Para que luego digan que los hombres no se fijan en los detalles… Dean Winchester nunca habia sido un hombre demasiado detallista, la verdad era que incluso durante una etapa de su vida habia sido bastante desapegado. Las convenciones sociales de lo que uno debería de hacer en pareja eran algo que al cazador se le escapaban ya que habia pasado la mayor parte de su vida dedicada únicamente a la caza y separando su trabajo de su vida sexual. Pero desde que aquella pelirroja habia aterrizado en su vida, la verdad era que Dean -aunque no lo demostrase demasiado- sí habia comenzado a prestar atención al detalle.

 

Por ejemplo, se habia percatado de los dias que Poppy habia pasado distraída buscando zapatos y vestidos en revistas. No es que fuera algo fuera de la norma pero la habia visto haciendo algún que otro boceto distraído en folios de papel. Tambien la habia visto pasar tiempo de más en el tocador de su dormitorio… Sí, de nuevo, la británica cuidaba bastante de su imagen personal pero… ¿dedicarle tanto tiempo a un pintalabios?

 

Aquello empezó a oler a chamusquina. Y, un día, resolvió disolver aquellas dudas y esclarecer la naturaleza de la inquietud de Poppy. Llamó a la puerta del dormitorio de la joven, pero no recibió respuesta. Sintiéndose algo mal, pero no lo suficiente, entró a la habitación como si aquello no fuera con él, aunque sabiendo que tenia escasos minutos si no queria que la mujer llegara allí y lo descubriera husmeando en sus cosas.

 

No era desconfianza, es que Dean era asi de cotilla y tenia alma de investigador. Lo necesitaba para su trabajo. Por eso, sin causar impacto en el entorno, anduvo por el dormitorio sin tener que demorarse demasiado antes de encontrar aquel sobre de satén azul. Y sobre este aquella invitación a una prestigiosa gala.

 

Esbozó una sonrisa. Habia comenzado a trazar un plan.

 

➤➤  Poppy se habia ido del bunker hacia ya un rato aquella noche, la noche señalada, y Dean se puso manos a la obra. Aun conservaba el traje que habia llevado a la gala de aquella extraña familia vampírica, los Mikaelson y sabía que aquel traje habia causado en Poppy justo el efecto que necesitaba… Por eso sabía que no podía fallar. Se ducho, se vistió e incluso se puso colonia. (Una de las colonias de Sam, por supuesto).

 

Se subió en su precioso Chevrolet Impala del 67 y arrancó el motor dejándolo rugir un momento antes de pisar el acelerador y emprender la marcha hacia la Gala de FicRol. Su única intención era darle una sorpresa a Poppy, por supuesto. No estaba invitado, pero no era la primera vez que se colaba en un lugar al que no le estaba permitido el paso.

 

¿No estaba invitado? Eso pensaba él, pues cuando fue a abrir la guantera para buscar una nueva cinta de casette, su favorita, esa que contenía la cancion perfecta para hacer su entrada triunfal en aquel evento encontró un sobre lacado en color azul, parejo al que habia descubierto en el escritorio de Poppy. Parecía que no iba a tener que colarse a fin de cuentas.

 

➤➤ Los invitados paseaban tranquilamente por la alfombra roja, sonriendo, posando ante los flashes y otros queriendo pasar desapercibidos. Habia demonios, ángeles, dragones, un ejercito completo y… hasta gente, aparentemente, muerta. Las voces, risas reinaban aquí y allá. Aquel lugar respiraba vida. Y entonces…

Una melodía conocida comenzó a sonar en la lejanía.

— lector, haz click y sube el volumen —

All you women who want a man of the street
An' don't know which way you wanna turn
Just keep a-coming and put your hand out to me
'Cause I'm the one who's gonna to make you burn

 

El precioso Chevrolet Impala de Dean Winchester hizo su entrada a toda velocidad en la calle que rodeaba el edificio. Varios de los asistentes, fotógrafos, prensa se giraban para ver de dónde provenía aquella melodía que tanto contrastaba en aquel lugar pero que logró animar a algunos de los asistentes que incluso movían la cabeza al ritmo de la música que, a todas luces, procedía de la radio del vehículo.

 

I'm gonna take you down
Oh, down, down, down
So don't you fool around
I'm gonna pull it, pull it, pull the trigger

 

El sonido del motor y las ruedas del coche creaban un perfecto acompañamiento para aquella melodía tan pegadiza.

 

Shoot to thrill, play to kill
Too many women with too many pills, yeah
Shoot to thrill, play to kill
I got my gun at the ready, gonna fire at will, yeah

 

Con ese ultimo “yeah” el Impala se detuvo delante de la alfombra roja, a pie de calle. Dean apagó el motor, salió del coche y le lanzó las llaves al aparcacoches. Su mirada era la de alguien que sabe que ha causado furor por un momento, por un minimo segundo a pesar de ser siempre el hombre en la sombra. A pesar de ser ese que siempre habia el trabajo sucio pero del que nunca se sabia su nombre. Y aquella noche… Aquella noche estaba allí como invitado y acudiría a acompañar a la mujer más hermosa de todas.

 

Poppy Davies lo observaba de pie en mitad de la alfombra roja con una expresión entre divertida y sorprendida. Dean llegó hasta ella y le dedicó una radiante sonrisa.

 

-¿Acaso creías que vendrías sola? Me ofrezco como acompañante… Si me aceptas, por supuesto

 

Sacó entonces el perfecto sobre de color azul donde, en el anverso podía leerse su propio nombre, “Dean Winchester”, perfectamente escrito en tipografía de color plateado.

 

-Prometo que no me he colado… Hoy soy legal, ¿lo ves?