En construcción
  • Género Masculino
  • Raza Oneiros
  • Fandom Panteón Griego
  • Dios
  • Soltero(a)
  • Cumpleaños 6 de julio
  • 4 Publicaciones
  • 4 Escenas
  • Se unió en abril 2025
  • 13 Visitas perfil
Otra información
  • Tipo de personaje
    2D
  • Longitud narrativa
    Semi-párrafo , Párrafo
  • Categorías de rol
    Acción , Anime & Mangas
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  • >>https://youtu.be/KYlLWcsJWdQ?si=nQMHWI4Sbi6WVmiy <<

    ɱ૦ՐƿҺ૯υς era curioso, demasiado curioso. No se conformaba con crear sueños; deseaba comprender la realidad, incluso alterar el curso de los destinos que observaba mientras los humanos dormían. En su anhelo de sabiduría, quiso cruzar el umbral prohibido: descendió a los dominios del Destino, donde ni los dioses deben intervenir.

    Hipnos, al descubrir la osadía de su hijo, se vio consumido por una mezcla de ira, miedo y tristeza. Sabía que el castigo de los hilos del destino no sería leve, y temía que Morfeo se condenara por su ambición.

    Entonces, tomó una decisión cruel por amor.

    Mientras Morfeo dormía, Hipnos lo visitó, y por primera vez, tejió un sueño tan perfecto que su propio hijo no supo que estaba soñando. En ese sueño, lo envolvió con una niebla densa y luminosa, cargada de olvido. Con un beso en la frente, le susurró:

    —Perdóname, hijo mío. Te quito el peso del saber para salvarte del abismo que tú mismo quisiste escalar.—

    Cuando Morfeo despertó, ya no recordaba haber sido un dios. Era solo una sombra que flotaba entre los sueños, dando forma a los pensamientos de los hombres sin saber por qué. Pero aún, en lo más profundo de su esencia, sentía una nostalgia inexplicable cada vez que el viento traía el eco de una voz que le era familiar… una voz que decía su nombre con ternura.

    Hipnos, desde su trono de niebla, observaba a su hijo con lágrimas ocultas, repitiéndose una y otra vez que había hecho lo correcto.
    >>https://youtu.be/KYlLWcsJWdQ?si=nQMHWI4Sbi6WVmiy << [Sweets_dreams] era curioso, demasiado curioso. No se conformaba con crear sueños; deseaba comprender la realidad, incluso alterar el curso de los destinos que observaba mientras los humanos dormían. En su anhelo de sabiduría, quiso cruzar el umbral prohibido: descendió a los dominios del Destino, donde ni los dioses deben intervenir. Hipnos, al descubrir la osadía de su hijo, se vio consumido por una mezcla de ira, miedo y tristeza. Sabía que el castigo de los hilos del destino no sería leve, y temía que Morfeo se condenara por su ambición. Entonces, tomó una decisión cruel por amor. Mientras Morfeo dormía, Hipnos lo visitó, y por primera vez, tejió un sueño tan perfecto que su propio hijo no supo que estaba soñando. En ese sueño, lo envolvió con una niebla densa y luminosa, cargada de olvido. Con un beso en la frente, le susurró: —Perdóname, hijo mío. Te quito el peso del saber para salvarte del abismo que tú mismo quisiste escalar.— Cuando Morfeo despertó, ya no recordaba haber sido un dios. Era solo una sombra que flotaba entre los sueños, dando forma a los pensamientos de los hombres sin saber por qué. Pero aún, en lo más profundo de su esencia, sentía una nostalgia inexplicable cada vez que el viento traía el eco de una voz que le era familiar… una voz que decía su nombre con ternura. Hipnos, desde su trono de niebla, observaba a su hijo con lágrimas ocultas, repitiéndose una y otra vez que había hecho lo correcto.
    Me entristece
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  • —Morfeo, hasta que comprendas el valor de la armonía, aquí dormirás tú, entre sus sueños. — dijo Hipnos, cerrando las puertas de la prisión con un suspiro que apagó estrellas.

    Los dioses callaron, y el mundo mortal comenzó a soñar menos. Los sueños ya no eran tan vívidos, tan coloridos. Y aunque dormían, muchos despertaban con una extraña nostalgia… como si algo mágico les hubiera sido arrebatado.

    Morfeo duerme aún, atrapado en su propia creación. Y Hipnos, desde la sombra, vela por el sueño del mundo, esperando el día en que su hijo despierte… no para soñar de nuevo, sino para comprender.

    —Morfeo, hasta que comprendas el valor de la armonía, aquí dormirás tú, entre sus sueños. — dijo Hipnos, cerrando las puertas de la prisión con un suspiro que apagó estrellas. Los dioses callaron, y el mundo mortal comenzó a soñar menos. Los sueños ya no eran tan vívidos, tan coloridos. Y aunque dormían, muchos despertaban con una extraña nostalgia… como si algo mágico les hubiera sido arrebatado. Morfeo duerme aún, atrapado en su propia creación. Y Hipnos, desde la sombra, vela por el sueño del mundo, esperando el día en que su hijo despierte… no para soñar de nuevo, sino para comprender.
    Me encocora
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