• Ororon

    Luego de ir de compras, mí querido prometido nos llevaba a casa. Pero pasamos por la playa y no pude evitar insistirle hasta convencerlo de bajar a dar un chapuzón, jeje.

    (Se veía tan guapo que solo le dejaron quitarse la camisa para la foto. Haku a veces se pasa de celosa.)
    [specter_olive_hare_981] Luego de ir de compras, mí querido prometido nos llevaba a casa. Pero pasamos por la playa y no pude evitar insistirle hasta convencerlo de bajar a dar un chapuzón, jeje. (Se veía tan guapo que solo le dejaron quitarse la camisa para la foto. Haku a veces se pasa de celosa.) :STK-100:
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  • Lo sé soy sexy simplemente no lo puedo evitar me sale solo *se acostaba con la panza para arriba jugando con una bola de estambre*
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  • Las luces LED parpadearon como si quisieran apagarse, y el viento que sopló repentinamente levantó la tierra circundante al asfalto, que se veía descuidado y agrietado como todo en esta parte de la ciudad.

    —¿Estás listo? —le preguntó su amigo conocedor de motos con ansiedad.

    —¡Por supuesto! —le contestó Charles con una sonrisa arrogante. —Confía en mí.

    Grey se hallaba en una de esas carreras clandestinas que se daban en el noroeste de Londres, en el sitio más decadente de la ciudad. Donde era complicado que Yard los interceptara.
    Además, era una de las zonas más peligrosas, donde la tasa de criminalidad iba en ascenso cada mes, y por la que nadie en su sano juicio deseaba transitar por la noche.

    Sin embargo, él no se veía preocupado por su bienestar. Después de todo, estaba seguro de poder defenderse, incluso si su atacante era poseedor de una pistola o algo peor.

    En realidad, lo que más le importaba ahora era ganar, incluso si se trataba de algo tan poco sustancial como una carrera entre adolescentes pudientes —o no— presumiendo sus motocicletas.

    Colocándose el casco, tan negro como la noche que los rodeaba, Charles posó las manos sobre los manubrios, los pies sobre los pedales, y se preparó para arrancar motores cuando el «juez» diera el visto bueno.

    Este no era más que su amigo conocedor de motos, quién lo miraba con preocupación, pues había apostado todo su dinero por él y temía perderlo está noche.

    —¡Preparados! —exclamó alzando el brazo en medio de la pista, es decir, la calle media destruida.

    Pronto, el espacio se llenó del rugido propio de un motor; algunos eran tan exagerados que seguramente fuera porque la motocicleta no estuviera en buen estado.

    —Listos… ¡Ya!

    Todas las motos, incluida la de Grey, emprendieron marcha hacia delante a una velocidad que sin duda sería una multa segura.
    Y a medida que transitaban por la calle, esta fue aumentando hasta que las motos no fueron más que un borrón irreconocible.
    Grey sonrió con placidez.
    Era satisfactorio encontrarse conduciendo a una velocidad tan grande, y era aún más satisfactorio notar lo sencillo que era pasar a sus rivales.

    Así, en una elipsis, Charles logró completar las vueltas y llegar a la meta sin ninguna dificultad más que el asfalto lleno de pozos.
    Pero, justo cuando estaba por frenar, sacarse el casco y festejar con su amigo conocedor de motos, quién estaba más feliz que él porque había ganado un dineral, la rueda delantera se hundió en un pozo particularmente hondo.

    Grey intentó maniobrar para salir, pero, en un mal movimiento, la moto tambaleó hacia un lado, y ni con toda la fuerza que ejerció pudo evitar que ésta se cayera, ¡con él encima y todo! Porque no llegó a salir a tiempo.
    Menos mal y tenía el casco puesto, aunque, no podría decirse lo mismo del resto de su cuerpo…

    —¡¿Qué estás mirando?! —le reprochó a su amigo desde el suelo. —¡Ayúdame rápido!

    Antes de que los demás vinieran y lo vieran dando vergüenza.
    Las luces LED parpadearon como si quisieran apagarse, y el viento que sopló repentinamente levantó la tierra circundante al asfalto, que se veía descuidado y agrietado como todo en esta parte de la ciudad. —¿Estás listo? —le preguntó su amigo conocedor de motos con ansiedad. —¡Por supuesto! —le contestó Charles con una sonrisa arrogante. —Confía en mí. Grey se hallaba en una de esas carreras clandestinas que se daban en el noroeste de Londres, en el sitio más decadente de la ciudad. Donde era complicado que Yard los interceptara. Además, era una de las zonas más peligrosas, donde la tasa de criminalidad iba en ascenso cada mes, y por la que nadie en su sano juicio deseaba transitar por la noche. Sin embargo, él no se veía preocupado por su bienestar. Después de todo, estaba seguro de poder defenderse, incluso si su atacante era poseedor de una pistola o algo peor. En realidad, lo que más le importaba ahora era ganar, incluso si se trataba de algo tan poco sustancial como una carrera entre adolescentes pudientes —o no— presumiendo sus motocicletas. Colocándose el casco, tan negro como la noche que los rodeaba, Charles posó las manos sobre los manubrios, los pies sobre los pedales, y se preparó para arrancar motores cuando el «juez» diera el visto bueno. Este no era más que su amigo conocedor de motos, quién lo miraba con preocupación, pues había apostado todo su dinero por él y temía perderlo está noche. —¡Preparados! —exclamó alzando el brazo en medio de la pista, es decir, la calle media destruida. Pronto, el espacio se llenó del rugido propio de un motor; algunos eran tan exagerados que seguramente fuera porque la motocicleta no estuviera en buen estado. —Listos… ¡Ya! Todas las motos, incluida la de Grey, emprendieron marcha hacia delante a una velocidad que sin duda sería una multa segura. Y a medida que transitaban por la calle, esta fue aumentando hasta que las motos no fueron más que un borrón irreconocible. Grey sonrió con placidez. Era satisfactorio encontrarse conduciendo a una velocidad tan grande, y era aún más satisfactorio notar lo sencillo que era pasar a sus rivales. Así, en una elipsis, Charles logró completar las vueltas y llegar a la meta sin ninguna dificultad más que el asfalto lleno de pozos. Pero, justo cuando estaba por frenar, sacarse el casco y festejar con su amigo conocedor de motos, quién estaba más feliz que él porque había ganado un dineral, la rueda delantera se hundió en un pozo particularmente hondo. Grey intentó maniobrar para salir, pero, en un mal movimiento, la moto tambaleó hacia un lado, y ni con toda la fuerza que ejerció pudo evitar que ésta se cayera, ¡con él encima y todo! Porque no llegó a salir a tiempo. Menos mal y tenía el casco puesto, aunque, no podría decirse lo mismo del resto de su cuerpo… —¡¿Qué estás mirando?! —le reprochó a su amigo desde el suelo. —¡Ayúdame rápido! Antes de que los demás vinieran y lo vieran dando vergüenza.
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  • No..no puedo evitarlo yo..me estoy volviendo adicto a el ..
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  • —Siniester Mark observo la caja de bombones en sus manos,nunca nadie le habia mostrado un afecto de ese estilo,se la paso toda su niñez y adolescencia entrenando,nunca le dio lugar a esa clase de emociones en su vida,al menos no desde que murio su madre—

    —Volvio a ver a Mermid Daminet,en un movimiento casi imperceptible fue hasta lo que podria decir que era su ""hogar"",dejo los bombones y regreso con ella,tomandola con cuidado por las costillas y alzandola como si fuera un muñeco—

    —No abras la boca o te entraran los insectos y creeme..no es agradable tener mosquitos en la lengua..

    —Este empezo a levitar lentamente hacia arriba con ella en brazos—
    —Siniester Mark observo la caja de bombones en sus manos,nunca nadie le habia mostrado un afecto de ese estilo,se la paso toda su niñez y adolescencia entrenando,nunca le dio lugar a esa clase de emociones en su vida,al menos no desde que murio su madre— —Volvio a ver a [flash_navy_bat_117],en un movimiento casi imperceptible fue hasta lo que podria decir que era su ""hogar"",dejo los bombones y regreso con ella,tomandola con cuidado por las costillas y alzandola como si fuera un muñeco— —No abras la boca o te entraran los insectos y creeme..no es agradable tener mosquitos en la lengua.. —Este empezo a levitar lentamente hacia arriba con ella en brazos—
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  • Fue una experiencia única, una mezcla de emociones que nunca antes había sentido desde que se puso el traje por primera vez. Un llamado de auxilio bastó para que Invencible descendiera con precisión sobre aquel callejón oscuro y decadente. Allí, una mujer de cabello azabache —atractiva, pero visiblemente consternada— forcejeaba con un hombre que, sin lugar a dudas, intentaba abusar de ella. Sus manos sucias estaban posadas sobre los glúteos de la mujer mientras ella, atrapada contra la fría pared y asqueada por la situación, intentaba inútilmente apartarlo con sus propias manos.

    —"Gracias..." —susurró la mujer con voz quebrada, ocultando su rostro tras la palma de su mano. El impacto de lo sucedido la hizo derrumbarse emocionalmente, y sus sollozos se hicieron cada vez más evidentes. Abrazó con fuerza a Goggleless, dejando que sus lágrimas cayeran sobre él, mientras cada pocos segundos aspiraba por la nariz para evitar que los mocos alcanzaran sus labios.

    Un charco espeso de líquido rojizo comenzó a extenderse en el suelo a unos metros de ellos, tocando por momentos la suela de las botas azules del héroe y los tacones carmesí de la mujer. Poco después, el abrazo de la azabache perdió su fuerza; se separó ligeramente de él y fijó su mirada en su rostro, como si intentara encontrar algo de consuelo o respuestas. Sin embargo, evitaba deliberadamente observar el cuerpo destrozado cerca de ambos—el hombre que yacía con el torso abierto y los órganos expuestos.

    Goggleless correspondió a su mirada por un breve momento. Sus ojos permanecían entrecerrados, desbordando desdén; su boca trazaba una curva descendente, y su postura se mantenía firme, inmóvil. No respondió al gesto ni pareció tener intención alguna de hacerlo. Todo había sucedido demasiado rápido.

    ¿Era eso heroísmo? ¿Salvar a esa mujer solo para quedarse ahí, congelado? La duda le calaba hondo. Goggleless nunca fue un verdadero héroe, aunque ella aún no lo sabía.
    Fue una experiencia única, una mezcla de emociones que nunca antes había sentido desde que se puso el traje por primera vez. Un llamado de auxilio bastó para que Invencible descendiera con precisión sobre aquel callejón oscuro y decadente. Allí, una mujer de cabello azabache —atractiva, pero visiblemente consternada— forcejeaba con un hombre que, sin lugar a dudas, intentaba abusar de ella. Sus manos sucias estaban posadas sobre los glúteos de la mujer mientras ella, atrapada contra la fría pared y asqueada por la situación, intentaba inútilmente apartarlo con sus propias manos. —"Gracias..." —susurró la mujer con voz quebrada, ocultando su rostro tras la palma de su mano. El impacto de lo sucedido la hizo derrumbarse emocionalmente, y sus sollozos se hicieron cada vez más evidentes. Abrazó con fuerza a Goggleless, dejando que sus lágrimas cayeran sobre él, mientras cada pocos segundos aspiraba por la nariz para evitar que los mocos alcanzaran sus labios. Un charco espeso de líquido rojizo comenzó a extenderse en el suelo a unos metros de ellos, tocando por momentos la suela de las botas azules del héroe y los tacones carmesí de la mujer. Poco después, el abrazo de la azabache perdió su fuerza; se separó ligeramente de él y fijó su mirada en su rostro, como si intentara encontrar algo de consuelo o respuestas. Sin embargo, evitaba deliberadamente observar el cuerpo destrozado cerca de ambos—el hombre que yacía con el torso abierto y los órganos expuestos. Goggleless correspondió a su mirada por un breve momento. Sus ojos permanecían entrecerrados, desbordando desdén; su boca trazaba una curva descendente, y su postura se mantenía firme, inmóvil. No respondió al gesto ni pareció tener intención alguna de hacerlo. Todo había sucedido demasiado rápido. ¿Era eso heroísmo? ¿Salvar a esa mujer solo para quedarse ahí, congelado? La duda le calaba hondo. Goggleless nunca fue un verdadero héroe, aunque ella aún no lo sabía.
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  • ─────────────────
    † | Nᴏᴍʙʀᴇ.
    : : Itsuka Kendo
    ─────────────────

    ─────────────────

    † | Aᴘᴏᴅᴏ.
    Battle Fist
    ─────────────────

    ─────────────────

    † | Eᴅᴀᴅ.
    : : 17- 20
    ─────────────────

    ─────────────────

    † | Fᴇᴄʜᴀ ᴅᴇ ɴᴀᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏ.
    : : 9 de septiembre
    ──────────────

    ─────────────────

    † | Estatura
    : : 1.66 cm
    ─────────────────

    ─────────────────

    † | Gᴇɴᴇʀᴏ.
    : : femenino
    ─────────────────

    ─────────────────

    † | Oʀɪᴇɴᴛᴀᴄɪóɴ sᴇxᴜᴀʟ.
    : : Pansexual
    ─────────────────

    ─────────────────

    † | Esᴛᴀᴅᴏ ᴄɪᴠɪʟ.
    : : soltera
    ─────────────────

    ─────────────────

    † | Fᴀᴍɪʟɪᴀ.
    : : ????
    ────────────────

    ─────────────────

    † | Rᴀᴢᴀ.
    : : humana
    ─────────────────

    ─────────────────

    † | Pᴀɪs.
    : : Japon
    ─────────────────

    ─────────────────

    † | Pᴇʀsᴏɴᴀʟɪᴅᴀᴅ.
    : : Itsuka es una chica enérgica que es considerada con los demás.[3] Ella no duda en criticar incluso a sus compañeros de clase si siente que lo que están haciendo no es correcto, como cada vez que golpea a Neito Monoma en la parte posterior de su cuello para evitar que se enfrente a la Clase 1-A[4] y resto de la clase 1-B. También está dispuesta a transmitir oportunidades que la beneficiarían si siente que otras personas se lo merecen mejor. Esto se muestra cuando deja que Tetsutetsu Tetsutetsu e Ibara Shiozaki participen en el evento del torneo del Festival deportivo de la U.A. en lugar de su equipo

    ────────────────

    ─────────────────

    † | Peso
    53kg
    ─────────────────

    ─────────────────

    † | Hɪsᴛᴏʀɪᴀ.
    : : Era estudiante de en la UA y ahora es la heroína en el puesto 23 en la escala de popular de los heroes

    ───────────────
    ─────────────────

    † | Hᴀʙɪʟɪᴅᴀᴅᴇs.
    : : Combate cuerpo a cuerpo

    intelecto agudo: Se muestra que Itsuka es extremadamente inteligente y táctica, lo que se demuestra cuando teoriza la ubicación de Mustard y el patrón de su Don

    Don: agrandar manos.

    ─────────────────
    ───────────────── † | Nᴏᴍʙʀᴇ. : : Itsuka Kendo ───────────────── ───────────────── † | Aᴘᴏᴅᴏ. Battle Fist ───────────────── ───────────────── † | Eᴅᴀᴅ. : : 17- 20 ───────────────── ───────────────── † | Fᴇᴄʜᴀ ᴅᴇ ɴᴀᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏ. : : 9 de septiembre ────────────── ───────────────── † | Estatura : : 1.66 cm ───────────────── ───────────────── † | Gᴇɴᴇʀᴏ. : : femenino ───────────────── ───────────────── † | Oʀɪᴇɴᴛᴀᴄɪóɴ sᴇxᴜᴀʟ. : : Pansexual ───────────────── ───────────────── † | Esᴛᴀᴅᴏ ᴄɪᴠɪʟ. : : soltera ───────────────── ───────────────── † | Fᴀᴍɪʟɪᴀ. : : ???? ──────────────── ───────────────── † | Rᴀᴢᴀ. : : humana ───────────────── ───────────────── † | Pᴀɪs. : : Japon ───────────────── ───────────────── † | Pᴇʀsᴏɴᴀʟɪᴅᴀᴅ. : : Itsuka es una chica enérgica que es considerada con los demás.[3] Ella no duda en criticar incluso a sus compañeros de clase si siente que lo que están haciendo no es correcto, como cada vez que golpea a Neito Monoma en la parte posterior de su cuello para evitar que se enfrente a la Clase 1-A[4] y resto de la clase 1-B. También está dispuesta a transmitir oportunidades que la beneficiarían si siente que otras personas se lo merecen mejor. Esto se muestra cuando deja que Tetsutetsu Tetsutetsu e Ibara Shiozaki participen en el evento del torneo del Festival deportivo de la U.A. en lugar de su equipo ──────────────── ───────────────── † | Peso 53kg ───────────────── ───────────────── † | Hɪsᴛᴏʀɪᴀ. : : Era estudiante de en la UA y ahora es la heroína en el puesto 23 en la escala de popular de los heroes ─────────────── ───────────────── † | Hᴀʙɪʟɪᴅᴀᴅᴇs. : : Combate cuerpo a cuerpo intelecto agudo: Se muestra que Itsuka es extremadamente inteligente y táctica, lo que se demuestra cuando teoriza la ubicación de Mustard y el patrón de su Don Don: agrandar manos. ─────────────────
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  • Nico habia decidido salir al bar con sus amigos.
    El bar no estaba tan lleno como otros dias, pero el murmullo constante, la música de fondo y las luces cálidas lo hacían sentirse más vivo de lo normal. Nico estaba apoyado contra la barra, con una bebida en la mano, escuchando las historias de siempre de sus amigos. Reía por lo bajo, mirando de vez en cuando hacia la entrada, como si esperara algo más interesante que el humo de cigarro y el alcohol barato.

    Entonces lo escuchó.

    —¿Qué dijiste, imbécil? —gritó una voz cerca de la esquina.

    Nico giró el rostro. Uno de sus amigos, el más explosivo del grupo, estaba cara a cara con dos tipos que claramente buscaban problemas. Nico dejó el vaso sobre la barra sin pensarlo.

    Se acercó, manos alzadas, tranquilo.

    —Ey, tranquilos... No vale la pena —dijo con su tono suave, esa calma que muchas veces desarmaba situaciones. Pero esta vez no funcionó.

    Uno de los tipos empujó a el amigo de Nico con fuerza, y Nico instintivamente se metió en medio, sujetando al agresor del brazo.

    —Ya estuvo, ¿sí? Nadie necesita salir de aquí jodido por una estupidez.

    —¿Y tú quién te crees? —le dijo el otro, con un empujón seco al pecho.

    Nico retrocedió un paso, pero no bajó la mirada. Su mandíbula se tensó. El ambiente se volvió denso.

    —Estoy tratando de evitar que te saquen cargando. Eso soy.

    Pero el primer golpe vino sin aviso. Un puñetazo cruzado le dio en la mejilla, y sintió el ardor al instante. Apenas si reaccionó cuando el amigo de Nico respondió con un derechazo al segundo tipo. Entonces fue inevitable.

    Un breve caos. Nico no era un experto en peleas, pero no se iba a quedar sin defenderse. Empujó al tipo que lo había golpeado y le metió un puñetazo directo al estómago. Recibió un puñetazo en el estomago. Todo fue rápido, torpe, sin técnica, pero lleno de rabia contenida.

    Al final, los de seguridad llegaron y separaron todo. Uno de los tipos acabó en el suelo, y Nico con el labio partido y el pómulo ardiendo.

    Ya afuera, el grupo caminaba entre risas nerviosas por la acera húmeda.

    —¿Estás bien? —preguntó su amigo.

    Nico se tocó la cara, sintió el ardor en la mandíbula y soltó una risa nasal.

    —Seguro va a doler mañana…

    Y justo ahí, como si nada, sonrió.

    Esa sonrisa torcida, medio orgullosa y medio resignada. Los faroles de la calle iluminaban su rostro lastimado.
    Nico habia decidido salir al bar con sus amigos. El bar no estaba tan lleno como otros dias, pero el murmullo constante, la música de fondo y las luces cálidas lo hacían sentirse más vivo de lo normal. Nico estaba apoyado contra la barra, con una bebida en la mano, escuchando las historias de siempre de sus amigos. Reía por lo bajo, mirando de vez en cuando hacia la entrada, como si esperara algo más interesante que el humo de cigarro y el alcohol barato. Entonces lo escuchó. —¿Qué dijiste, imbécil? —gritó una voz cerca de la esquina. Nico giró el rostro. Uno de sus amigos, el más explosivo del grupo, estaba cara a cara con dos tipos que claramente buscaban problemas. Nico dejó el vaso sobre la barra sin pensarlo. Se acercó, manos alzadas, tranquilo. —Ey, tranquilos... No vale la pena —dijo con su tono suave, esa calma que muchas veces desarmaba situaciones. Pero esta vez no funcionó. Uno de los tipos empujó a el amigo de Nico con fuerza, y Nico instintivamente se metió en medio, sujetando al agresor del brazo. —Ya estuvo, ¿sí? Nadie necesita salir de aquí jodido por una estupidez. —¿Y tú quién te crees? —le dijo el otro, con un empujón seco al pecho. Nico retrocedió un paso, pero no bajó la mirada. Su mandíbula se tensó. El ambiente se volvió denso. —Estoy tratando de evitar que te saquen cargando. Eso soy. Pero el primer golpe vino sin aviso. Un puñetazo cruzado le dio en la mejilla, y sintió el ardor al instante. Apenas si reaccionó cuando el amigo de Nico respondió con un derechazo al segundo tipo. Entonces fue inevitable. Un breve caos. Nico no era un experto en peleas, pero no se iba a quedar sin defenderse. Empujó al tipo que lo había golpeado y le metió un puñetazo directo al estómago. Recibió un puñetazo en el estomago. Todo fue rápido, torpe, sin técnica, pero lleno de rabia contenida. Al final, los de seguridad llegaron y separaron todo. Uno de los tipos acabó en el suelo, y Nico con el labio partido y el pómulo ardiendo. Ya afuera, el grupo caminaba entre risas nerviosas por la acera húmeda. —¿Estás bien? —preguntó su amigo. Nico se tocó la cara, sintió el ardor en la mandíbula y soltó una risa nasal. —Seguro va a doler mañana… Y justo ahí, como si nada, sonrió. Esa sonrisa torcida, medio orgullosa y medio resignada. Los faroles de la calle iluminaban su rostro lastimado.
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  • —Todo está tan tranquilo. Nadie ha atacado el planeta tierra desde hace tiempo y eso me resulta jodidamente extraño. No sé por qué, pero no puedo evitar sentir esta incertidumbre... de esa que es difícil pasar por alto. ¿Es esto a lo que llaman calma antes de la tormenta? ¿Acaso ya me acostumbré al caos en mi vida diaria? Tsk, qué mierda.
    —Todo está tan tranquilo. Nadie ha atacado el planeta tierra desde hace tiempo y eso me resulta jodidamente extraño. No sé por qué, pero no puedo evitar sentir esta incertidumbre... de esa que es difícil pasar por alto. ¿Es esto a lo que llaman calma antes de la tormenta? ¿Acaso ya me acostumbré al caos en mi vida diaria? Tsk, qué mierda.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
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    - Aunque a veces me canso de él, ya que no puedo evitar verlo desde el Gran Santuario Narukami, mi destino está fuertemente ligado al Cerezo Sagrado.
    🌸- Aunque a veces me canso de él, ya que no puedo evitar verlo desde el Gran Santuario Narukami, mi destino está fuertemente ligado al Cerezo Sagrado.
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