[Pesadilla recurrente.] [Historia canónica]

— ¡BASTA, PAPÁ! —

— ... —

— ¡BASTA YA, DETENTE! ¡TE JURO QUE NO ES LO QUE PARECE! —

— ... —

La sangre goteando por sus nudillos. Su rostro totalmente estoíco. En el suelo, aquel sujeto que habia encontrado en la cama con su mujer tiene la nariz destrozada y la boca llena de sangre. Seguramente se tragó algún diente.

— ¡POR FAVOR PAPÁ, YA PARA! ¡YA APRENDIÓ SU LECCIÓN! —

Un pequeño niño que solloza y moquea se abraza a su pierna. El adulto dirige su mirada a él, y frunce el ceño.

— ¿No dijiste que querías ser tan fuerte y poderoso como tu padre...? —

— *Sniff* S-Si... Si lo dije... —

— Entonces debes entenderlo... Este tipo de basuras nunca aprenden la lección. Seguramente tu madre no es la primera, ni es la última que trate de ser seducida por este Don Juan. Un estúpido que no sabe donde se mete. —

Dirige su mano a su bolsillo, y de este saca un arma. Le quita el seguro con naturalidad, y apunta hacia el tipo en el suelo.

— Asi son los blancos, creen que son dueños de todo... Hasta que les das un unico golpe, y entienden su posición. Fuimos bendecidos con un cuerpo superior, hijo mío. Somos más fuertes, más resistentes, más capaces. Nuestro único error fue dejarnos doblegar por estas basuras desde hace siglos. —

El menor observa con horror como su padre coloca su arma en sus pequeñas manos. Tembloroso, imita la posición que su padre tomaba cuando apuntaba. El mayor rie, y corrige un poco su postura.

— Debes entenderlo, y nunca olvidarlo... Dios nos bendijo con la fuerza para defendernos de estas basuras. Sería un pecado no usar ese poder.~ —

El sudor recorre la frente del pequeño mientras su respiración se agita. El sujeto en el suelo está tan malherido que ni siquiera tiene fuerzas para rogar.

— Yo... —

— ¡NO LO HAGAS, DETENTE! —

— ¿Dijiste que querías ser como papá, no? No dudar cuando tiene que hacer lo correcto... Es lo que hizo tan fuerte a tu padre. —

Las voces retumbando en su cabeza. Las lagrimas que recorren el rostro del tipo golpeado, y que recorren su propio rostro. El pánico se apodera de su cuerpo, mientras las ordenes del mayor resuenan sin control.

— Ya... ¡YA BASTA...! —

Sin poder soportar más, finalmente dispara. El retroceso es tan fuerte como para hacerlo caer hacia atrás, mientras llora desconsoladamente. Su padre aplaude y ríe, mientras su madre se dirige a tomar el pulso de su victima.

— Bien hecho, muy bien hecho... Te falta puntería, pero lo hiciste muy bien. Papá está orgulloso. —

Se arrodilla para abrazar a su pequeño hijo con una sonrisa de orgullo. Lo esconde en su pecho mientras el pequeño no para de llorar con angustia y pánico.

— Lo hiciste muy bien, Joel... Papá está orgulloso de ti.~ —

...

Con esa frase despierta en medio de la madrugada, con el ceño fruncido. Desde hace unos días, no hay noche en la que su mente no divague por su infancia, por aquél día. Obligado a despertar por su propia mente, se endereza y se dirige a la cocina. No se molesta en preguntarle a la chica que descansa cubierta en sábanas si también quiere agua.

— Maldición... ¿Por qué diablos ahora tengo que recordarlo...? ¿Es porque se acerca el aniversario de tu muerte, padre...? —

Bebe directamente de la botella. No va a molestarse en sacar un vaso solo para eso. Se lleva la botella consigo al cuarto, la deja a un costado y se dirige a la ventana para ver hacia la noche. Su mirada melancolica, delata la duda que ronda su mente.

...

Enciende un cigarrillo y suspira. Quizás mañana consiga dormir 8 horas seguidas.
[Pesadilla recurrente.] [Historia canónica] — ¡BASTA, PAPÁ! — — ... — — ¡BASTA YA, DETENTE! ¡TE JURO QUE NO ES LO QUE PARECE! — — ... — La sangre goteando por sus nudillos. Su rostro totalmente estoíco. En el suelo, aquel sujeto que habia encontrado en la cama con su mujer tiene la nariz destrozada y la boca llena de sangre. Seguramente se tragó algún diente. — ¡POR FAVOR PAPÁ, YA PARA! ¡YA APRENDIÓ SU LECCIÓN! — Un pequeño niño que solloza y moquea se abraza a su pierna. El adulto dirige su mirada a él, y frunce el ceño. — ¿No dijiste que querías ser tan fuerte y poderoso como tu padre...? — — *Sniff* S-Si... Si lo dije... — — Entonces debes entenderlo... Este tipo de basuras nunca aprenden la lección. Seguramente tu madre no es la primera, ni es la última que trate de ser seducida por este Don Juan. Un estúpido que no sabe donde se mete. — Dirige su mano a su bolsillo, y de este saca un arma. Le quita el seguro con naturalidad, y apunta hacia el tipo en el suelo. — Asi son los blancos, creen que son dueños de todo... Hasta que les das un unico golpe, y entienden su posición. Fuimos bendecidos con un cuerpo superior, hijo mío. Somos más fuertes, más resistentes, más capaces. Nuestro único error fue dejarnos doblegar por estas basuras desde hace siglos. — El menor observa con horror como su padre coloca su arma en sus pequeñas manos. Tembloroso, imita la posición que su padre tomaba cuando apuntaba. El mayor rie, y corrige un poco su postura. — Debes entenderlo, y nunca olvidarlo... Dios nos bendijo con la fuerza para defendernos de estas basuras. Sería un pecado no usar ese poder.~ — El sudor recorre la frente del pequeño mientras su respiración se agita. El sujeto en el suelo está tan malherido que ni siquiera tiene fuerzas para rogar. — Yo... — — ¡NO LO HAGAS, DETENTE! — — ¿Dijiste que querías ser como papá, no? No dudar cuando tiene que hacer lo correcto... Es lo que hizo tan fuerte a tu padre. — Las voces retumbando en su cabeza. Las lagrimas que recorren el rostro del tipo golpeado, y que recorren su propio rostro. El pánico se apodera de su cuerpo, mientras las ordenes del mayor resuenan sin control. — Ya... ¡YA BASTA...! — Sin poder soportar más, finalmente dispara. El retroceso es tan fuerte como para hacerlo caer hacia atrás, mientras llora desconsoladamente. Su padre aplaude y ríe, mientras su madre se dirige a tomar el pulso de su victima. — Bien hecho, muy bien hecho... Te falta puntería, pero lo hiciste muy bien. Papá está orgulloso. — Se arrodilla para abrazar a su pequeño hijo con una sonrisa de orgullo. Lo esconde en su pecho mientras el pequeño no para de llorar con angustia y pánico. — Lo hiciste muy bien, Joel... Papá está orgulloso de ti.~ — ... Con esa frase despierta en medio de la madrugada, con el ceño fruncido. Desde hace unos días, no hay noche en la que su mente no divague por su infancia, por aquél día. Obligado a despertar por su propia mente, se endereza y se dirige a la cocina. No se molesta en preguntarle a la chica que descansa cubierta en sábanas si también quiere agua. — Maldición... ¿Por qué diablos ahora tengo que recordarlo...? ¿Es porque se acerca el aniversario de tu muerte, padre...? — Bebe directamente de la botella. No va a molestarse en sacar un vaso solo para eso. Se lleva la botella consigo al cuarto, la deja a un costado y se dirige a la ventana para ver hacia la noche. Su mirada melancolica, delata la duda que ronda su mente. ... Enciende un cigarrillo y suspira. Quizás mañana consiga dormir 8 horas seguidas.
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