Se retuerce en su dormitorio, se aferra a las sábanas, otra vez aquel sueño lo consume. Respira agitado, no puede despertar, alguien o algo no le permite dicha gloria y siempre expresa con una tenebrosa voz " acaba con ellos o acabarán contigo primero, se un Rey ". Esa voz espeluznante, las imágenes que lo acompañan lo atormentan todas las noches.
"Elliot, traidor, tu nos mataste."
Despertó, alrededor de las 7 de la madrugada, el sol mañanero se filtro por la abertura de las cortinas de seda. Cubierto de sudor, una mano en el corazón y con la otra ensangrentada por la fuerza ejecutada al intentar despertar.
Siente alivio. — No es real.— Se sienta en la cama y medita en silencio. Ama a su familia, no hay duda alguna. Pero la sangre en sus manos, lo que corre por sus venas está podrido. Suspiro con pesadez y se levantó, el tiempo no espera y lo que deba pasar, pasará.
Se prepara para salir, hoy tiene que ejecutar una misión que si no es importante, es necesaria. La excusa del viaje lo mantiene lejos. Su cuerpo suena como metal, el hombre rubio de un ojo se adentra en los dominios de su padre, se inclina y contempla por última vez (sin saber) los rostros de su hermano, su cuñada y su sobrina.
— Volveré tan pronto como me sea posible. Bell, pórtate bien en mi ausencia. Ethan, cuida de mis dos princesas o te daré una paliza. — Canturreo. Sin mucha emoción, partió en caballo junto al grupo leal de
hombres que no dudan de su líder.
"Otra vez el lacayo juntando logros, patético."
Elliot lo sabe. Por más esfuerzos que ponga, los nobles no están de acuerdo con su estatus, por más que su hermano intenta persuadir esos fantasmas, algo dentro de Elliot cruje con furia.
El viaje inicia. ¿Qué encontrará en su camino?. ¿Aliados o enemigos?. ¿O quizá, al perpetrador que le muestra su destino?.
Se retuerce en su dormitorio, se aferra a las sábanas, otra vez aquel sueño lo consume. Respira agitado, no puede despertar, alguien o algo no le permite dicha gloria y siempre expresa con una tenebrosa voz " acaba con ellos o acabarán contigo primero, se un Rey ". Esa voz espeluznante, las imágenes que lo acompañan lo atormentan todas las noches.
"Elliot, traidor, tu nos mataste."
Despertó, alrededor de las 7 de la madrugada, el sol mañanero se filtro por la abertura de las cortinas de seda. Cubierto de sudor, una mano en el corazón y con la otra ensangrentada por la fuerza ejecutada al intentar despertar.
Siente alivio. — No es real.— Se sienta en la cama y medita en silencio. Ama a su familia, no hay duda alguna. Pero la sangre en sus manos, lo que corre por sus venas está podrido. Suspiro con pesadez y se levantó, el tiempo no espera y lo que deba pasar, pasará.
Se prepara para salir, hoy tiene que ejecutar una misión que si no es importante, es necesaria. La excusa del viaje lo mantiene lejos. Su cuerpo suena como metal, el hombre rubio de un ojo se adentra en los dominios de su padre, se inclina y contempla por última vez (sin saber) los rostros de su hermano, su cuñada y su sobrina.
— Volveré tan pronto como me sea posible. Bell, pórtate bien en mi ausencia. Ethan, cuida de mis dos princesas o te daré una paliza. — Canturreo. Sin mucha emoción, partió en caballo junto al grupo leal de
hombres que no dudan de su líder.
"Otra vez el lacayo juntando logros, patético."
Elliot lo sabe. Por más esfuerzos que ponga, los nobles no están de acuerdo con su estatus, por más que su hermano intenta persuadir esos fantasmas, algo dentro de Elliot cruje con furia.
El viaje inicia. ¿Qué encontrará en su camino?. ¿Aliados o enemigos?. ¿O quizá, al perpetrador que le muestra su destino?.