• mami me regalo gatitooo lindo *.* que nombre le pongo ? --3-
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  • —Jamás le he temido a la muerte, mi único temor es no vivir lo suficiente para demostrarte lo mucho que te amo. -
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  • La relajación, las palabras y el acompañamiento de su amante facilitan en proceso reduciendo a un par de minutos las horas que su cuerpo, mente y alma exigen. Su corazón al fin recupera la paz. También logra relajarse, distendiendo los músculos sin descuidarle en ningún momento, de tal manera que termina arrodillado en el suelo, dejando espacio entre las piernas para el hechicero. Así, puede soltarle, lentamente, usando las alas a modo de respaldo para él.

    Cabizbajo, retira el anillo de su dedo meñique y busca la mano ajena, la zurda, para colocarlo en su dedo anular. Después, lo acerca al rostro y besa la joya, también su piel, manteniendo los labios contra él por un largo momento, respirando lentamente mientras concentra su propia esencia en el oro que, muy posiblemente, brillará con luz propia durante las próximas semanas.

    — Te amo, Tolek —susurra sin despegarse, con voz rasposa y la garganta reseca— Te amo, sin importar que.
    La relajación, las palabras y el acompañamiento de su amante facilitan en proceso reduciendo a un par de minutos las horas que su cuerpo, mente y alma exigen. Su corazón al fin recupera la paz. También logra relajarse, distendiendo los músculos sin descuidarle en ningún momento, de tal manera que termina arrodillado en el suelo, dejando espacio entre las piernas para el hechicero. Así, puede soltarle, lentamente, usando las alas a modo de respaldo para él. Cabizbajo, retira el anillo de su dedo meñique y busca la mano ajena, la zurda, para colocarlo en su dedo anular. Después, lo acerca al rostro y besa la joya, también su piel, manteniendo los labios contra él por un largo momento, respirando lentamente mientras concentra su propia esencia en el oro que, muy posiblemente, brillará con luz propia durante las próximas semanas. — Te amo, Tolek —susurra sin despegarse, con voz rasposa y la garganta reseca— Te amo, sin importar que.
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  • —Está disfrutando de la lluvia, asomado al balcón—
    —Está disfrutando de la lluvia, asomado al balcón—
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  • I warned myself that I shouldn't play with fire But I can tell that I'll do it one more time
    Fandom Red white & royal blue
    Categoría Comedia
    ‹ 19 de septiembre ›

    Entre las mil y un ideas disparatadas que se le ocurrían a su hermano está seguramente se llevaba el premio. June se encontraba dando vueltas de un extremo a otro de su habitación sopesando toda la situación, desde que la invitación a la boda había llegado a sus manos su mundo se había revuelto por completo.
    Todas las inseguridades habían resurgido en el corazón de June aunque quisiera disimularlo, y era en circunstancias así dónde dudaba hasta de su sombra.
    Sentada en un sofá se quedó pensativa, había tenido suficiente con la tanda de programas que le habían dedicado en la televisión por motivo de su reciente cumpleaños los cuales la definían mayoritariamente como una adicta al trabajo.
    June no negaba su tendencia a escudarse en el trabajo de todo lo demás, pero nadie podría culparla después de todo era realmente abrumador siempre estar en el ojo de la tormenta. Sin embargo ¿Era así como ella misma se veía? ¿Era lo que deseaba ser?
    Suspiró resignada mientras se levantó de golpe cogió el móvil del bolsillo y le escribió a Alex, a pesar de que seguía haciéndole algo de ruido la posibilidad de inventarse una falsa cita debía de intentarlo, quería contactarse con el elegido para la misión.

    La joven Claremont Diaz llegó a la conclusión que si haría eso al menos se merecía charlar con el muchacho en cuestión sin la presión de contratos de por medio.

    ‘ ¡Hola! Soy June, Hermana de Alex ¿Te parece reunirnos extra oficialmente? Creo que será mejor así. Te envío la dirección por acá, si me confirmas te veo a las 8. ’


    Una vez redactado su mensaje rebuscó en su armario el más discreto de sus atuendos, sabía que no podría escaparse de la casa Blanca sin su seguridad pero al menos trataría de no llamar la atención de momento.

    Silenció las notificaciones, confiaría en qué iría. El trayecto en el auto le resultó cansado pero tan pronto pudo escudarse en la tranquilidad de aquel bar donde nadie parecía haber reparado mucho en ella se sentó pidiendo una cerveza para esperar tranquila a ver si él aparecía.
    ‹ 19 de septiembre › Entre las mil y un ideas disparatadas que se le ocurrían a su hermano está seguramente se llevaba el premio. June se encontraba dando vueltas de un extremo a otro de su habitación sopesando toda la situación, desde que la invitación a la boda había llegado a sus manos su mundo se había revuelto por completo. Todas las inseguridades habían resurgido en el corazón de June aunque quisiera disimularlo, y era en circunstancias así dónde dudaba hasta de su sombra. Sentada en un sofá se quedó pensativa, había tenido suficiente con la tanda de programas que le habían dedicado en la televisión por motivo de su reciente cumpleaños los cuales la definían mayoritariamente como una adicta al trabajo. June no negaba su tendencia a escudarse en el trabajo de todo lo demás, pero nadie podría culparla después de todo era realmente abrumador siempre estar en el ojo de la tormenta. Sin embargo ¿Era así como ella misma se veía? ¿Era lo que deseaba ser? Suspiró resignada mientras se levantó de golpe cogió el móvil del bolsillo y le escribió a Alex, a pesar de que seguía haciéndole algo de ruido la posibilidad de inventarse una falsa cita debía de intentarlo, quería contactarse con el elegido para la misión. La joven Claremont Diaz llegó a la conclusión que si haría eso al menos se merecía charlar con el muchacho en cuestión sin la presión de contratos de por medio. ‘ ¡Hola! Soy June, Hermana de Alex ¿Te parece reunirnos extra oficialmente? Creo que será mejor así. Te envío la dirección por acá, si me confirmas te veo a las 8. ’ Una vez redactado su mensaje rebuscó en su armario el más discreto de sus atuendos, sabía que no podría escaparse de la casa Blanca sin su seguridad pero al menos trataría de no llamar la atención de momento. Silenció las notificaciones, confiaría en qué iría. El trayecto en el auto le resultó cansado pero tan pronto pudo escudarse en la tranquilidad de aquel bar donde nadie parecía haber reparado mucho en ella se sentó pidiendo una cerveza para esperar tranquila a ver si él aparecía.
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
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  • https://ficrol.com/posts/48344 — Prev. con [Thomas]

    No encuentra más respuesta que un abrazo tan repentino como firme, que le lleva a dejar caer el bastón de la impresión y a alzar un poco los brazos en un amago de corresponder, antes de encontrarse con las alas del dragón y desistir de su intento dejando caer los brazos laxos. Echa la cabeza atrás sintiéndose aprisionado, capturado por la fuerza de Thomas, y vuelve a invadirle el temor de acabar fracturado o partido en dos frente a la que rápidamente podría descontrolarse... como lo hizo antaño.

    Pero no siente dolor ni opresión alguna, sólo está siendo contenido y sostenido por Thomas. De pronto, ya no está en peligro. Muy por el contrario, está protegido. Sus músculos se relajan y su espalda cruge al descontracturarse, sus dedos se extienden y sus piernas ceden todo el peso del cuerpo que sostienen a la fuerza del dragón que ama.

    — Estoy aquí, soy tuyo —murmura, con los ojos cerrados, la capucha caída hacia atrás—. Te amo, lamento haberte dejado solo.
    https://ficrol.com/posts/48344 — Prev. con [Thomas] No encuentra más respuesta que un abrazo tan repentino como firme, que le lleva a dejar caer el bastón de la impresión y a alzar un poco los brazos en un amago de corresponder, antes de encontrarse con las alas del dragón y desistir de su intento dejando caer los brazos laxos. Echa la cabeza atrás sintiéndose aprisionado, capturado por la fuerza de Thomas, y vuelve a invadirle el temor de acabar fracturado o partido en dos frente a la que rápidamente podría descontrolarse... como lo hizo antaño. Pero no siente dolor ni opresión alguna, sólo está siendo contenido y sostenido por Thomas. De pronto, ya no está en peligro. Muy por el contrario, está protegido. Sus músculos se relajan y su espalda cruge al descontracturarse, sus dedos se extienden y sus piernas ceden todo el peso del cuerpo que sostienen a la fuerza del dragón que ama. — Estoy aquí, soy tuyo —murmura, con los ojos cerrados, la capucha caída hacia atrás—. Te amo, lamento haberte dejado solo.
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  • Cuando le ve tan cerca, tan real, sin heridas ni mal aparente, sus ojos se humedecen. Algunas lagrimas ruedan por sus mejillas, pero aún es capaz de contenerse gracias a la instrucción que recibe y obedece como hará con cada palabra de su amado.

    Asiente con un gesto que asemeja a un tic nervioso y le sigue el paso, de cerca, aprovechando que la alta figura del profesor despeja el camino para él.

    Cuando finalmente están solos, la represa se rompe y las palabras no importan. No puede escucharlas, no puede responder, solo puede abrazarle con tanto amor como firmeza y delicadeza, empujando el rostro contra su cuello, apoyando las manos abiertas en su espalda como si quisiera cubrirle por completo para nunca más dejarle ir. Y un segundo después, lo logra, desplegando las alas con que le envuelve, y se envuelve, creando un reducido pero muy seguro espacio para ellos dos, donde una pequeña llovizna de destellos, cálidos al tacto, les cubre.

    Respira profundo. Se llena de su aroma, de su esencia. Con los ojos cerrados, le siente, le quiere y añora. Podría estar así por horas, con él, no necesita más.
    Cuando le ve tan cerca, tan real, sin heridas ni mal aparente, sus ojos se humedecen. Algunas lagrimas ruedan por sus mejillas, pero aún es capaz de contenerse gracias a la instrucción que recibe y obedece como hará con cada palabra de su amado. Asiente con un gesto que asemeja a un tic nervioso y le sigue el paso, de cerca, aprovechando que la alta figura del profesor despeja el camino para él. Cuando finalmente están solos, la represa se rompe y las palabras no importan. No puede escucharlas, no puede responder, solo puede abrazarle con tanto amor como firmeza y delicadeza, empujando el rostro contra su cuello, apoyando las manos abiertas en su espalda como si quisiera cubrirle por completo para nunca más dejarle ir. Y un segundo después, lo logra, desplegando las alas con que le envuelve, y se envuelve, creando un reducido pero muy seguro espacio para ellos dos, donde una pequeña llovizna de destellos, cálidos al tacto, les cubre. Respira profundo. Se llena de su aroma, de su esencia. Con los ojos cerrados, le siente, le quiere y añora. Podría estar así por horas, con él, no necesita más.
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