Subo lentamente las persianas del salón manteniendo la mente en blanco, pestañeó al mismo ritmo observando un punto en concreto.
La cafetera esta casi llena, Thomas se marcho temprano al buffet de abogados donde lleva tres años trabajando.
Mientras servía café en una de las tazas negras mi móvil comenzó a llenar de varías notificaciones, no preste atención a ninguna.
Necesitaba primero desayunar, mi día a día sea convertido en monótono.
Antes de aquella noche, el disparo, mi ingreso en el hospital, la investigación y el juicio de quienes me atracaron.
Mi vida no ha vuelto a ser normal, tuve que dejar mi trabajo en la floristería de mi tía y también la carrera de medicina.
Prácticamente estoy echando mi vida por la borda.
Cierro el libro que escribió la doctora que me está atendiendo por videollamada, es una mujer muy amable, cariñosa, atenta y brillante.
-Cariño.
No tengo respuesta alguna, vuelvo a intentarlo pero tampoco consigue oírme.
-¿Dónde te has metido?.
Al principio pensé que era un juego o que seguramente estaría entretenido con su nueva maqueta, al pasar por su despacho no había nadie. Luego empiezo a buscarle por el resto de las habitaciones, regreso al salón llevando el móvil en la mano.
Iba a escribirle cuando le veo entrar por las puertas que dan al jardín trasero.
-¿¡Has estado todo el rato fuera!?.
Se quita los cascos mirándome sin apenas entender por qué estoy molesta con él, vuelve a cerrar tras de si la puerta, caminando directo hacia mí.
-¿Qué me he perdido?.
-Te estado buscando por todas las habitaciones, ahora iba a llamarte.
-Perdona, estaba regando las plantas.
-Pensé que te habias marchado sin decirme nada.
-Jamás haría una cosa así.
El resto de la tarde estuvimos sentados en el sofá abrazados, tapados con una manta enorme, en frente de la chimenea previamente encendida.
No le conté a nadie ni siquera a Thomas, mi único propósito de año nuevo es volver a salir a la calle.
Recuperar la vida que antes tenía.
-Tengo buenas noticias.
-¿De qué se trata?.
Thomas se me acerca por detrás para abrazarme, apoya su cabeza sobre la mía lo que provoca que sonríe.
-Me han dado quince días de vacaciones.
-¡Es maravilloso!
Giro la cabeza muy contenta de que por fin vaya a tener unos días de descanso, en los últimos meses ha tenido bastantes casos y mucho papeleo que rellenar.
-¡Es fantástico cariño!
Durante la cena sigue rondándome la misma idea, doy un trago grande a mi copa de vino, lo necesitaba para que me ayudará a empujar mis siguientes palabras.
-¿Tienes algo que hacer mañana?.
-Soy todo tuyo.
-Quiero intentarlo.
-¿Intentarlo?.
-Me gustaría salir mañana hasta el buzón de casa.
Veo que tarda unos segundos en recopilar lo que le acababa de decir, mi mirada continúa observándolo impaciente por que diga algo, cualquier cosa.
-¿Estás segura?.
-Completamente segura.
-¿Lo sabe tu doctora?.
-Lo hable con ella en la última sesión que tuvimos y me dio su visto bueno, siempre que este acompañada.
-Iremos paso a paso.
-¡Si, paso a paso!