• Kazuo en un nuevo comienzo.

    Kazuo es el mismo ser, con su esencia intacta y el mismo pasado que lo forjó, pero en este universo comienza desde cero. No hay ataduras, no hay vínculos establecidos ni destinos marcados: solo un nuevo punto de partida en el que recorrer su camino.

    Aunque el mundo que lo rodea sea distinto, Kazuo no cambia. Su sabiduría, sus cicatrices, su luz y sus sombras lo acompañan, recordando que él es un alma constante más allá de los universos.

    Aquí, todo puede volver a escribirse. Es otra vida, otro espacio, otro lienzo. Pero siempre será Kazuo, con su propia verdad, listo para descubrir lo que este universo le depare.

    En este nuevo comienzo Elizabeth no existe en este universo, porque de estarlo —en cualquier forma, en cualquier tiempo o lugar— Kazuo volvería a ella sin remedio. Por eso este camino es verdaderamente un inicio desde cero.

    //Esto es un reset. Como si la cuenta hubiese sido creada desde 0. A aquellos personajes que conocen a Kazuo le propongo dos opciones;

    * Comenzar de 0. Que vuelvan a conocerse y empezar una nueva historia.

    * Mantener la presentación inicial, en resumen, ahorrarnos la presentación. Aunque igualmente todo lo ocurrido tras dicho encuentro queda totalmente anulado.

    No voy a borrar nada de la cuenta. La historia de Kazuo y Elizabeth perdurará para quien quiera disfrutar de ella.
    En el apartado de enlaces podéis leer su historia de forma cronológica.

    https://ficrol.com/posts/208109

    Su historia terminó en una heternidad juntos, formando una familia y felices.

    Dicho esto. Vuelvo a las andadas. Gracias a todes por leer hasta aquí .
    Kazuo en un nuevo comienzo. Kazuo es el mismo ser, con su esencia intacta y el mismo pasado que lo forjó, pero en este universo comienza desde cero. No hay ataduras, no hay vínculos establecidos ni destinos marcados: solo un nuevo punto de partida en el que recorrer su camino. Aunque el mundo que lo rodea sea distinto, Kazuo no cambia. Su sabiduría, sus cicatrices, su luz y sus sombras lo acompañan, recordando que él es un alma constante más allá de los universos. Aquí, todo puede volver a escribirse. Es otra vida, otro espacio, otro lienzo. Pero siempre será Kazuo, con su propia verdad, listo para descubrir lo que este universo le depare. En este nuevo comienzo Elizabeth no existe en este universo, porque de estarlo —en cualquier forma, en cualquier tiempo o lugar— Kazuo volvería a ella sin remedio. Por eso este camino es verdaderamente un inicio desde cero. //Esto es un reset. Como si la cuenta hubiese sido creada desde 0. A aquellos personajes que conocen a Kazuo le propongo dos opciones; * Comenzar de 0. Que vuelvan a conocerse y empezar una nueva historia. * Mantener la presentación inicial, en resumen, ahorrarnos la presentación. Aunque igualmente todo lo ocurrido tras dicho encuentro queda totalmente anulado. No voy a borrar nada de la cuenta. La historia de Kazuo y Elizabeth perdurará para quien quiera disfrutar de ella. En el apartado de enlaces podéis leer su historia de forma cronológica. https://ficrol.com/posts/208109 Su historia terminó en una heternidad juntos, formando una familia y felices. Dicho esto. Vuelvo a las andadas. Gracias a todes por leer hasta aquí ❤️‍🩹.
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  • Las pinturas se guardaron, las ideas se dejaron en hiatus, los planes se volvieron en solitario.

    ── 𝘔𝘢𝘮𝘢́, 𝘧𝘢𝘭𝘭𝘦́ 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘱𝘳𝘰𝘮𝘦𝘵𝘰 𝘷𝘰𝘭𝘷𝘦𝘳 𝘢 𝘦𝘯𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢𝘳 𝘦𝘭 𝘤𝘢𝘮𝘪𝘯𝘰.

    Agregó mientras veía una ultima vez el lienzo que no terminó, saldria de viaje, lo necesitaba.
    Las pinturas se guardaron, las ideas se dejaron en hiatus, los planes se volvieron en solitario. ── 𝘔𝘢𝘮𝘢́, 𝘧𝘢𝘭𝘭𝘦́ 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘱𝘳𝘰𝘮𝘦𝘵𝘰 𝘷𝘰𝘭𝘷𝘦𝘳 𝘢 𝘦𝘯𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢𝘳 𝘦𝘭 𝘤𝘢𝘮𝘪𝘯𝘰. Agregó mientras veía una ultima vez el lienzo que no terminó, saldria de viaje, lo necesitaba.
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  • Déjame que te haga esta promesa: aún en el silencio, hablo contigo. Y aunque ahora no lo veas, mi voz recorre el lienzo de esta figura, susurrando secretos que solo existen entre lo visible y lo oculto.
    Déjame que te haga esta promesa: aún en el silencio, hablo contigo. Y aunque ahora no lo veas, mi voz recorre el lienzo de esta figura, susurrando secretos que solo existen entre lo visible y lo oculto.
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  • El Eco del Frío Acero
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    La oficina de Alaric Sterling era un santuario de mármol y acero pulido, un reflejo gélido de la determinación de su dueño. Los rascacielos de Seúl se extendían ante él, un lienzo de luces que no lograban calentar la frialdad que se había instalado en su pecho. Hacía unas semanas que él se había ido. Ni una nota, ni una llamada, solo el silencio ensordecedor que había dejado un vacío punzante. El CEO, el líder de la mafia, el Alfa Puro que lo tenía todo, se encontró de rodillas ante la huida de una sola persona.

    Pero Alaric Sterling no se permitía la debilidad. El dolor no era un lujo. Era un catalizador.

    Desde entonces, el trabajo se había convertido en su única amante, su única venganza. Cada negociación era más brutal, cada acuerdo más deshonesto. Su traje de tres piezas, impecable y caro, era una armadura. Su mirada, antes capaz de derretir el hielo, ahora era de acero forjado. Su aroma a sándalo y whisky se había vuelto más denso, más opresivo, anunciando su autoridad y su ira contenida.

    La voz de su asistente, una Beta eficiente y temerosa, lo sacó de sus pensamientos. "Señor Sterling, los hombres de los Kang están aquí. La reunión de las nueve."

    Alaric giró su silla de cuero negro, revelando una expresión que helaría la sangre de cualquiera. "Que pasen."

    No eran negociaciones, eran ejecuciones.

    Dos figuras entraron, hombres duros con rostros curtidos por años de servicio a los Kang, una familia rival que había osado cuestionar su autoridad en el puerto de Busan. Los Kang habían intentado desviar un envío, un cargamento de algo más que simple mercancía. Era un insulto.

    "Señor Sterling," dijo el primero, un Alfa corpulento con cicatrices, su voz forzadamente respetuosa. "Hemos venido a negociar el retraso del último cargamento."

    Alaric se puso de pie, su altura imponente empequeñeciendo a ambos. La oscuridad que lo había habitado desde el abandono se derramó en la habitación, un aura palpable de amenaza. No había necesidad de gritar. Su presencia lo decía todo.

    "¿Negociar?" La palabra salió de sus labios con la frialdad de una navaja. "Los Kang sabían las reglas. Un cargamento retrasado es un cargamento robado. Un robo es una afrenta."

    El segundo hombre, más joven y nervioso, intentó intervenir. "Hubo un malentendido, señor. Podríamos compensarle, doble, incluso el triple..."

    Alaric dio un paso al frente. Sus ojos, oscuros como el abismo, se fijaron en el Alfa corpulento. La mano de Alaric se levantó, no para golpear, sino para señalar la ventana que mostraba la ciudad.

    "¿Ven esas luces?" Su voz era un susurro mortal. "Cada una representa un dólar que he invertido, una vida que he arruinado, un obstáculo que he destruido para llegar a donde estoy."

    De repente, el Alfa corpulento cayó de rodillas, sin aliento, su rostro pálido. La presión invisible que Alaric ejercía era tan poderosa que el aire se volvió un muro. No era un ataque físico, era la manifestación pura de su dominio Alpha, intensificado por su ira.

    "Me deben. Y no me pagarán con dinero." Alaric miró al segundo hombre, que ahora temblaba incontrolablemente. "El mensaje es simple: la lealtad se paga con lealtad. La traición, con sangre."

    Los guardias de Alaric, figuras silenciosas y letales, entraron en la habitación. No hubo forcejeos, solo el sonido apagado de dos cuerpos siendo arrastrados fuera de la vista. La oficina quedó en silencio, con el aire aún cargado del aroma a miedo y la implacable presencia de Alaric.

    Volvió a su silla, el rostro inexpresivo. La ventana de su oficina reflejaba su soledad, la fría determinación de un hombre que había perdido la única calidez en su vida y ahora solo abrazaba el poder y la venganza. El eco del acero, el de las cadenas invisibles que ataban a sus enemigos, era el único sonido que podía calmar su corazón herido.
    La oficina de Alaric Sterling era un santuario de mármol y acero pulido, un reflejo gélido de la determinación de su dueño. Los rascacielos de Seúl se extendían ante él, un lienzo de luces que no lograban calentar la frialdad que se había instalado en su pecho. Hacía unas semanas que él se había ido. Ni una nota, ni una llamada, solo el silencio ensordecedor que había dejado un vacío punzante. El CEO, el líder de la mafia, el Alfa Puro que lo tenía todo, se encontró de rodillas ante la huida de una sola persona. Pero Alaric Sterling no se permitía la debilidad. El dolor no era un lujo. Era un catalizador. Desde entonces, el trabajo se había convertido en su única amante, su única venganza. Cada negociación era más brutal, cada acuerdo más deshonesto. Su traje de tres piezas, impecable y caro, era una armadura. Su mirada, antes capaz de derretir el hielo, ahora era de acero forjado. Su aroma a sándalo y whisky se había vuelto más denso, más opresivo, anunciando su autoridad y su ira contenida. La voz de su asistente, una Beta eficiente y temerosa, lo sacó de sus pensamientos. "Señor Sterling, los hombres de los Kang están aquí. La reunión de las nueve." Alaric giró su silla de cuero negro, revelando una expresión que helaría la sangre de cualquiera. "Que pasen." No eran negociaciones, eran ejecuciones. Dos figuras entraron, hombres duros con rostros curtidos por años de servicio a los Kang, una familia rival que había osado cuestionar su autoridad en el puerto de Busan. Los Kang habían intentado desviar un envío, un cargamento de algo más que simple mercancía. Era un insulto. "Señor Sterling," dijo el primero, un Alfa corpulento con cicatrices, su voz forzadamente respetuosa. "Hemos venido a negociar el retraso del último cargamento." Alaric se puso de pie, su altura imponente empequeñeciendo a ambos. La oscuridad que lo había habitado desde el abandono se derramó en la habitación, un aura palpable de amenaza. No había necesidad de gritar. Su presencia lo decía todo. "¿Negociar?" La palabra salió de sus labios con la frialdad de una navaja. "Los Kang sabían las reglas. Un cargamento retrasado es un cargamento robado. Un robo es una afrenta." El segundo hombre, más joven y nervioso, intentó intervenir. "Hubo un malentendido, señor. Podríamos compensarle, doble, incluso el triple..." Alaric dio un paso al frente. Sus ojos, oscuros como el abismo, se fijaron en el Alfa corpulento. La mano de Alaric se levantó, no para golpear, sino para señalar la ventana que mostraba la ciudad. "¿Ven esas luces?" Su voz era un susurro mortal. "Cada una representa un dólar que he invertido, una vida que he arruinado, un obstáculo que he destruido para llegar a donde estoy." De repente, el Alfa corpulento cayó de rodillas, sin aliento, su rostro pálido. La presión invisible que Alaric ejercía era tan poderosa que el aire se volvió un muro. No era un ataque físico, era la manifestación pura de su dominio Alpha, intensificado por su ira. "Me deben. Y no me pagarán con dinero." Alaric miró al segundo hombre, que ahora temblaba incontrolablemente. "El mensaje es simple: la lealtad se paga con lealtad. La traición, con sangre." Los guardias de Alaric, figuras silenciosas y letales, entraron en la habitación. No hubo forcejeos, solo el sonido apagado de dos cuerpos siendo arrastrados fuera de la vista. La oficina quedó en silencio, con el aire aún cargado del aroma a miedo y la implacable presencia de Alaric. Volvió a su silla, el rostro inexpresivo. La ventana de su oficina reflejaba su soledad, la fría determinación de un hombre que había perdido la única calidez en su vida y ahora solo abrazaba el poder y la venganza. El eco del acero, el de las cadenas invisibles que ataban a sus enemigos, era el único sonido que podía calmar su corazón herido.
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  • "La noche es un lienzo donde el alma pinta sus pesares."
    "La noche es un lienzo donde el alma pinta sus pesares."
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  • ʍօʀքɦɛʊֆ Anoche tuve una pesadilla... Era tan real...
    La aldea estaba envuelta de un manto de nubes negras que relampagueaban cómo si el propio Volibear nos llamara a las armas para librar una batalla con la mismísima muerte. Luego te vi.

    La noche me atrapó sin darme cuenta.
    Al cerrar los ojos, no estaba en Zaun, ni en Ionia… sino en un lugar donde el cielo era un lienzo negro tachonado de estrellas que se movían como si tuvieran vida propia.

    El suelo, si es que podía llamarse así, estaba formado por granos de arena que flotaban en un vacío infinito, dibujando olas y remolinos bajo mis pies.
    Cada grano brillaba, reflejando fragmentos de recuerdos: el humo de mi aldea, el acero manchado, las risas perdidas.

    A lo lejos, una figura caminaba. Su toga negra ondeaba aunque no hubiera viento. No podía ver su rostro del todo, pero sabía quién era.
    No necesitaba presentaciones.

    Él extendió una mano y la arena se arremolinó, mostrándome visiones:
    —Un sendero de fuego.
    —Una máscara rota.
    —Y un mar de sombras que susurraban mi nombre.

    Sentí el peso de mi kunai, pero cuando miré mi mano, ya no estaba. En su lugar, sujetaba un puñado de arena que se deslizaba entre mis dedos.

    [Oneiros_88] Anoche tuve una pesadilla... Era tan real... La aldea estaba envuelta de un manto de nubes negras que relampagueaban cómo si el propio Volibear nos llamara a las armas para librar una batalla con la mismísima muerte. Luego te vi. La noche me atrapó sin darme cuenta. Al cerrar los ojos, no estaba en Zaun, ni en Ionia… sino en un lugar donde el cielo era un lienzo negro tachonado de estrellas que se movían como si tuvieran vida propia. El suelo, si es que podía llamarse así, estaba formado por granos de arena que flotaban en un vacío infinito, dibujando olas y remolinos bajo mis pies. Cada grano brillaba, reflejando fragmentos de recuerdos: el humo de mi aldea, el acero manchado, las risas perdidas. A lo lejos, una figura caminaba. Su toga negra ondeaba aunque no hubiera viento. No podía ver su rostro del todo, pero sabía quién era. No necesitaba presentaciones. Él extendió una mano y la arena se arremolinó, mostrándome visiones: —Un sendero de fuego. —Una máscara rota. —Y un mar de sombras que susurraban mi nombre. Sentí el peso de mi kunai, pero cuando miré mi mano, ya no estaba. En su lugar, sujetaba un puñado de arena que se deslizaba entre mis dedos.
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  • En el cielo, un arcoiris que ya perdió el color
    Anuncia, al menos, que la tormenta ya pasó.
    Y me dejan ver, las nubes tras su disipar,
    Que el mundo canta un tema que no sé escuchar.

    ¿Es permanente el sentimiento de inquietud,
    O en la mañana se habrá ido, cual te fuiste tú?

    Ah, ya lo recuerdo
    Lo que hace al futuro incierto.
    Se burla de mí
    Este extraño mundo gris.

    En el lienzo de mi vida, trazado con color,
    Un panorama corrompido, manchado con carbón.
    En la esquina, del autor queda sólo un borrón.
    La paradoja: Se fue, mas nunca llegó.

    ¿Es este un llanto que se disfraza de cantar?
    ¿Hablaríamos de ello, o te irías con su terminar?

    Aunque luce simple,
    La respuesta es invisible
    Ni un "no" ni un "sí",
    Así es este mundo gris.
    En el cielo, un arcoiris que ya perdió el color Anuncia, al menos, que la tormenta ya pasó. Y me dejan ver, las nubes tras su disipar, Que el mundo canta un tema que no sé escuchar. ¿Es permanente el sentimiento de inquietud, O en la mañana se habrá ido, cual te fuiste tú? Ah, ya lo recuerdo Lo que hace al futuro incierto. Se burla de mí Este extraño mundo gris. En el lienzo de mi vida, trazado con color, Un panorama corrompido, manchado con carbón. En la esquina, del autor queda sólo un borrón. La paradoja: Se fue, mas nunca llegó. ¿Es este un llanto que se disfraza de cantar? ¿Hablaríamos de ello, o te irías con su terminar? Aunque luce simple, La respuesta es invisible Ni un "no" ni un "sí", Así es este mundo gris.
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  • —Desde que Dean habilitara aquella habitación del bunker para ella con todos los materiales artísticos habidos y por haber como regalo por su cumpleaños, la tríbrida habia comenzado a pasar bastante tiempo entre esas cuatro paredes. No habia ventanas y la luz artificial no acompañaba demasiado, pero la verdad era que en esa estancia la tríbrida encontraba paz y serenidad. Algo muy necesario en los tiempos que estaban afrontando recientemente. Pero, por un momento, mientras deslizaba el pincel por el lienzo, no habia problemas, no habia quebraderos de cabeza. Todos ellos se iban con cada pincelada que quedaba plasmada en aquella superficie blanquecina.

    Y aquel día... Aquel día no iba a ser menos. Llevaba casi dos horas pintando, dejando que los acordes de "La Traviata" de Giuseppe Verdi llenaran aquella estancia. Además, era una buena forma de opacar el sonido del extractor que tenia conectado para librarse de los olores de los químicos... ¿Quien decía que en un bunker no podía haber ventilación? —


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    —Desde que Dean habilitara aquella habitación del bunker para ella con todos los materiales artísticos habidos y por haber como regalo por su cumpleaños, la tríbrida habia comenzado a pasar bastante tiempo entre esas cuatro paredes. No habia ventanas y la luz artificial no acompañaba demasiado, pero la verdad era que en esa estancia la tríbrida encontraba paz y serenidad. Algo muy necesario en los tiempos que estaban afrontando recientemente. Pero, por un momento, mientras deslizaba el pincel por el lienzo, no habia problemas, no habia quebraderos de cabeza. Todos ellos se iban con cada pincelada que quedaba plasmada en aquella superficie blanquecina. Y aquel día... Aquel día no iba a ser menos. Llevaba casi dos horas pintando, dejando que los acordes de "La Traviata" de Giuseppe Verdi llenaran aquella estancia. Además, era una buena forma de opacar el sonido del extractor que tenia conectado para librarse de los olores de los químicos... ¿Quien decía que en un bunker no podía haber ventilación? — #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • —Tuve bastante tiempo libre y de repente me apareció algo en tiktok que quise intentar, tomé un lienzo, pinté el fondo y luego mientras se sacaba quite mi ropa con cuidado y me pare frente a mi espejo para marcar con un bolígrafo hasta donde iba a pintar en mi cuerpo.

    —Al tocar el lienzo y ver qué estaba seco en su totalidad empecé a pasar aquel pincel con pintura blanca por todo mi cuerpo hasta masomenos la mitad de mi muslo y tuve que pegar las partes de mi cuerpo por partes, mis pechos no dejaban que mi abdomen se marcara bien y allí estuve un rato hasta conseguirlo, coloque mi firma y luego empecé a limpiarme.

    No quedó nada mal, y me veo más ancha, alguien la querrá?
    —Tuve bastante tiempo libre y de repente me apareció algo en tiktok que quise intentar, tomé un lienzo, pinté el fondo y luego mientras se sacaba quite mi ropa con cuidado y me pare frente a mi espejo para marcar con un bolígrafo hasta donde iba a pintar en mi cuerpo. —Al tocar el lienzo y ver qué estaba seco en su totalidad empecé a pasar aquel pincel con pintura blanca por todo mi cuerpo hasta masomenos la mitad de mi muslo y tuve que pegar las partes de mi cuerpo por partes, mis pechos no dejaban que mi abdomen se marcara bien y allí estuve un rato hasta conseguirlo, coloque mi firma y luego empecé a limpiarme. No quedó nada mal, y me veo más ancha, alguien la querrá?
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  • Pocas veces la elegancia y el peligro se mezclan con tanta naturalidad como Angela Di Trapani. Demonio de nacimiento, pero con el corazón dividido entre el rugido de una motocicleta y el silencio de un lienzo en blanco, está mujer es mucho más que una mafiosa: es una tormenta de talento, pólvora y fuego.

    Experta en armas, pintora apasionada y motociclista profesional, Angela domina todos los terrenos con una actitud fría, implacable y profundamente seductora.

    Sus ojos grises y su postura gritan poder y su lengua es un arma de doble filo para el que trate de meterse con esta mujer, Sus tatuajes la hacen inolvidable y tan sumamente exquisita para el que la prueba y hasta ahora solo tiene una pequeña debilidad que no vamos a mencionar hasta se encuentre en una cama con alguien.

    Amante de los animales, la cocina, las fiestas y al sexo furtivo, salvaje y si control, que más puedes pedir simple mortal?

    Mención a Caroline Forbes por la gratificante presentación y que esperan ustedes? No pierdan la oportunidad de conocerla porque les aseguro que... No sé van a arrepentir.
    Pocas veces la elegancia y el peligro se mezclan con tanta naturalidad como Angela Di Trapani. Demonio de nacimiento, pero con el corazón dividido entre el rugido de una motocicleta y el silencio de un lienzo en blanco, está mujer es mucho más que una mafiosa: es una tormenta de talento, pólvora y fuego. Experta en armas, pintora apasionada y motociclista profesional, Angela domina todos los terrenos con una actitud fría, implacable y profundamente seductora. Sus ojos grises y su postura gritan poder y su lengua es un arma de doble filo para el que trate de meterse con esta mujer, Sus tatuajes la hacen inolvidable y tan sumamente exquisita para el que la prueba y hasta ahora solo tiene una pequeña debilidad que no vamos a mencionar hasta se encuentre en una cama con alguien. Amante de los animales, la cocina, las fiestas y al sexo furtivo, salvaje y si control, que más puedes pedir simple mortal? Mención a [CarolineForbes] por la gratificante presentación y que esperan ustedes? No pierdan la oportunidad de conocerla porque les aseguro que... No sé van a arrepentir.
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