-El día que me encontré con Salem por segunda vez, no podía creer que el mismo gato que conocí en la tienda, cuando tenía 11 años ahora era más pequeño y se veía más adorable. Iba pasando por afuera de un restaurante, en un día de invierno donde la lluvia no cesaba, iba con mi abrigo con capucha de un trabajo, cuando ví una caja donde destacaba una bola negra de pelos.

Lo mire y este me miro con aquellos ojos amarillos, y escuché esa voz.

“¿No te da pena ver un gatito adorable mojándose en la lluvia?”

Continué mi camino y en eso el gato salió de la caja y me siguió.

“Espera se que puedes oírme, ten compasión de mí.. y mi alisado permanente”

Me estuve , suspiré , me gire en mis talones y mira al gato, y lo tome entre mis brazos-

Bien, vamos .. Pero mi casa mis reglas Saberhagen. Y cuando te termine de secar cambia a tu verdadera forma, es raro verte así..

-Salem solo rio de manera divertida, y asintió en mis brazos-

“Trato hecho, esto se ve más entretenido.. vivir con la muerte será más entretenido que con unas brujas”

-Solte un largo suspiro, sentí que el único que se divertiría sería el felino-