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    ⋮||⋮ Ñau

    "...Sin que ellos fueran conscientes su diosa y madre lo estaba viendo todo. Estaba viendo el sufrimiento de su hijo y de la mujer que había elegido en su vida y su muerte. Un acto de amor tan puro no pasaba desapercibido a sus ojos. Ver cómo cada uno estaba dispuesto a sacrificar su vida o felicidad por el amor del otro era algo que como Kami le hacía sentir orgullo. Ellos dos eran una representación de esperanza en un mundo bañado por la guerra, la codicia, el poder y la venganza.

    ~ 𝐻𝑖𝑗𝑜 𝑚í𝑜, 𝑐𝑢𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑒𝑙 𝑠𝑜𝑙𝑠𝑡𝑖𝑐𝑖𝑜 𝑑𝑒𝑠𝑝𝑖𝑒𝑟𝑡𝑒 𝑠𝑢 𝑓𝑟𝑖𝑜 𝑚𝑎𝑛𝑡𝑜, 𝑡𝑟𝑎𝑒 𝑎 𝑡𝑢 𝑎𝑚𝑎𝑑𝑎, 𝑞𝑢𝑒 𝑚𝑖𝑠 𝑜𝑗𝑜𝑠 𝑎𝑛𝑠í𝑎𝑛 𝑠𝑢 𝑒𝑛𝑐𝑎𝑛𝑡𝑜 𝐸𝑛 𝑙𝑎 𝑛𝑜𝑐ℎ𝑒 𝑚á𝑠 𝑙𝑎𝑟𝑔𝑎, 𝑎 𝑙𝑎 𝑙𝑢𝑧 𝑑𝑒𝑙 𝑓𝑢𝑒𝑔𝑜 𝑖𝑛𝑣𝑒𝑟𝑛𝑎𝑙, 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑢 𝑒𝑠𝑝í𝑟𝑖𝑡𝑢 𝑦 𝑒𝑙 𝑡𝑢𝑦𝑜 𝑠𝑒 𝑢𝑛𝑎𝑛 𝑒𝑛 𝑚𝑖 𝑢𝑚𝑏𝑟𝑎𝑙.~ "

    𝗟𝗲𝗲𝗿⬇
    ⋮||⋮ Ñau💘 "...Sin que ellos fueran conscientes su diosa y madre lo estaba viendo todo. Estaba viendo el sufrimiento de su hijo y de la mujer que había elegido en su vida y su muerte. Un acto de amor tan puro no pasaba desapercibido a sus ojos. Ver cómo cada uno estaba dispuesto a sacrificar su vida o felicidad por el amor del otro era algo que como Kami le hacía sentir orgullo. Ellos dos eran una representación de esperanza en un mundo bañado por la guerra, la codicia, el poder y la venganza. ~ 𝐻𝑖𝑗𝑜 𝑚í𝑜, 𝑐𝑢𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑒𝑙 𝑠𝑜𝑙𝑠𝑡𝑖𝑐𝑖𝑜 𝑑𝑒𝑠𝑝𝑖𝑒𝑟𝑡𝑒 𝑠𝑢 𝑓𝑟𝑖𝑜 𝑚𝑎𝑛𝑡𝑜, 𝑡𝑟𝑎𝑒 𝑎 𝑡𝑢 𝑎𝑚𝑎𝑑𝑎, 𝑞𝑢𝑒 𝑚𝑖𝑠 𝑜𝑗𝑜𝑠 𝑎𝑛𝑠í𝑎𝑛 𝑠𝑢 𝑒𝑛𝑐𝑎𝑛𝑡𝑜 𝐸𝑛 𝑙𝑎 𝑛𝑜𝑐ℎ𝑒 𝑚á𝑠 𝑙𝑎𝑟𝑔𝑎, 𝑎 𝑙𝑎 𝑙𝑢𝑧 𝑑𝑒𝑙 𝑓𝑢𝑒𝑔𝑜 𝑖𝑛𝑣𝑒𝑟𝑛𝑎𝑙, 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑢 𝑒𝑠𝑝í𝑟𝑖𝑡𝑢 𝑦 𝑒𝑙 𝑡𝑢𝑦𝑜 𝑠𝑒 𝑢𝑛𝑎𝑛 𝑒𝑛 𝑚𝑖 𝑢𝑚𝑏𝑟𝑎𝑙.~ " 𝗟𝗲𝗲𝗿⬇
    La noche no había salido como esperaban ninguno de los presentes. Había sido todo tan intenso y agotador que cuando ambos llegaron a casa , 𝑬𝒍𝒊𝒛𝒂𝒃𝒆𝒕𝒉 ✴ 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅𝒇𝒍𝒂𝒎𝒆 y Kazuo, prácticamente habían caído en el sueño casi de inmediato.

    Ahora tenían una audiencia con uno de los Kamis primigenios en la creación del mundo. Su madre Inari. Esto confirmaba que los había estado observando, y que alguna consecuencia se avecinaba. Lo más probable es, tal y como se había comunicado hacía ellos, es que fueran consecuencias buenas. ¿Pero y si no?, ¿Estarían desafiando a los dioses con su amor y promesas?. Eso hacía que el zorro se despertara a mitad de la noche, intranquilo, quedandose pensativo en el silencio de la noche. Barajaba y rumiaba todos los posibles escenarios cuando ambos fueran al reino de los espíritus, ese lugar que no pertenecía a ninguna parte.

    Por otro lado, había estado su discusión con Heinrich Rosenberg... Ambos se habían reprochado y dicho cosas de las que seguramente se arrepentían de un modo u otro. Pero de momento debería dejar que pasara unos días antes de abordar la situación. Tenían mucho que pensar, ordenar cada uno sus propias ideas antes de intentar solucionar por qué aquella noche parecía haberse quebrado.

    Todos esos pensamientos interrumpían el sueño del zorro, quien trazaba círculos de forma perezosa sobre el brazo de Elizabeth, un gesto que le mantenía los pies en la tierra y que le ayudaba pensar. Con ella cerca todo era más fácil, por qué ella era su prioridad, y ante eso jamás tenía dudas.

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    Se quiere enojar pero es un perrete adorable a su modo, riendo leve.
    Pero va a fingir que si está enojado para darle gusto de su venganza.
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    -esta lo más de feliz llenando la casa de barro y agua así que no lo molesten esa es su venganza con lucifer -
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  • Mi lado del trato está completado... Tómalo antes de que me arrepienta.
    Y no vuelvas a solicitar mi apoyo, no para venganza.
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  • Víctima de un desquiciado, el Rey del Norte fue condenado a un destino peor que la muerte misma; reposando en su solitario trono; en aquella misma amplia sala donde hace años atrás el hechicero corrupto hizo a su esposa e hijos vomitar sus propios órganos y girar su piel de adentro hacia afuera.

    La oscuridad lo rodea, abrazándolo, ni esposa, ni herederos, ni ejército lo custodian, no es necesario; su confianza ha sido depositada únicamente en las manos de dos mujeres que le son fieles con promesas de exterminio, de purga, de destrucción.

    El tiempo de los diálogos y las visitas de embajadores ha muerto, y con ello cualquier rastro de compasión, ya la paz ya no tiene lugar en su reino. En su lugar, la espada, el escudo y el fuego son los nuevos jueces de la justicia.

    Ciego, no por falta de vista, sino por su dolor y su alma rota, se vuelve sordo al los gritos de aquellos que claman por su benevolencia. Sus ojos, una vez estuvieron llenos de esperanza, ahora se han sellado con el velo del dolor y la venganza. La democracia, se ha desvanecido como un espejismo; lo único real es el castigo, la tortura, la muerte.

    La magia, ya no una herramienta de creación, sino un pecado mortal, es erradicada con la brutalidad, asesinando a las familias enteras de aquellos malditos por el don que un día los hizo sentir superiores a otros humanos.

    No hay descanso en la oscuridad porque detrás de la máscara de plata se oculta un rostro de hombre roto. Un hombre que en otro tiempo amó, que abrazó a su esposa y protegió a sus hijos, ahora convertidos en sombras de lo que una vez fueron.
    Víctima de un desquiciado, el Rey del Norte fue condenado a un destino peor que la muerte misma; reposando en su solitario trono; en aquella misma amplia sala donde hace años atrás el hechicero corrupto hizo a su esposa e hijos vomitar sus propios órganos y girar su piel de adentro hacia afuera. La oscuridad lo rodea, abrazándolo, ni esposa, ni herederos, ni ejército lo custodian, no es necesario; su confianza ha sido depositada únicamente en las manos de dos mujeres que le son fieles con promesas de exterminio, de purga, de destrucción. El tiempo de los diálogos y las visitas de embajadores ha muerto, y con ello cualquier rastro de compasión, ya la paz ya no tiene lugar en su reino. En su lugar, la espada, el escudo y el fuego son los nuevos jueces de la justicia. Ciego, no por falta de vista, sino por su dolor y su alma rota, se vuelve sordo al los gritos de aquellos que claman por su benevolencia. Sus ojos, una vez estuvieron llenos de esperanza, ahora se han sellado con el velo del dolor y la venganza. La democracia, se ha desvanecido como un espejismo; lo único real es el castigo, la tortura, la muerte. La magia, ya no una herramienta de creación, sino un pecado mortal, es erradicada con la brutalidad, asesinando a las familias enteras de aquellos malditos por el don que un día los hizo sentir superiores a otros humanos. No hay descanso en la oscuridad porque detrás de la máscara de plata se oculta un rostro de hombre roto. Un hombre que en otro tiempo amó, que abrazó a su esposa y protegió a sus hijos, ahora convertidos en sombras de lo que una vez fueron.
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  • Vestigia
    Cántico el viajero .

    " En mi andar, buscaba yo redención de mi sobre mi y mis decisiones, entonces encontré un anciano, me miró a los ojos y dijo.. de David eres hijo yo te bendigo, Angeles cuidarán y bendecirán desde el cielo a todo aquel que te ame, Demonios en tu espalda cobrarán venganza de todo aquel que traicione tu confianza, y así será por siempre .
    Vestigia Cántico el viajero . " En mi andar, buscaba yo redención de mi sobre mi y mis decisiones, entonces encontré un anciano, me miró a los ojos y dijo.. de David eres hijo yo te bendigo, Angeles cuidarán y bendecirán desde el cielo a todo aquel que te ame, Demonios en tu espalda cobrarán venganza de todo aquel que traicione tu confianza, y así será por siempre .
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  • —Espero no haber importunado su tiempo, estimado Wong.

    La voz de Sung se escucharia serena en todo momento, mientras recibia al hombre; Wong, un abogado de gran influencia en el mundo del derecho, hace no mucho este habia llegado a la comisaria interponiendo una denuncia. Su hija, su unica, y adorada hija, lo unico que tenia en el mundo tras la prematura muerte de su esposa, habia sido encontrada sin vida en la ducha de su casa. Un crimen ciertamente peculiar.. de el se sabe que no se encontraba en casa cuando ocurrio la situacion, un completo sin sentido que ciertamente dejaba a todos sin una sola pista de cual fuese la razon para que esto sucediera.

    No hay huellas digitales evidentes, quien lo hubiese hecho se cuido bastante de no dejar siquiera una sombra de su presencia. La medicina forense era una de las ramas mas poderosas en cuanto a conocer lo que ha pasado antes y despues de un crimen como este, sin embargo, entre los mejores investigadores, el coreano era uno de los que mas renombre poseian, no sabian como, pero siempre encontraba una respuesta a todo lo que no pareciera tener luz.

    Como si los muertos le hablasen.

    El, tras semanas de investigacion, tendria el permiso para accesar al sitio de los hechos. Donde recibio las respuestas que habia estado buscando durante tanto tiempo, uniendo las piezas que faltaban en este oscuro rompecabezas

    .— ¿Le cuento algo? Sinceramente, no pudimos encontrar una respuesta para lo ocurrido con su hija…— El rostro de Sung denotaba una tristeza imposible de fingir, por su lado, Wong parecía primero mostrarse molesto ante su respuesta, antes de dejarlo decir algo más —Desgraciadamente, quien haya hecho esto, fue inteligente. Era como si supiera moverse cuál sombra… no habían restos, no habían huellas, era como si…—

    Ante esta respuesta, quien lo escuchaba poco a poco dibujó una pequeña sonrisa en sus labios… como si, contrario a recibir una terrible noticia, lo que estaba escuchando le fuese agradable… más intentó no perder la compostura mientras Sung hablaba.

    —Como si conociera cada centímetro de la casa a la cual entró— La sonrisa del hombre se borró por un momento, el tono de Sung en ese comentario expresaba cierta duda, no una cual pregunta… si no, una acusación silenciosa.

    —Así que me di la tarea de conseguir información a mi manera.—

    Hubo algo en esa respuesta, el ambiente del lugar empezó a sentirse helado poco a poco, un escalofrío que recorrió la espalda del anciano mientras el aura de Sung pasaba de ser apacible, a poco a poco volverse más frívola.

    —¿Sabe algo curioso señor Wong? Este tipo de crímenes, por lo general son de personas cercanas. Amigos, hermanos… amantes o novios celosos que quieren venganza. Solo alguien que tuviese confianza con ella podría entrar a la casa como si nada y llegar hasta el baño donde estaba duchándose.—

    Supo dónde iban las piedras, así que el hombre arremetió

    “¿Cómo te atreves? Yo soy el afectado aquí. Fue mi hija a la que arrancaron de mis brazos. No permitiré que..”

    De pronto un escalofrío, ese mismo ambiente gélido pasaba ahora de solo una mala sensación, a volverse en una especie de recorrido por su espina dorsal, como si algo estuviese tocándolo desde la espalda baja hasta el centro de la misma.

    —¿Su hija? Oh cierto, Sun-Hee. La dulce joven que usted cuidaba como premio…

    La chica que cuando creció se parecía tanto a su madre. Que usted no pudo evitar querer tenerla más, más y más a su lado.

    Al punto de tocarla para intentar recordar como se sentía estar con su esposa ¿no es así?—

    El hombre intentó responderle, pero entonces sintió algo en su cuello. Una mano que lo sostuvo, fueron dos en total que lo rodeaban cual frívolo abrazo. Instintivamente, trató de alzar la vista

    Y ahí estaba ella. Pálida, sus ojos perdidos en una negrura absoluta, pero Sung no se inmutaba.

    —¿Sabe que dicen de nosotros los forenses? Hablamos con los que han partido de este mundo. Sin embargo, en mi caso; aquellos que se fueron bajo circunstancias horribles, me cuentan toda su historia de inicio a fin.

    Mi estimado señor Wong. Tiene muchos pecados que pagar, pero su hija será quien se encargue de usted esta noche.—

    Gritos se escucharon a lo lejos, horribles, desgarradores, agónicos. Gritos que tardaron horas, hasta que todo se silencio, al escucharse un sonido de desgarre.

    Como si algo, hubiese sido separado de un cuerpo.

    #HappyHalloween
    —Espero no haber importunado su tiempo, estimado Wong. La voz de Sung se escucharia serena en todo momento, mientras recibia al hombre; Wong, un abogado de gran influencia en el mundo del derecho, hace no mucho este habia llegado a la comisaria interponiendo una denuncia. Su hija, su unica, y adorada hija, lo unico que tenia en el mundo tras la prematura muerte de su esposa, habia sido encontrada sin vida en la ducha de su casa. Un crimen ciertamente peculiar.. de el se sabe que no se encontraba en casa cuando ocurrio la situacion, un completo sin sentido que ciertamente dejaba a todos sin una sola pista de cual fuese la razon para que esto sucediera. No hay huellas digitales evidentes, quien lo hubiese hecho se cuido bastante de no dejar siquiera una sombra de su presencia. La medicina forense era una de las ramas mas poderosas en cuanto a conocer lo que ha pasado antes y despues de un crimen como este, sin embargo, entre los mejores investigadores, el coreano era uno de los que mas renombre poseian, no sabian como, pero siempre encontraba una respuesta a todo lo que no pareciera tener luz. Como si los muertos le hablasen. El, tras semanas de investigacion, tendria el permiso para accesar al sitio de los hechos. Donde recibio las respuestas que habia estado buscando durante tanto tiempo, uniendo las piezas que faltaban en este oscuro rompecabezas .— ¿Le cuento algo? Sinceramente, no pudimos encontrar una respuesta para lo ocurrido con su hija…— El rostro de Sung denotaba una tristeza imposible de fingir, por su lado, Wong parecía primero mostrarse molesto ante su respuesta, antes de dejarlo decir algo más —Desgraciadamente, quien haya hecho esto, fue inteligente. Era como si supiera moverse cuál sombra… no habían restos, no habían huellas, era como si…— Ante esta respuesta, quien lo escuchaba poco a poco dibujó una pequeña sonrisa en sus labios… como si, contrario a recibir una terrible noticia, lo que estaba escuchando le fuese agradable… más intentó no perder la compostura mientras Sung hablaba. —Como si conociera cada centímetro de la casa a la cual entró— La sonrisa del hombre se borró por un momento, el tono de Sung en ese comentario expresaba cierta duda, no una cual pregunta… si no, una acusación silenciosa. —Así que me di la tarea de conseguir información a mi manera.— Hubo algo en esa respuesta, el ambiente del lugar empezó a sentirse helado poco a poco, un escalofrío que recorrió la espalda del anciano mientras el aura de Sung pasaba de ser apacible, a poco a poco volverse más frívola. —¿Sabe algo curioso señor Wong? Este tipo de crímenes, por lo general son de personas cercanas. Amigos, hermanos… amantes o novios celosos que quieren venganza. Solo alguien que tuviese confianza con ella podría entrar a la casa como si nada y llegar hasta el baño donde estaba duchándose.— Supo dónde iban las piedras, así que el hombre arremetió “¿Cómo te atreves? Yo soy el afectado aquí. Fue mi hija a la que arrancaron de mis brazos. No permitiré que..” De pronto un escalofrío, ese mismo ambiente gélido pasaba ahora de solo una mala sensación, a volverse en una especie de recorrido por su espina dorsal, como si algo estuviese tocándolo desde la espalda baja hasta el centro de la misma. —¿Su hija? Oh cierto, Sun-Hee. La dulce joven que usted cuidaba como premio… La chica que cuando creció se parecía tanto a su madre. Que usted no pudo evitar querer tenerla más, más y más a su lado. Al punto de tocarla para intentar recordar como se sentía estar con su esposa ¿no es así?— El hombre intentó responderle, pero entonces sintió algo en su cuello. Una mano que lo sostuvo, fueron dos en total que lo rodeaban cual frívolo abrazo. Instintivamente, trató de alzar la vista Y ahí estaba ella. Pálida, sus ojos perdidos en una negrura absoluta, pero Sung no se inmutaba. —¿Sabe que dicen de nosotros los forenses? Hablamos con los que han partido de este mundo. Sin embargo, en mi caso; aquellos que se fueron bajo circunstancias horribles, me cuentan toda su historia de inicio a fin. Mi estimado señor Wong. Tiene muchos pecados que pagar, pero su hija será quien se encargue de usted esta noche.— Gritos se escucharon a lo lejos, horribles, desgarradores, agónicos. Gritos que tardaron horas, hasta que todo se silencio, al escucharse un sonido de desgarre. Como si algo, hubiese sido separado de un cuerpo. #HappyHalloween
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    ||Explicación del último post, aunque procuré dejarlo todo muy claro.

    Tiempo atrás, Lucifer fue asesinado por Vox, destrozando su cuerpo en busca de venganza debido a una confusión y aprovechando su estado de debilidad por X o Y situaciones.
    El cuerpo de Lucifer nunca fue recuperado y él terminó "renaciendo" en uno falso hecho de barro, como Samael, su forma previa al destierro.

    Nunca se especificó que sucedió realmente con Lucifer, pues no se le devolvió a su cuerpo y todo el desarrollo que ha tenido, siempre fue desde ese renacer.

    También hago esto con el fin de explicar porque Lucifer parece tener limitaciones y no ser el Gran y poderoso rey que debería, a pesar de todo lo que es capaz.
    Esto, a su vez, explica el porque parece cansarse con facilidad tras gastar demasiada energía o el tener que concentrarla toda en curarse de ciertas heridas, cuando no debería ser algo de trabajo para un ser tan poderoso.

    Vaya, que lo tengo nerfeado y me hace sentido por esto.
    Al final es una trama que quedó en segundo plano, pero ahora con lo de tomar el lugar de Dios, lo veo relevante.||
    ||Explicación del último post, aunque procuré dejarlo todo muy claro. Tiempo atrás, Lucifer fue asesinado por Vox, destrozando su cuerpo en busca de venganza debido a una confusión y aprovechando su estado de debilidad por X o Y situaciones. El cuerpo de Lucifer nunca fue recuperado y él terminó "renaciendo" en uno falso hecho de barro, como Samael, su forma previa al destierro. Nunca se especificó que sucedió realmente con Lucifer, pues no se le devolvió a su cuerpo y todo el desarrollo que ha tenido, siempre fue desde ese renacer. También hago esto con el fin de explicar porque Lucifer parece tener limitaciones y no ser el Gran y poderoso rey que debería, a pesar de todo lo que es capaz. Esto, a su vez, explica el porque parece cansarse con facilidad tras gastar demasiada energía o el tener que concentrarla toda en curarse de ciertas heridas, cuando no debería ser algo de trabajo para un ser tan poderoso. Vaya, que lo tengo nerfeado y me hace sentido por esto. Al final es una trama que quedó en segundo plano, pero ahora con lo de tomar el lugar de Dios, lo veo relevante.||
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  • Trece días. Un total de trece días necesitó el zorro para estar en buena forma. Habría necesitado menos, pero las heridas fueron brutales. Además, a mitad de su recuperación, tuvo que dar parte de su energía vital para ayudar a un amigo.

    Pero por fin, Kazuo estaba en marcha. Ese Ōmukade había crecido a sus anchas desde su último encuentro. Últimamente, en ese tiempo había atacado una aldea cercana, pero, por gracia divina, solo se cobró víctimas de ganado.

    El zorro, esta vez sí, con sus cinco sentidos puestos, fue en busca del demonio escalopendra, aquel que era capaz de matar y comer dragones. Recorrió todo el valle y la montaña en busca de su rastro. Recordaba su olor; si algo se le daba bien al zorro era recordar aromas, cada matiz que incluso podía saborear en la lengua. Tras una larga caminata, lo encontró: ese rastro que olía a podredumbre y muerte, como si algo estuviera comiendo cadáveres en descomposición. En este punto, el zorro bajó su ritmo, sintiendo cómo esa capa de miasma aumentaba a medida que se acercaba.

    Kazuo era tremendamente silencioso; no se escuchaba ni el crujir de las ramas bajo sus pies, igual que un fantasma. Afinaba su oído; cualquier leve sonido hacía que girara su cabeza de forma brusca, como cuando los cazadores acechan a una presa. Y así era: Kazuo era el cazador y el Ōmukade, su presa. La noche se había cernido sobre él. De seguro, Elisabeth le reprendería por no avisarla para que lo acompañara. Pero no le entusiasmaba darle como regalo de compromiso una noche de matanza a un demonio. Desde luego, era poco romántico.

    "¡Clic!" —Un crujido.

    Ese crujido no lo había emitido Kazuo. Tampoco lo habría provocado ningún animal, ya que la densidad del ambiente era inaguantable para cualquier ser que no estuviera preparado para soportarlo. El zorro se puso en cuclillas, posando sus dos manos sobre la tierra e inclinándose levemente hacia delante, como un gato que se agazapa antes de cernirse sobre su presa. Un silencio sepulcral se instalaba en el ambiente; Parecía que incluso el aire había dejado de correr.

    Fue entonces cuando aquel demonio, tan grande como un dragón, emergió de la oscuridad, profiriendo un rugido ensordecedor. Este, igual que la última vez, se dirigió una carga hacia Kazuo, pero este, rápido, tomó impulso en dirección hacia la criatura. A punto de colisionar el uno con el otro, Kazuo sacó sus garras, clavándolas apenas en el caparazón de su cabeza. Su coraza era terriblemente dura; Debería haberle pedido a Elisabeth un poco de su saliva, ya que esta es venenosa para los Ōmukade. Tras aguantar todo lo posible el agarre, aprovechó la inercia de su cuerpo para elevarse sobre la cabeza del demonio, quedando durante unas milésimas de segundo en pie sobre este con una sola mano. Sin soltar su agarre, dobló su tronco para que sus pies y piernas caigan en cuclillas sobre la cabeza del insecto gigante. Con una fuerza sobrehumana, hizo presión con sus piernas hacia abajo, soltando su agarre en el momento justo en que estas hacían más presión sobre la cabeza del demonio. El impulso que tomó el zorro hizo que la cabeza del contrario se estampara de boca contra el suelo, como si Kazuo hubiera lanzado un proyecto con sus piernas.

    Mientras una polvareda se levantaba por el impacto del Ōmukade contra el suelo, el zorro caía con gracia sobre la rama de un árbol cercano.

    —Esto va a terminar rápido... —decía él con esa calma que a veces podía resultar inquietante.

    Tras unos segundos, el demonio se levantaba. Este retorcía su cuerpo con dolor y furia. Kazuo pensó que, si no podía atravesar su corazón, lo molería a golpes hasta que esta cediera.

    Durante largos minutos, ambos yōkais se regalaban una serenata de golpes. Kazuo era quien más golpe daba y quien más los esquivaba, aunque se llevó alguno que otro en el camino. El demonio escalopendra comenzaba a estar cansado y cada vez más débil. En un último movimiento, Kazuo volvió a embestir de frente, algo bastante necio por su parte, ya que el demonio no era tonto y ya había visto antes de ese ataque.

    El Ōmukade, habiendo aprendido la lección, levantó su cabeza para atrapar el cuerpo de Kazuo, uniendo sus dientes afilados en su carne. Pero de pronto, como si fuera vapor, el cuerpo de Kazuo desapareció, dejando una leve neblina a su paso y una hoja otoñal flotando donde antes estaba su cuerpo, hasta que esta cayó al suelo. Kazuo había desaparecido. El demonio, desconcertado, giró sus ojos telescópicos de un lado a otro buscando al zorro. Pero Kazuo no estaba en su campo de visión. El zorro, como si de un truco de mágia se tratase, estaba justo debajo de la cabeza del Ōmukade, concretamente bajo su mandíbula. Ahí había un punto frágil; un área de su corazón había cedido por los constantes golpes que le había propinado. La mano de Kazuo se llenaba de llamas color zafiro, llamas capaces de purificar y quemar aquello que no puede ser purificado por nada. Juntó y puso rectos los dedos de su mano para, posteriormente, clavar sus garras de una sola estocada en la tráquea del monstruo, atravesándola con facilidad.

    El Ōmukade rugía, rugía con desesperación y dolor. Su cuerpo de escalopendra se retorcía de un lado a otro, volcando árboles y maleza, dejando un destrozo a su paso. Kazuo, insatisfecho, aún con su mano introducida, hizo florecer sus llamas color zafiro, haciendo que la criatura comenzara a arder desde dentro. Segundos más tarde, mientras aún se retorcía de dolor, llamas azules salían crepitantes entre los huecos de su coraza, por su boca y por sus ojos.

    Era un golpe incompatible con la vida, totalmente mortal. Saca sus manos del interior, su cuerpo dejó de moverse progresivamente, quedando solo algunos espasmos residuales de movimiento. Kazuo observaba cómo el cuerpo del demonio que casi lo mata se consumía. ¿Cómo podía haber sido tan descuidado con un demonio tan inferior a él?

    —Esto por haber preocupado a Liz, infeliz —decía Kazuo de forma seria, pero con una calma nuevamente inquietante.

    Su venganza no había sido porque lo hubiera estado a punto de matar, sino por el mal rato que pasó Elisabeth cuando lo encontró moribundo. Finalmente, el zorro se volvió y puso rumbo a su templo, esperando que no se le hubiera hecho demasiado tarde para cenar.
    Trece días. Un total de trece días necesitó el zorro para estar en buena forma. Habría necesitado menos, pero las heridas fueron brutales. Además, a mitad de su recuperación, tuvo que dar parte de su energía vital para ayudar a un amigo. Pero por fin, Kazuo estaba en marcha. Ese Ōmukade había crecido a sus anchas desde su último encuentro. Últimamente, en ese tiempo había atacado una aldea cercana, pero, por gracia divina, solo se cobró víctimas de ganado. El zorro, esta vez sí, con sus cinco sentidos puestos, fue en busca del demonio escalopendra, aquel que era capaz de matar y comer dragones. Recorrió todo el valle y la montaña en busca de su rastro. Recordaba su olor; si algo se le daba bien al zorro era recordar aromas, cada matiz que incluso podía saborear en la lengua. Tras una larga caminata, lo encontró: ese rastro que olía a podredumbre y muerte, como si algo estuviera comiendo cadáveres en descomposición. En este punto, el zorro bajó su ritmo, sintiendo cómo esa capa de miasma aumentaba a medida que se acercaba. Kazuo era tremendamente silencioso; no se escuchaba ni el crujir de las ramas bajo sus pies, igual que un fantasma. Afinaba su oído; cualquier leve sonido hacía que girara su cabeza de forma brusca, como cuando los cazadores acechan a una presa. Y así era: Kazuo era el cazador y el Ōmukade, su presa. La noche se había cernido sobre él. De seguro, Elisabeth le reprendería por no avisarla para que lo acompañara. Pero no le entusiasmaba darle como regalo de compromiso una noche de matanza a un demonio. Desde luego, era poco romántico. "¡Clic!" —Un crujido. Ese crujido no lo había emitido Kazuo. Tampoco lo habría provocado ningún animal, ya que la densidad del ambiente era inaguantable para cualquier ser que no estuviera preparado para soportarlo. El zorro se puso en cuclillas, posando sus dos manos sobre la tierra e inclinándose levemente hacia delante, como un gato que se agazapa antes de cernirse sobre su presa. Un silencio sepulcral se instalaba en el ambiente; Parecía que incluso el aire había dejado de correr. Fue entonces cuando aquel demonio, tan grande como un dragón, emergió de la oscuridad, profiriendo un rugido ensordecedor. Este, igual que la última vez, se dirigió una carga hacia Kazuo, pero este, rápido, tomó impulso en dirección hacia la criatura. A punto de colisionar el uno con el otro, Kazuo sacó sus garras, clavándolas apenas en el caparazón de su cabeza. Su coraza era terriblemente dura; Debería haberle pedido a Elisabeth un poco de su saliva, ya que esta es venenosa para los Ōmukade. Tras aguantar todo lo posible el agarre, aprovechó la inercia de su cuerpo para elevarse sobre la cabeza del demonio, quedando durante unas milésimas de segundo en pie sobre este con una sola mano. Sin soltar su agarre, dobló su tronco para que sus pies y piernas caigan en cuclillas sobre la cabeza del insecto gigante. Con una fuerza sobrehumana, hizo presión con sus piernas hacia abajo, soltando su agarre en el momento justo en que estas hacían más presión sobre la cabeza del demonio. El impulso que tomó el zorro hizo que la cabeza del contrario se estampara de boca contra el suelo, como si Kazuo hubiera lanzado un proyecto con sus piernas. Mientras una polvareda se levantaba por el impacto del Ōmukade contra el suelo, el zorro caía con gracia sobre la rama de un árbol cercano. —Esto va a terminar rápido... —decía él con esa calma que a veces podía resultar inquietante. Tras unos segundos, el demonio se levantaba. Este retorcía su cuerpo con dolor y furia. Kazuo pensó que, si no podía atravesar su corazón, lo molería a golpes hasta que esta cediera. Durante largos minutos, ambos yōkais se regalaban una serenata de golpes. Kazuo era quien más golpe daba y quien más los esquivaba, aunque se llevó alguno que otro en el camino. El demonio escalopendra comenzaba a estar cansado y cada vez más débil. En un último movimiento, Kazuo volvió a embestir de frente, algo bastante necio por su parte, ya que el demonio no era tonto y ya había visto antes de ese ataque. El Ōmukade, habiendo aprendido la lección, levantó su cabeza para atrapar el cuerpo de Kazuo, uniendo sus dientes afilados en su carne. Pero de pronto, como si fuera vapor, el cuerpo de Kazuo desapareció, dejando una leve neblina a su paso y una hoja otoñal flotando donde antes estaba su cuerpo, hasta que esta cayó al suelo. Kazuo había desaparecido. El demonio, desconcertado, giró sus ojos telescópicos de un lado a otro buscando al zorro. Pero Kazuo no estaba en su campo de visión. El zorro, como si de un truco de mágia se tratase, estaba justo debajo de la cabeza del Ōmukade, concretamente bajo su mandíbula. Ahí había un punto frágil; un área de su corazón había cedido por los constantes golpes que le había propinado. La mano de Kazuo se llenaba de llamas color zafiro, llamas capaces de purificar y quemar aquello que no puede ser purificado por nada. Juntó y puso rectos los dedos de su mano para, posteriormente, clavar sus garras de una sola estocada en la tráquea del monstruo, atravesándola con facilidad. El Ōmukade rugía, rugía con desesperación y dolor. Su cuerpo de escalopendra se retorcía de un lado a otro, volcando árboles y maleza, dejando un destrozo a su paso. Kazuo, insatisfecho, aún con su mano introducida, hizo florecer sus llamas color zafiro, haciendo que la criatura comenzara a arder desde dentro. Segundos más tarde, mientras aún se retorcía de dolor, llamas azules salían crepitantes entre los huecos de su coraza, por su boca y por sus ojos. Era un golpe incompatible con la vida, totalmente mortal. Saca sus manos del interior, su cuerpo dejó de moverse progresivamente, quedando solo algunos espasmos residuales de movimiento. Kazuo observaba cómo el cuerpo del demonio que casi lo mata se consumía. ¿Cómo podía haber sido tan descuidado con un demonio tan inferior a él? —Esto por haber preocupado a Liz, infeliz —decía Kazuo de forma seria, pero con una calma nuevamente inquietante. Su venganza no había sido porque lo hubiera estado a punto de matar, sino por el mal rato que pasó Elisabeth cuando lo encontró moribundo. Finalmente, el zorro se volvió y puso rumbo a su templo, esperando que no se le hubiera hecho demasiado tarde para cenar.
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    Elizabeth después de muchos días decidió vaciar el bolso en el que transportaba todos sus enseres personales, el cambio de una vida nómada a una con un lugar estable había sido difícil de asimilar. Ya no tenía que escapar, nadie la perseguía por ser una "Llama de Sangre" su pelo rojo y ojos carmesí no eran una amenaza que atentara con su vida.
    Poco a poco fue guardando todo lo que contenía en un pequeño armario, hasta que en el fondo se encontró con el poderoso y hermoso Yukata que le había obsequiado su aliado (https://ficrol.com/posts/196977 ) en ese entonces, el mismo que vistió en la guerra sangrienta y acompañó con ferocidad alimentando su faceta más oscura, la que sedienta pedía venganza en cada movimiento mortal que hacía con su espada.
    Se mantuvo contemplando por un tiempo en silencio el traje negro de seda fina y rosas rojas bordadas con extrema minuciosidad por toda la tela, liberó un largo suspiro, no lo sacó del bolso esperando en algún momento más temprano que tarde realizar el viaje para regresarlo a su dueño, en ella ya había cumplido su objetivo y estaba agradecida por eso.
    Elizabeth después de muchos días decidió vaciar el bolso en el que transportaba todos sus enseres personales, el cambio de una vida nómada a una con un lugar estable había sido difícil de asimilar. Ya no tenía que escapar, nadie la perseguía por ser una "Llama de Sangre" su pelo rojo y ojos carmesí no eran una amenaza que atentara con su vida. Poco a poco fue guardando todo lo que contenía en un pequeño armario, hasta que en el fondo se encontró con el poderoso y hermoso Yukata que le había obsequiado su aliado (https://ficrol.com/posts/196977 ) en ese entonces, el mismo que vistió en la guerra sangrienta y acompañó con ferocidad alimentando su faceta más oscura, la que sedienta pedía venganza en cada movimiento mortal que hacía con su espada. Se mantuvo contemplando por un tiempo en silencio el traje negro de seda fina y rosas rojas bordadas con extrema minuciosidad por toda la tela, liberó un largo suspiro, no lo sacó del bolso esperando en algún momento más temprano que tarde realizar el viaje para regresarlo a su dueño, en ella ya había cumplido su objetivo y estaba agradecida por eso.
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    𝑻𝒐𝒎𝒐𝒆 𝑮𝒐𝒛𝒆𝒏 (巴御前)
    ━復讐の殺人者━
    ━━━━━━━━━━━━━━━━༺❀༻

    En el turbulento periodo Sengoku de Japón, en un humilde y pintoresco poblado de Tokio, vivía una familia que, a pesar de su pobreza, irradiaba felicidad.

    En este rincón del mundo, y bajo pobres paredes de madera, nació 𝑻𝒐𝒎𝒐𝒆 𝑮𝒐𝒛𝒆𝒏, una niña que creció rodeada del amor y la bondad de sus padres y sus abuelos.

    𝑇𝑜𝑑𝑜 𝑒𝑟𝑎 𝑓𝑒𝑙𝑖𝑐𝑖𝑑𝑎𝑑

    Hasta que el destino, con su cruel ironía, tenía otros planes para ella.


    El eco de la guerra civil comenzó a resonar por las aldeas, anunciando tiempos oscuros

    El temido 𝐂𝐥𝐚𝐧 𝐘𝐚𝐦𝐚𝐠𝐮𝐜𝐡𝐢, conocido por su crueldad y perversión, con su ejército de samurais perversos e invencibles, arrasó la aldea, saqueando, v*olando a mujeres y asesinando a demás ciudadanos inocentes.

    Los espeluznantes gritos del horror y el baño de sangre se quedaron grabados para siempre en la mente inocente de la pequeña 𝑻𝒐𝒎𝒐𝒆...

    𝑃𝑒𝑟𝑜 𝑒𝑛𝑡𝑜𝑛𝑐𝑒𝑠

    𝐀𝐤𝐢𝐭𝐨 𝐘𝐚𝐦𝐚𝐠𝐮𝐜𝐡𝐢, líder del 𝐂𝐥𝐚𝐧 𝐘𝐚𝐦𝐚𝐠𝐮𝐜𝐡𝐢 , irrumpió en su casa, y dejo caer su katana, 𝑑𝑒𝑔𝑜𝑙𝑙𝑎𝑛𝑑𝑜 al padre, al abuelo, a la abuela y v*olando brutalmente a la madre de 𝑻𝒐𝒎𝒐𝒆 mientras ella observaba todo, escondida en un armario...

    —¡COREEEE!— Lo último que dijo su madre expresando su deseo de salvar a su hija...

    𝑻𝒐𝒎𝒐𝒆 salió de su escondite, corrió y se perdió de entre los bosques de aquella aldea ya destrozada por la maldad del hombre.

    Gazú la hallo por ventura... Ella vivía como un animal...

    𝑇𝑟𝑎𝑡𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑑𝑒 ℎ𝑢𝑖𝑟 𝑑𝑒 𝑠𝑢 𝑡𝑟𝑎𝑢𝑚𝑎

    Gazú la cubrió con su túnica y la llevo a su morada.

    Pasaron años, 𝑻𝒐𝒎𝒐𝒆 crecio y desarollo la forma de hablar de Gazú...

    𝐸𝑙 𝑠𝑖𝑙𝑒𝑛𝑐𝑖𝑜

    Nunca hablo para los demás pero para Gazú si...

    Aprendió bajo estricta disciplina a manejar las armas de una forma magistral e innata.

    ⟁¿Que ves más allá?𓂀 Pregunto Gazú

    —Veo....Mi madre... V"olada... Mi padre... asesinado... mis abuelos... mi vida...— Entre lágrimas respondió

    Soltó un llanto y grito al cielo

    —¡Maldito Yamaguchi!. ¡Juro por los cielos y la tierra que te haré beber de tu sangre!—

    Gazú complacido por el deseo de ella...

    𝐄𝐥 𝐝𝐞𝐬𝐞𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐯𝐞𝐧𝐠𝐚𝐧𝐳𝐚

    Le otorgo el poder de ser inmortal hasta que... cumpla su deseo...

    Tomoe se enfrento a las fuerzas del Clan Yamaguchi ella sola, una por una hasta que llego a Akito....

    Y el resto es historia...

    El Yukata de Tomoe tiene el poder de dotar de odio acumulado y venganza a quien lo posea.

    Gazú lo guardo y lo atesoro como una reliquia hasta que un día

    Fue entregado a 𝑬𝒍𝒊𝒛𝒂𝒃𝒆𝒕𝒉 ✴ 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅𝒇𝒍𝒂𝒎𝒆

    Quien perseguía lo mismo que Tomoe...

    𝐕𝐄𝐍𝐆𝐀𝐍𝐙𝐀
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