“ 𝑬𝒔𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒎𝒆 𝒔𝒂𝒍𝒈𝒂𝒏 𝒐𝒋𝒆𝒓𝒂𝒔, 𝒆𝒔𝒐𝒔 𝒅𝒐𝒔 𝒗𝒂𝒏 𝒂𝒄𝒂𝒃𝒂𝒓 𝒄𝒐𝒏𝒎𝒊𝒈𝒐 ”
Su mirada estaba clavada en aquel espejo del baño de una cafetería. sus ojos ámbar se paseaban por todo su rostro, verificando que no haya salido ninguna ojera debido a sus pocas horas de sueño. Últimamente lo único que hacía era revisar papeles, chequear los negocios, verificar un montón de cosas porque había tomado el lugar de Kiev, estaba al mando de la mafia temporalmente, ya que el ruso no confiaba en Ryan para esto, debido al incidente que hubo. Hizo todo lo posible para que no hubiera problemas y la verdad es que le estaba yendo muy bien. Hacer estás cosas era algo sencillo para ella, ya que en un pasado, ella se había vuelto la mano derecha del padre de Kiev, lo había visto como trabajaba y como mandaba una mafia que tenía el poder de más del medio país de Rusia. Así que, era tarea facil, pero la dejaba muy cansada.
Una vez que arreglo su cabello, que nuevamente había sido pintando de negro, salio del baño para ir a su mesa. Bebió su café y simplemente trato de relajarse.
Rubí, no era tonta, últimamente había sentido a Ryan muy extraño. Demasiado ansioso, tal vez se deba a que supieron que su padre lo estaba buscando, o tal vez era otra cosa. Tarde o temprano lo sabría, siempre lo hacía, conoció a estos chicos por más de 6 años, aprendió a leer sus movimientos por más que no quisiera. Aunque ahora, había otro tema que le preocupaba y era sobre aquella familia que Kiev había dicho. Los Vincenzo, tenía cierta información sobre ellos, los integrantes de aquella familia era una cosa interesante, lo último que sabía, era que un integrante desaparecido, ¿Flavio se llamaba? Había aparecido, aparentemente mal de la cabeza. Ubicado en Rusia, se preguntaba si el padre de Kiev tendría que ver con eso. Dudaba realmente que ese hombre tomará el mandó de aquella mafia, la más capaz era Elisabetta o su hermano Giovanny. Aunque realmente ni si quiera debería importarle, lo mejor era mantenerse alejos de ellos. Nada saldría bien si se involucraban con esa familia, incluso ni como socios. Mucho menos ahora que sabía que uno de ellos tenía que ver con que Ryan termino con una bala perforada en su hombro.
Soltó un suspiro, se sentía muy cansada, cuando le habían avisado que Ryan y Kiev estaban en el hospital casi muere del susto, si bien estos dos no le agradaban para nada, eso no significaba que los quisiera muertos. Aunque le cueste admitirlo, les tenía cierto aprecio. Tal vez, debería dejar las cosas del pasado lejos de ella, estaría con ellos por muchos años, así que tal vez simplemente debería acostumbrarse.
— Esto es una locura... — No pudo evitar reír un poco. Esos locos, se habían ganado un pequeño pero pequeño porcentaje de su cariño.
Su mirada estaba clavada en aquel espejo del baño de una cafetería. sus ojos ámbar se paseaban por todo su rostro, verificando que no haya salido ninguna ojera debido a sus pocas horas de sueño. Últimamente lo único que hacía era revisar papeles, chequear los negocios, verificar un montón de cosas porque había tomado el lugar de Kiev, estaba al mando de la mafia temporalmente, ya que el ruso no confiaba en Ryan para esto, debido al incidente que hubo. Hizo todo lo posible para que no hubiera problemas y la verdad es que le estaba yendo muy bien. Hacer estás cosas era algo sencillo para ella, ya que en un pasado, ella se había vuelto la mano derecha del padre de Kiev, lo había visto como trabajaba y como mandaba una mafia que tenía el poder de más del medio país de Rusia. Así que, era tarea facil, pero la dejaba muy cansada.
Una vez que arreglo su cabello, que nuevamente había sido pintando de negro, salio del baño para ir a su mesa. Bebió su café y simplemente trato de relajarse.
Rubí, no era tonta, últimamente había sentido a Ryan muy extraño. Demasiado ansioso, tal vez se deba a que supieron que su padre lo estaba buscando, o tal vez era otra cosa. Tarde o temprano lo sabría, siempre lo hacía, conoció a estos chicos por más de 6 años, aprendió a leer sus movimientos por más que no quisiera. Aunque ahora, había otro tema que le preocupaba y era sobre aquella familia que Kiev había dicho. Los Vincenzo, tenía cierta información sobre ellos, los integrantes de aquella familia era una cosa interesante, lo último que sabía, era que un integrante desaparecido, ¿Flavio se llamaba? Había aparecido, aparentemente mal de la cabeza. Ubicado en Rusia, se preguntaba si el padre de Kiev tendría que ver con eso. Dudaba realmente que ese hombre tomará el mandó de aquella mafia, la más capaz era Elisabetta o su hermano Giovanny. Aunque realmente ni si quiera debería importarle, lo mejor era mantenerse alejos de ellos. Nada saldría bien si se involucraban con esa familia, incluso ni como socios. Mucho menos ahora que sabía que uno de ellos tenía que ver con que Ryan termino con una bala perforada en su hombro.
Soltó un suspiro, se sentía muy cansada, cuando le habían avisado que Ryan y Kiev estaban en el hospital casi muere del susto, si bien estos dos no le agradaban para nada, eso no significaba que los quisiera muertos. Aunque le cueste admitirlo, les tenía cierto aprecio. Tal vez, debería dejar las cosas del pasado lejos de ella, estaría con ellos por muchos años, así que tal vez simplemente debería acostumbrarse.
— Esto es una locura... — No pudo evitar reír un poco. Esos locos, se habían ganado un pequeño pero pequeño porcentaje de su cariño.
“ 𝑬𝒔𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒎𝒆 𝒔𝒂𝒍𝒈𝒂𝒏 𝒐𝒋𝒆𝒓𝒂𝒔, 𝒆𝒔𝒐𝒔 𝒅𝒐𝒔 𝒗𝒂𝒏 𝒂𝒄𝒂𝒃𝒂𝒓 𝒄𝒐𝒏𝒎𝒊𝒈𝒐 ”
Su mirada estaba clavada en aquel espejo del baño de una cafetería. sus ojos ámbar se paseaban por todo su rostro, verificando que no haya salido ninguna ojera debido a sus pocas horas de sueño. Últimamente lo único que hacía era revisar papeles, chequear los negocios, verificar un montón de cosas porque había tomado el lugar de Kiev, estaba al mando de la mafia temporalmente, ya que el ruso no confiaba en Ryan para esto, debido al incidente que hubo. Hizo todo lo posible para que no hubiera problemas y la verdad es que le estaba yendo muy bien. Hacer estás cosas era algo sencillo para ella, ya que en un pasado, ella se había vuelto la mano derecha del padre de Kiev, lo había visto como trabajaba y como mandaba una mafia que tenía el poder de más del medio país de Rusia. Así que, era tarea facil, pero la dejaba muy cansada.
Una vez que arreglo su cabello, que nuevamente había sido pintando de negro, salio del baño para ir a su mesa. Bebió su café y simplemente trato de relajarse.
Rubí, no era tonta, últimamente había sentido a Ryan muy extraño. Demasiado ansioso, tal vez se deba a que supieron que su padre lo estaba buscando, o tal vez era otra cosa. Tarde o temprano lo sabría, siempre lo hacía, conoció a estos chicos por más de 6 años, aprendió a leer sus movimientos por más que no quisiera. Aunque ahora, había otro tema que le preocupaba y era sobre aquella familia que Kiev había dicho. Los Vincenzo, tenía cierta información sobre ellos, los integrantes de aquella familia era una cosa interesante, lo último que sabía, era que un integrante desaparecido, ¿Flavio se llamaba? Había aparecido, aparentemente mal de la cabeza. Ubicado en Rusia, se preguntaba si el padre de Kiev tendría que ver con eso. Dudaba realmente que ese hombre tomará el mandó de aquella mafia, la más capaz era Elisabetta o su hermano Giovanny. Aunque realmente ni si quiera debería importarle, lo mejor era mantenerse alejos de ellos. Nada saldría bien si se involucraban con esa familia, incluso ni como socios. Mucho menos ahora que sabía que uno de ellos tenía que ver con que Ryan termino con una bala perforada en su hombro.
Soltó un suspiro, se sentía muy cansada, cuando le habían avisado que Ryan y Kiev estaban en el hospital casi muere del susto, si bien estos dos no le agradaban para nada, eso no significaba que los quisiera muertos. Aunque le cueste admitirlo, les tenía cierto aprecio. Tal vez, debería dejar las cosas del pasado lejos de ella, estaría con ellos por muchos años, así que tal vez simplemente debería acostumbrarse.
— Esto es una locura... — No pudo evitar reír un poco. Esos locos, se habían ganado un pequeño pero pequeño porcentaje de su cariño.