Ten, sabe rico.

...

¿M-Mi pelo? Yo... Solo quise cambiar un poco, ¿Lindo, no? ¿No...? Está bien, me quitaré el tinte mañana...

Hah... A qué se refiere con ducha

- Hey no te quedes mirando solamente, acércate... No te preocupes, no muerdo a menos que eso quieras~ ♥

#SeductiveSunday

La reina leona ha vuelto de las cenizas, después de que la han querido pisotear.
La cara de la falsedad caerá siempre

Estoy derrotado, llega la noche y cuando toco mi cama mis preciados ojos se cierran solitos, estuve fuera todo el dia, con lo de mi madre y también aprendiendo cosas humanas y palabras nuevas, me siento realizado

*Sentando en el sofá que daba a la ventana de su departamento, miraba la ciudad algo cansado*

A pesar de ser domingo y siendo esta hora de la noche, aun hay gente por las calles, ¿deberia salir quizas?...

*Luego de observar las calles y a los peatones pasar, empezaria a disociar poco a poco*

( Si mal no recuerdo ya cené... aunque tengo un poco de hambre... quizas podria invitar a salir a mi novia, aunque estuvo ocupada con el trabajo últimamente... ojalá que duerma y descanse bien... creo que terminé todos los informes que tenia que hacer, sin duda fueron una carga... en el gimnasio deberia empezar a cargar mas peso, ya siento ligeras las pesas... hablando de peso, siento los párpados pesados... )

*Mientras continuaba disociando empezaria a cerrar sus ojos, quedando dormido en el sofá*

Lyssandra aun no sabía en qué especializarse, por lo que su papá le compro un cetro mágico, pero le puso algo para defenderse cuerpo a cuerpo (y de paso asustar algunos hombres)

Sus dedos temblorosos rozaron mi rostro como si el mundo se detuviera en ese instante. No había palabras, solo la intensidad de su mirada y el calor de su piel contra la mía. Su corazón latía con fuerza, como si cada latido gritara mi nombre.

—Eres todo lo que he estado buscando... sin saberlo —susurre, acercándome aún más, besando su mano con una ternura que me desarmó por completo.

El tiempo se disolvió entre caricias y promesas mudas. La noche nos envolvía con su manto de estrellas, pero éramos nosotros quienes brillábamos, como si el universo hubiese decidido que por fin merecíamos encontrarnos.

No hacía falta nada más. Su abrazo era refugio, su mirada, hogar. Y en ese instante, supe que no volvería a estar solo nunca más.

Melínoe Fleur

La bruma no se detuvo, pero tembló. Como si una ola hubiera cruzado el lago quieto de su conciencia.

Eunoë no se giró. No podía. Sus pequeñas manos de niebla, ya casi disueltas, se cerraron en el aire con un pucherito invisible, de esos que sólo se sienten y no se ven. Había obedecido su orden —porque así debía ser—pero la ternura mal contenida y la resignación de su núcleo se mezclaron como un rastro de rocío cálido.

"Siempre prometes eso…" susurró bajito, solo para sí, como si el viento pudiera guardarlo entre pliegues oníricos. "Y yo… siempre me quedo."

Volvió, deshaciéndose poco a poco en las corrientes del Reino de los Sueños, sin darse la vuelta. Porque si lo hacía, tal vez no lo dejaría ir. Y eso… eso sí sería desobedecer.

Ya dentro del Reino, al posarse en su rincón difuso, su neblina resopló en un ligero berrinche, fruncida e inflada como si fuera viento cruzado.

"Se acabó la novela de drama" protestó con voz apagada "Déjenme sola, en mi rinconcito, que ahorita no estoy feliz."

Y no dijo más. Solo se hizo pequeña, como si pudiera esconderse dentro de sí misma.

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Un inmtruso