—Llevaba todo el día ausente. Desde que se ha Ia percatado que si, que Val había regresado, pero que estaba tan furioso que al parecer necesitaba espacio, se había guardado el secreto. Velvette no supo que esa mañana Valentino estuvo a su lado con ellos, y aunque acordó consigo mismo darle el espacio que necesitaba hasta que se calmase...
No dejaba de tener un mal presentimiento. Y aquello le rondó por la cabeza todo el día hasta el punto que en un descuido no fue capaz de sentir la electricidad que recorre los cuerpos y percatarse de cierta alimaña rondaba cerca. Así fue como el puto de Alastor le había clavado las astas en el estómago. No iba a morir por eso, claro que no y raro era que lo hubiera atravesado ya que su piel era muy gruesa. Pero, había pasado. Y ahora no le quedaba otra que generar ese dichoso estomago suyo. Aún así lo iba a descansar, por supuesto que no.
Seguía dándole vueltas al asunto, y es que incluso para que tuviera más intimidad para calmarse como necesitaba, había apagado la pantalla con la que le observaba en algunas ocasiones y eso no le gustaba. Vox estaba teniendo una persistente sensación de inseguridad ¿Y si le sucedía algo y no estaba ahí para protegerlo? Chasqueó la lengua, observando su garra llena de su sangre, chasqueó la lengua. Una suerte que el olor de su propio liquido vital no le afectase o estaría completamente enloquecido y hambriento. Suspiró sin saber que hacer, inquieto y nervioso como una bestia enjaulada.
¿Que debía hacer? Era consciente de que en ocasiones se pasaba de sobreprotector pero
¿Que hacer cuando Velvette y Valentino eran su mayor debilidad?—
—Llevaba todo el día ausente. Desde que se ha Ia percatado que si, que Val había regresado, pero que estaba tan furioso que al parecer necesitaba espacio, se había guardado el secreto. Velvette no supo que esa mañana Valentino estuvo a su lado con ellos, y aunque acordó consigo mismo darle el espacio que necesitaba hasta que se calmase...
No dejaba de tener un mal presentimiento. Y aquello le rondó por la cabeza todo el día hasta el punto que en un descuido no fue capaz de sentir la electricidad que recorre los cuerpos y percatarse de cierta alimaña rondaba cerca. Así fue como el puto de Alastor le había clavado las astas en el estómago. No iba a morir por eso, claro que no y raro era que lo hubiera atravesado ya que su piel era muy gruesa. Pero, había pasado. Y ahora no le quedaba otra que generar ese dichoso estomago suyo. Aún así lo iba a descansar, por supuesto que no.
Seguía dándole vueltas al asunto, y es que incluso para que tuviera más intimidad para calmarse como necesitaba, había apagado la pantalla con la que le observaba en algunas ocasiones y eso no le gustaba. Vox estaba teniendo una persistente sensación de inseguridad ¿Y si le sucedía algo y no estaba ahí para protegerlo? Chasqueó la lengua, observando su garra llena de su sangre, chasqueó la lengua. Una suerte que el olor de su propio liquido vital no le afectase o estaría completamente enloquecido y hambriento. Suspiró sin saber que hacer, inquieto y nervioso como una bestia enjaulada.
¿Que debía hacer? Era consciente de que en ocasiones se pasaba de sobreprotector pero
¿Que hacer cuando Velvette y Valentino eran su mayor debilidad?—