• Por eso esperaba con la carita empapada
    A que llegaras con rosas, con mil rosas para mí
    Porque ya sabes que me encantan esas cosas
    Que no importa si es muy tonto, soy así
    Y aún me parece mentira que se escape mi vida
    Imaginando que vuelves a pasarte por aquí
    Donde los viernes cada tarde, como siempre
    La esperanza dice quieta, hoy quizás sí.

    #rol
    Por eso esperaba con la carita empapada A que llegaras con rosas, con mil rosas para mí Porque ya sabes que me encantan esas cosas Que no importa si es muy tonto, soy así Y aún me parece mentira que se escape mi vida Imaginando que vuelves a pasarte por aquí Donde los viernes cada tarde, como siempre La esperanza dice quieta, hoy quizás sí. #rol
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  • ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ[ 桑港 | i'm on the 𝓦𝒆𝒔𝒕𝒔𝒊𝒅𝒆 ]

    El Audi patinó más de lo debido y ¡BANG! Se estrelló contra la pared de concreto con un golpe seco, ruidoso y… ligeramente humillante, tenía que admitirlo.

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤ-ˋˏ✄┈┈┈┈

    ㅤㅤEl vuelo a San Francisco se sintió más corto de lo esperado, bueno, en parte porque había dormido casi todo el trayecto a causa del brownie cannábico justo para evitar pasarse despierto en tremenda lata voladora durante 12 horas.

    ㅤㅤAsistió al car meet por insistencia de un amigo y no se arrepintió.

    ㅤㅤHabían autos con todo tipo de arreglos y mejoras que llamaban la atención, escapes que botaban fuego, bocinas con colores estridentes tocando cumbias sonideras, Tupac, Eazy y más. Bobby, o "el chino" como lo llamaban sus amigos de la infancia con ascendencia latina, llegó en un Audi RS 7 gris y los saludó con el español que recordaba de aquellos días.

    "¡Dale Chino, enséñales!" —Gritó una voz conocida en español para animarlo después de dejarse convencer de hacer el drift.

    ㅤㅤEl motor del Audi retumbó. Bobby apretó el volante y justo cuando el humo del escape ya había llamado la atención de todos, pisó el acelerador con violencia y comenzó la maniobra. El auto giró haciendo chillar las llantas y el público enloqueció mientras jugaban a esquivarlo con los flashes encendidos mientras grababan.

    ㅤㅤDio una, dos vueltas pero a la tercera algo no cuadró.

    ㅤㅤEl impacto fue tan violento que el capó se arrugó como si no fuera nada, además el airbag no se activó y su cabeza rebotó contra algo, nunca supo contra qué, haciendo que le bajara una delgada línea de sangre por la ceja. Todo se apagó por un segundo pero Bobby se bajó entre el humo con el impulso torpe que le daba la adrenalina y cayó de rodillas al tropezarse con su propio pie.

    "¡Chino ¿… ...bien?!"

    —¿Quién bajó el volumen…? —Preguntó confundido mientras apretaba los ojos y alguien se acercó entre risas para auxiliarlo, su amigo, seguramente.

    ㅤㅤY así terminó la noche: con el Audi magullado, una ceja rota y su combo de amigos contándole como todo fue perfecto hasta que se le ocurrió besar la pared. Bueno, las cervezas y la risas hacían que valiera la pena aunque sabía que el chistecito le iba a salir caro a la aseguradora.
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ[ 桑港 | i'm on the 𝓦𝒆𝒔𝒕𝒔𝒊𝒅𝒆 ] El Audi patinó más de lo debido y ¡BANG! Se estrelló contra la pared de concreto con un golpe seco, ruidoso y… ligeramente humillante, tenía que admitirlo. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤ-ˋˏ✄┈┈┈┈ ㅤㅤEl vuelo a San Francisco se sintió más corto de lo esperado, bueno, en parte porque había dormido casi todo el trayecto a causa del brownie cannábico justo para evitar pasarse despierto en tremenda lata voladora durante 12 horas. ㅤㅤAsistió al car meet por insistencia de un amigo y no se arrepintió. ㅤㅤHabían autos con todo tipo de arreglos y mejoras que llamaban la atención, escapes que botaban fuego, bocinas con colores estridentes tocando cumbias sonideras, Tupac, Eazy y más. Bobby, o "el chino" como lo llamaban sus amigos de la infancia con ascendencia latina, llegó en un Audi RS 7 gris y los saludó con el español que recordaba de aquellos días. "¡Dale Chino, enséñales!" —Gritó una voz conocida en español para animarlo después de dejarse convencer de hacer el drift. ㅤㅤEl motor del Audi retumbó. Bobby apretó el volante y justo cuando el humo del escape ya había llamado la atención de todos, pisó el acelerador con violencia y comenzó la maniobra. El auto giró haciendo chillar las llantas y el público enloqueció mientras jugaban a esquivarlo con los flashes encendidos mientras grababan. ㅤㅤDio una, dos vueltas pero a la tercera algo no cuadró. ㅤㅤEl impacto fue tan violento que el capó se arrugó como si no fuera nada, además el airbag no se activó y su cabeza rebotó contra algo, nunca supo contra qué, haciendo que le bajara una delgada línea de sangre por la ceja. Todo se apagó por un segundo pero Bobby se bajó entre el humo con el impulso torpe que le daba la adrenalina y cayó de rodillas al tropezarse con su propio pie. "¡Chino ¿… ...bien?!" —¿Quién bajó el volumen…? —Preguntó confundido mientras apretaba los ojos y alguien se acercó entre risas para auxiliarlo, su amigo, seguramente. ㅤㅤY así terminó la noche: con el Audi magullado, una ceja rota y su combo de amigos contándole como todo fue perfecto hasta que se le ocurrió besar la pared. Bueno, las cervezas y la risas hacían que valiera la pena aunque sabía que el chistecito le iba a salir caro a la aseguradora.
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  • Recuerdos de un Zorro.

    Kuragari: la oscuridad creciente (parte 2)


    "Cada día mi cuerpo era profanado, como un objeto sin valor, usado y desechado por manos que nunca aprendieron a amar. Como si no tuviese valor, como si este no me perteneciera."

    Kuragari; un ser que había nacido desde el sufrimiento del Kitsune Kazuo. Este había tomado su propia forma, su propia conciencia. Un ser que, por mucho que el zorro no lo deseara, seguiría sujeto a él por siempre.

    Acabar con él no era una opción. De hacerlo, el alma de Kazuo estaría incompleta, convirtiéndolo en un ser roto, condenado a vagar por el mundo sintiéndose un tarro a medio llenar.

    Kuragari estaba, poco a poco, mermando la voluntad de Kazuo. Quedándose cada noche con un poquito más de su alma. Haciéndola suya de las formas más depravadas posibles.

    Aquella noche, como muchas otras, Kuragari apareció detrás de la espalda de Kazuo. Este se había acomodado en el futón donde el zorro intentaba conciliar el sueño. Sus manos, aparentemente normales a la vista, pero con la sensación de estar tocando hueso, rodeaban el torso de Kazuo acariciando su pecho con la yema de los dedos.

    Kazuo había perdido prácticamente la voluntad de su propio cuerpo. Ni siquiera se movió; no tenía fuerza física ni mental. Kuragari se había apoderado de la voluntad de su alma.

    Este le susurraba al oído, ofreciéndole promesas de amor, de seguridad y bienestar. Unas promesas vacías y, aun así, Kazuo creyó creerlas.

    Kuragari comenzó a bajar sus manos por el pecho y el torso de Kazuo, mientras seguía prometiéndole promesas vacías de una paz que jamás llegaría. Aquella noche Kazuo no tenía fuerzas para seguir luchando, su cuerpo se había negado a moverse ante el profanamiento al que iba a ser sometido.

    Aquellas manos, limpias en apariencia pero sucias en intención, bajaron hasta su vientre y, de allí sin mostrar piedad, siguieron bajando hasta su virilidad. Kuragari rodeó la extensión de esta con sus frías manos, apropiándose de aquello que reclamaba como suyo.

    En aquel punto el cuerpo de Kazuo le pertenecía más a Kuragari que a él mismo. Su cuerpo no respondía a su propia voluntad.

    "Relájate… Pronto estarás bien" —ronroneaba el demonio al oído del zorro.

    Kazuo estuvo dispuesto a protestar, pero cuando abrió la boca para hablar esta no emitió sonido alguno. Un nudo constreñía su garganta, apenas dejándole pasar el aire necesario para poder seguir respirando. La sonrisa maliciosa de Kuragari se ensanchó.

    Kazuo se sentía sucio. Aquella asquerosa criatura se estaba apoderando sin pudor de su fuerte cuerpo y su débil alma. Estaba siendo usado como algo sin valor, aunque las palabras de Kuragari dijesen lo contrario.

    La lengua bífida de Kuragari se paseaba por el cuello de Kazuo, de forma lenta y letal. Sumiéndolo en un estado de letargo, como si su cuerpo languideciera con cada toque. Jamás había enfermado y, sin embargo, de poder describir la sensación sería justo aquella.

    Kuragari, con movimientos lentos, manejaba el cuerpo de Kazuo a voluntad. En cierto momento de aquella larga noche, Kazuo se encontraba boca abajo, sometido ante un embiste sin piedad. Su mirada estaba clavada en algún lugar sin definir, mientras su cuerpo chocaba contra el futón una y otra vez. En otro punto de la madrugada fue consciente, por breves instantes, de estar boca arriba. Kuragari lo cabalgaba como quien lo hace sobre un corcel desbocado; con su cabeza echada hacia atrás y sus frías manos sobre el pecho de Kazuo.

    Así era cada noche… Él mismo estaba siendo víctima y verdugo. Siendo abusado por algo que había dejado que creciera dentro de él. Pensó que se convertiría en una vía de escape, pero se había convertido en una tortuosa pesadilla.

    Entonces Kazuo despertó de pronto, incorporándose sobre sí mismo, con una mano sobre el pecho, en un intento de calmar la hiperventilación que cabalgaba sobre este. Sus ojos por unos instantes miraron a todos lados, de forma frenética, buscando una figura que no se encontraba allí.

    Sus ojos se adaptaron a la iluminación. No era aquella casucha en mitad de un bosque, tampoco se encontraba Kuragari allí; habían pasado más de mil años. Se encontraba en su templo, en su dormitorio, en el futón que compartía con su amada Elizabeth.

    Este se llevó las manos a la cabeza mientras su rostro quedaba cabizbajo.
    ¿Por qué estaban volviendo aquellos recuerdos?
    Él no está aquí, no puede volver... ¿no?

    Este miró hacia la ventana, observando la luna, que había comenzado con su primer ciclo. Entonces recordó que en pocas semanas habría un eclipse lunar.

    —¿Podría ser que…? —murmuró de una forma tan baja que apenas podría haberse percibido el sonido saliendo de sus labios.

    Tras unos largos segundos pensativo, Kazuo se volvió a acostar. Este se giró para encontrarse con el rostro de Elizabeth, quien dormía plácidamente. Aquel era su lugar seguro, por lo que no dudó en rodearla con sus brazos y empaparse de aquella sensación.
    Recuerdos de un Zorro. Kuragari: la oscuridad creciente (parte 2) "Cada día mi cuerpo era profanado, como un objeto sin valor, usado y desechado por manos que nunca aprendieron a amar. Como si no tuviese valor, como si este no me perteneciera." Kuragari; un ser que había nacido desde el sufrimiento del Kitsune Kazuo. Este había tomado su propia forma, su propia conciencia. Un ser que, por mucho que el zorro no lo deseara, seguiría sujeto a él por siempre. Acabar con él no era una opción. De hacerlo, el alma de Kazuo estaría incompleta, convirtiéndolo en un ser roto, condenado a vagar por el mundo sintiéndose un tarro a medio llenar. Kuragari estaba, poco a poco, mermando la voluntad de Kazuo. Quedándose cada noche con un poquito más de su alma. Haciéndola suya de las formas más depravadas posibles. Aquella noche, como muchas otras, Kuragari apareció detrás de la espalda de Kazuo. Este se había acomodado en el futón donde el zorro intentaba conciliar el sueño. Sus manos, aparentemente normales a la vista, pero con la sensación de estar tocando hueso, rodeaban el torso de Kazuo acariciando su pecho con la yema de los dedos. Kazuo había perdido prácticamente la voluntad de su propio cuerpo. Ni siquiera se movió; no tenía fuerza física ni mental. Kuragari se había apoderado de la voluntad de su alma. Este le susurraba al oído, ofreciéndole promesas de amor, de seguridad y bienestar. Unas promesas vacías y, aun así, Kazuo creyó creerlas. Kuragari comenzó a bajar sus manos por el pecho y el torso de Kazuo, mientras seguía prometiéndole promesas vacías de una paz que jamás llegaría. Aquella noche Kazuo no tenía fuerzas para seguir luchando, su cuerpo se había negado a moverse ante el profanamiento al que iba a ser sometido. Aquellas manos, limpias en apariencia pero sucias en intención, bajaron hasta su vientre y, de allí sin mostrar piedad, siguieron bajando hasta su virilidad. Kuragari rodeó la extensión de esta con sus frías manos, apropiándose de aquello que reclamaba como suyo. En aquel punto el cuerpo de Kazuo le pertenecía más a Kuragari que a él mismo. Su cuerpo no respondía a su propia voluntad. "Relájate… Pronto estarás bien" —ronroneaba el demonio al oído del zorro. Kazuo estuvo dispuesto a protestar, pero cuando abrió la boca para hablar esta no emitió sonido alguno. Un nudo constreñía su garganta, apenas dejándole pasar el aire necesario para poder seguir respirando. La sonrisa maliciosa de Kuragari se ensanchó. Kazuo se sentía sucio. Aquella asquerosa criatura se estaba apoderando sin pudor de su fuerte cuerpo y su débil alma. Estaba siendo usado como algo sin valor, aunque las palabras de Kuragari dijesen lo contrario. La lengua bífida de Kuragari se paseaba por el cuello de Kazuo, de forma lenta y letal. Sumiéndolo en un estado de letargo, como si su cuerpo languideciera con cada toque. Jamás había enfermado y, sin embargo, de poder describir la sensación sería justo aquella. Kuragari, con movimientos lentos, manejaba el cuerpo de Kazuo a voluntad. En cierto momento de aquella larga noche, Kazuo se encontraba boca abajo, sometido ante un embiste sin piedad. Su mirada estaba clavada en algún lugar sin definir, mientras su cuerpo chocaba contra el futón una y otra vez. En otro punto de la madrugada fue consciente, por breves instantes, de estar boca arriba. Kuragari lo cabalgaba como quien lo hace sobre un corcel desbocado; con su cabeza echada hacia atrás y sus frías manos sobre el pecho de Kazuo. Así era cada noche… Él mismo estaba siendo víctima y verdugo. Siendo abusado por algo que había dejado que creciera dentro de él. Pensó que se convertiría en una vía de escape, pero se había convertido en una tortuosa pesadilla. Entonces Kazuo despertó de pronto, incorporándose sobre sí mismo, con una mano sobre el pecho, en un intento de calmar la hiperventilación que cabalgaba sobre este. Sus ojos por unos instantes miraron a todos lados, de forma frenética, buscando una figura que no se encontraba allí. Sus ojos se adaptaron a la iluminación. No era aquella casucha en mitad de un bosque, tampoco se encontraba Kuragari allí; habían pasado más de mil años. Se encontraba en su templo, en su dormitorio, en el futón que compartía con su amada Elizabeth. Este se llevó las manos a la cabeza mientras su rostro quedaba cabizbajo. ¿Por qué estaban volviendo aquellos recuerdos? Él no está aquí, no puede volver... ¿no? Este miró hacia la ventana, observando la luna, que había comenzado con su primer ciclo. Entonces recordó que en pocas semanas habría un eclipse lunar. —¿Podría ser que…? —murmuró de una forma tan baja que apenas podría haberse percibido el sonido saliendo de sus labios. Tras unos largos segundos pensativo, Kazuo se volvió a acostar. Este se giró para encontrarse con el rostro de Elizabeth, quien dormía plácidamente. Aquel era su lugar seguro, por lo que no dudó en rodearla con sus brazos y empaparse de aquella sensación.
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  • El sol de la tarde se filtraba entre las ramas de un árbol alto y nudoso, iluminando con calidez el parque tranquilo. Los niños jugaban, las hojas caían lentas, y el viento acariciaba el césped. De pronto, un llanto suave rompió la armonía.

    —¡Mi gloooobo! —sollozaba una pequeña, mirando con los ojos llorosos hacia las alturas.

    Un globo rojo vibraba suavemente entre las ramas más altas del árbol. Su hilo se había enredado en una rama delgada, muy por encima del alcance de cualquiera.

    Entonces apareció él.

    Caminando con paso sereno, las manos en los bolsillos de su chaqueta marrón de lana, **Kyu** se acercó observando la escena con calma. Su cabello largo y avellana se movía con el viento, y sus ojos ámbar brillaban con dulzura mientras miraba hacia arriba.

    —¿Quieres que te lo baje? —preguntó con una sonrisa pequeña, agachándose frente a la niña.

    Ella asintió con timidez, limpiándose las mejillas con las mangas.

    Kyu se incorporó. Luego entrelazó sus manos suavemente frente a su boca… e inhaló.

    Con un susurro casi inaudible, **exhaló una fina corriente de niebla plateada**, densa pero suave, que comenzó a elevarse con movimientos elegantes hacia las ramas del árbol. Como si tuviera vida propia, la niebla se extendió, serpenteando con precisión entre las hojas hasta envolver el hilo del globo con una ternura casi mágica.

    La niña observaba con los ojos muy abiertos, maravillada.

    —No te preocupes… mi niebla no muerde —dijo Kyu, sin dejar de mirar hacia arriba.

    Con delicadeza, la niebla desenredó el globo y lo fue bajando poco a poco hasta que estuvo al alcance de la pequeña, quien lo recibió como si fuera un tesoro rescatado del cielo.

    —¡Gracias, señor humo! —gritó feliz, sin saber su nombre.

    Kyu soltó una risa breve, se inclinó y acarició su cabeza con cariño.

    —De nada, pequeña saltamontes—susurró—. No dejes que se te escape otra vez, ¿sí?
    El sol de la tarde se filtraba entre las ramas de un árbol alto y nudoso, iluminando con calidez el parque tranquilo. Los niños jugaban, las hojas caían lentas, y el viento acariciaba el césped. De pronto, un llanto suave rompió la armonía. —¡Mi gloooobo! —sollozaba una pequeña, mirando con los ojos llorosos hacia las alturas. Un globo rojo vibraba suavemente entre las ramas más altas del árbol. Su hilo se había enredado en una rama delgada, muy por encima del alcance de cualquiera. Entonces apareció él. Caminando con paso sereno, las manos en los bolsillos de su chaqueta marrón de lana, **Kyu** se acercó observando la escena con calma. Su cabello largo y avellana se movía con el viento, y sus ojos ámbar brillaban con dulzura mientras miraba hacia arriba. —¿Quieres que te lo baje? —preguntó con una sonrisa pequeña, agachándose frente a la niña. Ella asintió con timidez, limpiándose las mejillas con las mangas. Kyu se incorporó. Luego entrelazó sus manos suavemente frente a su boca… e inhaló. Con un susurro casi inaudible, **exhaló una fina corriente de niebla plateada**, densa pero suave, que comenzó a elevarse con movimientos elegantes hacia las ramas del árbol. Como si tuviera vida propia, la niebla se extendió, serpenteando con precisión entre las hojas hasta envolver el hilo del globo con una ternura casi mágica. La niña observaba con los ojos muy abiertos, maravillada. —No te preocupes… mi niebla no muerde —dijo Kyu, sin dejar de mirar hacia arriba. Con delicadeza, la niebla desenredó el globo y lo fue bajando poco a poco hasta que estuvo al alcance de la pequeña, quien lo recibió como si fuera un tesoro rescatado del cielo. —¡Gracias, señor humo! —gritó feliz, sin saber su nombre. Kyu soltó una risa breve, se inclinó y acarició su cabeza con cariño. —De nada, pequeña saltamontes—susurró—. No dejes que se te escape otra vez, ¿sí?
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  • *ese día había una actividad para los niños del orfanato entonces Luka se pondría un outfit de rockero y invocaria a los integrantes de Queen meno Freddy Mercury y empezarían con bohemian rapsody*

    Is this the real life? Is this just fantasy?
    Caught in a landslide, no escape from reality
    Open your eyes, look up to the skies and see
    I'm just a poor boy, I need no sympathy
    Because I'm easy come, easy go
    Little high, little low
    Any way the wind blows doesn't really matter to me, to me
    Mama, just killed a man
    Put a gun against his head, pulled my trigger, now he's dead
    Mama, life had just begun
    But now I've gone and thrown it all away
    Mama, ooh, didn't mean to make you cry
    If I'm not back again this time tomorrow
    Carry on, carry on as if nothing really matters
    Too late, my time has come
    Sends shivers down my spine, body's aching all the time
    Goodbye, everybody, I've got to go
    Gotta leave you all behind and face the truth
    Mama, ooh (any way the wind blows)
    I don't wanna die
    I sometimes wish I'd never been born at all
    I see a little silhouetto of a man
    Scaramouche, Scaramouche, will you do the Fandango?
    Thunderbolt and lightning, very, very frightening me
    (Galileo) Galileo, (Galileo) Galileo, Galileo Figaro, magnifico
    But I'm just a poor boy, nobody loves me
    He's just a poor boy from a poor family
    Spare him his life from this monstrosity
    Easy come, easy go, will you let me go?
    بِسْمِ ٱللَّٰهِ
    No, we will not let you go (let him go)
    بِسْمِ ٱللَّٰهِ
    We will not let you go (let him go)
    بِسْمِ ٱللَّٰهِ
    We will not let you go (let me go)
    Will not let you go (let me go)
    Will not let you go (never, never, never, never let me go)
    No, no, no, no, no, no, no
    Oh, mamma mia, mamma mia
    Mamma mia, let me go
    Beelzebub has a devil put aside for me, for me, for me
    So you think you can stone me and spit in my eye?
    So you think you can love me and leave me to die?
    Oh, baby, can't do this to me, baby
    Just gotta get out, just gotta get right outta here
    Ooh
    Ooh, yeah, ooh, yeah
    Nothing really matters, anyone can see
    Nothing really matters
    Nothing really matters to me

    Aruna Night Salvatore Bloom Night
    *ese día había una actividad para los niños del orfanato entonces Luka se pondría un outfit de rockero y invocaria a los integrantes de Queen meno Freddy Mercury y empezarían con bohemian rapsody* Is this the real life? Is this just fantasy? Caught in a landslide, no escape from reality Open your eyes, look up to the skies and see I'm just a poor boy, I need no sympathy Because I'm easy come, easy go Little high, little low Any way the wind blows doesn't really matter to me, to me Mama, just killed a man Put a gun against his head, pulled my trigger, now he's dead Mama, life had just begun But now I've gone and thrown it all away Mama, ooh, didn't mean to make you cry If I'm not back again this time tomorrow Carry on, carry on as if nothing really matters Too late, my time has come Sends shivers down my spine, body's aching all the time Goodbye, everybody, I've got to go Gotta leave you all behind and face the truth Mama, ooh (any way the wind blows) I don't wanna die I sometimes wish I'd never been born at all I see a little silhouetto of a man Scaramouche, Scaramouche, will you do the Fandango? Thunderbolt and lightning, very, very frightening me (Galileo) Galileo, (Galileo) Galileo, Galileo Figaro, magnifico But I'm just a poor boy, nobody loves me He's just a poor boy from a poor family Spare him his life from this monstrosity Easy come, easy go, will you let me go? بِسْمِ ٱللَّٰهِ No, we will not let you go (let him go) بِسْمِ ٱللَّٰهِ We will not let you go (let him go) بِسْمِ ٱللَّٰهِ We will not let you go (let me go) Will not let you go (let me go) Will not let you go (never, never, never, never let me go) No, no, no, no, no, no, no Oh, mamma mia, mamma mia Mamma mia, let me go Beelzebub has a devil put aside for me, for me, for me So you think you can stone me and spit in my eye? So you think you can love me and leave me to die? Oh, baby, can't do this to me, baby Just gotta get out, just gotta get right outta here Ooh Ooh, yeah, ooh, yeah Nothing really matters, anyone can see Nothing really matters Nothing really matters to me [mirage_ivory_mouse_897] [Bloom_Night]
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  • El abrazo de lo inexplicable
    Fandom OC, made in abyss
    Categoría Drama
    Rol con: [sinner_without_sin]

    La iglesia no tenía nombre para Nairis. En un país que no hablaba del Abismo, no tenía por qué tenerlo.

    Nairis había viajado sola, como siempre. El nombre del hombre le llegó a través de descripciones vagas, recogidas entre eruditos, curanderos y supersticiosos. “Un hombre que actúa solamente en nombre de Dios." "Parece conocer las sombras como si hubiera sido parte de ellas." "Lo inhumano no escapa de su agarre.".
    Eso fue suficiente.

    Esa tarde, la Cartógrafa del Silencio cruzó las puertas de la iglesia, con miradas posándose sobre ella. Se lo esperaba, sus pasos no emitían sonido alguno, su apariencia incitaba al misterio, su capa hondeaba con su caminar.
    Entre todo esto, vio al hombre del que había oído hablar, era una breve descripción, pero suficiente como para distinguirlo. Un hombre de pelo rojo, con rostro cuidado, como si la propia afrodita le hubiera otorgado esa belleza. Y sus ojos... Dos perlas azules color cielo, pero firmes, se podía sentir la sabiduría que emanaba con solo mirarlos.

    Nairis se mantuvo a unos metros, observándolo. Su silueta era inconfundible. La capa blanca parecía absorber los colores del entorno, volviéndose más oscura bajo la luz quebrada. Sus piernas, reforzadas con placas óseas y tendones artificiales, descansaban en tensión contenida, como si estuvieran listas para moverse al menor indicio de peligro. El silbato blanco, enroscado en su brazo como un fósil herido, latía silencioso con grietas viejas.

    El hombre parecía observarla con precaución, casi parecía juzgarla. Entonces la mujer alzó la voz.

    — Dicen que no hay ser que no conozcas o monstruo que escape de tu luz. — Su voz era suave, baja, la voz de quien había pasado entre el silencio y las sombras una gran parte de su vida.
    Rol con: [sinner_without_sin] La iglesia no tenía nombre para Nairis. En un país que no hablaba del Abismo, no tenía por qué tenerlo. Nairis había viajado sola, como siempre. El nombre del hombre le llegó a través de descripciones vagas, recogidas entre eruditos, curanderos y supersticiosos. “Un hombre que actúa solamente en nombre de Dios." "Parece conocer las sombras como si hubiera sido parte de ellas." "Lo inhumano no escapa de su agarre.". Eso fue suficiente. Esa tarde, la Cartógrafa del Silencio cruzó las puertas de la iglesia, con miradas posándose sobre ella. Se lo esperaba, sus pasos no emitían sonido alguno, su apariencia incitaba al misterio, su capa hondeaba con su caminar. Entre todo esto, vio al hombre del que había oído hablar, era una breve descripción, pero suficiente como para distinguirlo. Un hombre de pelo rojo, con rostro cuidado, como si la propia afrodita le hubiera otorgado esa belleza. Y sus ojos... Dos perlas azules color cielo, pero firmes, se podía sentir la sabiduría que emanaba con solo mirarlos. Nairis se mantuvo a unos metros, observándolo. Su silueta era inconfundible. La capa blanca parecía absorber los colores del entorno, volviéndose más oscura bajo la luz quebrada. Sus piernas, reforzadas con placas óseas y tendones artificiales, descansaban en tensión contenida, como si estuvieran listas para moverse al menor indicio de peligro. El silbato blanco, enroscado en su brazo como un fósil herido, latía silencioso con grietas viejas. El hombre parecía observarla con precaución, casi parecía juzgarla. Entonces la mujer alzó la voz. — Dicen que no hay ser que no conozcas o monstruo que escape de tu luz. — Su voz era suave, baja, la voz de quien había pasado entre el silencio y las sombras una gran parte de su vida.
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
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  • Vaya, no gritas... Me gusta eso.
    —Tranquilo, aún no he usado nada de mi ninjutsu… pero si sigues mirándome así, tal vez tenga que hacerlo… para que no te escapes
    Vaya, no gritas... Me gusta eso. —Tranquilo, aún no he usado nada de mi ninjutsu… pero si sigues mirándome así, tal vez tenga que hacerlo… para que no te escapes
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  • Está es "???", más conocíada como Yoli según el futuro de la trama.

    Historia: Yoli era pricionera de un pueblo humano, aún no recuerda del todo como es que murió su familia porque era solo una bebé, pero tiene pesadillas sobre eso. La entrenaron sin su consentimiento, y aún así sus habilidades en batalla no son las mejores, de echo, prefiere correr por su vida en vez de defenderse, lo cual le ha funcionado bastante hasta ahora. Pudo escapar de su pueblo con la habilidad de correr y ahora ronda por el bosque de día y de noche buscando sus origines y a alguien que la quiera tal cual es.

    Inventario:

    Piedra preciosa: encontrada dentro de una cueva de gemas y cristales preciosos, lo usa para pagar cosas caras porque no sabe el valor del dinero.

    Fotos: recuerdos que tuvo de su "hermano" y tutor humano, aunque en las fotos donde aparece Yoli siempre es maltratada, a ella le parecen bonitas porque tenía un gran aprecio a tales personas a pesar de que a ella no la querían.

    Libro: es un libro que le prestó Eraster Shineray Demon , contiene información valiosa del pasado.

    Peluche: ya tiene bastantes juguetitos y sigue siendo muy infantil, lo usa cuando se siente triste y sola.

    Monedas de oro: También se las regaló Eraster porque para él valían menos.

    ?: objeto misterioso seguramente...


    Habilidades:

    Vida: casi completamente sana

    Lucha: pésima luchando

    Correr: de larga duración y se regenera rápido, profecional en el escape.
    Está es "???", más conocíada como Yoli según el futuro de la trama. Historia: Yoli era pricionera de un pueblo humano, aún no recuerda del todo como es que murió su familia porque era solo una bebé, pero tiene pesadillas sobre eso. La entrenaron sin su consentimiento, y aún así sus habilidades en batalla no son las mejores, de echo, prefiere correr por su vida en vez de defenderse, lo cual le ha funcionado bastante hasta ahora. Pudo escapar de su pueblo con la habilidad de correr y ahora ronda por el bosque de día y de noche buscando sus origines y a alguien que la quiera tal cual es. Inventario: Piedra preciosa: encontrada dentro de una cueva de gemas y cristales preciosos, lo usa para pagar cosas caras porque no sabe el valor del dinero. Fotos: recuerdos que tuvo de su "hermano" y tutor humano, aunque en las fotos donde aparece Yoli siempre es maltratada, a ella le parecen bonitas porque tenía un gran aprecio a tales personas a pesar de que a ella no la querían. Libro: es un libro que le prestó [Erasdemon122], contiene información valiosa del pasado. Peluche: ya tiene bastantes juguetitos y sigue siendo muy infantil, lo usa cuando se siente triste y sola. Monedas de oro: También se las regaló Eraster porque para él valían menos. ?: objeto misterioso seguramente... Habilidades: Vida: casi completamente sana Lucha: pésima luchando Correr: de larga duración y se regenera rápido, profecional en el escape.
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  • Cuando vas de aventura, siempre pero siempre observa tus alrededores. observa, las posibles trampas como rutas de escape en caso de que la situación lo amerite.

    El huir por más que suene una salida cobarde es tambien un recurso para sobrevivir . cuando ingresas a cuevas o laberintos marca cada ruta que tomes , memoriza tus pasos .

    Puedes confiar en tu fuerza pero tambien debes usar tu inteligencia , poderosos guerreros han perdido la vida por descuidar los mínimos detalles.
    Cuando vas de aventura, siempre pero siempre observa tus alrededores. observa, las posibles trampas como rutas de escape en caso de que la situación lo amerite. El huir por más que suene una salida cobarde es tambien un recurso para sobrevivir . cuando ingresas a cuevas o laberintos marca cada ruta que tomes , memoriza tus pasos . Puedes confiar en tu fuerza pero tambien debes usar tu inteligencia , poderosos guerreros han perdido la vida por descuidar los mínimos detalles.
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  • Merlina lleva varias semanas encerrada en la sombría y enigmática Academia Nevermore. A pesar de los esfuerzos de la directora y los profesores por integrarla, ella siente que algo no está bien. Su espíritu independiente la impulsa a buscar la manera de escapar, convencida de que sus días en Nevermore deben terminar.

    Pero mientras traza rutas de escape y esquiva la vigilancia, Merlina comienza a notar cosas extrañas, pasillos que cambian de lugar, voces que se escuchan a medianoche, un cuadro que la observa y un antiguo diario escondido bajo una tabla suelta en su habitación. El diario, escrito por una alumna desaparecida hace décadas, habla de una sociedad secreta que controla el destino de los estudiantes.

    A medida que la pelinegra se adentra más en los misterios de la academia, descubre que su llegada a Nevermore no fue un accidente. Y escapar podría significar no solo perder la oportunidad de descubrir la verdad, sino también poner en peligro a todos los que la rodean.
    Merlina lleva varias semanas encerrada en la sombría y enigmática Academia Nevermore. A pesar de los esfuerzos de la directora y los profesores por integrarla, ella siente que algo no está bien. Su espíritu independiente la impulsa a buscar la manera de escapar, convencida de que sus días en Nevermore deben terminar. Pero mientras traza rutas de escape y esquiva la vigilancia, Merlina comienza a notar cosas extrañas, pasillos que cambian de lugar, voces que se escuchan a medianoche, un cuadro que la observa y un antiguo diario escondido bajo una tabla suelta en su habitación. El diario, escrito por una alumna desaparecida hace décadas, habla de una sociedad secreta que controla el destino de los estudiantes. A medida que la pelinegra se adentra más en los misterios de la academia, descubre que su llegada a Nevermore no fue un accidente. Y escapar podría significar no solo perder la oportunidad de descubrir la verdad, sino también poner en peligro a todos los que la rodean.
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