La mañana del jueves 6 de abril del 2023, el Telescopio Espacial James Webb reveló una vista sin precedentes de los anillos de Urano, el tercer planeta más grande en nuestro sistema y el séptimo que te encuentras teniendo a tus espaldas la luz solar.

A Urano se le conocen 27 lunas, de las cuales la mayoría son demasiado pequeñas y débiles para ser vistas; pero las seis más brillantes se lograron identificar en otra imagen tomada desde el poderoso telescopio ese mismo día.

Puck es el mayor de esos pequeños satélites interiores de Urano. Y aunque no lo parezca, en la superficie de esta roca inerte hay un ser vivo al interior de una espacionave estrellada. Está en absoluta soledad y en espera ser rescatado: un gato llamado Chagrikai.

¿Cómo llegó hasta ahí? ¿Porqué alguien se preocuparía por rescatarlo? 

Bueno, vayamos por partes. Primero. No suele mencionarse en la hipernet pero desde que comenzaron los viajes espaciales han habido polizontes con pelo, escamas o plumas, siendo hasta hace poco que el Departamento de Movilidad Interplanetaria por fin permitió animales de compañía durante trayectos oficiales... por salud mental humana ¿Sabes?

Ahora es legal llevar máximo una mascota mamífera en cada espacionave, y deben cumplirse condiciones precisas para ello, comenzando con que sólo la capitanía de la nave tiene la prerrogativa de elegir qué espécimen les acompañará.

Y este fue el caso de Ellen Sulaco, piloto en jefe del "Petroglifo" y veterana de múltiples misiones de larga duración. Ella decidió que fuera su gato mimado quien les acompañase en la siguiente encomienda, sin sospechar que al hacerlo preservaría el pasado de la humanidad y garantizaría el futuro de millones de vidas del nuevo mundo.

Y no estoy exagerando, resulta que en el año 2574 se reconoció que La Tierra, azotada por un catastrófico desacoplamiento climático, se volvía cada vez más inhabitable y que una evacuación masiva hacia el exoplaneta Gliese 12 b sería una necesidad imperativa. 

De ahí la importancia de la misión comandada por Ellen, pues tenía el objetivo de trasladar y entregar 3 dispositivos: Neuroplot I, II y III respectivamente, a la Bóveda de Seguridad Metadigital ubicada en aquel exoplaneta. Los Neuroplots contenían información vital para que las colonias constructoras preparasen el nuevo mundo para la inminente llegada de millones de refugiados terrestres.

Aunque el viaje de 4 años luz a través de los gusanos de hiperviaje tomaría 7 años desde la perspectiva de la espacionave, debido a los efectos relativistas en la Tierra mientras tanto transcurrirían poco más de dos décadas, durante las cuales el planeta azul lucharía a contrareloj, organizando desesperadamente las oleadas de evacuación al tiempo que las condiciones se deterioraban con rapidez. Cada segundo contaba y la misión no podría fallar. 

La entrega exitosa de los Neuroplots no solo significaba la diferencia entre una colonización ordenada y el caos total en el nuevo mundo. También representaba la conservación del conocimiento humano acumulado en más de 8,200 años de materiales escritos, multimedia y metavirtuales compactados en el contenido de una jeringuilla. ¿Cómo era esto posible? La respuesta se remonta a un evento catastrófico ocurrido siglos atrás.

Verás, la intensa y prolongada tormenta magnética del 2074 dañó toda la red mundial de servidores y sus respaldos digitales, provocando el caótico "Año silencioso" en la tierra... Y se aprendió la lección, tras casi dos siglos de recuperación metadigital de toda la información que se alcanzó a recuperar, se desarrolló un nuevo sistema de soporte físico de memoria externa: un enjambre de nanocristales biodinámicos que interactuaban entre sí como redes neuronales complejas, creando a su vez redes de cerebros espejo, siempre que se encontraran en el ambiente adecuado y en presencia de otros enjambres.

Estos nanocristales se encapsularon en tres dispositivos de liberación y recuperación fluidomagnética, los Neuroplot, que contienen más de 1K de Brontobytes de información. En su diseño y contenido son réplica exacta uno del otro para una triple copia de respaldo. 

Por la naturaleza de los biomateriales nanométricos se requiere que el contenido íntegro de cada Neuroplot, pequeño detalle, sea inyectado en el torrente sanguíneo humano para conservarse adecuadamente... a pesar de provocar en su huésped episodios alucinatorios, rupturas cognitivo-temporales e inexplicables cuadros de percepción extrasensorial. 

De esta manera, se eligieron tres de los miembros más saludables de la tripulación del Petroglifo para ser portadores de los nanocristales, embarcándose con ese único rol en la misión hacia la lejana y nueva tierra.

El viaje transcurrió según lo programado y al sexto mes, Urano, que ya iluminaba con su tenue luz el centro de mando la escotilla principal, recordaba a una superluna llena otoñal. Todo el equipo estaba concentrado en calibrar las cámaras de sueño antes de salir del sistema solar y programar el hiperviaje a través del gusano espaciotemporal.

Por eso nadie se percató a tiempo que una sorpresiva tormenta de radiointerferencia alteró la señal del GEPS, desviando la trayectoria de la nave un par de grados sin que se activaran los cibersensores.

No entraré en detalles, sólo diré que tendrán mucha, MUCHA suerte de que hubieran ido a velocidad media, pues Elena, sus pilotos y los cibercopilotos lograrán el alunizaje de emergencia en Puck dos horas después, y aunque el impacto fue atroz, con todo era mejor que estrellarse como un vulgar meteorito.

Cuando los astronautas volvieron en sí, rápidamente aislaron los sectores del Petroglifo con fugas en el sellado hermético, apagaron incendios y sofocaron los conatos... Después rescataron a los heridos y les curaron hasta donde pudieron. Entre las bajas estaban los portadores del Neuroplot I y III, cuyos cuerpos, como los de otros elementos de la tripulación, no fueron localizados.

El portador del Neuroplot II, estaba entre los heridos de gravedad y sería cuestión de horas antes de perderle. Así que aplicaron el procedimiento de recuperación fluidomagnética de los nanocristales y comenzaron a valorar quién sería ahora el nuevo huésped.

Por desgracia también se dieron cuenta de que las reservas de oxígeno no serían suficientes para esperar el rescate, así que en base a los recursos disponibles Ellen tomó una decisión que marcaría el curso de nuestra historia con el sacrificio de su propia vida y la de su tripulación: Por el bien de la misión, el gato sería el único superviviente en la espacionave y sería el portador del último Neuroplot.

Aprovecharon lo que les quedaba de tiempo para distribuir todas las raciones de alimentos que encontraron en los dispensadores automáticos, incluyendo desde luego las croquetas del felino. Los nutrientes de liberación lenta alcanzarian para alimentar al elegido por más de 30 años, con la afortunada casualidad de que la variedad de preparados no fatigarían su paladar con los mismos sabores y texturas en cada ingesta.

La tripulación también pudo reconstruir el panel hidropónico, que diariamente destilaría por goteo hasta medio litro agua potable en el bebedero, y cuando alcance sus niveles óptimos en unos cuantos meses, llegaría a producir hasta doscientos cincuenta litros de oxígeno en ciclos circadianos. 

Por suerte los sistemas autolimpiantes de superficies, de composteo de residuos y de filtración bioactiva de aire quedaron intactos tras el impacto, así que de manera automática e inteligente se procesarían con eficiencia los desechos sólidos y volátiles de Chagrikai, manteniendo su entorno limpio y saludable durante los largos años de espera ¿Te imaginas si no?

Sobrevivieron otros sistemas vitales, como el de gravedad artificial y de generación de energía que no viene al caso mencionar, sólo diré que estaba dado el microbioma justo y herméticamente sellado que garantizará la existencia del elegido por más de sus nueve proverbiales vidas. Tiempo suficiente para aguardar el rescate enviado desde la nave nodriza para recuperar el último Neuroplot.

¿Y mientras tanto qué pasaría con nuestro michi? Pues... Vaya que sufrió transformaciones. 

Poco después de la inoculación, fluyendo en su sistema sanguíneo los nanocristales comenzaron a interactuar entre sí y a configurar una red neuronal dinámica que funcionaba como un segundo cerebro físico y, contra todo lo esperado, experimentó en carne propia los rumores de anomalías tan inverosímiles como fantásticas.

En ausencia del otro par de portadores para conversar, nuestro minino desarrolló la capacidad para comunicarse con cualquier ser que poseyera un lenguaje. Pero no te ilusiones, no dejaba de maullar como un gato cualquiera. 

Al no poseer la estructura bucofaríngea necesaria para articular palabras, la única vía posible para interactuar con entidades parlantes era la mental. Si, a primera vista le llamariamos "telepatía" a su forma de comunicarse. Definitivamente podía decir algo más que un simple "miau".

Al compartir sus sinapsis artificiales con las del sistema nervioso felino, la increíble metamemoria de enjambre y sus programas de aprendizaje aleatorio permitieron que Chagrikai accediera a un ápice del banco de información humana cada vez que se lo propusiera, por lo que la amplitud de sus temas de conversación era una garantía. Sin embargo aún había algo más sorprendente que eso... 

Al autoinducirse en un estado de trance, a veces de manera espontánea y en ocasiones deliberadas, Chagrikai "conectaba" con otras entidades al acceder a un nivel de experiencia similar al inconsciente colectivo jungiano, viviendo el tiempo como un presente atemporal, donde pasado, presente y futuro coexistían. 

Te ahorraré las explicaciones de física neoplanckiana, sólo te diré que a través de la ruptura de barreras cognitivo-temporales, este gato puede comunicarse con entidades de diferentes épocas a un radio de dos años luz, como si todas existieran en su mismo plano de realidad... ¿Con qué extraños seres podría interactuar si no hay barreras de tiempo ni espacio?

Otra extrañísima cualidad que descubriría es la de crear sueños lúcidos con quienes charla y eventualmente "poseer" a quienes se lo permitan y sincronicen la longitud de sus ondas cerebrales gracias a un estado de trance autoinducido. ¿Te imaginas las posibilidades de este "control mental" a distancia? Dan miedo!! 

Podria actuar como titiritero invisible de quien le cediese su voluntad y hacerle pensar, sentir, decir, escribir y actuar lo que este peludo impredecible le dictase mentalmente desde una perdida luna uraniana... ¿Quién se atrevería a permitir este grado de manipulación? 

Pese a lo estupendo o terrorífico de estas cualidades de control y comunicación, en muchas ocasiones son intermitentes. Aunque sea un minino artificialmente superdotado, aburrido y sin distracciones, mantener este estado de concentración requiere un esfuerzo considerable, limitando la duración de estos extraordinarios fenomenos. 

Además, interactuar con seres de otras épocas, culturas, lenguajes y costumbres implica a una curva de aprendizaje mutua para el que no cualquiera tiene paciencia suficiente. Por fortuna es un gato inteligente, y el enjambre de nanocristales hacen muy bien su trabajo, de modo que si algún ser establece contacto, de seguro obtendrá un miau entretenido.

Llegando a este punto quizá me preguntes, "Ok, ¿Y cómo sabes todos estos detalles?" Pues fácil, porque yo soy ese gato y me llamo Chagrikai.

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