• La Eternidad es un Hoy infinito...
    El ayer no existe
    El mañana es fantasía

    Hoy te amo y así se quedará
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  • "Desde hace mucho que me siento ajeno a mis propios sueños.
    Al cerrar los ojos, frente a mí, se alzan castillos, torres de bíblicas magnitudes. Bañadas en un destello blanco que contrasta con una noche perpetua. Tal vez sea el paraíso, pero no estoy seguro.

    Mil y un ventanas, en ningunas de ellas logro divisar ni una sola alma. Desprende tanta belleza y nostalgia, que me hace dudar de que sea para mí."

    —Una visión o una fantasía. Una memoria o una profecía. Tal vez sea un mensaje, o tal vez yo sea un mensajero. La verdad es que... No sé quien soy yo.
    "Desde hace mucho que me siento ajeno a mis propios sueños. Al cerrar los ojos, frente a mí, se alzan castillos, torres de bíblicas magnitudes. Bañadas en un destello blanco que contrasta con una noche perpetua. Tal vez sea el paraíso, pero no estoy seguro. Mil y un ventanas, en ningunas de ellas logro divisar ni una sola alma. Desprende tanta belleza y nostalgia, que me hace dudar de que sea para mí." —Una visión o una fantasía. Una memoria o una profecía. Tal vez sea un mensaje, o tal vez yo sea un mensajero. La verdad es que... No sé quien soy yo.
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  • :3 esto de ser la unicornia de tus fantasías me agrada ;D
    -aparece de la nada acomodandose en el sofa-
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  • -Imaginar. Qué perverso puede ser. Qué fantasías puede crear la mente. Qué placer puede despertar.

    #SeductiveSunday
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  • -𝑻𝒓𝒂𝒎𝒂 𝑴𝒂́𝒈𝒊𝒄𝒂-


    La habitación de Junior no se limitaba a un dormitorio con una cama, una cómoda y un escritorio. Estaba compuesta, en realidad, por un complejo de habitaciones que harían en total unos tres cuartos unidos entre sí: un salón pequeño, con sillones, una mesa y lo que compone un salón en general; el dormitorio propiamente dicho, con un baño y un cambiador —lo que podría agregar dos habitaciones más a su complejo—, y su parte favorita: un estudio, que no podía compararse al de su padre, pero que estaba bien provisto con un escritorio, unas estanterías con libros que le habían sido obsequiados, y una sección donde hacía sus experimentos, dotado de un microscopio y diversas herramientas más propias de un científico que de un niño.

    Pero el chico en cuestión no estaba realizando ninguna actividad como esa. En realidad, hacia la actividad opuesta, algo que hace tan solo unos días habría pensado como mera fantasía.

    Sentado en la silla de su escritorio, de espaldas a la puerta, mirando hacia el ventanal; tenía los ojos cerrados y parecía sumido en sueños, pero estaba bien despierto, practicando manejar los hilos de la magia presentes en el ambiente.

    Aquella bruja llamada Bloom le había enseñado cómo interactuar con la magia, y Junior estaba en proceso de aprendizaje, tanteando esos hilos tímidamente.
    Pero, de repente, sintió algo que lo hizo saltar de su asiento, abrir los ojos y mirar hacia atrás.

    Era extraño, pero si pudiera describirlo con palabras, había experimentado una sensación oscura y siniestra. Y estaba detrás de esa puerta.

    De hecho, unos segundos después, escuchó unos golpes, suaves y acompasados.

    Junior lo reconoció como el mayordomo, por lo que se calmó.
    —Adelante —contestó, aún afectado por esa sensación extraña.

    La puerta fue abierta, y quien ingresó fue Sebastián, portando su característica sonrisa gentil.

    —Joven amo —dijo, trayendo en un carrito té y bocadillos.
    —Le he traído algo para comer. Es tarde y usted ha pasado mucho tiempo aquí sin comer nada.

    Sus palabras transmitían preocupación y, una vez más, Sebastián demostraba ser un mayordomo atento. Sin embargo, Junior todavía seguía sintiéndose extraño.
    Algo parecía decirle que estaba frente a un ser peligroso, maligno y retorcido.

    Junior veía el rostro sonriente de Sebastián con recelo, y se había quedado en su asiento quieto como una estatua, como si moverse implicara que la bestia frente a él se lanzara para devorarlo.

    Pero rápidamente se dio cuenta de lo absurdo que eran sus pensamientos.
    “Qué sinsentido. Sebastián es Sebastián”, pensó, asintiéndole con la cabeza al mayordomo, moviéndose y acomodándose para poder comer.

    El mayordomo se acercó y dispuso todo en la mesa, pero Junior seguía sintiendo ese aura proveniente de él, y estando tan cerca, la sensación se había intensificado. Fue agobiante: como si él mismo estuviera siendo corrompido por esa oscuridad que parecía rodear al sirviente.

    Corrió la cara hacia un lado, como si así pudiera evitar al hombre.

    Sebastián pareció notar su inquietud.
    —¿Se encuentra bien? —preguntó, con una ceja alzada en señal de preocupación.

    Junior asintió, restando importancia con un gesto de la mano.
    —Estoy bien. Puedes retirarte —indicó, deseando que se fuera lo antes posible.

    El mayordomo obedeció, lo reverenció y se retiró sin decir mucho más junto el carrito vacío.

    Cuando se hubo ido, y alejado lo suficiente, Junior soltó un suspiro de alivio. Se llevó una mano al corazón, que todavía latía de manera frenética.

    —¿Qué acaba de suceder? —se preguntó, perplejo.

    ¿Había sido la magia? ¿Había hecho algo malo tratando de invocarla?

    —Tal vez —pensó en voz alta. —Estaba queriendo decirme algo importante.
    -𝑻𝒓𝒂𝒎𝒂 𝑴𝒂́𝒈𝒊𝒄𝒂- La habitación de Junior no se limitaba a un dormitorio con una cama, una cómoda y un escritorio. Estaba compuesta, en realidad, por un complejo de habitaciones que harían en total unos tres cuartos unidos entre sí: un salón pequeño, con sillones, una mesa y lo que compone un salón en general; el dormitorio propiamente dicho, con un baño y un cambiador —lo que podría agregar dos habitaciones más a su complejo—, y su parte favorita: un estudio, que no podía compararse al de su padre, pero que estaba bien provisto con un escritorio, unas estanterías con libros que le habían sido obsequiados, y una sección donde hacía sus experimentos, dotado de un microscopio y diversas herramientas más propias de un científico que de un niño. Pero el chico en cuestión no estaba realizando ninguna actividad como esa. En realidad, hacia la actividad opuesta, algo que hace tan solo unos días habría pensado como mera fantasía. Sentado en la silla de su escritorio, de espaldas a la puerta, mirando hacia el ventanal; tenía los ojos cerrados y parecía sumido en sueños, pero estaba bien despierto, practicando manejar los hilos de la magia presentes en el ambiente. Aquella bruja llamada Bloom le había enseñado cómo interactuar con la magia, y Junior estaba en proceso de aprendizaje, tanteando esos hilos tímidamente. Pero, de repente, sintió algo que lo hizo saltar de su asiento, abrir los ojos y mirar hacia atrás. Era extraño, pero si pudiera describirlo con palabras, había experimentado una sensación oscura y siniestra. Y estaba detrás de esa puerta. De hecho, unos segundos después, escuchó unos golpes, suaves y acompasados. Junior lo reconoció como el mayordomo, por lo que se calmó. —Adelante —contestó, aún afectado por esa sensación extraña. La puerta fue abierta, y quien ingresó fue Sebastián, portando su característica sonrisa gentil. —Joven amo —dijo, trayendo en un carrito té y bocadillos. —Le he traído algo para comer. Es tarde y usted ha pasado mucho tiempo aquí sin comer nada. Sus palabras transmitían preocupación y, una vez más, Sebastián demostraba ser un mayordomo atento. Sin embargo, Junior todavía seguía sintiéndose extraño. Algo parecía decirle que estaba frente a un ser peligroso, maligno y retorcido. Junior veía el rostro sonriente de Sebastián con recelo, y se había quedado en su asiento quieto como una estatua, como si moverse implicara que la bestia frente a él se lanzara para devorarlo. Pero rápidamente se dio cuenta de lo absurdo que eran sus pensamientos. “Qué sinsentido. Sebastián es Sebastián”, pensó, asintiéndole con la cabeza al mayordomo, moviéndose y acomodándose para poder comer. El mayordomo se acercó y dispuso todo en la mesa, pero Junior seguía sintiendo ese aura proveniente de él, y estando tan cerca, la sensación se había intensificado. Fue agobiante: como si él mismo estuviera siendo corrompido por esa oscuridad que parecía rodear al sirviente. Corrió la cara hacia un lado, como si así pudiera evitar al hombre. Sebastián pareció notar su inquietud. —¿Se encuentra bien? —preguntó, con una ceja alzada en señal de preocupación. Junior asintió, restando importancia con un gesto de la mano. —Estoy bien. Puedes retirarte —indicó, deseando que se fuera lo antes posible. El mayordomo obedeció, lo reverenció y se retiró sin decir mucho más junto el carrito vacío. Cuando se hubo ido, y alejado lo suficiente, Junior soltó un suspiro de alivio. Se llevó una mano al corazón, que todavía latía de manera frenética. —¿Qué acaba de suceder? —se preguntó, perplejo. ¿Había sido la magia? ¿Había hecho algo malo tratando de invocarla? —Tal vez —pensó en voz alta. —Estaba queriendo decirme algo importante.
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  • —Se acerca otro Halloween... La noche en que la gente celebra lo que teme. Se disfrazan de monstruos, fantasmas y demonios, sin entender realmente la oscuridad que acecha en el mundo. Para ellos, es un juego, una excusa para escapar de la monotonía y sumergirse en la fantasía.
    —Se acerca otro Halloween... La noche en que la gente celebra lo que teme. Se disfrazan de monstruos, fantasmas y demonios, sin entender realmente la oscuridad que acecha en el mundo. Para ellos, es un juego, una excusa para escapar de la monotonía y sumergirse en la fantasía.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    𝗠𝗶𝘀 𝗥𝗲𝗴𝗹𝗮𝘀:

    𝗡𝗼 𝗥𝗼𝗹𝗲𝗼 𝗽𝗼𝗿 𝗣𝗿𝗶𝘃𝗮𝗱𝗼: Toda interacción y desarrollo de personajes debe hacerse en el contexto del roleplay público.

    La mejor presentación siempre será on-rol.

    𝗣𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗷𝗲𝘀 𝗔𝗰𝗲𝗽𝘁𝗮𝗱𝗼𝘀: Se aceptan personajes tanto realistas como de fantasía, siempre y cuando estén bien desarrollados y sean coherentes.

    𝗥𝗲𝘀𝘁𝗿𝗶𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗣𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗷𝗲𝘀: No se aceptan personajes enfocados exclusivamente al s3xr0l. Además, no se permiten personajes con morfologías extrañas tales como furrys, alienígenas, pokemones, etc.

    𝗘𝘃𝗶𝘁𝗮𝗿 𝗣𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗷𝗲𝘀 𝗗𝗲𝘀𝗯𝗮𝗹𝗮𝗻𝗰𝗲𝗮𝗱𝗼𝘀: No rolearé con personajes que sean o estén cerca de ser dioses, conquistadores galácticos o cualquier tipo de Mary Sue/Gary Stu. Los personajes deben tener limitaciones y ser equilibrados para mantener la coherencia y el interés del roleplay.

    Gracias por su comprensión y colaboración.
    𝗠𝗶𝘀 𝗥𝗲𝗴𝗹𝗮𝘀: 𝗡𝗼 𝗥𝗼𝗹𝗲𝗼 𝗽𝗼𝗿 𝗣𝗿𝗶𝘃𝗮𝗱𝗼: Toda interacción y desarrollo de personajes debe hacerse en el contexto del roleplay público. La mejor presentación siempre será on-rol. 𝗣𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗷𝗲𝘀 𝗔𝗰𝗲𝗽𝘁𝗮𝗱𝗼𝘀: Se aceptan personajes tanto realistas como de fantasía, siempre y cuando estén bien desarrollados y sean coherentes. 𝗥𝗲𝘀𝘁𝗿𝗶𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗣𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗷𝗲𝘀: No se aceptan personajes enfocados exclusivamente al s3xr0l. Además, no se permiten personajes con morfologías extrañas tales como furrys, alienígenas, pokemones, etc. 𝗘𝘃𝗶𝘁𝗮𝗿 𝗣𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗷𝗲𝘀 𝗗𝗲𝘀𝗯𝗮𝗹𝗮𝗻𝗰𝗲𝗮𝗱𝗼𝘀: No rolearé con personajes que sean o estén cerca de ser dioses, conquistadores galácticos o cualquier tipo de Mary Sue/Gary Stu. Los personajes deben tener limitaciones y ser equilibrados para mantener la coherencia y el interés del roleplay. Gracias por su comprensión y colaboración.
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  • Fondo Musical: https://www.youtube.com/watch?v=p2dpskiuTvo

    Malvarrosada de mágica runa, cuna rebelde en tus extrañadas cumbres de entrañas abiertas; es en este eclipse de bienaventuranza en el que recito la venia que enseñaste a mi familia como siempre lo has esperado. Rito tras rito en tu arribo, inmaculada como la más agraciada de las bestias. Desde que te reconocí, te convertiste en la razón de nuestra abundancia, a pesar de las carencias. Tu rostro cabalga a los ayeres siderales de los recuerdos más excelsos que tenemos. Cuadro tras cuadro en el que perdura tu estampa; emperatriz nuestra.

    ¿Cuándo alcanzaremos el país donde los Nunca Jamás son sólo invenciones de historias de adultos sin imaginación, ni reglas de fina estampa? Porque los adultos amoldan a sus mentes, con yerros a fuego vivo, tan sólo para complacer a los parásitos ingratos que los gobiernan. Contigo basta el parpadeo de una solariega imagen, anclada a las ancas de ranas que se entrevén en las paredes del avivado palacio, que se encuentra sobre la piedra del río en el que pincelaste tus escudos y prudencias.

    No persiste en ti más que el perdón de los dolientes que te rezan. Otros más te repudian, otros más te alcanzan, otros más se agitan en el recodo de los retazos de los tapices y ápices en los que se debaten la razón de tu existencia. ¿Quién eres, tu perla de luz, venidera desde el juicio del océano de arena?

    Abusas de tu integridad, mi nombre, mi llamado. Mi esperanza es tu presencia ante la mesa en la que descansas raras veces. Te amamos con nuestras bocas, lenguas, los cordeles e instrumentos del placer que es para ti ser devorada. Tu carne, tu pagana música, aumenta cada vez, cada tanto, en cada sigilo que anuncias a tus crías de largas orejas, extremidades retorcidas. Cola de cabra, voz de león. Un ritual de sangre donde pereces y renaces cada vez, tanto en tanto, otra vez en tus visitas. En los labios de mi Abuela existes en los Para Siempre. Te recito, como un cuento, y, ella, me enseña tus oraciones. Tu fantasmal música de fantasía con la que me arrullaba antes de convertirse en el espectro de mi caja musical.

    Ambos te llamamos Den Phelasphazyo; Imthár ylz Ghemelthann. La misma Sapiencia encarnada que cortó su garganta para dar bienvenida a mi progenitor, ese que se aparearía con ella mucho antes de ella morir por el éxtasis. La Sapiencia del valor que retiene a mi madre cuando nos alimenta con el calor de tus bendecidas carnes con aroma a ceniza, a hueso y a sol; la Sapiencia del dolor que nos envuelve y que predicamos como noble leyenda.

    La Sapiencia de la esperanza de nacer de tu rebelde imaginario.

    La Sapiencia. La Sapiencia. La Sapiencia. La Sapiencia. La Sapiencia. La Sapiencia. La Sapiencia. La Sapiencia. La Sapiencia. La Sapiencia de ser coronada en cada voz, cada voto, cada redoble de tambores en las pinturas y representaciones de nuestras catorce sagradas sangrientas y quince lunas tristes. Tú y sólo tú, virginal doncella, eres un misterio en el cosmogénesis de esta ufanada euforia, en la que recitamos tus alabeos de sidéreos amores y amalgamas presentes. Sobre nuestra piel de desnudado eco, en el que escribes tu propia selección de Do-Re-mi-Fa-Sol.

    Escribes tus lunares y tus rosadas lunas de santificados infartos y anunciadas guerras desde el fin y el principio de los tiempos. Somos tus rituales de sangre, eco de una diosa aparecida sobre una montaña adornada con cadáveres de flores. Tan ácidos como esa miel de abeja enlazada a los limones de destrozados arbustos de piedras y sangre. Remedio para la peste en la que te has convertido para el resto de los vivientes que sollozan en esta aldea. Los que huyen de tu nombre y tu aniñada juventud.
    Fondo Musical: https://www.youtube.com/watch?v=p2dpskiuTvo Malvarrosada de mágica runa, cuna rebelde en tus extrañadas cumbres de entrañas abiertas; es en este eclipse de bienaventuranza en el que recito la venia que enseñaste a mi familia como siempre lo has esperado. Rito tras rito en tu arribo, inmaculada como la más agraciada de las bestias. Desde que te reconocí, te convertiste en la razón de nuestra abundancia, a pesar de las carencias. Tu rostro cabalga a los ayeres siderales de los recuerdos más excelsos que tenemos. Cuadro tras cuadro en el que perdura tu estampa; emperatriz nuestra. ¿Cuándo alcanzaremos el país donde los Nunca Jamás son sólo invenciones de historias de adultos sin imaginación, ni reglas de fina estampa? Porque los adultos amoldan a sus mentes, con yerros a fuego vivo, tan sólo para complacer a los parásitos ingratos que los gobiernan. Contigo basta el parpadeo de una solariega imagen, anclada a las ancas de ranas que se entrevén en las paredes del avivado palacio, que se encuentra sobre la piedra del río en el que pincelaste tus escudos y prudencias. No persiste en ti más que el perdón de los dolientes que te rezan. Otros más te repudian, otros más te alcanzan, otros más se agitan en el recodo de los retazos de los tapices y ápices en los que se debaten la razón de tu existencia. ¿Quién eres, tu perla de luz, venidera desde el juicio del océano de arena? Abusas de tu integridad, mi nombre, mi llamado. Mi esperanza es tu presencia ante la mesa en la que descansas raras veces. Te amamos con nuestras bocas, lenguas, los cordeles e instrumentos del placer que es para ti ser devorada. Tu carne, tu pagana música, aumenta cada vez, cada tanto, en cada sigilo que anuncias a tus crías de largas orejas, extremidades retorcidas. Cola de cabra, voz de león. Un ritual de sangre donde pereces y renaces cada vez, tanto en tanto, otra vez en tus visitas. En los labios de mi Abuela existes en los Para Siempre. Te recito, como un cuento, y, ella, me enseña tus oraciones. Tu fantasmal música de fantasía con la que me arrullaba antes de convertirse en el espectro de mi caja musical. Ambos te llamamos Den Phelasphazyo; Imthár ylz Ghemelthann. La misma Sapiencia encarnada que cortó su garganta para dar bienvenida a mi progenitor, ese que se aparearía con ella mucho antes de ella morir por el éxtasis. La Sapiencia del valor que retiene a mi madre cuando nos alimenta con el calor de tus bendecidas carnes con aroma a ceniza, a hueso y a sol; la Sapiencia del dolor que nos envuelve y que predicamos como noble leyenda. La Sapiencia de la esperanza de nacer de tu rebelde imaginario. La Sapiencia. La Sapiencia. La Sapiencia. La Sapiencia. La Sapiencia. La Sapiencia. La Sapiencia. La Sapiencia. La Sapiencia. La Sapiencia de ser coronada en cada voz, cada voto, cada redoble de tambores en las pinturas y representaciones de nuestras catorce sagradas sangrientas y quince lunas tristes. Tú y sólo tú, virginal doncella, eres un misterio en el cosmogénesis de esta ufanada euforia, en la que recitamos tus alabeos de sidéreos amores y amalgamas presentes. Sobre nuestra piel de desnudado eco, en el que escribes tu propia selección de Do-Re-mi-Fa-Sol. Escribes tus lunares y tus rosadas lunas de santificados infartos y anunciadas guerras desde el fin y el principio de los tiempos. Somos tus rituales de sangre, eco de una diosa aparecida sobre una montaña adornada con cadáveres de flores. Tan ácidos como esa miel de abeja enlazada a los limones de destrozados arbustos de piedras y sangre. Remedio para la peste en la que te has convertido para el resto de los vivientes que sollozan en esta aldea. Los que huyen de tu nombre y tu aniñada juventud.
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  • Había días, especialmente cuando era demasiada la calma, en que no podía más que rememorar aquel tiempo como ángel, pero más aún, el tiempo de su destierro.

    Seguía pareciéndole irónico, increíble que los seres más "puros" pudieran cometer las peores atrocidades, el divertirse castigándolo, torturándolo, queriendo escucharlo llorar y suplicar como si de una enfermiza fantasía se tratase.

    Por momentos, aquellas cicatrices en su cuerpo ardían como si fueran heridas recientes, a pesar de haber muerto y renacido, era una marca que el pasado no le permitía borrar, suspirando y mirando por el balcón al cielo.
    Había días, especialmente cuando era demasiada la calma, en que no podía más que rememorar aquel tiempo como ángel, pero más aún, el tiempo de su destierro. Seguía pareciéndole irónico, increíble que los seres más "puros" pudieran cometer las peores atrocidades, el divertirse castigándolo, torturándolo, queriendo escucharlo llorar y suplicar como si de una enfermiza fantasía se tratase. Por momentos, aquellas cicatrices en su cuerpo ardían como si fueran heridas recientes, a pesar de haber muerto y renacido, era una marca que el pasado no le permitía borrar, suspirando y mirando por el balcón al cielo.
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  • ────Los milagros, esos cuentos de hadas que la gente se cuenta a sí misma cuando está desesperada, no existen. Son ilusiones creadas por aquellos que no entienden la verdadera naturaleza del poder. Pero yo, en cambio, soy muy real. Mientras los demás esperan que fuerzas místicas o seres superpoderosos les resuelvan la vida, yo construyo soluciones, creo oportunidades y diseño el futuro con mis propias manos.

    No necesito un milagro cuando tengo la inteligencia, los recursos y la visión para cambiar el mundo a mi antojo. Los milagros son la excusa de los débiles. Yo soy la realidad que el mundo necesita, y eso es mucho más poderoso que cualquier fantasía.
    ────Los milagros, esos cuentos de hadas que la gente se cuenta a sí misma cuando está desesperada, no existen. Son ilusiones creadas por aquellos que no entienden la verdadera naturaleza del poder. Pero yo, en cambio, soy muy real. Mientras los demás esperan que fuerzas místicas o seres superpoderosos les resuelvan la vida, yo construyo soluciones, creo oportunidades y diseño el futuro con mis propias manos. No necesito un milagro cuando tengo la inteligencia, los recursos y la visión para cambiar el mundo a mi antojo. Los milagros son la excusa de los débiles. Yo soy la realidad que el mundo necesita, y eso es mucho más poderoso que cualquier fantasía.
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