• ¡Muy Buenos Días..! los hermosos momentos en los que avanzas hacia la clara y radiante mañana encima de las nubes.. hasta llegar a alcanzar las estrellas y tocar una con tu dedo ... es hermoso..
    ¡Muy Buenos Días..! los hermosos momentos en los que avanzas hacia la clara y radiante mañana encima de las nubes.. hasta llegar a alcanzar las estrellas y tocar una con tu dedo ... es hermoso..
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  • Cualquier Sebastián no será suyo, quien se presente ante este Conde (refiriéndose a Sebastián sin correa) será el encargado de proteger a su único amo. No desea a cualquier mayordomo Sebastián, solo a uno quien reclame esta alma.
    Cualquier Sebastián no será suyo, quien se presente ante este Conde (refiriéndose a Sebastián sin correa) será el encargado de proteger a su único amo. No desea a cualquier mayordomo Sebastián, solo a uno quien reclame esta alma.
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  • Es un honor que el Príncipe de Springflür sea. . . nuestro invitado especial. — Ella se conforma con un beso en la mejilla de su hermana. —
    Es un honor que el Príncipe de Springflür sea. . . nuestro invitado especial. — Ella se conforma con un beso en la mejilla de su hermana. —
    𝐖𝐚𝐥𝐤𝐢𝐧𝐠 𝐢𝐧 𝐚 𝐰𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫 𝐰𝐨𝐧𝐝... 𝐍𝐢𝐠𝐡𝐭𝐦𝐚𝐫𝐞?!
    Fandom Continente de Ruthouryn
    Categoría Drama
    𝑯𝒂𝒕𝒆 𝒕𝒐 𝒈𝒊𝒗𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒔𝒂𝒕𝒊𝒔𝒇𝒂𝒄𝒕𝒊𝒐𝒏, 𝒂𝒔𝒌𝒊𝒏𝒈 𝒉𝒐𝒘 𝒚𝒐𝒖'𝒓𝒆 𝒅𝒐𝒊𝒏𝒈 𝒏𝒐𝒘? 𝑯𝒐𝒘'𝒔 𝒕𝒉𝒆 𝒄𝒂𝒔𝒕𝒍𝒆 𝒃𝒖𝒊𝒍𝒕 𝒐𝒇𝒇 𝒑𝒆𝒐𝒑𝒍𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒑𝒓𝒆𝒕𝒆𝒏𝒅 𝒕𝒐 𝒄𝒂𝒓𝒆 𝒂𝒃𝒐𝒖𝒕? 𝑱𝒖𝒔𝒕 𝒘𝒉𝒂𝒕 𝒚𝒐𝒖 𝒘𝒂𝒏𝒕𝒆𝒅. 𝑳𝒐𝒐𝒌 𝒂𝒕 𝒚𝒐𝒖, 𝒄𝒐𝒐𝒍 𝒈𝒖𝒚, 𝒚𝒐𝒖 𝒈𝒐𝒕 𝒊𝒕 [Nifrid]

    —Aidna no era princesa aproximadamente 330 días al año.

    Este hecho era un hecho objetivo y observable por la población de Fjellriket. Su reina estaba más dada a ir a su aire que a las labores como reina. Todos lo sabían y se habían acostumbrado, algunos habían empezado ya a bromear con que Rhianwen acabaría siendo, muy probablemente, la reina de Fjellriket muy pronto. Ellos, claro, no sabían que pronto tendrían un joven príncipe al que admirar...

    Volviendo al hilo, Aidna no era princesa 330 días al año.

    Pero había 35 días restantes en los que sí era princesa, y era cuando se trataba de la Navidad. Aidna florecía en Navidad. De hecho, cuando llegaban esas fechas, La Princesa de la Navidad (como sus súbditos la llamaban cariñosamente) se transformaba y lucía menos humana que nunca y más espíritu elemental. Solo vestía con colores vivos para resaltar sobre la nieve, y a su paso la perseguía una corte de animalillos que entregaban juguetes y chucherías a los niños.

    En definitiva, era una imagen digna de un reino mágico.

    Ese año, Aidna tenía una sorpresa para su hermana. Todos los años, Fjellriket elegía a un invitado de honor para llenarle de regalos y tratarle como a un rey. Este año, Aidna había elegido a Edain, e incluso le había tejido un vestido de copos de nieve para la ceremonia.

    Finalmente, Aidna usó sus poderes para construir una escalera a lo alto del arbol, bajo la atenta mirada de sus súbditos. Todo el mundo contuvo el aliento. La Princesa actuó como si cogiese una estrella del firmamento (acto que había ensayado mil veces) y formó una estrella helada entre sus manos.

    Con cuidado, la colocó encima del árbol, el árbol más alto del continente. Inmediatamente, desató un efecto cascada de luces. Toda la estructura se iluminó, siguiendo las calles, los escaparates... un rastro de magia por todo el continente. La gente liberó un jadeo de emoción y sorpresa, sin poder contener la excitación. El punto culminante fue el Palacio del Eterno Invierno, cuyas paredes reflejaron la iluminación mientras en los balcones se encendían las luces. Cientos de fuegos artificiales estallaron en el cielo, culminando el momento más maravilloso de Aidna.

    Lentamente descendió por la escalera, haciéndola desaparecer tras ella. Una vez abajo, la Reina Regente avanzó y depositó un sobre en su mano.

    La sonrisa de la mujer hizo estremecer a Aidna. Perdió momentáneamente la concentración—. Ehem. —Sus ojos divagaron hasta encontrarse con los de su hermana. Y finalmente, pudo encontrar paz—. ¡Pueblo de Fjellriket! ¡Me hallo ante vosotros para presentar al Invitado de Honor de este año! —Se hizo un silencio absoluto en la plaza—. La persona elegida este año es extremadamente importante para mí... me ha acompañado en los momentos más duros de mi vida y... le debo mi más eterno agradecimiento por inspirarme a ser fuerte, y a convertirme en la reina que queréis que sea. —Casi sin necesitarlo, abrió el sobre—. Demos la bienvenida al invitado de honor... —Entonces, Aidna leyó el nombre—. ¡¿Nifrid Auerswald, Prícipe del Noble Reino de Springflur!? —Exclamó, claramente enfurecida. Aunque, claro, sus palabras fueron ahogadas inmediatamente por los clamores de un público sorprendido y probablemente avivados por la mala bicha de la reina. ¡No podía ser!

    Y, allí estaba, avanzando con su estúpida capa y su estúpida sonrisa. Nifrid Auerswald, su mayor enemigo, su peor pesadilla...

    Su prometido—.
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  • — Sonidos de Rhianwen afilando espadas. —
    — Sonidos de Rhianwen afilando espadas. —
    𝐖𝐚𝐥𝐤𝐢𝐧𝐠 𝐢𝐧 𝐚 𝐰𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫 𝐰𝐨𝐧𝐝... 𝐍𝐢𝐠𝐡𝐭𝐦𝐚𝐫𝐞?!
    Fandom Continente de Ruthouryn
    Categoría Drama
    𝑯𝒂𝒕𝒆 𝒕𝒐 𝒈𝒊𝒗𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒔𝒂𝒕𝒊𝒔𝒇𝒂𝒄𝒕𝒊𝒐𝒏, 𝒂𝒔𝒌𝒊𝒏𝒈 𝒉𝒐𝒘 𝒚𝒐𝒖'𝒓𝒆 𝒅𝒐𝒊𝒏𝒈 𝒏𝒐𝒘? 𝑯𝒐𝒘'𝒔 𝒕𝒉𝒆 𝒄𝒂𝒔𝒕𝒍𝒆 𝒃𝒖𝒊𝒍𝒕 𝒐𝒇𝒇 𝒑𝒆𝒐𝒑𝒍𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒑𝒓𝒆𝒕𝒆𝒏𝒅 𝒕𝒐 𝒄𝒂𝒓𝒆 𝒂𝒃𝒐𝒖𝒕? 𝑱𝒖𝒔𝒕 𝒘𝒉𝒂𝒕 𝒚𝒐𝒖 𝒘𝒂𝒏𝒕𝒆𝒅. 𝑳𝒐𝒐𝒌 𝒂𝒕 𝒚𝒐𝒖, 𝒄𝒐𝒐𝒍 𝒈𝒖𝒚, 𝒚𝒐𝒖 𝒈𝒐𝒕 𝒊𝒕 [Nifrid]

    —Aidna no era princesa aproximadamente 330 días al año.

    Este hecho era un hecho objetivo y observable por la población de Fjellriket. Su reina estaba más dada a ir a su aire que a las labores como reina. Todos lo sabían y se habían acostumbrado, algunos habían empezado ya a bromear con que Rhianwen acabaría siendo, muy probablemente, la reina de Fjellriket muy pronto. Ellos, claro, no sabían que pronto tendrían un joven príncipe al que admirar...

    Volviendo al hilo, Aidna no era princesa 330 días al año.

    Pero había 35 días restantes en los que sí era princesa, y era cuando se trataba de la Navidad. Aidna florecía en Navidad. De hecho, cuando llegaban esas fechas, La Princesa de la Navidad (como sus súbditos la llamaban cariñosamente) se transformaba y lucía menos humana que nunca y más espíritu elemental. Solo vestía con colores vivos para resaltar sobre la nieve, y a su paso la perseguía una corte de animalillos que entregaban juguetes y chucherías a los niños.

    En definitiva, era una imagen digna de un reino mágico.

    Ese año, Aidna tenía una sorpresa para su hermana. Todos los años, Fjellriket elegía a un invitado de honor para llenarle de regalos y tratarle como a un rey. Este año, Aidna había elegido a Edain, e incluso le había tejido un vestido de copos de nieve para la ceremonia.

    Finalmente, Aidna usó sus poderes para construir una escalera a lo alto del arbol, bajo la atenta mirada de sus súbditos. Todo el mundo contuvo el aliento. La Princesa actuó como si cogiese una estrella del firmamento (acto que había ensayado mil veces) y formó una estrella helada entre sus manos.

    Con cuidado, la colocó encima del árbol, el árbol más alto del continente. Inmediatamente, desató un efecto cascada de luces. Toda la estructura se iluminó, siguiendo las calles, los escaparates... un rastro de magia por todo el continente. La gente liberó un jadeo de emoción y sorpresa, sin poder contener la excitación. El punto culminante fue el Palacio del Eterno Invierno, cuyas paredes reflejaron la iluminación mientras en los balcones se encendían las luces. Cientos de fuegos artificiales estallaron en el cielo, culminando el momento más maravilloso de Aidna.

    Lentamente descendió por la escalera, haciéndola desaparecer tras ella. Una vez abajo, la Reina Regente avanzó y depositó un sobre en su mano.

    La sonrisa de la mujer hizo estremecer a Aidna. Perdió momentáneamente la concentración—. Ehem. —Sus ojos divagaron hasta encontrarse con los de su hermana. Y finalmente, pudo encontrar paz—. ¡Pueblo de Fjellriket! ¡Me hallo ante vosotros para presentar al Invitado de Honor de este año! —Se hizo un silencio absoluto en la plaza—. La persona elegida este año es extremadamente importante para mí... me ha acompañado en los momentos más duros de mi vida y... le debo mi más eterno agradecimiento por inspirarme a ser fuerte, y a convertirme en la reina que queréis que sea. —Casi sin necesitarlo, abrió el sobre—. Demos la bienvenida al invitado de honor... —Entonces, Aidna leyó el nombre—. ¡¿Nifrid Auerswald, Prícipe del Noble Reino de Springflur!? —Exclamó, claramente enfurecida. Aunque, claro, sus palabras fueron ahogadas inmediatamente por los clamores de un público sorprendido y probablemente avivados por la mala bicha de la reina. ¡No podía ser!

    Y, allí estaba, avanzando con su estúpida capa y su estúpida sonrisa. Nifrid Auerswald, su mayor enemigo, su peor pesadilla...

    Su prometido—.
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  • 𝐖𝐚𝐥𝐤𝐢𝐧𝐠 𝐢𝐧 𝐚 𝐰𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫 𝐰𝐨𝐧𝐝... 𝐍𝐢𝐠𝐡𝐭𝐦𝐚𝐫𝐞?!
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    Categoría Drama
    𝑯𝒂𝒕𝒆 𝒕𝒐 𝒈𝒊𝒗𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒔𝒂𝒕𝒊𝒔𝒇𝒂𝒄𝒕𝒊𝒐𝒏, 𝒂𝒔𝒌𝒊𝒏𝒈 𝒉𝒐𝒘 𝒚𝒐𝒖'𝒓𝒆 𝒅𝒐𝒊𝒏𝒈 𝒏𝒐𝒘? 𝑯𝒐𝒘'𝒔 𝒕𝒉𝒆 𝒄𝒂𝒔𝒕𝒍𝒆 𝒃𝒖𝒊𝒍𝒕 𝒐𝒇𝒇 𝒑𝒆𝒐𝒑𝒍𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒑𝒓𝒆𝒕𝒆𝒏𝒅 𝒕𝒐 𝒄𝒂𝒓𝒆 𝒂𝒃𝒐𝒖𝒕? 𝑱𝒖𝒔𝒕 𝒘𝒉𝒂𝒕 𝒚𝒐𝒖 𝒘𝒂𝒏𝒕𝒆𝒅. 𝑳𝒐𝒐𝒌 𝒂𝒕 𝒚𝒐𝒖, 𝒄𝒐𝒐𝒍 𝒈𝒖𝒚, 𝒚𝒐𝒖 𝒈𝒐𝒕 𝒊𝒕 [Nifrid]

    —Aidna no era princesa aproximadamente 330 días al año.

    Este hecho era un hecho objetivo y observable por la población de Fjellriket. Su reina estaba más dada a ir a su aire que a las labores como reina. Todos lo sabían y se habían acostumbrado, algunos habían empezado ya a bromear con que Rhianwen acabaría siendo, muy probablemente, la reina de Fjellriket muy pronto. Ellos, claro, no sabían que pronto tendrían un joven príncipe al que admirar...

    Volviendo al hilo, Aidna no era princesa 330 días al año.

    Pero había 35 días restantes en los que sí era princesa, y era cuando se trataba de la Navidad. Aidna florecía en Navidad. De hecho, cuando llegaban esas fechas, La Princesa de la Navidad (como sus súbditos la llamaban cariñosamente) se transformaba y lucía menos humana que nunca y más espíritu elemental. Solo vestía con colores vivos para resaltar sobre la nieve, y a su paso la perseguía una corte de animalillos que entregaban juguetes y chucherías a los niños.

    En definitiva, era una imagen digna de un reino mágico.

    Ese año, Aidna tenía una sorpresa para su hermana. Todos los años, Fjellriket elegía a un invitado de honor para llenarle de regalos y tratarle como a un rey. Este año, Aidna había elegido a Edain, e incluso le había tejido un vestido de copos de nieve para la ceremonia.

    Finalmente, Aidna usó sus poderes para construir una escalera a lo alto del arbol, bajo la atenta mirada de sus súbditos. Todo el mundo contuvo el aliento. La Princesa actuó como si cogiese una estrella del firmamento (acto que había ensayado mil veces) y formó una estrella helada entre sus manos.

    Con cuidado, la colocó encima del árbol, el árbol más alto del continente. Inmediatamente, desató un efecto cascada de luces. Toda la estructura se iluminó, siguiendo las calles, los escaparates... un rastro de magia por todo el continente. La gente liberó un jadeo de emoción y sorpresa, sin poder contener la excitación. El punto culminante fue el Palacio del Eterno Invierno, cuyas paredes reflejaron la iluminación mientras en los balcones se encendían las luces. Cientos de fuegos artificiales estallaron en el cielo, culminando el momento más maravilloso de Aidna.

    Lentamente descendió por la escalera, haciéndola desaparecer tras ella. Una vez abajo, la Reina Regente avanzó y depositó un sobre en su mano.

    La sonrisa de la mujer hizo estremecer a Aidna. Perdió momentáneamente la concentración—. Ehem. —Sus ojos divagaron hasta encontrarse con los de su hermana. Y finalmente, pudo encontrar paz—. ¡Pueblo de Fjellriket! ¡Me hallo ante vosotros para presentar al Invitado de Honor de este año! —Se hizo un silencio absoluto en la plaza—. La persona elegida este año es extremadamente importante para mí... me ha acompañado en los momentos más duros de mi vida y... le debo mi más eterno agradecimiento por inspirarme a ser fuerte, y a convertirme en la reina que queréis que sea. —Casi sin necesitarlo, abrió el sobre—. Demos la bienvenida al invitado de honor... —Entonces, Aidna leyó el nombre—. ¡¿Nifrid Auerswald, Prícipe del Noble Reino de Springflur!? —Exclamó, claramente enfurecida. Aunque, claro, sus palabras fueron ahogadas inmediatamente por los clamores de un público sorprendido y probablemente avivados por la mala bicha de la reina. ¡No podía ser!

    Y, allí estaba, avanzando con su estúpida capa y su estúpida sonrisa. Nifrid Auerswald, su mayor enemigo, su peor pesadilla...

    Su prometido—.
    𝑯𝒂𝒕𝒆 𝒕𝒐 𝒈𝒊𝒗𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒔𝒂𝒕𝒊𝒔𝒇𝒂𝒄𝒕𝒊𝒐𝒏, 𝒂𝒔𝒌𝒊𝒏𝒈 𝒉𝒐𝒘 𝒚𝒐𝒖'𝒓𝒆 𝒅𝒐𝒊𝒏𝒈 𝒏𝒐𝒘? 𝑯𝒐𝒘'𝒔 𝒕𝒉𝒆 𝒄𝒂𝒔𝒕𝒍𝒆 𝒃𝒖𝒊𝒍𝒕 𝒐𝒇𝒇 𝒑𝒆𝒐𝒑𝒍𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒑𝒓𝒆𝒕𝒆𝒏𝒅 𝒕𝒐 𝒄𝒂𝒓𝒆 𝒂𝒃𝒐𝒖𝒕? 𝑱𝒖𝒔𝒕 𝒘𝒉𝒂𝒕 𝒚𝒐𝒖 𝒘𝒂𝒏𝒕𝒆𝒅. 𝑳𝒐𝒐𝒌 𝒂𝒕 𝒚𝒐𝒖, 𝒄𝒐𝒐𝒍 𝒈𝒖𝒚, 𝒚𝒐𝒖 𝒈𝒐𝒕 𝒊𝒕 [Nifrid] —Aidna no era princesa aproximadamente 330 días al año. Este hecho era un hecho objetivo y observable por la población de Fjellriket. Su reina estaba más dada a ir a su aire que a las labores como reina. Todos lo sabían y se habían acostumbrado, algunos habían empezado ya a bromear con que Rhianwen acabaría siendo, muy probablemente, la reina de Fjellriket muy pronto. Ellos, claro, no sabían que pronto tendrían un joven príncipe al que admirar... Volviendo al hilo, Aidna no era princesa 330 días al año. Pero había 35 días restantes en los que sí era princesa, y era cuando se trataba de la Navidad. Aidna florecía en Navidad. De hecho, cuando llegaban esas fechas, La Princesa de la Navidad (como sus súbditos la llamaban cariñosamente) se transformaba y lucía menos humana que nunca y más espíritu elemental. Solo vestía con colores vivos para resaltar sobre la nieve, y a su paso la perseguía una corte de animalillos que entregaban juguetes y chucherías a los niños. En definitiva, era una imagen digna de un reino mágico. Ese año, Aidna tenía una sorpresa para su hermana. Todos los años, Fjellriket elegía a un invitado de honor para llenarle de regalos y tratarle como a un rey. Este año, Aidna había elegido a Edain, e incluso le había tejido un vestido de copos de nieve para la ceremonia. Finalmente, Aidna usó sus poderes para construir una escalera a lo alto del arbol, bajo la atenta mirada de sus súbditos. Todo el mundo contuvo el aliento. La Princesa actuó como si cogiese una estrella del firmamento (acto que había ensayado mil veces) y formó una estrella helada entre sus manos. Con cuidado, la colocó encima del árbol, el árbol más alto del continente. Inmediatamente, desató un efecto cascada de luces. Toda la estructura se iluminó, siguiendo las calles, los escaparates... un rastro de magia por todo el continente. La gente liberó un jadeo de emoción y sorpresa, sin poder contener la excitación. El punto culminante fue el Palacio del Eterno Invierno, cuyas paredes reflejaron la iluminación mientras en los balcones se encendían las luces. Cientos de fuegos artificiales estallaron en el cielo, culminando el momento más maravilloso de Aidna. Lentamente descendió por la escalera, haciéndola desaparecer tras ella. Una vez abajo, la Reina Regente avanzó y depositó un sobre en su mano. La sonrisa de la mujer hizo estremecer a Aidna. Perdió momentáneamente la concentración—. Ehem. —Sus ojos divagaron hasta encontrarse con los de su hermana. Y finalmente, pudo encontrar paz—. ¡Pueblo de Fjellriket! ¡Me hallo ante vosotros para presentar al Invitado de Honor de este año! —Se hizo un silencio absoluto en la plaza—. La persona elegida este año es extremadamente importante para mí... me ha acompañado en los momentos más duros de mi vida y... le debo mi más eterno agradecimiento por inspirarme a ser fuerte, y a convertirme en la reina que queréis que sea. —Casi sin necesitarlo, abrió el sobre—. Demos la bienvenida al invitado de honor... —Entonces, Aidna leyó el nombre—. ¡¿Nifrid Auerswald, Prícipe del Noble Reino de Springflur!? —Exclamó, claramente enfurecida. Aunque, claro, sus palabras fueron ahogadas inmediatamente por los clamores de un público sorprendido y probablemente avivados por la mala bicha de la reina. ¡No podía ser! Y, allí estaba, avanzando con su estúpida capa y su estúpida sonrisa. Nifrid Auerswald, su mayor enemigo, su peor pesadilla... Su prometido—.
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  • Muy bien dia a todos.
    Muy bien dia a todos.
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  • Lan Wangji como te odio..... princesita

    -cada vez odia más cuando debe tomar esa apariencia de conejo blanco. Por alguna razon esas orejas y esa cola esponjosa son tan sensibles en su cuerpo y el miserable de su señor lo sabía!!!-
    [LanWangji] como te odio..... princesita -cada vez odia más cuando debe tomar esa apariencia de conejo blanco. Por alguna razon esas orejas y esa cola esponjosa son tan sensibles en su cuerpo y el miserable de su señor lo sabía!!!-
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  • Se ha quedado callado luego de pronunciarlo, se levanta del sillón para ir por chocolate antes de que Sebastián diga algo o venga aparecerse para no darle acceso a que coma dulce de muy temprano.
    Se ha quedado callado luego de pronunciarlo, se levanta del sillón para ir por chocolate antes de que Sebastián diga algo o venga aparecerse para no darle acceso a que coma dulce de muy temprano.
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  • - ¿Sebastian?
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