—Aric avanzaba por el bosque, sus pasos silenciosos sobre el suelo cubierto de hojas. Llevaba puesto el uniforme de una escuela humana: pantalones oscuros, camisa blanca, y una corbata desarreglada. Una sonrisa traviesa aparecía de vez en cuando en su rostro mientras recordaba lo ocurrido minutos antes.—
—Se detuvo por un momento, apoyandose contra uno de los arboles. Había sido tan fácil infiltrarse en la escuela, mezclarse con los demás y cumplir su encargo. El asesinato del alumno había sido tan sencillo como aburrido.—
"Los humanos de preparatoria son tan débiles,"
—murmuró con diversión.—
"La mayoría no tiene ni una habilidad interesante."
—Pensando se preguntaba qué habría hecho aquel chico para que alguien le ponga un precio a su cabeza. Aunque, al final del día, no le importaba. El trabajo había sido tan sencillo que casi le resultaba aburrido.—
"Un encargo demasiado fácil"
—se rió para sí mismo, desapareciendo entre las sombras del bosque.—
—Aric avanzaba por el bosque, sus pasos silenciosos sobre el suelo cubierto de hojas. Llevaba puesto el uniforme de una escuela humana: pantalones oscuros, camisa blanca, y una corbata desarreglada. Una sonrisa traviesa aparecía de vez en cuando en su rostro mientras recordaba lo ocurrido minutos antes.—
—Se detuvo por un momento, apoyandose contra uno de los arboles. Había sido tan fácil infiltrarse en la escuela, mezclarse con los demás y cumplir su encargo. El asesinato del alumno había sido tan sencillo como aburrido.—
"Los humanos de preparatoria son tan débiles,"
—murmuró con diversión.—
"La mayoría no tiene ni una habilidad interesante."
—Pensando se preguntaba qué habría hecho aquel chico para que alguien le ponga un precio a su cabeza. Aunque, al final del día, no le importaba. El trabajo había sido tan sencillo que casi le resultaba aburrido.—
"Un encargo demasiado fácil"
—se rió para sí mismo, desapareciendo entre las sombras del bosque.—