No es el filo que corta todo a su paso, ni la rabia colérica que arde, lo que define al caballero, sino la incesante oportunidad de destruirlo todo a su paso… y elegir no hacerlo.
En esa renuncia total, cuando la sangre clama justicia y la espada exige venganza, nace el verdadero honor.
Es allí donde el asesino se revela, y el caballero se eleva.
En esa renuncia total, cuando la sangre clama justicia y la espada exige venganza, nace el verdadero honor.
Es allí donde el asesino se revela, y el caballero se eleva.
No es el filo que corta todo a su paso, ni la rabia colérica que arde, lo que define al caballero, sino la incesante oportunidad de destruirlo todo a su paso… y elegir no hacerlo.
En esa renuncia total, cuando la sangre clama justicia y la espada exige venganza, nace el verdadero honor.
Es allí donde el asesino se revela, y el caballero se eleva.


