El sentimiento es mutuo, Ezra.

Como si tuvieras suficiente moralidad como para eso. Pero no lo has negado.

— Se acerca a él —. En eso vas a pensar tú, que estoy seguro de que te encantaría darme contra todas las paredes del puto cuartel.

¿Vas a pensar eso cuando te toques esta noche?

¿Sin comentarios elocuentes? Va a ser verdad que te gustaría empotrarme y todo. ¿Quién es el adorable ahora?

Ya te gustaría.

No sé de dónde has sacado que soy bisexual, la verdad. ¿No serás tú el que fantasea conmigo?

— Se lo arrebata de nuevo —. Primero: deja de tocar mis cosas, las llenas de tu magia de mierda y es asqueroso. Segundo: si realmente quisiera tirarme a alguno, no me faltan opciones sin necesidad de citas por internet. Estate quieto, coño.

Pero-