• - La rubia estaba en una reunión como era de costumbre con los gerentes de asociaciones importantes del grupo Soykan cuando en eso escucha una voz familiar.-

    " Señora, disculpe que la moleste pero necesitamos que venga con nosotros"

    - la mujer movió su vista hacia el origen de la voz y vio a uno de sus seguidores, un pequeño demonio con alas de color azul grisáceo que estaba cerca de ella. Está alzó una ceja, no era común que vinieran al mundo humano , la joven se levantó de su silla y todo se callaron-

    Disculpen tengo un asunto que atender.

    - Menciono para luego salir de la sala de reuniones caminando hacia el baño , el demonio la seguía volando -

    Espero que sea importante .

    - entro al baño de mujeres de un golpe , no había nadie , coloco su mano en el espejo y como efecto de refracción , apareció al otro lado del espejo. Abrió la puerta del baño y el lugar era diferente, el mundo espiritual, dónde ella custodiaba. Prefería esa palabra a decir "reinar", llegó el segundo demonio que le pasó una tablilla con unas hojas dónde indicaba la cantidad de almas ingresadas. Ambos demonios se parados al lado con las manitos atrás esperando y mirándose entre ellos-

    Bel: ¿Crees que se de cuenta?

    Aba: Conociendola nada se le escapa.

    - la joven pasaba de una hoja a otra cuando se detuvo en la hoja tres, miro las cifras, y algo le llamo la atención. Miro al frente y sus ojos cambiaron a dorado alzando una ceja-

    Bel: oh oh creo que ya se percató ..

    - la mujer bajo la tablilla y miro a los demonios quienes dieron un paso hacia atrás en conjunto-

    ¿Me pueden explicar por qué hay 20 mil almas en negativo?

    - los demonios comenzaron a darse codazos entre ellos para ver quién le explicaba aquella falta. Hasta que Aba aclaro la voz y decidió decirlo-

    Aba: bueno señora lo que pasa es que estábamos transportando las almas y uno de los contenedores se cayó y....

    - la mujer se masajeo el puente de la nariz mientras su aura oscura comenzaba a emanar-

    Aba: y -y se fueron..

    - comenzó a caminar en dirección a su oficina abriendo la puerta de par en par entrando a paso firmr, lanzando la tablilla en su escritorio sentándose en su silla -

    Necesito una lista de todos los angeles caídos , demonios y recolectores. Esas 20 mil almas tienen que estar antes de la quincena de abril, ¿quedó claro ?

    - los dos demonios anotaron y se cuadraron -

    Bel: si señora, de hecho tenemos algunos.

    Aba: si señora

    - le pasa una lista de apuntes, la joven lo lee y sonrie guardando la lista levantándose caminando hacia la puerta -

    Perfecto me encargaré de ir a verlos ... En tanto , intenten no arruinar más las cosas o los dejaré como juguete de Cerberos.

    - los dos demonios asintieron tragando saliva mientras ella salía del mundo espiritual -

    Bien veamos primera parada Michael Valentine
    - La rubia estaba en una reunión como era de costumbre con los gerentes de asociaciones importantes del grupo Soykan cuando en eso escucha una voz familiar.- " Señora, disculpe que la moleste pero necesitamos que venga con nosotros" - la mujer movió su vista hacia el origen de la voz y vio a uno de sus seguidores, un pequeño demonio con alas de color azul grisáceo que estaba cerca de ella. Está alzó una ceja, no era común que vinieran al mundo humano , la joven se levantó de su silla y todo se callaron- Disculpen tengo un asunto que atender. - Menciono para luego salir de la sala de reuniones caminando hacia el baño , el demonio la seguía volando - Espero que sea importante . - entro al baño de mujeres de un golpe , no había nadie , coloco su mano en el espejo y como efecto de refracción , apareció al otro lado del espejo. Abrió la puerta del baño y el lugar era diferente, el mundo espiritual, dónde ella custodiaba. Prefería esa palabra a decir "reinar", llegó el segundo demonio que le pasó una tablilla con unas hojas dónde indicaba la cantidad de almas ingresadas. Ambos demonios se parados al lado con las manitos atrás esperando y mirándose entre ellos- Bel: ¿Crees que se de cuenta? Aba: Conociendola nada se le escapa. - la joven pasaba de una hoja a otra cuando se detuvo en la hoja tres, miro las cifras, y algo le llamo la atención. Miro al frente y sus ojos cambiaron a dorado alzando una ceja- Bel: oh oh creo que ya se percató .. - la mujer bajo la tablilla y miro a los demonios quienes dieron un paso hacia atrás en conjunto- ¿Me pueden explicar por qué hay 20 mil almas en negativo? - los demonios comenzaron a darse codazos entre ellos para ver quién le explicaba aquella falta. Hasta que Aba aclaro la voz y decidió decirlo- Aba: bueno señora lo que pasa es que estábamos transportando las almas y uno de los contenedores se cayó y.... - la mujer se masajeo el puente de la nariz mientras su aura oscura comenzaba a emanar- Aba: y -y se fueron.. - comenzó a caminar en dirección a su oficina abriendo la puerta de par en par entrando a paso firmr, lanzando la tablilla en su escritorio sentándose en su silla - Necesito una lista de todos los angeles caídos , demonios y recolectores. Esas 20 mil almas tienen que estar antes de la quincena de abril, ¿quedó claro ? - los dos demonios anotaron y se cuadraron - Bel: si señora, de hecho tenemos algunos. Aba: si señora - le pasa una lista de apuntes, la joven lo lee y sonrie guardando la lista levantándose caminando hacia la puerta - Perfecto me encargaré de ir a verlos ... En tanto , intenten no arruinar más las cosas o los dejaré como juguete de Cerberos. - los dos demonios asintieron tragando saliva mientras ella salía del mundo espiritual - Bien veamos primera parada [whisper_platinum_goat_659]
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  • Viaje a Florencia
    Fandom FreeRol
    Categoría Romance
    Tras la boda de los antiguos jefes de Ivanna por fin decidimos ambos irnos de viaje a Florencia, es la primera vez que viajo acompañado y ni más ni menos con mi preciosa novia, en el avión me lo pasé todo el rato dormido hasta que escuche el sonido de que ya estábamos cerca del aterrizaje, acaricio con suavidad la mano de mi preciosa rubia.

    - Ey preciosa ya estamos casi llegando -

    Susurro besando tu pelo con cierto cariño, para despertarte porque se que no llevabas nada bien los viajes en avión.

    Ivanna 𝑺𝒑𝒆𝒍𝒍𝒎𝒂𝒏
    Tras la boda de los antiguos jefes de Ivanna por fin decidimos ambos irnos de viaje a Florencia, es la primera vez que viajo acompañado y ni más ni menos con mi preciosa novia, en el avión me lo pasé todo el rato dormido hasta que escuche el sonido de que ya estábamos cerca del aterrizaje, acaricio con suavidad la mano de mi preciosa rubia. - Ey preciosa ya estamos casi llegando - Susurro besando tu pelo con cierto cariño, para despertarte porque se que no llevabas nada bien los viajes en avión. [ThxGreen]
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
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  • Host: — Deianira, cuéntame. ¿No hay ningún hombre en tu vida el día de hoy?

    La rubia soltó un suspiro ante aquella pregunta. Sus manos comenzaron a jugar entre ellas mientras sus cejas se fruncían en señal de molestia.

    — No, por suerte no.

    Host: — ¿"Por suerte"? ¿Qué es lo que te hace rechazar tanto el amor? ¿Y por qué siempre se te ve saliendo con alguien de los hoteles?

    — Rechazo el amor por es una debilidad, cariño. Y las mujeres como yo, no tenemos debilidades. Respecto a tu segunda pregunta, creo que deberías empezar en preocuparte sobre lo que hay bajo tus pantalones, no los míos.

    Deianira, notablemente molesta, se levantó de la silla y caminó fuera del set de grabación de la entrevista. Se puso sus auriculares, y tan pronto como colocó la primera canción en su Spotify, alguien la interrumpió.
    Host: — Deianira, cuéntame. ¿No hay ningún hombre en tu vida el día de hoy? La rubia soltó un suspiro ante aquella pregunta. Sus manos comenzaron a jugar entre ellas mientras sus cejas se fruncían en señal de molestia. — No, por suerte no. Host: — ¿"Por suerte"? ¿Qué es lo que te hace rechazar tanto el amor? ¿Y por qué siempre se te ve saliendo con alguien de los hoteles? — Rechazo el amor por es una debilidad, cariño. Y las mujeres como yo, no tenemos debilidades. Respecto a tu segunda pregunta, creo que deberías empezar en preocuparte sobre lo que hay bajo tus pantalones, no los míos. Deianira, notablemente molesta, se levantó de la silla y caminó fuera del set de grabación de la entrevista. Se puso sus auriculares, y tan pronto como colocó la primera canción en su Spotify, alguien la interrumpió.
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  • -Sin pensarlo, daría la vida por ella, su amor es tan grande que no puede imaginar un mundo donde Yelena no exista, ángel de ojos empañados, de rubia cabellera y cuerpo diminuto es lo que más ama en su vida.-

    Yelena Antonov
    -Sin pensarlo, daría la vida por ella, su amor es tan grande que no puede imaginar un mundo donde Yelena no exista, ángel de ojos empañados, de rubia cabellera y cuerpo diminuto es lo que más ama en su vida.- [C0quette]
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  • — Adelante, dulzura. Puedes mostrarme lo que tienes.

    Las palabras de la joven modelo salieron en un tono seductor. Su cuerpo estaba cubierto por nada más y nada menos que un sweater over-size y unos simples jeans.

    Ella observaba al hombre como si lo estuviese juzgando -cosa que sí, ella estaba haciendo-, pues, se encontraba necesitando tener un novio falso para cesar con todo tipo de escándalos al tener simples "flings".

    Pero ella no iba a estar con un varón que no pueda llegarle ni a los talones. Es verdad, tampoco quería que sea más que ella -cosa que según su propio pensamiento, no existía-, pero si no iba a fingir salir con una persona demacrada.

    El masculino se quitó la máscara y las ropas, quedando tan solo en calzones. La rubia hizo una mueca divertida y negó con la cabeza.

    — Allí tienes la puerta, no quiero volver a verte.
    — Adelante, dulzura. Puedes mostrarme lo que tienes. Las palabras de la joven modelo salieron en un tono seductor. Su cuerpo estaba cubierto por nada más y nada menos que un sweater over-size y unos simples jeans. Ella observaba al hombre como si lo estuviese juzgando -cosa que sí, ella estaba haciendo-, pues, se encontraba necesitando tener un novio falso para cesar con todo tipo de escándalos al tener simples "flings". Pero ella no iba a estar con un varón que no pueda llegarle ni a los talones. Es verdad, tampoco quería que sea más que ella -cosa que según su propio pensamiento, no existía-, pero si no iba a fingir salir con una persona demacrada. El masculino se quitó la máscara y las ropas, quedando tan solo en calzones. La rubia hizo una mueca divertida y negó con la cabeza. — Allí tienes la puerta, no quiero volver a verte.
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  • Entonces, le comentaron que el juez supremo había venido a verla, hasta que se entero que traía flores para ella, la rubia estaba en un momento dedicado que opto por esconderse tras la puerta cuando el contrario entró.

    Esperado qué no la descubrirá, no era que no sintiera agrado pues desde que se hicieron las paces se había estado acercado.

    La razón, rs que Navia no deseaba que Neuvillette la vería en tal estado, no se sentía en su mejor momento y eso no quería que él lo viera.
    Entonces, le comentaron que el juez supremo había venido a verla, hasta que se entero que traía flores para ella, la rubia estaba en un momento dedicado que opto por esconderse tras la puerta cuando el contrario entró. Esperado qué no la descubrirá, no era que no sintiera agrado pues desde que se hicieron las paces se había estado acercado. La razón, rs que Navia no deseaba que Neuvillette la vería en tal estado, no se sentía en su mejor momento y eso no quería que él lo viera.
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  • Estando hablando con Neuvillette, la rubia, después de hacer las paces, ambos poco a poco se fueron acercando, ese momento, deseo hacer algo agradable para el juez supremo, sin decir nada se acercó a él y dejo un beso en su mejilla.

    -Chu
    Estando hablando con Neuvillette, la rubia, después de hacer las paces, ambos poco a poco se fueron acercando, ese momento, deseo hacer algo agradable para el juez supremo, sin decir nada se acercó a él y dejo un beso en su mejilla. -Chu
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  • ╰•★★ Modern AU ★★•╯


    ˚    .



    •    . ° ·


    El sol brillaba intensamente en lo más alto del cielo, tan fuerte que la rubia podia sentir el calor penetrar ferozmente en su piel. El verano estaba en su apogeo, lo que se reflejaba en lo bulliciosa que estaba la playa aquel dia, niños y adultos jugando entre las olas, un grupo mixto de adultos jugaba una partida de voleibol en la orilla, podia escuchar incluso vendedores ambulantes de helado y mariscos. Era sin dudas un ambiente lleno de vida.

    —...

    Por su parte, Lumine se encontraba relajándose sobre un flotador con forma de dona, observando todo desde varios metros mar adentro. Había contactado con su grupo de compañeros de clase, pero todos parecian tener otros planes, así que estaba sola de momento mientras algunos niños o nadadores pasaban cerca cada tanto. Aunque realmente no le molestaba.
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  • -Es bastate agradable el día.. ¿No lo crees, Neuvillette?-

    Preguntó la rubia mientras dejaba que el juez supremo quien le acompañó a ese dia de campo se recostara en sus piernas, mientras la rubia lo miraba con mucho cariño.
    -Es bastate agradable el día.. ¿No lo crees, Neuvillette?- Preguntó la rubia mientras dejaba que el juez supremo quien le acompañó a ese dia de campo se recostara en sus piernas, mientras la rubia lo miraba con mucho cariño.
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  • En el corazón de Sicilia, donde el sol acaricia las hojas de los olivos centenarios y el perfume de las flores silvestres se mezcla con la brisa, se encuentra la majestuosa villa Di Vincenzo. Allí, entre jardines meticulosamente cuidados, camina la figura elegante y cautivadora de Elisabetta Di Vincenzo, la temida y admirada “Farfalla della Morte”.

    Esa tarde, el cielo estaba despejado y el murmullo de las fuentes de mármol armonizaba con el canto de los pájaros. Elisabetta había decidido salir a pasear, deseando un momento de calma entre las sombras de los cipreses y los setos perfectamente recortados. Llevaba un suéter negro ceñido que realzaba su figura esbelta, una falda de cuadros que se ajustaba con gracia a sus caderas, medias oscuras que hacían juego con sus tacones negros de charol, altos y firmes como su determinación. Su larga melena rubia caía libre sobre sus hombros, brillando bajo los rayos dorados de la tarde. Sus ojos violetas, penetrantes como dagas, destellaban entre la luz y la sombra mientras observaba los caminos que su padre había mandado a construir años atrás.

    Se sentó con elegancia sobre una de las bancas de hierro forjado, cruzando las piernas con la naturalidad de una reina, dejando que el silencio la envolviera. Apoyó el mentón en una mano, y su expresión —mezcla de melancolía y poder contenido— hablaba de los años que habían pasado, de los secretos que guardaban esos jardines donde de niña había jugado con Flavio. Todo lo que la rodeaba era suyo, y sin embargo, el peso del imperio Di Vincenzo no dejaba de hacer sombra incluso en la más tranquila de sus tardes.

    Pero no se quebraba. No podía. Porque en su mundo, la debilidad era una oportunidad para los enemigos. Así, incluso en medio del perfume de las camelias y el trinar de los jilgueros, Elisabetta se mantenía alerta, regia y en control. La villa era su reino, y los jardines, su refugio y trinchera.

    Esa escena, congelada en el tiempo como una pintura renacentista, era prueba viva de lo que ella representaba: belleza, fuerza, y un destino trazado con sangre y gloria.

    En el corazón de Sicilia, donde el sol acaricia las hojas de los olivos centenarios y el perfume de las flores silvestres se mezcla con la brisa, se encuentra la majestuosa villa Di Vincenzo. Allí, entre jardines meticulosamente cuidados, camina la figura elegante y cautivadora de Elisabetta Di Vincenzo, la temida y admirada “Farfalla della Morte”. Esa tarde, el cielo estaba despejado y el murmullo de las fuentes de mármol armonizaba con el canto de los pájaros. Elisabetta había decidido salir a pasear, deseando un momento de calma entre las sombras de los cipreses y los setos perfectamente recortados. Llevaba un suéter negro ceñido que realzaba su figura esbelta, una falda de cuadros que se ajustaba con gracia a sus caderas, medias oscuras que hacían juego con sus tacones negros de charol, altos y firmes como su determinación. Su larga melena rubia caía libre sobre sus hombros, brillando bajo los rayos dorados de la tarde. Sus ojos violetas, penetrantes como dagas, destellaban entre la luz y la sombra mientras observaba los caminos que su padre había mandado a construir años atrás. Se sentó con elegancia sobre una de las bancas de hierro forjado, cruzando las piernas con la naturalidad de una reina, dejando que el silencio la envolviera. Apoyó el mentón en una mano, y su expresión —mezcla de melancolía y poder contenido— hablaba de los años que habían pasado, de los secretos que guardaban esos jardines donde de niña había jugado con Flavio. Todo lo que la rodeaba era suyo, y sin embargo, el peso del imperio Di Vincenzo no dejaba de hacer sombra incluso en la más tranquila de sus tardes. Pero no se quebraba. No podía. Porque en su mundo, la debilidad era una oportunidad para los enemigos. Así, incluso en medio del perfume de las camelias y el trinar de los jilgueros, Elisabetta se mantenía alerta, regia y en control. La villa era su reino, y los jardines, su refugio y trinchera. Esa escena, congelada en el tiempo como una pintura renacentista, era prueba viva de lo que ella representaba: belleza, fuerza, y un destino trazado con sangre y gloria.
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