• Se ha puesto cursi, lo admite, pero tenía bastante sin poder dedicarle tantos regalos y canciones a su cervatillo, desde que le propuso matrimonio a decir verdad.
    El pequeño cocodrilo no fue suficiente, por lo que le llevó serenata hasta su torre de radio, sólo acompañado con una guitarra.

    —Quiero beber los besos de tu boca
    Como si fueran gotas de rocío
    Y ahí en el aire dibujar tu nombre
    Junto con el mío~

    Quiero un acorde dulce de guitarra
    Hacia locuras en tus sentimientos
    En el sutil abrazo de la noche
    Sepas lo que siento~

    Que estoy enamorado
    Y tu amor me hace grande
    Que estoy enamorado
    Y que bien, que bien me hace amarte~

    Dentro de ti quedarme en cautiverio
    Para sumarme el aire que respiras
    Y en cada espacio unir mis ilusiones
    Junto con tu vida~

    Que si naufrago me quede en tu orilla
    Que de recuerdos solo me alimente
    Y que despierte del sueño profundo
    Solo para verte~

    Que estoy enamorado
    Y tu amor me hace grande
    Que estoy enamorado
    Y que bien, que bien me hace amarte~

    Voy a encender el fuego, de tu piel callada
    Mojaré tus labios de agua apasionada
    Para que tejamos sueños de la nada~

    Que estoy enamorado
    Y tu amor me hace grande
    Que estoy enamorado
    Y que bien, que bien me hace amarte~

    Que estoy enamorado
    Y tu amor me hace grande
    Que estoy enamorado
    Y que bien, que bien me hace amarte~


    Alastor Dëmøń

    https://www.youtube.com/watch?v=8JPT_cESttk
    Se ha puesto cursi, lo admite, pero tenía bastante sin poder dedicarle tantos regalos y canciones a su cervatillo, desde que le propuso matrimonio a decir verdad. El pequeño cocodrilo no fue suficiente, por lo que le llevó serenata hasta su torre de radio, sólo acompañado con una guitarra. —Quiero beber los besos de tu boca Como si fueran gotas de rocío Y ahí en el aire dibujar tu nombre Junto con el mío~ Quiero un acorde dulce de guitarra Hacia locuras en tus sentimientos En el sutil abrazo de la noche Sepas lo que siento~ Que estoy enamorado Y tu amor me hace grande Que estoy enamorado Y que bien, que bien me hace amarte~ Dentro de ti quedarme en cautiverio Para sumarme el aire que respiras Y en cada espacio unir mis ilusiones Junto con tu vida~ Que si naufrago me quede en tu orilla Que de recuerdos solo me alimente Y que despierte del sueño profundo Solo para verte~ Que estoy enamorado Y tu amor me hace grande Que estoy enamorado Y que bien, que bien me hace amarte~ Voy a encender el fuego, de tu piel callada Mojaré tus labios de agua apasionada Para que tejamos sueños de la nada~ Que estoy enamorado Y tu amor me hace grande Que estoy enamorado Y que bien, que bien me hace amarte~ Que estoy enamorado Y tu amor me hace grande Que estoy enamorado Y que bien, que bien me hace amarte~ [Dem0n] https://www.youtube.com/watch?v=8JPT_cESttk
    Me gusta
    3
    0 turnos 1 maullido 500 vistas
  • "El precio de un error"
    Fandom Acortar
    Categoría Drama
    Su primer error fué confiar en su autocontrol. Aquella noche, donde coincidió con la mayor de las Archeron, algo se desató en él. Algo que lo atraía hacia ella, como una abeja es atraída por el polen. No debió ceder a ese instinto, ese fué su primer error. La consecuencias de esto no fué solo una imperdonable traición a su hermano 𝕮assian  ︎ ︎ ︎ ︎. Si no un lazo forjado entre Azriel y Nesta.

    Se había forjado un lazo doble, y este envolvía a la hembra con la que su hermano se había enlazado y quería con locura. Tras esto, Azriel quiso romper el lazo, pero solo le atrajo la ira de Nesta, una maldición y una reconciliación con un encuentro aún más fuerte que la primera vez

    Su Alto Lord estaba iracundo por su comportamiento. Y el resto de la corte tampoco lo miraba con buenos ojos. Era tal la vorágine de sentimientos, que el Cantor de Sombras no era capaz de lidiar con ellos de una forma sensata. Él que siempre había sido distante, pétreo, comedido... Todo lo que hasta ahora le había caracterizado había desaparecido en esas últimas semanas. Su comportamiento era impulsivo, hasta el punto de haberse enredado con su amigo Gastón en la fiesta del Solsticio, siendo descubierto inmediatamente por una rabiosa Nesta.

    En aquel baño ambos se espetaron parabras dolorosas, afiladas y venenosas. Lo que Azriel le dijo a Nesta no lo sentía. Ni una sola de las palabras que le escupió a la cara eran ciertas. Pero la última vez que quiso apartarse de ella ambos sufrieron de una forma desmedida. Quizás si la Alta fae lo odiaba todo sería más fácil.

    Tras aquello Azriel desapareció varios días. No se supo nada de él, hasta que un día apareció en el campo de entrenamiento, sabiendo que Cassian se encontraba solo en ese momento.

    - Cassian...- Digo el Maestro Espía con calma pétrea, avisando a su hermano de su llegada silenciosa.

    Este mantiene una distancia prudencial, era muy probable que el guerrero Ilyrio arremetiese contra él, y con razón.

    - No tengo derecho. No tengo derecho a pedir tú perdón. Pero necesito intentarlo al menos.- Decía mientras lo observaba con su mirada ambarina, intentando sostenerle la mirada con una dificultad tremebunda.
    Su primer error fué confiar en su autocontrol. Aquella noche, donde coincidió con la mayor de las Archeron, algo se desató en él. Algo que lo atraía hacia ella, como una abeja es atraída por el polen. No debió ceder a ese instinto, ese fué su primer error. La consecuencias de esto no fué solo una imperdonable traición a su hermano [twilight_gold_mule_929]. Si no un lazo forjado entre Azriel y Nesta. Se había forjado un lazo doble, y este envolvía a la hembra con la que su hermano se había enlazado y quería con locura. Tras esto, Azriel quiso romper el lazo, pero solo le atrajo la ira de Nesta, una maldición y una reconciliación con un encuentro aún más fuerte que la primera vez Su Alto Lord estaba iracundo por su comportamiento. Y el resto de la corte tampoco lo miraba con buenos ojos. Era tal la vorágine de sentimientos, que el Cantor de Sombras no era capaz de lidiar con ellos de una forma sensata. Él que siempre había sido distante, pétreo, comedido... Todo lo que hasta ahora le había caracterizado había desaparecido en esas últimas semanas. Su comportamiento era impulsivo, hasta el punto de haberse enredado con su amigo Gastón en la fiesta del Solsticio, siendo descubierto inmediatamente por una rabiosa Nesta. En aquel baño ambos se espetaron parabras dolorosas, afiladas y venenosas. Lo que Azriel le dijo a Nesta no lo sentía. Ni una sola de las palabras que le escupió a la cara eran ciertas. Pero la última vez que quiso apartarse de ella ambos sufrieron de una forma desmedida. Quizás si la Alta fae lo odiaba todo sería más fácil. Tras aquello Azriel desapareció varios días. No se supo nada de él, hasta que un día apareció en el campo de entrenamiento, sabiendo que Cassian se encontraba solo en ese momento. - Cassian...- Digo el Maestro Espía con calma pétrea, avisando a su hermano de su llegada silenciosa. Este mantiene una distancia prudencial, era muy probable que el guerrero Ilyrio arremetiese contra él, y con razón. - No tengo derecho. No tengo derecho a pedir tú perdón. Pero necesito intentarlo al menos.- Decía mientras lo observaba con su mirada ambarina, intentando sostenerle la mirada con una dificultad tremebunda.
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    Me shockea
    Me gusta
    Me endiabla
    7
    19 turnos 0 maullidos 726 vistas
  • El silencio de la noche envolvía el jardín, pero dentro de Daniel, la tormenta de pensamientos y emociones seguía rugiendo. Aún arrodillado en la hierba, su respiración se hacía más lenta, pero su mente permanecía atrapada en la oscuridad de sus propios sentimientos. Las palabras que había gritado al cielo seguían retumbando en su pecho, como un constante recordatorio de su fragilidad.

    Un leve crujido interrumpió la quietud, y Daniel giró la cabeza, los ojos buscando una respuesta que no estaba preparado para encontrar. La figura de Alexa se recortaba en la luz de la luna. En ese instante, supo lo que ya temía: no había estado solo. Ella lo había escuchado todo. La vergüenza lo envolvió, el calor subiendo a su rostro, mientras sus ojos se desviaban, incapaz de enfrentarse a la cruda realidad de ser descubierto.

    El niño obediente que siempre cumplía las reglas, que nunca alzaba la voz, había expuesto su fragilidad. Frente a su hermana, ahora también testigo de su desesperación, Daniel no podía ocultar más lo que realmente era: un joven agotado, que había llegado al límite.

    La luz de la luna destacaba el cansancio en los ojos de Daniel y las lágrimas que luchaban por no caer. Su máscara de perfección se había roto, dejando al descubierto a alguien exhausto y vulnerable.

    El silencio entre ellos pesaba, y Daniel, incapaz de sostener la mirada, bajó la cabeza. Apretó los puños, tratando de contener la tormenta que lo invadía. Con un murmullo apenas audible, dejó escapar


    —Supongo que siempre fui más transparente de lo que quería...

    Sus palabras resonaron en el aire, cargadas de una rendición que no había buscado, pero que ya no podía evitar.

    Alexa Selene
    El silencio de la noche envolvía el jardín, pero dentro de Daniel, la tormenta de pensamientos y emociones seguía rugiendo. Aún arrodillado en la hierba, su respiración se hacía más lenta, pero su mente permanecía atrapada en la oscuridad de sus propios sentimientos. Las palabras que había gritado al cielo seguían retumbando en su pecho, como un constante recordatorio de su fragilidad. Un leve crujido interrumpió la quietud, y Daniel giró la cabeza, los ojos buscando una respuesta que no estaba preparado para encontrar. La figura de Alexa se recortaba en la luz de la luna. En ese instante, supo lo que ya temía: no había estado solo. Ella lo había escuchado todo. La vergüenza lo envolvió, el calor subiendo a su rostro, mientras sus ojos se desviaban, incapaz de enfrentarse a la cruda realidad de ser descubierto. El niño obediente que siempre cumplía las reglas, que nunca alzaba la voz, había expuesto su fragilidad. Frente a su hermana, ahora también testigo de su desesperación, Daniel no podía ocultar más lo que realmente era: un joven agotado, que había llegado al límite. La luz de la luna destacaba el cansancio en los ojos de Daniel y las lágrimas que luchaban por no caer. Su máscara de perfección se había roto, dejando al descubierto a alguien exhausto y vulnerable. El silencio entre ellos pesaba, y Daniel, incapaz de sostener la mirada, bajó la cabeza. Apretó los puños, tratando de contener la tormenta que lo invadía. Con un murmullo apenas audible, dejó escapar —Supongo que siempre fui más transparente de lo que quería... Sus palabras resonaron en el aire, cargadas de una rendición que no había buscado, pero que ya no podía evitar. [Alexbl]
    Me encocora
    1
    2 turnos 0 maullidos 393 vistas
  • Memoria 001

    Valor. Honor. Prestigio.
    Alguna vez, hace mucho tiempo, esas eran las cualidades que el título de Príncipe heredero significaban para él. Donde quiera que su hermano mayor caminara, los ojos de las personas le seguían inmediatamente, parecían polillas atraídas por los faroles de media noche, dispuestas morir en las llamas si así lo deseaba. Li Jie era completa perfección, un chico que realmente había nacido para ser príncipe heredero y que, desde el momento en que vistiera las túnicas representativas, parecía ser la elección más amada de los dioses.

    Ming Wei siempre le había mirado con admiración. En sus ojos, a diferencia de sus demás hermanos de padre, jamás se notaba la avaricia y la codicia de ese título, siempre era la admiración y la devoción quienes permeaban sus ojos y su voz al hablar con Li Jie sobre el futuro. Su hermano era diligente, visionario y dedicado completamente a sus labores como príncipe heredero; era fuerte, era bravo y era valiente, digno de portar en su uniforme el emblema del dragón de tres garras o el valiente león del clan Qiang. Sin duda, parecía que las prendas de habían confeccionado exclusivamente para él.

    La primera vez que Ming estuvo delante de la túnica, tras largos meses de luto por la muerte del príncipe heredero, sintió que no la merecía. A pesar de que esa hubiese sido la última voluntad de su hermano, en su agonizante lecho de muerte, no se sentía con la capacidad de afrontar un desafío de esa magnitud. No cuando sentía que estaba rodeado de lobos hambrientos dispuestos a saltarle encima para destazarlo, pero detrás de todos ellos estaba el peor: Ese tigre viejo que le observaba con intención de ser el primero, además del único, de abalanzarse sobre de él para arrancarle el cuello.

    Desde el primer instante que se colocó las túnicas, Ming Wei sintió que la magia de su infancia se había perdido. Las palabras de antaño ya no tenían el mismo significado, ya no sentía que le mirasen por voluntad propia como a su hermano, creía que todos los ojos estaban puestos sobre de él para asegurarse de estar ahí en el momento que pisara un madero y cayera al abismo. Porque sus pasos eran capaces de acelerar las lenguas en Shangqiu, pues un centenar de rumores salían a la luz cada vez que se ganaba el favor del rey.

    No fue hasta que levantó la cabeza, comprendiendo la importancia de su posición y su prevalencia en ella, que las palabras volvieron a cambiar en su mente. Se había dejado aplastar tanto tiempo por su propia inseguridad, que se había convertido en una marioneta más de la Reina Madre y de los ministros, era un príncipe heredero cuya cabeza estaba debajo de una espada que pendía de un hilo.

    Respeto. Autoridad. Poder.
    El príncipe heredero tenía derecho a todo. Podía hacer lo que deseara acorde a las reglas del Clan y del Rey, podía poner de cabeza el palacio o los salones si lo deseaba, podía levantar su voz por encima de las demás y solo callar cuando el rey hablara. Si tenía tanta libertad, entonces, ¿por qué iba a dejarse vencer? ¿Por qué tenía que agacharse ante los demás si él estaba por encima de todos? Mientras que él viviera en esa posición, su cabeza y la de sus hermanos menores se mantendría en su lugar, su madre seguiría recibiendo tratamiento para la rotura en su corazón y, también, se aseguraría de encontrar al culpable de la muerte de Li Jie para vengarse.

    Desde ese día, la vida de Ming Wei había cambiado. Sus pensamientos, sus ideologías, sus sentimientos y su naturaleza se comenzaron a encaminar para lograr sus objetivos, para hacer sus pasos sonar y, así, recordarles a todos en Shangqiu porqué había sido elegido él de entre todos los príncipes para suceder al anterior.

    Memoria 001
    Memoria 001 Valor. Honor. Prestigio. Alguna vez, hace mucho tiempo, esas eran las cualidades que el título de Príncipe heredero significaban para él. Donde quiera que su hermano mayor caminara, los ojos de las personas le seguían inmediatamente, parecían polillas atraídas por los faroles de media noche, dispuestas morir en las llamas si así lo deseaba. Li Jie era completa perfección, un chico que realmente había nacido para ser príncipe heredero y que, desde el momento en que vistiera las túnicas representativas, parecía ser la elección más amada de los dioses. Ming Wei siempre le había mirado con admiración. En sus ojos, a diferencia de sus demás hermanos de padre, jamás se notaba la avaricia y la codicia de ese título, siempre era la admiración y la devoción quienes permeaban sus ojos y su voz al hablar con Li Jie sobre el futuro. Su hermano era diligente, visionario y dedicado completamente a sus labores como príncipe heredero; era fuerte, era bravo y era valiente, digno de portar en su uniforme el emblema del dragón de tres garras o el valiente león del clan Qiang. Sin duda, parecía que las prendas de habían confeccionado exclusivamente para él. La primera vez que Ming estuvo delante de la túnica, tras largos meses de luto por la muerte del príncipe heredero, sintió que no la merecía. A pesar de que esa hubiese sido la última voluntad de su hermano, en su agonizante lecho de muerte, no se sentía con la capacidad de afrontar un desafío de esa magnitud. No cuando sentía que estaba rodeado de lobos hambrientos dispuestos a saltarle encima para destazarlo, pero detrás de todos ellos estaba el peor: Ese tigre viejo que le observaba con intención de ser el primero, además del único, de abalanzarse sobre de él para arrancarle el cuello. Desde el primer instante que se colocó las túnicas, Ming Wei sintió que la magia de su infancia se había perdido. Las palabras de antaño ya no tenían el mismo significado, ya no sentía que le mirasen por voluntad propia como a su hermano, creía que todos los ojos estaban puestos sobre de él para asegurarse de estar ahí en el momento que pisara un madero y cayera al abismo. Porque sus pasos eran capaces de acelerar las lenguas en Shangqiu, pues un centenar de rumores salían a la luz cada vez que se ganaba el favor del rey. No fue hasta que levantó la cabeza, comprendiendo la importancia de su posición y su prevalencia en ella, que las palabras volvieron a cambiar en su mente. Se había dejado aplastar tanto tiempo por su propia inseguridad, que se había convertido en una marioneta más de la Reina Madre y de los ministros, era un príncipe heredero cuya cabeza estaba debajo de una espada que pendía de un hilo. Respeto. Autoridad. Poder. El príncipe heredero tenía derecho a todo. Podía hacer lo que deseara acorde a las reglas del Clan y del Rey, podía poner de cabeza el palacio o los salones si lo deseaba, podía levantar su voz por encima de las demás y solo callar cuando el rey hablara. Si tenía tanta libertad, entonces, ¿por qué iba a dejarse vencer? ¿Por qué tenía que agacharse ante los demás si él estaba por encima de todos? Mientras que él viviera en esa posición, su cabeza y la de sus hermanos menores se mantendría en su lugar, su madre seguiría recibiendo tratamiento para la rotura en su corazón y, también, se aseguraría de encontrar al culpable de la muerte de Li Jie para vengarse. Desde ese día, la vida de Ming Wei había cambiado. Sus pensamientos, sus ideologías, sus sentimientos y su naturaleza se comenzaron a encaminar para lograr sus objetivos, para hacer sus pasos sonar y, así, recordarles a todos en Shangqiu porqué había sido elegido él de entre todos los príncipes para suceder al anterior. Memoria 001
    Me gusta
    Me encocora
    5
    0 turnos 0 maullidos 529 vistas
  • 𝑴𝒂𝒚 𝑰 𝒉𝒂𝒗𝒆 𝒕𝒉𝒊𝒔 𝒅𝒂𝒏𝒄𝒆?
    Fandom Los Bridgerton
    Categoría Slice of Life
    "Todo esto es por Edwina, pon buena cara"
    Llevaba todo el día repitiéndose esa frase mientras se preparaba junto a su hermana para acudir al último baile al cual las habían invitado. No es que no le gustasen los bailes, pero a pesar de que le encantaba bailar, no era ella la que recibía las invitaciones para ir a la pista. Se había resignado a su lugar apartada, y esa noche tenía otra misión: encontrar a la pareja perfecta para su hermana.

    Justo esa tarde su hermana se reía leyendo a Lady Whistledown hablando del vizconde y su intención de casarse esta temporada, cosa que hizo que Kate volviese a estar de mal humor hasta que salieron de casa.
    No había olvidado el incidente con el contrario, pero a pesar de su enfado, no negaba que tenía sentimientos encontrados hacia el mismo. Mientras no se acercase a su hermana, tendría una velada agradable.

    Y eso fue lo que se repitió al entrar en aquel salón, con parejas ya bailando y una decoración que la hizo girar sobre si misma con una sonrisa para poder observarla. Su hermana no tardó en alejarse para saludar a unas amigas, y ella fue a ponerse en el lugar que le correspondía: al lado de la limonada para tomar un vaso.

    𝐀𝐍𝐓𝐇𝐎𝐍𝐘 𝐁𝐑𝐈𝐃𝐆𝐄𝐑𝐓𝐎𝐍
    "Todo esto es por Edwina, pon buena cara" Llevaba todo el día repitiéndose esa frase mientras se preparaba junto a su hermana para acudir al último baile al cual las habían invitado. No es que no le gustasen los bailes, pero a pesar de que le encantaba bailar, no era ella la que recibía las invitaciones para ir a la pista. Se había resignado a su lugar apartada, y esa noche tenía otra misión: encontrar a la pareja perfecta para su hermana. Justo esa tarde su hermana se reía leyendo a Lady Whistledown hablando del vizconde y su intención de casarse esta temporada, cosa que hizo que Kate volviese a estar de mal humor hasta que salieron de casa. No había olvidado el incidente con el contrario, pero a pesar de su enfado, no negaba que tenía sentimientos encontrados hacia el mismo. Mientras no se acercase a su hermana, tendría una velada agradable. Y eso fue lo que se repitió al entrar en aquel salón, con parejas ya bailando y una decoración que la hizo girar sobre si misma con una sonrisa para poder observarla. Su hermana no tardó en alejarse para saludar a unas amigas, y ella fue a ponerse en el lugar que le correspondía: al lado de la limonada para tomar un vaso. [CROCODILCROCK]
    Tipo
    Individual
    Líneas
    3
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    Me encocora
    4
    7 turnos 0 maullidos 365 vistas
  • Los vestidos que su maestro le regaló de niña parecían hechos a medida para ella. No los usaba a menudo, pero cuando sí le provocaban una mezcla de sentimientos; tristeza, alegría, añoranza... Eso sí, su expresión impasible parecía no cambiar nunca.
    Los vestidos que su maestro le regaló de niña parecían hechos a medida para ella. No los usaba a menudo, pero cuando sí le provocaban una mezcla de sentimientos; tristeza, alegría, añoranza... Eso sí, su expresión impasible parecía no cambiar nunca.
    Me gusta
    Me encocora
    Me endiabla
    15
    4 turnos 0 maullidos 563 vistas
  • — ¿Cuándo dejarán de caer? —Elam resopló con pesadez. Ya no sabía si estaba harto del interminable trabajo o se debía a algo más. Quizás se debía a esa mezcolanza de sentimientos que le oprimían el pecho cada vez que se detenía a mirar el camino a la pequeña cabaña en que vivía; siempre había sido un ser errante, un vagabundo que parecía ir divirtiéndose por la vida, pero quedarse tanto tiempo en un solo lugar comenzaba a hacer mella en él.— ¿En qué rayos estoy pensando? —Expresó entre dientes, después de arrojar la escoba al piso y hacer un escándalo con las hojas que pateó. Detestaba las labores del hogar, porque jamás se había sentido parte de uno, pero allí estaba, jugando a la casita y a la familia. De seguro se veía ridículo, como un completo tonto que se tragaba el orgullo porque le podía más el corazón.

    — Lo mejor será que me vaya de una vez. Además, ¿qué importa? Ni que me fuesen a extrañar esas brujas. —Bufó, pateó la escoba con fuerza y la hizo volar un poco hasta estrellarse de nuevo al suelo. Allí miró el cielo, tan brillante y tan claro como en días no lo había visto, sin duda pintaba bien para lavar las sábanas y los pañuelos con que limpiaba los frascos de sus pociones. Quizá sería buen tiempo también para arrancar las malezas del jardín y sembrar algunas fresas, quizá hornear una tarta o preparar un poco de té.

    La expresión de su rostro cambió y en sus labios se mostró su incredulidad al separarlos. Le pesaba la realidad y la conclusión a la que llegaba tan rápido: Se había acostumbrado a vivir allí, en ese lugar, con esas personas y sin darse cuenta ya adoptaba una rutina junto a sus hábitos. Elam suspiró, entre hastiado y melancólico, caminó unos cuántos pasos hasta llegar a su escoba de paja y la recogió del suelo. Derrotado, volvió a mirar el camino que conducía desde esa cabaña hasta la villa, se apoyó en el palo de la escoba con ambas manos, y suspiró dejando salir toda esa frustración que se acomodó en su corazón.

    — Ojalá no se pierdan otra vez. Aunque a mí qué más me da. —Volvió a refunfuñar, renuente de aceptar que en su corazón podía existir un poco de aprecio ante esas dos. Negó en repetidas ocasiones y, tras una breve reflexión, se ocupó en barrer las hojas que había desperdigado en su frustración.— Brujas tontas. Me las pagarán, las obligaré a enseñarme más pociones o las convertiré en ranas. No, en cucarachas. Sí, cucarachas es mejor.
    — ¿Cuándo dejarán de caer? —Elam resopló con pesadez. Ya no sabía si estaba harto del interminable trabajo o se debía a algo más. Quizás se debía a esa mezcolanza de sentimientos que le oprimían el pecho cada vez que se detenía a mirar el camino a la pequeña cabaña en que vivía; siempre había sido un ser errante, un vagabundo que parecía ir divirtiéndose por la vida, pero quedarse tanto tiempo en un solo lugar comenzaba a hacer mella en él.— ¿En qué rayos estoy pensando? —Expresó entre dientes, después de arrojar la escoba al piso y hacer un escándalo con las hojas que pateó. Detestaba las labores del hogar, porque jamás se había sentido parte de uno, pero allí estaba, jugando a la casita y a la familia. De seguro se veía ridículo, como un completo tonto que se tragaba el orgullo porque le podía más el corazón. — Lo mejor será que me vaya de una vez. Además, ¿qué importa? Ni que me fuesen a extrañar esas brujas. —Bufó, pateó la escoba con fuerza y la hizo volar un poco hasta estrellarse de nuevo al suelo. Allí miró el cielo, tan brillante y tan claro como en días no lo había visto, sin duda pintaba bien para lavar las sábanas y los pañuelos con que limpiaba los frascos de sus pociones. Quizá sería buen tiempo también para arrancar las malezas del jardín y sembrar algunas fresas, quizá hornear una tarta o preparar un poco de té. La expresión de su rostro cambió y en sus labios se mostró su incredulidad al separarlos. Le pesaba la realidad y la conclusión a la que llegaba tan rápido: Se había acostumbrado a vivir allí, en ese lugar, con esas personas y sin darse cuenta ya adoptaba una rutina junto a sus hábitos. Elam suspiró, entre hastiado y melancólico, caminó unos cuántos pasos hasta llegar a su escoba de paja y la recogió del suelo. Derrotado, volvió a mirar el camino que conducía desde esa cabaña hasta la villa, se apoyó en el palo de la escoba con ambas manos, y suspiró dejando salir toda esa frustración que se acomodó en su corazón. — Ojalá no se pierdan otra vez. Aunque a mí qué más me da. —Volvió a refunfuñar, renuente de aceptar que en su corazón podía existir un poco de aprecio ante esas dos. Negó en repetidas ocasiones y, tras una breve reflexión, se ocupó en barrer las hojas que había desperdigado en su frustración.— Brujas tontas. Me las pagarán, las obligaré a enseñarme más pociones o las convertiré en ranas. No, en cucarachas. Sí, cucarachas es mejor.
    Me gusta
    Me encocora
    Me endiabla
    6
    0 turnos 0 maullidos 449 vistas
  • -mi pequeño amigo...sabias que estaba triste? que lindo...-
    abraza con cuidado al pequeño animalito mientras caen lagrimas los cuales brillan por la luz del atardecer, aquella postura estricta y elegante que antes tenia desaparece mostrando una de alguien que si tiene sentimientos a parte del enojo o felicidad.
    -mi pequeño amigo...sabias que estaba triste? que lindo...- abraza con cuidado al pequeño animalito mientras caen lagrimas los cuales brillan por la luz del atardecer, aquella postura estricta y elegante que antes tenia desaparece mostrando una de alguien que si tiene sentimientos a parte del enojo o felicidad.
    Me gusta
    Me encocora
    3
    0 turnos 0 maullidos 165 vistas
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    ㅤㅤ

    𝐄𝐥 𝐬𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐨 𝐦𝐞𝐣𝐨𝐫 𝐠𝐮𝐚𝐫𝐝𝐚𝐝𝐨

    Había tanto que decir, pero poco tiempo.
    Un adiós ¿Tal vez?
    El ¡Hasta luego! Nos vemos mañana, Aquel te amo ho ese lo siento; había tanto que decir, pero nada de tiempo.

    Silencioso lloraba el corazón de la menor, descubrió entre las cosas de su hermano, lo que jamás pensó hallar, el último diario de puño y letra de su madre; en el, como sonetos, danzaban sentimientos a los que, lamentablemente atormentaban a su madre, con ello podía entender mucho más lo que en su momento fueron fuertes palabras. —"𝐍𝐮𝐧𝐜𝐚 𝐝𝐞𝐬 𝐭𝐮 𝐜𝐨𝐫𝐚𝐳𝐨𝐧 𝐩𝐨𝐫 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐨"— Una flor debe tener siempre un mecanismo me defensa, como una rosa, elegante y arisca que cuidado con recelo sus pétalos; pese ha ello nunca conoció a una mujer tan dada a los demás.

    Dentro de su sufrimiento encontró la valentía para sacarlos hacia adelante, criarlos y darles las herramientas necesarias, a pesar que el tiempo lo tenía contado.

    Uno de sus escritos con su frase favorita, causó alboroto en las entrañas de Kokia; el llanto no tardo en hacerse presente, la taza de chocolate y malvaviscos fue el ancla para no sentir que de derrumbaba allí, y con ello, ser descubierta por su hermano, cuando tenia tantas páginas por leer, tantas que le brindaban consuelo, como otras, que le partian el alma a gajos. Lo que si estaba segura es que en ese momento, sintió aquel aroma, conjunto al abrazo de su madre.
    ㅤㅤ ㅤ 𝐄𝐥 𝐬𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐨 𝐦𝐞𝐣𝐨𝐫 𝐠𝐮𝐚𝐫𝐝𝐚𝐝𝐨 ㅤ Había tanto que decir, pero poco tiempo. Un adiós ¿Tal vez? El ¡Hasta luego! Nos vemos mañana, Aquel te amo ho ese lo siento; había tanto que decir, pero nada de tiempo. Silencioso lloraba el corazón de la menor, descubrió entre las cosas de su hermano, lo que jamás pensó hallar, el último diario de puño y letra de su madre; en el, como sonetos, danzaban sentimientos a los que, lamentablemente atormentaban a su madre, con ello podía entender mucho más lo que en su momento fueron fuertes palabras. —"𝐍𝐮𝐧𝐜𝐚 𝐝𝐞𝐬 𝐭𝐮 𝐜𝐨𝐫𝐚𝐳𝐨𝐧 𝐩𝐨𝐫 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐨"— Una flor debe tener siempre un mecanismo me defensa, como una rosa, elegante y arisca que cuidado con recelo sus pétalos; pese ha ello nunca conoció a una mujer tan dada a los demás. Dentro de su sufrimiento encontró la valentía para sacarlos hacia adelante, criarlos y darles las herramientas necesarias, a pesar que el tiempo lo tenía contado. Uno de sus escritos con su frase favorita, causó alboroto en las entrañas de Kokia; el llanto no tardo en hacerse presente, la taza de chocolate y malvaviscos fue el ancla para no sentir que de derrumbaba allí, y con ello, ser descubierta por su hermano, cuando tenia tantas páginas por leer, tantas que le brindaban consuelo, como otras, que le partian el alma a gajos. Lo que si estaba segura es que en ese momento, sintió aquel aroma, conjunto al abrazo de su madre.
    Me encocora
    Me gusta
    3
    0 comentarios 0 compartidos 395 vistas
  • Las últimas semanas han sido como un mal sueño del que no puedo despertar
    Había llegado a un punto en el que ya no sabía cuánto más podría soportar. Pero ahora... ahora las cosas han empeorado de una manera que nunca hubiera imaginado.

    Porque justo cuando creía que las cosas no podían ser más difíciles, ahora también tengo que lidiar con un conflicto que me golpea aún más fuerte: mis propios sentimientos. Emociones que no había planeado sentir, que surgieron sin avisar y ahora me tienen completamente desbordado.
    todo se mezcla y me lleva al borde del abismo. Es como si el universo me estuviera jugando una mala pasada, sumando peso tras peso sobre mis hombros.

    ¿Por qué ahora? ¿Por qué, justo cuando intento encontrar algo de paz dentro de mí, se suma este torbellino emocional que no puedo controlar?

    Estoy atrapado en medio de una tormenta que no cesa. Y aunque trato de mantenerme en pie, me siento más frágil que nunca.

    -No se cuanto mas pueda aguantar-
    Las últimas semanas han sido como un mal sueño del que no puedo despertar Había llegado a un punto en el que ya no sabía cuánto más podría soportar. Pero ahora... ahora las cosas han empeorado de una manera que nunca hubiera imaginado. Porque justo cuando creía que las cosas no podían ser más difíciles, ahora también tengo que lidiar con un conflicto que me golpea aún más fuerte: mis propios sentimientos. Emociones que no había planeado sentir, que surgieron sin avisar y ahora me tienen completamente desbordado. todo se mezcla y me lleva al borde del abismo. Es como si el universo me estuviera jugando una mala pasada, sumando peso tras peso sobre mis hombros. ¿Por qué ahora? ¿Por qué, justo cuando intento encontrar algo de paz dentro de mí, se suma este torbellino emocional que no puedo controlar? Estoy atrapado en medio de una tormenta que no cesa. Y aunque trato de mantenerme en pie, me siento más frágil que nunca. -No se cuanto mas pueda aguantar-
    Me entristece
    Me shockea
    6
    5 turnos 0 maullidos 686 vistas
Ver más resultados
Patrocinados