• - Señora... Ambos sabemos que ese saco de arroz no vale lo que usted me está pidiendo.- Decía algo frustrado al ver que la vendedora no da su brazo a torcer.

    Kazuo había bajado a la ciudad que estaba al piel del monte Inari (Kyoto feudal) para comprar algunos víveres. Pero la vendedora era muy obstinada y vendía el arroz a más precio del que correspondía. Esta era una mujer de avanzada edad, arrugada como una pasa seca. En cambio el zorro lucia una apariencia totalmente humana, pasando desapercibido hasta que sus ojos eran avistados, ese color azul intenso llamaba la atención aunque este no la deseará.

    Kazuo respira hondo y cambia el semblante de su rostro. Hace alago de toda su galantería y le sonríe de una forma suave pero arrolladora. La anciana intenta reprimir una sonrisita nerviosa mientras intenta alisar los pliegues de su yukata.

    - Vamos señora Takana, ya sabe que soy un humilde monje en el santuario. ¿no me haría este pequeño favor?.- Le decía con leve sonrisa picarona. Evitaba hacer relucir sus encantos en público, pero todo sea por el buen regateo.

    La señora Takana finalmente cede, extendiéndole a Kazuo el saco de arroz mientras esta tomaba el dinero de la mano del joven.

    -Siempre terminas convenciéndome muchacho, no se cómo lo haces. A veces pienso que usas brujería contra mi.- Decía esta finalmente con una sonrisa en los labios, claramente encantada con la actitud de Kazuo hacia ella.

    -Ya sabe que estos encantos solo los reservo para usted señora Takana. Que Inari la acompañe.* Decía Kazuo sin perder esa sonrisa cautivadora. La escena no pasa del todo desarpecivida, ya que un grupo de jovenes casaderas cuchicheaban y reían de forma suave mirando a Kazuo. Este hace una leve inclinación hacia ellas a modo de respetuosa despedida. Esto hace que incluso una de ellas profiera un gritito de emoción, haciendo que el resto de las jovenes se revoluonaran a un más.

    El zorro continuo su paso entre las calles, algunas estrechas en dirección al resto de comercios para hacer sus compras.
    - Señora... Ambos sabemos que ese saco de arroz no vale lo que usted me está pidiendo.- Decía algo frustrado al ver que la vendedora no da su brazo a torcer. Kazuo había bajado a la ciudad que estaba al piel del monte Inari (Kyoto feudal) para comprar algunos víveres. Pero la vendedora era muy obstinada y vendía el arroz a más precio del que correspondía. Esta era una mujer de avanzada edad, arrugada como una pasa seca. En cambio el zorro lucia una apariencia totalmente humana, pasando desapercibido hasta que sus ojos eran avistados, ese color azul intenso llamaba la atención aunque este no la deseará. Kazuo respira hondo y cambia el semblante de su rostro. Hace alago de toda su galantería y le sonríe de una forma suave pero arrolladora. La anciana intenta reprimir una sonrisita nerviosa mientras intenta alisar los pliegues de su yukata. - Vamos señora Takana, ya sabe que soy un humilde monje en el santuario. ¿no me haría este pequeño favor?.- Le decía con leve sonrisa picarona. Evitaba hacer relucir sus encantos en público, pero todo sea por el buen regateo. La señora Takana finalmente cede, extendiéndole a Kazuo el saco de arroz mientras esta tomaba el dinero de la mano del joven. -Siempre terminas convenciéndome muchacho, no se cómo lo haces. A veces pienso que usas brujería contra mi.- Decía esta finalmente con una sonrisa en los labios, claramente encantada con la actitud de Kazuo hacia ella. -Ya sabe que estos encantos solo los reservo para usted señora Takana. Que Inari la acompañe.* Decía Kazuo sin perder esa sonrisa cautivadora. La escena no pasa del todo desarpecivida, ya que un grupo de jovenes casaderas cuchicheaban y reían de forma suave mirando a Kazuo. Este hace una leve inclinación hacia ellas a modo de respetuosa despedida. Esto hace que incluso una de ellas profiera un gritito de emoción, haciendo que el resto de las jovenes se revoluonaran a un más. El zorro continuo su paso entre las calles, algunas estrechas en dirección al resto de comercios para hacer sus compras.
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  • 𝐃𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐋𝐥𝐮𝐯𝐢𝐚
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    Categoría Otros
    - Era un dia lluvioso, Andrew habia terminado un trabajo pero se sentia mal ¿La razón? La persona con la que habia acabado hace unas horas era parte de su grupo de "amigos".

    - El siempre a dicho "Nunca mezclar vida privada con el trabajo" por lo que le daba igual si era amigo suyo, pareja o lo que sea, trabajo era trabajo.

    - Volviendo al tema, estaba algo decaido por lo que se puso una gorra, un tapaboca y se dirigio a un cafe, no iba a arriesgarse a que lo reconocieran y en meterse en problemas con la ley.

    - Al llegar a dicho cafe, ordeno un cafe amargo y comenzo a beberlo, su mirada estaba perdida pues sus pensamientos abarcaban todo de el, salio de su burbuja cuando sintio que alguien estaba cerca.

    ¿Hola?

    - Murmuro mirando como en el asiento de enfrente se habia sentado una persona, lo cual era raro pues no lo recordaba y habia muchos lugares libres

    ¿Se le solicita algo?

    - Ladeo la cabeza, fruncio el ceño y llevo su mano a su arma, no iba a arriesgarse a que lo reconozcan y lo delaten, o tal vez solo era una persona con ¿Buenas intenciones?...
    - Era un dia lluvioso, Andrew habia terminado un trabajo pero se sentia mal ¿La razón? La persona con la que habia acabado hace unas horas era parte de su grupo de "amigos". - El siempre a dicho "Nunca mezclar vida privada con el trabajo" por lo que le daba igual si era amigo suyo, pareja o lo que sea, trabajo era trabajo. - Volviendo al tema, estaba algo decaido por lo que se puso una gorra, un tapaboca y se dirigio a un cafe, no iba a arriesgarse a que lo reconocieran y en meterse en problemas con la ley. - Al llegar a dicho cafe, ordeno un cafe amargo y comenzo a beberlo, su mirada estaba perdida pues sus pensamientos abarcaban todo de el, salio de su burbuja cuando sintio que alguien estaba cerca. ¿Hola? - Murmuro mirando como en el asiento de enfrente se habia sentado una persona, lo cual era raro pues no lo recordaba y habia muchos lugares libres ¿Se le solicita algo? - Ladeo la cabeza, fruncio el ceño y llevo su mano a su arma, no iba a arriesgarse a que lo reconozcan y lo delaten, o tal vez solo era una persona con ¿Buenas intenciones?...
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  • Noche perpetua, un cielo negro que se pierde más allá de la vista.
    Un campo de rosas, pétalos carmesí, gotas escarlatas que se extienden hasta el oscuro horizonte.
    Allí yace Hansel Russo, de rodillas en medio de estatuas grotescamente troceadas y con sus restos esparcidos de un lado a otro.
    Otra vez estaba ahí, en ese mundo odioso y onírico. Pero ésta vez era diferente, pues en una de sus manos se encuentra enredado un peculiar hilo rojizo.

    —Mi pequeño y miserable Hansel, ¿Sabes qué es eso?—

    Russo alzó la mirada con el ceño fruncido, odiaba con su alma aquella voz burlona y arrogante.
    Al verlo notó que el hilo pasa por el lado de ese monstruo y se extiende hasta más allá de noche perpetua. No supo que responder, por lo que guardó silencio.

    —Es una distracción, Hansel, eso es. En algún futuro tratara de hacerte olvidar tu glorioso propósito.—

    —¿Cuál propósito, sufrir hasta los ochenta?—

    —¡Exacto!—

    Russo apretó los dientes, mientras cerraba sus manos en puños que tiemblan de rabia.

    —Pero no te preocupes, mi pequeño y miserable Hansel. Sé perfectamente cómo arreglarlo. —

    Hansel Russo presenció como ese monstruo tomó el hilo rojo desde dos alejados extremos con sus negras zarpas. Él tiró del hilo, lo tensó y lo estiró. Pero en su último intento lo cortó, tuvo que usar tanta fuerza que hizo temblar a Noche perpetua.

    Por un segundo, exactamente uno, Hansel Russo sintió frío, sintió como una aguda punzada atravesó su corazón y lo obligó a detenerse en ese corto momento. Por alguna razón se sentía vacío, como si le faltara algo, sentía un frío totalmente ajeno al que provocaba Noche perpetua.
    El hilo rojo se contrajo hasta perderse en el cielo negro, mientras que la parte de Russo quedó colgando en aquellas negras zarpas. Su brillo rojizo estaba muriendo, cada vez se tornaba más y más opaco.

    —¿Qué... Qué hiciste?—

    Tartamudeó el confundido Russo, quien miraba sin entender nada. Mientras que el monstruo, él sonreía, mostraba sus puntiagudos dientes en una sonrisa retorcida y demencial.

    —Tenía que ver con algo del destino, una cosa sin importancia; Algo con encontrarse con alguien especial. — Su respuesta iba cargada con aquella burla, con aquella arrogancia que le recordaba a Russo la enorme diferencia entre un humano y un ente de ese tipo.

    —Hansel Russo, aquel que marqué para ser mi punto de conexión con el mundo terrenal. Tu propósito es dar a conocer mi existencia, por cualquier medio que sea necesario. —

    El hombre de la marcas sintió como el aire era despojado de sus pulmones, de una forma tan agresiva que lo hizo caer de cara entre las rosas carmesí. No importa cuánto intentara, el aire simplemente no volvía y de a poco perdía la conciencia.

    —Así como te salvé de que cobraran tu alma en ese mugroso departamento, o como hiciste hace años en ese hospital psiquiátrico. Noche perpetua debe ser conocido, luego mi nombre será revelado. —

    Y eso fue lo último que escuchó Russo, luego de eso se hundió en un profundo silencio entre aquel mar de sangre y pétalos.

    .
    .
    .





    //Cualquiera diría que nomás ando torturando a Hansel a lo wey-
    PERO! Let me cook boy, todo va a tener su sentido- Si es que consigo dárselo

    Noche perpetua, un cielo negro que se pierde más allá de la vista. Un campo de rosas, pétalos carmesí, gotas escarlatas que se extienden hasta el oscuro horizonte. Allí yace Hansel Russo, de rodillas en medio de estatuas grotescamente troceadas y con sus restos esparcidos de un lado a otro. Otra vez estaba ahí, en ese mundo odioso y onírico. Pero ésta vez era diferente, pues en una de sus manos se encuentra enredado un peculiar hilo rojizo. —Mi pequeño y miserable Hansel, ¿Sabes qué es eso?— Russo alzó la mirada con el ceño fruncido, odiaba con su alma aquella voz burlona y arrogante. Al verlo notó que el hilo pasa por el lado de ese monstruo y se extiende hasta más allá de noche perpetua. No supo que responder, por lo que guardó silencio. —Es una distracción, Hansel, eso es. En algún futuro tratara de hacerte olvidar tu glorioso propósito.— —¿Cuál propósito, sufrir hasta los ochenta?— —¡Exacto!— Russo apretó los dientes, mientras cerraba sus manos en puños que tiemblan de rabia. —Pero no te preocupes, mi pequeño y miserable Hansel. Sé perfectamente cómo arreglarlo. — Hansel Russo presenció como ese monstruo tomó el hilo rojo desde dos alejados extremos con sus negras zarpas. Él tiró del hilo, lo tensó y lo estiró. Pero en su último intento lo cortó, tuvo que usar tanta fuerza que hizo temblar a Noche perpetua. Por un segundo, exactamente uno, Hansel Russo sintió frío, sintió como una aguda punzada atravesó su corazón y lo obligó a detenerse en ese corto momento. Por alguna razón se sentía vacío, como si le faltara algo, sentía un frío totalmente ajeno al que provocaba Noche perpetua. El hilo rojo se contrajo hasta perderse en el cielo negro, mientras que la parte de Russo quedó colgando en aquellas negras zarpas. Su brillo rojizo estaba muriendo, cada vez se tornaba más y más opaco. —¿Qué... Qué hiciste?— Tartamudeó el confundido Russo, quien miraba sin entender nada. Mientras que el monstruo, él sonreía, mostraba sus puntiagudos dientes en una sonrisa retorcida y demencial. —Tenía que ver con algo del destino, una cosa sin importancia; Algo con encontrarse con alguien especial. — Su respuesta iba cargada con aquella burla, con aquella arrogancia que le recordaba a Russo la enorme diferencia entre un humano y un ente de ese tipo. —Hansel Russo, aquel que marqué para ser mi punto de conexión con el mundo terrenal. Tu propósito es dar a conocer mi existencia, por cualquier medio que sea necesario. — El hombre de la marcas sintió como el aire era despojado de sus pulmones, de una forma tan agresiva que lo hizo caer de cara entre las rosas carmesí. No importa cuánto intentara, el aire simplemente no volvía y de a poco perdía la conciencia. —Así como te salvé de que cobraran tu alma en ese mugroso departamento, o como hiciste hace años en ese hospital psiquiátrico. Noche perpetua debe ser conocido, luego mi nombre será revelado. — Y eso fue lo último que escuchó Russo, luego de eso se hundió en un profundo silencio entre aquel mar de sangre y pétalos. . . . //Cualquiera diría que nomás ando torturando a Hansel a lo wey- PERO! Let me cook boy, todo va a tener su sentido- Si es que consigo dárselo :STK-21:
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  • ¿Un collar, un desayuno y un ramo de flores?
    ¡Es el mejor cumpleaños de toda mi vida!

    —Realmente, si, es el mejor cumpleaños de toda su vida—

    Sois los mejores, muchas gracias a Shawn Woodrow, Danny Bishop y a nuestra rolsage Caroline Forbes

    ¿Un collar, un desayuno y un ramo de flores? ¡Es el mejor cumpleaños de toda mi vida! —Realmente, si, es el mejor cumpleaños de toda su vida— Sois los mejores, muchas gracias a [Wdr3Shwn], [qtwarlock] y a nuestra rolsage [CarolineForbes]
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  • ㅤㅤ¿Qué decir de ella? Dependiendo de a quién se le pregunte se pueden obtener diferentes respuestas.
    Por un lado, Jia es una joven muy linda y con una sonrisa brillante que haría sentir bien a cualquiera, pero que en los últimos años ha dejado de mostrar. Es solo una pobre niña que está tratando de salir adelante sin tener demasiada ayuda de parte de sus progenitores.

    ㅤㅤ❝Creí que tenían un buen futuro, la familia Yoon. El padre era un oficial de policía muy disciplinado y con gran sentido de la justicia. La madre era una excelente chef que preparaba los mejores platillos que cualquiera haya degustado… Fue una total lástima el enterarme que el oficial terminó por caer en el alcohol y mató a varios inocentes en el trabajo. Escuché que también quiso asesinar a su esposa e hija… Bueno, ni hablar, justo, de la mujer que terminó en depresión y cayó en drogas. La niña tuvo que crecer muy rápido y arreglárselas por su cuenta, aunque los abuelos ayudaron un poco, pero no pudieron llevársela para darle mejor vida…❞, comentan algunos. Pero, no todos tienen esa misma opinión.

    ㅤㅤOtros la ven como una diablilla, siempre causando problemas, siendo irrespetuosa con los mayores y con un vocabulario muy vulgar. Lo único lindo que tiene es su apariencia inocente.

    ㅤㅤ❝Esa mocosa… ¡Me robó tres veces está semana! Es demasiado rápida, siempre quitándome cosas de la tienda cuando estoy ocupada… ¿Qué? ¡Claro que no me importa que esté en una “situación difícil”! ¡Todos tenemos tiempos complicados! Ella es lo suficientemente mayor para darse cuenta que debe hacer las cosas bien y con honra. ¡Y que no te engañe si actúa dulce! Es toda una mentirosa y manipuladora. Lo que es más, mejor ni se acerquen a ella. Hasta ha peleado en el colegio, todavía no puedo creer que no la han expulsado… Es una gran decepción.❞

    ㅤㅤㅤ¿Y qué es lo que Jia dice al respecto?

    —¿Debe interesarme lo que digan los demás? Vaya, no sabía que vivía para otros en vez de mí misma. Hago lo que se me da en gana, ¿qué harán? ¿Llevarme a prisión también? No me hagan reír. Hay cosas peores allá afuera y se rascan el culo mientras miran hacia otro lado. Imbéciles.

    ㅤㅤPor supuesto, ella tiene su propia forma de ver las cosas. Culpese a los padres o al ambiente del barrio donde viven, lo que fuese, ella ya se ha formado de esa manera y es difícil sacarla de ahí. Lo positivo es que no se ha metido en las drogas como su madre… no aún, al menos. Pero bueno, algunas lenguas de por ahí comentan todo lo contrario. A saber en qué anda realmente.
    ㅤㅤ¿Qué decir de ella? Dependiendo de a quién se le pregunte se pueden obtener diferentes respuestas. Por un lado, Jia es una joven muy linda y con una sonrisa brillante que haría sentir bien a cualquiera, pero que en los últimos años ha dejado de mostrar. Es solo una pobre niña que está tratando de salir adelante sin tener demasiada ayuda de parte de sus progenitores. ㅤㅤ❝Creí que tenían un buen futuro, la familia Yoon. El padre era un oficial de policía muy disciplinado y con gran sentido de la justicia. La madre era una excelente chef que preparaba los mejores platillos que cualquiera haya degustado… Fue una total lástima el enterarme que el oficial terminó por caer en el alcohol y mató a varios inocentes en el trabajo. Escuché que también quiso asesinar a su esposa e hija… Bueno, ni hablar, justo, de la mujer que terminó en depresión y cayó en drogas. La niña tuvo que crecer muy rápido y arreglárselas por su cuenta, aunque los abuelos ayudaron un poco, pero no pudieron llevársela para darle mejor vida…❞, comentan algunos. Pero, no todos tienen esa misma opinión. ㅤㅤOtros la ven como una diablilla, siempre causando problemas, siendo irrespetuosa con los mayores y con un vocabulario muy vulgar. Lo único lindo que tiene es su apariencia inocente. ㅤㅤ❝Esa mocosa… ¡Me robó tres veces está semana! Es demasiado rápida, siempre quitándome cosas de la tienda cuando estoy ocupada… ¿Qué? ¡Claro que no me importa que esté en una “situación difícil”! ¡Todos tenemos tiempos complicados! Ella es lo suficientemente mayor para darse cuenta que debe hacer las cosas bien y con honra. ¡Y que no te engañe si actúa dulce! Es toda una mentirosa y manipuladora. Lo que es más, mejor ni se acerquen a ella. Hasta ha peleado en el colegio, todavía no puedo creer que no la han expulsado… Es una gran decepción.❞ ㅤㅤㅤ¿Y qué es lo que Jia dice al respecto? —¿Debe interesarme lo que digan los demás? Vaya, no sabía que vivía para otros en vez de mí misma. Hago lo que se me da en gana, ¿qué harán? ¿Llevarme a prisión también? No me hagan reír. Hay cosas peores allá afuera y se rascan el culo mientras miran hacia otro lado. Imbéciles. ㅤㅤPor supuesto, ella tiene su propia forma de ver las cosas. Culpese a los padres o al ambiente del barrio donde viven, lo que fuese, ella ya se ha formado de esa manera y es difícil sacarla de ahí. Lo positivo es que no se ha metido en las drogas como su madre… no aún, al menos. Pero bueno, algunas lenguas de por ahí comentan todo lo contrario. A saber en qué anda realmente.
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    [ 多利安 • S͜͡ a͍ n͍ d͜͡ m͍ a͜͡ n͜͡  •
    ─ King of dreams ㅤ⬭ 𓈒♰ㅤ


    Soy la antivida, la bestia del juicio.
    Soy la oscuridad al fin de todo.
    Fin de universos, dioses, mundos...
    de todo. ¿Qué serás tú, soñador?
    ¿Esperanza?


    ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ [ 多利安 • S͜͡ a͍ n͍ d͜͡ m͍ a͜͡ n͜͡  • ─ King of dreams ㅤ⬭ 𓈒♰ㅤ Soy la antivida, la bestia del juicio. Soy la oscuridad al fin de todo. Fin de universos, dioses, mundos... de todo. ¿Qué serás tú, soñador? ¿Esperanza?
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    He vuelto a la vida por aqui, Pero como a nadie le importara, vuelvo a mi sueño eterno.
    He vuelto a la vida por aqui, Pero como a nadie le importara, vuelvo a mi sueño eterno.
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  • Mascarade
    Fandom Kuroshitsuji/Black Butler OC y otros
    Categoría Otros
    El espejo reflejaba a un joven adolescente ataviado con una levita azul marino de intrincados detalles dorados. Sus pantalones eran de un simple blanco que contrastaba elegantemente, a juego con sus zapatos oscuros. Pero, aunque pareciera que estaba listo para partir, faltaba un elemento importante, de hecho, el que le daba todo el sentido a sus ropajes: una máscara, bordeada de dorado y de un azul tan hermoso como sus ojos. Esta estaba sobre la cama. Junior caminó con calma hacia ella y la tomó de una manera reverente.
    —Tú serás la encargada de llevarme al exterior —musitó, hablándole a la máscara como si se tratara de una persona. Junior disfrutaba de la teatralidad, tal vez porque no tenía amigos con los cuales hablar.
    Digamos que, "por casualidad", Junior se enteró de que se haría una mascarada en la mansión de un príncipe, y sus padres habían sido invitados. Por supuesto, Junior no podía ir; era demasiado joven para participar de ese tipo de festividades, quién sabe por qué. Además, sus padres procuraban mantenerlo alejado de la sociedad para ocultar su naturaleza: un hijo ilegítimo no podía salir a la luz.
    Sin embargo, Junior había heredado la astucia e intrepidez de sus padres, y una simple orden no lo detendría de ir a donde quería. De hecho, esta sería la primera vez que escaparía de casa y, más que sentir culpa, sentía cierta emoción al respecto.
    De alguna forma, había convencido al jardinero, Finnian, para que lo llevara hasta la mansión de aquel príncipe. Como todos estarían utilizando máscaras, sus padres no podrían reconocerlo.
    Junior tomó la máscara que estaba sobre la cama y se la puso con reverencia. Luego, se encaminó hacia la salida, donde el jardinero lo llevaría, y donde, finalmente, podría saborear lo que era la sociedad británica en su esplendor.
    El espejo reflejaba a un joven adolescente ataviado con una levita azul marino de intrincados detalles dorados. Sus pantalones eran de un simple blanco que contrastaba elegantemente, a juego con sus zapatos oscuros. Pero, aunque pareciera que estaba listo para partir, faltaba un elemento importante, de hecho, el que le daba todo el sentido a sus ropajes: una máscara, bordeada de dorado y de un azul tan hermoso como sus ojos. Esta estaba sobre la cama. Junior caminó con calma hacia ella y la tomó de una manera reverente. —Tú serás la encargada de llevarme al exterior —musitó, hablándole a la máscara como si se tratara de una persona. Junior disfrutaba de la teatralidad, tal vez porque no tenía amigos con los cuales hablar. Digamos que, "por casualidad", Junior se enteró de que se haría una mascarada en la mansión de un príncipe, y sus padres habían sido invitados. Por supuesto, Junior no podía ir; era demasiado joven para participar de ese tipo de festividades, quién sabe por qué. Además, sus padres procuraban mantenerlo alejado de la sociedad para ocultar su naturaleza: un hijo ilegítimo no podía salir a la luz. Sin embargo, Junior había heredado la astucia e intrepidez de sus padres, y una simple orden no lo detendría de ir a donde quería. De hecho, esta sería la primera vez que escaparía de casa y, más que sentir culpa, sentía cierta emoción al respecto. De alguna forma, había convencido al jardinero, Finnian, para que lo llevara hasta la mansión de aquel príncipe. Como todos estarían utilizando máscaras, sus padres no podrían reconocerlo. Junior tomó la máscara que estaba sobre la cama y se la puso con reverencia. Luego, se encaminó hacia la salida, donde el jardinero lo llevaría, y donde, finalmente, podría saborear lo que era la sociedad británica en su esplendor.
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  • En el corazón de la espesura, un roble se erguía entre los demás como un guardián olvidado, adornado con cientos de listones rojos que pendían de sus ramas desnudas. Bajo él, una espada antigua, oscura y manchada por los años, descansaba flotante al ras de la tierra. Se decía que eran sellos de una prisión destinada a contener una criatura antigua, cuyo poder se rumoreaba devastador, pero hacía siglos que nadie había osado acercarse para confirmar las leyendas.

    Hace una semana, sin previo aviso, un incendio comenzó a arrasar el bosque con una furia desmedida. Las llamas, como bestias salvajes, devoraban todo a su paso mientras el cielo se oscurecía bajo una capa plomiza de ceniza. El viento traía consigo el olor de la destrucción, y los reinos circundantes comenzaron a alarmarse al ver cómo las partículas de ceniza cubrían sus campos y aldeas. Pero algo extraño ocurrió cuando el fuego alcanzó el epicentro: una luz dorada brilló momentáneamente debajo de la espada, y las llamas, voraces en todo lo demás, se detuvieron.

    En las próximas horas y días, los aldeanos lejanos comenzaron a hablar en susurros, sus historias llenas de miedo y advertencias. Decían que la criatura encerrada había despertado lo suficiente para proteger su prisión de ser destruida. Nadie sabía si aquello era un simple rumor o una advertencia verdadera de que el sello comenzaba a debilitarse. Entretanto, los gobernantes de los reinos, viendo las señales de destrucción desde la distancia, enviaron a sus mejores soldados a investigar. Los guerreros avanzaron cubiertos por una capa de ceniza, esperando encontrar un volcán o un pirómano que explicara el desastre, pero lo que hallaron fue algo mucho más inquietante.

    Se toparon con el árbol ancestral y solitario en medio de la desolación. El aire alrededor del árbol era denso, pesado, como si algo invisible estuviera observando desde las sombras. Ninguno de ellos había visto algo igual: Permanecía ileso, protegido por una fuerza misteriosa, mientras el resto del bosque había sido reducido a cenizas.

    Uno de los soldados, joven e imprudente, se adelantó hacia la espada misteriosa. Al extender su mano, una ráfaga de viento súbito lo hizo retroceder, moviendo los listones con una furia que no parecía natural. El capitán del grupo, más sabio y experimentado, ordenó detenerse. Comprendía que lo que enfrentaban no era un simple fenómeno natural, sino algo mucho más antiguo y peligroso. Las llamas habían respetado aquel lugar por una razón, y lo que yacía bajo la espada no debía ser despertado.

    Mientras los guerreros montaban guardia a gran distancia, esperando instrucciones de sus reinos, los rumores de la criatura aprisionada comenzaron a extenderse como la ceniza que aún flotaba en el aire. Los reyes y señores de las tierras cercanas deliberaban, divididos entre el temor y la ambición. Algunos creían que debían dejar el sello intacto, temerosos de desatar un mal imposible de controlar. Otros, seducidos por el poder que podría esconderse bajo el árbol, pensaban que era hora de tomar la espada y enfrentar el misterio que había permanecido oculto por tanto tiempo. El destino del reino pendía de un hilo, mientras la sombra de la criatura permanecía al acecho.

    En el corazón de la espesura, un roble se erguía entre los demás como un guardián olvidado, adornado con cientos de listones rojos que pendían de sus ramas desnudas. Bajo él, una espada antigua, oscura y manchada por los años, descansaba flotante al ras de la tierra. Se decía que eran sellos de una prisión destinada a contener una criatura antigua, cuyo poder se rumoreaba devastador, pero hacía siglos que nadie había osado acercarse para confirmar las leyendas. Hace una semana, sin previo aviso, un incendio comenzó a arrasar el bosque con una furia desmedida. Las llamas, como bestias salvajes, devoraban todo a su paso mientras el cielo se oscurecía bajo una capa plomiza de ceniza. El viento traía consigo el olor de la destrucción, y los reinos circundantes comenzaron a alarmarse al ver cómo las partículas de ceniza cubrían sus campos y aldeas. Pero algo extraño ocurrió cuando el fuego alcanzó el epicentro: una luz dorada brilló momentáneamente debajo de la espada, y las llamas, voraces en todo lo demás, se detuvieron. En las próximas horas y días, los aldeanos lejanos comenzaron a hablar en susurros, sus historias llenas de miedo y advertencias. Decían que la criatura encerrada había despertado lo suficiente para proteger su prisión de ser destruida. Nadie sabía si aquello era un simple rumor o una advertencia verdadera de que el sello comenzaba a debilitarse. Entretanto, los gobernantes de los reinos, viendo las señales de destrucción desde la distancia, enviaron a sus mejores soldados a investigar. Los guerreros avanzaron cubiertos por una capa de ceniza, esperando encontrar un volcán o un pirómano que explicara el desastre, pero lo que hallaron fue algo mucho más inquietante. Se toparon con el árbol ancestral y solitario en medio de la desolación. El aire alrededor del árbol era denso, pesado, como si algo invisible estuviera observando desde las sombras. Ninguno de ellos había visto algo igual: Permanecía ileso, protegido por una fuerza misteriosa, mientras el resto del bosque había sido reducido a cenizas. Uno de los soldados, joven e imprudente, se adelantó hacia la espada misteriosa. Al extender su mano, una ráfaga de viento súbito lo hizo retroceder, moviendo los listones con una furia que no parecía natural. El capitán del grupo, más sabio y experimentado, ordenó detenerse. Comprendía que lo que enfrentaban no era un simple fenómeno natural, sino algo mucho más antiguo y peligroso. Las llamas habían respetado aquel lugar por una razón, y lo que yacía bajo la espada no debía ser despertado. Mientras los guerreros montaban guardia a gran distancia, esperando instrucciones de sus reinos, los rumores de la criatura aprisionada comenzaron a extenderse como la ceniza que aún flotaba en el aire. Los reyes y señores de las tierras cercanas deliberaban, divididos entre el temor y la ambición. Algunos creían que debían dejar el sello intacto, temerosos de desatar un mal imposible de controlar. Otros, seducidos por el poder que podría esconderse bajo el árbol, pensaban que era hora de tomar la espada y enfrentar el misterio que había permanecido oculto por tanto tiempo. El destino del reino pendía de un hilo, mientras la sombra de la criatura permanecía al acecho.
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  • — Veo que la vida no te ha tratado del todo bien, me compadezco de ti. "Conmigo" solía ser más o menos igual, hasta que un día tome el control de todo, ha sido una experiencia enriquecedora dentro de tanta sombra, aunque las sombras y la oscuridad siempre van a estar ahí, después de todo reflejan lo que soy.
    — Veo que la vida no te ha tratado del todo bien, me compadezco de ti. "Conmigo" solía ser más o menos igual, hasta que un día tome el control de todo, ha sido una experiencia enriquecedora dentro de tanta sombra, aunque las sombras y la oscuridad siempre van a estar ahí, después de todo reflejan lo que soy.
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