#𝙎𝙡𝙞𝙘𝙚𝙊𝙛𝙇𝙞𝙛𝙚
𝙎𝙖𝙣𝙘𝙩𝙪𝙨 𝘾𝙤𝙧𝙫𝙤𝙧𝙪𝙢
†𝘾𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧 𝙤𝙣𝙚.
Cazar demonios no era exactamente una tarea fácil, en realidad, sólo era para aquellos quienes no tenían propósito en la vida, quizás para los que buscaban un poco de adrenalina y para los que ya nacían con éste destino.
Eden era el último de éstos, sobre todo porque, nunca en su vida supo quién le otorgó ese libro de secretos que contenía los nombres de los demonios y sombras. Era un libro prohibido que nunca debió caer en el mundo humano, pero cayó en sus manos y se fusionó con su vida, volviéndose peligroso.
Esa noche recibió algunas heridas al tratar de defender el libro. Algunos demonios lo buscaban para arrebatárselo, ya que conocer el nombre de éstos demonios significaba tener poder para "maldecirlos" o exorcizarlos. En el caso de Eden, que también era un sacerdote que seguía la voluntad de los cielos, utilizaba el libro para regresar a los demonios a dónde pertenecían.
A éste demonio no le dió mucha oportunidad para defenderse y lo envió directamente a la prisión. En el lugar dónde había estado sólo quedaron cenizas y una especie de sombra oscura quemada. Cerró sus ojos y murmuró unas palabras en voz baja mientras sostenía su rosario para finalizar la expulsión.
— In nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti, amen.
#𝙎𝙡𝙞𝙘𝙚𝙊𝙛𝙇𝙞𝙛𝙚
𝙎𝙖𝙣𝙘𝙩𝙪𝙨 𝘾𝙤𝙧𝙫𝙤𝙧𝙪𝙢
†𝘾𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧 𝙤𝙣𝙚.
Cazar demonios no era exactamente una tarea fácil, en realidad, sólo era para aquellos quienes no tenían propósito en la vida, quizás para los que buscaban un poco de adrenalina y para los que ya nacían con éste destino.
Eden era el último de éstos, sobre todo porque, nunca en su vida supo quién le otorgó ese libro de secretos que contenía los nombres de los demonios y sombras. Era un libro prohibido que nunca debió caer en el mundo humano, pero cayó en sus manos y se fusionó con su vida, volviéndose peligroso.
Esa noche recibió algunas heridas al tratar de defender el libro. Algunos demonios lo buscaban para arrebatárselo, ya que conocer el nombre de éstos demonios significaba tener poder para "maldecirlos" o exorcizarlos. En el caso de Eden, que también era un sacerdote que seguía la voluntad de los cielos, utilizaba el libro para regresar a los demonios a dónde pertenecían.
A éste demonio no le dió mucha oportunidad para defenderse y lo envió directamente a la prisión. En el lugar dónde había estado sólo quedaron cenizas y una especie de sombra oscura quemada. Cerró sus ojos y murmuró unas palabras en voz baja mientras sostenía su rosario para finalizar la expulsión.
— In nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti, amen.

