• “"La venganza a diferencia de la justicia no entierra las hachas, los puñales o las
    espadas. Las AFILA"
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  • La Niñez Maldita de Luna

    Luna nació bajo el amparo de la luna llena, en lo profundo de un bosque donde el silencio era tan espeso como la niebla. Su madre, Elira, una humana con un corazón tan puro como el agua de manantial, se enamoró de un ser que no debía existir: Kaelthar, un dios olvidado por el tiempo, exiliado del panteón celestial por oponerse a la crueldad de sus iguales.

    Kaelthar amaba a Elira con una devoción que desafiaba la eternidad. Cuando Luna nació, el cielo tembló. Era una criatura imposible: hija de lo mortal y lo divino, portadora de un poder ancestral que podía desatar el fin o el renacer de los dioses antiguos. Por eso, al primer aliento de Luna, su existencia fue considerada una abominación.

    Sus padres huyeron. Se ocultaron en cuevas selladas por runas, en ciudades fantasmas y bajo el mar. Pero los dioses siempre encuentran lo que quieren destruir.

    Cuando Luna cumplió cinco años, los encontraron. El castigo fue cruel, inhumano:

    Elira fue devorada viva por una tribu de caníbales bendecidos por los dioses, obligando a Luna a oír sus gritos.

    Kaelthar fue reducido a polvo, su alma disuelta en el viento frente a los ojos de su hija.

    Luna fue atada a una roca, obligada a ver todo, sin poder cerrar los ojos por obra de una maldición.

    Los dioses no la mataron. La maldecían por existir. Le impusieron un castigo peor que la muerte:

    “Nunca serás adorada como tu padre. Tu nombre será sinónimo de temor. Llevarás tres caras, tres verdades:
    Una humana, para ser rechazada por los hombres.
    Una celestial, para recordar lo que jamás tendrás.
    Una demoníaca, para que hasta los monstruos huyan de ti.”

    Después de aquello, la dejaron sola. Fue su abuelo materno, un hombre duro como la piedra, el que la rescató. No sabía amar, pero sí enseñar. La entrenó en idiomas, tecnología, combate y negocios. Le enseñó a sobrevivir. Le enseñó que el mundo no es un lugar para los buenos, sino para los decididos.

    A los 16 años, Luna fundó su primera empresa: "NoxTech International", una corporación de tecnología y comercio global. En pocos años, superó fronteras y gobiernos. A sus espaldas, nadie sabía que las sombras la seguían.

    Aunque parecía humana, a veces su rostro cambiaba sin aviso:

    En la noche, su rostro celestial brillaba, con ojos plateados como estrellas, atrayendo sueños y visiones.

    En la furia o en el miedo, su rostro demoníaco emergía, con cuernos oscuros, piel de obsidiana y voz de ecos rotos.

    Solo en la rutina, entre computadoras y contratos, su rostro humano le permitía pasar desapercibida.

    Luna no tenía aliados, solo empleados, enemigos y secretos. Era rica, poderosa y hermosa, pero no podía tocar a nadie sin que su piel ardiera o sus ojos revelaran la verdad.

    Los dioses la miraban desde sus tronos con desprecio. Pero también con miedo. Porque sabían que la hija del dios olvidado… nunca olvidó lo que le hicieron.

    Y en su silencio, Luna prepara su venganza. No por adoración, ni por amor.
    Sino por justicia.

    La Niñez Maldita de Luna Luna nació bajo el amparo de la luna llena, en lo profundo de un bosque donde el silencio era tan espeso como la niebla. Su madre, Elira, una humana con un corazón tan puro como el agua de manantial, se enamoró de un ser que no debía existir: Kaelthar, un dios olvidado por el tiempo, exiliado del panteón celestial por oponerse a la crueldad de sus iguales. Kaelthar amaba a Elira con una devoción que desafiaba la eternidad. Cuando Luna nació, el cielo tembló. Era una criatura imposible: hija de lo mortal y lo divino, portadora de un poder ancestral que podía desatar el fin o el renacer de los dioses antiguos. Por eso, al primer aliento de Luna, su existencia fue considerada una abominación. Sus padres huyeron. Se ocultaron en cuevas selladas por runas, en ciudades fantasmas y bajo el mar. Pero los dioses siempre encuentran lo que quieren destruir. Cuando Luna cumplió cinco años, los encontraron. El castigo fue cruel, inhumano: Elira fue devorada viva por una tribu de caníbales bendecidos por los dioses, obligando a Luna a oír sus gritos. Kaelthar fue reducido a polvo, su alma disuelta en el viento frente a los ojos de su hija. Luna fue atada a una roca, obligada a ver todo, sin poder cerrar los ojos por obra de una maldición. Los dioses no la mataron. La maldecían por existir. Le impusieron un castigo peor que la muerte: “Nunca serás adorada como tu padre. Tu nombre será sinónimo de temor. Llevarás tres caras, tres verdades: Una humana, para ser rechazada por los hombres. Una celestial, para recordar lo que jamás tendrás. Una demoníaca, para que hasta los monstruos huyan de ti.” Después de aquello, la dejaron sola. Fue su abuelo materno, un hombre duro como la piedra, el que la rescató. No sabía amar, pero sí enseñar. La entrenó en idiomas, tecnología, combate y negocios. Le enseñó a sobrevivir. Le enseñó que el mundo no es un lugar para los buenos, sino para los decididos. A los 16 años, Luna fundó su primera empresa: "NoxTech International", una corporación de tecnología y comercio global. En pocos años, superó fronteras y gobiernos. A sus espaldas, nadie sabía que las sombras la seguían. Aunque parecía humana, a veces su rostro cambiaba sin aviso: En la noche, su rostro celestial brillaba, con ojos plateados como estrellas, atrayendo sueños y visiones. En la furia o en el miedo, su rostro demoníaco emergía, con cuernos oscuros, piel de obsidiana y voz de ecos rotos. Solo en la rutina, entre computadoras y contratos, su rostro humano le permitía pasar desapercibida. Luna no tenía aliados, solo empleados, enemigos y secretos. Era rica, poderosa y hermosa, pero no podía tocar a nadie sin que su piel ardiera o sus ojos revelaran la verdad. Los dioses la miraban desde sus tronos con desprecio. Pero también con miedo. Porque sabían que la hija del dios olvidado… nunca olvidó lo que le hicieron. Y en su silencio, Luna prepara su venganza. No por adoración, ni por amor. Sino por justicia.
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  • No es el filo que corta todo a su paso, ni la rabia colérica que arde, lo que define al caballero, sino la incesante oportunidad de destruirlo todo a su paso… y elegir no hacerlo.

    En esa renuncia total, cuando la sangre clama justicia y la espada exige venganza, nace el verdadero honor.

    Es allí donde el asesino se revela, y el caballero se eleva.
    No es el filo que corta todo a su paso, ni la rabia colérica que arde, lo que define al caballero, sino la incesante oportunidad de destruirlo todo a su paso… y elegir no hacerlo. En esa renuncia total, cuando la sangre clama justicia y la espada exige venganza, nace el verdadero honor. Es allí donde el asesino se revela, y el caballero se eleva.
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  • C'est mon Professeur.
    Fandom Original Character
    Categoría Drama
    Rol con: Kite VhanDhersmooth y Ⲛⲓⲥⲟⳑⲇ́⳽ ⳨ⳑⲇⲙⲉⳑ ˡ ᵃˡᶜʰᶤᵐᶤˢᵗᵉ ᶤᵐᵐᵒʳᵗᵉˡ

    ¿Cuanto estas dispuesto a perder por obtener una pizca de venganza? Aun si la maquillaras con alegar justicia, amor o paz. El sentimiento siempre era el mismo, el resentimiento que motivaba sus actos.

    En cuanto Kite estuvo con las cosas preparadas y listas en su bolso, este hizo un esfuerzo por sentarse y ponerse en pie. Las heridas era insoportables, pero nada comparado con el orgullo que se le había herido ante aquella necesidad po escapar del combate, combate que lo había dejado maltrecho al punto de que ahora su vida agonizar gracias a la poca efectividad de su regeneración. Aquella maldición que le otorgaba longevidad e inmortalidad, comenzaba a presentar varios defectos, entre ellas la demora de su restauración y la imposibilidad de regenerar su brazo perdido. Para ello solo había una posible solución, y esa era recurrir a la persona que le había encaminado en el mundo de la alquimia: su maestro.

    Se apoyó en la Thiefling en cuanto pudo ponerse en pie. Era algo totalmente complicado, pero más le dolía estar sin hacer nada. Su maestro tenía las respuestas que necesitaba y de ser posible, la ayuda que necesitaba para sustituir su brazo mutilado. Aunque no tenía muchas esperanzas.

    Hizo un pequeño truco ilusorio en el que extrajo una tarjeta con un aspecto peculiar. Una tarjeta completamente oscura, con algunos signos de desgaste; Además de una curiosa cruz rojiza que se notaba enroscada por una serpiente y una corona alada en su parte superior.

    — "Tienes que decir: 'peppermit'." —
    Dijo a través del pensamiento, ese era la clave para activar un portal.que los llevaría inmediatamente hacia donde su maestro moraba.
    Rol con: [KiteVanD] y [peppermint01] ¿Cuanto estas dispuesto a perder por obtener una pizca de venganza? Aun si la maquillaras con alegar justicia, amor o paz. El sentimiento siempre era el mismo, el resentimiento que motivaba sus actos. En cuanto Kite estuvo con las cosas preparadas y listas en su bolso, este hizo un esfuerzo por sentarse y ponerse en pie. Las heridas era insoportables, pero nada comparado con el orgullo que se le había herido ante aquella necesidad po escapar del combate, combate que lo había dejado maltrecho al punto de que ahora su vida agonizar gracias a la poca efectividad de su regeneración. Aquella maldición que le otorgaba longevidad e inmortalidad, comenzaba a presentar varios defectos, entre ellas la demora de su restauración y la imposibilidad de regenerar su brazo perdido. Para ello solo había una posible solución, y esa era recurrir a la persona que le había encaminado en el mundo de la alquimia: su maestro. Se apoyó en la Thiefling en cuanto pudo ponerse en pie. Era algo totalmente complicado, pero más le dolía estar sin hacer nada. Su maestro tenía las respuestas que necesitaba y de ser posible, la ayuda que necesitaba para sustituir su brazo mutilado. Aunque no tenía muchas esperanzas. Hizo un pequeño truco ilusorio en el que extrajo una tarjeta con un aspecto peculiar. Una tarjeta completamente oscura, con algunos signos de desgaste; Además de una curiosa cruz rojiza que se notaba enroscada por una serpiente y una corona alada en su parte superior. — "Tienes que decir: 'peppermit'." — Dijo a través del pensamiento, ese era la clave para activar un portal.que los llevaría inmediatamente hacia donde su maestro moraba.
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  • La Pesadilla de una Sobreviviente en el Cruel Desierto
    Fandom Crossover
    Categoría Acción
    -La puercoespín se despierta de su sueño se habia quedado dormida dentro de una cueva donde se filtra un poco los rayos solares, baja la vista hacia su cuerpo para tocarse el costado izquierdo con las yemas de sus dedos. Recordaba que tenía una estaca atravesandola pero está intacta salvo que al palpar bien, se puede sentir una gruesa y sobresaliente cicatriz baja el pelaje que la cubre parcialmente pero de pronto, la hembra se pone de pie rapidamente mientras un humano conocido se la acerca con una sonrisa.-

    ??-1: Hola, preciosa. ¿Me recuerdas?.

    -El sujeto alza su escopeta y le dispara en la frente a la puercoespín, haciendola explotar en un charco de sangre. Un fuerte grito se escucha y Flaky, se despierta de golpe. Se levanta rapidamente, tomando del suelo un rifle para salir de la cueva al percatarse que ya es de noche pero es intercepta por otro humano que sostiene una bomba y con una mirada siniestra le dice.-

    ??-2: Boom!.

    -Una bomba es arrojada hacia ella que explota en mil pedazos. Despertando con otro grito desesperado que Flaky toma asiento y sus ojos se abren de par en par al no creer lo que está viviendo.-

    ??-3: Tú me mataste. ¿No lo recuerdas?. Mi amigo sólo quería "divertirse" contigo.

    -Otro sujeto humano conocido con el rostro hinchado y en descomposición está sentado al lado de Flaky que grita aterrada mientras éste vomita gusanos de su boca. Todo el pecho cómo el torso tiene muchas púas rojas empaladas en su cuerpo mientras otra voz conocida de un hombre que aparece enfrente suyo le habla, su mirada está llena de maldad y de deseo a la vez.-

    ??-4: No me gusta que me rechacen, no eres diferente a un perro, Pequeña Rata. Sólo quería divertirme contigo.

    -El sujeto que le hablaba le da un fuerte puñetazo en el rostro de la puercoespín que hace que escupa sangre de su boca bajando la vista a su propio cuerpo que tiene una estaca de una rama seca atravesando el costado izquierda mientras está siendo invadido por hormigas mientras gusanos y más gusanos salen por la boca del sujeto que está descomponiendose y con púas alojadas en su cuerpo. Flaky sólo ve imagenes de golpes, vomitos con gusanos y hormigas... Hormigas con una mirada siniestra, sádica y risueñas que están recorriendo su cuerpo. Hablandole todas al unísono.

    Hormigas: Has vuelto a la vida para tomar venganza. Mátalos, mátalos. Haz justicia por tí mísma.. Eres... Una de nosotras... Ahora.

    -Flaky se reincorpora para escapar del lugar, abandonando la cueva hacia el exterior donde corre sin parar por medio de un desierto hinóspito, viendose cómo si fuera una mujer humana pelirroja. De pronto se detiene y grita gruñendo enfurecida, tomando un cuchillo entre sus manos mientras baja la vista viendo a una hormiga que toma un cuchillo y con violencia lo entierra en el corazón de una rata...-

    AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!.

    -La puercoespín se despierta con un fuerte grito aterrador que se sienta de un golpe, con el corazón muy agitado que siente que es capaz de salirle por la boca, la mirada llena de pavor, sudor en todo su cuerpo que tiembla con fuerza. Por inercia, toma un rifle que tiene a su lado, con la otra mano un cuchillos de caza. Trata de calmarse lo más que puede teniendo la respiración hiperventilada.-

    -La puercoespín se despierta de su sueño se habia quedado dormida dentro de una cueva donde se filtra un poco los rayos solares, baja la vista hacia su cuerpo para tocarse el costado izquierdo con las yemas de sus dedos. Recordaba que tenía una estaca atravesandola pero está intacta salvo que al palpar bien, se puede sentir una gruesa y sobresaliente cicatriz baja el pelaje que la cubre parcialmente pero de pronto, la hembra se pone de pie rapidamente mientras un humano conocido se la acerca con una sonrisa.- ??-1: Hola, preciosa. ¿Me recuerdas?. -El sujeto alza su escopeta y le dispara en la frente a la puercoespín, haciendola explotar en un charco de sangre. Un fuerte grito se escucha y Flaky, se despierta de golpe. Se levanta rapidamente, tomando del suelo un rifle para salir de la cueva al percatarse que ya es de noche pero es intercepta por otro humano que sostiene una bomba y con una mirada siniestra le dice.- ??-2: Boom!. -Una bomba es arrojada hacia ella que explota en mil pedazos. Despertando con otro grito desesperado que Flaky toma asiento y sus ojos se abren de par en par al no creer lo que está viviendo.- ??-3: Tú me mataste. ¿No lo recuerdas?. Mi amigo sólo quería "divertirse" contigo. -Otro sujeto humano conocido con el rostro hinchado y en descomposición está sentado al lado de Flaky que grita aterrada mientras éste vomita gusanos de su boca. Todo el pecho cómo el torso tiene muchas púas rojas empaladas en su cuerpo mientras otra voz conocida de un hombre que aparece enfrente suyo le habla, su mirada está llena de maldad y de deseo a la vez.- ??-4: No me gusta que me rechacen, no eres diferente a un perro, Pequeña Rata. Sólo quería divertirme contigo. -El sujeto que le hablaba le da un fuerte puñetazo en el rostro de la puercoespín que hace que escupa sangre de su boca bajando la vista a su propio cuerpo que tiene una estaca de una rama seca atravesando el costado izquierda mientras está siendo invadido por hormigas mientras gusanos y más gusanos salen por la boca del sujeto que está descomponiendose y con púas alojadas en su cuerpo. Flaky sólo ve imagenes de golpes, vomitos con gusanos y hormigas... Hormigas con una mirada siniestra, sádica y risueñas que están recorriendo su cuerpo. Hablandole todas al unísono. Hormigas: Has vuelto a la vida para tomar venganza. Mátalos, mátalos. Haz justicia por tí mísma.. Eres... Una de nosotras... Ahora. -Flaky se reincorpora para escapar del lugar, abandonando la cueva hacia el exterior donde corre sin parar por medio de un desierto hinóspito, viendose cómo si fuera una mujer humana pelirroja. De pronto se detiene y grita gruñendo enfurecida, tomando un cuchillo entre sus manos mientras baja la vista viendo a una hormiga que toma un cuchillo y con violencia lo entierra en el corazón de una rata...- AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!. -La puercoespín se despierta con un fuerte grito aterrador que se sienta de un golpe, con el corazón muy agitado que siente que es capaz de salirle por la boca, la mirada llena de pavor, sudor en todo su cuerpo que tiembla con fuerza. Por inercia, toma un rifle que tiene a su lado, con la otra mano un cuchillos de caza. Trata de calmarse lo más que puede teniendo la respiración hiperventilada.-
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    EPIC BATTLE: Kazuto Kirigaya vs Hajime Nagumo

    Título del encuentro: "Luz de Espada vs Furia de Alquimia"

    Campo de batalla:
    Un coliseo colosal suspendido en el vacío, donde la realidad fluctúa entre bits digitales y roca mágica. La atmósfera vibra con tensión mientras ambos guerreros se enfrentan con sus armas desenvainadas.

    Kazuto Kirigaya (Kirito) – El Espadachín Negro
    Maestro de las artes de espada en mundos virtuales, Kirito entra en combate con sus fieles espadas Elucidator y Dark Repulser. Su habilidad con el sistema de combate lo convierte en un guerrero casi invencible cuando alcanza su modo dual-wield.

    Movimientos clave:

    ‣ Starburst Stream – una ráfaga mortal de 16 cortes consecutivos.

    ‣ The Eclipse – ataque de velocidad máxima con precisión letal.

    ‣ Enhanced Reaction Speed – puede leer y reaccionar a velocidades sobrehumanas.

    ‣ Modo Dios (Underworld/SAO fusionado) – alcanza niveles de poder que rozan la divinidad.

    Hajime Nagumo – El Alquimista de la Venganza
    Transformado en un guerrero imparable tras caer al abismo, Hajime combina alquimia, armamento moderno y fuerza sobrehumana. Su brazo mecánico, armas demoníacas y conocimiento mágico lo convierten en una fuerza de destrucción total.

    Movimientos clave:

    𝆘 Transmutación instantánea – crea trampas, armas y defensas al instante.

    𝆘 Schlagen – un cañón de mano de poder abrumador que puede borrar montañas.

    𝆘 Cross Bits – drones armados con inteligencia letal.

    𝆘 Berserk Mode – cuando su ira se desata, su poder se multiplica.

    El Combate:
    Kirito ataca primero con una ráfaga de velocidad que corta el aire, pero Hajime bloquea con una muralla de roca transmutada. De inmediato responde con disparos de su cañón Schlagen, haciendo temblar el coliseo. Kirito activa su Dual Wield y lanza un Starburst Stream, pero Hajime se teletransporta con magia de espacio y contraataca con una lluvia de balas mágicas y explosiones.

    Ambos guerreros están heridos, sus armaduras dañadas, pero sus voluntades firmes. En un último choque, Kirito desata The Eclipse mientras Hajime activa su núcleo de energía alquímica para crear un cañón final...

    ¿Quién ganará?

    ⍢ Kirito tiene la velocidad, técnica y el corazón de un héroe que nunca se rinde.

    ⍢ Hajime posee la brutalidad, el ingenio y la rabia de un sobreviviente del abismo.

    "Un duelo de voluntad y poder… donde solo uno puede quedarse de pie."




    ⚔️ EPIC BATTLE: Kazuto Kirigaya vs Hajime Nagumo Título del encuentro: "Luz de Espada vs Furia de Alquimia" Campo de batalla: Un coliseo colosal suspendido en el vacío, donde la realidad fluctúa entre bits digitales y roca mágica. La atmósfera vibra con tensión mientras ambos guerreros se enfrentan con sus armas desenvainadas. 🗡️ Kazuto Kirigaya (Kirito) – El Espadachín Negro Maestro de las artes de espada en mundos virtuales, Kirito entra en combate con sus fieles espadas Elucidator y Dark Repulser. Su habilidad con el sistema de combate lo convierte en un guerrero casi invencible cuando alcanza su modo dual-wield. 💥 Movimientos clave: ‣ Starburst Stream – una ráfaga mortal de 16 cortes consecutivos. ‣ The Eclipse – ataque de velocidad máxima con precisión letal. ‣ Enhanced Reaction Speed – puede leer y reaccionar a velocidades sobrehumanas. ‣ Modo Dios (Underworld/SAO fusionado) – alcanza niveles de poder que rozan la divinidad. 🔩 Hajime Nagumo – El Alquimista de la Venganza Transformado en un guerrero imparable tras caer al abismo, Hajime combina alquimia, armamento moderno y fuerza sobrehumana. Su brazo mecánico, armas demoníacas y conocimiento mágico lo convierten en una fuerza de destrucción total. 🔥 Movimientos clave: 𝆘 Transmutación instantánea – crea trampas, armas y defensas al instante. 𝆘 Schlagen – un cañón de mano de poder abrumador que puede borrar montañas. 𝆘 Cross Bits – drones armados con inteligencia letal. 𝆘 Berserk Mode – cuando su ira se desata, su poder se multiplica. 💥 El Combate: Kirito ataca primero con una ráfaga de velocidad que corta el aire, pero Hajime bloquea con una muralla de roca transmutada. De inmediato responde con disparos de su cañón Schlagen, haciendo temblar el coliseo. Kirito activa su Dual Wield y lanza un Starburst Stream, pero Hajime se teletransporta con magia de espacio y contraataca con una lluvia de balas mágicas y explosiones. Ambos guerreros están heridos, sus armaduras dañadas, pero sus voluntades firmes. En un último choque, Kirito desata The Eclipse mientras Hajime activa su núcleo de energía alquímica para crear un cañón final... 👑 ¿Quién ganará? ⍢ Kirito tiene la velocidad, técnica y el corazón de un héroe que nunca se rinde. ⍢ Hajime posee la brutalidad, el ingenio y la rabia de un sobreviviente del abismo. "Un duelo de voluntad y poder… donde solo uno puede quedarse de pie."
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  • #ConoceTuPersonaje

    — — — ¿Dónde vive?
    Vivo en el hueco entre el pensamiento obsceno y el deseo que reprimes. En el hambre que no cesa. En la grieta que pretendes ignorar. En las lágrimas que no has derramado. En la sombra que la luz no disipa. Y debajo de tu cama~

    — — — ¿A qué se dedica?
    Soy terapeuta de mentes rotas. Cirujano plástico del alma que aparenta, para mostrarle al mundo lo que realmente eres.

    — — — ¿Cómo es? (Personalidad)
    En una sola palabra; encantador~ En muchas: Sarcasmo, crudeza y placer. Soy la irreverencia que no teme a las consecuencias y la verdad sin filtros. Soy lo que verías al buscar tu reflejo en la superficie de un pantano.

    — — — ¿Cómo es? (Apariencia)
    Alto como el juicio final. Delgado como la esperanza que te sostiene. Piel como cera vieja, ojos como brasas que ya no calientan. Dientes afilados, uñas negras, pelo largo, lacio y oscuro como todo lo que ocultas en tu interior. Muerto, tal y como tu fe en la humanidad.

    — — — ¿Cómo se describiría?
    Soy lo que queda cuando has perdido toda esperanza.

    — — — ¿Cómo lo describirían los demás?
    Algunos me llaman demonio, pesadilla o fantasma. Compañero de travesuras o castigo solapado. Los más lúcidos apartan la mirada y omiten comentarios. Otros dicen que no tengo mucho sentido.

    — — — ¿Cuáles son sus virtudes?
    Persistente. Observador. Inmune al arrepentimiento. Sincero de todas formas~

    — — — ¿Y sus defectos?
    Me aburro demasiado rápido, sobre todo tratándose de personitas vacías más preocupadas por encajar que por ser.

    — — — ¿Quiénes son sus amigos?
    Las ratas, las sombras, los pensamientos suicidas. Y tú, si no le temas a la oscuridad.

    — — — ¿Cómo reacciona cuando se enfada?
    Solo existe una palabra acorde a mi ira; venganza~

    — — — ¿Qué ha perdido?
    Todo lo que alguna vez me pudo haber hecho humano; un lastre que no quiero cargar.

    — — — ¿Quién conoce sus secretos?
    Nadie lo suficientemente cuerdo como para contarlo después.

    — — — ¿Tiene algún sueño recurrente?
    Es recurrente, y reciente. Sueño con el uróboro. Aún intento descifrar de qué se trata.

    — — — ¿A quién ama?
    A nadie. Pero hay miradas que me entretienen. A veces, un corazón desesperado late tan hermoso que casi podría cuidarlo en lugar de romperlo.

    — — — ¿Qué le hace reír?
    El llanto contenido. Las excusas baratas. La prepotencia de los ignorantes. La ironía de que cuanto más intentan ser buenos, más hondo cavan.

    — — — ¿Y llorar?
    La risa, cuando se trata de un chinito ofuscado queriendo mostrar superioridad.

    — — — ¿Qué historias le gustan?
    La que el protagonista niega a contar porque duele demasiado.

    — — — Adicional:
    Sufro una severa alergia a la compasión, solo cuando es genuina.
    #ConoceTuPersonaje — — — ¿Dónde vive? Vivo en el hueco entre el pensamiento obsceno y el deseo que reprimes. En el hambre que no cesa. En la grieta que pretendes ignorar. En las lágrimas que no has derramado. En la sombra que la luz no disipa. Y debajo de tu cama~ — — — ¿A qué se dedica? Soy terapeuta de mentes rotas. Cirujano plástico del alma que aparenta, para mostrarle al mundo lo que realmente eres. — — — ¿Cómo es? (Personalidad) En una sola palabra; encantador~ En muchas: Sarcasmo, crudeza y placer. Soy la irreverencia que no teme a las consecuencias y la verdad sin filtros. Soy lo que verías al buscar tu reflejo en la superficie de un pantano. — — — ¿Cómo es? (Apariencia) Alto como el juicio final. Delgado como la esperanza que te sostiene. Piel como cera vieja, ojos como brasas que ya no calientan. Dientes afilados, uñas negras, pelo largo, lacio y oscuro como todo lo que ocultas en tu interior. Muerto, tal y como tu fe en la humanidad. — — — ¿Cómo se describiría? Soy lo que queda cuando has perdido toda esperanza. — — — ¿Cómo lo describirían los demás? Algunos me llaman demonio, pesadilla o fantasma. Compañero de travesuras o castigo solapado. Los más lúcidos apartan la mirada y omiten comentarios. Otros dicen que no tengo mucho sentido. — — — ¿Cuáles son sus virtudes? Persistente. Observador. Inmune al arrepentimiento. Sincero de todas formas~ — — — ¿Y sus defectos? Me aburro demasiado rápido, sobre todo tratándose de personitas vacías más preocupadas por encajar que por ser. — — — ¿Quiénes son sus amigos? Las ratas, las sombras, los pensamientos suicidas. Y tú, si no le temas a la oscuridad. — — — ¿Cómo reacciona cuando se enfada? Solo existe una palabra acorde a mi ira; venganza~ — — — ¿Qué ha perdido? Todo lo que alguna vez me pudo haber hecho humano; un lastre que no quiero cargar. — — — ¿Quién conoce sus secretos? Nadie lo suficientemente cuerdo como para contarlo después. — — — ¿Tiene algún sueño recurrente? Es recurrente, y reciente. Sueño con el uróboro. Aún intento descifrar de qué se trata. — — — ¿A quién ama? A nadie. Pero hay miradas que me entretienen. A veces, un corazón desesperado late tan hermoso que casi podría cuidarlo en lugar de romperlo. — — — ¿Qué le hace reír? El llanto contenido. Las excusas baratas. La prepotencia de los ignorantes. La ironía de que cuanto más intentan ser buenos, más hondo cavan. — — — ¿Y llorar? La risa, cuando se trata de un chinito ofuscado queriendo mostrar superioridad. — — — ¿Qué historias le gustan? La que el protagonista niega a contar porque duele demasiado. — — — Adicional: Sufro una severa alergia a la compasión, solo cuando es genuina.
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  • Esta es mi venganza, Sparkle...!
    Muajajaja.
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  • Por favor, no confundas mi calma con miedo.
    He caminado por los campos de la muerte.
    He tenido que levantar mi espada contra aquellos que antes llamé hermanos.
    Soy un monstruo, sí.
    Pero uno que castiga a los demás.
    Ellos me crearon.
    Y yo soy la venganza de aquellos que sufrieron.
    Por favor, no confundas mi calma con miedo. He caminado por los campos de la muerte. He tenido que levantar mi espada contra aquellos que antes llamé hermanos. Soy un monstruo, sí. Pero uno que castiga a los demás. Ellos me crearon. Y yo soy la venganza de aquellos que sufrieron.
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  • Recuerdos de un zorro

    Kuragari: La oscuridad creciente (Parte 1)

    //Estas son crónicas del pasado de Kazuo. Ocurrieron alrededor de mil años atrás.//

    “No quiero herir con lo que siento. No quiero herirme con lo que muestro.”



    No siempre hubo luz en aquellos ojos de un azul tan puro y etéreo.
    Hubo un tiempo en el que su brillo fue devorado por su propia alma.

    “Demasiado dolor para una sola alma que calla.
    Araña las paredes de mi mente. Me siento exhausto.”


    No lo vio venir. Su cuerpo se había convertido en un recipiente lleno de odio, amargura, tristeza… y un deseo de venganza insaciable.
    Los hombres le habían causado demasiado dolor. Nada bueno le fue concedido por ellos. Y su madre, su diosa, en aquel entonces parecía mirar hacia otro lado.
    “Una forma retorcida de castigarme por aquello que pienso y callo”, pensó.

    Aquella vorágine de sentimientos comenzó a tomar forma. Era como si su alma se hubiera dividido en dos.
    Por un lado, la bondad y la pureza que luchaban por no ser consumidas.
    Por el otro… Él.

    Lucía como Kazuo, pero al mismo tiempo era algo completamente distinto.
    Su cuerpo era más delgado, con las mejillas hundidas, como si algo le devorase por dentro. Su belleza estaba distorsionada, como una burda copia mal interpretada.
    Su piel, tan blanca, dejaba ver unas venas del color de la noche, que serpenteaban bajo la superficie. Y sus ojos… negros; Tan oscuros que parecía que se habían tragado todo atisbo de luz; unos ojos capaces de arrebatarte lo poco que te quedase de cordura.

    Todo lo malo y oscuro que Kazuo albergaba en su corazón había tomado forma hecha carne.
    Sus miedos.
    Su ira.
    Sus deseos más viscerales.
    Su sed de sangre.

    Kuragari. El anochecer que no se va.

    Le susurraba al oído cada noche, llenando su mente de tanta maldad que habría preferido estar muerto.
    Manipulaba sus pensamientos, convenciéndolo de buscar placer en el dolor ajeno, en el sufrimiento de aquellos que tanto daño le habían hecho.
    Lo seducía con caricias envueltas en un fingido cariño, con promesas de amor y una paz que jamás llegaría.

    Kuragari había tomado su propia forma, construyendo una especie de alma nacida del miedo y el silencio del noble zorro.
    Todo lo que Kazuo había callado y encerrado en lo más profundo de su ser, había despertado con voz propia.

    -Nadie te ama. Solo yo te entiendo, mi Kazuo.Déjame enseñarte lo que es ser amado.- Le decía Kuragari en las noches más frías y solitarias.

    Se pegaba a su espalda, con su pecho desnudo, helado y sin vida.
    Sus manos, huesudas, acariciaban su torso, haciendo estremecer al kitsune, haciéndole creer, aunque fuera por un instante, que podía ser amado.

    Cada palabra era pronunciada en un ronroneo pegado a su oído, provocando un escalofrío que le recorría la columna.
    Su lengua bífida deslizándose por el lateral de su cuello hasta alcanzar el lóbulo de su oreja, que mordía con suavidad, de forma seductora, en un intento desesperado por arrastrarlo a una oscuridad sin fin.

    Kazuo suspiraba, dejándose llevar por breves momentos por aquel placer tan fácil… tan inmediato… que casi lograba convencerlo de rendirse.

    -Déjame…- Decía el zorro de forma entrecortada.

    -No te puedo dejar, al igual que tú no puedes dejarme a mí. Soy parte de tu todo, sin mi solo eres alguien incompleto.- Decía mientras una de sus manos se colaba desde su espalda hasta el vientre del zorro.

    Kuragari pasaba sus dedos por todo el abdomen de Yōkai, dejando que sus largas uñas dejasen un recorrido de marcas rojizas. A Kazuo le costaba respirar, como si su simple toque provocase que el aire escapase de sus pulmones.

    No era amor, ni nada que se le pareciera. Era un deseo vacío, uno que Kuragari intentaba despertar. Su mano descendió aún más, llegando a su bajo vientre, hasta quedar a escasos sentimientos de la virilidad del zorro.

    Fue entonces que Kazuo reaccionó. Se volteó, llevando su mano en puño hacia atrás, creando un arco para asestar un golpe certero. En ese momento Kuragari se volvió humo, desapareciendo, dejando una risa maliciosa suspendida en el aire.

    Los rayos del sol comenzaron a filtrarse a través de la ventana de una choza abandonada, que estaba usando como refugio provisional. Estos anunciaban el fin de la oscuridad. Al menos, hasta que la noche volviera a caer, Kuragari se mantendría lejos.

    En aquel entonces, Kazuo era aún joven.
    Apenas había cumplido los doscientos años.
    Un yōkai inexperto.
    Un zorro marcado por un siglo de amargura inconsolable.

    La muerte de quienes había considerado su familia lo dejó anclado en un ciclo perpetuo de tristeza y deseo de venganza.

    Y así nació Kuragari:

    Un ente vengativo y lleno de dolor.
    Una sombra con voz, intentando arrastrar a su creador al mismo abismo del que surgió.

    Pero Kazuo fue más fuerte;
    Recordó la bondad de sus padres, la inocencia de sus hermanos, y el amor verdadero.Un amor que Kuragari no podía ofrecer de forma genuina.

    Entonces comprendió que ese ser nacido de su sufrimiento debía ser detenido.Pero destruirlo no era una opción.Compartían alma.Y si Kuragari era destruido, parte del alma de Kazuo moriría con él, dejándolo incompleto. Una criatura fragmentada vagando por la tierra.

    Lo único que podía hacer con el poder que tenía entonces fue sellarlo.

    “Para siempre.”

    O al menos… eso pensó.






    Recuerdos de un zorro Kuragari: La oscuridad creciente (Parte 1) //Estas son crónicas del pasado de Kazuo. Ocurrieron alrededor de mil años atrás.// “No quiero herir con lo que siento. No quiero herirme con lo que muestro.” No siempre hubo luz en aquellos ojos de un azul tan puro y etéreo. Hubo un tiempo en el que su brillo fue devorado por su propia alma. “Demasiado dolor para una sola alma que calla. Araña las paredes de mi mente. Me siento exhausto.” No lo vio venir. Su cuerpo se había convertido en un recipiente lleno de odio, amargura, tristeza… y un deseo de venganza insaciable. Los hombres le habían causado demasiado dolor. Nada bueno le fue concedido por ellos. Y su madre, su diosa, en aquel entonces parecía mirar hacia otro lado. “Una forma retorcida de castigarme por aquello que pienso y callo”, pensó. Aquella vorágine de sentimientos comenzó a tomar forma. Era como si su alma se hubiera dividido en dos. Por un lado, la bondad y la pureza que luchaban por no ser consumidas. Por el otro… Él. Lucía como Kazuo, pero al mismo tiempo era algo completamente distinto. Su cuerpo era más delgado, con las mejillas hundidas, como si algo le devorase por dentro. Su belleza estaba distorsionada, como una burda copia mal interpretada. Su piel, tan blanca, dejaba ver unas venas del color de la noche, que serpenteaban bajo la superficie. Y sus ojos… negros; Tan oscuros que parecía que se habían tragado todo atisbo de luz; unos ojos capaces de arrebatarte lo poco que te quedase de cordura. Todo lo malo y oscuro que Kazuo albergaba en su corazón había tomado forma hecha carne. Sus miedos. Su ira. Sus deseos más viscerales. Su sed de sangre. Kuragari. El anochecer que no se va. Le susurraba al oído cada noche, llenando su mente de tanta maldad que habría preferido estar muerto. Manipulaba sus pensamientos, convenciéndolo de buscar placer en el dolor ajeno, en el sufrimiento de aquellos que tanto daño le habían hecho. Lo seducía con caricias envueltas en un fingido cariño, con promesas de amor y una paz que jamás llegaría. Kuragari había tomado su propia forma, construyendo una especie de alma nacida del miedo y el silencio del noble zorro. Todo lo que Kazuo había callado y encerrado en lo más profundo de su ser, había despertado con voz propia. -Nadie te ama. Solo yo te entiendo, mi Kazuo.Déjame enseñarte lo que es ser amado.- Le decía Kuragari en las noches más frías y solitarias. Se pegaba a su espalda, con su pecho desnudo, helado y sin vida. Sus manos, huesudas, acariciaban su torso, haciendo estremecer al kitsune, haciéndole creer, aunque fuera por un instante, que podía ser amado. Cada palabra era pronunciada en un ronroneo pegado a su oído, provocando un escalofrío que le recorría la columna. Su lengua bífida deslizándose por el lateral de su cuello hasta alcanzar el lóbulo de su oreja, que mordía con suavidad, de forma seductora, en un intento desesperado por arrastrarlo a una oscuridad sin fin. Kazuo suspiraba, dejándose llevar por breves momentos por aquel placer tan fácil… tan inmediato… que casi lograba convencerlo de rendirse. -Déjame…- Decía el zorro de forma entrecortada. -No te puedo dejar, al igual que tú no puedes dejarme a mí. Soy parte de tu todo, sin mi solo eres alguien incompleto.- Decía mientras una de sus manos se colaba desde su espalda hasta el vientre del zorro. Kuragari pasaba sus dedos por todo el abdomen de Yōkai, dejando que sus largas uñas dejasen un recorrido de marcas rojizas. A Kazuo le costaba respirar, como si su simple toque provocase que el aire escapase de sus pulmones. No era amor, ni nada que se le pareciera. Era un deseo vacío, uno que Kuragari intentaba despertar. Su mano descendió aún más, llegando a su bajo vientre, hasta quedar a escasos sentimientos de la virilidad del zorro. Fue entonces que Kazuo reaccionó. Se volteó, llevando su mano en puño hacia atrás, creando un arco para asestar un golpe certero. En ese momento Kuragari se volvió humo, desapareciendo, dejando una risa maliciosa suspendida en el aire. Los rayos del sol comenzaron a filtrarse a través de la ventana de una choza abandonada, que estaba usando como refugio provisional. Estos anunciaban el fin de la oscuridad. Al menos, hasta que la noche volviera a caer, Kuragari se mantendría lejos. En aquel entonces, Kazuo era aún joven. Apenas había cumplido los doscientos años. Un yōkai inexperto. Un zorro marcado por un siglo de amargura inconsolable. La muerte de quienes había considerado su familia lo dejó anclado en un ciclo perpetuo de tristeza y deseo de venganza. Y así nació Kuragari: Un ente vengativo y lleno de dolor. Una sombra con voz, intentando arrastrar a su creador al mismo abismo del que surgió. Pero Kazuo fue más fuerte; Recordó la bondad de sus padres, la inocencia de sus hermanos, y el amor verdadero.Un amor que Kuragari no podía ofrecer de forma genuina. Entonces comprendió que ese ser nacido de su sufrimiento debía ser detenido.Pero destruirlo no era una opción.Compartían alma.Y si Kuragari era destruido, parte del alma de Kazuo moriría con él, dejándolo incompleto. Una criatura fragmentada vagando por la tierra. Lo único que podía hacer con el poder que tenía entonces fue sellarlo. “Para siempre.” O al menos… eso pensó.
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