-Desolado y temible, es como ahora se ve aquel lugar donde residia la armonía, el cielo perdió sus vividos colores, el mismo castillo se cubrió de penumbras, el silbido del viento frío, es lo que inrrumpe el silencio de aquel lugar que parecía desolado.
Parecía que toda vida, había sido obsorvida, no había ruidos de animales, los árboles había perdido su verde follaje, siendo solo eco de lo que alguna vez fueron.
La calidez de aquel lugar ya solo es un triste y pasajero sueño, sueño distante que se desvanece con el paso del tiempo.
En ese triste y solitario Castillo, se vio una silueta la cual procede asomarse al salir al balcón.
Una chica cuyos colores ahora son opacos, su cabello se volvió rojizo, mientras sus ojos brilla de una intenso color escarlata, sus alas se había vuelto grises, la sonrisa que adoraba su rostro, se esfumo como espuma en el mar, camino paso a paso con pies descalzo, llegado hasta la barranda de altar.
El viento comenzó a soplar, moviendo su cabello suavemente, cerro los ojos al sentir la dulce caricia de ese viento, dejando escapar un leve suspiro. -
Y aquí vuelvo a abrazar la soledad.
-Comentó llena de un gran pesar en su corazón.
Abrió las manos dejando que algunos pétalos de flor fueran llevadas con el viento como si fuera algún mensaje que nunca llegaría a su remitente. -
-Desolado y temible, es como ahora se ve aquel lugar donde residia la armonía, el cielo perdió sus vividos colores, el mismo castillo se cubrió de penumbras, el silbido del viento frío, es lo que inrrumpe el silencio de aquel lugar que parecía desolado.
Parecía que toda vida, había sido obsorvida, no había ruidos de animales, los árboles había perdido su verde follaje, siendo solo eco de lo que alguna vez fueron.
La calidez de aquel lugar ya solo es un triste y pasajero sueño, sueño distante que se desvanece con el paso del tiempo.
En ese triste y solitario Castillo, se vio una silueta la cual procede asomarse al salir al balcón.
Una chica cuyos colores ahora son opacos, su cabello se volvió rojizo, mientras sus ojos brilla de una intenso color escarlata, sus alas se había vuelto grises, la sonrisa que adoraba su rostro, se esfumo como espuma en el mar, camino paso a paso con pies descalzo, llegado hasta la barranda de altar.
El viento comenzó a soplar, moviendo su cabello suavemente, cerro los ojos al sentir la dulce caricia de ese viento, dejando escapar un leve suspiro. -
Y aquí vuelvo a abrazar la soledad.
-Comentó llena de un gran pesar en su corazón.
Abrió las manos dejando que algunos pétalos de flor fueran llevadas con el viento como si fuera algún mensaje que nunca llegaría a su remitente. -