⚠️ Violencia gráfica
Me dejé caer en la cama agotada, me siento más cansada que cuando estaba en el trabajo. Así que cerré los ojos no me dio tiempo abrazarme en el pecho de Akihiko.
Normalmente nunca he soñado nada pero esa noche, es un poco raro hasta siento que estoy en el lugar. No hace falta decir donde estoy, estoy en la Torre Tártaro el olor a muerte se nota, empiezo a correr buscando las escaleras ya sea para llegar hacia la zona más alta, ya que la entrada no la veía el oído de las sombras me ponían nerviosa y más al estar sin evocador. Lo que me saca de lugar es que estoy en camisón, estoy a su merced.
Poco a poco veo algo de claridad, al llegar me pare en seco viendo la luna verde y enfrente mío estaba Ikutsuki pero lo que me hizo quedarme sin gritar es que frente suyo estaba padre.
-Ellos ya no me sirven ni tú tampoco, es hora de que mueras -
Corri hacia ellos para impedir eso de nuevo, pero el ruido de la bala contra el pecho de padre me hace parar en seco y la sangre en el suelo me hizo quedarme igual de paralizada como esa noche. Ikutsuki me miró con una sonrisa y luego empieza a reírse como un jodido loco.
- No lo has podido salvar ni ahora es patético -
Me alcé contra él, pero se desvaneció como una nube y me caigo al suelo. Al mirar a donde estaba era el cadáver de padre, pero no estaba rompí a llorar en ese lugar y de repente sentí como algo brusco contra mi. Era una sombra y me desperté agitada, me sentía sudorosa. Tenía miedo, sentí unas lágrimas congeladas en mis mejillas, no supero aun esa muerte y lo peor es que tenía miedo de ser devorada por una sombra. Me levanto con cuidado dejando a Akihiko solo en la cama y me fui a la playa para estar sola, después de todo no era capaz de dormir de nuevo. Supongo que al amanecer tenía que volver para no preocupar a Akihiko porque se que él se iba a despertar y ver que no me encontraba ahí iba a ser preocupante. Pero al menos le diría que me apetecía a fumar, lo necesitaba así que me saque un cigarro, para luego a fumar. Echaba tanto de menos a padre que aún sigo teniendo las pesadillas de cómo murió.