• El Encanto de lo Inesperado
    Fandom Harry Potter
    Categoría Fantasía
    Starter Balthazar Octavius Blythe


    Cazador de Secretos, guardiana de criaturas.


    “Ella protege lo indomable. Él desentierra lo oculto. Juntos, descubrirán que algunas verdades no quieren ser halladas.”



    >>>>Marcaban las 10:05 en el reloj de pared que colgaba sobre la cabeza de Riley. Era ya el segundo café que se tomaba, y sentía que le había sabido a poco. De nuevo, un bostezo la atacaba sin poder contenerlo.

    – Por Dios, Riley, ¿Saliste anoche? – le preguntó Susie, su compañera de trabajo.

    – Podría decirse que sí… – respondió, sin dar mayores explicaciones y dejando a su compañera, que la miraba por encima de la montura de gafas, con ganas de escuchar alguna de sus fugaces historias amorosas. La verdad era que, definitivamente, el amor se le resistía a esa muchacha.

    En cuánto al tema de salir, aquel podría decirse era un “salí, pero no a lo que crees”. Y es que la joven Riley no podía contarle a su compañera que tenía una vida secreta. No siempre se trataba de chicos o… a no ser que ese chico pudiera definirse por un animal fantástico de morro largo, ancho y achatado, con pelo y cuatro patas como un Niffler.

    Y los lugares que esa chica frecuentaba para salir, de manera clásica, solían ser restaurantes de clase media, el cine, centros comerciales, picnic al aire libre o cualquier otro plan muggle. Porque había descubierto que pasar por una muggle era mucho más divertido de lo que esperaba, y lejos estaba de echar de menos el mundo mágico. Al menos con su nombre real, y dentro de la sociedad mágica dado que tenía que esconderse de su padre.

    Al final, después de más de 13 años de mantenerse oculta, parecía que su vida actual era mucho más satisfactoria de lo nunca hubiera creído.
    Disfrutaba del día a día, de perderse entre las páginas de los libros, entre las estanterías de libros que tan bien conocía, y sintiendo el firme suelo de mármol bajo sus pies con los techos abovedados sobre su cabeza.
    Si echaba la vista atrás, aquella biblioteca donde trabajaba era lo más parecido al mundo mágico. Tenía cierto aire a la biblioteca de Hogwarts. Tal vez, y no era algo en lo que solía pensar, por lo que tan a gusto se sentía en esa biblioteca. Sentirse cómoda en su trabajo era un hecho que no hubiera esperado.



    Y en cuanto a lo de secreta, Susie, esa mujer de 44 años y dulce expresión tras sus gafas de pasta rosa, que solía vestir con blusa y vestidos dándole un toque rebelde y desenfadado a su estilo con alguna mecha rosada escondida, se caería de culo si supiera que Riley era una bruja que se había escapado de casa con 17 años. Por no hablar del Obscuro que le había robado a su padre. Claro que, si se ponía en esas, tendría que comenzar con que su nombre real era Anna Barrow.
    Partiendo de esos “pequeños” detalles, existía todo un mundo mágico que Susie desconocía. Al que Riley ya apenas pertenecía más que para intentar alimentar con migajas el sueño que una vez tuvo que era estudiar magizoología. Ahora, lo que quedaba de eso era, tirando de un viejo contacto, Sharon, se dedicaba a investigar y parar la compraventa, o el mercado negro, de criaturas mágicas.

    Por suerte para el corazón de Susie, la joven bruja escondida en el mundo muggle, seguiría manteniendo aquel secretito para ella. Y, además, a su compañera solo le interesaba darle cierto toque de emoción a su vida escuchando las idas y venidas de la joven Riley.

    El carraspeo de Susie llamó la atención de Riley que, siendo ya algo habitual en ella, se había perdido entre sus pensamientos. La joven castaña ladeó la cabeza y se encogió de hombros a modo de un “¿Qué?”.

    – ¿Solo vas a decirme eso? – soltó la mujer de mediana edad colocando las gafas correctamente en la nariz mientras revisaba algunos libros devueltos del día anterior para colocarlos en el carrito de la biblioteca.

    – Salí a tomarme algo para no quedarme sola en casa… fue… aburrido – respondió con aburrimiento la joven Riley, quién decidió unirse a su compañera en colocar los libros en el carrito en el orden correcto para llevarlo a la sección que les correspondía.

    – ¿Sola? – soltó Susie, dejando un libro titulado “Guerra y paz” dentro del carrito para su posterior colocación en la estantería que le correspondía .

    – ¡¿Quién leerá esta clase de libros?! – se preguntó a sí misma en voz alta mientras sostenía uno de los libros – ¿Ehm? Sí, sola… Necesitaba salir y despejarme. No siempre tienes que quedar con alguien para tomarte algo, Susie, a veces es necesario una cita con uno mismo… – comentó la joven Riley, quitándole importancia y dándose aires de una chica con un amor propio en pleno crecimiento.

    Riley desvió su mirada hacia Susie, quien había permanecido demasiado callada, encontrando que su compañera tenía la vista fija en dirección a la puerta. La joven miró en la misma dirección que Susie y observó lo que llamaba la atención de Susie. Y cómo para no llamarle la atención. Era esa clase de chico guapo que llamaba la atención con su sola presencia, alto y delgado, de buen vestir y mejor andar.

    – ¡Ay, madre! – soltó Susie, que comenzó a airearse con un pequeño libro.

    – Sí que es guapo… Es nuevo – confirmó Riley. A lo que Susie siguió, y reafirmó – Es nuevo –.

    Y eso significaba que tenían la oportunidad de darle la bienvenida, de forma no descarada, al hombre que acaba de entrar. Ahora todo era cuestión de quién de las dos sería la más rápida.

    En ese momento, un chico joven se acercaba a la recepción para preguntar por un libro, y Riley mostrándose interesada en atender al joven dijo - Sí, claro… mi compañera estará encantada de indicar dónde se encuentra el libro… – dicho eso, recibió un sutil toque de la pierna de Susie contra la propia.

    Riley, siendo clara ganadora, salió de la recepción atusándose su traje semi formal con el carrito para colocar los libros. Era la excusa perfecta. Caminó por entre las mesas de estudio, y pasó por la primera estantería hasta llegar al segundo pasillo donde había visto que había girado el hombre.

    Allí estaba, definitivamente era mucho más guapo que en la primera impresión, y claramente mayor que ella, lo que no supondría ningún problema para Riley. No tenía intención de encontrar en ese hombre al amor de su vida, aquello no era más que un juego con el que darle diversión a su día. Y, si surgía, quién sabía lo que podría pasar; un par de citas, alguna alocada noche, ir al cine… Estaba yendo demasiado rápido, y eso que solo había caminado unos pasos hacía él con una profesional sonrisa fingiendo que el libro que iba a colocar en la estantería debía estar ahí. Obviamente no, ya lo colocaría correctamente, pero ya estaba a solo unos pocos pasos de él. Del nuevo.

    No tenía mucha idea de cómo entrarle ahora al hombre, y sin pensar demasiado, decidió improvisar.

    – Buenos días. Si necesitas algo, aquí estoy –.

    Definitivamente, podía haber sido mejor, pero ya iría tirando de ingenio y simpatía.

    Starter [B0BProphet] Cazador de Secretos, guardiana de criaturas. “Ella protege lo indomable. Él desentierra lo oculto. Juntos, descubrirán que algunas verdades no quieren ser halladas.” >>>>Marcaban las 10:05 en el reloj de pared que colgaba sobre la cabeza de Riley. Era ya el segundo café que se tomaba, y sentía que le había sabido a poco. De nuevo, un bostezo la atacaba sin poder contenerlo. – Por Dios, Riley, ¿Saliste anoche? – le preguntó Susie, su compañera de trabajo. – Podría decirse que sí… – respondió, sin dar mayores explicaciones y dejando a su compañera, que la miraba por encima de la montura de gafas, con ganas de escuchar alguna de sus fugaces historias amorosas. La verdad era que, definitivamente, el amor se le resistía a esa muchacha. En cuánto al tema de salir, aquel podría decirse era un “salí, pero no a lo que crees”. Y es que la joven Riley no podía contarle a su compañera que tenía una vida secreta. No siempre se trataba de chicos o… a no ser que ese chico pudiera definirse por un animal fantástico de morro largo, ancho y achatado, con pelo y cuatro patas como un Niffler. Y los lugares que esa chica frecuentaba para salir, de manera clásica, solían ser restaurantes de clase media, el cine, centros comerciales, picnic al aire libre o cualquier otro plan muggle. Porque había descubierto que pasar por una muggle era mucho más divertido de lo que esperaba, y lejos estaba de echar de menos el mundo mágico. Al menos con su nombre real, y dentro de la sociedad mágica dado que tenía que esconderse de su padre. Al final, después de más de 13 años de mantenerse oculta, parecía que su vida actual era mucho más satisfactoria de lo nunca hubiera creído. Disfrutaba del día a día, de perderse entre las páginas de los libros, entre las estanterías de libros que tan bien conocía, y sintiendo el firme suelo de mármol bajo sus pies con los techos abovedados sobre su cabeza. Si echaba la vista atrás, aquella biblioteca donde trabajaba era lo más parecido al mundo mágico. Tenía cierto aire a la biblioteca de Hogwarts. Tal vez, y no era algo en lo que solía pensar, por lo que tan a gusto se sentía en esa biblioteca. Sentirse cómoda en su trabajo era un hecho que no hubiera esperado. Y en cuanto a lo de secreta, Susie, esa mujer de 44 años y dulce expresión tras sus gafas de pasta rosa, que solía vestir con blusa y vestidos dándole un toque rebelde y desenfadado a su estilo con alguna mecha rosada escondida, se caería de culo si supiera que Riley era una bruja que se había escapado de casa con 17 años. Por no hablar del Obscuro que le había robado a su padre. Claro que, si se ponía en esas, tendría que comenzar con que su nombre real era Anna Barrow. Partiendo de esos “pequeños” detalles, existía todo un mundo mágico que Susie desconocía. Al que Riley ya apenas pertenecía más que para intentar alimentar con migajas el sueño que una vez tuvo que era estudiar magizoología. Ahora, lo que quedaba de eso era, tirando de un viejo contacto, Sharon, se dedicaba a investigar y parar la compraventa, o el mercado negro, de criaturas mágicas. Por suerte para el corazón de Susie, la joven bruja escondida en el mundo muggle, seguiría manteniendo aquel secretito para ella. Y, además, a su compañera solo le interesaba darle cierto toque de emoción a su vida escuchando las idas y venidas de la joven Riley. El carraspeo de Susie llamó la atención de Riley que, siendo ya algo habitual en ella, se había perdido entre sus pensamientos. La joven castaña ladeó la cabeza y se encogió de hombros a modo de un “¿Qué?”. – ¿Solo vas a decirme eso? – soltó la mujer de mediana edad colocando las gafas correctamente en la nariz mientras revisaba algunos libros devueltos del día anterior para colocarlos en el carrito de la biblioteca. – Salí a tomarme algo para no quedarme sola en casa… fue… aburrido – respondió con aburrimiento la joven Riley, quién decidió unirse a su compañera en colocar los libros en el carrito en el orden correcto para llevarlo a la sección que les correspondía. – ¿Sola? – soltó Susie, dejando un libro titulado “Guerra y paz” dentro del carrito para su posterior colocación en la estantería que le correspondía . – ¡¿Quién leerá esta clase de libros?! – se preguntó a sí misma en voz alta mientras sostenía uno de los libros – ¿Ehm? Sí, sola… Necesitaba salir y despejarme. No siempre tienes que quedar con alguien para tomarte algo, Susie, a veces es necesario una cita con uno mismo… – comentó la joven Riley, quitándole importancia y dándose aires de una chica con un amor propio en pleno crecimiento. Riley desvió su mirada hacia Susie, quien había permanecido demasiado callada, encontrando que su compañera tenía la vista fija en dirección a la puerta. La joven miró en la misma dirección que Susie y observó lo que llamaba la atención de Susie. Y cómo para no llamarle la atención. Era esa clase de chico guapo que llamaba la atención con su sola presencia, alto y delgado, de buen vestir y mejor andar. – ¡Ay, madre! – soltó Susie, que comenzó a airearse con un pequeño libro. – Sí que es guapo… Es nuevo – confirmó Riley. A lo que Susie siguió, y reafirmó – Es nuevo –. Y eso significaba que tenían la oportunidad de darle la bienvenida, de forma no descarada, al hombre que acaba de entrar. Ahora todo era cuestión de quién de las dos sería la más rápida. En ese momento, un chico joven se acercaba a la recepción para preguntar por un libro, y Riley mostrándose interesada en atender al joven dijo - Sí, claro… mi compañera estará encantada de indicar dónde se encuentra el libro… – dicho eso, recibió un sutil toque de la pierna de Susie contra la propia. Riley, siendo clara ganadora, salió de la recepción atusándose su traje semi formal con el carrito para colocar los libros. Era la excusa perfecta. Caminó por entre las mesas de estudio, y pasó por la primera estantería hasta llegar al segundo pasillo donde había visto que había girado el hombre. Allí estaba, definitivamente era mucho más guapo que en la primera impresión, y claramente mayor que ella, lo que no supondría ningún problema para Riley. No tenía intención de encontrar en ese hombre al amor de su vida, aquello no era más que un juego con el que darle diversión a su día. Y, si surgía, quién sabía lo que podría pasar; un par de citas, alguna alocada noche, ir al cine… Estaba yendo demasiado rápido, y eso que solo había caminado unos pasos hacía él con una profesional sonrisa fingiendo que el libro que iba a colocar en la estantería debía estar ahí. Obviamente no, ya lo colocaría correctamente, pero ya estaba a solo unos pocos pasos de él. Del nuevo. No tenía mucha idea de cómo entrarle ahora al hombre, y sin pensar demasiado, decidió improvisar. – Buenos días. Si necesitas algo, aquí estoy –. Definitivamente, podía haber sido mejor, pero ya iría tirando de ingenio y simpatía.
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    //Ya estoy al día con los mensajes privados. Mañana seguiré con los comentarios, comenzaré con los antiguos primero... También, dejaré para mañana el Starter. Fin del Comunicado.
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    ¡Atención FicRolers!
    ¡Park SooMin es nueva en la plataforma y busca rol!
    Por eso ha escrito un par de starters abiertos :3
    ¡Atención FicRolers! ✨ ¡Park SooMin es nueva en la plataforma y busca rol! 😸 Por eso ha escrito un par de starters abiertos :3
    Park Elite Models- Despacho privado de Soo-min
    Fandom OC
    Categoría Original
    09:26 a.m.
    Starter abierto — si entras, asegúrate de tener algo más que curiosidad.

    La luz de la mañana entraba sesgada por las cortinas grises.
    El aire olía a papel viejo, café fuerte… y algo más denso.
    Como si las paredes hubieran aprendido a guardar secretos.

    Soo-min estaba sentada tras el escritorio, revisando una carpeta roja de cuero.
    Las hojas dentro llevaban nombres. Algunos subrayados.
    Otros… tachados con una línea seca.
    En la tapa, apenas visible, el sello del Tigre Blanco.

    No levantó la vista enseguida. Terminó de leer.
    Solo entonces cerró la carpeta con calma, la dejó a un lado, y entrelazó los dedos sobre la mesa.
    Su expresión era neutra, pero en sus ojos… algo más suave. Una chispa de interés sincero.

    Cuando la puerta se abrió, no frunció el ceño ni se tensó.
    Al contrario, ladeó apenas el rostro, con un matiz de curiosidad en la voz.

    —¿Nos conocemos? ¿O es mi café el que huele demasiado bien desde afuera?

    Una pequeña sonrisa. Apenas una insinuación.

    —¿En qué puedo ayudarte?

    Había café para uno. Pero espacio para dos.
    Y un reloj que no se detenía.
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  • 📍Park Elite Models- Despacho de La Musa Perversa
    Fandom OC
    Categoría Original
    21:42 p.m.
    Starter abierto – Puedes ser modelo, criminal, aliado, rival, oficial de la ley…o simplemente alguien que entró donde no debía.

    El mármol blanco reflejaba la ciudad como una joya fría desde las ventanas sin cortinas. En el centro de la sala, La Musa Perversa estaba sentada con una pierna cruzada, el vestido negro ceñido como una promesa peligrosa, y una copa de vino apenas tocada sobre la mesa de cristal.

    No había música. Solo el leve susurro de documentos al deslizarse entre sus dedos enguantados.
    Una carpeta roja quedó sobre la mesa. No se abrió. Solo se dejó ver.
    El sello en la portada: un tigre estilizado… blanco, sin pupilas.

    —Llegas tarde —dijo sin levantar la vista, con esa voz que no gritaba… pero exigía.

    Solo entonces alzó los ojos. Y sonrió.

    —Dime…
    ¿Qué vienes a ofrecerme?
    ¿Belleza?
    ¿Información?
    ¿Lealtad?
    ¿O quizás… jurisdicción?

    Se inclinó hacia delante, las uñas perfectamente esmaltadas tamborileando sobre la superficie pulida.

    —Aquí todos firman con algo más que tinta. Pero no te preocupes.
    Siempre puedes elegir cómo sangras.
    🕰️ 21:42 p.m. 💬 Starter abierto – Puedes ser modelo, criminal, aliado, rival, oficial de la ley…o simplemente alguien que entró donde no debía. El mármol blanco reflejaba la ciudad como una joya fría desde las ventanas sin cortinas. En el centro de la sala, La Musa Perversa estaba sentada con una pierna cruzada, el vestido negro ceñido como una promesa peligrosa, y una copa de vino apenas tocada sobre la mesa de cristal. No había música. Solo el leve susurro de documentos al deslizarse entre sus dedos enguantados. Una carpeta roja quedó sobre la mesa. No se abrió. Solo se dejó ver. El sello en la portada: un tigre estilizado… blanco, sin pupilas. —Llegas tarde —dijo sin levantar la vista, con esa voz que no gritaba… pero exigía. Solo entonces alzó los ojos. Y sonrió. —Dime… ¿Qué vienes a ofrecerme? ¿Belleza? ¿Información? ¿Lealtad? ¿O quizás… jurisdicción? Se inclinó hacia delante, las uñas perfectamente esmaltadas tamborileando sobre la superficie pulida. —Aquí todos firman con algo más que tinta. Pero no te preocupes. Siempre puedes elegir cómo sangras.
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  • Park Elite Models- Despacho privado de Soo-min
    Fandom OC
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    09:26 a.m.
    Starter abierto — si entras, asegúrate de tener algo más que curiosidad.

    La luz de la mañana entraba sesgada por las cortinas grises.
    El aire olía a papel viejo, café fuerte… y algo más denso.
    Como si las paredes hubieran aprendido a guardar secretos.

    Soo-min estaba sentada tras el escritorio, revisando una carpeta roja de cuero.
    Las hojas dentro llevaban nombres. Algunos subrayados.
    Otros… tachados con una línea seca.
    En la tapa, apenas visible, el sello del Tigre Blanco.

    No levantó la vista enseguida. Terminó de leer.
    Solo entonces cerró la carpeta con calma, la dejó a un lado, y entrelazó los dedos sobre la mesa.
    Su expresión era neutra, pero en sus ojos… algo más suave. Una chispa de interés sincero.

    Cuando la puerta se abrió, no frunció el ceño ni se tensó.
    Al contrario, ladeó apenas el rostro, con un matiz de curiosidad en la voz.

    —¿Nos conocemos? ¿O es mi café el que huele demasiado bien desde afuera?

    Una pequeña sonrisa. Apenas una insinuación.

    —¿En qué puedo ayudarte?

    Había café para uno. Pero espacio para dos.
    Y un reloj que no se detenía.
    🕰️ 09:26 a.m. 💬 Starter abierto — si entras, asegúrate de tener algo más que curiosidad. La luz de la mañana entraba sesgada por las cortinas grises. El aire olía a papel viejo, café fuerte… y algo más denso. Como si las paredes hubieran aprendido a guardar secretos. Soo-min estaba sentada tras el escritorio, revisando una carpeta roja de cuero. Las hojas dentro llevaban nombres. Algunos subrayados. Otros… tachados con una línea seca. En la tapa, apenas visible, el sello del Tigre Blanco. No levantó la vista enseguida. Terminó de leer. Solo entonces cerró la carpeta con calma, la dejó a un lado, y entrelazó los dedos sobre la mesa. Su expresión era neutra, pero en sus ojos… algo más suave. Una chispa de interés sincero. Cuando la puerta se abrió, no frunció el ceño ni se tensó. Al contrario, ladeó apenas el rostro, con un matiz de curiosidad en la voz. —¿Nos conocemos? ¿O es mi café el que huele demasiado bien desde afuera? Una pequeña sonrisa. Apenas una insinuación. —¿En qué puedo ayudarte? Había café para uno. Pero espacio para dos. Y un reloj que no se detenía.
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    || Para todo aquel que haya escuchado la voz de Sunday. Estaré creando un starter, esperando la participación de todos o la gran mayoría. Vamos a divertirnos.
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    ❒; ¡Hace un año de nuestro primer starter, Dean Winchester ! *-*
    ❒; ¡Hace un año de nuestro primer starter, [BxbyDriver]! *-*

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ the most 𝗱𝗮𝗻𝗴𝗲𝗿𝗼𝘂𝘀 creature on 𝗲𝗮𝗿𝘁𝗵
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ˹ [BxbyDriv3r]




    ㅤㅤㅤㅤHabían sido unas semanas de lo más estresantes para la tríbrida. El desgaste emocional que supusieron los hechos que la llevaron a tomar la decisión de convertirse en un tríbrido completo tuvo que pasar a un segundo plano. Desde que habia tenido uso de razon, Hope Mikaelson siempre habia sabido que era especial, que habia algo en ella que la hacia diferente del resto de seres sobrenaturales… Y de sus compañeros de escuela…

    No encajaba en el grupo de las brujas, porque era mucho más poderosa que todas ellas… Y porque tenia naturaleza vampírica y de hombre lobo… Tampoco encajaba con los lobos ya que debido a su naturaleza tríbrida no tenia que sufrir la maldición cada luna llena… Y tampoco encajaba con los vampiros porque… nunca habia sido uno al uso a pesar de que su sangre fuera un tercio vampírica… Hope Mikaelson se habia sentido siempre fuera de lugar. Al menos hasta que conoció a Landon.

    Habia intentado echar a ese chico de su vida pero siempre le habia hecho sentir tan bien que, lo cierto era, se habia acostumbrado demasiado rapido a sentirse parte de algo… Landon habia sido el principal culpable de que Hope hubiera empezado a sentirse parte de algo… Landon y Alaric…

    Por eso, tras tres años de tumultuosa relacion repleta de altibajos y de tener que superar un obstáculo tras otro, descubrir que su enemigo mortal estaba ocupando el cuerpo de su novio no habia sido ninguna alegría para la tríbrida. Landon tenia que morir… Y, para matarlo, ella tambien tendría que morir.

    Fue ella misma quien, con una espada creada a partir de su propia sangre, atravesó el cuerpo del que habia sido su novio. Y lo vio morir. Pero antes de que el cuerpo de Landon cayera al suelo, Hope no sentía nada. Absolutamente nada. El solo pensamiento del dolor que le acarrearía matar a Landon habia sido suficiente como para que Hope tomara la peor decisión que puede tomar un vampiro. Sobre todo uno tan peligroso como podría llegar a ser ella…

    Apagó su humanidad. Se desvinculó de sus sentimientos. De toda esa parte de si misma que la anclaba a su vida humana, a la persona que realmente era. Apagó su parte cálida, empática, buena, bondadosa, la que se preocupaba, la que peleaba por sus amigos, la que comprendía el sentimiento de amistad… Ahora, en lugar de ello solo habia un vacío que Hope tambien evitaba sentir.

    Ahora solo quedaba la Hope sin empatía, la que no sentía remordimientos al matar, la que solo pensaba con fría lógica y para la cual el fin justificaba totalmente los medios.

    Por eso no sintió nada cuando le partió la columna vertebral a Alaric Saltzman y lo dejó tirado en el suelo de la plaza del pueblo.

    Por eso tampoco sintió nada cuando le espetó a su tia Rebekah que, para ella, ya no existía un “por y para siempre”. Le devolvió el collar con el blasón familiar perfectamente grabado en el colgante y le instó a que se olvidara de ella… No sin antes insinuarle que, la culpa de la muerte de Klaus Mikaelson era su familia. Que el amor lo habia matado. A ella no lo mataría algo tan insignificante.

    Su padre habia sido un experto en cubrirse las espaldas, en protegerse, en atacar antes de que lo atacaran. En golpear más duro antes de que lo golpeasen a él.

    Y Hope no iba a ser menos. Aquel día, el día que rompió su relacion con su familia tras la conversacion con su tia Rebekah, Hope se enteró de que habia un grupo tras ella. Un grupo conformado por un lobo, un vampiro y una bruja que pretendían darle caza y muerte. Aquello sonaba a historia demasiado vieja… La de un grupo no demasiado fuerte que se creen la justicia y se la toman por su mano para eliminar al supuesto Mal Mayor. En este caso, la propia Hope. Pero Hope no era una pusilánime, ni una simple. Hope Mikaelson era, literalmente, imposible de matar. O al menos eso creía ella. Lizzie Saltzman ya habia encontrado la horma del zapato de Hope. Pero esa es otra historia…

    Lo que estaba claro era que esa Triada no eran una amenaza para Hope. Pero… ¿Y si no todo era tan fácil como pensaba? Hope no era estúpida. Era una Mikaelson. Por esa razón, mientras investigaba la existencia de este grupo y sus tres principales líderes, la verdad era que Hope era capaz de ser multitarea. La mitad de su atención situada en aquella amenaza…. La otra mitad buscando la forma de ser aun más intocable. Por si todo lo demás fallaba.

    Realizó una pequeña incursión a la Escuela Salvatore con la excusa de buscar armas que pudieran terminar con aquel problema, la verdad era que Hope tenia sus propios intereses… Mientras sus amigos intentaban que la humanidad de Hope volviera a despertar, la tríbrida aguantó aquello con todo el estoicismo que era capaz de reunir mientras asistía a aquellas ridículas pantomimas. ¿Su verdadera intención? Revisar la biblioteca de la escuela hasta dar con aquello que necesitaba…

    La existencia de algo llamado… Gracia de Arcángel. No, no era un nombre en clave… Literalmente era Gracia de un Arcángel. Una esencia mágica, cósmica, tan poderosa como la misma creación. Una esencia capaz de hacer cualquier cosa. Y si a esa ecuación sumábamos la naturaleza de Hope… El cocktail era explosivo. Aquello era justo lo que necesitaba.

    Ahora solo tenia que adivinar donde encontrar aquello que buscaba, imaginaba que no estaría en cualquier boticario.

    >> Las investigaciones y pesquisas de Hope para descubrir la ubicación de tan extraña naturaleza no vienen al caso, lo que si importa es que habia encontrado el lugar donde esta se hallaba escondida. No se habia movido de allí en décadas y no se movería por esa noche. Noche en la que Hope se sentía hambrienta y… en la que buscaría a los borrachos mas incautos para darse un buen banquete.

    Por esa razon las botas de tacón grueso de la tríbrida pisaban el suelo de madera de aquella ruda taberna de pueblo donde la música estaba alta, moteros jugaban al billar y alguna que otra pareja se daba el lote tras alguna esquina…

    -Encantador… -musitó Hope para si mientras caminaba hacia la barra y tomaba asiento en uno de los taburetes antes de pedir un vaso de bourbon.

    La joven desentonaba allí igual que una ninfa en un desierto, pero a ella le daban igual las miradas de soslayo y los cuchicheos. La gente en la escuela llevaba haciéndolo toda su vida. ¿Porqué iba a importarle siquiera que lo hicieran cuatro paletos de pueblo?

    #3D #Personajes3D #Mikaelson #Winchester #Winchelson #Rol #Starter #OTP
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  • ¿El fin del cuento?
    Fandom The Vampire Diaries | OC
    Categoría Drama
    ㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤ¿Eʟ ꜰɪɴ ᴅᴇʟ ᴄᴜᴇɴᴛᴏ?
    ㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑
    ㅤㅤㅤㅤ˹ Jᴏʀᴅᴀɴ Bᴇʀɢᴍᴀɴ


    ㅤㅤㅤㅤA pesar de lo complicado que pudiera parecer el mundo de Vittoria, parecía que Jordan se había adaptado bastante fácilmente a él. Y, aunque algunos de los aspectos de la naturaleza de la italiana podían llegar a ser algo complicados (como el tema de la transición de humano a vampiro) o truculentos (como era la alimentación vampírica) la verdad era que Jordan retenía bastante bien la información y no necesitó que su, a todas luces, novia, le diera una segunda lección.

    Y con el paso de los dias volvieron a ser la pareja perfecta. Vittoria iba a recogerle al trabajo al terminar la jornada y, como una pareja normal y corriente iban al cine, a cenar o… pasaban la noche en casa de Vittoria o en la de Jordan. Y, a pesar de lo cohibido que se sentía el sheriff por presentarle su modesta caravana en comparación con la imponente casa alquilada de Vittoria, esta pareció encantada con aquel vehículo y lo bien que había aprovechado él aquel espacio. No era una de esas caravanas cochambrosas que salen en las series de televisión donde el protagonista tiene que pisar sobre capas de basura… la verdad era que era bastante comoda y bien aprovechada.

    Había pasado un mes desde aquella tarde en la que Jordan y Vittoria volvieran a darse una oportunidad. Un mes desde que se terminaran las mentiras. Y, aunque los dos estaban bastante atentos a noticias extrañas que pudieran tener la firma de un vampiro, parecía que Mattheus no había hecho acto de presencia. Y, si bien eso parecía alegrar al sheriff y lo mantenía en un estado bastante optimista, Vittoria era algo mas taciturna y pesimista. Pero cuando dejaba escapar alguno de esos funestos pensamientos, Jordan se ocupaba perfectamente de borrar de un plumazo aquellos pensamientos de su cabeza. Podía asegurar, sin miedo a equivocarse, que había sido el mejor mes de toda su vida.

    Aquel día Jordan había prometido llevarla a cenar a un lugar especial como conmemoración de su primer mes oficial como pareja consolidada (a pesar de que antes de la “revelación” habían pasado bastantes semanas juntos). Le había pedido dos cosas: la primera, que se pusiera guapa y dos, que dejase que fuera a recogerla. Bueno en realidad en su llamada de teléfono había dicho algo como:
    -Tú solo déjame recogerte y ponte guapa. Bueno, guapa eres siempre… Pero ya me entiendes, es una noche especial… No quiero decir que nunca sepas como vestir, solo que…

    Y ahí Vittoria le había interrumpido.

    -Jordan. Jordan. Cielo… Lo he entendido- dijo, acompañado de una risa ligera- Buscaré algo con lo que pueda sorprenderte…

    Así que ahora, a diez minutos de que Jordan llegara, Vittoria se encontraba delante del espejo de su vestidor terminando de colocarse los pendientes y revisando por última vez su vestido de color rojo burdeos. No era la primera vez que se vestía asi, la verdad era que estaba acostumbrada a hacer aquella clase de cosas, pero… lo cierto era que hacerlo para una cita con el hombre que queria era mucho más emocionante que hacerlo para captar adeptos para Mattheus.

    Terminó de tomarse la copa de vino blanco y se repasó el pintalabios antes de coger su bolso y descender las escaleras con cierto aire nervioso. No sabia a donde planeaba llevarla, y ahí radicaba lo bonito de aquella celebración. Pero era algo que no había organizado ella, asi que se sentía… No, no eran nervios… La verdad es que era una incertidumbre placentera. Sentía ligeras mariposas, por cliché que sonase, revoloteando en su estómago.

    Era del todo oficial. Estaba totalmente enamorada de ese hombre.


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D #StarterRol
    ㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤ¿Eʟ ꜰɪɴ ᴅᴇʟ ᴄᴜᴇɴᴛᴏ? ㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 ㅤㅤㅤㅤ˹ [JrdnBrgnn] ㅤ ㅤ ㅤㅤㅤㅤA pesar de lo complicado que pudiera parecer el mundo de Vittoria, parecía que Jordan se había adaptado bastante fácilmente a él. Y, aunque algunos de los aspectos de la naturaleza de la italiana podían llegar a ser algo complicados (como el tema de la transición de humano a vampiro) o truculentos (como era la alimentación vampírica) la verdad era que Jordan retenía bastante bien la información y no necesitó que su, a todas luces, novia, le diera una segunda lección. Y con el paso de los dias volvieron a ser la pareja perfecta. Vittoria iba a recogerle al trabajo al terminar la jornada y, como una pareja normal y corriente iban al cine, a cenar o… pasaban la noche en casa de Vittoria o en la de Jordan. Y, a pesar de lo cohibido que se sentía el sheriff por presentarle su modesta caravana en comparación con la imponente casa alquilada de Vittoria, esta pareció encantada con aquel vehículo y lo bien que había aprovechado él aquel espacio. No era una de esas caravanas cochambrosas que salen en las series de televisión donde el protagonista tiene que pisar sobre capas de basura… la verdad era que era bastante comoda y bien aprovechada. Había pasado un mes desde aquella tarde en la que Jordan y Vittoria volvieran a darse una oportunidad. Un mes desde que se terminaran las mentiras. Y, aunque los dos estaban bastante atentos a noticias extrañas que pudieran tener la firma de un vampiro, parecía que Mattheus no había hecho acto de presencia. Y, si bien eso parecía alegrar al sheriff y lo mantenía en un estado bastante optimista, Vittoria era algo mas taciturna y pesimista. Pero cuando dejaba escapar alguno de esos funestos pensamientos, Jordan se ocupaba perfectamente de borrar de un plumazo aquellos pensamientos de su cabeza. Podía asegurar, sin miedo a equivocarse, que había sido el mejor mes de toda su vida. Aquel día Jordan había prometido llevarla a cenar a un lugar especial como conmemoración de su primer mes oficial como pareja consolidada (a pesar de que antes de la “revelación” habían pasado bastantes semanas juntos). Le había pedido dos cosas: la primera, que se pusiera guapa y dos, que dejase que fuera a recogerla. Bueno en realidad en su llamada de teléfono había dicho algo como: -Tú solo déjame recogerte y ponte guapa. Bueno, guapa eres siempre… Pero ya me entiendes, es una noche especial… No quiero decir que nunca sepas como vestir, solo que… Y ahí Vittoria le había interrumpido. -Jordan. Jordan. Cielo… Lo he entendido- dijo, acompañado de una risa ligera- Buscaré algo con lo que pueda sorprenderte… Así que ahora, a diez minutos de que Jordan llegara, Vittoria se encontraba delante del espejo de su vestidor terminando de colocarse los pendientes y revisando por última vez su vestido de color rojo burdeos. No era la primera vez que se vestía asi, la verdad era que estaba acostumbrada a hacer aquella clase de cosas, pero… lo cierto era que hacerlo para una cita con el hombre que queria era mucho más emocionante que hacerlo para captar adeptos para Mattheus. Terminó de tomarse la copa de vino blanco y se repasó el pintalabios antes de coger su bolso y descender las escaleras con cierto aire nervioso. No sabia a donde planeaba llevarla, y ahí radicaba lo bonito de aquella celebración. Pero era algo que no había organizado ella, asi que se sentía… No, no eran nervios… La verdad es que era una incertidumbre placentera. Sentía ligeras mariposas, por cliché que sonase, revoloteando en su estómago. Era del todo oficial. Estaba totalmente enamorada de ese hombre. #Personajes3D #3D #Comunidad3D #StarterRol
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  • Reunión de Negocios
    Fandom OC
    Categoría Contemporáneo


    El aire olía una mezcla pérfida de óxido, nicotina, sangre y encierro. Las paredes de hormigón, desnudas y sudorosas temblaban ocasionalmente ante las vibraciones de la estruendosa música y las zancadas de los bailarines que se encontraban por sobre ellos, reflejaban el temblor de la única bombilla que colgaba del techo, oscilando como un péndulo maldito. En el centro, una silla de metal, maltratada y torcida, sostenía a un hombre desnudo, constreñido de brazos y piernas a través de esposas de acero. Su cuerpo maltrecho, ya víctima de horas de una labor espeluznante, seguía siendo mancillado por el autor del dolor que le padece. - “No sabes lo feliz que soy… Siempre quise cumplir esta fantasía.” murmuró, acariciando la mejilla del prisionero con el filo de una cuchilla—. "Y tú, amigo mío, tú y yo, nos divertiremos tanto..."

    Tras él, Christopher avanzo despacio hacia el torturador, cuál artista contempla un lienzo de un cuadro sin terminar, sus zapatos resonando en el silencio. Llevaba un traje negro, impecable, como si el horror fuera solo un formalismo más a la velada. Extendió la mano tocando el hombro del degenerado que suponía uno de sus tantos clientes. – “Recuerda, tómate tu tiempo, no debes matarle de inmediato… Déjalo marinar en el dolor y en tres días más, puedes llegar a tu tan ansiado clímax.” -Dijo el ángel caído, su voz era almíbar a los oídos, como una caricia de seda auditiva, le acompañaba un aire que, a la vez de cautivador, cargaban un dejo de malicia inhumana. – “No antes y si llegas a desobedecerme, serás tú quién esté sentado en la silla. Recuerda, no eres la única alma con este tipo de deseos.” Agregó último, un mensaje disonante de la dulzura de su tono al hablar, cargado de una autoridad y tensión astronómicas. El enfermo mental le respondió de vuelta, asintiendo en silencio, mudo del nerviosismo que le provocaba la presencia del Demonio. Sin más que hacer, se dio media vuelta y se alejó caminando, subiendo por las escaleras y abriendo la puerta que daba salida del sótano. Una vez afuera, en uno de los pasillos interiores exclusivos para empleados, extrajo de su bolsillo el teléfono móvil que había extraído de su traicionero cliente y lo usó para enviar un mensaje de texto a la prestadora de servicios, aquella que, según su confesión, podía hacer los sueños realidad.

    Este reza: “No lo puedo creer, se hizo realidad, gané la lotería y ahora soy rico, gracias, gracias, muchísimas gracias, realmente todo lo que dijiste era cierto. Mira, conversé con un amigo, él no me creía hasta que saqué el premio gordo, ahora se está muriendo por conocerte y pedirte tus servicios ya que desea encontrar su alma gemela, el amor verdadero y todas esas cosas cursis. Su nombre es Christopher. Dijo que te esperaría mañana al medio día aparcado en un automóvil en el Downtown de Los Ángeles, California, frente al parque Gloria Molina, no creo que te cueste encontrarlo, maneja un auto muy costoso.”

    Una vez apretado el botón de envío, dejó caer el dispositivo al suelo para rematarlo con un pisotón que lo desquebrajó bajo el peso de su suela. - “Esto será interesante.” Musitó para si mismo con una sonrisa dibujada en su pálido rostro y prosiguió con sus tareas nocturnas, atendiendo los quehaceres de la fiesta desenfrenada que se viven rutinariamente en local; Simplemente otra noche más en “The Ministry” Nightclub.

    Al día siguiente a las 12 del día.

    Un Bugatti Veyron descansaba junto al parque Gloria Molina como un felino exótico dormido sobre el asfalto. Su carrocería negra bruñida, un abismo con reflejos de obsidiana que absorbía la luz del mediodía, devolviéndola en destellos que dibujan sus curvas perfectas. Para algunos, símbolo de poder y riqueza, para otros, envidia y de sobrecompensación. Una cosa es cierta, la desfachatez de que estuviera en público robaba numerosas miradas de los transeúntes, quienes se preguntarían, “¿Quién moraría en su interior?”, más los vidrios polarizados no dejarían que ningún ojo intrusivo descubriera secreto alguno. Mientras tanto en la cercanía los niños corrían en el parque, las risas flotando en el aire como globos desatados, pero sus ojos se volvían una y otra vez hacia aquella bestia mecánica. Y el Veyron respondía a sus ojos, no con ruido, no lo necesitaba, su mera presencia era un estandarte de opulencia contenida.


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    Starter dirigido a Svetla Le’ron
    El aire olía una mezcla pérfida de óxido, nicotina, sangre y encierro. Las paredes de hormigón, desnudas y sudorosas temblaban ocasionalmente ante las vibraciones de la estruendosa música y las zancadas de los bailarines que se encontraban por sobre ellos, reflejaban el temblor de la única bombilla que colgaba del techo, oscilando como un péndulo maldito. En el centro, una silla de metal, maltratada y torcida, sostenía a un hombre desnudo, constreñido de brazos y piernas a través de esposas de acero. Su cuerpo maltrecho, ya víctima de horas de una labor espeluznante, seguía siendo mancillado por el autor del dolor que le padece. - “No sabes lo feliz que soy… Siempre quise cumplir esta fantasía.” murmuró, acariciando la mejilla del prisionero con el filo de una cuchilla—. "Y tú, amigo mío, tú y yo, nos divertiremos tanto..." Tras él, Christopher avanzo despacio hacia el torturador, cuál artista contempla un lienzo de un cuadro sin terminar, sus zapatos resonando en el silencio. Llevaba un traje negro, impecable, como si el horror fuera solo un formalismo más a la velada. Extendió la mano tocando el hombro del degenerado que suponía uno de sus tantos clientes. – “Recuerda, tómate tu tiempo, no debes matarle de inmediato… Déjalo marinar en el dolor y en tres días más, puedes llegar a tu tan ansiado clímax.” -Dijo el ángel caído, su voz era almíbar a los oídos, como una caricia de seda auditiva, le acompañaba un aire que, a la vez de cautivador, cargaban un dejo de malicia inhumana. – “No antes y si llegas a desobedecerme, serás tú quién esté sentado en la silla. Recuerda, no eres la única alma con este tipo de deseos.” Agregó último, un mensaje disonante de la dulzura de su tono al hablar, cargado de una autoridad y tensión astronómicas. El enfermo mental le respondió de vuelta, asintiendo en silencio, mudo del nerviosismo que le provocaba la presencia del Demonio. Sin más que hacer, se dio media vuelta y se alejó caminando, subiendo por las escaleras y abriendo la puerta que daba salida del sótano. Una vez afuera, en uno de los pasillos interiores exclusivos para empleados, extrajo de su bolsillo el teléfono móvil que había extraído de su traicionero cliente y lo usó para enviar un mensaje de texto a la prestadora de servicios, aquella que, según su confesión, podía hacer los sueños realidad. Este reza: “No lo puedo creer, se hizo realidad, gané la lotería y ahora soy rico, gracias, gracias, muchísimas gracias, realmente todo lo que dijiste era cierto. Mira, conversé con un amigo, él no me creía hasta que saqué el premio gordo, ahora se está muriendo por conocerte y pedirte tus servicios ya que desea encontrar su alma gemela, el amor verdadero y todas esas cosas cursis. Su nombre es Christopher. Dijo que te esperaría mañana al medio día aparcado en un automóvil en el Downtown de Los Ángeles, California, frente al parque Gloria Molina, no creo que te cueste encontrarlo, maneja un auto muy costoso.” Una vez apretado el botón de envío, dejó caer el dispositivo al suelo para rematarlo con un pisotón que lo desquebrajó bajo el peso de su suela. - “Esto será interesante.” Musitó para si mismo con una sonrisa dibujada en su pálido rostro y prosiguió con sus tareas nocturnas, atendiendo los quehaceres de la fiesta desenfrenada que se viven rutinariamente en local; Simplemente otra noche más en “The Ministry” Nightclub. Al día siguiente a las 12 del día. Un Bugatti Veyron descansaba junto al parque Gloria Molina como un felino exótico dormido sobre el asfalto. Su carrocería negra bruñida, un abismo con reflejos de obsidiana que absorbía la luz del mediodía, devolviéndola en destellos que dibujan sus curvas perfectas. Para algunos, símbolo de poder y riqueza, para otros, envidia y de sobrecompensación. Una cosa es cierta, la desfachatez de que estuviera en público robaba numerosas miradas de los transeúntes, quienes se preguntarían, “¿Quién moraría en su interior?”, más los vidrios polarizados no dejarían que ningún ojo intrusivo descubriera secreto alguno. Mientras tanto en la cercanía los niños corrían en el parque, las risas flotando en el aire como globos desatados, pero sus ojos se volvían una y otra vez hacia aquella bestia mecánica. Y el Veyron respondía a sus ojos, no con ruido, no lo necesitaba, su mera presencia era un estandarte de opulencia contenida. - Starter dirigido a [Svetlaler0n]
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