• — Dejé salir mi lado más humano, por un momento... eso acaba conmigo. No, eso no va a volver a pasar, en consecuencia usaré mi color favorito, el de la venganza, el placer prohibido y el resurgir.
    #Buenfindesemana.
    — Dejé salir mi lado más humano, por un momento... eso acaba conmigo. No, eso no va a volver a pasar, en consecuencia usaré mi color favorito, el de la venganza, el placer prohibido y el resurgir. #Buenfindesemana.
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  • Ángela Di Trapani avanzó lentamente por la penumbra del almacén abandonado, con la mente ardiendo en un torbellino de recuerdos y rencores. Cada paso resonaba en sus oídos como un golpe de puño contra su alma, porque sabía que aquella búsqueda no era sólo por respuestas, sino por justicia — y quizás, por venganza.

    Buscaba la verdad tras el velo de traiciones y sangre, con la determinación de una mujer que no se rendiría hasta desenmascarar quién movía los hilos que amenazan con apagar su vida para siempre. Ángela no sólo iba a encontrar respuestas... iba a hacer que todos pagaran por cada cicatriz, visible o no, que le dejó aquel pasado oscuro y lo iba a conseguir con ayuda.

    Al llegar al lugar específico de aquel almacén lo primero que la recibió fue una pelea a puño limpio con la hija del mafioso que había asesinado bajo sus ordenes, al combate se hizo largo pero al ganar obtendría lo que quisiera y quería respuestas.
    Ángela Di Trapani avanzó lentamente por la penumbra del almacén abandonado, con la mente ardiendo en un torbellino de recuerdos y rencores. Cada paso resonaba en sus oídos como un golpe de puño contra su alma, porque sabía que aquella búsqueda no era sólo por respuestas, sino por justicia — y quizás, por venganza. Buscaba la verdad tras el velo de traiciones y sangre, con la determinación de una mujer que no se rendiría hasta desenmascarar quién movía los hilos que amenazan con apagar su vida para siempre. Ángela no sólo iba a encontrar respuestas... iba a hacer que todos pagaran por cada cicatriz, visible o no, que le dejó aquel pasado oscuro y lo iba a conseguir con ayuda. Al llegar al lugar específico de aquel almacén lo primero que la recibió fue una pelea a puño limpio con la hija del mafioso que había asesinado bajo sus ordenes, al combate se hizo largo pero al ganar obtendría lo que quisiera y quería respuestas.
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  • "Era uno de esos seres nacidos para la grandeza de un solo amor, para el odio exagerado, para la venganza apocalíptica y para el heroísmo más sublime"
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    - "Ja..ja..jaa", me has pillado, ya puedes bajar ese dichoso chisme (pistola de agua). Te aviso que las venganzas se sirven en frío… #SeductiveSunday
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    **La caída del ángel**

    En el alba luminosa de un cielo perdido,
    una doncella de luz pura y celestial,
    seguía con devoción inmaculada
    a su hermano amado en su divine sendero.
    Sus alas, resplandecientes como astros,
    susurraban plegarias en el silencio celeste,
    testimonio de una fidelidad que trascendía la eternidad.

    Mas la justicia, rígida y voraz,
    la juzgó con rigor de piedra y ceniza,
    y en un acto de crueldad insondable,
    la expulsó, vil perro desterrado
    de la morada de las estrellas,
    rechazada por la candidez de su alma.

    Sus alas, otrora faro de luz, se tiñeron
    de un negro ceniciento, como ceniza del amor perdido,
    reflejo de su descenso, de su caída inexorable.
    Sobre su cabellera, en lugar de una aureola de paz,
    Ahora adornan dos monstruosidades, devorando la pureza con su mirada;
    símbolos de la vergüenza y el dolor que la consumen.

    Su espíritu, antes etéreo, se oscureció en la sombra,
    una criatura brotada del resentimiento y el odio,
    latente en su pecho una llama de venganza,
    que arde con furia en un cosmos de desesperanza.

    La dulzura, su esencia, se convirtió en tormento,
    un eco de lamentos en la penumbra eterna,
    mientras los ecos celestiales se desvanecían,
    dejando solo gritos dispersos en la noche infinita—
    un alma caída en busca de redención y venganza.

    ---
    **La caída del ángel** En el alba luminosa de un cielo perdido, una doncella de luz pura y celestial, seguía con devoción inmaculada a su hermano amado en su divine sendero. Sus alas, resplandecientes como astros, susurraban plegarias en el silencio celeste, testimonio de una fidelidad que trascendía la eternidad. Mas la justicia, rígida y voraz, la juzgó con rigor de piedra y ceniza, y en un acto de crueldad insondable, la expulsó, vil perro desterrado de la morada de las estrellas, rechazada por la candidez de su alma. Sus alas, otrora faro de luz, se tiñeron de un negro ceniciento, como ceniza del amor perdido, reflejo de su descenso, de su caída inexorable. Sobre su cabellera, en lugar de una aureola de paz, Ahora adornan dos monstruosidades, devorando la pureza con su mirada; símbolos de la vergüenza y el dolor que la consumen. Su espíritu, antes etéreo, se oscureció en la sombra, una criatura brotada del resentimiento y el odio, latente en su pecho una llama de venganza, que arde con furia en un cosmos de desesperanza. La dulzura, su esencia, se convirtió en tormento, un eco de lamentos en la penumbra eterna, mientras los ecos celestiales se desvanecían, dejando solo gritos dispersos en la noche infinita— un alma caída en busca de redención y venganza. ---
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  • El Adiós en la Lápida Fría
    Fandom OC
    CategorΓ­a Original
    El cementerio de veteranos era un mar de mármol gris bajo un cielo que amenazaba con llover. Las nubes bajas y plomizas se cernían sobre Seúl, reflejando el estado de ánimo de Alexei. Sus pasos eran silenciosos sobre el camino de grava, una rutina de años que no había roto ni una sola vez. Se detuvo ante una lápida sencilla, sin nombre, solo con un número de serie militar tachado y una fecha de fallecimiento. Aquí yacía Dimitri.

    Alexei se arrodilló, su mano enguantada trazando las letras desgastadas por el tiempo. No tenía un ramo de flores, ni una lágrima en el ojo. Su dolor era más profundo, un vacío que se había vuelto una parte de su ser.

    "Ha pasado mucho tiempo, Dimitri," comenzó, su voz apenas un susurro que el viento se llevó. "Los recuerdos son más claros cada día, pero la rabia no me deja vivir. Me he convertido en un fantasma, un animal que solo sabe cazar. Y lo hago por ti."

    Se detuvo, su mirada clavada en la lápida. La venganza era su único propósito, la única forma de honrar el recuerdo de su amor. Pero incluso ese propósito se sentía vacío.

    "Lo encontraré," continuó, con una nueva determinación en su voz. "Al Comandante Volkov. Le haré pagar por lo que te hizo. Por lo que nos hizo. Pero después de eso... tengo que dejarte ir."

    Una pausa, llena de un dolor que se negaba a sentir. Luego, con una voz apenas audible, confesó: "Hay alguien más. Alguien que no debería importar. Alguien a quien conocí en un callejón. Y por alguna razón... me hizo sentir algo. Algo que creí que había muerto."

    "No confío en él, no puedo confiar en nadie. Pero la idea de tener algo más que el pasado... La idea me asusta, pero también me atrae."

    Se levantó, la frialdad de la tumba ya no lo afectaba. "Te dejaré ir, Dimitri. Me vengaré, pero no viviré para siempre en este dolor. Espero que lo entiendas."

    En un acto final, desabrochó la placa de identificación militar que colgaba de su cuello, la única reliquia que conservaba de su vida pasada, y la dejó sobre la lápida. Era un símbolo de su decisión. Se dio la vuelta y se marchó, sin mirar atrás. El fantasma que había sido por años dejaba una parte de sí mismo en el pasado, buscando un futuro incierto pero, por primera vez, posible.
    El cementerio de veteranos era un mar de mármol gris bajo un cielo que amenazaba con llover. Las nubes bajas y plomizas se cernían sobre Seúl, reflejando el estado de ánimo de Alexei. Sus pasos eran silenciosos sobre el camino de grava, una rutina de años que no había roto ni una sola vez. Se detuvo ante una lápida sencilla, sin nombre, solo con un número de serie militar tachado y una fecha de fallecimiento. Aquí yacía Dimitri. Alexei se arrodilló, su mano enguantada trazando las letras desgastadas por el tiempo. No tenía un ramo de flores, ni una lágrima en el ojo. Su dolor era más profundo, un vacío que se había vuelto una parte de su ser. "Ha pasado mucho tiempo, Dimitri," comenzó, su voz apenas un susurro que el viento se llevó. "Los recuerdos son más claros cada día, pero la rabia no me deja vivir. Me he convertido en un fantasma, un animal que solo sabe cazar. Y lo hago por ti." Se detuvo, su mirada clavada en la lápida. La venganza era su único propósito, la única forma de honrar el recuerdo de su amor. Pero incluso ese propósito se sentía vacío. "Lo encontraré," continuó, con una nueva determinación en su voz. "Al Comandante Volkov. Le haré pagar por lo que te hizo. Por lo que nos hizo. Pero después de eso... tengo que dejarte ir." Una pausa, llena de un dolor que se negaba a sentir. Luego, con una voz apenas audible, confesó: "Hay alguien más. Alguien que no debería importar. Alguien a quien conocí en un callejón. Y por alguna razón... me hizo sentir algo. Algo que creí que había muerto." "No confío en él, no puedo confiar en nadie. Pero la idea de tener algo más que el pasado... La idea me asusta, pero también me atrae." Se levantó, la frialdad de la tumba ya no lo afectaba. "Te dejaré ir, Dimitri. Me vengaré, pero no viviré para siempre en este dolor. Espero que lo entiendas." En un acto final, desabrochó la placa de identificación militar que colgaba de su cuello, la única reliquia que conservaba de su vida pasada, y la dejó sobre la lápida. Era un símbolo de su decisión. Se dio la vuelta y se marchó, sin mirar atrás. El fantasma que había sido por años dejaba una parte de sí mismo en el pasado, buscando un futuro incierto pero, por primera vez, posible.
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    @β™± π•½π–”π–‡π–Žπ–“ 🎡🎢

    Dejo pequeño resumen para que nadie se vuelva loco, ha sido una aventura corta pero divertida.

    Crónica de la Noche en la Aldea Silente

    Partimos al anochecer, guiados por una inquietud que no supimos explicar del todo. Algo nos decía que, en las ruinas de la aldea que Robin había destruido bajo la influencia de la corrupción, quedaba una verdad olvidada. No buscábamos venganza, sino respuestas… y quizá, una manera de salvarla.

    El camino fue silencioso, roto solo por el crepitar de la hoguera en nuestro campamento. Al amanecer, las primeras casas derruidas surgieron entre la bruma. Entre muros quemados y calles cubiertas de ceniza, los fantasmas de los aldeanos nos observaban en silencio. Algunos revivían ecos de su vida pasada; otros, atrapados en su dolor, mostraban hostilidad, pero logramos calmarlos sin recurrir a la violencia.

    En la plaza central, el aire se volvió más denso, casi irrespirable. Allí apareció la Doncella Protectora: una figura de belleza retorcida, gótica y perturbadora, que nos observaba con una sonrisa rota, babeando sangre, y riendo de manera intermitente. No atacó, pero sus pasos lentos y su presencia opresiva dejaban claro que no permitiría nuestro avance.

    Comprendimos que no podíamos enfrentarnos a ella con palabras. Fue entonces cuando, usando el fragmento de metal forjado por el herrero, la obligamos a retroceder. No la destruimos; se desvaneció entre la niebla, dejando tras de sí un silencio inquietante.

    Bajo una losa de piedra, donde ella se había plantado, hallamos el grimorio. Sus páginas, protegidas por encantos antiguos, nos prometen la clave para comprender qué fuerza oscura intenta poseerte… y, con suerte, cómo romper sus cadenas.
    @[Oneiros_88] @[Robin] Dejo pequeño resumen para que nadie se vuelva loco, ha sido una aventura corta pero divertida. Crónica de la Noche en la Aldea Silente Partimos al anochecer, guiados por una inquietud que no supimos explicar del todo. Algo nos decía que, en las ruinas de la aldea que Robin había destruido bajo la influencia de la corrupción, quedaba una verdad olvidada. No buscábamos venganza, sino respuestas… y quizá, una manera de salvarla. El camino fue silencioso, roto solo por el crepitar de la hoguera en nuestro campamento. Al amanecer, las primeras casas derruidas surgieron entre la bruma. Entre muros quemados y calles cubiertas de ceniza, los fantasmas de los aldeanos nos observaban en silencio. Algunos revivían ecos de su vida pasada; otros, atrapados en su dolor, mostraban hostilidad, pero logramos calmarlos sin recurrir a la violencia. En la plaza central, el aire se volvió más denso, casi irrespirable. Allí apareció la Doncella Protectora: una figura de belleza retorcida, gótica y perturbadora, que nos observaba con una sonrisa rota, babeando sangre, y riendo de manera intermitente. No atacó, pero sus pasos lentos y su presencia opresiva dejaban claro que no permitiría nuestro avance. Comprendimos que no podíamos enfrentarnos a ella con palabras. Fue entonces cuando, usando el fragmento de metal forjado por el herrero, la obligamos a retroceder. No la destruimos; se desvaneció entre la niebla, dejando tras de sí un silencio inquietante. Bajo una losa de piedra, donde ella se había plantado, hallamos el grimorio. Sus páginas, protegidas por encantos antiguos, nos prometen la clave para comprender qué fuerza oscura intenta poseerte… y, con suerte, cómo romper sus cadenas.
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  • ---

    Y se proyecta en mí el espectro de la venganza.

    Habita en mi corazón como un árbol de raíces rojas.

    Si bien prefiero que perturbe mi paz.

    Me dirijo a él y lo venero.

    Como si fuera lo que perdí.

    Lo que he sido.

    No es más que un espejismo egoísta.

    Un proyecto que se ha visto truncado.

    Desde la oración.

    Con la que lo visto.

    Lo vislumbro como la profecía.

    Con la que me invocaron.

    Es este su tocado.

    Sobre mis pasos posa huellas de inocencia.

    Inmerecida para mí.

    Que no soporto lo que está escondido.

    Entre secretos.

    Entre recovecos que no sé como mediar.

    En una meditación.

    Solloza el pasado, presente y futuro.

    De mi propio exilio.

    Soñado.

    Austero.

    Justo.
    --- Y se proyecta en mí el espectro de la venganza. Habita en mi corazón como un árbol de raíces rojas. Si bien prefiero que perturbe mi paz. Me dirijo a él y lo venero. Como si fuera lo que perdí. Lo que he sido. No es más que un espejismo egoísta. Un proyecto que se ha visto truncado. Desde la oración. Con la que lo visto. Lo vislumbro como la profecía. Con la que me invocaron. Es este su tocado. Sobre mis pasos posa huellas de inocencia. Inmerecida para mí. Que no soporto lo que está escondido. Entre secretos. Entre recovecos que no sé como mediar. En una meditación. Solloza el pasado, presente y futuro. De mi propio exilio. Soñado. Austero. Justo.
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  • @SilverStC | Gotham | #LittleSecrets

    A veces, la verdad no necesita ser dicha en voz alta.

    Hoy, en una sala fría y llena de espejos, vi algo que no estaba en la lista oficial.

    No siempre se gana más apuntando con el dedo. A veces, basta con una sonrisa... y un guiño.

    La justicia es un concepto amplio. La venganza, uno mucho más divertido.

    S.

    πΏπ‘Ž π‘π‘œπ‘šπ‘–π‘ π‘Žπ‘Ÿπœ„Μπ‘Ž π‘œπ‘™πœ„Μπ‘Ž π‘Ž π‘π‘Žπ‘“π‘’Μ π‘Ÿπ‘’π‘π‘Žπ‘™π‘’π‘›π‘‘π‘Žπ‘‘π‘œ 𝑦 π‘π‘Žπ‘π‘’π‘™π‘’π‘  π˜©π‘’Μπ‘šπ‘’π‘‘π‘œπ‘ . π‘†π‘–π‘™π‘£π‘’π‘Ÿ 𝑠𝑒 π‘ π‘’π‘›π‘‘π‘œΜ π‘π‘œπ‘› π‘™π‘Žπ‘  π‘π‘–π‘’π‘Ÿπ‘›π‘Žπ‘  π‘π‘Ÿπ‘’π‘§π‘Žπ‘‘π‘Žπ‘ , 𝑒𝑙 π‘Žπ‘π‘Ÿπ‘–π‘”π‘œ π‘π‘’π‘Ÿπ‘“π‘’π‘π‘‘π‘Žπ‘šπ‘’π‘›π‘‘π‘’ π‘π‘œπ‘™π‘œπ‘π‘Žπ‘‘π‘œ π‘ π‘œπ‘π‘Ÿπ‘’ π‘™π‘œπ‘  π˜©π‘œπ‘šπ‘π‘Ÿπ‘œπ‘ , π‘šπ‘–π‘’π‘›π‘‘π‘Ÿπ‘Žπ‘  𝑒𝑛 𝑑𝑒𝑑𝑒𝑐𝑑𝑖𝑣𝑒 𝑒π‘₯π‘π‘™π‘–π‘π‘Žπ‘π‘Ž 𝑒𝑙 π‘π‘Ÿπ‘œπ‘π‘’π‘‘π‘–π‘šπ‘–π‘’π‘›π‘‘π‘œ 𝑑𝑒 π‘™π‘Ž π‘Ÿπ‘’π‘’π‘‘π‘Ž 𝑑𝑒 π‘Ÿπ‘’π‘π‘œπ‘›π‘œπ‘π‘–π‘šπ‘–π‘’π‘›π‘‘π‘œ.

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    @SilverStC | Gotham | #LittleSecrets A veces, la verdad no necesita ser dicha en voz alta. Hoy, en una sala fría y llena de espejos, vi algo que no estaba en la lista oficial. No siempre se gana más apuntando con el dedo. A veces, basta con una sonrisa... y un guiño. La justicia es un concepto amplio. La venganza, uno mucho más divertido. —πŸ˜‰ S. πΏπ‘Ž π‘π‘œπ‘šπ‘–π‘ π‘Žπ‘Ÿπœ„Μπ‘Ž π‘œπ‘™πœ„Μπ‘Ž π‘Ž π‘π‘Žπ‘“π‘’Μ π‘Ÿπ‘’π‘π‘Žπ‘™π‘’π‘›π‘‘π‘Žπ‘‘π‘œ 𝑦 π‘π‘Žπ‘π‘’π‘™π‘’π‘  π˜©π‘’Μπ‘šπ‘’π‘‘π‘œπ‘ . π‘†π‘–π‘™π‘£π‘’π‘Ÿ 𝑠𝑒 π‘ π‘’π‘›π‘‘π‘œΜ π‘π‘œπ‘› π‘™π‘Žπ‘  π‘π‘–π‘’π‘Ÿπ‘›π‘Žπ‘  π‘π‘Ÿπ‘’π‘§π‘Žπ‘‘π‘Žπ‘ , 𝑒𝑙 π‘Žπ‘π‘Ÿπ‘–π‘”π‘œ π‘π‘’π‘Ÿπ‘“π‘’π‘π‘‘π‘Žπ‘šπ‘’π‘›π‘‘π‘’ π‘π‘œπ‘™π‘œπ‘π‘Žπ‘‘π‘œ π‘ π‘œπ‘π‘Ÿπ‘’ π‘™π‘œπ‘  π˜©π‘œπ‘šπ‘π‘Ÿπ‘œπ‘ , π‘šπ‘–π‘’π‘›π‘‘π‘Ÿπ‘Žπ‘  𝑒𝑛 𝑑𝑒𝑑𝑒𝑐𝑑𝑖𝑣𝑒 𝑒π‘₯π‘π‘™π‘–π‘π‘Žπ‘π‘Ž 𝑒𝑙 π‘π‘Ÿπ‘œπ‘π‘’π‘‘π‘–π‘šπ‘–π‘’π‘›π‘‘π‘œ 𝑑𝑒 π‘™π‘Ž π‘Ÿπ‘’π‘’π‘‘π‘Ž 𝑑𝑒 π‘Ÿπ‘’π‘π‘œπ‘›π‘œπ‘π‘–π‘šπ‘–π‘’π‘›π‘‘π‘œ. π‘‡π‘Ÿπ‘Žπ‘  𝑒𝑙 π‘π‘Ÿπ‘–π‘ π‘‘π‘Žπ‘™, π‘π‘–π‘›π‘π‘œ π˜©π‘œπ‘šπ‘π‘Ÿπ‘’π‘  π‘Žπ‘™π‘–π‘›π‘’π‘Žπ‘‘π‘œπ‘ . πΈπ‘›π‘‘π‘Ÿπ‘’ π‘’π‘™π‘™π‘œπ‘ , π‘’π‘›π‘œ π‘π‘œπ‘› π‘™π‘Ž π‘ π‘œπ‘›π‘Ÿπ‘–π‘ π‘Ž π‘π‘œπ‘›π‘‘π‘’π‘›π‘–π‘‘π‘Ž 𝑑𝑒 π‘žπ‘’π‘–π‘’π‘› π‘ π‘Žπ‘π‘’ π‘žπ‘’π‘’ π‘’π‘™π‘™π‘Ž π‘™π‘œ π˜©π‘Ž π‘Ÿπ‘’π‘π‘œπ‘›π‘œπ‘π‘–π‘‘π‘œ. π‘†π‘–π‘™π‘£π‘’π‘Ÿ π‘›π‘œ π‘π‘’π‘ π‘‘π‘Žπ‘›Μƒπ‘’π‘œΜ. πΉπ‘–π‘›π‘”π‘–π‘œΜ π‘œπ‘π‘ π‘’π‘Ÿπ‘£π‘Žπ‘Ÿ π‘Ž π‘‘π‘œπ‘‘π‘œπ‘  π‘π‘œπ‘› π‘–π‘”π‘’π‘Žπ‘™ π‘Žπ‘‘π‘’π‘›π‘π‘–π‘œΜπ‘›… π˜©π‘Žπ‘ π‘‘π‘Ž π‘žπ‘’π‘’ 𝑠𝑒𝑠 π‘šπ‘–π‘Ÿπ‘Žπ‘‘π‘Žπ‘  𝑠𝑒 π‘π‘Ÿπ‘’π‘§π‘Žπ‘Ÿπ‘œπ‘›. πΈπ‘›π‘‘π‘œπ‘›π‘π‘’π‘ , π‘Žπ‘π‘’π‘›π‘Žπ‘ , 𝑙𝑒 π‘‘π‘’π‘‘π‘–π‘π‘œΜ 𝑒𝑛 π‘”π‘’π‘–π‘›Μƒπ‘œ π‘™π‘’π‘›π‘‘π‘œ 𝑦 π‘ π‘’π‘”π‘’π‘Ÿπ‘œ, π‘π‘œπ‘šπ‘œ 𝑠𝑖 π‘π‘œπ‘šπ‘π‘Žπ‘Ÿπ‘‘π‘–π‘’π‘Ÿπ‘Žπ‘› 𝑒𝑛 π‘ π‘’π‘π‘Ÿπ‘’π‘‘π‘œ π‘žπ‘’π‘’ π‘™π‘Ž π‘π‘œπ‘™π‘–π‘πœ„Μπ‘Ž π‘—π‘Žπ‘šπ‘ŽΜπ‘  π‘’π‘›π‘‘π‘’π‘›π‘‘π‘’π‘Ÿπœ„Μπ‘Ž. —π‘π‘œ, π‘œπ‘“π‘–π‘π‘–π‘Žπ‘™. π‘π‘–π‘›π‘”π‘’π‘›π‘œ 𝑑𝑒 π‘’π‘™π‘™π‘œπ‘  π‘šπ‘’ π‘Ÿπ‘’π‘ π‘’π‘™π‘‘π‘Ž π‘“π‘Žπ‘šπ‘–π‘™π‘–π‘Žπ‘Ÿ.
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  • —Mark se levanto de la cama y sintio un ardor fuerte en la espalda,al ir al espejo vio su espalda llena de arañazos de Mermid Daminet

    —Creo que es una especie de venganza por morderla..jejeje
    —Mark se levanto de la cama y sintio un ardor fuerte en la espalda,al ir al espejo vio su espalda llena de arañazos de [flash_navy_bat_117]— —Creo que es una especie de venganza por morderla..jejeje
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