⠀⠀⠀Había aprendido que los recuerdos no siempre se almacenaban en la mente, sino en el alma. Por eso, cuando los extraía de sus clientes para guardarlos en sus cristales, no solo tomaba una imagen: tomaba un fragmento de la esencia de una persona. Los cristales no solo brillaban por magia; brillaban con la intensidad de las emociones que alguna vez sintió alguien más. Y en sus momentos más solitarios, Kazuha los sostenía contra la luz, no por la magia contenida, tampoco para recordar a sus dueños originales, sino para recordarse a si misma que aún podía sentir algo.
⠀⠀⠀Había aprendido que los recuerdos no siempre se almacenaban en la mente, sino en el alma. Por eso, cuando los extraía de sus clientes para guardarlos en sus cristales, no solo tomaba una imagen: tomaba un fragmento de la esencia de una persona. Los cristales no solo brillaban por magia; brillaban con la intensidad de las emociones que alguna vez sintió alguien más. Y en sus momentos más solitarios, Kazuha los sostenía contra la luz, no por la magia contenida, tampoco para recordar a sus dueños originales, sino para recordarse a si misma que aún podía sentir algo.