Rol con
┆ ° • ➵ 𝓜𝐚𝐭𝐭𝐡𝐞𝐰 𝓦𝐢𝐥𝐥𝐢𝐚𝐦𝐬
Pasaron las horas y Dalia miraba el reloj, se encontraba sentada en aquel taburete de la barra del bar. Finalmente ya iba a cerrar e irse a su casa en el que vivía con sus padres, jugueteó con sus manos y se levantó. Ya no vendría nadie lo más probable así que había que empezar a recoger todo.
Pasó el paño por todas las mesas y la barra, dejándolas completamente limpias. Después de eso, terminó de dejar todo ordenado y salió cerrando bien la tienda con llave. Guardándolas en su bolso.
Comenzó a caminar, sintió esa brisa pasar por su pelo, peinadola y chasqueó un poco su lengua, esperaría una caminata lo bastante larga. Lo que no esperaba era que a unas cuadras más adelantes se encontraría a sus compañeros de clase, de las cuales Dalia no gustaba ver tratando de dar media vuelta. Los chicos se dieron cuenta y antes de que pudiera echar a correr la habían agarrado entre los 3 apartándola a un callejón.
Dalia no dejaba de soltar gritos de socorro, pidiendo ayuda y ellos simplemente se reian tapanfo su boca. Tenía miedo de lo que fuese a pasar y sobretodo no saber a quien llamar, no tenía tampoco su teléfono a mano para apretar el botón de socorro. Mordió la mano de uno de ellos a lo que recibió una bofetada en su cara, cayéndola al suelo por la fuerza.
— Te vas a enterar, maldita zorra.
Estaba apunto de recibir puñetazos.
🔏 Rol con [echo_lime_giraffe_897]
Pasaron las horas y Dalia miraba el reloj, se encontraba sentada en aquel taburete de la barra del bar. Finalmente ya iba a cerrar e irse a su casa en el que vivía con sus padres, jugueteó con sus manos y se levantó. Ya no vendría nadie lo más probable así que había que empezar a recoger todo.
Pasó el paño por todas las mesas y la barra, dejándolas completamente limpias. Después de eso, terminó de dejar todo ordenado y salió cerrando bien la tienda con llave. Guardándolas en su bolso.
Comenzó a caminar, sintió esa brisa pasar por su pelo, peinadola y chasqueó un poco su lengua, esperaría una caminata lo bastante larga. Lo que no esperaba era que a unas cuadras más adelantes se encontraría a sus compañeros de clase, de las cuales Dalia no gustaba ver tratando de dar media vuelta. Los chicos se dieron cuenta y antes de que pudiera echar a correr la habían agarrado entre los 3 apartándola a un callejón.
Dalia no dejaba de soltar gritos de socorro, pidiendo ayuda y ellos simplemente se reian tapanfo su boca. Tenía miedo de lo que fuese a pasar y sobretodo no saber a quien llamar, no tenía tampoco su teléfono a mano para apretar el botón de socorro. Mordió la mano de uno de ellos a lo que recibió una bofetada en su cara, cayéndola al suelo por la fuerza.
— Te vas a enterar, maldita zorra.
Estaba apunto de recibir puñetazos.