— Golpeó la puerta de su casa exactamente a las diez, ni un minuto más tarde, con aquel enorme ramo de flores y unas cuantas bolsas en la otra mano, todos regalos elegidos cuidadosamente para Dante, llevaba demasiados años sin verlo ni hablarle en su cumpleaños y pensó que sería lindo mimarlo de más.
Esa noche llevaba ropa un poco más formal y le había pedido al chico que también se vistiera bonito, claramente pensaba llevarlo a cenar y quería que todo estuviera acorde a la ocasión, además, debía admitir que moría por verlo vestido de esa forma.
A penas abrió la puerta lo recibió con una gran sonrisa y separó sus brazos para recibirlo entre ellos. —
¿Cómo está el chico más lindo del mundo? ¿Pasaste bien el día de tu cumpleaños?
— Golpeó la puerta de su casa exactamente a las diez, ni un minuto más tarde, con aquel enorme ramo de flores y unas cuantas bolsas en la otra mano, todos regalos elegidos cuidadosamente para Dante, llevaba demasiados años sin verlo ni hablarle en su cumpleaños y pensó que sería lindo mimarlo de más.
Esa noche llevaba ropa un poco más formal y le había pedido al chico que también se vistiera bonito, claramente pensaba llevarlo a cenar y quería que todo estuviera acorde a la ocasión, además, debía admitir que moría por verlo vestido de esa forma.
A penas abrió la puerta lo recibió con una gran sonrisa y separó sus brazos para recibirlo entre ellos. —
¿Cómo está el chico más lindo del mundo? ¿Pasaste bien el día de tu cumpleaños?