilumina su camino mientras se dirigen hacia las ruinas del antiguo templo donde se encuentra el cristal de poder que Lidica necesita recuperar. “El templo está a unos días de viaje desde aquí,” explica Lidica mientras caminan. “Está rodeado de un bosque encantado, lleno de criaturas mágicas y trampas antiguas. Tendremos que estar en guardia en todo momento.” Yukine asiente, su mirada fija en el horizonte. “Estoy preparado. Cuéntame más sobre este cristal de poder.” Lidica suspira, recordando las historias que había escuchado desde niña. “El Cristal de la Aurora es un artefacto antiguo que perteneció a mis ancestros. Se dice que tiene la capacidad de amplificar la magia de su portador, pero también puede ser peligroso si cae en las manos equivocadas. Mi familia ha estado buscándolo durante generaciones, y creo que finalmente estoy cerca de encontrarlo.” A medida que avanzan, el paisaje cambia gradualmente de la ciudad a un denso bosque. Los árboles altos y retorcidos parecen susurrar secretos antiguos, y la luz de la luna apenas penetra el espeso follaje. “Debemos acampar aquí por la noche,” sugiere Lidica, señalando un claro en el bosque. “Es mejor no adentrarse en el templo sin descansar primero.” Yukine asiente y comienza a preparar un pequeño campamento. Mientras encienden una fogata, Lidica saca un mapa antiguo y lo extiende sobre el suelo. “Este es el templo,” dice, señalando una estructura en el centro del mapa. “Hay varias entradas, pero la mayoría están protegidas por trampas mágicas. Con tu ayuda, creo que podemos desactivarlas y llegar al cristal.” Yukine estudia el mapa con atención. “Mañana al amanecer, nos dirigiremos al templo. Debemos estar preparados para cualquier cosa.” Con el plan trazado, ambos se acomodan junto a la fogata, sus pensamientos llenos de la misión que les espera. La noche avanza lentamente, y el bosque parece cobrar vida con los sonidos de criaturas nocturnas y el susurro del viento entre los árboles. El amancer y la salida del sol es el indicio que un nuevo día a iniciado, Yukine y Lidica se despiertan y preparan algo de desayuno, dan una segunda revisada al pan trasado con anterioridad y desmontan el campamento hecho, recogiendo las lonas y apagando la totalidad del fuego restante usando magia de agua, poniéndose en marcha una vez mas. Mientras Yukine y Lidica avanzan por el bosque encantado, una sensación de que son observados los invade, poniéndolos algo tensos y expectantes, de repente y entre los arbustos una criatura emerge, poniendo a Yukine y Lidica en alerta, Yukine por instinto acumulo mana en ambas manos preparándose para el combate mientras Lidica desenvaina su espada y se ponen posición defensiva. “¿Quiénes sois y qué buscáis en mi bosque?” pregunta el Leshy, su voz resonando como un eco entre los árboles. Yukine a ver a la criatura disipa su mana y hace un gesto a Lidica para que enfunde su arma, Yukine da un paso adelante, mostrando respeto. “Somos viajeros en busca de un antiguo templo. No queremos causar daño a tu bosque.” El Leshy los observa detenidamente antes de asentir lentamente. "Te conozco mago eres aquel que fue elegido como mediador, La elemental de tierra nos dijo de tu elección y pronto encuentro" el Leshy asintió y les señalo en dirección al sur “El templo que buscáis está protegido por antiguos encantamientos. Si prometéis no dañar el bosque, os guiaré hasta allí.” Lidica y Yukine asienten, agradecidos por la ayuda del Leshy. Con su guía, avanzan más profundamente en el bosque, sabiendo que han ganado un poderoso aliado en su búsqueda al menos de manera temporal. Una vez llegaron a la entrada del templo el Leshy se paro nuevamente frente a ellos "eh cumplido mi parte del trato mediador, espero cumplas la tuya" luego de estas palabras el leshy desaparecio entre el musgo del suelo, Yukine y Lidica se miraron el uno al otro y asintieron con decisión y entraron al templo. El interior del antiguo templo es un lugar impresionante y lleno de misterio. Al entrar, Yukine y Lidica se encuentran en un vasto salón principal, iluminado por la luz tenue que se filtra a través de las grietas en el techo de piedra. Las paredes están cubiertas de intrincados grabados y frescos que representan escenas de antiguas leyendas y batallas épicas. Altas columnas de piedra, decoradas con runas y símbolos antiguos, se alinean a lo largo del salón. Algunas de estas columnas están parcialmente cubiertas de musgo y enredaderas, mostrando el paso del tiempo A lo largo de las paredes, hay estatuas de antiguos guardianes del templo, figuras imponentes con expresiones severas y armas en mano. Estas estatuas parecen vigilar a los intrusos con ojos de piedra En el centro del salón, hay un gran altar de mármol, adornado con gemas y metales preciosos. Sobre el altar, hay un pedestal vacío donde alguna vez estuvo el Cristal de poder Desde el salón principal, varios pasadizos oscuros se extienden hacia las profundidades del templo. Estos pasadizos están llenos de trampas y desafíos, diseñados para proteger los secretos del templo El techo del salón está decorado con un mosaico de colores brillantes que representa el cielo nocturno y las constelaciones. Este mosaico parece brillar con una luz propia, añadiendo un aire mágico al lugar El suelo está hecho de grandes losas de piedra, algunas de las cuales están grabadas con patrones geométricos y símbolos mágicos. A medida que caminan, Yukine y Lidica pueden sentir una energía antigua emanando del suelo El ambiente dentro del templo es solemne y reverente, con un silencio que solo es roto por el eco de sus pasos. Cada rincón del lugar parece estar impregnado de historia y magia, Yukine y Lidica saben que deben proceder con cautela. Mientras Yukine y Lyria avanzan hacia el altar central, una perturbación mágica se siente en el aire. Las runas en las columnas comienzan a brillar intensamente y el suelo tiembla bajo sus pies. Yukine siente la energía mágica acumulándose y sabe que algo está a punto de suceder. Alza su bastón y murmura un conjuro de protección. "Lidica, prepárate. Algo se aproxima." Lidica desenvaina sus dagas, las hojas brillando con runas de fuego y hielo. Se coloca en posición defensiva junto a Yukine. "Estoy lista. Lo que sea que venga, lo enfrentaremos juntos." Las estatuas de los guardianes a lo largo del salón empiezan a moverse, desprendiéndose del polvo y el musgo. Sus ojos de piedra brillan con una luz roja y sus armas relucen bajo la luz del templo. Con pasos pesados, avanzan hacia los intrusos, levantando sus espadas y lanzas. El primer guardián levanta su espada y lanza un golpe poderoso hacia Yukine. Yukine levanta su mano justo a tiempo, bloqueando el ataque con un escudo de energía mágica. El impacto resuena a través del templo, pero Yukine se mantiene firme. Otro guardián se abalanza hacia Lyria con una lanza. Lidica esquiva ágilmente el ataque, rodando hacia un lado y contraatacando con una de sus dagas. La hoja encantada deja una cicatriz ardiente en el brazo de piedra del guardián. Un tercer guardián intenta sorprender a Yukine por detrás, pero Yukine está preparado. Gira rápidamente y lanza un hechizo de viento, empujando al guardián hacia atrás y haciéndolo chocar contra una columna. Yukine y Lidica se coordinan perfectamente, luchando espalda con espalda. Yukine lanza hechizos de fuego y hielo, debilitando a los guardianes mientras Lidica utiliza su agilidad para esquivar y golpear con precisión. El combate continúa, con los guardianes atacando implacablemente y Yukine y Lidica defendiendo cada golpe con destreza y magia. El templo retumba con el sonido de la batalla, y ambos saben que deben mantenerse enfocados si quieren salir victoriosos. El combate se vuelve más frenético cuando Yukine decide utilizar una combinación de hechizos más avanzada. Alza su mano y, con un movimiento rápido, lanza un hechizo de cadena de relámpagos. La cadena de relámpagos salta de un guardián a otro, chisporroteando y dejando marcas de quemaduras en sus superficies de piedra. Los guardianes retroceden momentáneamente, dándoles a Yukine y Lidica un respiro para reagruparse. Lidica aprovecha el momento para lanzar una de sus pociones explosivas a los pies del guardián más cercano. La explosión resulta en un destello cegador seguido de una onda de choque que desestabiliza la estructura del guardián. Con una agilidad impresionante, Lyria se desliza bajo el guardián tambaleante y clava su daga en las articulaciones de piedra, causándole un daño crítico. A pesar de estar envuelto en llamas, el guardián lanza un ataque feroz hacia Yukine. Yukine levanta su escudo de energía justo a tiempo, pero el impacto lo hace retroceder unos pasos. El escudo parpadea, mostrando signos de desgaste. El guardián herido en la pierna intenta golpear a Lidica con su lanza. Lidica esquiva con agilidad, pero el guardián la sigue de cerca, lanzando una serie de ataques rápidos. Lyria bloquea algunos con sus dagas, pero uno de los golpes logra rozarle el brazo, causando un corte superficial. Un tercer guardián, habiendo chocado contra la columna, se reincorpora y lanza un ataque desde la distancia. Alza su mano y una ráfaga de energía oscura se dirige hacia Yukine y Lidica. Yukine desvía la energía con su mano, pero siente la fuerza del impacto. Viendo la oportunidad, Yukine decide recurrir a su hechizo de lanza de hielo, creando una lanza hecha de hielo puro y lanzándola con precisión hacia el corazón de piedra del segundo guardián. La lanza penetra la piedra con un sonido agudo, y el guardián se desploma en una nube de polvo. Lidica, con su agilidad intacta, hace uso de su habilidad "Golpe Sombrío". Se desvanece momentáneamente en una sombra y reaparece detrás del último guardián, donde clava sus dos dagas encantadas en su espalda. Las runas de fuego y hielo se activan simultáneamente, causando una explosión elemental que destruye al guardián desde dentro. El silencio vuelve al templo, interrumpido solo por los ecos de la batalla que aún resuenan en las paredes. Yukine y Lidica, respirando con dificultad, se miran y asienten, sabiendo que han superado una prueba importante. Una vez derrotados los guardianes, el altar que antes estaba vacio ahora resuena, vibra y se ilumina por momentos, Lidica se pone de pie y observa anonadada como de este emerge lo que ha estado buscando durante anos. una luz suave y resplandeciente. Lidica da un paso adelante, sus ojos llenos de asombro y reverencia. "Lo hemos encontrado," susurra, extendiendo una mano hacia el cristal. "por fin lo he encontrado, luego de siglos de busqueda, he cumplido la mision de mi familia y ahora yo y mis desendientes debemos continuar la custodia y proteccion de el cristal ." Yukine se acerca a su lado, su energía mágica resonando con la del cristal sorprendido por este hecho deja salir su aura magica haciendo que resuene con mayor intensidad con el cristal Con una profunda respiración, extiende sus manos hacia el Cristal . La luz del cristal se intensifica y un cálido resplandor envuelve a Yukine. La energía empieza a fluir desde el cristal hacia él, recorriendo su cuerpo como un río de pura magia. Sus ojos brillan con un azul intenso mientras siente cómo su propia magia se fusiona con la del cristal. De repente, una figura comienza a formarse frente a ellos, emergiendo de la luz del cristal. Es una entidad de luz pura, con forma humanoide, pero sus rasgos son etéreos y cambiantes, como si estuviera hecha del mismo resplandor del cristal. "Yukine," dice la entidad con una voz que resuena como un coro de ecos armoniosos, "yo soy el Guardián del Cristal, una manifestación de su esencia." Yukine, todavía envuelto en la energía del cristal, inclina la cabeza en señal de respeto. "¿Por qué me ha elegido el cristal? ¿Por qué me otorga sus poderes?" La entidad de luz se acerca, su presencia irradiando calidez y serenidad. "El Cristal posee un gran poder, uno que puede restaurar el equilibrio o causar destrucción, dependiendo de las intenciones de su portador. Te ha elegido a ti porque eres tu quien fue escogido por lo elementales como mediador." Lidica observa la escena con reverencia, sus ojos llenos de asombro. "¿Qué debemos hacer ahora?" pregunta ella. La entidad sonríe suavemente. "El trabajo de tu familia, el cual desempeño por siglos hoy se ha cumplido, su salvaguarda era fundamental para que hoy el cristal pudiera entregar sus poderes al mediador." "Yukine, ahora que has absorbido los poderes del cristal, te has convertido en su guardián. Debes utilizar este poder para cerrar las brechas que amenazan los reinos y restaurar el equilibrio. Pero recuerda, con gran poder viene una gran responsabilidad." Yukine asiente, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros, pero también una sensación de propósito y claridad. "Lo haré. Protegeré el equilibrio" La luz que forma la entidad comienza a desvanecerse, pero su voz permanece clara. "El Cristal ha confiado en ti, Yukine. Usa su poder con sabiduría y valentía. El destino de los reinos está ahora en tus manos." Con esas palabras, la entidad desaparece, dejando a Yukine y Lidica en la sala central del templo. La luz del cristal se integra completamente en Yukine, y él siente una nueva fuerza y conexión con la magia del mundo.
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  • “ 𝐃𝐞𝐟𝐢𝐧𝐢𝐭𝐢𝐯𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐩𝐫𝐞𝐟𝐞𝐫𝐢𝐫í𝐚 𝐦𝐨𝐫𝐢𝐫 𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐞𝐧𝐞𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞𝐠𝐮𝐢𝐫 𝐭𝐨𝐦𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐞𝐬𝐚𝐬 𝐩𝐚𝐬𝐭𝐢𝐥𝐥𝐚𝐬. ”






    Estaba realmente cansado, con un dolor de cabeza tan insoportable que provocaba ganas de golpearse contra una pared hasta que se le pase. Tenía ojeras ocasionadas por su desordenadas horas de sueño y un humor nada característico de él.

    Hace unos días andaba en "Tratamiento" tomaba cierta medicación con efectos secundarios que lo mataban físicamente. ¿Quién diría que escuchar voces solo una vez desencanaderia está mierda? Si lo hubiera sabido, mantendría la boca cerrada cuando el doctor le preguntó que es lo que escuchaba.


    Aunque tenía la opción de simplemente dejar de tomar la medicina, le había prometido a Kiev seguir todo lo que diría el doctor, era lo mínimo después de ocasionar un accidente en dónde casi se mueren.


    — Esto simplemente apesta. — Volvió a tomar una colada de su cigarro, libero el humo mientras miraba el techo de aquella habitación. Sus ojos ámbar vagaron hacia él psiquiatra, quien solo escribía las respuestas de las preguntas que le hacia al rubio. — ¿Ya me puedo ir?

    — Aún no, todavía falta media hora, recuerde que el señor Romalsko pidió que estuviera el tiempo que se le recomendó. — Dijo mientras terminaba de anotar unas cosas. — Ryan, se que esto debe ser muy pesado para tí, pero como ya le dije, los síntomas solo se presentarán la primera semana, después se calmaran. Pero hablemos, según con lo que me comentaste, puedo deducir que lo que tienes es un trauma guardado por mucho, la culpa te esta comiendo. Cuando viste a esa mujer, eh Yuki ¿No? siendo capturada, te trajo recuerdos por no haber ayudado a "esa" persona en el pasado. el casi mismo escenario y casi la misma situación, despertaron recuerdos y traumas que no habias tratado antes, las voces podría ser un síntoma de esquizofrenia pero para tu suerte no es eso. Sin embargo, la depresión es igual de fuerte así que espero que hayas estado haciendo lo que te recomendé.

    — Ejercicios, aromaterapia, hacer algo productivo, caminar, salir y estar bajo sol para decirle "Owww que lindo brillas, por favor, no me provoques cáncer a la piel" . — Habló sarcástico, miro al doctor quien lo observaba seriamente. Soltó un suspiro agotado, apagó su cigarro contra un platillo ubicado en una mesa alado de su sillón. — Yo ugh, lo siento, lamento ser grosero. Pero de verdad ya no puedo con esto, no sé en qué momento se torcieron tanto las cosas. — Cubrió su rostro con ambas manos, inhaló y exhalo profundamente para relajarse mientras se dejaba caer en el sillón. Él no quería actuar más así, quería volver a ser el de siempre, aunque su ultima salida era simplemente tomar aquellas pastillas que lo mataban. Definitivamente ahora entiende por que su mejor amigo siempre paraba de mal humor cuando tomaba aquella medicina por las alucinaciones.

    — Entiendo, mmm ¿Qué tal si hablamos de tu infancia? Cuéntame, ¿Hay una linda experiencia que tengas? — Notaba como el rubio se relajaba un poco más. — ¿Alguna mascota? ¿Amigos o primer amor? O con tu cuidadora Camile.


    Ryan miro al hombre unos segundos, antes de ponerse a pensar. — Mmm no sé me ocurre alguna buena experiencia. Pero no es mala idea hablar de eso. — Mencionó con una sonrisa y una expresión relajada. Él psiquiatra se puso más contento al ver que estaba abierto hablar sobre su infancia.

    — Bueno Alessandro, solo es cuestión de pensarlo.

    — Ah... ¿En serio?. Pero usted ya parece conocerme mejor.

    — ¿De que habl - Se quedó congelado, había cometido un error.


    Ryan mantuvo su sonrisa, miro al hombre a los ojos, al parecer ya se había dado cuenta. — Sabe, es muy curioso, no recuerdo haberle dicho mi verdadero nombre en estas sesiones, nunca se lo eh dicho a nadie. Es más, no recuerdo tampoco decirle que mi cuidadora se llamaba Camile. — Se levantó del sillón, dió unos pasos acercándose mientras sacaba un arma escondido en su bolsillo trasero, apunto en su cabeza y la obligó a mirarlo con una mano. — Dígame, ¿Desde cuándo trabaja para mí padre? Y no trate de hacerse el tonto, hablo de Fabrizio, Fabrizio Conti.


    Tal vez está sería su última sesión con aquel psiquiatra, pero bueno, al menos tenía a ese oso de peluche. Él lo escuchaba, y gratis.
    “ 𝐃𝐞𝐟𝐢𝐧𝐢𝐭𝐢𝐯𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐩𝐫𝐞𝐟𝐞𝐫𝐢𝐫í𝐚 𝐦𝐨𝐫𝐢𝐫 𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐞𝐧𝐞𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞𝐠𝐮𝐢𝐫 𝐭𝐨𝐦𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐞𝐬𝐚𝐬 𝐩𝐚𝐬𝐭𝐢𝐥𝐥𝐚𝐬. ” Estaba realmente cansado, con un dolor de cabeza tan insoportable que provocaba ganas de golpearse contra una pared hasta que se le pase. Tenía ojeras ocasionadas por su desordenadas horas de sueño y un humor nada característico de él. Hace unos días andaba en "Tratamiento" tomaba cierta medicación con efectos secundarios que lo mataban físicamente. ¿Quién diría que escuchar voces solo una vez desencanaderia está mierda? Si lo hubiera sabido, mantendría la boca cerrada cuando el doctor le preguntó que es lo que escuchaba. Aunque tenía la opción de simplemente dejar de tomar la medicina, le había prometido a Kiev seguir todo lo que diría el doctor, era lo mínimo después de ocasionar un accidente en dónde casi se mueren. — Esto simplemente apesta. — Volvió a tomar una colada de su cigarro, libero el humo mientras miraba el techo de aquella habitación. Sus ojos ámbar vagaron hacia él psiquiatra, quien solo escribía las respuestas de las preguntas que le hacia al rubio. — ¿Ya me puedo ir? — Aún no, todavía falta media hora, recuerde que el señor Romalsko pidió que estuviera el tiempo que se le recomendó. — Dijo mientras terminaba de anotar unas cosas. — Ryan, se que esto debe ser muy pesado para tí, pero como ya le dije, los síntomas solo se presentarán la primera semana, después se calmaran. Pero hablemos, según con lo que me comentaste, puedo deducir que lo que tienes es un trauma guardado por mucho, la culpa te esta comiendo. Cuando viste a esa mujer, eh Yuki ¿No? siendo capturada, te trajo recuerdos por no haber ayudado a "esa" persona en el pasado. el casi mismo escenario y casi la misma situación, despertaron recuerdos y traumas que no habias tratado antes, las voces podría ser un síntoma de esquizofrenia pero para tu suerte no es eso. Sin embargo, la depresión es igual de fuerte así que espero que hayas estado haciendo lo que te recomendé. — Ejercicios, aromaterapia, hacer algo productivo, caminar, salir y estar bajo sol para decirle "Owww que lindo brillas, por favor, no me provoques cáncer a la piel" . — Habló sarcástico, miro al doctor quien lo observaba seriamente. Soltó un suspiro agotado, apagó su cigarro contra un platillo ubicado en una mesa alado de su sillón. — Yo ugh, lo siento, lamento ser grosero. Pero de verdad ya no puedo con esto, no sé en qué momento se torcieron tanto las cosas. — Cubrió su rostro con ambas manos, inhaló y exhalo profundamente para relajarse mientras se dejaba caer en el sillón. Él no quería actuar más así, quería volver a ser el de siempre, aunque su ultima salida era simplemente tomar aquellas pastillas que lo mataban. Definitivamente ahora entiende por que su mejor amigo siempre paraba de mal humor cuando tomaba aquella medicina por las alucinaciones. — Entiendo, mmm ¿Qué tal si hablamos de tu infancia? Cuéntame, ¿Hay una linda experiencia que tengas? — Notaba como el rubio se relajaba un poco más. — ¿Alguna mascota? ¿Amigos o primer amor? O con tu cuidadora Camile. Ryan miro al hombre unos segundos, antes de ponerse a pensar. — Mmm no sé me ocurre alguna buena experiencia. Pero no es mala idea hablar de eso. — Mencionó con una sonrisa y una expresión relajada. Él psiquiatra se puso más contento al ver que estaba abierto hablar sobre su infancia. — Bueno Alessandro, solo es cuestión de pensarlo. — Ah... ¿En serio?. Pero usted ya parece conocerme mejor. — ¿De que habl - Se quedó congelado, había cometido un error. Ryan mantuvo su sonrisa, miro al hombre a los ojos, al parecer ya se había dado cuenta. — Sabe, es muy curioso, no recuerdo haberle dicho mi verdadero nombre en estas sesiones, nunca se lo eh dicho a nadie. Es más, no recuerdo tampoco decirle que mi cuidadora se llamaba Camile. — Se levantó del sillón, dió unos pasos acercándose mientras sacaba un arma escondido en su bolsillo trasero, apunto en su cabeza y la obligó a mirarlo con una mano. — Dígame, ¿Desde cuándo trabaja para mí padre? Y no trate de hacerse el tonto, hablo de Fabrizio, Fabrizio Conti. Tal vez está sería su última sesión con aquel psiquiatra, pero bueno, al menos tenía a ese oso de peluche. Él lo escuchaba, y gratis.
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  • Yuki despertó con el roce suave de la luz filtrándose a través de los cristales.

    Su cuerpo aún estaba inmerso en la tibieza de las sábanas cuando, al abrir los ojos, notó el peso de otra presencia a su lado.

    Giró la cabeza con una lentitud casi dolorosa, como si al evitar el momento pudiera negar lo que sabía que encontraría: Geto. Su cabello negro desparramado sobre la almohada, respirando profundamente, envuelto en una paz que contrastaba brutalmente con el torbellino que empezaba a formarse en su pecho.

    Un nudo se apretó en su garganta.

    Otra vez.

    Esta era la segunda vez que compartían la cama y, aunque había disfrutado cada instante de la noche anterior, un pensamiento se instalaba con firmeza: no debería haber pasado.

    Aún medio adormecida, su mente comenzó a recoger los retazos de lo sucedido. Risas que flotaban en el aire, el calor creciente entre ellos, las caricias que se volvieron urgentes, incontrolables. Había sido tan fácil dejarse llevar, como si algo inevitable los atrajera mutuamente.

    Pero esa atracción... Yuki lo sabía bien, no era amor. No era lo que ella quería de él. Su conexión con Geto era una chispa violenta, pura química, un deseo que encendía su piel, pero su corazón... su corazón no estaba involucrado... ¿o sí? No, no podía ser, no quería que así fuera.

    ¿Qué estoy haciendo? se preguntó mientras el eco de la noche reverberaba en su mente. Quería creer que no sentía nada por él más allá de lo físico, y eso lo hacía peor. Esto no era el comienzo de algo más profundo, ni la semilla de una relación. Era simplemente lo que era: un acto impulsivo, placentero, pero vacío de significado.

    Yuki exhaló suavemente, cuidando de no despertarlo. Sentía el peso del error hundiéndose en su pecho, pero también un anhelo sutil de escapar antes de que la realidad se volviera insoportable. Deslizó las sábanas con cuidado, permitiendo que el aire fresco de la mañana acariciara su piel desnuda.

    «𝐒𝐔𝐆𝐔𝐑𝐔 𝐆𝐄𝐓𝐎»
    Yuki despertó con el roce suave de la luz filtrándose a través de los cristales. Su cuerpo aún estaba inmerso en la tibieza de las sábanas cuando, al abrir los ojos, notó el peso de otra presencia a su lado. Giró la cabeza con una lentitud casi dolorosa, como si al evitar el momento pudiera negar lo que sabía que encontraría: Geto. Su cabello negro desparramado sobre la almohada, respirando profundamente, envuelto en una paz que contrastaba brutalmente con el torbellino que empezaba a formarse en su pecho. Un nudo se apretó en su garganta. Otra vez. Esta era la segunda vez que compartían la cama y, aunque había disfrutado cada instante de la noche anterior, un pensamiento se instalaba con firmeza: no debería haber pasado. Aún medio adormecida, su mente comenzó a recoger los retazos de lo sucedido. Risas que flotaban en el aire, el calor creciente entre ellos, las caricias que se volvieron urgentes, incontrolables. Había sido tan fácil dejarse llevar, como si algo inevitable los atrajera mutuamente. Pero esa atracción... Yuki lo sabía bien, no era amor. No era lo que ella quería de él. Su conexión con Geto era una chispa violenta, pura química, un deseo que encendía su piel, pero su corazón... su corazón no estaba involucrado... ¿o sí? No, no podía ser, no quería que así fuera. ¿Qué estoy haciendo? se preguntó mientras el eco de la noche reverberaba en su mente. Quería creer que no sentía nada por él más allá de lo físico, y eso lo hacía peor. Esto no era el comienzo de algo más profundo, ni la semilla de una relación. Era simplemente lo que era: un acto impulsivo, placentero, pero vacío de significado. Yuki exhaló suavemente, cuidando de no despertarlo. Sentía el peso del error hundiéndose en su pecho, pero también un anhelo sutil de escapar antes de que la realidad se volviera insoportable. Deslizó las sábanas con cuidado, permitiendo que el aire fresco de la mañana acariciara su piel desnuda. «[GetoSuguru]»
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  • - Yo bien atento a la conversación entre Yuki y Geto. -
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    ¿Cómo que tú Yuki? ¿Desde cuándo? #nvnv
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    Me descuido un día, vengo y descubro que me quieren quitar a mi Yuki... Malditos simios hechiceros y maldiciones primates... #nvSV
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  • Me descuido un día, vengo y descubro que me quieren quitar a mi Yuki... Malditos simios hechiceros y maldiciones primates... #nvSV
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  • El mago Yukine empuja la pesada puerta de madera del bar. Al entrar, una mezcla de luces tenues y sombras danzantes lo envuelven. El aire está cargado de una mezcla de aromas: hierbas exóticas, pociones burbujeantes y el inconfundible olor a magia antigua.

    El bar está lleno de seres mitológicos de todo tipo. En una esquina, un grupo de elfos discute animadamente sobre la última moda en arcos encantados. Cerca de la barra, un centauro sorbe una bebida espumosa mientras conversa con una sirena que ha encontrado un asiento en un tanque de agua especialmente diseñado para ella. En una mesa central, un dragón en forma humana lanza dados mágicos en un juego de azar con un gnomo y un troll.

    Yukine avanza con paso seguro, su capa ondeando ligeramente detrás de él. Sus ojos brillan con una luz azulada, reflejo de su poder interior. Se acerca a la barra, donde el barman, un duende de aspecto astuto, le sonríe.

    ¿Qué te trae por aquí, mago?”

    pregunta el duende mientras limpia un vaso con un trapo que parece tener vida propia.

    “He venido en busca de información,”

    responde Yukine, su voz resonando con autoridad.

    “Dicen que aquí se puede encontrar a los más sabios y a los más astutos de todos los reinos.”

    El duende asiente, sus ojos brillando con curiosidad.

    “Has venido al lugar correcto. Pero aquí, la información tiene un precio.”

    Yukine sonríe levemente, sacando una pequeña bolsa de su capa y dejándola sobre la barra. El tintineo de las monedas de oro resuena en el bar, atrayendo la atención de varios de los presentes.

    “Entonces, empecemos,”

    dice Yukine, preparándose para desentrañar los secretos que lo han llevado hasta este lugar.
    El mago Yukine empuja la pesada puerta de madera del bar. Al entrar, una mezcla de luces tenues y sombras danzantes lo envuelven. El aire está cargado de una mezcla de aromas: hierbas exóticas, pociones burbujeantes y el inconfundible olor a magia antigua. El bar está lleno de seres mitológicos de todo tipo. En una esquina, un grupo de elfos discute animadamente sobre la última moda en arcos encantados. Cerca de la barra, un centauro sorbe una bebida espumosa mientras conversa con una sirena que ha encontrado un asiento en un tanque de agua especialmente diseñado para ella. En una mesa central, un dragón en forma humana lanza dados mágicos en un juego de azar con un gnomo y un troll. Yukine avanza con paso seguro, su capa ondeando ligeramente detrás de él. Sus ojos brillan con una luz azulada, reflejo de su poder interior. Se acerca a la barra, donde el barman, un duende de aspecto astuto, le sonríe. ¿Qué te trae por aquí, mago?” pregunta el duende mientras limpia un vaso con un trapo que parece tener vida propia. “He venido en busca de información,” responde Yukine, su voz resonando con autoridad. “Dicen que aquí se puede encontrar a los más sabios y a los más astutos de todos los reinos.” El duende asiente, sus ojos brillando con curiosidad. “Has venido al lugar correcto. Pero aquí, la información tiene un precio.” Yukine sonríe levemente, sacando una pequeña bolsa de su capa y dejándola sobre la barra. El tintineo de las monedas de oro resuena en el bar, atrayendo la atención de varios de los presentes. “Entonces, empecemos,” dice Yukine, preparándose para desentrañar los secretos que lo han llevado hasta este lugar.
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    Enhorabuena por el verificado 𝒀𝒖𝒌𝒊 𝑻𝒔𝒖𝒌𝒖𝒎𝒐
    Enhorabuena por el verificado [yukitsukumo] ❤️
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  • Luego de todo lo sucedido y con la derrota de Aqualon y el pantano restaurado a su forma original, Yukine y Dafne siguieron su camino hacia su siguiente objetivo, el cual según la guía del a pluma del fénix era una caverna, en esta yacía un laberinto, este tenia la mala fama de no dejar salir a nadie quien osara entrar.
    En el camino Yukine aprovecho para leer el tomo de las mareas obtenido de Aqualon, curiosamente Dafne quien también lo leyó no obtuvo ningún tipo de habilidad o mejora para si.
    "No es justo que yo no pudiera mejorar mi magia con ese libro!!"
    Reprocho Dafne resignada, pero a su vez contenta de ver como Yukine si obtiene nuevas habilidades significativas para su viaje y su labor como mediador;
    "paremos aquí Dafne quiero probar los hechizos que tiene el tomo"
    Mejor sitio no podían haber elegido, El claro se abre como un oasis de luz en medio de la densa vegetación del bosque. Los árboles, altos y majestuosos, forman un círculo natural alrededor del espacio abierto, sus ramas entrelazadas creando un dosel que filtra la luz del sol en suaves rayos dorados. El suelo del claro está cubierto de una alfombra de hierba verde y suave, salpicada de flores silvestres de colores vibrantes: margaritas blancas, campanillas azules y amapolas rojas.
    En el centro del claro, un pequeño arroyo serpentea perezosamente, su agua cristalina reflejando el cielo azul y las hojas verdes. El sonido del agua fluyendo añade una melodía tranquila al ambiente, complementada por el canto de los pájaros y el susurro del viento entre las hojas.
    A un lado del arroyo, una roca grande y lisa ofrece un lugar perfecto para sentarse y contemplar la belleza del entorno. Musgo suave y esponjoso cubre partes de la roca, proporcionando un asiento cómodo. Alrededor del claro, arbustos de bayas y helechos se mezclan con los troncos de los árboles, creando un borde natural que define el espacio.
    El aire está impregnado del aroma fresco de la tierra húmeda y las flores, con un toque de resina de los pinos cercanos. Mariposas de colores revolotean de flor en flor, y pequeños insectos zumban alegremente en su labor diaria. En este claro, el tiempo parece detenerse, ofreciendo un refugio de paz y serenidad en medio del bullicio del bosque.
    "Bien, iniciemos con la manipulación de agua"
    Se acerco a la orilla del rio y extendió su diestra hacia este, concentro un poco de poder mágico en su palma y un hilo de agua se elevo del rio hacia su mano, cubriéndola completamente; comenzó a manipular la forma de esta en su mano para luego de unos segundos dejarla caer sin mas.
    "ahora la segunda"
    Como ya estaba a orillas de rio, solo se agacho, apoyo ambas manos en el borde y sin mas metio la cabeza completa en el agua;
    esto tomo por sorpresa al hada que estaba al pendiente de lo que hacia Yukine; corrió hacia el y lo halo con fuerza sacándolo del agua y dejandolo caer de espaldas en la grama
    "te haz vuelto loco!!!"
    expreso a regañadientes el hada, mientras Yukine permaneció boca arriba en la grama en silencio, justo cuando estaba a punto de recibir un sermón de parte del hada este la interrumpió
    "puedo respirar bajo el agua"
    El hada quedo en silencio unos segundos, para luego volver en si y continuar el sermón
    "Deberías avisarme cuando vayas a hacer alguna locura de esas, pensé que te habías vuelto loco cuando te vi meter asi la cabeza en el agua" Dafne continuo regañandolo pero este no le presto atencion alguna, estaba sumergido en sus ideas y de como usara las habilidades adquiridas en su proxima parada
    "pasaremos la noche aqui Dafne, es un buen lugar para descansar y planear nuestra estrategia para superar el laberinto que nos espera"
    Dafne inflo las mejillas molesta porque no le presto atención alguna, pero luego sonrió levemente y asintió, con su magia del bosque invoco raices y otras plantas varias para crear su tienda de campaña y preparar todo para la noche, por su parte Yukine siguió leyendo el tomo de las mareas por un rato mas pero no decidió probar el resto de habilidades aprendidas al menos no por ahora ya que el mejor campo de pruebas sera dentro del laberinto.
    Luego de todo lo sucedido y con la derrota de Aqualon y el pantano restaurado a su forma original, Yukine y Dafne siguieron su camino hacia su siguiente objetivo, el cual según la guía del a pluma del fénix era una caverna, en esta yacía un laberinto, este tenia la mala fama de no dejar salir a nadie quien osara entrar. En el camino Yukine aprovecho para leer el tomo de las mareas obtenido de Aqualon, curiosamente Dafne quien también lo leyó no obtuvo ningún tipo de habilidad o mejora para si. "No es justo que yo no pudiera mejorar mi magia con ese libro!!" Reprocho Dafne resignada, pero a su vez contenta de ver como Yukine si obtiene nuevas habilidades significativas para su viaje y su labor como mediador; "paremos aquí Dafne quiero probar los hechizos que tiene el tomo" Mejor sitio no podían haber elegido, El claro se abre como un oasis de luz en medio de la densa vegetación del bosque. Los árboles, altos y majestuosos, forman un círculo natural alrededor del espacio abierto, sus ramas entrelazadas creando un dosel que filtra la luz del sol en suaves rayos dorados. El suelo del claro está cubierto de una alfombra de hierba verde y suave, salpicada de flores silvestres de colores vibrantes: margaritas blancas, campanillas azules y amapolas rojas. En el centro del claro, un pequeño arroyo serpentea perezosamente, su agua cristalina reflejando el cielo azul y las hojas verdes. El sonido del agua fluyendo añade una melodía tranquila al ambiente, complementada por el canto de los pájaros y el susurro del viento entre las hojas. A un lado del arroyo, una roca grande y lisa ofrece un lugar perfecto para sentarse y contemplar la belleza del entorno. Musgo suave y esponjoso cubre partes de la roca, proporcionando un asiento cómodo. Alrededor del claro, arbustos de bayas y helechos se mezclan con los troncos de los árboles, creando un borde natural que define el espacio. El aire está impregnado del aroma fresco de la tierra húmeda y las flores, con un toque de resina de los pinos cercanos. Mariposas de colores revolotean de flor en flor, y pequeños insectos zumban alegremente en su labor diaria. En este claro, el tiempo parece detenerse, ofreciendo un refugio de paz y serenidad en medio del bullicio del bosque. "Bien, iniciemos con la manipulación de agua" Se acerco a la orilla del rio y extendió su diestra hacia este, concentro un poco de poder mágico en su palma y un hilo de agua se elevo del rio hacia su mano, cubriéndola completamente; comenzó a manipular la forma de esta en su mano para luego de unos segundos dejarla caer sin mas. "ahora la segunda" Como ya estaba a orillas de rio, solo se agacho, apoyo ambas manos en el borde y sin mas metio la cabeza completa en el agua; esto tomo por sorpresa al hada que estaba al pendiente de lo que hacia Yukine; corrió hacia el y lo halo con fuerza sacándolo del agua y dejandolo caer de espaldas en la grama "te haz vuelto loco!!!" expreso a regañadientes el hada, mientras Yukine permaneció boca arriba en la grama en silencio, justo cuando estaba a punto de recibir un sermón de parte del hada este la interrumpió "puedo respirar bajo el agua" El hada quedo en silencio unos segundos, para luego volver en si y continuar el sermón "Deberías avisarme cuando vayas a hacer alguna locura de esas, pensé que te habías vuelto loco cuando te vi meter asi la cabeza en el agua" Dafne continuo regañandolo pero este no le presto atencion alguna, estaba sumergido en sus ideas y de como usara las habilidades adquiridas en su proxima parada "pasaremos la noche aqui Dafne, es un buen lugar para descansar y planear nuestra estrategia para superar el laberinto que nos espera" Dafne inflo las mejillas molesta porque no le presto atención alguna, pero luego sonrió levemente y asintió, con su magia del bosque invoco raices y otras plantas varias para crear su tienda de campaña y preparar todo para la noche, por su parte Yukine siguió leyendo el tomo de las mareas por un rato mas pero no decidió probar el resto de habilidades aprendidas al menos no por ahora ya que el mejor campo de pruebas sera dentro del laberinto.
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  • Cómo se alteran los chicos solo porque he saludado a Yuki... Uno ya no puede ni ser educado (?)
    Cómo se alteran los chicos solo porque he saludado a Yuki... Uno ya no puede ni ser educado (?)
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