• 𓆩༺✧༻𓆪⋆.ೃ࿔*:・ Los Nekomatas son valorados por sus habilidades de protección y magia que a través de los años ha pasado desapercibida porqué los humanos dejaron de creer. Vive como humana a pesar de que tiene cientos de años, se ha ido adaptando a la sociedad a lo largo del tiempo y por su belleza gana dinero siendo Host en los Hosutokurabu. (Host Club)
    𓆩༺✧༻𓆪⋆.ೃ࿔*:・ Los Nekomatas son valorados por sus habilidades de protección y magia que a través de los años ha pasado desapercibida porqué los humanos dejaron de creer. Vive como humana a pesar de que tiene cientos de años, se ha ido adaptando a la sociedad a lo largo del tiempo y por su belleza gana dinero siendo Host en los Hosutokurabu. (Host Club)
    Me encocora
    3
    0 turnos 0 maullidos
  • [00]

    "Creí que robar un cuerpo sería la experiencia más extraña que viviría, en especial cuando es uno con una forma tan indescriptible. Pero contemplarse a uno mismo, decorando su propio lecho de muerte con la cálida esencia roja de la vida es... Es un remolino de emociones; la paz, la paz de por fin darme un respiro de dormir con un ojo abierto, la tristeza, la tristeza de saber como fueron a parar mis treinta y tantos años de vida, y la euforia, la euforia de eludir a la muerte y vivir para contarlo.

    Descansa, yo, el universo cobró su karma con la carne. Tú también puedes descansar, pequeño deforme, yo me encargaré de darte la identidad que has estado buscando durante tanto tiempo".

    El cuerpo permaneció en posición fetal, hasta que el débil palpitar de su corazón cedió.

    ...

    El ritmo del danzar del fuego en las antorchas era totalmente ajeno a la orquesta de crujidos que recorría al gran salón, cuyas paredes repartieron el sonido entre ellas como un eco penetrante. El choque de metal con metal acompañó al grotesco masticar de aquel que evadió el final. Él sació el hambre de su nueva carne con la anterior, dándole una retorcida conclusión a su perdida de humanidad.

    ...

    Sentir el yelmo en su núcleo era electrizante, especialmente cuando los nervios de su nuevo cuerpo eran increíblemente agudos. El metal es frío, pero el instinto marcado en la memoria muscular le hizo sentirse cómodo con la protección. Así fue con cada placa de la armadura saqueada, dónde sus extremidades amorfas tomaron el lugar que alguna vez ocupó el cadáver medio comido que yace tirado en una de las esquinas del salón.

    —Tengo... Hambre.

    Librado de la parca, librado de límites, pero ahora era prisionero de una necesidad que jamás pensó que sería tan grande.

    Manipular sus músculos actuales era todo un desafío, especialmente cuando se es plenamente consciente de cada uno de ellos. Era como aprender a jugar ajedrez, solo que las piezas se duplican y sus funciones reciben alteraciones si así él lo quería.

    Trató de dar un paso una vez que superó el reto de erguirse, pero colapsó enseguida al no poder mantener el equilibrio. Varios intentos, múltiples fracasos, hasta que optó por usar la espada como bastón, bajo un agarre tosco, mientras usaba la pared como otro punto de apoyo.

    Pronto dolió, todas y cada una de las secciones que componen la irregularidad de su estructura. Sintió la sangre sobre la fina capa de piel, supo la medida de los desgarros a los pocos segundos, pero desaparecieron antes de que pudiera dar un vistazo.

    —Sanar rápido es... Bueno. Pero demasiado exigente...

    Nutrientes. Comer ya no era una necesidad, sino una emergencia.

    —¿Regalo... divino? ¿Quien... Regala un pase directo... A una prisión?

    Maldijo lento y jadeante, un vago intento por reservar energías. Le harían falta, en especial cuando debía sobrevivir a una mazamorra sin salida aparente.
    [00] "Creí que robar un cuerpo sería la experiencia más extraña que viviría, en especial cuando es uno con una forma tan indescriptible. Pero contemplarse a uno mismo, decorando su propio lecho de muerte con la cálida esencia roja de la vida es... Es un remolino de emociones; la paz, la paz de por fin darme un respiro de dormir con un ojo abierto, la tristeza, la tristeza de saber como fueron a parar mis treinta y tantos años de vida, y la euforia, la euforia de eludir a la muerte y vivir para contarlo. Descansa, yo, el universo cobró su karma con la carne. Tú también puedes descansar, pequeño deforme, yo me encargaré de darte la identidad que has estado buscando durante tanto tiempo". El cuerpo permaneció en posición fetal, hasta que el débil palpitar de su corazón cedió. ... El ritmo del danzar del fuego en las antorchas era totalmente ajeno a la orquesta de crujidos que recorría al gran salón, cuyas paredes repartieron el sonido entre ellas como un eco penetrante. El choque de metal con metal acompañó al grotesco masticar de aquel que evadió el final. Él sació el hambre de su nueva carne con la anterior, dándole una retorcida conclusión a su perdida de humanidad. ... Sentir el yelmo en su núcleo era electrizante, especialmente cuando los nervios de su nuevo cuerpo eran increíblemente agudos. El metal es frío, pero el instinto marcado en la memoria muscular le hizo sentirse cómodo con la protección. Así fue con cada placa de la armadura saqueada, dónde sus extremidades amorfas tomaron el lugar que alguna vez ocupó el cadáver medio comido que yace tirado en una de las esquinas del salón. —Tengo... Hambre. Librado de la parca, librado de límites, pero ahora era prisionero de una necesidad que jamás pensó que sería tan grande. Manipular sus músculos actuales era todo un desafío, especialmente cuando se es plenamente consciente de cada uno de ellos. Era como aprender a jugar ajedrez, solo que las piezas se duplican y sus funciones reciben alteraciones si así él lo quería. Trató de dar un paso una vez que superó el reto de erguirse, pero colapsó enseguida al no poder mantener el equilibrio. Varios intentos, múltiples fracasos, hasta que optó por usar la espada como bastón, bajo un agarre tosco, mientras usaba la pared como otro punto de apoyo. Pronto dolió, todas y cada una de las secciones que componen la irregularidad de su estructura. Sintió la sangre sobre la fina capa de piel, supo la medida de los desgarros a los pocos segundos, pero desaparecieron antes de que pudiera dar un vistazo. —Sanar rápido es... Bueno. Pero demasiado exigente... Nutrientes. Comer ya no era una necesidad, sino una emergencia. —¿Regalo... divino? ¿Quien... Regala un pase directo... A una prisión? Maldijo lento y jadeante, un vago intento por reservar energías. Le harían falta, en especial cuando debía sobrevivir a una mazamorra sin salida aparente.
    Me gusta
    Me encocora
    4
    7 turnos 0 maullidos
  • “Poema de Albedo

    Mi amado…
    Hay noches en las que mi sombra te busca
    antes incluso de que mis pasos puedan alcanzarte.
    Es un instinto, una necesidad,
    un llamado silencioso que nace de lo más oscuro de mí
    y termina siempre en la luz que eres tú.

    Porque aunque mi esencia sea fría,
    tú… tú despiertas un calor en mí
    que ningún experimento, ningún poder,
    ha logrado jamás explicar.

    Déjame confesarte algo, amado mío:
    cuando duermes, te observo.
    No por vigilancia…
    sino por esa ternura que me invade
    al saberte vulnerable bajo mi mirada.
    Ahí, en ese instante,
    el deseo y la protección se mezclan,
    y algo en mí ruge con la promesa de conservarte.

    Mi lealtad no es palabra,
    es un lazo que ata mi alma a la tuya.
    Si el mundo intentara arrancarte de mí,
    lo enfrentaría sin dudar,
    no por obligación…
    sino porque pertenecerte
    es el único destino que reconozco.

    A veces, cuando hablas,
    mi mente se oscurece con un pensamiento simple:
    “Él es mío.”
    Y, aun así, mi toque sobre ti es suave,
    medido, cuidadoso,
    porque aunque mi deseo te reclama,
    mi amor te respeta.

    Pero cuando tus labios rozan los míos,
    cuando mi piel siente el eco de tu piel,
    ahí…
    ahí mi contención se rompe.
    Mi voz baja, mis dedos se aferran,
    y mi ser entero te pide
    que no te alejes jamás.

    Si supieras cuánto me dominas…
    cuánto poder tienes sobre el guardián que te adora,
    te sorprendería lo fácil que sería para ti
    doblarme a tu voluntad
    solo con una caricia.

    Mi amado,
    mi dueño,
    mi luz y mi oscuridad…

    Tómame como soy:
    fiel hasta lo absoluto,
    tierno cuando me lo permites,
    oscuro cuando el deseo me consume,
    y tuyo…
    siempre tuyo,
    en cuerpo, alma y devoción.
    “Poema de Albedo ❤️💀🔥” Mi amado… Hay noches en las que mi sombra te busca antes incluso de que mis pasos puedan alcanzarte. Es un instinto, una necesidad, un llamado silencioso que nace de lo más oscuro de mí y termina siempre en la luz que eres tú. Porque aunque mi esencia sea fría, tú… tú despiertas un calor en mí que ningún experimento, ningún poder, ha logrado jamás explicar. Déjame confesarte algo, amado mío: cuando duermes, te observo. No por vigilancia… sino por esa ternura que me invade al saberte vulnerable bajo mi mirada. Ahí, en ese instante, el deseo y la protección se mezclan, y algo en mí ruge con la promesa de conservarte. Mi lealtad no es palabra, es un lazo que ata mi alma a la tuya. Si el mundo intentara arrancarte de mí, lo enfrentaría sin dudar, no por obligación… sino porque pertenecerte es el único destino que reconozco. A veces, cuando hablas, mi mente se oscurece con un pensamiento simple: “Él es mío.” Y, aun así, mi toque sobre ti es suave, medido, cuidadoso, porque aunque mi deseo te reclama, mi amor te respeta. Pero cuando tus labios rozan los míos, cuando mi piel siente el eco de tu piel, ahí… ahí mi contención se rompe. Mi voz baja, mis dedos se aferran, y mi ser entero te pide que no te alejes jamás. Si supieras cuánto me dominas… cuánto poder tienes sobre el guardián que te adora, te sorprendería lo fácil que sería para ti doblarme a tu voluntad solo con una caricia. Mi amado, mi dueño, mi luz y mi oscuridad… Tómame como soy: fiel hasta lo absoluto, tierno cuando me lo permites, oscuro cuando el deseo me consume, y tuyo… siempre tuyo, en cuerpo, alma y devoción.
    Me gusta
    Me encocora
    6
    0 turnos 0 maullidos
  • Hiro tiene razón, debería buscar protección, no puedo utilizar los guantes para todo
    Hiro tiene razón, debería buscar protección, no puedo utilizar los guantes para todo
    Me gusta
    1
    2 turnos 0 maullidos
  • *La fémina tuvo que adentrarse a un lugar lleno de hombres para buscar a su objetivo , fingiendo ser frágil ,Ezio le prometió protección de lejos pensando que dante era una chica débil ,lo que no sabía es que ella podía acabar con todos en el lugar *
    *La fémina tuvo que adentrarse a un lugar lleno de hombres para buscar a su objetivo , fingiendo ser frágil ,Ezio le prometió protección de lejos pensando que dante era una chica débil ,lo que no sabía es que ella podía acabar con todos en el lugar *
    Me encocora
    2
    0 turnos 0 maullidos
  • La Naturaleza estará bajo mi protección, quien se atreva a arruinarla, sufrirá graves consecuencias.
    La Naturaleza estará bajo mi protección, quien se atreva a arruinarla, sufrirá graves consecuencias.
    Me encocora
    Me gusta
    15
    2 turnos 0 maullidos
  • Mientras la Luna siga brillando, siempre estarás bajo mi protección.
    Mientras la Luna siga brillando, siempre estarás bajo mi protección.
    Me encocora
    Me gusta
    Me shockea
    14
    0 turnos 0 maullidos
  • —A pesar de contar con protección por. ese demonio, no paraba de hacer un maldito calor. Debería concluir esto y regresar a mi mundo o hallar la forma de refrescarme.—

    *Con el cigarro entre mis dedos, intentando no perder la cordura, el calor resultaba abrumador.*

    #Seductivesunday
    —A pesar de contar con protección por. ese demonio, no paraba de hacer un maldito calor. Debería concluir esto y regresar a mi mundo o hallar la forma de refrescarme.— *Con el cigarro entre mis dedos, intentando no perder la cordura, el calor resultaba abrumador.* #Seductivesunday
    Me encocora
    3
    0 turnos 0 maullidos
  • La primera y última noche
    Fandom OC
    Categoría Acción
    ''En la fría noche, hojas crepitaban, la fría brisa nocturna era helada... Una pequeña figura al borde de un risco y un condujo, fallido...?''

    Unas cuantas palabras lentas y torpes salían de sus labios, con un solo propósito, completar ese maldito conjuro que le había costado meses en completar o siquiera recitar sin torpeza. Sus mechones de color obsidiana revolotean levemente con la brisa mezclándose con el azul anochecer lentamente apunto del amanecer. Sus pestañas como plumas, revolotearon, el frío de la noche apenas penetrando sus muñecas, estando sus manos enguantadas por el cuero de cordera que alguna vez su mentor le había regalado.

    — Vamos...

    Un murmuró frustrado se le escapo. Estrellas y halos de luz empezaron a rodearla como un buen augurio, Sus ojos, dos lagunas cristalinas adornadas por dos pupilas perladas, reflejando el asombro y talvez de incredulidad ante tal logro, puesto, a pesar de lo que las leyendas decían solo eran casualidades, siento este hechizo, todos sus esfuerzos y al menos no fueron en vano... O tal fueron una desgracia.

    Como una daga, una brecha tan rápida que siquiera pudo percibirla al instante en que apareció dejo salir una sombra; un demonio del mismo averno? No... Del mismo WARP, esa dimensión que se esparcía como una plaga. No pudo evitar soltar un jadeo respingón, sus dedos intentaron invocar un hechizo de protección pero se detuvieron en el instante donde tal vestía la tomo a ella misma de su frágil cuello. Un jadeo estrangulado escapo de su garganta, siendo curiosamente el hechizo mal echo y sin terminar, lo que logro cerrar la dimensión de dónde apareció tal escoria, pero no hacerla volver...

    — Kkhs..!

    Jadeaba intentando liberarse. Este era su final, creía, tan rápido? Tan prematuro?? Su visión se nublaba y cuando apenas pudo levantar un dedo vio como el mismísimo tiempo se paralizada frente a sus ojos. Un hechizo de tal magnitud siquiera era posible hasta la fecha, en su epoca a no ser que...
    ''En la fría noche, hojas crepitaban, la fría brisa nocturna era helada... Una pequeña figura al borde de un risco y un condujo, fallido...?'' Unas cuantas palabras lentas y torpes salían de sus labios, con un solo propósito, completar ese maldito conjuro que le había costado meses en completar o siquiera recitar sin torpeza. Sus mechones de color obsidiana revolotean levemente con la brisa mezclándose con el azul anochecer lentamente apunto del amanecer. Sus pestañas como plumas, revolotearon, el frío de la noche apenas penetrando sus muñecas, estando sus manos enguantadas por el cuero de cordera que alguna vez su mentor le había regalado. — Vamos... Un murmuró frustrado se le escapo. Estrellas y halos de luz empezaron a rodearla como un buen augurio, Sus ojos, dos lagunas cristalinas adornadas por dos pupilas perladas, reflejando el asombro y talvez de incredulidad ante tal logro, puesto, a pesar de lo que las leyendas decían solo eran casualidades, siento este hechizo, todos sus esfuerzos y al menos no fueron en vano... O tal fueron una desgracia. Como una daga, una brecha tan rápida que siquiera pudo percibirla al instante en que apareció dejo salir una sombra; un demonio del mismo averno? No... Del mismo WARP, esa dimensión que se esparcía como una plaga. No pudo evitar soltar un jadeo respingón, sus dedos intentaron invocar un hechizo de protección pero se detuvieron en el instante donde tal vestía la tomo a ella misma de su frágil cuello. Un jadeo estrangulado escapo de su garganta, siendo curiosamente el hechizo mal echo y sin terminar, lo que logro cerrar la dimensión de dónde apareció tal escoria, pero no hacerla volver... — Kkhs..! Jadeaba intentando liberarse. Este era su final, creía, tan rápido? Tan prematuro?? Su visión se nublaba y cuando apenas pudo levantar un dedo vio como el mismísimo tiempo se paralizada frente a sus ojos. Un hechizo de tal magnitud siquiera era posible hasta la fecha, en su epoca a no ser que...
    Tipo
    Individual
    Líneas
    1
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    Me shockea
    2
    1 turno 0 maullidos
  • 𝟻𝟹°𝟶𝟾'𝟸𝟺"𝙽 𝟸𝟿°𝟷𝟸'𝟸𝟹"𝙴
    Categoría Ciencia ficción
    𝐒𝐞𝐜𝐭𝐨𝐫 𝐌𝟑 — 𝐙𝐨𝐧𝐚 𝐍𝐞𝐠𝐫𝐚


    El aire se sentía espeso, cargado con partículas que podrían hacer arder la piel de quien no llevara la protección adecuada, ni hablar de corroer los pulmones con cada respiración.

    Anomae caminaba con lentitud, fijándose en las calles llenas de escombros, cada paso premeditado en segundos. Eran silenciosos. No tenía demasiada prisa en ese momento. Sus pulmones se adaptaron de forma automática para evitar achicharrarse; su piel... no había mucho para sentir en su piel, lo que quedaba de ella.

    Las ruinas no causaban mucho en él salvo el preguntarse cómo se veía todo antes que colapsara. Antes de las evacuaciones a las zonas más seguras, como las Blancas o Grises, ¿cuántas personas se habrían ido para poder salvarse? ¿Cuántas murieron? Se lo preguntaba más por curiosidad que por pena.

    De forma repentina, se detuvo, su cuerpo temblando erráticamente por unos 10 segundos. Escuchó su carne y órganos intentar deformarse, reubicarse en formas que un humano no necesitaba. Cerró los ojos para contenerlo, sosteniendo el aire contaminado en sus pulmones hasta que pudo retomar el control. No había dolor, pero sí una sensación extraña de vacío, de no saber si lo que era ahora estaba bien o no.

    Llevó una mano hacia su cabeza vendada, algo confundido, justo antes de escuchar ruido a su derecha. Giró la cabeza con rapidez, un latigazo que pudo haberle causado algún esguince en la zona del cuello. No vio nada, aunque distinguió el ruido como pasos. ¿Eran pasos? ¿Quizás solo el viento?

    Volvió a caminar, ahora en esa dirección. Lento como siempre, pero un poco más decidido que antes. Si había alguien más necesitaba saber, aún si no tenía un fin exacto al porqué.
    𝐒𝐞𝐜𝐭𝐨𝐫 𝐌𝟑 — 𝐙𝐨𝐧𝐚 𝐍𝐞𝐠𝐫𝐚 El aire se sentía espeso, cargado con partículas que podrían hacer arder la piel de quien no llevara la protección adecuada, ni hablar de corroer los pulmones con cada respiración. Anomae caminaba con lentitud, fijándose en las calles llenas de escombros, cada paso premeditado en segundos. Eran silenciosos. No tenía demasiada prisa en ese momento. Sus pulmones se adaptaron de forma automática para evitar achicharrarse; su piel... no había mucho para sentir en su piel, lo que quedaba de ella. Las ruinas no causaban mucho en él salvo el preguntarse cómo se veía todo antes que colapsara. Antes de las evacuaciones a las zonas más seguras, como las Blancas o Grises, ¿cuántas personas se habrían ido para poder salvarse? ¿Cuántas murieron? Se lo preguntaba más por curiosidad que por pena. De forma repentina, se detuvo, su cuerpo temblando erráticamente por unos 10 segundos. Escuchó su carne y órganos intentar deformarse, reubicarse en formas que un humano no necesitaba. Cerró los ojos para contenerlo, sosteniendo el aire contaminado en sus pulmones hasta que pudo retomar el control. No había dolor, pero sí una sensación extraña de vacío, de no saber si lo que era ahora estaba bien o no. Llevó una mano hacia su cabeza vendada, algo confundido, justo antes de escuchar ruido a su derecha. Giró la cabeza con rapidez, un latigazo que pudo haberle causado algún esguince en la zona del cuello. No vio nada, aunque distinguió el ruido como pasos. ¿Eran pasos? ¿Quizás solo el viento? Volvió a caminar, ahora en esa dirección. Lento como siempre, pero un poco más decidido que antes. Si había alguien más necesitaba saber, aún si no tenía un fin exacto al porqué.
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    5
    9 turnos 0 maullidos
Ver más resultados
Patrocinados