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    "Había una mortal, Níobe, que se resistía a soñar. Su corazón estaba endurecido por el sufrimiento, y cada noche luchaba por mantenerse despierta. Intrigado, decidió visitarla él mismo.

    —¿Por qué temes soñar, Níobe? —le preguntó, apareciendo en forma de un joven envuelto en luz tenue.

    —Porque en los sueños habita lo que he perdido —respondió ella con voz temblorosa—. Mi alma no soporta revivir lo que el día me obliga a olvidar.

    Conmovido, le ofreció un regalo: un sueño en el que pudiera abrazar a sus hijos perdidos una vez más, sin dolor, sin despedidas. Níobe aceptó, y por primera vez en años, durmió sin lágrimas."
    "Había una mortal, Níobe, que se resistía a soñar. Su corazón estaba endurecido por el sufrimiento, y cada noche luchaba por mantenerse despierta. Intrigado, decidió visitarla él mismo. —¿Por qué temes soñar, Níobe? —le preguntó, apareciendo en forma de un joven envuelto en luz tenue. —Porque en los sueños habita lo que he perdido —respondió ella con voz temblorosa—. Mi alma no soporta revivir lo que el día me obliga a olvidar. Conmovido, le ofreció un regalo: un sueño en el que pudiera abrazar a sus hijos perdidos una vez más, sin dolor, sin despedidas. Níobe aceptó, y por primera vez en años, durmió sin lágrimas."
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  • Eran casi las ocho de la mañana cuando se despertó con el primer rayo de sol colándose por la ventana. A su lado, Sailor Nigth dormía profundamente, con una pierna colgando fuera de la sábana y el cabello desordenado, cubriéndole parte del rostro. Tenía esa calma bonita que sólo se ve cuando alguien sueña algo bueno.

    Se quedó mirándola un momento, sonriendo solo, antes de levantarse sin hacer ruido. Caminó hasta la cocina, encendió la cafetera, y sacó los ingredientes uno por uno: harina, huevos, leche, un poco de vainilla… y los arándanos que había comprado el día anterior pensando en ella.

    Mientras batía la mezcla, puso algo de música suave: un poco de jazz instrumental que siempre llenaba el aire con buena vibra. Vertió la primera porción sobre el sartén caliente y dejó que el aroma empezara a invadir el departamento.

    Cortó fresas, plátano, unas rebanadas de kiwi en forma de estrellita, sirvió todo con cuidado: una torre de hotcakes esponjosos con mantequilla derritiéndose en la cima, fruta alrededor como un jardín colorido, y miel cayendo en espiral como si estuviera pintando el desayuno.
    Preparó dos cafés, uno fuerte para él, otro con vainilla y leche espumosa para ella, y los puso en la bandeja junto con todo lo demás.

    Caminó hasta la habitación en silencio, empujando la puerta con el hombro.

    —Buenos días, princesa —susurró.
    Eran casi las ocho de la mañana cuando se despertó con el primer rayo de sol colándose por la ventana. A su lado, [Witches_love_Michis] dormía profundamente, con una pierna colgando fuera de la sábana y el cabello desordenado, cubriéndole parte del rostro. Tenía esa calma bonita que sólo se ve cuando alguien sueña algo bueno. Se quedó mirándola un momento, sonriendo solo, antes de levantarse sin hacer ruido. Caminó hasta la cocina, encendió la cafetera, y sacó los ingredientes uno por uno: harina, huevos, leche, un poco de vainilla… y los arándanos que había comprado el día anterior pensando en ella. Mientras batía la mezcla, puso algo de música suave: un poco de jazz instrumental que siempre llenaba el aire con buena vibra. Vertió la primera porción sobre el sartén caliente y dejó que el aroma empezara a invadir el departamento. Cortó fresas, plátano, unas rebanadas de kiwi en forma de estrellita, sirvió todo con cuidado: una torre de hotcakes esponjosos con mantequilla derritiéndose en la cima, fruta alrededor como un jardín colorido, y miel cayendo en espiral como si estuviera pintando el desayuno. Preparó dos cafés, uno fuerte para él, otro con vainilla y leche espumosa para ella, y los puso en la bandeja junto con todo lo demás. Caminó hasta la habitación en silencio, empujando la puerta con el hombro. —Buenos días, princesa —susurró.
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  • Mientras el cuerpo físico de Ina se mantiene flotando en una burbuja, su mente sigue anclada en el sueño del Halovian, y su sonrisa sigue siendo la de quien no sabe que está soñando. Allí, bajo un sol dorado, dos estudiantes caminan hacia su primera cita.

    La campana del institutó sonó, Ina salió apresurada esquivando a compañeros cuyos rostros empezaban a difuminarse como acuarelas bajo la lluvia. Solo Belial permanecía nítido, con una sonrisa que le hacía cosquillas en un recuerdo de su memoria que parecía no existir.

    —¡Beli-b... —pausa— digo, Belial~ —canturreó, ajustando su mochila, de la cual colgaba un mini peluche de pulpo que no recordaba haber puesto allí.

    Ambos avanzaron por el camino hacia el arcade. Ina caminaba junto a él, sus pasos sincronizados sobre la acera.

    Se detuvieron antes de cruzar la calle, Ina vio el semáforo: rojo-verde-morado... ¿Morado?. Parpadeó. Era amarillo, pero podría jurar que lo había visto morado. Sacudió su cabeza y cuando el semáforo se puso en rojo, avanzó a un lado de él.

    —Belial... ¿A veces no te pasa que...?

    Dudó. Las palabras se le enredaron en la lengua. ¿Qué le iba a decir? ¿Que estaba teniendo alucinaciones?

    —...Nah, ¡olvídalo! —sacudió la cabeza una vez más, riendo demasiado alto.

    Llegaron al local, se detuvieron un instante frente al letrero neón del arcade. Y cuando empujó la puerta de vidrio, por un segundo, creyó ver en el reflejo a Belial con...¿alas?. Pero rápidamente, su atención se desvió hacia las luces de colores, los sonidos, las risas y el ambiente. El arcade la envolvió.

    —Waaah, ¿que deberíamos jugar primero? —sus ojos brillaban como estrellas— ¿Sabías que los arcades son como rituales? Insertas monedas y rezas para que el universo no te humille...

    Suelta una risita que suena como campanitas rotas. Parpadea. Pausa. ¿Un ritual? ¿Que acaba de decir?. Su sonrisa se borra por 0.65 segundos. Da igual. Lo olvida rápidamente. Su sonrisa reaparece. Sigue tropezando con las mismas pistas, pero no las ve. ¿O tal vez es que no las quiere ver?
    Mientras el cuerpo físico de Ina se mantiene flotando en una burbuja, su mente sigue anclada en el sueño del Halovian, y su sonrisa sigue siendo la de quien no sabe que está soñando. Allí, bajo un sol dorado, dos estudiantes caminan hacia su primera cita. La campana del institutó sonó, Ina salió apresurada esquivando a compañeros cuyos rostros empezaban a difuminarse como acuarelas bajo la lluvia. Solo [anagenesis001] permanecía nítido, con una sonrisa que le hacía cosquillas en un recuerdo de su memoria que parecía no existir. —¡Beli-b... —pausa— digo, Belial~ —canturreó, ajustando su mochila, de la cual colgaba un mini peluche de pulpo que no recordaba haber puesto allí. Ambos avanzaron por el camino hacia el arcade. Ina caminaba junto a él, sus pasos sincronizados sobre la acera. Se detuvieron antes de cruzar la calle, Ina vio el semáforo: rojo-verde-morado... ¿Morado?. Parpadeó. Era amarillo, pero podría jurar que lo había visto morado. Sacudió su cabeza y cuando el semáforo se puso en rojo, avanzó a un lado de él. —Belial... ¿A veces no te pasa que...? Dudó. Las palabras se le enredaron en la lengua. ¿Qué le iba a decir? ¿Que estaba teniendo alucinaciones? —...Nah, ¡olvídalo! —sacudió la cabeza una vez más, riendo demasiado alto. Llegaron al local, se detuvieron un instante frente al letrero neón del arcade. Y cuando empujó la puerta de vidrio, por un segundo, creyó ver en el reflejo a Belial con...¿alas?. Pero rápidamente, su atención se desvió hacia las luces de colores, los sonidos, las risas y el ambiente. El arcade la envolvió. —Waaah, ¿que deberíamos jugar primero? —sus ojos brillaban como estrellas— ¿Sabías que los arcades son como rituales? Insertas monedas y rezas para que el universo no te humille... Suelta una risita que suena como campanitas rotas. Parpadea. Pausa. ¿Un ritual? ¿Que acaba de decir?. Su sonrisa se borra por 0.65 segundos. Da igual. Lo olvida rápidamente. Su sonrisa reaparece. Sigue tropezando con las mismas pistas, pero no las ve. ¿O tal vez es que no las quiere ver?
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  • Una mañana cualquiera, bajo la luz suave que se colaba por las ventanas del dojo, Takeru dirigía una clase exigente, el sudor marcando el esfuerzo colectivo. Sus instrucciones eran firmes, su voz tan serena como siempre. Pero, de pronto, se detuvo en seco.

    Uno de los alumnos lo notó antes que nadie: Takeru había llevado una mano a su pecho. Su respiración, normalmente controlada, se volvió irregular, forzada. Durante un segundo, pareció que lo disimularía con la misma dignidad que siempre cargaba… pero sus rodillas tocaron el tatami.

    No perdió el conocimiento, ni gritó, ni pidió ayuda. Pero por primera vez en años, el hombre al que todos creían inquebrantable… necesitó que lo sostuvieran.
    Una mañana cualquiera, bajo la luz suave que se colaba por las ventanas del dojo, Takeru dirigía una clase exigente, el sudor marcando el esfuerzo colectivo. Sus instrucciones eran firmes, su voz tan serena como siempre. Pero, de pronto, se detuvo en seco. Uno de los alumnos lo notó antes que nadie: Takeru había llevado una mano a su pecho. Su respiración, normalmente controlada, se volvió irregular, forzada. Durante un segundo, pareció que lo disimularía con la misma dignidad que siempre cargaba… pero sus rodillas tocaron el tatami. No perdió el conocimiento, ni gritó, ni pidió ayuda. Pero por primera vez en años, el hombre al que todos creían inquebrantable… necesitó que lo sostuvieran.
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  • Bitácora personal – Dra. Emily McAdams
    Paciente: Mike
    Raza: Mestizo
    Edad: 5 años
    Procedimiento: Resección de tumor cerebral
    Estado final: Fallecido en quirófano


    ---

    Pasillo del quirófano. 3:26 p.m.
    Emily se apoyó contra la pared blanca, sintiendo cómo el peso de la derrota la aplastaba más que cualquier turno agotador. Sus guantes todavía llevaban restos de la cirugía, pero ni eso logró distraerla del vacío que la invadía.

    Mike había muerto.

    No fue durante la extracción, no. El tumor, ubicado en el lóbulo frontal derecho, fue retirado sin complicaciones mayores. Ella había sentido que todo marchaba bien. Las constantes estables. La respiración tranquila.
    Pero minutos después del cierre, mientras comenzaban a reducir la anestesia, su cerebro dejó de enviar señales.
    Colapso neurológico súbito. Algo fuera de su control. Una hemorragia microscópica. Un hilo que se rompió donde no debía.

    Emily había hecho todo. Absolutamente todo.

    Incluyendo usar su don.
    Había puesto su mano sobre la frente del perro, justo antes de la cirugía, cerrando los ojos, dejando fluir ese calor suave y reconfortante que sólo los animales podían sentir. Un alivio que calmaba el miedo, el dolor.

    Flashback

    —Vas a estar bien, Mike —susurró, con la frente pegada a la suya—. Te lo prometo.

    Él la miró con esos ojos tranquilos, como si ya supiera que ese sería su último descanso.

    Fin del flashback

    Ahora estaba sola en el pasillo. Las lágrimas caían sin resistencia, una tras otra, cayendo sobre el suelo esterilizado.
    Su corazón estaba hecho trizas.
    No por no haber salvado a Mike… sino por haberle prometido más de lo que estaba en sus manos.

    Pero algo dentro de ella, incluso roto, susurraba: "Al menos no sintió dolor. Estuvo en paz."

    Sabía que no era ni la primera ni la última vez que sucedía, pero no podía evitar sentir la tristeza en sí cada que sucedía.

    Bitácora personal – Dra. Emily McAdams Paciente: Mike Raza: Mestizo Edad: 5 años Procedimiento: Resección de tumor cerebral Estado final: Fallecido en quirófano --- Pasillo del quirófano. 3:26 p.m. Emily se apoyó contra la pared blanca, sintiendo cómo el peso de la derrota la aplastaba más que cualquier turno agotador. Sus guantes todavía llevaban restos de la cirugía, pero ni eso logró distraerla del vacío que la invadía. Mike había muerto. No fue durante la extracción, no. El tumor, ubicado en el lóbulo frontal derecho, fue retirado sin complicaciones mayores. Ella había sentido que todo marchaba bien. Las constantes estables. La respiración tranquila. Pero minutos después del cierre, mientras comenzaban a reducir la anestesia, su cerebro dejó de enviar señales. Colapso neurológico súbito. Algo fuera de su control. Una hemorragia microscópica. Un hilo que se rompió donde no debía. Emily había hecho todo. Absolutamente todo. Incluyendo usar su don. Había puesto su mano sobre la frente del perro, justo antes de la cirugía, cerrando los ojos, dejando fluir ese calor suave y reconfortante que sólo los animales podían sentir. Un alivio que calmaba el miedo, el dolor. Flashback —Vas a estar bien, Mike —susurró, con la frente pegada a la suya—. Te lo prometo. Él la miró con esos ojos tranquilos, como si ya supiera que ese sería su último descanso. Fin del flashback Ahora estaba sola en el pasillo. Las lágrimas caían sin resistencia, una tras otra, cayendo sobre el suelo esterilizado. Su corazón estaba hecho trizas. No por no haber salvado a Mike… sino por haberle prometido más de lo que estaba en sus manos. Pero algo dentro de ella, incluso roto, susurraba: "Al menos no sintió dolor. Estuvo en paz." Sabía que no era ni la primera ni la última vez que sucedía, pero no podía evitar sentir la tristeza en sí cada que sucedía.
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  • Hace horas había cerrado los ojos, pensando que su momento de desaparecer había llegado, pero se equivocaba.

    Para que un alma en pena vuelva a la vida un monje debe completar un ritual con pasos muy complejos. Este monje necesitaría un alma, un voluntario, incienso de lavandas, vino tinto y sangre de un humano de corazón malvado. Todos los ingredientes debe ser acomodados a la perfección para que él alma en pena no ascienda al cielo o descienda al infierno.

    Para la suerte de Wàng Xīn un monje estaba dispuesto a devolver la vida. Pero eso significaría que ya no podría cumplir su venganza, debería acostumbrarse a la vida del siglo XXI y convivir con los humanos de ahora.

    Al finalizar con el ritual, la joven despertó, con suma delicadeza, sintiendo la pesadez de su cuerpo por primera vez se incorporó, sentándose con lentitud. Otra vez estaba viva.
    Hace horas había cerrado los ojos, pensando que su momento de desaparecer había llegado, pero se equivocaba. Para que un alma en pena vuelva a la vida un monje debe completar un ritual con pasos muy complejos. Este monje necesitaría un alma, un voluntario, incienso de lavandas, vino tinto y sangre de un humano de corazón malvado. Todos los ingredientes debe ser acomodados a la perfección para que él alma en pena no ascienda al cielo o descienda al infierno. Para la suerte de Wàng Xīn un monje estaba dispuesto a devolver la vida. Pero eso significaría que ya no podría cumplir su venganza, debería acostumbrarse a la vida del siglo XXI y convivir con los humanos de ahora. Al finalizar con el ritual, la joven despertó, con suma delicadeza, sintiendo la pesadez de su cuerpo por primera vez se incorporó, sentándose con lentitud. Otra vez estaba viva.
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  • Una Carta de Despedida
    Fandom OC/Genshin Impact/Hololive
    Categoría Drama
    Han pasado algunos días desde la catástrofre. Desde las múltiples muertes, desde aquella noche donde no hubo ganadores, sólo sobrevivientes.

    Diluc, a pesar de los varios errores cometidos siendo tan calculador y preciso, fue uno de ellos. Ahora con una gran responsabilidad de cuidar a una deidad, sus días transcurrían con relativa paz hasta que sólo recibió una carta durante la noche. Carta que tenía el presentimiento de quién vendría por la letra en tanto comenzó a leer en su despacho, por lo que sólo apretó la hoja y repetía lo escrito a voz baja con algo de melancolía, tristeza y de cierta manera, alivio.

    —"Querido Diluc,
    Si estás leyendo esto estoy en un lugar mejor. Quiero que sepas que te perdono y no te guardo rencor. Aún recuerdo nuestros días de peleas tontas, las discusiones sin sentido y cómo todo siempre terminaba con una bandeja de dino nuggets entre nosotros. Esos momentos, aunque simples, me acompañaron más de lo que imaginas. No creo que volvamos a cruzar caminos, y si alguna vez lo hacemos, tal vez no me reconozcas. Pero quiero que sepas algo con certeza: te quise mucho. Incluso cuando no sabía cómo demostrarlo o como decir las palabras que querias escuchar.

    A mis hermanas —Aikaterine Ouro, Tsukumo Sana , Ceres Fauna
    Perdónenme. Por todas muertes que immecesarias, por las huidas sin avisar, por los silencios que dolieron más que mis palabras. No siempre supe cómo ser parte del grupo como querian pero las llevé siempre conmigo, en cada paso, en cada sombra, en cada canción triste que no me atreví a cantar en voz alta (lo siento Aika).

    Gracias por no soltarme, incluso cuando yo ya me había ido.

    Con eterno amor y total agradecimiento

    IRyS"—.

    Sabía que no era sólo para él, por lo que se dispuso a hacerla llegar a quienes también iba dirigida.

    Fue a primera hora del día siguiente. Phi aún dormía, mas Diluc ya estaba listo para empezar con la rutina, mas no sin antes cumplir con aquella tarea. Habría llamado a su águila mensajera, fiel compañera de varios años y ató la carta a una de sus patas.

    — Anda, amiga mía... Encuéntralas y hazles llegar la última palabra de su hermana... La última palabra de mi mejor amiga.

    Espero que donde estés... Puedas encontrar la vida que tanto anhelaste. Hasta siempre, Irys—.

    Impulsó al ave y esta emprendió vuelo. Tenía su manera de hacer las cosas y sabía dónde hacer llegar el mensaje sin margen de error. La carta de despedida de una chica que sólo se atrevió a soñar. Que se atrevió a vivir. Que rió, que lloró, que sufrió.

    La carta de despedida de una chica que le sacaba de sus casillas, pero que quiso como a nadie. La carta de despedida de una chica que en su momento se adueñó de su corazón y lo rechazó poco después. La carta de una chica que, en medio de su imperfección, tenía la esperanza de un mañana mejor.

    La carta de despedida de una nephilim llamada IRyS.
    Han pasado algunos días desde la catástrofre. Desde las múltiples muertes, desde aquella noche donde no hubo ganadores, sólo sobrevivientes. Diluc, a pesar de los varios errores cometidos siendo tan calculador y preciso, fue uno de ellos. Ahora con una gran responsabilidad de cuidar a una deidad, sus días transcurrían con relativa paz hasta que sólo recibió una carta durante la noche. Carta que tenía el presentimiento de quién vendría por la letra en tanto comenzó a leer en su despacho, por lo que sólo apretó la hoja y repetía lo escrito a voz baja con algo de melancolía, tristeza y de cierta manera, alivio. —"Querido Diluc, Si estás leyendo esto estoy en un lugar mejor. Quiero que sepas que te perdono y no te guardo rencor. Aún recuerdo nuestros días de peleas tontas, las discusiones sin sentido y cómo todo siempre terminaba con una bandeja de dino nuggets entre nosotros. Esos momentos, aunque simples, me acompañaron más de lo que imaginas. No creo que volvamos a cruzar caminos, y si alguna vez lo hacemos, tal vez no me reconozcas. Pero quiero que sepas algo con certeza: te quise mucho. Incluso cuando no sabía cómo demostrarlo o como decir las palabras que querias escuchar. A mis hermanas —[Mercenary1x], [tsukumo_sana], [Ceresfaun4]— Perdónenme. Por todas muertes que immecesarias, por las huidas sin avisar, por los silencios que dolieron más que mis palabras. No siempre supe cómo ser parte del grupo como querian pero las llevé siempre conmigo, en cada paso, en cada sombra, en cada canción triste que no me atreví a cantar en voz alta (lo siento Aika). Gracias por no soltarme, incluso cuando yo ya me había ido. Con eterno amor y total agradecimiento IRyS"—. Sabía que no era sólo para él, por lo que se dispuso a hacerla llegar a quienes también iba dirigida. Fue a primera hora del día siguiente. Phi aún dormía, mas Diluc ya estaba listo para empezar con la rutina, mas no sin antes cumplir con aquella tarea. Habría llamado a su águila mensajera, fiel compañera de varios años y ató la carta a una de sus patas. — Anda, amiga mía... Encuéntralas y hazles llegar la última palabra de su hermana... La última palabra de mi mejor amiga. Espero que donde estés... Puedas encontrar la vida que tanto anhelaste. Hasta siempre, Irys—. Impulsó al ave y esta emprendió vuelo. Tenía su manera de hacer las cosas y sabía dónde hacer llegar el mensaje sin margen de error. La carta de despedida de una chica que sólo se atrevió a soñar. Que se atrevió a vivir. Que rió, que lloró, que sufrió. La carta de despedida de una chica que le sacaba de sus casillas, pero que quiso como a nadie. La carta de despedida de una chica que en su momento se adueñó de su corazón y lo rechazó poco después. La carta de una chica que, en medio de su imperfección, tenía la esperanza de un mañana mejor. La carta de despedida de una nephilim llamada IRyS.
    Tipo
    Individual
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    Estado
    Terminado
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  • ☾ ۪ ﹡ㅤ ֗ ۪ ﹡ㅤ ֗ ۪ ﹡
    ◞ 𝗂𝖿 𝗒𝗈𝗎 𝖾𝗏𝖾𝗋 𝖿𝖾𝗅𝗍 𝗅𝗈𝗌𝗍 𒁍

    Había pasado toda la tarde paseando con curiosidad por el mundo humano, intentando camuflarse entre ellos con un aspecto más de chica normal, intentando entender su forma de pensar, no hay mejor lugar para eso que una biblioteca mundana. Su cabello negro como la noche caía sobre sus hombros mientras sobre sus piernas se encontraba un libro abierto, que ojeaba con una uña afilada.

    Un cuento para niños.

    “Y vivieron felices por siempre.” Tan solo de leer la última parte, rompió en carcajadas. No podía creer que eso hiciera feliz a alguien.

    –Criaturas tontas, son tan ingenuas...–

    Claro, como su primera experiencia en el mundo humano sin conocer absolutamente nada de su especie confundió ese libro de fantasía con la realidad, Neriah era la ingenua. En el mundo demoníaco no existían esos cuentos, solo historias reales que hablan solo con la verdad de las más antiguas guerras, nunca encontraría algún libro sobre el primer beso del verdadero amor. Podía burlarse, pero ya se había leído un par de cuentos cortos que comenzaban a apilarse a su costado.

    –¿Avena?...–Repitió la palabra que aparecía en el cuento "Ricitos de oro y los tres osos", desconocía lo que era. Le pareció un poco graciosa.

    –Criaturas tontas, tienen un lenguaje tan extraño.

    Dijo para si misma, con una sonrisa que enseñaba sus puntiagudos colmillos brillantes. No podía esperar por conocer más de ellos.

    ☾ ۪ ﹡ㅤ ֗ ۪ ﹡ㅤ ֗ ۪ ﹡ 🍷 ◞ 𝗂𝖿 𝗒𝗈𝗎 𝖾𝗏𝖾𝗋 𝖿𝖾𝗅𝗍 𝗅𝗈𝗌𝗍 𒁍 Había pasado toda la tarde paseando con curiosidad por el mundo humano, intentando camuflarse entre ellos con un aspecto más de chica normal, intentando entender su forma de pensar, no hay mejor lugar para eso que una biblioteca mundana. Su cabello negro como la noche caía sobre sus hombros mientras sobre sus piernas se encontraba un libro abierto, que ojeaba con una uña afilada. Un cuento para niños. “Y vivieron felices por siempre.” Tan solo de leer la última parte, rompió en carcajadas. No podía creer que eso hiciera feliz a alguien. –Criaturas tontas, son tan ingenuas...– Claro, como su primera experiencia en el mundo humano sin conocer absolutamente nada de su especie confundió ese libro de fantasía con la realidad, Neriah era la ingenua. En el mundo demoníaco no existían esos cuentos, solo historias reales que hablan solo con la verdad de las más antiguas guerras, nunca encontraría algún libro sobre el primer beso del verdadero amor. Podía burlarse, pero ya se había leído un par de cuentos cortos que comenzaban a apilarse a su costado. –¿Avena?...–Repitió la palabra que aparecía en el cuento "Ricitos de oro y los tres osos", desconocía lo que era. Le pareció un poco graciosa. –Criaturas tontas, tienen un lenguaje tan extraño. Dijo para si misma, con una sonrisa que enseñaba sus puntiagudos colmillos brillantes. No podía esperar por conocer más de ellos.
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    //Aclaraciones aquí:

    -Cualquier tipo de trama bienvenida. Peeeero el lemon solo si lo veo necesario para la trama o si hay tremendísima química entre los personajes, después de todo Shinobu no es fan del contacto fisico, no hago ese tipo de rol porque sí, de buenas a primeras. Gracias.

    -En caso de tramas más maduras que contengan escenas muy violentas o lemon, no quiero hacerlo con ussers menores de edad, se me haría muy incómodo.

    -Puedo rolear en post y en privado. También está bien algo espontáneo o planificar primero, no hay problema.

    -Si se quiere cambiar algo de la trama o tomar un rumbo distinto, todo se puede hablar, cero preocupaciones.

    -Muchas veces, aunque me veáis online, no contestaré a nada por falta de tiempo ya que mi trabajo me exige muchas horas en horarios diversos. Antaño me estresaba mucho, porque me sentía en la obligación de responder lo más rápido posible y si por lo que fuera tardaba un par de semanas o tres en hacerlo, me estresaba y a veces dejaba al personaje de lado. Eso ya no es así como es obvio, responderé cuando pueda sin preocuparme. Gracias por entenderlo.

    -Aclarar que Shinobu ya existió aquí anteriormente, por lo que ya hay un trascurso de historia y seguiré a partir de ahí, si hay algo pasado que queráis saber, solo preguntad sin problema.

    -No me niego a que él tenga pareja, ni a que forje vínculos fuertes con otros, todo lo contrario (aunque sí necesito que haya feeling de verdad entre ellos). Pero hay algo que tendréis que saber primero:
    *La historia de Shinobu ya está decidida. Este personaje morirá (en avanzada edad, no ahora) y reencarnará como otra persona distinta (aunque con similitudes) y por ende, sin ninguno de sus recuerdos. Es algo que creo deberíais tener presente todos los que queráis una trama con él.

    Dicho esto, espero podamos crear grandes historias juntos.
    Att. Laufey
    //Aclaraciones aquí: -Cualquier tipo de trama bienvenida. Peeeero el lemon solo si lo veo necesario para la trama o si hay tremendísima química entre los personajes, después de todo Shinobu no es fan del contacto fisico, no hago ese tipo de rol porque sí, de buenas a primeras. Gracias. -En caso de tramas más maduras que contengan escenas muy violentas o lemon, no quiero hacerlo con ussers menores de edad, se me haría muy incómodo. -Puedo rolear en post y en privado. También está bien algo espontáneo o planificar primero, no hay problema. -Si se quiere cambiar algo de la trama o tomar un rumbo distinto, todo se puede hablar, cero preocupaciones. -Muchas veces, aunque me veáis online, no contestaré a nada por falta de tiempo ya que mi trabajo me exige muchas horas en horarios diversos. Antaño me estresaba mucho, porque me sentía en la obligación de responder lo más rápido posible y si por lo que fuera tardaba un par de semanas o tres en hacerlo, me estresaba y a veces dejaba al personaje de lado. Eso ya no es así como es obvio, responderé cuando pueda sin preocuparme. Gracias por entenderlo. -Aclarar que Shinobu ya existió aquí anteriormente, por lo que ya hay un trascurso de historia y seguiré a partir de ahí, si hay algo pasado que queráis saber, solo preguntad sin problema. -No me niego a que él tenga pareja, ni a que forje vínculos fuertes con otros, todo lo contrario (aunque sí necesito que haya feeling de verdad entre ellos). Pero hay algo que tendréis que saber primero: *La historia de Shinobu ya está decidida. Este personaje morirá (en avanzada edad, no ahora) y reencarnará como otra persona distinta (aunque con similitudes) y por ende, sin ninguno de sus recuerdos. Es algo que creo deberíais tener presente todos los que queráis una trama con él. Dicho esto, espero podamos crear grandes historias juntos. Att. Laufey
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  • Como veo en forma real? Esto...en la primera parezco una dama de la Corte.....
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