⇲ | Historia general

Millones de eones atrás, en el comienzo de un nuevo mundo surgiendo en el universo y divinidades provenientes de un "más allá" imposibles de visualizar; manifestándose y con atrevida naturalidad autodenominados como guardianes de aquel pequeño pero potencial retoño llamado "Tierra"; seres omnipotentes serían quienes darían forma y vida a lo que se conoce actualmente, directa e indirectamente.

En aquellas épocas de nacimiento, cuando el mundo vivía sin un orden, sin reglas, sin limitantes; la guerra entre dioses se desataba habitualmente en un intento de mostrar poderío y autoridad. Sin poder coexistir, sin un balance, naturalmente la Tierra jamás prosperaría.

Tuvieron que pasar millones de años, entre la caída de cientos de dioses y la bienvenida a sus sucesores, para que se pudiera poner un fin a las guerras avasallantes que arrastraban la vida mortal a su paso.

Eventualmente, cuando tales conflictos empezaban a cesar, y con el restablecimiento de la naturaleza y pactos celestiales, llegó un momento en que a aquel mundo se le reconocería como "La dinastía de los contratos".

Por supuesto había un Todopoderoso, aquel único dios que resistió a la primera guerra desde el nacimiento del planeta; saliendo invicto de cada batalla, y ganando reconocimiento entre las demás divinidades. Su nombre jamás fue dado a conocer y su forma física pocas veces se ha tenido oportunidad de visualizar, a tal punto que se cree que su presencia espiritual es tan inmensa que ni siquiera la divinidad más fuerte puede soportar el peso de su poder; pasando completamente desapercibido pero generando suficiente impacto para proclamarlo el verdadero gobernante. Desde la lejanía, en alguna parte de aquel vasto mundo, esta observando.

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La luz y la oscuridad, el día y la noche, dos fuerzas supremas que sub gobiernan el mundo, han alcanzado el punto de equilibrio para poder coexistir sin que una absorba a la otra.

De ese modo, cuando la época de resurgimiento y la aclamación al Todopoderoso llegó; La Diosa del Sol y El Dios de la Luna formaron un pacto en el que dictaban que sus próximos sucesores debían enlazar sus almas para mantener el equilibrio de luz y oscuridad en el mundo.

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⇲ | Apariencia y detalles extras de Dethia

Nacido con una apariencia envidiable, de facciones androginas suaves que resaltan más su belleza femenina sobre la masculina. Blanquecina tez, tersa y perfecta.

De cabellera corta y semi despeinada en las puntas; proporcionando un toque de su rebeldía y fiereza. A su vez, poseyendo un tono blanco casi confundible con un suave color rubio en sus mechones.

De mirada seductora en tono verde, representando su procedencia de la naturaleza misma y acompañada de un delineado rojo que resalta su aura amenazante y altiva.

Labios finos con un suave rojizo que se desvanece desde el centro hacia fuera.

Habitualmente gusta de usar prendas delgadas y livianas, blancas. Como divinidad, esta acostumbrado a las vestimentas de épocas antiguas, semejantes a túnicas largas, con una abertura en forma de triángulo invertido que muestran parte de su torso.

De accesorios lleva aretes largos y un collar rojo con pequeños detalles redondos en la parte central, todo en oro. Sobre sus muñecas lleva dos esclavas de contención de poder.

Posee una marca solar en la nuca.

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⇲ | Información adicional

Su hogar se encuentra en los cielos, en el reino de Solsettia, donde ningún mortal puede siquiera soñar con traspasar.

Dethia posee la apariencia de un adulto joven. Fácilmente puede hacerse pasar por alguien de 24 años, a pesar de que su existencia ha sobrepasado unos cuantos miles de años que ahora es imposible de calcular. Siendo que es una divinidad, su desarrollo es anormal a diferencia de los humanos. Crece más rapido durante la etapa de niñez y entre la adolescencia y la juventud queda un largo estancamiento. De ahí que luzca tan joven, además de poseer la mentalidad de tal etapa.

Sus preferencias sexuales siguen indefinidas, ya que en su vida jamás ha pensado en el romance. Está demasiado encapsulado en sí mismo que no puede pensar en una existencia más hermosa si no es él.

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⇲ | Personalidad

De carácter fuerte, autoritario, decisivo y demasiado descarado. Al ser un dios poderoso es sumamente arrogante, narcisista y tiende a mirar por encima a otros, casi al punto de ser la clase de ser que no teme en pisar a los demás para avanzar en el camino.

Disfruta ser el centro de atención, que le alaben y reconozcan cada uno de sus méritos por más terribles que sean. Su confianza en sí mismo mejora de forma significativa cuando eso sucede.

Su sentido de humanidad esta casi en su totalidad perdido al no tener una estable relación con el mundo mortal y sus habitantes.

Carece de sentido de humor cuando se trata de otros, sin embargo le fascina usar frases sarcásticas para burlarse de los más inferiores.

Propenso a detonar en ira e impaciencia cuando no se comparten sus pensamientos o las cosas no se hacen a su modo, pues cree fielmente que él posee la verdad absoluta.

Intolerante a la equivocacion ajena, la indecisión, el miedo y la falta de voluntad. En contraparte con aquello que detesta, valora y respeta a aquellos de voluntades fuertes y estables.

En sus primeros años de existencia se consideraba un ser benévolo, sensible, inocente y dedicado a su pueblo. Sin embargo, eso cambiaría significativamente luego de haber sido rechazado por el mundo al que una vez le había ofrecido su amor. La nula confianza depositada en él, generó resentimiento y pesar en su corazón, transformándolo en la divinidad despiadada que actualmente muestra ser.

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⇲ | Acerca de sus poderes

La conexión espiritual esta altamente conectada con la luz, lo que implica que sea dotado de una fuerza descomunal que se guía por dicha escencia natural.

Sus fortalezas estan vinculadas a:

La luz misma, los días soleados, el surgimiento del solsticio, el fuego y por ende la calidez. Potenciando su poder cuando se cumple alguna de estas características.

En cuanto a sus debilidades, e incompatibilidad: La manifestación de eclipses lunares, la oscuridad misma, la noche y los ambientes fríos, pueden debilitar su conexión y volverlo más vulnerable.

Dentro de sus poderes tiene un manejo en la Piroquinesis, siendo esta su habilidad mejor desarrollada ya que es ofensiva y fácilmente manipulable a conveniencia para crear y controlar el fuego que surge de sus dedos.

Como forma defensiva, puede usar la protección dorada construida por luz pura que ralentiza o detiene por completo los ataques enemigos.

A su vez, en armonía con la luz, tiene un efecto curativo en el cuál brinda parte de su poder para revitalizar a otros seres.

Y por último, así como puede dar vitalidad, su poder mas peligroso y temible es el de la absorción; un poder mortal que despoja a otros seres de su energía y poder. Dethia no mantiene un control estable de esta última habilidad, por lo que puede ser peligroso siquiera tocar su cuerpo, ya que involuntariamente absorberá lo que este al alcance de su tacto.

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⇲ | Pasado, presente y futuro

El nacimiento de las divinidades siempre era una noticia esperanzadora, tanto para los propios dioses como para los mortales, puesto que eso conllevaba a una vida más próspera.

Cuando la Diosa del Sol manifestó su voluntad de crear y gestar a un herederero, el mundo esperaba ansioso la llegada de aquel hijo legítimo que poseeria la bendición del Todopoderoso; no obstante, durante el proceso se fue develando que no solo llegaría uno, sino que serían dos divinidades menores las que estaban próximas a surgir y con ello, las expectativas de que un futuro mejor estaba por venir apareció en los pensamientos de cada persona y ser.

Para la desgracia, conforme el día ansiado se acercaba, un evento poco previsto se detonó sin previo aviso. Uno de los gemelos había muerto dentro, a su vez, la Diosa del Sol se fue debilitando durante ese lapso. Había algo, una anomalía en su cuerpo que la estaba desgastando, consumiendo su poder. Por supuesto, la noticia se extendió y la incertidumbre llegaría.

Entonces, en pleno inicio del onceavo solsticio, el nacimiento del primer sucesor se dió, a quien próximamente se le conocería como Dethia, el príncipe del Sol y sucesor de la luz.

Cuando Dethia estuvo entre los brazos de la diosa, no se pudo pasar por alto como aquel recién nacido estaba absorbiendo su poder con tan solo el tacto. No era natural que a una corta edad ya tuviera tal capacidad, lo que encendió sus sospechas sobre el segundo sucesor no nacido y las advertencias se plasmaron en la mente de la divinidad mayor. 

Aquel recien nacido, sería la desgracia que caería sobre este mundo tarde o temprano.

Los rumores del pequeño sucesor maldito, llevaron a que el mundo, motivado por el desconocimiento y el temor, rechazaran a su futuro Dios, dándole la espalda con desprecio por ser una anomalía. Así mismo, el pacto entre la luna y el sol tendría que revocarse hasta encontrar una mejor solución, debido a que exponer al sucesor de la luna frente al peligroso Dethia, podría ocasionar su muerte durante el ritual para unificar sus almas.

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Dethia había nacido con ingenuidad, en sus primeros años siempre había sido un ser puro y sin malicia que anhelaba tener conocimiento de todo, incluso su curiosidad se veía mas inclinada por el mundo de los mortales. Pero ante la ignorancia de su propia condición, provocó más sufrimiento del que desearía, al inconscientemente despojar a miles de pueblerinos de sus vidas. Robándoles hasta el último suspiro.

Incluso estando entre otras divinidades, la situación se volvía a repetir, los demás seres lo hacían a un lado por miedo, envidia o por superioridad. La propia Diosa del Sol rechazaba a su primogénito por traer vergüenza a su reino, a su nombre, además de tener cierto recelo de que algún día, Dethia sería capaz de reclamar su puesto; veía en él, una amenaza potencial.

Esto provocó una falta de autoestima y traumas en Dethia, quien solo buscaba la aceptación de su alrededor.

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En su presente, a causa de lo vivido, Dethia ha formado una idea errónea, donde para darse valor así mismo y que los demás también noten su presencia, tenga que acudir a mostrarse imponente, autoritario y sagaz. Ha recurrido a desatar el miedo y la envidia en los demás para lograr ser notado tanto en su reino como en el de los demás. Quiere que su existencia no pase desapercibida.

Sin embargo, a diferencia del pasado, actualmente hay algunos cuantos mortales y divinidades que aplauden la crueldad y el cinismo de Dethia.

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Su futuro como sucesor aún es incierto, debido a que ni la representación de la luna y el sol quieren permitir que Dethia alcance la máxima autoridad, así como tampoco quieren permitir su enlazamiento con el príncipe de la luna.

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