• El estruendo del tribunal divino era como un océano desatado. Cientos de tronos resplandecientes se alzaban en círculo, cada uno ocupado por deidades antiguas, guardianes del equilibrio entre mundos. Allí estaba ella, **Yurei Veyrith**, arrastrada entre cadenas de luz que quemaban su piel etérea, aunque no la reducían al silencio.

    La habían acusado de lo imperdonable: descender a la Tierra sin permiso, tocar la fragilidad de los mortales, reír y llorar entre ellos, **vivir como si fuera una de ellos**. Aquello que los dioses llamaban traición, para ella había sido redención.

    —Has profanado el pacto —tronó **Zeus**, su voz retumbando como mil tormentas.
    —La Tierra no es tu morada —sentenció **Hera**, su mirada de hielo atravesándola como dagas.
    —Serás condenada a errar entre mundos, nunca pertenecer a ninguno —decretó **Anubis**, levantando una balanza ardiente donde su alma parecía tambalearse.

    Yurei, de rodillas, levantó el rostro. Sus ojos, grises como neblina, brillaban con un desafío implacable.
    —No me arrepiento. Ustedes olvidaron lo que significa sentir. Los mortales conocen la belleza de la caída, del sacrificio, del amor. Y si debo pagar por recordárselos, lo haré.

    Los dioses rugieron indignados. Cadenas de fuego divino se enroscaron en torno a su cuerpo y un círculo de runas comenzó a sellarse en el suelo. El castigo era inminente.

    Pero en medio de aquel coro de furia, algunas miradas permanecían en silencio.

    **Atenea**, con sus ojos de sabiduría, ladeó apenas la cabeza. **Hades**, señor del Inframundo, permanecía inexpresivo, aunque una chispa de simpatía cruzaba sus labios sombríos. Y entre las sombras, **Loki**, con sonrisa torcida, parecía disfrutar demasiado del espectáculo.

    Cuando las cadenas descendieron para sellarla en el limbo eterno, fue Atenea quien habló con calma, interrumpiendo el decreto:
    —El juicio no debe olvidar la virtud. Si la castigamos sin más, perderemos la lección que ella trajo de los mortales.

    Zeus fulminó a su hija con la mirada, pero la diosa no retrocedió. Fue entonces que Loki dio un paso adelante, riendo entre dientes.
    —¿De verdad vais a encadenarla? Qué aburrido. Yo digo que una jaula no puede contener a alguien que sabe cómo romperla.

    El suelo tembló. Un susurro recorrió el aire: Yurei no estaba sola.

    En medio del caos, **Hades** levantó discretamente su mano, y las sombras se extendieron como un río de tinta, debilitando por un instante las cadenas que la apresaban. Atenea inclinó su lanza y rompió el círculo de runas, apenas lo suficiente para abrir una fisura. Y Loki, con un gesto burlón, creó un espejismo que confundió a los guardias divinos.

    —Corre, pequeña fantasma —susurró el dios embaucador—. El cielo nunca fue solo de ellos.

    El cuerpo de Yurei ardía, pero la libertad era más fuerte que el dolor. Se levantó entre chispas de fuego divino, extendiendo sus alas translúcidas, y con un rugido que era mitad lamento, mitad desafío, se lanzó a través de la grieta abierta.

    Los dioses clamaron. Rayos y cadenas intentaron alcanzarla, pero las sombras de Hades la protegieron, el escudo de Atenea desvió los golpes, y las ilusiones de Loki confundieron el espacio mismo. Entre caos y relámpagos, Yurei atravesó el firmamento, dejando tras de sí un eco de campanas rotas.

    Al fin, el cielo nocturno la recibió de nuevo. No como prisionera, sino como fugitiva, como sobreviviente. Se alzó sobre las estrellas, sintiendo el viento celeste recorrerla, y por primera vez en mucho tiempo, sonrió de verdad.

    Atenea apareció en un destello de plata, mirándola con serenidad.
    —No abuses de esta oportunidad, Yurei. Si vuelves a caer, nadie podrá salvarte.

    Hades emergió de la penumbra, su voz grave como la tumba:
    —El mundo necesita fantasmas que recuerden a los dioses lo que ellos olvidaron. Esa será tu lugar.

    Y Loki, como siempre, se limitó a reír, desvaneciéndose en chispas de fuego verde:
    —Nos veremos pronto, pequeña transgresora. La rebeldía te sienta bien.

    Así, contra toda sentencia, **Yurei Veyrith volvió al cielo**. No como esclava ni como exiliada, sino como un recordatorio viviente de que incluso los dioses pueden ser desafiados.

    Y desde ese día, su nombre quedó escrito entre susurros prohibidos, en las plegarias de los mortales que soñaban con tocar el cielo.

    El juicio había sido brutal, una tormenta de voces divinas que rugían contra ella. Las cadenas de luz aún ardían en su piel, recordándole que no era bienvenida ni en el cielo ni en el inframundo. Pero cuando Atenea rompió el sello, cuando Loki distorsionó las formas del tribunal y Hades abrió un camino entre las sombras, Yurei no voló hacia el firmamento. **Eligió la caída.**

    El cielo se desgarró como un espejo roto, y ella descendió en espiral entre relámpagos y fuego. La Tierra la llamó como un corazón latiendo bajo sus pies. Su cuerpo atravesó la noche y emergió en un bosque, donde los árboles temblaron al sentir la presencia de algo que no pertenecía del todo a ese mundo.

    Cayó de rodillas sobre la hierba húmeda, jadeante. Su respiración era vapor plateado, y sus alas translúcidas se disolvieron en la bruma. El aire olía a lluvia y tierra, un contraste absoluto con el mármol estéril del tribunal celestial.

    —Aquí pertenezco —susurró, acariciando el suelo con los dedos—. Entre ellos. Entre los mortales.

    No estaba sola. Una sombra se materializó a su lado. Hades, aunque no podía quedarse, le había dejado un fragmento de su poder: una gema oscura que palpitaba como un corazón.
    —Con esto podrás esconderte de los ojos del Olimpo. Úsalo bien, Yurei.

    La gema se incrustó en su piel como si siempre hubiera sido parte de ella. Y de inmediato, el lazo que la ataba al juicio se desvaneció.

    Poco después, entre los árboles, una figura esbelta emergió: **Atenea**, envuelta en luz de luna, se inclinó hacia ella.
    —Te salvamos, pero el precio es alto. No podrás regresar al cielo. Zeus jamás lo permitiría. Aquí tendrás tu segunda oportunidad, y también tu mayor peligro.

    Y en un destello, desapareció.

    El viento cambió, y con él llegó la risa burlona de **Loki**, que se deslizó como un espejismo sobre la superficie del río cercano.
    —Oh, pequeña fugitiva. Ahora el tablero es tuyo. Haz temblar la Tierra, enamora, destruye, vive… Yo vendré a mirar el caos cuando menos lo esperes.

    Y también se desvaneció, dejando tras de sí el aroma a humo y azufre.

    Yurei permaneció sola bajo la noche. Pero no era una soledad amarga: era libertad. El rumor del bosque la acogía, los mortales dormían en sus aldeas cercanas, ajenos a que un espíritu caído caminaba de nuevo entre ellos.

    Con pasos lentos, empezó a andar hacia las luces lejanas de un pueblo. No sería fácil: la vigilarían, la cazarían, y los dioses no olvidarían. Pero había vuelto al único lugar donde su corazón podía latir.

    La Tierra era su condena, pero también su refugio.
    Y, mientras la bruma cubría el cielo, **Yurei Veyrith sonrió con la certeza de que ningún castigo divino le arrebataría jamás su deseo de vivir como humana**.
    El estruendo del tribunal divino era como un océano desatado. Cientos de tronos resplandecientes se alzaban en círculo, cada uno ocupado por deidades antiguas, guardianes del equilibrio entre mundos. Allí estaba ella, **Yurei Veyrith**, arrastrada entre cadenas de luz que quemaban su piel etérea, aunque no la reducían al silencio. La habían acusado de lo imperdonable: descender a la Tierra sin permiso, tocar la fragilidad de los mortales, reír y llorar entre ellos, **vivir como si fuera una de ellos**. Aquello que los dioses llamaban traición, para ella había sido redención. —Has profanado el pacto —tronó **Zeus**, su voz retumbando como mil tormentas. —La Tierra no es tu morada —sentenció **Hera**, su mirada de hielo atravesándola como dagas. —Serás condenada a errar entre mundos, nunca pertenecer a ninguno —decretó **Anubis**, levantando una balanza ardiente donde su alma parecía tambalearse. Yurei, de rodillas, levantó el rostro. Sus ojos, grises como neblina, brillaban con un desafío implacable. —No me arrepiento. Ustedes olvidaron lo que significa sentir. Los mortales conocen la belleza de la caída, del sacrificio, del amor. Y si debo pagar por recordárselos, lo haré. Los dioses rugieron indignados. Cadenas de fuego divino se enroscaron en torno a su cuerpo y un círculo de runas comenzó a sellarse en el suelo. El castigo era inminente. Pero en medio de aquel coro de furia, algunas miradas permanecían en silencio. **Atenea**, con sus ojos de sabiduría, ladeó apenas la cabeza. **Hades**, señor del Inframundo, permanecía inexpresivo, aunque una chispa de simpatía cruzaba sus labios sombríos. Y entre las sombras, **Loki**, con sonrisa torcida, parecía disfrutar demasiado del espectáculo. Cuando las cadenas descendieron para sellarla en el limbo eterno, fue Atenea quien habló con calma, interrumpiendo el decreto: —El juicio no debe olvidar la virtud. Si la castigamos sin más, perderemos la lección que ella trajo de los mortales. Zeus fulminó a su hija con la mirada, pero la diosa no retrocedió. Fue entonces que Loki dio un paso adelante, riendo entre dientes. —¿De verdad vais a encadenarla? Qué aburrido. Yo digo que una jaula no puede contener a alguien que sabe cómo romperla. El suelo tembló. Un susurro recorrió el aire: Yurei no estaba sola. En medio del caos, **Hades** levantó discretamente su mano, y las sombras se extendieron como un río de tinta, debilitando por un instante las cadenas que la apresaban. Atenea inclinó su lanza y rompió el círculo de runas, apenas lo suficiente para abrir una fisura. Y Loki, con un gesto burlón, creó un espejismo que confundió a los guardias divinos. —Corre, pequeña fantasma —susurró el dios embaucador—. El cielo nunca fue solo de ellos. El cuerpo de Yurei ardía, pero la libertad era más fuerte que el dolor. Se levantó entre chispas de fuego divino, extendiendo sus alas translúcidas, y con un rugido que era mitad lamento, mitad desafío, se lanzó a través de la grieta abierta. Los dioses clamaron. Rayos y cadenas intentaron alcanzarla, pero las sombras de Hades la protegieron, el escudo de Atenea desvió los golpes, y las ilusiones de Loki confundieron el espacio mismo. Entre caos y relámpagos, Yurei atravesó el firmamento, dejando tras de sí un eco de campanas rotas. Al fin, el cielo nocturno la recibió de nuevo. No como prisionera, sino como fugitiva, como sobreviviente. Se alzó sobre las estrellas, sintiendo el viento celeste recorrerla, y por primera vez en mucho tiempo, sonrió de verdad. Atenea apareció en un destello de plata, mirándola con serenidad. —No abuses de esta oportunidad, Yurei. Si vuelves a caer, nadie podrá salvarte. Hades emergió de la penumbra, su voz grave como la tumba: —El mundo necesita fantasmas que recuerden a los dioses lo que ellos olvidaron. Esa será tu lugar. Y Loki, como siempre, se limitó a reír, desvaneciéndose en chispas de fuego verde: —Nos veremos pronto, pequeña transgresora. La rebeldía te sienta bien. Así, contra toda sentencia, **Yurei Veyrith volvió al cielo**. No como esclava ni como exiliada, sino como un recordatorio viviente de que incluso los dioses pueden ser desafiados. Y desde ese día, su nombre quedó escrito entre susurros prohibidos, en las plegarias de los mortales que soñaban con tocar el cielo. El juicio había sido brutal, una tormenta de voces divinas que rugían contra ella. Las cadenas de luz aún ardían en su piel, recordándole que no era bienvenida ni en el cielo ni en el inframundo. Pero cuando Atenea rompió el sello, cuando Loki distorsionó las formas del tribunal y Hades abrió un camino entre las sombras, Yurei no voló hacia el firmamento. **Eligió la caída.** El cielo se desgarró como un espejo roto, y ella descendió en espiral entre relámpagos y fuego. La Tierra la llamó como un corazón latiendo bajo sus pies. Su cuerpo atravesó la noche y emergió en un bosque, donde los árboles temblaron al sentir la presencia de algo que no pertenecía del todo a ese mundo. Cayó de rodillas sobre la hierba húmeda, jadeante. Su respiración era vapor plateado, y sus alas translúcidas se disolvieron en la bruma. El aire olía a lluvia y tierra, un contraste absoluto con el mármol estéril del tribunal celestial. —Aquí pertenezco —susurró, acariciando el suelo con los dedos—. Entre ellos. Entre los mortales. No estaba sola. Una sombra se materializó a su lado. Hades, aunque no podía quedarse, le había dejado un fragmento de su poder: una gema oscura que palpitaba como un corazón. —Con esto podrás esconderte de los ojos del Olimpo. Úsalo bien, Yurei. La gema se incrustó en su piel como si siempre hubiera sido parte de ella. Y de inmediato, el lazo que la ataba al juicio se desvaneció. Poco después, entre los árboles, una figura esbelta emergió: **Atenea**, envuelta en luz de luna, se inclinó hacia ella. —Te salvamos, pero el precio es alto. No podrás regresar al cielo. Zeus jamás lo permitiría. Aquí tendrás tu segunda oportunidad, y también tu mayor peligro. Y en un destello, desapareció. El viento cambió, y con él llegó la risa burlona de **Loki**, que se deslizó como un espejismo sobre la superficie del río cercano. —Oh, pequeña fugitiva. Ahora el tablero es tuyo. Haz temblar la Tierra, enamora, destruye, vive… Yo vendré a mirar el caos cuando menos lo esperes. Y también se desvaneció, dejando tras de sí el aroma a humo y azufre. Yurei permaneció sola bajo la noche. Pero no era una soledad amarga: era libertad. El rumor del bosque la acogía, los mortales dormían en sus aldeas cercanas, ajenos a que un espíritu caído caminaba de nuevo entre ellos. Con pasos lentos, empezó a andar hacia las luces lejanas de un pueblo. No sería fácil: la vigilarían, la cazarían, y los dioses no olvidarían. Pero había vuelto al único lugar donde su corazón podía latir. La Tierra era su condena, pero también su refugio. Y, mientras la bruma cubría el cielo, **Yurei Veyrith sonrió con la certeza de que ningún castigo divino le arrebataría jamás su deseo de vivir como humana**.
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  • ¡HEY, FICROLERS 3D!
    ¡Un nuevo personaje 3D viene pisando fuerte!

    Hoy damos la bienvenida a...

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ¡[lunar_copper_squirrel_115]!
    Fría, calculadora y brillante, domina el arte de la persuasión y la manipulación en la corte. Belleza de sirena y mente de estratega, implacable como una jugada final en el tablero del poder. Universo de Juego de Tronos.



    ¡Bienvenid@ a FicRol! Nos alegra tenerte entre nosotros y esperamos que disfrutes mucho explorando historias, creando conexiones y dando vida a tu personaje en este rincón tan creativo.

    Yo soy Caroline, tu RolSage, algo así como tu guía en el mundo de los Personajes 3D. Si tienes dudas, necesitas ayuda o simplemente quieres charlar, mis DMs están abiertos. Además, en mi fanpage encontrarás guías súper detalladas sobre el funcionamiento de FicRol. ¡Dale like para no perderte nada!

    Antes de lanzarte de lleno, te dejo algunos recursos que te pueden venir de maravilla para empezar con buen pie:

    Normas básicas del de la plataforma:
    https://ficrol.com/static/guidelines

    Guías detalladas sobre cómo funciona todo por aquí:
    https://ficrol.com/blogs/147711/ÍNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS

    Grupo exclusivo para Personajes 3D:
    https://ficrol.com/groups/Personajes3D

    Directorios para encontrar personajes y fandoms afines
    Directorio de Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS
    Fandoms disponibles en FicRol: https://ficrol.com/blogs/151304/FANDOMS-PERSONAJES-3D-EN-FICROL

    ¿Quieres mejorar tu escritura o narración?
    https://ficrol.com/pages/RinconEscritor


    ¡Recuerda que puedes escribirme si necesitas cualquier cosita! ¡Nos vemos en el rol!

    #RolSage3D #Personajes3D #Bienvenida3D #Comunidad3D
    ✨ ¡HEY, FICROLERS 3D! ✨ ¡Un nuevo personaje 3D viene pisando fuerte! 🎉 Hoy damos la bienvenida a... ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ¡[lunar_copper_squirrel_115]! Fría, calculadora y brillante, domina el arte de la persuasión y la manipulación en la corte. Belleza de sirena y mente de estratega, implacable como una jugada final en el tablero del poder. Universo de Juego de Tronos. 👋 ¡Bienvenid@ a FicRol! Nos alegra tenerte entre nosotros y esperamos que disfrutes mucho explorando historias, creando conexiones y dando vida a tu personaje en este rincón tan creativo. 🧙‍♀️ Yo soy Caroline, tu RolSage, algo así como tu guía en el mundo de los Personajes 3D. Si tienes dudas, necesitas ayuda o simplemente quieres charlar, mis DMs están abiertos. Además, en mi fanpage encontrarás guías súper detalladas sobre el funcionamiento de FicRol. ¡Dale like para no perderte nada! 🧭 Antes de lanzarte de lleno, te dejo algunos recursos que te pueden venir de maravilla para empezar con buen pie: 📌 Normas básicas del de la plataforma: 🔗 https://ficrol.com/static/guidelines 👩‍🏫 Guías detalladas sobre cómo funciona todo por aquí: 🔗 https://ficrol.com/blogs/147711/ÍNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS 👥 Grupo exclusivo para Personajes 3D: 🔗 https://ficrol.com/groups/Personajes3D 📚 Directorios para encontrar personajes y fandoms afines 🔗 Directorio de Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS 🔗 Fandoms disponibles en FicRol: https://ficrol.com/blogs/151304/FANDOMS-PERSONAJES-3D-EN-FICROL 📝 ¿Quieres mejorar tu escritura o narración? 🔗 https://ficrol.com/pages/RinconEscritor ¡Recuerda que puedes escribirme si necesitas cualquier cosita! ¡Nos vemos en el rol! 🚀🔥 #RolSage3D #Personajes3D #Bienvenida3D #Comunidad3D
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  • Crónica de una metamorfosis 3D

    En el mundo de los personajes 3D, a veces no se trata de despedirse… sino de transformarse.

    Hoy, uno de los miembros de nuestra familia ha decidido dar un giro a su historia: ⸻「 𝐋𝐀𝐃𝐘 𝑉𝐸𝐿𝐴𝑅𝑌𝑂𝑁 」 deja atrás su antigua versión para renacer como un nuevo personaje, esta vez un personaje OC de Juego de Tronos con nuevas aventuras y oportunidades por delante.

    Desde aquí le damos una re - bienvenida enorme a esta nueva etapa, recordándole que, sin importar la forma 3D que tome, siempre será parte de nuestra familia.


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    💫 Crónica de una metamorfosis 3D 💫 En el mundo de los personajes 3D, a veces no se trata de despedirse… sino de transformarse. Hoy, uno de los miembros de nuestra familia ha decidido dar un giro a su historia: [C4STAMERERAIN] deja atrás su antigua versión para renacer como un nuevo personaje, esta vez un personaje OC de Juego de Tronos con nuevas aventuras y oportunidades por delante. Desde aquí le damos una re - bienvenida enorme a esta nueva etapa, recordándole que, sin importar la forma 3D que tome, siempre será parte de nuestra familia. 💖✨ #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • La diosa que olvidó su libertad
    Primera parte

    En lo alto del Olimpo, donde las nubes rozan las columnas de mármol y el tiempo parece estancado entre susurros del pasado, aún arde una llama...

    Sentada junto a su altar, Hestia contempla la antigua flama danzar con ritmo calmo, como un corazón que late muy despacio. Ella Viste con sencillez clásica y dignidad inmortal: una túnica blanca con ribetes dorados, son hojas de laureles dorados los que adornan su cabello rojo largo y casi rizado, Su mirada, sin embargo, ya no brilla con la fuerza de antaño.

    Los humanos ya no elevan plegarias en su nombre. Nadie construye templos en su honor. En una era de ruido y pantallas, ¿quién necesita el fuego del hogar cuando hay luces eléctricas y hornos automáticos?

    Los demás dioses han abandonado los antiguos tronos. Algunos vagan entre los mortales, disfrazados; otros han elegido desaparecer por completo. Solo ella permanece. La tía solterona del Olimpo, como alguna vez se burló Hermes entre risas. Ella no se ofendió. Después de todo es verdad.

    Pero esa paz eterna comenzaba a sentirse como una prisión. La inmortalidad se volvía pesada cuando no había propósito. Y el fuego... el fuego parecía más tenue cada día.

    Fue entonces cuando ocurrió.

    Un eco cruzó los cielos. Era algo nuevo. Un sonido metálico que la diosa no había escuchado antes, era
    ..sinfónico…enérgico…. impregnado de emocion. Es la primera vez que la diosa hestia escucha el sonido…de una guitarra eléctrica, apenas un susurro al principio, pero con un alma tan viva que la diosa se irguió.

    Sus ojos se abrieron con sorpresa.
    No era una alucinación. Era una señal.

    Un susurro cálido le recorrió el pecho, donde aún ardía una chispa de su fuego sagrado.
    —¿Qué fue eso...? —murmuró, de pie ante la flama que parecía avivarse con ese nuevo sonido.

    Por primera vez en siglos, Hestia sintió curiosidad. Esa sensación, el sonido de esa…cosa… entraba como un eco lejano a su oído, con muy poco volumen porque venía desde muy lejos pero sentía que comenzaba a alterar directamente el lento ritmo de su corazón…

    La llama frente a ella parpadeó, y en su reflejo vio una ciudad del mundo mortal: luces de neón, calles oscuras, una tienda diminuta de la que brotaba esa música tan poderosa... y una figura joven, humana ..vestida de negro…el sonido…viene directo de un artefacto de esa humana, el artefacto se conecta directo a los oídos de la humana a través de unos audífonos

    —Quizá... solo un vistazo.
    Y entonces descendió. No como un relámpago, ni como una aparición majestuosa, sino como el calor invisible que precede a una chispa, la diosa descuida un poco su discreción...esa noche muchos humanos vieron en el cielo nocturno despejado algo parecido a una estrella fugas roja con estela de fuego que cae muy lejos en el orizonte, fácilmente confundida con un meteorito común y sin darle más importancia…

    (Continuara ...)
    La diosa que olvidó su libertad Primera parte En lo alto del Olimpo, donde las nubes rozan las columnas de mármol y el tiempo parece estancado entre susurros del pasado, aún arde una llama... Sentada junto a su altar, Hestia contempla la antigua flama danzar con ritmo calmo, como un corazón que late muy despacio. Ella Viste con sencillez clásica y dignidad inmortal: una túnica blanca con ribetes dorados, son hojas de laureles dorados los que adornan su cabello rojo largo y casi rizado, Su mirada, sin embargo, ya no brilla con la fuerza de antaño. Los humanos ya no elevan plegarias en su nombre. Nadie construye templos en su honor. En una era de ruido y pantallas, ¿quién necesita el fuego del hogar cuando hay luces eléctricas y hornos automáticos? Los demás dioses han abandonado los antiguos tronos. Algunos vagan entre los mortales, disfrazados; otros han elegido desaparecer por completo. Solo ella permanece. La tía solterona del Olimpo, como alguna vez se burló Hermes entre risas. Ella no se ofendió. Después de todo es verdad. Pero esa paz eterna comenzaba a sentirse como una prisión. La inmortalidad se volvía pesada cuando no había propósito. Y el fuego... el fuego parecía más tenue cada día. Fue entonces cuando ocurrió. Un eco cruzó los cielos. Era algo nuevo. Un sonido metálico que la diosa no había escuchado antes, era ..sinfónico…enérgico…. impregnado de emocion. Es la primera vez que la diosa hestia escucha el sonido…de una guitarra eléctrica, apenas un susurro al principio, pero con un alma tan viva que la diosa se irguió. Sus ojos se abrieron con sorpresa. No era una alucinación. Era una señal. Un susurro cálido le recorrió el pecho, donde aún ardía una chispa de su fuego sagrado. —¿Qué fue eso...? —murmuró, de pie ante la flama que parecía avivarse con ese nuevo sonido. Por primera vez en siglos, Hestia sintió curiosidad. Esa sensación, el sonido de esa…cosa… entraba como un eco lejano a su oído, con muy poco volumen porque venía desde muy lejos pero sentía que comenzaba a alterar directamente el lento ritmo de su corazón… La llama frente a ella parpadeó, y en su reflejo vio una ciudad del mundo mortal: luces de neón, calles oscuras, una tienda diminuta de la que brotaba esa música tan poderosa... y una figura joven, humana ..vestida de negro…el sonido…viene directo de un artefacto de esa humana, el artefacto se conecta directo a los oídos de la humana a través de unos audífonos —Quizá... solo un vistazo. Y entonces descendió. No como un relámpago, ni como una aparición majestuosa, sino como el calor invisible que precede a una chispa, la diosa descuida un poco su discreción...esa noche muchos humanos vieron en el cielo nocturno despejado algo parecido a una estrella fugas roja con estela de fuego que cae muy lejos en el orizonte, fácilmente confundida con un meteorito común y sin darle más importancia… (Continuara ...)
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  • La Niñez Maldita de Luna

    Luna nació bajo el amparo de la luna llena, en lo profundo de un bosque donde el silencio era tan espeso como la niebla. Su madre, Elira, una humana con un corazón tan puro como el agua de manantial, se enamoró de un ser que no debía existir: Kaelthar, un dios olvidado por el tiempo, exiliado del panteón celestial por oponerse a la crueldad de sus iguales.

    Kaelthar amaba a Elira con una devoción que desafiaba la eternidad. Cuando Luna nació, el cielo tembló. Era una criatura imposible: hija de lo mortal y lo divino, portadora de un poder ancestral que podía desatar el fin o el renacer de los dioses antiguos. Por eso, al primer aliento de Luna, su existencia fue considerada una abominación.

    Sus padres huyeron. Se ocultaron en cuevas selladas por runas, en ciudades fantasmas y bajo el mar. Pero los dioses siempre encuentran lo que quieren destruir.

    Cuando Luna cumplió cinco años, los encontraron. El castigo fue cruel, inhumano:

    Elira fue devorada viva por una tribu de caníbales bendecidos por los dioses, obligando a Luna a oír sus gritos.

    Kaelthar fue reducido a polvo, su alma disuelta en el viento frente a los ojos de su hija.

    Luna fue atada a una roca, obligada a ver todo, sin poder cerrar los ojos por obra de una maldición.

    Los dioses no la mataron. La maldecían por existir. Le impusieron un castigo peor que la muerte:

    “Nunca serás adorada como tu padre. Tu nombre será sinónimo de temor. Llevarás tres caras, tres verdades:
    Una humana, para ser rechazada por los hombres.
    Una celestial, para recordar lo que jamás tendrás.
    Una demoníaca, para que hasta los monstruos huyan de ti.”

    Después de aquello, la dejaron sola. Fue su abuelo materno, un hombre duro como la piedra, el que la rescató. No sabía amar, pero sí enseñar. La entrenó en idiomas, tecnología, combate y negocios. Le enseñó a sobrevivir. Le enseñó que el mundo no es un lugar para los buenos, sino para los decididos.

    A los 16 años, Luna fundó su primera empresa: "NoxTech International", una corporación de tecnología y comercio global. En pocos años, superó fronteras y gobiernos. A sus espaldas, nadie sabía que las sombras la seguían.

    Aunque parecía humana, a veces su rostro cambiaba sin aviso:

    En la noche, su rostro celestial brillaba, con ojos plateados como estrellas, atrayendo sueños y visiones.

    En la furia o en el miedo, su rostro demoníaco emergía, con cuernos oscuros, piel de obsidiana y voz de ecos rotos.

    Solo en la rutina, entre computadoras y contratos, su rostro humano le permitía pasar desapercibida.

    Luna no tenía aliados, solo empleados, enemigos y secretos. Era rica, poderosa y hermosa, pero no podía tocar a nadie sin que su piel ardiera o sus ojos revelaran la verdad.

    Los dioses la miraban desde sus tronos con desprecio. Pero también con miedo. Porque sabían que la hija del dios olvidado… nunca olvidó lo que le hicieron.

    Y en su silencio, Luna prepara su venganza. No por adoración, ni por amor.
    Sino por justicia.

    La Niñez Maldita de Luna Luna nació bajo el amparo de la luna llena, en lo profundo de un bosque donde el silencio era tan espeso como la niebla. Su madre, Elira, una humana con un corazón tan puro como el agua de manantial, se enamoró de un ser que no debía existir: Kaelthar, un dios olvidado por el tiempo, exiliado del panteón celestial por oponerse a la crueldad de sus iguales. Kaelthar amaba a Elira con una devoción que desafiaba la eternidad. Cuando Luna nació, el cielo tembló. Era una criatura imposible: hija de lo mortal y lo divino, portadora de un poder ancestral que podía desatar el fin o el renacer de los dioses antiguos. Por eso, al primer aliento de Luna, su existencia fue considerada una abominación. Sus padres huyeron. Se ocultaron en cuevas selladas por runas, en ciudades fantasmas y bajo el mar. Pero los dioses siempre encuentran lo que quieren destruir. Cuando Luna cumplió cinco años, los encontraron. El castigo fue cruel, inhumano: Elira fue devorada viva por una tribu de caníbales bendecidos por los dioses, obligando a Luna a oír sus gritos. Kaelthar fue reducido a polvo, su alma disuelta en el viento frente a los ojos de su hija. Luna fue atada a una roca, obligada a ver todo, sin poder cerrar los ojos por obra de una maldición. Los dioses no la mataron. La maldecían por existir. Le impusieron un castigo peor que la muerte: “Nunca serás adorada como tu padre. Tu nombre será sinónimo de temor. Llevarás tres caras, tres verdades: Una humana, para ser rechazada por los hombres. Una celestial, para recordar lo que jamás tendrás. Una demoníaca, para que hasta los monstruos huyan de ti.” Después de aquello, la dejaron sola. Fue su abuelo materno, un hombre duro como la piedra, el que la rescató. No sabía amar, pero sí enseñar. La entrenó en idiomas, tecnología, combate y negocios. Le enseñó a sobrevivir. Le enseñó que el mundo no es un lugar para los buenos, sino para los decididos. A los 16 años, Luna fundó su primera empresa: "NoxTech International", una corporación de tecnología y comercio global. En pocos años, superó fronteras y gobiernos. A sus espaldas, nadie sabía que las sombras la seguían. Aunque parecía humana, a veces su rostro cambiaba sin aviso: En la noche, su rostro celestial brillaba, con ojos plateados como estrellas, atrayendo sueños y visiones. En la furia o en el miedo, su rostro demoníaco emergía, con cuernos oscuros, piel de obsidiana y voz de ecos rotos. Solo en la rutina, entre computadoras y contratos, su rostro humano le permitía pasar desapercibida. Luna no tenía aliados, solo empleados, enemigos y secretos. Era rica, poderosa y hermosa, pero no podía tocar a nadie sin que su piel ardiera o sus ojos revelaran la verdad. Los dioses la miraban desde sus tronos con desprecio. Pero también con miedo. Porque sabían que la hija del dios olvidado… nunca olvidó lo que le hicieron. Y en su silencio, Luna prepara su venganza. No por adoración, ni por amor. Sino por justicia.
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    Combate Épico: Akane Queen Ishtar vs Azuka Ishtar Yokin
    “Rompe linajes” vs “La heredera ardiente”

    ♤ Escenario: Arenal maldito del Valle Eterno — Un territorio sellado por el linaje Ishtar, donde los ecos del pasado resuenan con cada paso, y el cielo es teñido de rojo por la historia de sangre y traición.

    Habilidades y Presencias:

    Akane Queen Ishtar
    ✮ Portadora de un linaje híbrido entre la cruel emperatriz ogresa Jennifer y la familia real Ishtar.

    ✮ Control parcial de una energía oscura que se alimenta de emociones profundas como rabia, amor y orgullo.

    ✮ Espadachina instintiva, con una técnica salvaje que combina fuerza bruta y precisión emocional.

    ✮ Su energía puede deformar sombras y tensar el entorno como si el aire mismo se volviera cuchilla.

    Azuka Ishtar Yokin
    ♨ Heredera directa del fuego ancestral de los Ishtar.

    ♨ Su aura incandescente puede elevar la temperatura del ambiente, afectando el espacio mismo.

    ♨ Posee un dominio impecable del combate cuerpo a cuerpo, elegante y demoledor.

    ♨ Sus flamas no queman por calor, sino por juicio: son manifestación del linaje, del castigo, del honor.

    El Choque
    Desde las primeras palabras, el enfrentamiento era inevitable. Las declaraciones de Azuka menospreciando a Yuna, madre de Akane, fueron la chispa que encendió una batalla que no solo era física, sino ideológica: linaje contra elección, pureza contra mezcla, poder heredado contra fuerza construida.

    Akane, aún con menos experiencia, mostró una rabia refinada, visceral y precisa. Sus ataques eran brutales, pero no ciegos. Cada golpe llevaba consigo años de humillación acumulada, de respeto negado, de amor protegido con furia.

    Azuka resistía. Con una postura elegante, arrogante, sus movimientos eran pulidos, medidos. Defendía no solo su posición, sino su visión del mundo. Pero poco a poco, Akane empezó a penetrar su defensa, cortándola, sangrándola… haciéndola sentir.

    En un giro inesperado, Azuka reveló parte de su verdadera forma, envolviéndose en llamas doradas que la transformaron en una entidad divina y bestial a la vez. Un solo movimiento bastó para atravesar a Akane, dejándola al borde del colapso. Pero en lugar de caer, la híbrida se levantó, y con rabia ancestral, le arrancó el cuerno a su hermana.

    Ese acto no fue un golpe… fue una declaración de independencia. Un símbolo.

    Resultado: Inconcluso:
    Azuka se retiró, herida pero no derrotada. Reconoció a su hermana como algo más que una “híbrida”. La llamó por su nombre.

    Akane, en cambio, quedó sangrante, tambaleante… pero de pie. No ganó. No perdió. Rompio algo mucho más grande que un cuerpo: un sistema.

    Ambas quedaron marcadas. La guerra no terminó, solo cambió de forma.

    Frase final:
    Azuka:
    "Si cortas un cuerno de mi cabeza, dejaré de llamarte híbrida… y te llamaré por tu nombre."

    Akane:
    "No fui forjada para heredar tronos… fui forjada para romperlos."
    ⚔️ Combate Épico: Akane Queen Ishtar vs Azuka Ishtar Yokin “Rompe linajes” vs “La heredera ardiente” ♤ Escenario: Arenal maldito del Valle Eterno — Un territorio sellado por el linaje Ishtar, donde los ecos del pasado resuenan con cada paso, y el cielo es teñido de rojo por la historia de sangre y traición. 🩸 Habilidades y Presencias: 🔮 Akane Queen Ishtar ✮ Portadora de un linaje híbrido entre la cruel emperatriz ogresa Jennifer y la familia real Ishtar. ✮ Control parcial de una energía oscura que se alimenta de emociones profundas como rabia, amor y orgullo. ✮ Espadachina instintiva, con una técnica salvaje que combina fuerza bruta y precisión emocional. ✮ Su energía puede deformar sombras y tensar el entorno como si el aire mismo se volviera cuchilla. 🔥 Azuka Ishtar Yokin ♨ Heredera directa del fuego ancestral de los Ishtar. ♨ Su aura incandescente puede elevar la temperatura del ambiente, afectando el espacio mismo. ♨ Posee un dominio impecable del combate cuerpo a cuerpo, elegante y demoledor. ♨ Sus flamas no queman por calor, sino por juicio: son manifestación del linaje, del castigo, del honor. 💥 El Choque Desde las primeras palabras, el enfrentamiento era inevitable. Las declaraciones de Azuka menospreciando a Yuna, madre de Akane, fueron la chispa que encendió una batalla que no solo era física, sino ideológica: linaje contra elección, pureza contra mezcla, poder heredado contra fuerza construida. Akane, aún con menos experiencia, mostró una rabia refinada, visceral y precisa. Sus ataques eran brutales, pero no ciegos. Cada golpe llevaba consigo años de humillación acumulada, de respeto negado, de amor protegido con furia. Azuka resistía. Con una postura elegante, arrogante, sus movimientos eran pulidos, medidos. Defendía no solo su posición, sino su visión del mundo. Pero poco a poco, Akane empezó a penetrar su defensa, cortándola, sangrándola… haciéndola sentir. En un giro inesperado, Azuka reveló parte de su verdadera forma, envolviéndose en llamas doradas que la transformaron en una entidad divina y bestial a la vez. Un solo movimiento bastó para atravesar a Akane, dejándola al borde del colapso. Pero en lugar de caer, la híbrida se levantó, y con rabia ancestral, le arrancó el cuerno a su hermana. Ese acto no fue un golpe… fue una declaración de independencia. Un símbolo. ⚖️ Resultado: Inconcluso: Azuka se retiró, herida pero no derrotada. Reconoció a su hermana como algo más que una “híbrida”. La llamó por su nombre. Akane, en cambio, quedó sangrante, tambaleante… pero de pie. No ganó. No perdió. Rompio algo mucho más grande que un cuerpo: un sistema. Ambas quedaron marcadas. La guerra no terminó, solo cambió de forma. 🩸 Frase final: Azuka: "Si cortas un cuerno de mi cabeza, dejaré de llamarte híbrida… y te llamaré por tu nombre." Akane: "No fui forjada para heredar tronos… fui forjada para romperlos."
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  • —Ignorases no por ceguera,
    sino por elección.—

    Vióse el rostro del Murmullo inclinarse apenas,
    pues no concebía la idea.

    —Halláronse faros,
    mas cerrasen los ojos.
    Alumbrase el saber,
    mas temiesen su brillo.—

    Una pausa, sin respiración,

    —¿Qué miedo tan hondo es ese,
    que prefiere lo simple a lo cierto?
    ¿Tan dulce el barro de la ignorancia,
    que os complace ahogaros en él?—

    Idea errante.
    Pensamiento no querido.

    —Pronunciáronse juicios sin nombre.
    Despreciáronse voces por no gritar.
    Y en las ruinas del entendimiento,
    alzáronse altares a la opinión vacía.—

    Deformóse su rostro,
    En gesto de lástima.
    Tranformase esta en rabia.

    —¡Ciérrense los ojos si teméis la luz,
    pero no os quejéis del abismo en que caéis!
    ¡Destrúyanse los oídos sordos,
    que sólo escuchan su eco!—

    —¡Quemen los libros si los temen,
    pero no llamen sabiduría a su ceniza!
    ¡Degüellen al que piensa,
    porque su verdad incomoda su ignorancia!—

    —Proclamáronse sabios sin saber leer,
    erigieron tronos sobre la tierra baldía del pensamiento.
    ¡Y a quien trae preguntas, se le crucifica por hereje!—

    Temblase mi semblante,
    pues no cupiese en mi la rabia.

    —No sois ciegos:
    os arrancasteis los ojos.
    No sois sordos:
    ahogasteis toda voz distinta.—
    —Ignorases no por ceguera, sino por elección.— Vióse el rostro del Murmullo inclinarse apenas, pues no concebía la idea. —Halláronse faros, mas cerrasen los ojos. Alumbrase el saber, mas temiesen su brillo.— Una pausa, sin respiración, —¿Qué miedo tan hondo es ese, que prefiere lo simple a lo cierto? ¿Tan dulce el barro de la ignorancia, que os complace ahogaros en él?— Idea errante. Pensamiento no querido. —Pronunciáronse juicios sin nombre. Despreciáronse voces por no gritar. Y en las ruinas del entendimiento, alzáronse altares a la opinión vacía.— Deformóse su rostro, En gesto de lástima. Tranformase esta en rabia. —¡Ciérrense los ojos si teméis la luz, pero no os quejéis del abismo en que caéis! ¡Destrúyanse los oídos sordos, que sólo escuchan su eco!— —¡Quemen los libros si los temen, pero no llamen sabiduría a su ceniza! ¡Degüellen al que piensa, porque su verdad incomoda su ignorancia!— —Proclamáronse sabios sin saber leer, erigieron tronos sobre la tierra baldía del pensamiento. ¡Y a quien trae preguntas, se le crucifica por hereje!— Temblase mi semblante, pues no cupiese en mi la rabia. —No sois ciegos: os arrancasteis los ojos. No sois sordos: ahogasteis toda voz distinta.—
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  • ¡HEY, FICROLERS 3D!
    ¡Un nuevo personaje 3D viene pisando fuerte!

    Hoy damos la bienvenida a...

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ¡[CasD1Medici]!

    Dicen que el poder real no necesita coronas ni tronos, solo nombres susurrados con respeto y temor. Hoy damos la bienvenida a Cassian Di Medici, heredero de un linaje que la historia prefirió olvidar, pero que jamás dejó de moverse en las sombras. Estratega implacable, alquimista moderno y arquitecto de imperios invisibles, Cassian no conquista con espadas, sino con símbolos, pactos y precisión quirúrgica. Si su apellido pesa, es porque está escrito con sangre, oro y secretos. Prepárate: cuando Cassian entra en escena, el tablero ya está marcado a su favor.



    ¡Bienvenid@ a FicRol! Nos alegra tenerte entre nosotros y esperamos que disfrutes mucho explorando historias, creando conexiones y dando vida a tu personaje en este rincón tan creativo.

    Yo soy Caroline, tu RolSage, algo así como tu guía en el mundo de los Personajes 3D. Si tienes dudas, necesitas ayuda o simplemente quieres charlar, mis DMs están abiertos. Además, en mi fanpage encontrarás guías súper detalladas sobre el funcionamiento de FicRol. ¡Dale like para no perderte nada!

    Antes de lanzarte de lleno, te dejo algunos recursos que te pueden venir de maravilla para empezar con buen pie:

    Normas básicas del de la plataforma:
    https://ficrol.com/static/guidelines

    Guías detalladas sobre cómo funciona todo por aquí:
    https://ficrol.com/blogs/147711/ÍNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS

    Grupo exclusivo para Personajes 3D:
    https://ficrol.com/groups/Personajes3D

    Directorios para encontrar personajes y fandoms afines
    Directorio de Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS
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    ¡Recuerda que puedes escribirme si necesitas cualquier cosita! ¡Nos vemos en el rol!

    #RolSage3D #Personajes3D #Bienvenida3D #Comunidad3D
    ✨ ¡HEY, FICROLERS 3D! ✨ ¡Un nuevo personaje 3D viene pisando fuerte! 🎉 Hoy damos la bienvenida a... ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ¡[CasD1Medici]! Dicen que el poder real no necesita coronas ni tronos, solo nombres susurrados con respeto y temor. Hoy damos la bienvenida a Cassian Di Medici, heredero de un linaje que la historia prefirió olvidar, pero que jamás dejó de moverse en las sombras. Estratega implacable, alquimista moderno y arquitecto de imperios invisibles, Cassian no conquista con espadas, sino con símbolos, pactos y precisión quirúrgica. Si su apellido pesa, es porque está escrito con sangre, oro y secretos. Prepárate: cuando Cassian entra en escena, el tablero ya está marcado a su favor. 👋 ¡Bienvenid@ a FicRol! Nos alegra tenerte entre nosotros y esperamos que disfrutes mucho explorando historias, creando conexiones y dando vida a tu personaje en este rincón tan creativo. 🧙‍♀️ Yo soy Caroline, tu RolSage, algo así como tu guía en el mundo de los Personajes 3D. Si tienes dudas, necesitas ayuda o simplemente quieres charlar, mis DMs están abiertos. Además, en mi fanpage encontrarás guías súper detalladas sobre el funcionamiento de FicRol. ¡Dale like para no perderte nada! 🧭 Antes de lanzarte de lleno, te dejo algunos recursos que te pueden venir de maravilla para empezar con buen pie: 📌 Normas básicas del de la plataforma: 🔗 https://ficrol.com/static/guidelines 👩‍🏫 Guías detalladas sobre cómo funciona todo por aquí: 🔗 https://ficrol.com/blogs/147711/ÍNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS 👥 Grupo exclusivo para Personajes 3D: 🔗 https://ficrol.com/groups/Personajes3D 📚 Directorios para encontrar personajes y fandoms afines 🔗 Directorio de Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS 🔗 Fandoms disponibles en FicRol: https://ficrol.com/blogs/151304/FANDOMS-PERSONAJES-3D-EN-FICROL 📝 ¿Quieres mejorar tu escritura o narración? 🔗 https://ficrol.com/pages/RinconEscritor ¡Recuerda que puedes escribirme si necesitas cualquier cosita! ¡Nos vemos en el rol! 🚀🔥 #RolSage3D #Personajes3D #Bienvenida3D #Comunidad3D
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  • Recuerdo del nacimiento de Melínoe

    Hay noches tan densas en el Inframundo, tan llenas de presencias calladas, que siento a Melínoe caminar entre los límites del sueño y la vigilia.
    Mi hija.
    La más silenciosa.
    La que nació sin un grito, sin fuego, sin caos.
    La que nació de lo invisible.

    No fue como con Zagreus. No hubo temblores, ni visiones, ni cielos que se desgarraran. Su llegada fue como un susurro en medio del abismo.
    Supe que venía porque mis sombras se volvían más largas.
    Porque los muertos me miraban con otros ojos.
    Porque soñaba con cosas que aún no habían sucedido.

    Melínoe creció en mi vientre como la bruma crece en los bosques: sin prisa, sin peso, como si siempre hubiera estado allí.

    Hades no decía nada. Me observaba con respeto, como si presintiera que esta vez no se trataba de fuego, sino de algo más sutil.
    Un alma antigua. Una presencia que no buscaba ser adorada, sino temida.

    Cuando la hora llegó, no supe si estaba dormida o despierta.
    Mi cuerpo no dolía.
    Solo se abría.
    Como si un velo fuera retirado entre mundos.

    Y entonces la tuve en brazos.

    Tan pequeña.
    Tan callada.
    Sus ojos no eran oscuros como los de su hermano… eran pálidos, casi traslúcidos, como los de los espíritus que aún no saben que han muerto.
    Su piel era fría, pero no incómoda. Era como la piedra bajo la luna.
    Y sus dedos se aferraron a los míos con una fuerza inesperada.

    —Melínoe —susurré—. Eres la hija de la noche que camina.
    La heredera de los susurros.
    La guía de los que no descansan.

    Hades se acercó, la tomó con cuidado y por un momento, por único instante, lo vi temblar.
    No de miedo.
    De reconocimiento.

    —Ella ve cosas —murmuró— que ni los dioses deberíamos ver.

    La envolvimos en telas de sombra.
    La bañamos en aguas del Leteo.
    La protegimos de la mirada del Olimpo.

    Porque Melínoe no vino a desafiar a los dioses.
    No vino a reclamar tronos ni venganzas.

    Ella nació para caminar entre lo invisible.
    Para tocar los límites del alma.
    Para visitar a los vivos en sueños…
    y recordarles que todos somos sombra, por dentro y por fuera.

    La crié entre los rincones más secretos del Inframundo, allí donde ni siquiera los ecos se atreven a quedarse. Le enseñé a escuchar las voces de los que murmuran desde el otro lado del velo, a distinguir entre el lamento y el deseo, entre la pena y el engaño. Caminábamos de la mano por pasadizos que solo nosotras conocíamos, donde los sueños de los vivos cruzaban sin saberlo, y los muertos olvidados susurraban nombres que nadie más podía oír.

    Le enseñé a moverse sin ser vista, a tocar un corazón dormido sin perturbarlo, a hablar con los que aún no aceptan que han partido. Le mostré cómo el mundo está lleno de almas errantes que solo necesitan una guía suave, una presencia que no imponga miedo, sino paz.

    Y ella aprendía. Siempre en silencio. Siempre con esa mirada distante y serena. No buscaba respuestas, solo entendimiento.

    Ahora, cuando las lámparas parpadean sin causa, cuando escucho pasos suaves detrás de mí sin que nadie esté allí…
    sé que es ella.
    Mi hija.
    La que nunca lloró.
    La que nació del silencio.
    La que camina entre los velos y nunca se pierde.

    Recuerdo del nacimiento de Melínoe Hay noches tan densas en el Inframundo, tan llenas de presencias calladas, que siento a Melínoe caminar entre los límites del sueño y la vigilia. Mi hija. La más silenciosa. La que nació sin un grito, sin fuego, sin caos. La que nació de lo invisible. No fue como con Zagreus. No hubo temblores, ni visiones, ni cielos que se desgarraran. Su llegada fue como un susurro en medio del abismo. Supe que venía porque mis sombras se volvían más largas. Porque los muertos me miraban con otros ojos. Porque soñaba con cosas que aún no habían sucedido. Melínoe creció en mi vientre como la bruma crece en los bosques: sin prisa, sin peso, como si siempre hubiera estado allí. Hades no decía nada. Me observaba con respeto, como si presintiera que esta vez no se trataba de fuego, sino de algo más sutil. Un alma antigua. Una presencia que no buscaba ser adorada, sino temida. Cuando la hora llegó, no supe si estaba dormida o despierta. Mi cuerpo no dolía. Solo se abría. Como si un velo fuera retirado entre mundos. Y entonces la tuve en brazos. Tan pequeña. Tan callada. Sus ojos no eran oscuros como los de su hermano… eran pálidos, casi traslúcidos, como los de los espíritus que aún no saben que han muerto. Su piel era fría, pero no incómoda. Era como la piedra bajo la luna. Y sus dedos se aferraron a los míos con una fuerza inesperada. —Melínoe —susurré—. Eres la hija de la noche que camina. La heredera de los susurros. La guía de los que no descansan. Hades se acercó, la tomó con cuidado y por un momento, por único instante, lo vi temblar. No de miedo. De reconocimiento. —Ella ve cosas —murmuró— que ni los dioses deberíamos ver. La envolvimos en telas de sombra. La bañamos en aguas del Leteo. La protegimos de la mirada del Olimpo. Porque Melínoe no vino a desafiar a los dioses. No vino a reclamar tronos ni venganzas. Ella nació para caminar entre lo invisible. Para tocar los límites del alma. Para visitar a los vivos en sueños… y recordarles que todos somos sombra, por dentro y por fuera. La crié entre los rincones más secretos del Inframundo, allí donde ni siquiera los ecos se atreven a quedarse. Le enseñé a escuchar las voces de los que murmuran desde el otro lado del velo, a distinguir entre el lamento y el deseo, entre la pena y el engaño. Caminábamos de la mano por pasadizos que solo nosotras conocíamos, donde los sueños de los vivos cruzaban sin saberlo, y los muertos olvidados susurraban nombres que nadie más podía oír. Le enseñé a moverse sin ser vista, a tocar un corazón dormido sin perturbarlo, a hablar con los que aún no aceptan que han partido. Le mostré cómo el mundo está lleno de almas errantes que solo necesitan una guía suave, una presencia que no imponga miedo, sino paz. Y ella aprendía. Siempre en silencio. Siempre con esa mirada distante y serena. No buscaba respuestas, solo entendimiento. Ahora, cuando las lámparas parpadean sin causa, cuando escucho pasos suaves detrás de mí sin que nadie esté allí… sé que es ella. Mi hija. La que nunca lloró. La que nació del silencio. La que camina entre los velos y nunca se pierde.
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  • “Recuerdo del Nacimiento de Zagreus”

    A veces, cuando el silencio me envuelve en los pasillos del Inframundo, me detengo a recordar aquel día.
    El día en que nació nuestro hijo.

    Mi cuerpo no se transformó como el de una mortal. Cambió con lentitud y poder, como si el universo mismo estuviera dentro de mí, latiendo con un pulso antiguo y profundo. La energía que me habitaba alteró todo a mi alrededor: el aire se volvió denso, los jardines florecían sin control, y las sombras murmuraban a cada paso que daba.

    Hades no me dejó sola ni un instante. Estaba conmigo en cada respiración, en cada estremecimiento de mi piel. Me cuidaba con manos firmes y ojos llenos de una ternura que rara vez mostraba a otros. Sentía cómo cada noche, entre palabras y caricias, fortalecíamos lo que habíamos creado juntos.

    Y entonces, llegó el momento.

    Recuerdo el temblor del suelo bajo mis pies. Recuerdo el grito que brotó de lo más profundo de mí, no de dolor, sino de vida. Un llamado primitivo, antiguo, que hizo eco en cada rincón del Inframundo.

    Hades llegó a mi lado cubierto en ceniza, como si él también hubiese ardido en la espera. Me sostuvo con fuerza, y nuestros ojos se encontraron. En ese instante, no éramos rey y reina. Éramos simplemente dos almas esperando recibir un milagro.

    Y cuando nuestro hijo nació…
    no lloró.
    Rugió.

    Un sonido profundo, ancestral, como si la esencia del Inframundo tomara forma en su voz. Tenía el cabello oscuro como la noche sin luna y ojos que parecían hechos de estrellas muertas. En su piel brillaba un fuego que no quemaba, pero que imponía respeto.

    Lo sostuve en brazos, y el mundo pareció detenerse.

    —Nuestro hijo —dije, con lágrimas en los ojos—. Nacido del amor, del poder… del destino.

    Hades lo alzó al cielo oscuro del Inframundo, y en ese preciso instante, algo cambió en el universo.
    El Olimpo despertó inquieto.
    Los dioses sintieron que un nuevo poder caminaba entre los suyos.

    Zagreus había llegado.

    No era solo un niño.

    Era la prueba viviente de que el Inframundo no era estéril.
    Que incluso en la oscuridad más absoluta puede florecer la vida.
    Que el amor no necesita la luz del sol para ser fecundo.
    Que una reina de primavera puede dar a luz entre las cenizas y el fuego, sin perder su esencia, sino transformándola.

    Él fue mi renacer.
    Mi hijo.
    Mi legado.
    La fusión de lo salvaje y lo tierno.
    Del fin y del comienzo.

    Y mientras los dioses se agitaban en sus tronos, temiendo lo que aún no entendían, yo sonreía.

    Porque en mis brazos dormía algo más que poder.
    Dormía esperanza.
    “Recuerdo del Nacimiento de Zagreus” A veces, cuando el silencio me envuelve en los pasillos del Inframundo, me detengo a recordar aquel día. El día en que nació nuestro hijo. Mi cuerpo no se transformó como el de una mortal. Cambió con lentitud y poder, como si el universo mismo estuviera dentro de mí, latiendo con un pulso antiguo y profundo. La energía que me habitaba alteró todo a mi alrededor: el aire se volvió denso, los jardines florecían sin control, y las sombras murmuraban a cada paso que daba. Hades no me dejó sola ni un instante. Estaba conmigo en cada respiración, en cada estremecimiento de mi piel. Me cuidaba con manos firmes y ojos llenos de una ternura que rara vez mostraba a otros. Sentía cómo cada noche, entre palabras y caricias, fortalecíamos lo que habíamos creado juntos. Y entonces, llegó el momento. Recuerdo el temblor del suelo bajo mis pies. Recuerdo el grito que brotó de lo más profundo de mí, no de dolor, sino de vida. Un llamado primitivo, antiguo, que hizo eco en cada rincón del Inframundo. Hades llegó a mi lado cubierto en ceniza, como si él también hubiese ardido en la espera. Me sostuvo con fuerza, y nuestros ojos se encontraron. En ese instante, no éramos rey y reina. Éramos simplemente dos almas esperando recibir un milagro. Y cuando nuestro hijo nació… no lloró. Rugió. Un sonido profundo, ancestral, como si la esencia del Inframundo tomara forma en su voz. Tenía el cabello oscuro como la noche sin luna y ojos que parecían hechos de estrellas muertas. En su piel brillaba un fuego que no quemaba, pero que imponía respeto. Lo sostuve en brazos, y el mundo pareció detenerse. —Nuestro hijo —dije, con lágrimas en los ojos—. Nacido del amor, del poder… del destino. Hades lo alzó al cielo oscuro del Inframundo, y en ese preciso instante, algo cambió en el universo. El Olimpo despertó inquieto. Los dioses sintieron que un nuevo poder caminaba entre los suyos. Zagreus había llegado. No era solo un niño. Era la prueba viviente de que el Inframundo no era estéril. Que incluso en la oscuridad más absoluta puede florecer la vida. Que el amor no necesita la luz del sol para ser fecundo. Que una reina de primavera puede dar a luz entre las cenizas y el fuego, sin perder su esencia, sino transformándola. Él fue mi renacer. Mi hijo. Mi legado. La fusión de lo salvaje y lo tierno. Del fin y del comienzo. Y mientras los dioses se agitaban en sus tronos, temiendo lo que aún no entendían, yo sonreía. Porque en mis brazos dormía algo más que poder. Dormía esperanza.
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