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𝘼𝙥𝙤𝙙𝙤𝙨: 𝘐𝘯𝘢, 𝘡𝘢𝘳𝘺, 𝘙𝘺𝘯, 𝘍𝘳𝘰𝘴𝘵𝘺, 𝘉𝘭𝘢𝘤𝘬𝘧𝘳𝘰𝘴𝘵.
𝙀𝙙𝙖𝙙: 27 𝘢ñ𝘰𝘴
𝙊𝙧𝙞𝙜𝙚𝙣: 𝘔𝘰𝘯𝘵𝘢ñ𝘢𝘴 𝘤𝘦𝘳𝘤𝘢 𝘥𝘦 𝘶𝘯𝘢 𝘤𝘪𝘶𝘥𝘢𝘥 𝘯𝘦𝘷𝘢𝘥𝘢 𝘭𝘭𝘢𝘮𝘢𝘥𝘰 𝘕𝘪𝘷𝘰𝘯𝘢.
𝙍𝙖𝙯𝙖: 𝘌𝘴 𝘶𝘯𝘢 𝘥𝘳𝘢𝘨𝘰𝘯𝘢𝘯𝘵𝘦, 𝘶𝘯𝘢 𝘮𝘦𝘴𝘵𝘪𝘻𝘢 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘥𝘳𝘢𝘨𝘰𝘯 𝘺 𝘩𝘶𝘮𝘢𝘯𝘰.
𝙊𝙧𝙞𝙚𝙣𝙩𝙖𝙘𝙞𝙤𝙣 𝙎𝙚𝙭𝙪𝙖𝙡: 𝘏𝘦𝘵𝘦𝘳𝘰𝘴𝘦𝘹𝘶𝘢𝘭.
𝙍𝙖𝙣𝙜𝙤: 𝘏𝘦𝘳𝘦𝘥𝘦𝘳𝘢 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘳𝘦𝘢𝘭𝘦𝘻𝘢, 𝘢𝘱𝘳𝘦𝘯𝘥𝘪𝘻 𝘥𝘦 𝘴𝘰𝘮𝘣𝘳𝘢𝘴.
𝙋𝙧𝙤𝙛𝙚𝙨𝙞𝙤𝙣: 𝘋𝘦𝘴𝘤𝘰𝘯𝘰𝘤𝘪𝘥𝘢, 𝘱𝘰𝘳 𝘢𝘩𝘰𝘳𝘢.
𝘿𝙚𝙨𝙘𝙧𝙞𝙥𝙘𝙞𝙤𝙣 𝙛𝙞𝙨𝙞𝙘𝙖: 𝘌𝘴 𝘶𝘯 𝘴𝘦𝘳 𝘥𝘦 𝘢𝘱𝘢𝘳𝘪𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢 𝘪𝘮𝘱𝘰𝘯𝘦𝘯𝘵𝘦, 𝘤𝘰𝘯 𝘰𝘫𝘰𝘴 𝘳𝘰𝘫𝘰𝘴 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘣𝘳𝘢𝘴𝘢𝘴 𝘢𝘳𝘥𝘪𝘦𝘯𝘵𝘦𝘴, 𝘱𝘪𝘦𝘭 𝘱𝘢𝘭𝘪𝘥𝘢 𝘴𝘢𝘭𝘱𝘪𝘤𝘢𝘥𝘢 𝘥𝘦 𝘦𝘴𝘤𝘢𝘮𝘢𝘴 𝘤𝘦𝘯𝘪𝘤𝘪𝘦𝘯𝘵𝘢𝘴, 𝘤𝘢𝘣𝘦𝘭𝘭𝘰 𝘥𝘦𝘴𝘰𝘳𝘥𝘦𝘯𝘢𝘥𝘰, 𝘺 𝘥𝘰𝘴 𝘤𝘶𝘦𝘳𝘯𝘰𝘴 𝘳𝘶𝘨𝘰𝘴𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘯𝘮𝘢𝘳𝘤𝘢𝘯 𝘴𝘶 𝘳𝘰𝘴𝘵𝘳𝘰 𝘦𝘯𝘥𝘶𝘳𝘦𝘤𝘪𝘥𝘰. 𝘚𝘶 𝘷𝘦𝘴𝘵𝘪𝘮𝘦𝘯𝘵𝘢 𝘰𝘴𝘤𝘶𝘳𝘢, 𝘤𝘰𝘯 𝘥𝘦𝘵𝘢𝘭𝘭𝘦𝘴 𝘮𝘦𝘵𝘢𝘭𝘪𝘤𝘰𝘴 𝘺 𝘵𝘰𝘯𝘰𝘴 𝘤𝘢𝘳𝘮𝘦𝘴𝘪, 𝘢𝘤𝘦𝘯𝘵𝘶𝘢𝘯 𝘴𝘶 𝘯𝘢𝘵𝘶𝘳𝘢𝘭𝘦𝘻𝘢 𝘩𝘪𝘣𝘳𝘪𝘥𝘢 𝘺 𝘴𝘰𝘮𝘣𝘳𝘪𝘢.
𝙋𝙚𝙧𝙨𝙤𝙣𝙖𝙡𝙞𝙙𝙖𝙙: 𝘚𝘦𝘳𝘦𝘯𝘢 𝘺 𝘱𝘳𝘶𝘥𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘦𝘯 𝘢𝘱𝘢𝘳𝘪𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢, 𝘦𝘴𝘱𝘦𝘤𝘪𝘢𝘭𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘤𝘰𝘯 𝘦𝘹𝘵𝘳𝘢ñ𝘰𝘴, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘤𝘰𝘯 𝘢𝘲𝘶𝘦𝘭𝘭𝘰𝘴 𝘦𝘯 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘯𝘦𝘴 𝘤𝘰𝘯𝘧𝘪𝘢 𝘮𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘢 𝘤𝘢𝘭𝘪𝘥𝘦𝘻 𝘺 𝘢𝘮𝘢𝘣𝘪𝘭𝘪𝘥𝘢𝘥. 𝘉𝘢𝘫𝘰 𝘴𝘶 𝘤𝘢𝘭𝘮𝘢 𝘦𝘹𝘵𝘦𝘳𝘪𝘰𝘳, 𝘦𝘴𝘤𝘰𝘯𝘥𝘦 𝘶𝘯 𝘵𝘰𝘳𝘣𝘦𝘭𝘭𝘪𝘯𝘰 𝘦𝘮𝘰𝘤𝘪𝘰𝘯𝘢𝘭 𝘮𝘢𝘳𝘤𝘢𝘥𝘰 𝘱𝘰𝘳 𝘱𝘦𝘯𝘴𝘢𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰𝘴 𝘦𝘳𝘳𝘢𝘵𝘪𝘤𝘰𝘴 𝘺 𝘳𝘢𝘴𝘵𝘳𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘤𝘰𝘳𝘳𝘶𝘱𝘤𝘪𝘰𝘯. 𝘚𝘶 𝘦𝘮𝘱𝘢𝘵𝘪𝘢 𝘭𝘢 𝘪𝘮𝘱𝘶𝘭𝘴𝘢 𝘢 𝘢𝘺𝘶𝘥𝘢𝘳 𝘦𝘯 𝘴𝘪𝘭𝘦𝘯𝘤𝘪𝘰, 𝘢𝘶𝘯𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘭 𝘵𝘳𝘢𝘶𝘮𝘢 𝘥𝘦 𝘴𝘶 𝘱𝘢𝘴𝘢𝘥𝘰 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘦 𝘲𝘶𝘦𝘣𝘳𝘢𝘳 𝘴𝘶 𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘰𝘭 𝘦𝘯 𝘮𝘰𝘮𝘦𝘯𝘵𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘵𝘦𝘯𝘴𝘪𝘰𝘯, 𝘳𝘦𝘷𝘦𝘭𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘥𝘦𝘴𝘵𝘦𝘭𝘭𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘶𝘯𝘢 𝘯𝘢𝘵𝘶𝘳𝘢𝘭𝘦𝘻𝘢 𝘮𝘢𝘴 𝘦𝘳𝘳𝘢𝘵𝘪𝘤𝘢 𝘺 𝘤𝘢𝘰𝘵𝘪𝘤𝘢.
[ 𝐇𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐞𝐧 𝐩𝐫𝐨𝐜𝐞𝐬𝐨. ]
𝙀𝙙𝙖𝙙: 27 𝘢ñ𝘰𝘴
𝙊𝙧𝙞𝙜𝙚𝙣: 𝘔𝘰𝘯𝘵𝘢ñ𝘢𝘴 𝘤𝘦𝘳𝘤𝘢 𝘥𝘦 𝘶𝘯𝘢 𝘤𝘪𝘶𝘥𝘢𝘥 𝘯𝘦𝘷𝘢𝘥𝘢 𝘭𝘭𝘢𝘮𝘢𝘥𝘰 𝘕𝘪𝘷𝘰𝘯𝘢.
𝙍𝙖𝙯𝙖: 𝘌𝘴 𝘶𝘯𝘢 𝘥𝘳𝘢𝘨𝘰𝘯𝘢𝘯𝘵𝘦, 𝘶𝘯𝘢 𝘮𝘦𝘴𝘵𝘪𝘻𝘢 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘥𝘳𝘢𝘨𝘰𝘯 𝘺 𝘩𝘶𝘮𝘢𝘯𝘰.
𝙊𝙧𝙞𝙚𝙣𝙩𝙖𝙘𝙞𝙤𝙣 𝙎𝙚𝙭𝙪𝙖𝙡: 𝘏𝘦𝘵𝘦𝘳𝘰𝘴𝘦𝘹𝘶𝘢𝘭.
𝙍𝙖𝙣𝙜𝙤: 𝘏𝘦𝘳𝘦𝘥𝘦𝘳𝘢 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘳𝘦𝘢𝘭𝘦𝘻𝘢, 𝘢𝘱𝘳𝘦𝘯𝘥𝘪𝘻 𝘥𝘦 𝘴𝘰𝘮𝘣𝘳𝘢𝘴.
𝙋𝙧𝙤𝙛𝙚𝙨𝙞𝙤𝙣: 𝘋𝘦𝘴𝘤𝘰𝘯𝘰𝘤𝘪𝘥𝘢, 𝘱𝘰𝘳 𝘢𝘩𝘰𝘳𝘢.
𝘿𝙚𝙨𝙘𝙧𝙞𝙥𝙘𝙞𝙤𝙣 𝙛𝙞𝙨𝙞𝙘𝙖: 𝘌𝘴 𝘶𝘯 𝘴𝘦𝘳 𝘥𝘦 𝘢𝘱𝘢𝘳𝘪𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢 𝘪𝘮𝘱𝘰𝘯𝘦𝘯𝘵𝘦, 𝘤𝘰𝘯 𝘰𝘫𝘰𝘴 𝘳𝘰𝘫𝘰𝘴 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘣𝘳𝘢𝘴𝘢𝘴 𝘢𝘳𝘥𝘪𝘦𝘯𝘵𝘦𝘴, 𝘱𝘪𝘦𝘭 𝘱𝘢𝘭𝘪𝘥𝘢 𝘴𝘢𝘭𝘱𝘪𝘤𝘢𝘥𝘢 𝘥𝘦 𝘦𝘴𝘤𝘢𝘮𝘢𝘴 𝘤𝘦𝘯𝘪𝘤𝘪𝘦𝘯𝘵𝘢𝘴, 𝘤𝘢𝘣𝘦𝘭𝘭𝘰 𝘥𝘦𝘴𝘰𝘳𝘥𝘦𝘯𝘢𝘥𝘰, 𝘺 𝘥𝘰𝘴 𝘤𝘶𝘦𝘳𝘯𝘰𝘴 𝘳𝘶𝘨𝘰𝘴𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘯𝘮𝘢𝘳𝘤𝘢𝘯 𝘴𝘶 𝘳𝘰𝘴𝘵𝘳𝘰 𝘦𝘯𝘥𝘶𝘳𝘦𝘤𝘪𝘥𝘰. 𝘚𝘶 𝘷𝘦𝘴𝘵𝘪𝘮𝘦𝘯𝘵𝘢 𝘰𝘴𝘤𝘶𝘳𝘢, 𝘤𝘰𝘯 𝘥𝘦𝘵𝘢𝘭𝘭𝘦𝘴 𝘮𝘦𝘵𝘢𝘭𝘪𝘤𝘰𝘴 𝘺 𝘵𝘰𝘯𝘰𝘴 𝘤𝘢𝘳𝘮𝘦𝘴𝘪, 𝘢𝘤𝘦𝘯𝘵𝘶𝘢𝘯 𝘴𝘶 𝘯𝘢𝘵𝘶𝘳𝘢𝘭𝘦𝘻𝘢 𝘩𝘪𝘣𝘳𝘪𝘥𝘢 𝘺 𝘴𝘰𝘮𝘣𝘳𝘪𝘢.
𝙋𝙚𝙧𝙨𝙤𝙣𝙖𝙡𝙞𝙙𝙖𝙙: 𝘚𝘦𝘳𝘦𝘯𝘢 𝘺 𝘱𝘳𝘶𝘥𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘦𝘯 𝘢𝘱𝘢𝘳𝘪𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢, 𝘦𝘴𝘱𝘦𝘤𝘪𝘢𝘭𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘤𝘰𝘯 𝘦𝘹𝘵𝘳𝘢ñ𝘰𝘴, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘤𝘰𝘯 𝘢𝘲𝘶𝘦𝘭𝘭𝘰𝘴 𝘦𝘯 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘯𝘦𝘴 𝘤𝘰𝘯𝘧𝘪𝘢 𝘮𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘢 𝘤𝘢𝘭𝘪𝘥𝘦𝘻 𝘺 𝘢𝘮𝘢𝘣𝘪𝘭𝘪𝘥𝘢𝘥. 𝘉𝘢𝘫𝘰 𝘴𝘶 𝘤𝘢𝘭𝘮𝘢 𝘦𝘹𝘵𝘦𝘳𝘪𝘰𝘳, 𝘦𝘴𝘤𝘰𝘯𝘥𝘦 𝘶𝘯 𝘵𝘰𝘳𝘣𝘦𝘭𝘭𝘪𝘯𝘰 𝘦𝘮𝘰𝘤𝘪𝘰𝘯𝘢𝘭 𝘮𝘢𝘳𝘤𝘢𝘥𝘰 𝘱𝘰𝘳 𝘱𝘦𝘯𝘴𝘢𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰𝘴 𝘦𝘳𝘳𝘢𝘵𝘪𝘤𝘰𝘴 𝘺 𝘳𝘢𝘴𝘵𝘳𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘤𝘰𝘳𝘳𝘶𝘱𝘤𝘪𝘰𝘯. 𝘚𝘶 𝘦𝘮𝘱𝘢𝘵𝘪𝘢 𝘭𝘢 𝘪𝘮𝘱𝘶𝘭𝘴𝘢 𝘢 𝘢𝘺𝘶𝘥𝘢𝘳 𝘦𝘯 𝘴𝘪𝘭𝘦𝘯𝘤𝘪𝘰, 𝘢𝘶𝘯𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘭 𝘵𝘳𝘢𝘶𝘮𝘢 𝘥𝘦 𝘴𝘶 𝘱𝘢𝘴𝘢𝘥𝘰 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘦 𝘲𝘶𝘦𝘣𝘳𝘢𝘳 𝘴𝘶 𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘰𝘭 𝘦𝘯 𝘮𝘰𝘮𝘦𝘯𝘵𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘵𝘦𝘯𝘴𝘪𝘰𝘯, 𝘳𝘦𝘷𝘦𝘭𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘥𝘦𝘴𝘵𝘦𝘭𝘭𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘶𝘯𝘢 𝘯𝘢𝘵𝘶𝘳𝘢𝘭𝘦𝘻𝘢 𝘮𝘢𝘴 𝘦𝘳𝘳𝘢𝘵𝘪𝘤𝘢 𝘺 𝘤𝘢𝘰𝘵𝘪𝘤𝘢.
[ 𝐇𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐞𝐧 𝐩𝐫𝐨𝐜𝐞𝐬𝐨. ]
- Tipo de personaje
2D - Longitud narrativa
Una línea , Semi-párrafo , Párrafo , Multi-párrafo , Novela - Categorías de rol
Acción , Aventura , Ciencia ficción , Comedia , Contemporáneo , Drama , Fantasía , Romance , Slice of Life , Suspenso , Original , Otros , Terror , Videojuegos , NSFW (+18)
Fijado
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- 𝕄𝕠𝕟𝕠𝕣𝕠𝕝
𝘌𝘭 𝘥𝘦𝘴𝘱𝘦𝘳𝘵𝘢𝘳.
El letargo era un refugio y una prisión. En la vasta oscuridad de su interior, Zaryna flotaba, como una hoja atrapada en aguas quietas, incapaz de moverse hacia la superficie. Había cedido, no por cobardía, sino por necesidad. La chispa de humanidad que aún ardía en su corazón estaba al borde de extinguirse, y su última acción antes de entregarse al sueño fue protegerla, ocultándola tras las garras de Myrrh, su padre y protector, ahora tan contaminado como ella.
—Dormiré... —Se había dicho entonces.— ...Hasta que la escarcha en mi alma vuelva a sentir algo más que este vacío. —Pero el vacío no se llenó, ni la calma llegó con el sueño. A través del letargo, Zaryna era una sombra atrapada en su propio ser, observando con horror cómo Myrrh desataba su furia en el castillo que había sido su cárcel. Las llamas de su corrupción y su dolor consumieron las paredes y las almas que una vez la atormentaron. Había justicia en ese caos, pero también había desesperación.
Meses, o quizá años, pasaron sin medida mientras Myrrh caminaba entre los escombros humeantes, portando el cuerpo de Zaryna como una armadura fracturada. Las huellas que dejaban eran tanto suyas como de él, marcadas por escamas quebradas y ceniza que caía como polvo en un paisaje de ruinas. Y aunque la libertad era dulce, sabía que también era incompleta. La corrupción era una jaula que ni siquiera el caos de Myrrh podía romper.
Fue entonces, cuando el tiempo había perdido su forma y los ecos del castillo destruido eran un susurro lejano, que algo la despertó. Al principio, fue un tirón en su conciencia, como un leve movimiento en un lago helado. Una voz, ajena y desconocida, atravesó la neblina. No era una llamada brusca ni un grito, sino un murmullo cargado de intención.
—Despierta.
La palabra penetró las capas de su letargo, reverberando como una campana en un sueño profundo. Al principio, Zaryna resistió. Volver significaba enfrentar el dolor que había tratado de enterrar. Significaba abrir los ojos a un mundo que ya no podía reconocer y a una versión de sí misma que no quería aceptar.
—Despierta. —Insistió la voz, más firme esta vez, pero sin perder la calma.
Finalmente, fue Myrrh quien cedió primero. La presencia del dragón se retiró como una tormenta apaciguándose, dejando espacio para que Zaryna emergiera. Su despertar fue lento y doloroso, como el hielo resquebrajándose tras un invierno interminable. Sintio primero el peso de su cuerpo, luego el aire pesado y cargado de ceniza, y finalmente la conciencia completa. Sus ojos, rojos como brasas dormidas, se abrieron con dificultad.
La figura ante ella era desconocida, una silueta envuelta en una capa de sombras que parecía casi un espectro entre las ruinas.
—Eres tú. —Dijo la figura, su voz cargada de significado que Zaryna no podía descifrar de inmediato.
Ella no respondió de inmediato. Todavía estaba reuniendo los fragmentos de su ser, intentando comprender dónde terminaba ella y comenzaba la corrupción que había impregnado cada parte de su alma.
—¿Por qué? —Fue todo lo que logró decir, su voz ronca, como si hubiera olvidado cómo hablar.
La figura no respondió, al menos no con palabras. Extendieron una mano hacia ella, un gesto que no era de mando ni de amenaza, sino de algo más profundo: comprensión. En ese instante, Zaryna sintió algo que no había sentido en mucho tiempo: duda, no sobre sí misma, sino sobre el mundo a su alrededor. Quién era esta figura y por qué había llegado hasta ella era un misterio que no sabía si queria resolver.
Por ahora, el letargo había terminado, y con ello, el comienzo de algo nuevo, incierto y cargado de posibilidades que no estaba segura de querer enfrentar. Pero no había otra opción. La chispa de humanidad en su interior había parpadeado, y aunque débil, aún ardía.𝕄𝕠𝕟𝕠𝕣𝕠𝕝 𝘌𝘭 𝘥𝘦𝘴𝘱𝘦𝘳𝘵𝘢𝘳. El letargo era un refugio y una prisión. En la vasta oscuridad de su interior, Zaryna flotaba, como una hoja atrapada en aguas quietas, incapaz de moverse hacia la superficie. Había cedido, no por cobardía, sino por necesidad. La chispa de humanidad que aún ardía en su corazón estaba al borde de extinguirse, y su última acción antes de entregarse al sueño fue protegerla, ocultándola tras las garras de Myrrh, su padre y protector, ahora tan contaminado como ella. —Dormiré... —Se había dicho entonces.— ...Hasta que la escarcha en mi alma vuelva a sentir algo más que este vacío. —Pero el vacío no se llenó, ni la calma llegó con el sueño. A través del letargo, Zaryna era una sombra atrapada en su propio ser, observando con horror cómo Myrrh desataba su furia en el castillo que había sido su cárcel. Las llamas de su corrupción y su dolor consumieron las paredes y las almas que una vez la atormentaron. Había justicia en ese caos, pero también había desesperación. Meses, o quizá años, pasaron sin medida mientras Myrrh caminaba entre los escombros humeantes, portando el cuerpo de Zaryna como una armadura fracturada. Las huellas que dejaban eran tanto suyas como de él, marcadas por escamas quebradas y ceniza que caía como polvo en un paisaje de ruinas. Y aunque la libertad era dulce, sabía que también era incompleta. La corrupción era una jaula que ni siquiera el caos de Myrrh podía romper. Fue entonces, cuando el tiempo había perdido su forma y los ecos del castillo destruido eran un susurro lejano, que algo la despertó. Al principio, fue un tirón en su conciencia, como un leve movimiento en un lago helado. Una voz, ajena y desconocida, atravesó la neblina. No era una llamada brusca ni un grito, sino un murmullo cargado de intención. —Despierta. La palabra penetró las capas de su letargo, reverberando como una campana en un sueño profundo. Al principio, Zaryna resistió. Volver significaba enfrentar el dolor que había tratado de enterrar. Significaba abrir los ojos a un mundo que ya no podía reconocer y a una versión de sí misma que no quería aceptar. —Despierta. —Insistió la voz, más firme esta vez, pero sin perder la calma. Finalmente, fue Myrrh quien cedió primero. La presencia del dragón se retiró como una tormenta apaciguándose, dejando espacio para que Zaryna emergiera. Su despertar fue lento y doloroso, como el hielo resquebrajándose tras un invierno interminable. Sintio primero el peso de su cuerpo, luego el aire pesado y cargado de ceniza, y finalmente la conciencia completa. Sus ojos, rojos como brasas dormidas, se abrieron con dificultad. La figura ante ella era desconocida, una silueta envuelta en una capa de sombras que parecía casi un espectro entre las ruinas. —Eres tú. —Dijo la figura, su voz cargada de significado que Zaryna no podía descifrar de inmediato. Ella no respondió de inmediato. Todavía estaba reuniendo los fragmentos de su ser, intentando comprender dónde terminaba ella y comenzaba la corrupción que había impregnado cada parte de su alma. —¿Por qué? —Fue todo lo que logró decir, su voz ronca, como si hubiera olvidado cómo hablar. La figura no respondió, al menos no con palabras. Extendieron una mano hacia ella, un gesto que no era de mando ni de amenaza, sino de algo más profundo: comprensión. En ese instante, Zaryna sintió algo que no había sentido en mucho tiempo: duda, no sobre sí misma, sino sobre el mundo a su alrededor. Quién era esta figura y por qué había llegado hasta ella era un misterio que no sabía si queria resolver. Por ahora, el letargo había terminado, y con ello, el comienzo de algo nuevo, incierto y cargado de posibilidades que no estaba segura de querer enfrentar. Pero no había otra opción. La chispa de humanidad en su interior había parpadeado, y aunque débil, aún ardía. - 𝓩𝓪𝓻𝔂𝓷𝓪, 𝓣𝓱𝓮 𝓕𝓻𝓸𝓼𝓽𝓯𝓪𝓵𝓵𝓮𝓷♦ Nombre Completo: Zaryna Midjerbrom Sarensdottir. Hjalfrimm, o más bien Myrrh, es el nombre del alma dracónica que lleva dentro. ♦ Apodo: Ina, Zary, Ryn y Frosty son los más comunes, aunque entre gente desconocida se ha ganado el título de ‘‘Escarcha Negra’’ (Blackfrost). ♦ Edad: 25 años al comienzo de todo,...
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