Una entidad más allá de la consciencia, considerada la madre forjadora del destino. Alabada y bendecida por sus seguidores, Maiev: La Bruja del Vórtice, empezó sus días con las intenciones más puras y solemnes, deseaba ayudar a la humanidad, encaminarla por un camino de esperanza y compasión.
Pero hasta una mujer solitaria como ella necesita compañía. El día que nació, el reino tembló y los bosques susurraron su nombre: Chronos. Un bebé tan brillante como el Sol, ojos color carmín, fina piel blanca como porcelana y albino. Cayó rendida al encanto del infante, por primera vez en siglos de soledad nació el interés romántico de poseer a ese hombre.
Se corrompió. Maquino todo un plan y se deshizo de sus padres apareciendo frente a él como un ángel guardián que le cuidaría hasta el fin de sus días. Chronos, era puro e inocente con una capacidad intelectual elevada a su corta edad. Le regaló compañía, conocimiento, comodidad y afecto que escaló hasta la intimidad cuando apenas el joven cumplió 15 años.
Chronos deseaba explorar el mundo, deseaba encontrar su propósito, su propio camino. Pero Maiev se llenó de celos con la propuesta, lo dejaría partir siempre y cuando ella lo acompañará en su descubrimiento. Y juntos viajaron por el mundo corrupto.
La putrefacción de la humanidad enfermo, sus guerras por pedazos de tierra, el odio, el dolor, la fatiga... Chronos en su inexperiencia sintió una cosa: placer. Amaba la sangre derramada sin sentido, los lamentos de un pueblo abandonado, la tiranía de los gobernantes, él quería tomar ese lugar y levantarse por encima de todos.
Pero Maiev no estaba convencida del todo con esta versión, aunque lo amaba con locura.
To be continued...
Pero hasta una mujer solitaria como ella necesita compañía. El día que nació, el reino tembló y los bosques susurraron su nombre: Chronos. Un bebé tan brillante como el Sol, ojos color carmín, fina piel blanca como porcelana y albino. Cayó rendida al encanto del infante, por primera vez en siglos de soledad nació el interés romántico de poseer a ese hombre.
Se corrompió. Maquino todo un plan y se deshizo de sus padres apareciendo frente a él como un ángel guardián que le cuidaría hasta el fin de sus días. Chronos, era puro e inocente con una capacidad intelectual elevada a su corta edad. Le regaló compañía, conocimiento, comodidad y afecto que escaló hasta la intimidad cuando apenas el joven cumplió 15 años.
Chronos deseaba explorar el mundo, deseaba encontrar su propósito, su propio camino. Pero Maiev se llenó de celos con la propuesta, lo dejaría partir siempre y cuando ella lo acompañará en su descubrimiento. Y juntos viajaron por el mundo corrupto.
La putrefacción de la humanidad enfermo, sus guerras por pedazos de tierra, el odio, el dolor, la fatiga... Chronos en su inexperiencia sintió una cosa: placer. Amaba la sangre derramada sin sentido, los lamentos de un pueblo abandonado, la tiranía de los gobernantes, él quería tomar ese lugar y levantarse por encima de todos.
Pero Maiev no estaba convencida del todo con esta versión, aunque lo amaba con locura.
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Una entidad más allá de la consciencia, considerada la madre forjadora del destino. Alabada y bendecida por sus seguidores, Maiev: La Bruja del Vórtice, empezó sus días con las intenciones más puras y solemnes, deseaba ayudar a la humanidad, encaminarla por un camino de esperanza y compasión.
Pero hasta una mujer solitaria como ella necesita compañía. El día que nació, el reino tembló y los bosques susurraron su nombre: Chronos. Un bebé tan brillante como el Sol, ojos color carmín, fina piel blanca como porcelana y albino. Cayó rendida al encanto del infante, por primera vez en siglos de soledad nació el interés romántico de poseer a ese hombre.
Se corrompió. Maquino todo un plan y se deshizo de sus padres apareciendo frente a él como un ángel guardián que le cuidaría hasta el fin de sus días. Chronos, era puro e inocente con una capacidad intelectual elevada a su corta edad. Le regaló compañía, conocimiento, comodidad y afecto que escaló hasta la intimidad cuando apenas el joven cumplió 15 años.
Chronos deseaba explorar el mundo, deseaba encontrar su propósito, su propio camino. Pero Maiev se llenó de celos con la propuesta, lo dejaría partir siempre y cuando ella lo acompañará en su descubrimiento. Y juntos viajaron por el mundo corrupto.
La putrefacción de la humanidad enfermo, sus guerras por pedazos de tierra, el odio, el dolor, la fatiga... Chronos en su inexperiencia sintió una cosa: placer. Amaba la sangre derramada sin sentido, los lamentos de un pueblo abandonado, la tiranía de los gobernantes, él quería tomar ese lugar y levantarse por encima de todos.
Pero Maiev no estaba convencida del todo con esta versión, aunque lo amaba con locura.
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